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EL IMAGINARIO
en el que define que parte del imaginario son las concepciones precientíficas, la ciencia ficción, las
creencias religiosas, las producciones artísticas que inventan otras realidades, las ficciones políticas,
los estereotipos, los prejuicios sociales, etc. En el afán de ordenar y definir el término observa que
tiene interferencias con otro términos como: mentalidad, mitología, ideología, ficción, temática. Del
término mentalidad destaca el estudio realizado por la escuela francesa de los Anales que quería
estudiar la historia desde su observación psicosocial y sus efectos sobre los comportamientos. Como
mitología define un conjunto de relatos, ficciones delas culturas tradicionales con personajes
divinos y humanos. La define como una de las formas más elaboradas del imaginario. Por ideología
entiende una interpretación global y dogmática y a pesar que observa que no esta incluida en un
discurso narrativo la considera como inserta en mitos. Por ficción define como invenciones a las
que no le corresponden ninguna realidad, una definición que cuestiona inmediatamente en tanto que
sabemos que toda ficción tiene elementos de la realidad o pretende referir a ella. A su vez desde la
temática pone de manifiesto la materia y la forma expresiva de las obras, con ella se accede al
Según L. Boia define lo imaginario por sus estructuras internas, más que por sus
se mezcla con la realidad exterior y se confronta con ella; encuentra allí puntos de
apoyo o por el contrario, un medio hostil; puede ser confirmado o repudiado.
Actúa sobre el mundo y el mundo actúa sobre él. Pero, en su esencia, constituye
Lacan: los deseos del sujeto están condicionados por las elecciones operadas en la
cadena de los significantes del lenguaje, a través del desvío de las metáforas y las
sujeto con la alteridad (gran Otro, pequeño Otro) permanece bajo la dependencia
amplios.
los contenidos producidos por una imaginación. Un tejido de imágenes pasivas. La segunda es la
es dinámico y activo.
intermedia en la que el
La hermenéutica
mundo inteligible se
valoriza un tipo de
manifiesta de acuerdo
representación que
con figuras concretas
escapa a la inmediatez y
(paisajes, personajes)
a la transparencia.
Wunenburguer expone que el imaginario es inseparable de los grande símbolos y mitos políticos
que modelan sus representaciones del territorio nacional de la institución del poder, de las
evolución temporal. En este sentido Durand en su mitodología vio que el mito constituye una forma
que produce una constelación de relatos sin que ninguno pueda ser establecido como puro, original.
Bronislaw Baczko retoma el discurso contestatario del mayo francés (1968). De allí toma una frase
poder era una prueba de la paradoja, cuando no de la producción, por el hecho mismo de que la
palabra que en su acepción común designaba una facultad productora de ilusiones de sueños y de
símbolos y que se ejercía en especial ligada a la poesía y a las artes, hacía su irrupción en un terreno
reservado a lo “serio” a lo “real”. A causa de esto, esos slogans elevaban la imaginación al rango de
símbolo. Desde las ciencias humanísticas la imaginación acompañaba por el adjetivo social o
colectivo ganó terreno en el campo discursivo y el estudio de los imaginarios sociales es moda. Para
estas ciencias al contrario del slogan, la imaginación siempre estuvo en el poder, en tanto que todo
poder (político) acude a representaciones colectivas para disputar simbólico. Se pregunta Bronislaw
Baczko ¿No se podría decir que toda la mitología del Estado encuentra sus raíces en esta herencia
lejana de representaciones del poder expresados en emblemas, leyendas, imágenes y conceptos? Las
representaciones pesan sobre las mentalidades pero es aún más impactante el símbolismo del
Estado- Nación: se vota por la izquierda o por la derecha, se sacrifica la vida, se muere por la patria,
Los emblemas del poder que nos sirvieron de punto de partida son solo elementos de un vasto
imágenes, ritos y modo de acción. Esta representaciones que forman todo un dispositivo social de
“Marx al hacer intervenir la imagen del proletariado, clase destinada a ser perfectamente
transparente con respecto a ella misma interpreta esta representación como precisamente una no
revolución a realizar, no necesita pasar por lo imaginario y lo ilusorio pues percibe sus tareas tal
como están “objetivamente” determinadas por la Historia. La imagen del proletariado coincide con
la sociedad comunista futura, sin clases ni Estado, marcando el fin del dominio de los mitos y las
ideologías.”
Baczko separa en dos instancias las técnicas de manipulación de los imaginarios sociales, una
radica en las sociedades sin Estado. En las técnicas de manipulación el simbolismo del orden social,
remarcable rigidez. Las técnicas de manejo de esos símbolos se confunden con la práctica de los
ritos que reproducen el fondo mítico y son técnicas tanto del cuerpo como del arte y del lenguaje.
En cambio con el poder Estatal instalado las técnicas de manejo de los imaginarios sociales también
ganan autonomía y se diferencian. Las técnicas del savoir-faire (saber como tratar socialmente) en
comunicación.
Dentro de las interpretaciones sobre como funciona el imaginario social. Marx insiste en los
orígenes de los imaginarios sociales en particular de las ideologías, así como de sus funciones en el
enfrentamiento de las clases sociales; Durkheim pone el acento en las correlaciones entre las
estructuras sociales y las representaciones colectivas, así como en la cohesión social que estas
asegurarían; Weber da cuenta del problema de las funciones que pertenecerían a lo imaginario en la
producción de sentido que en los individuos y los grupos sociales dan necesariamente a sus
acciones. Esto daría una ciencia social que podría definir el imaginario de modo unitario, sin
embargo señala Baczko esa tradición intelectual que remonta al iluminismo, actualmente no encaja
sino los hombres; las sociedades, los imaginarios. Así caen las ideas- imágenes unificadoras como
En la historia del estudio del término también entró en disputa el concepto de imaginación. Baczko
observa que ambos términos (imaginación e imaginarios) se definieron con descripciones y normas
las representaciones globales de la sociedad, su orden social, sus actores, sus instituciones (políticas
que produce toda colectividad y a través del cual ella “se percibe, se divide y elabora sus
finalidades”. De este modo , a través de estos imaginarios sociales una colectividad designa su
identidad elaborando una representación de sí misma; marca la distribución de los papeles y las
posiciones sociales; expresa e impone ciertas creencias comunes, fijando especialmente modelos
formadores como el del jefe, el del buen súbdito, el del valiente guerrero, el del ciudadano, el del
militante, etc. Así es producida una representación totalizante de la sociedad como un orden, según
el cual cada elemento tiene su lugar, su identidad y su razón de ser. Designar su identidad colectiva
es, por consiguiente, marcar su territorio y las fronteras de este, definir sus relaciones con los otros,
formar imágenes de amigos y enemigos, rivales y aliados; del mismo modo, significa conservar y
modelar los recuerdos pasados, así como proyectar hacia el futuro sus temores y esperanzadas. Los
transmisión de una generación a otra.” “También es una prueba de esto el hecho de que los períodos
de crisis de un poder son también aquellos en los que se intensifica la producción de imaginarios
proliferan, ganan tanto en difusión como en agresividad.” Una de las funciones de los imaginarios
sociales consiste en la organización y el dominio del tiempo colectivo sobre el plano simbólico.
cuentan menos que las representaciones imaginarias a las que ellos mismos dan origen y encuadran.
El impacto de los imaginarios sociales, sobre las mentalidades depende ampliamente de su difusión,
de los circuitos y de los medios de que dispone. Para conseguir la dominación simbólica es
fundamental controlar esos medios que son otros tantos instrumentos de persuación, de presión, de
inculcación de valores y de creencias. Así, todo poder apunta a tener un papel privilegiado en la
emisión de los discursos que conducen a los imaginarios sociales, del mismo modo que busca
conservar cierto control sobre los circuitos de difusión. Las modalidades de emisión y de control
eficaces cambian en función de la evolución del armazón tecnológico y cultural que asegura la
circulación de las informaciones y de las imágenes. En efecto lo que los medios fabrican y emiten
más allá da las informaciones centradas en la actualidad puesta como espectáculo, son los
imaginarios sociales, las representaciones globales de la vida social, de sus agentes, instancias y
autoridades, los mitos políticos, los modelos formadores de las mentalidades y de comportamientos,
las imágenes de los líderes. El lenguaje revolucionario está escindido en dos. Exalta la virtud y la
divisores del Pueblo, de agentes del extranjero de fanáticos, de potenciales tiranos… Otras tantas
ideas-imágenes, mal inventariadas y mal estudiadas del Enemigo del Pueblo y de la Revolución.
social, asegurando un modo de comunicación a las masas que intentan darse una identidad colectiva,
Cornelius Castoriadis, es imposible captar un contenido de la vida social que sería primero y se
daría una expresión en las instituciones independientemente de estas, este contenido no puede
definirse más que en una estructura y esta comporta siempre la institución. Las relaciones sociales
reales de las que se trata son siempre instituidas, no porque lleven un revestimiento jurídico sino
reflexiona en este hecho: lo imaginario debe utilizar lo simbólico, no solo para expresarse, lo cual es
evidente, sino para existir, para pasar de lo virtual a cualquier otra cosa más. (…) A su vez el
simbolismo presupone la capacidad imaginaria, ya que presupone la capacidad de ver en una cosa lo
que no es, de verla otra de lo que es. Sin embargo en la medida en que lo imaginario vuelve
finalmente a la facultad originaria de plantear o de darse, bajo el modo de la representación, una
indispensable para pensarlo, o para actuarlo. Pero este componente está ligado con el componente
imaginario efectivo- y esto le plantea tanto a la teoría de la historia como a la política un problema
esencial.
Breve descripción del campo teatral sobre Eva previo al primer musical
La figura histórica de Eva Perón, que en el marco del imaginario social y cultural argentino se
comprende según las configuraciones de la heroína épica (el mito rojo), la mártir (el mito amarillo)
y/o la mujer del látigo (el mito negro) (De Grandis, 2006), ha sido paulatinamente resignificada por
el teatro desde diversas perspectivas creadoras. Éstas han contribuido a mitificar su imagen con
artística aludida, componiendo una multiplicidad de Eva(s) a partir de los movimientos, los gestos,
los tonos de la voz, los rostros y la performance actoral. Tal diversidad fue elaborada, además, con
y fílmicos; e incluso, a través de la elección de los objetos de época y las alocuciones de los
personajes periféricos.
Desde 1952 a partir de su muerte, la imagen de Eva Perón fue puesta en escena, teatral y
cinematográficamente: la Confederación General del Trabajo (CGT) produjo obras para niños y la
fue retomada tanto en cine con la película La hora de los hornos (1966-1968) del Grupo Cine
Liberación, como en teatro con Eva Perón (1969) de Raúl Damonte Botana, alias ‘Copi’. Estas
creaciones fueron realizadas en contextos históricos de un gran impacto político y, aun siendo
ideológicamente contrapuestas, las dos estuvieron marcadas por los avatares de ese momento:
conocida es la clandestinidad de La hora… hasta el regreso de Juan Domingo Perón al poder;
En 1983, unos pocos días antes de las elecciones, se estrenó Octubre en el paraíso (Eva Perón
después de la muerte) de Hernán Aguilar, obra que surgió como respuesta a la Evita de Andrew
Lloyd Webber y Tim Rice -ópera rock presentada en Londres en 1978- cuya repercusión en Buenos
Aires motivó durante la década del ’80, un sinfín de musicales descontentos con la propuesta
foránea. Tales musicales -como el realizado por Aguilar, el de Agustín Pérez Pardella (Evita, la
mujer del siglo, 1985) y el de Nacha Guevara (Eva, el gran musical, 1986)- se distanciaban de la
estética de la ópera rock, introduciendo el tango y el folclore como músicas autorizadas para el
contexto nacional; pero, sin embargo, mantenían el perfil de heroína melodramática sobre la figura
de Eva Perón. Este primer recorte histórico que va de 1983 a 1989, da lugar a una primera fase.
El cine y el teatro ofrecen una nueva ruptura delimitando una segunda fase entre 1990 y 2002,
figura de Eva Perón, otorgándole mayor peso a la Eva-militante desde el realismo y la épica. Así, se
instalaron dos variantes míticas: los creadores de los ’90 retomaron a la Eva-santa y a la Eva-mujer
Se reconoce una tercera fase que abarca desde el 2003 hasta el 2014, en la cual la figura de
Eva Perón fue abordada desde una multiplicidad de poéticas 1 que convierten al período en una
estructura fractal compuesta por musicales, obras que plantean diálogos con otras personalidades
vida, su obra y su muerte. Estas últimas conformarían una subfase dentro de la tercera, con
elementos que vienen a cuestionar lo que tendía a ser homogéneo. En este sentido, podemos
observar que mientras que en los ámbitos independientes convivía este collage, en los comerciales
1 El concepto poética es visto aquí como un término superador del concepto de género, en
tanto que contiene la posibilidad de un artefacto cultural heterogéneo sin normativas rígidas. Vale
aclarar que tal concepto no será reemplazado por el de estética, en tanto que éste es considerado por
la filosofía como el estudio del arte y no de sus características.
se mantenían las estructuras narrativas clásicas que simulaban, en algún punto, una estructura de
la figura de Eva Perón producido y estrenado en Buenos Aires entre 1983 y 2014. La finalidad es
comprender cómo las obras retomaron las variantes míticas mencionadas y sus formulaciones
centrales (la mujer del látigo, la mártir y la Eva-Che), fortalecidas en el imaginario social del país a
partir del fallecimiento de Eva Perón y sostenidas con el paso de los años. Con tal motivo, se
se realizará un estudio estético de las obras más representativas dentro del período.
Así dentro del capítulo que aborde el panorama general, tendremos en cuenta cómo y
por qué en la primera fase se producen musicales; cómo y porqué en la segunda fase
fase conviven todas las poéticas e, incluso, emerge una etapa en la que se
deconstruye la figura de Eva Perón. Dentro del estudio de los casos particulares el
lector tendrá en sus manos breves artículos que tienen como meta pensar las obras en
sus aspectos procedimentales tales como la constitución del personaje Eva Perón a
político como mito: a) los criterios con los que los films y las obras teatrales
recuperan los discursos políticos y cómo éstos se modifican desde los gestos, los
tonos de voz y los movimientos actorales; b) las variantes y los cambios que adoptan
Desde nuestro punto de vista es importante realizar este estudio histórico y estético para observar
como las construcciones teatrales sobre Eva Perón producidas en la posdictadura sufrieron un
cambio poético en confluencia con la realidad política y cultural del período. Así, adaptaron las
posturas revisionistas que a la sazón se forjaron para llevar adelante la interpretación del pasado
reciente. De allí sostenemos que se consolidó una progresiva multiplicación de formas y de sentidos
En el período comprendido entre 1983 y 1989, los musicales fueron los materiales que
preponderaron dentro del arte teatral. Entre 1990 y 2002, más allá de que la producción bajó
levemente, las obras teatrales se distanciaron del musical y del melodrama para dar lugar al
anteriores 2 . En este último período, Eva también era evocada desde lo figural y fisonómico,
mudanza poética que nos daría la pauta de una figuración según la idea de mito propuesta por
En las tres fases estudiadas, el desplazamiento operado produjo, tal como mencionamos, tres
variantes míticas que tienden a construir a Eva Perón como santa, femme fatale y militante. Aun
más, entre 2010 y 2014 la figura de Eva fue llevada a escena a partir de una deconstrucción de esa
representación, sumando una variante que proponía interpretarla desde la idea de un collage, en
Estas sucesivas variables estéticas dentro de la historia de las construcciones sobre Eva Perón
fueron generadas a partir del acto de memoria anclado en discursos peronistas, antiperonistas y en
algunos casos reflexivos; puestos en evidencia, entremezclados o diluidos en las puestas más
actuales. En un sentido histórico, hallamos una progresiva conciencia sobre la falta de lo real en
escena y un juego con la subjetividad de cada creador (autores, directores, actores), que recurre a su
memoria para la vana construcción de una imagen como la de Eva Perón. Vana, en términos de que
interviene la subjetividad política de cada creador, que se generan múltiples lecturas en la recepción
y que no se encuentra al servicio de la política porque pierde, entre otras cosas, el origen identitario
2 Este último es el caso de puestas teatrales, ya que en relación al cine podríamos considerar
como reposición a los ciclos que proyectan las producciones ya filmadas.
de su figura en la brecha que se abre entre el emisor y el receptor. Octubre en el paraíso (Eva Perón
después de la muerte) de Edmundo Kulino, dirigida por Hernán Aguilar, se estrenó unos pocos días
antes de las elecciones, más precisamente el 26 de octubre de 1983. En ese clima tumultuoso, se
llevó a escena a Eva Perón mediante una trama que mixturaba la vida del personaje histórico con un
clima de fantasía y ensoñación. Eva se encuentra en las puertas del cielo frente al burócrata de aquél
lugar que decide dejarla o no dejarla pasar de acuerdo a la confirmación de una computadora.
Mientras Eva espera su ingreso se suceden diversos personajes que hablan de la posición ideológica
afín al peronismo y su negativa. Más allá de haber sido la primera puesta en el período de la
trabajo del Grupo Cine Liberación (Evita de Juan Schroeder o La hora de los hornos de Getino-
Solanas), y se trasunta -luego de la controversial puesta de Copi y el grupo TSE, Eva Perón en 1970
en el teatro L’ Epee de París- con el poema Eva Perón en la hoguera de Leónidas Lamborghini, que
luego de su publicación en Partitas en 1972, fue realizada en el año 1994. Además la larga década
del setenta se caracterizó por generar textos dramáticos que hablaban del peronismo tales como
Chau Papá (1972) de Adelach y Eva Perón. Alma de la Revolución Nacional Justicialista (1975) de
Pedro Castro Hardoy, Luis Araujo, Daniel Brondo y Pablo Lucena, estrenada en el teatro Municipal
General San Martín, a su vez había sido editada en cassette donde había sido interpretada
musicalmente por Los Chilicotes y Los Puesteros de Yatasto, quienes recitaban y cantaban con base
folclórica los valores de una Eva Perón militante, entre otras. Nos interesa aclarar que creemos que
estas obras son las que la ubican en el rol de militancia, mientras que las producciones realizadas
por la Subsecretaría de Información en el período peronista de los años cincuenta corresponden más
a afianzar el epíteto de abanderada de los humildes, hada buena, en definitiva la idea de la Eva-
santa. La concentración de una Eva militante y una Eva santa también se puede hallar en la edición
de Eva de América de Osvaldo Guglielmino en 1983, que por la poética musical que resalta la
de los setenta que a una obra planteada en los años ’80. La producción de los años ’80 inaugurada
como mencionamos por Octubre en el paraíso, formuló una serie de posteriores musicales (que si
bien en algunos casos habían sido gestionados desde la idea original en años anteriores, tal como el
caso Eva, el gran musical (1986) de Nacha Guevara, Pedro Orgambide y Alberto Favero) que
parodiaron, criticaron y reformularon la imagen de Eva Perón para alejarla de la idea de la femme
fatale propuesta por la Evita de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice. Entre esas puestas podríamos
pensar en Hello Plastic! (1985) de José Chaya con una controversial recepción, Evita, la mujer del
siglo (1985) de Agustín Pérez Pardella con una recepción baja en Buenos Aires pero de un gran
impacto en la gira por las provincias, La dama, o el sueño del retorno (1985) de Estela Quinteros,
Cuando Perón llegó a la casa rosada (1985) de Juan Carlos Tagle Achával estrenada en la provincia
de Córdoba, Cantata a Juan Domingo Perón (1984) también realizada en Córdoba, todo ellos
descansando también en la macroestructura del musical, algunos desde el melodrama, otros desde la
del exilio, en 1972. El esqueleto de la obra fue retomado en 1979 y trabajado hasta 1981. En esos
años de exilio –exilio que comenzó en enero de 1975 hasta 1984-, Favero y Guevara se pusieron en
contacto con Orgambide, quién también había sido perseguido durante la dictadura por su militancia
peronista. En ese contexto lograron ponerse en contacto con el ex presidente Héctor Cámpora,
Ricardo Obregón Cano y Esteban Righi (Gorlero, 2013), quienes les contaron del espíritu de trabajo
que tenía Eva Perón, material que luego llevaron a escena. A mediados de 1981, explica Gorlero, en
los periódicos españoles se anunciaba el próximo estreno de una ópera llamada Eva Duarte
realizada por el trío que posteriormente estrenaría Eva, el gran musical. El posicionamiento político
en España por Paloma San Basilio, ubicaba la figura de Eva Perón en un lugar de desprecio que
opacaba su imagen y la de todos los argentinos, así se proponían versionar la vida de Eva desde un
La obra de Guevara Orgambide y Favero, Eva, el gran musical argentino, estrenada en 1986
en el teatro Maipo, comienza con el histórico discurso de Eva Perón en Plaza de Mayo el 17 de
octubre de 1951, del cual se rescata discursivamente la abnegación al pueblo y a Perón y se deja de
lado la empatía con la CGT, que sí pronunció Eva Perón en esa ocasión:
Queridos descamisados, yo no faltaré nunca a esta cita con mi pueblo de cada 17 de octubre.
Tenía que venir. Tenía que venir. Y he venido a dar las gracias a Perón y a los descamisados
que han querido honrarme con la más alta distinción que puede honrarse a un Peronista. Yo no
todo lo hice por amor a este pueblo. Yo no valgo por lo que soy, yo no valgo por lo que tengo,
A esto, se suman frases que se extraen del libro La razón de mi vida, específicamente del
Muy temprano en la vida dejé mi hogar, y desde entonces he sido libre. He querido vivir por mi
cuenta y he vivido por mi cuenta. Me gusta la libertad como le gusta al pueblo, y en eso como
Otras que se toman del discurso dado en el Cabildo Abierto del Justicialismo el 22 de agosto
de 1951: “ Descamisados míos yo no sé, yo no sé cómo pagar el cariño que me tienen.”; y un último
contenido producido enteramente por el musical, que retoma palabras como pureza, patria y lucha,
dichas en su último discurso desde la Casa de Gobierno el 1 de mayo de 1952, al celebrarse el Día
del Trabajador: “Espero volver pronto a la lucha, pero si no volviera no lo olviden, ustedes son los
puros. Todo es ustedes. Ustedes son la Patria”. A su vez, esta escena recurre al famoso abrazo de
Eva Perón. La escena, a pesar de componerse desde diversos discursos y etapas políticas, opta por
mantener el tono de voz del último discurso de Eva Perón, el más combativo y el que fue
considerado y retomado por la militancia. De este modo, la suavidad de la voz y las palabras de
Evita en el discurso del 17 de Octubre de 1951, con las que se hace mayor hincapié en el
la obra, sin renunciar a lo melodramático que culmina en el abrazo entre Eva y Perón.
La intención de comenzar con ese momento y realizar un flashback a su viaje a Buenos Aires
romanticismo, tal y como lo explica Martín Barbero, quien sostiene que el movimiento romántico se
caracterizó por situarse transgresoramente en relación a las normas capitalista. En este caso,
poder (el dueño de la radio a la que va a pedir trabajo, quien cobra el alquiler o la oligarquía). Si
durante la primera parte Eva vislumbra un costado de inocencia que remite al mito blanco, cuando
discute con la oligarquía y tarda en recibir a las damas de beneficencia se perfila el mito negro, que
es parodiado al exponer desde el estereotipo a sus enemigas. Allí el construido carácter vulgar de
Eva es reestructurado como un arma de lucha en contra de la hipocresía de quienes la visitan. Para
dejar en claro la contraposición de dos realidades sociales generado una estructura de causa/efecto,
El carácter arrabalero de esta heroína abnegada podría pensarse como basamento en el mito
antiperonista de la Eva vulgar o autoritaria, sin embargo, desde nuestro punto de vista esas
características son absorbidas por los textos para utilizarlas como constructo de la identidad
lealtad a la doctrina peronista. A esos elementos se suman la elección de la música con la que se la
representa -el tango y el folclore- y el diseño de su vestuario, en el que predominan los trajes sastre
con los que se la asocia a la lucha obrera o los vestidos que remiten al epíteto del hada madrina.
Vale aclarar que esas construcciones fueron amparadas en fotografías de la época que luego las
Por último, nos interesa destacar que otro elemento que generaba una interacción con lo
peronista dentro del musical, era la utilización de grandes escenografías que daban un perfil
arquitectónicas y a los carteles de los líderes Perón y Evita. De la misma manera también se
apuntaba al imaginario de época, trazando las canciones del musical desde el folclore y el tango.
Así la música creada por Alberto Favero alterna lo lírico y el tango construyendo, también, el clima