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Capítulo VII.- Tiempo de rotación y número de rotaciones.

En este capítulo nos comienza diciendo que el tiempo total de rotación de un capital
es igual a la suma de su tiempo de circulación más su tiempo de producción; es decir
que esto es el tiempo que transcurre desde el momento en que se desembolsa el
valor–capital bajo una determinada forma hasta el momento en que el valor–capital en
acción retorna a su punto de partida en la misma forma inicial.
Como ya no lo había dicho antes, el objetivo principal del capitalista es la valorización
del valor adelantado, ya sea en la forma dineraria o en forma de mercancía.
Las tres fórmulas: D... D'; P... P, y, M'... M’ se distinguen en lo siguiente: en la
fórmula II (... P) la renovación del proceso, el proceso de reproducción, se expresa de
un modo real, mientras que en la fórmula I sólo se expresa como posibilidad. Pero
ambas se distinguen de la forma II en que el valor–capital desembolsado –ya sea en
dinero o en forma de los elementos materiales de producción– constituye el punto de
partida y también, por tanto, el punto de retorno.
En D... D' el retorno es D' = D + d. Si el proceso se renueva en la misma escala, D
vuelve a servir de punto de partida y d no se incorpora a él, sino que indica solamente
que D se ha valorizado como capital, engendrando, por tanto, una plusvalía, pero
eliminándola después de engendrarla. En la fórmula P... P, el valor–capital
desembolsado en forma de elementos de producción, P, constituye asimismo el punto
de partida.
Podemos decir que para el capitalista el tiempo de rotación de su capital es el tiempo
durante el cual tiene que adelantar su capital para valorizarlo y recuperarlo en la figura
originaria.

Capítulo VIII.- Capital fijo y capital circulante.


En este capítulo nos da la fórmula del capital, que ya no la habían dado anteriormente
en el tomo 1, que es ∑= C+V+Pv.
Nos habla sobre el capital fijo, este capital no circula en su forma de uso, sino que
sólo circula su valor, es decir que este capital ayuda a producir las mercancías, es por
eso que aquí se encuentran los medios de producción, las herramientas, los edificios
etc, además este tipo de capital fijo transfiere su valor en el proceso de producción en
forma parcial.
El otro tipo de capital, que es el capital circulante son todas las otras partes
constitutivas materiales del capital adelantado en el proceso de producción, en este
tipo de capital podemos encontrar a la fuerza de trabajo, las materias auxiliares y las
materias primas, a diferencia del capital fijo, este capital durante el proceso productivo
su valor lo transfiere de forma total.
A determinación que el carácter de capital fijo confiere a una parte del valor de capital
desembolsado en medios de producción, reside exclusivamente en el modo peculiar
con que este valor circula. Este modo característico de circulación surge del modo
característico con que el medio de trabajo cede su valor al producto o se
comporta como creador de valor durante el proceso de producción. Y este modo, a su
vez, surge de la índole particular de la función de los medios de trabajo en el proceso
laboral.
Sabemos que el mismo valor de uso que emerge como producto de un proceso
laboral, entra en otro como medio de producción. Sólo la función de un producto como
medio de trabajo en el proceso de producción lo convierte en capital fijo. En cambio el
producto mismo, cuando acaba de egresar de un proceso, no es de ninguna manera
capital fijo.
En una misma inversión de capital, los elementos individuales del capital fijo tienen
distintos tiempos de vida, y por eso también distintos tiempos de rotación.
En gran parte los medios de trabajo se en constantemente revolucionados por el
progreso de la industria. Por eso no se los repone en su forma originaria, sino en la
forma revolucionada. Por un lado, la masa de capital fijo invertida en determinada
forma en especie y que tiene que durar dentro de ésta determinado tiempo medio de
vida, constituye una razón para introducir sólo gradualmente máquinas nuevas, etc., y
por ende un obstáculo para la introducción rápida y general de los medios de trabajo
perfeccionados. Por otra parte, la competencia obliga, sobre todo si se trata de
trastrocamientos decisivos, a sustituir los antiguos medios de trabajo por los nuevos
antes de que llegue el término natural de la vida de aquéllos. Son principalmente las
catástrofes, las crisis, las que obligan a tal renovación prematura de la maquinaria
industrial en una escala social mayor.

Capitulo IX.- La rotación global del capital adelantado.


Ciclos de rotación.
En esta capitulo nos dice que la rotación global del capital adelantado es la rotación
media de sus distintas partes constitutivas; el modo de calcularla lo veremos más
adelante. Tratándose sólo de lapsos diferentes no hay nada más sencillo, desde
luego, que extraer su promedio pero que aquí tiene lugar una diferencia no sólo
cuantitativa, sino cualitativa.
Nos dice que aquí el capital circulante que va ingresar al proceso productivo va a
transferir todo su valor al producto y es por eso que va tener que reponerse
constantemente, esto va ser por medio de la venta del producto, si el proceso de
producción ha de cumplirse sin interrupciones. También nos dice que el capital fijo es
el que va a transferir solo parte de su valor, no es otra cosa que el desgaste, pero este
continua actuando a pesar de ese desgaste y es por eso que este no se va renovar
tan seguido con el capital circulante, este va ser repuesto pero en periodos de más
tiempo.
La rotación de valor del capital adelantado se separa pues de su tiempo real de
reproducción o del tiempo real de rotación de sus partes constitutivas, En la misma
medida pues en que, al desarrollarse el modo capitalista de producción, se desarrollan
el volumen de valor y la duración de vida del capital fijo empleado, se desarrolla la
vida de la industria y del capital industrial en cada inversión particular convirtiéndose
en una vida de muchos años, digamos diez promedio. Si por un lado el desarrollo del
capital fijo prolonga esta vida, por otro ella resulta acortada por el tras tocamiento
constante de los medios de producción, que también aumenta constantemente al
desarrollarse el modo capitalista de producción. De ahí que con este desarrollo
aumenten también el cambio de los medios de producción y la necesidad de
reponerlos continuamente, a consecuencia del desgaste moral, mucho antes de que
hayan agotado físicamente su vida. Se puede suponer que para los ramos más
decisivos de la gran industria este ciclo de vida sea ahora, promedio de diez años. Sin
embargo, aquí no interesa el número exacto. Lo que se infiere es lo siguiente:
mediante este ciclo que abarca una serie de años y está formado por rotaciones
conexas en las cuales el capital se ve retenido por su parte constitutiva fija, seda un
fundamento material para las crisis periódicas en las que el negocio recorre períodos
sucesivos de depresión, animación media, vértigo y crisis. Los períodos en que se
invierte capital son muy distintos y están muy dispersos. Sin embargo la crisis siempre
constituye el punto de partida de una gran inversión nueva. Y en consecuencia
también, si se considera la sociedad en su conjunto, configura en mayor o menor
medida un fundamento material para el ciclo siguiente de rotaciones.

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