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Todo esto, sólo es posible, si se tiene un espíritu emprendedor. Se requiere de una gran
determinación para renunciar a la “estabilidad” económica que ofrece un empleo y
aventurarse como empresario, mas aun sí se tiene en cuenta que el empresario no
siempre gana como si lo hace el asalariado, que mensualmente tiene asegurado un
ingreso mínimo que le permite sobrevivir.
En muchos países (Casi todos los países Latinoamericanos), para muchos profesionales,
la única opción de obtener un ingreso decente, es mediante el desarrollo de un proyecto
propio. Los niveles de desempleo, en gran parte de nuestras economías, rondan por el
20%, por lo que resulta de suma urgencia buscar alternativas de generación de empleo,
que permitan mejorar la calidad de vida de la población.
Los gobiernos han entendido muy bien la importancia del emprendimiento, tanto así,
que han iniciado programas de apoyo a emprendedores, para ayudarles en su propósito
de crear su propia unidad productiva.
Casi todos los países, tienen entidades dedicadas exclusivamente a promover la creación
de empresas entre profesionales, y entre quienes tengan conocimiento específico
suficiente para poder ofertar un producto o un servicio.
La oferta de mano de obra, por lo general crece a un ritmo más acelerado de lo que
crece la economía, por lo que resulta imposible poder ofrecer empleo a toda la
población. Teniendo en cuenta que nuestros estados, no tienen la capacidad de subsidiar
el desempleo como sí lo pueden hacer algunos países europeos, la única alternativa para
garantizar a la población el acceso a los recursos necesarios para su sustento, es tratar de
convertir al asalariado en empresario.
La cultura del emprendimiento debe ser una política y un compromiso de estado, como
lo es la educación en general.
Las personas, desde su más temprana edad, deben ser formadas con ese espíritu
emprendedor que les permita en un futuro ser empresarios, generadores de riqueza y de
empleo.
El sistema educativo tiene como objetivo el formar las mentes y las habilidades de la
población, así que porque no formar la población con una mentalidad emprendedora,
empresarial; sería la solución definitiva a nuestra problemática económica.
Acción emprendedora
1. Formación integral en aspectos y valores como: el desarrollo integral del ser humano
y su comunidad, autoestima, autonomía, sentido de pertenencia a la comunidad, trabajo
en equipo, solidaridad, asociatividad, desarrollo del gusto por la innovación, el estímulo
a la investigación y el aprendizaje permanente.
2. Fortalecimiento de procesos de trabajo asociativo y en equipo, en torno a proyectos
productivos con responsabilidad social.
3. Reconocimiento de la conciencia, el derecho y la responsabilidad del desarrollo de las
personas como individuos y como integrantes de una comunidad.
4. Apoyo a procesos de emprendimiento sostenibles desde las perspectivas: social,
económica, cultural, ambiental, regional y local.
Para fomentar la cultura del emprendimiento es preciso que se inicie un proceso desde
los primeros años de vida de las personas. Este proceso debe contemplar estrategias
encaminadas a llevar a la persona al convencimiento que mediante la creación de
proyectos productivos se puede a llegar a triunfar tanto personal como económicamente.
Lamentablemente nuestro sistema educativo se ha enfocado a formar empleados y
asalariados más no empresarios. Y no solo el sistema educativo, también la misma
estructura familiar y social llevan a las personas a ser empleados y no emprendedores.
El emprendedor debe tener un amplio domino sobre cultura general, y sobre todo, sobre
temas de actualidad.
En este caso, se debe entender como cultura general y temas de actualidad, la economía,
la política nacional e internacional, fianzas, bolsa, tecnología, clima, infraestructura, la
misma cultura de las diferentes sociedades en las que se pretende emprender, etc.
El emprendedor debe tener por ejemplo, una idea general del comportamiento del precio
del petróleo, puesto que es un elemento que tiene gran incidencia en los costos de
producción e inclusive en las costumbres de consumo de sus potenciales clientes.
El aspecto político por ejemplo, es muy importante para anticipar reformas legislativas
que pueden de una u otra forma tener un impacto en un determinado sector de le
economía.
No basta con estar informados sobre lo que pasa en la ciudad o en el país; hay que estar
pendiente de lo que sucede a nivel mundial, puesto que en un mundo globalizado,
cualquier desastre en un lejano país se puede globalizar. Prueba de ello ha sido la crisis
hipotecaria en los estados unidos o las crisis que hace un tiempo se presentaron en las
bolsas asiáticas, crisis que de una u otra manera se sintieron en nuestro país.
Por estas y muchas razones más, el emprendedor debe ser un asiduo lector de periódicos
especializados, televidente de noticieros, asistente a conferencias y seminarios y lector
de libros que le permitan estar al tanto de los aspectos más importantes de la realidad
nacional y mundial.
Por la naturaleza del emprendedor, este no acostumbra delegar, prefiere hacer todo por
sí mismo, tener el control de todo, lo cual en un principio pude no causar problemas
pero en la medida en que el proyecto crece la situación se puede complicar.
Por muy hábil que sea el emprendedor, por muchas competencias que tenga, llega el
momento en que querer hacerlo todo puede entorpecer el desarrollo de un proyecto.
Cualquier proyecto, por sencillo que sea, tiene áreas o dependencias muy diferentes que
requieren de habilidades y competencias específicas, y no se puede esperar que una sola
persona las pueda desempeñar con una calidad que garantice el normal desarrollo del
proyecto.
Dos cabezas piensan más que una, dice el adagio popular, y si cada cabeza es
especialista en su campo, el resultado será mucho mejor.
Existe una eterna discusión sin solución final respecto a si un emprendedor es lo mismo
que empresario. ¿Emprendedor empresario? ¿Empresario emprendedor?
Nos inclinamos a creer que hay una diferencia elemental entre ser emprendedor y ser
empresario aunque los dos conceptos tengan aspectos en común y en casi todo sean lo
mismo, pero hay elementos que sólo el emprendedor tiene y que lo hace único, especial.
Básicamente el emprendedor es esa persona a la que se le ocurren las ideas sin ser
empresario. El empresario es generalmente quien ejecuta las ideas, quien gestiona el
negocio, la empresa, lo que no quita que el empresario tenga ideas de negocios y que el
emprendedor gestione su propio negocio.
De otra parte, se puede decir que es posible aprender a ser empresario, y básicamente
eso es lo que hacen las escuelas de negocios o las universidades con su programas de
administración de empresas y similares. En cambio, aprender a ser emprendedor no es
tan fácil. El gusto por el riesgo y la aventura no se aprende yendo a una catedra o
leyendo un par de libros. Es algo que simplemente está en cada persona. Sentirse
cómodo ante la incertidumbre constante no es algo que puede dominarse con facilidad.
Ni la capacidad para generar grandes ideas se puede aprender. Hay personas a las que
simplemente se le ocurren cosas y a otras no por más títulos que cuelguen en su pared.
Hay quienes pueden leer informes financieros y tomar grandes decisiones con base a
ellos, pero son incapaces de generar una idea de negocio.
¿El empresario nace o se hace?
Paso a creer que al empresario le pasa lo que al cantante; se nace con la voz. Una buena
voz no se crea en una escuela de música, lo mas que se consigue es dominar o educar la
voz (formación), pero no se puede crear de la nada una voz exitosa.
Hay personas muy hábiles para emprender nuevos negocios, pero una vez el negocio es
establecido, no tienen la habilidad requerida para expandirlo o siquiera mantenerlo.
Una de las razones por las que un emprendedor no suele ser buen empresario, es por la
naturaleza misma del emprendimiento, que exige innovación constante, dinamismo y
casi adicción al riesgo, y buena parte de estos elementos desaparecen una vez el
proyecto se ha consolidado, ya que en cierto modo se vuelve monótono, sin mayores
expectativas desapareciendo los grandes retos personales que supone implementar con
éxito una nueva idea.
El emprendedor nato, es inquieto. Amante de los nuevos proyectos. De allí que una vez
implementa una idea de negocio, deja su gestión a un tercero e inicia un nuevo
proyecto.
Este es uno de los errores más acentuados en las pequeñas empresas de familia, donde la
difícilmente se cede la administración del negocio un tercero experto en el tema, y
prefiere dejarse la gestión en la familia, aunque en ellos no haya una persona lo
suficientemente competente, razón de peso para que estas empresas no puedan
expandirse ni en décadas de funcionamiento.
El fracaso es tan importante como elemento formativo, que algunas entidades de capital
de riesgo valoran mucho que un emprendedor haya tenido fracasos previos, para invertir
en sus proyectos.
El fracaso en un proyecto no significa para nada que se sea un mal emprendedor o que
no se sea emprendedor. Caso contrario, se es mal emprendedor o no se es emprendedor
cuando se fracasa y no se vuelve a intentar.
Una persona que ha fracasado, con seguridad habrá aprendido una gran lección que le
evitará cometer los mismos errores en nuevos proyectos. Es tan importante aprender lo
que se debe hacer como aprender lo que no se debe hacer, y esto último se aprende
fracasando.
Una persona que tiene en sus antecedentes algunos fracasos, además de haber aprendido
mucho de sus errores, ha ganado algo también muy valioso, y es el haber actuado bajo
presión, haber caminado sobre terrenos difíciles, de modo que cuando en sus nuevos
proyectos tenga que pasar situaciones similares, podrá enfrentarlas con más calma, con
la serenidad y sabiduría de quien tiene experiencia.
Un emprendedor que nunca ha fracasado, con seguridad que sabe hacer las cosas muy
bien, pero significa que en caso de presentarse problemas, los que son casi inevitables
sin duda alguna, no tiene la experiencia en la toma de decisiones en terreno negativo, lo
que puede conllevar un riesgo de fracaso, aunque esto suene paradójico.
Por eso, si usted intentó un proyecto y fracasó, no debe preocuparse por ello, puede
seguir intentándolo, y claro, en sus nuevos intentos debe evitar comentar los mismos
errores, puesto que si no tenemos la capacidad de aprender de nuestros errores, ahí si
tenemos un problema.
Para desilusión de muchos, ser emprendedor implica más dedicación y esfuerzo, y por
tano mucho más tiempo de trabajo.
El asalariado solo se debe preocupar por cumplir su horario, y luego se puede dar el lujo
de irse a su casa y dejar el trabajo en la oficina. El emprendedor no. El emprendedor
tendrá que cargar con su trabajo a cuestas literalmente durante las 24 horas del día y los
7 días de la semana.
Así las cosas, el deseo de trabajar menos no puede ser una razón válida para iniciar un
proyecto de emprendimiento, pues el resultado esperado será todo lo contario, y eso
inevitablemente llevará al emprendedor a una desilusión y frustración.
Es por eso que un emprendedor que quiera tener éxito, debe trabajar en algo que en
realidad le apasione, pues en la medida en que se sienta identificado en lo que hace,
podrá disfrutarlo y además hacerlo bien.
No debemos olvidar que emprender no es fácil. Los primeros años es puro trabajo y
poco dinero, por lo que hay que estar lo suficientemente motivado y comprometido para
no desfallecer a mitad del camino, y si su objetivo al emprender era tener más tiempo a
disposición, que gran decepción habrá de llevarse, y seguramente esa será la causa de un
anunciado fracaso.
Así que si está cansado de trabajar mucho, antes de pensar en ser emprendedor es mejor
que intente ser empleado público, porque como emprendedor lo único que conseguirá es
más y mas trabajo que es precisamente de lo que pretende huir.
La actual crisis que se está experimentando a nivel global, no puede ser una excusa para
no emprender.
Si bien es cierto que estamos en tiempos de crisis, que mucha gente y empresas se han
vuelto conservadoras a la hora de gastar o de invertir, no podemos utilizar eso como una
excusa para no iniciar nuevos proyectos de emprendimiento.
Precisamente son las crisis las que deben despertar la capacidad innovadora del
emprendedor, para buscar alternativas de solución a los problemas que originaron la
crisis y a los problemas nuevos causados por la crisis.
Han sido los problemas y los momentos difíciles los que sirvieron de inspiración a los
grandes inventos; desde comienzos de la humanidad, los problemas han sido el motor
del crecimiento y el desarrollo, de modo que ahora no puede ser la excepción.
Claro que para ver y aprovechar las oportunidades que trae una crisis, naturalmente que
se tiene que ser visionario y arriesgado, pero esto no es posible ni no se tiene un amplio
conocimiento del mercado, de la economía, de la realidad de una sociedad.
Sin estos requisitos básicos es recomendable no tomar decisiones, puesto que lo más
seguro es que el final resultemos ser uno de los perdedores.
Hay sectores económicos que son difíciles de dominar o mantener, por lo que invertir en
ellos requiere de un gran esfuerzo en recursos financieros y técnicos.
Existen sectores que son muy competidos, en los que queda poco espacio para nuevos
competidores, por lo que invertir en este tipo de sectores, supone un gran esfuerzo, y la
necesidad de un proyecto muy bien estructurado, y eso sólo para entrar en el mercado,
puesto que sostenerse es otra historia.
Otros sectores ofrecen una mayor facilidad para que nuevos competidores ingresen,
pero por lo general son sectores que ofrecen baja rentabilidad, que es precisamente la
razón por lo que no está saturado de ofertantes.
Hay unos sectores en especial, que son muy rentables, pero ingresar en ellos es
complicado, debido a que se requiere una gran inversión inicial para por arrancar con el
proyecto como en el casos de los sectores de alta tecnología.
Existen sectores económicos que nunca crecen, lo que los convierten en uno de los
perores sectores para invertir. Invertir en una sector en el que no hay posibilidades de
crecer o expandirse no es la mejor decisión. Ya en otro documento se había tratado de
las bondades de invertir en un sector en crecimiento, puesto que el mercado del futuro
aun no es propiedad de nadie, por lo que no será tan difícil apoderarse de el.
Cada año cientos de empresas deben cerrar, mientras que solo algunas pocas sobreviven
a los primeros 3 años de vida y una cantidad mínima supera los 5 años en el mercado.
No existe una fórmula mágica que garantice el éxito en los negocios, sin embargo, hay
ciertos puntos en que expertos del mundo empresarial y emprendedores exitosos,
coinciden como claves para que un emprendimiento logre convertirse en una gran
empresa rentable y sostenible.
A continuación te comparto 10 pasos clave que debes seguir para lograr que tu negocio
no sea uno más de los muchos que cada año fracasan.
Muchos emprendedores inician su negocio solo con la idea de hacer dinero y ante el
primer obstáculo se rinden. Los más grandes emprendedores de la historia coinciden en
que el dinero no era su prioridad al iniciar, y las razones que los guiaron eran pasión,
deseos de superación e ideales de cambiar el mundo.
Toma una hoja e identifica al menos 3 razones (además de ganar dinero) por las cuales
aventurarte a abrir un negocio y asumir los riesgos que ello conlleva, una vez hayas
encontrado estas razones tendrás siempre motivos para seguir adelante aunque las
ganancias del negocio al principio no sean las esperadas.
Luego de haber elegido tu idea sigue uno de los pasos más importantes: Definir el
modelo de negocios. Esta labor requiere de toda tu concentración, debes tomar una hoja
y responder:
¿Qué medio voy a utilizar para llevar mi producto a manos del cliente?
Además el plan de negocios es indispensable cuando no cuentas con capital propio para
emprender, la mayoría de fuentes de financiación querrán conocer detalladamente tu
negocio.
“Si puedes cumplir todas tus metas solo, tal vez estas no sean lo suficientemente
grandes”.
Evita caer en el error del “sobre endeudamiento”, al principio tendrás que minimizar los
gastos lo más que puedas. En caso de tener que recurrir al mercado financiero en busca
de dinero, compara las diferentes tasas de interés y toma las más bajas y aquella que te
brinde facilidades de pago.
Recuerda que con un buen plan de negocios te será fácil acceder a capital proveniente
de programas de apoyo gubernamental o inversionistas privados.
Ya tienes la idea, el plan, el equipo y el dinero… pues empieza de una vez por todas, no
le des más vueltas al asunto y salta al vacío. Este momento crucial es llamado “De la
Idea a la cruda realidad” por Andy Freire.
En este momento debes ser especialmente cuidadoso con el tema legal, un asunto que
muchos emprendedores ignoran.
Prepara toda clase de publicidad ingeniosa para atraer los clientes a tu negocio. Flayers,
pendones, perifoneo, publicidad en medios de comunicación, etc. Todo es válido cuando
se trata de promocionar tu negocio.
No olvides crear tu propio sitio web y cuentas en redes sociales, el Internet es un medio
muy económico y sencillo de atraer clientes.
La mayoría de los negocios se quedan estancados con una pequeña porción del mercado
que les genera dinero suficiente para subsistir y mantener a su dueño, sin embargo, un
verdadero emprendedor no es conformista y siempre está buscando maneras de ampliar
su negocio.
Existen diferentes formas de hacer crecer un negocio, pero es muy importante tener
definida la estrategia de crecimiento. ¿Vas a abrir nuevos locales, o tal vez venderás
franquicias, harás adquisiciones, crearás alianzas, etc.?
Javier Díaz
No basta con tener una maestría, hablar inglés o ser el número de uno de la clase, hay
dos claves indispensables en la forma de plantear nuestra carrera profesional que son: el
ser consiente del coste de oportunidad de nuestro tiempo y el estar atento, hay muchas
becas, ofertas y muchas veces las dejamos pasar.
A la hora de hacer un proyecto, además del business plan hay algo muy importante que
es hacer el Networking.
La fuga de talentos se da a que sino hay trabajo en nuestra región y estamos preparados,
sabemos idiomas, tenemos magísteres, entonces nos marchamos al extranjero, a países
desarrollados, aquellos que importan talento y entonces nosotros seguiremos
exportándolo y propendiendo a que nuestro país pierda capital.
El incentivar la innovación no es algo que se deba esperar del gobierno, hay que dejar
de esperar que los estamentos públicos nos financien como única solución para
emprender y crear empresa, si esperamos que las entidades públicas nos mantengan,
pues estamos en nada, el gobierno no da abasto, éste debe encargarse de incentivar más
bien que los capitales privados ayuden a financiar las pymes, el gobierno puede ser
mediador para que se generen este tipo de inversiones en las empresas sólidas.
Perfil de un emprendedor
Para ser un emprendedor se requiere tener cierto perfil, ciertas aptitudes y ciertas
características de personalidad. No es una tarea fácil identificar con claridad cual debe
ser el perfil de un emprendedor, pero muchos autores coinciden que los factores mas
importantes a tener en cuenta, son los siguientes:
• No les interesa demasiado el poder sino la autonomía, les gusta ponerse a prueba,
enfrentar riesgos pero no a lo loco, sino planificados;
• No tienen todo absolutamente claro, tienen miedos como todo ser humano, pero a
pesar de ello se animan;
• Son capaces de sacrificarse por su obra pero sin perder la cordura, son ansiosos y
buscan ofrecer un producto o servicio de calidad superior, distinto, destacado;
• Saben que se pueden equivocar pero también saben que el fracaso es no intentarlo de
nuevo.
La confianza debe extenderse también a las personas que van a formar parte de la
empresa. Y es que esta capacidad (estrechamente relacionada con la autoestima
personal) se relaciona directamente con algunas habilidades de liderazgo como la
motivación.
El emprendedor tiene que saber dónde quiere llegar y estar en disposición de realizar
todo lo necesario para lograrlo. Por eso, esta capacidad se relaciona con otras como la
voluntad de finalizar correctamente las tareas que se comienzan, y con la energía vital y
con el entusiasmo, necesarios para conseguir logros de largo recorrido.
Orientación comercial. Tiene que ver con la preferencia por las relaciones
interpersonales laborales, lo que incluye la capacidad de comunicación y de obtención
de la información adecuada para lograr los objetivos que se persiguen, o para la
generación de relaciones de colaboración.
Las habilidades o competencias más directamente relacionadas con este rasgo son las
que tienen que ver con las habilidades de comunicación interpersonal, negociación y
venta.
El fracaso es tan importante como elemento formativo, que algunas entidades de capital
de riesgo valoran mucho que un emprendedor haya tenido fracasos previos, para invertir
en sus proyectos.
El fracaso en un proyecto no significa para nada que se sea un mal emprendedor o que
no se sea emprendedor. Caso contrario, se es mal emprendedor o no se es emprendedor
cuando se fracasa y no se vuelve a intentar.
Una persona que ha fracasado, con seguridad habrá aprendido una gran lección que le
evitará cometer los mismos errores en nuevos proyectos. Es tan importante aprender lo
que se debe hacer como aprender lo que no se debe hacer, y esto último se aprende
fracasando.
Una persona que tiene en sus antecedentes algunos fracasos, además de haber aprendido
mucho de sus errores, ha ganado algo también muy valioso, y es el haber actuado bajo
presión, haber caminado sobre terrenos difíciles, de modo que cuando en sus nuevos
proyectos tenga que pasar situaciones similares, podrá enfrentarlas con más calma, con
la serenidad y sabiduría de quien tiene experiencia.
Un emprendedor que nunca ha fracasado, con seguridad que sabe hacer las cosas muy
bien, pero significa que en caso de presentarse problemas, los que son casi inevitables
sin duda alguna, no tiene la experiencia en la toma de decisiones en terreno negativo, lo
que puede conllevar un riesgo de fracaso, aunque esto suene paradójico.
Por eso, si usted intentó un proyecto y fracasó, no debe preocuparse por ello, puede
seguir intentándolo, y claro, en sus nuevos intentos debe evitar comentar los mismos
errores, puesto que si no tenemos la capacidad de aprender de nuestros errores, ahí si
tenemos un problema.
10 Mitos Empresariales
En este post voy a comentar algunos de los mitos empresariales,
sobre los emprendedores y empezar un negocio. Hay ideas
erróneas que limitan a gente interesada en iniciar su negocio.
8. El fracaso es malo
Este mito del emprendedor nos dice que desde niños, nuestros
padres y la escuela nos enseñan a que fracasar es malo, y el éxito
es bueno. Claro que el éxito se siente bien, pero de él no se
aprende. El fracaso es el gran maestro que nos enseña nuestra
verdadera cara. Si eres una persona que se rinde fácilmente, o que
persiste ante la adversidad. Si respondes con enojo y depresión, o
eres capaz de levantarte y seguir adelante. Una historia de un libro
que estoy leyendo llamado “Moneyball” de Michael Lewis, habla de
un beisbolista de Estados Unidos, Billy Beane. Él era un gran
jugador de beisból, hasta que fracasó. Y nunca se pudo levantar a
ser el gran jugador que todos veían en él. ¿Qué aprendió? Uso su
experiencia 15 años después como General Manager de los A´s de
Oakland, para ser el 2do. equipo con la capacidad financiera más
baja, pero el 5to. mejor de la liga. (Da Clic para checar tu
probabilidad de ser emprendedor)
4 Votes
Igual que en cualquier otro campo de la acción humana existen una serie de mitos y
concepciones erradas, que con gran frecuencia salen a relucir cuando se excusa de no tener la
decisión o de no querer hacer el trabajo que el proceso empresarial exige o cuando se quiere
desestimularlo o desprestigiarlo.
La verdad es distinta, los empresarios exitosos por una largo período, no juegan a la ruleta
rusa, no se arriesgan por corazonadas o por impulsos emocionales. Ellos analizan muy bien la
oportunidad, la miran por todos lados, la evalúan con un software mental que ya tienen
estructurado y que recibe datos por todos los sentidos; calculan cuidadosamente sus
movimientos antes de actuar.
La verdad es que ese software mental y esa lectura sensorial de datos forman parte del
desarrollo del empresario, en muchos casos logrado a tropezones, y casi siempre es muy
particular para ciertos tipos de negocio en los cuales él tiene experiencia.
Es iluso pedirle a una persona que sólo va a hacer sus primeros intentos en el mundo
empresarial que actúe de ese modo y, por tanto, es necesario darle un primer esquema de
análisis que le permita iniciar su proceso de desarrollo.
Pero también es verdad que existen muchas personas que analizan y analizan y nunca toman la
decisión de actuar. El fracaso de este esquema, en términos empresariales, no se debe a los
análisis, obedece básicamente a la falta de algunos atributos empresariales.
El verdadero empresario, con análisis formales o informales, tiene la habilidad para pensar y
evaluar la situación y actuar en el momento oportuno, bien sea para realizar el proyecto, si está
convencido de que éste pueda salir adelante, o para rechazarlo, si cree que sus oportunidades
son muy escasas.
Para el amante de este mito, una sugerencia: pregúntele a un empresario de verdad cuántas
veces ha dicho no a una propuesta de negocio y cómo hizo para llegar a esa conclusión, y se
dará cuenta fácilmente, de que sí efectúa análisis y muy profundos, tal vez no en el papel, pues
no fue así como aprendió a analizar, tal vez no en la forma en que los académicos lo hacen,
pero sí en forma consciente y racional.
Existe evidencia clara de que muchos empresarios no tienen ancestro empresarial, entendido
esto como hijos de padres empresarios, y muchos de los que no son empresarios provienen de
padres empresarios.
El ser empresario implica unos atributos y unos conocimientos que son adquiridos y
aprendidos. La verdad es que los empresarios se forjan mediante aprendizaje y experiencias
educativas que combinan en proporciones diversas lo formal y no formal. Nadie va a negar que
se requiere salud, energía, un poco de inteligencia, características biológicas necesarias pero no
suficientes; tampoco se va anegar que se precisan conocimientos y habilidades que no se dan
al nacer sino que se desarrollan en función del ambiente en que se viva: iniciativa, toma de
decisiones, capacidad de riesgo, creatividad, etcétera.
Drucker indica cómo hace 40 o 50 años nadie pensaba que un gerente era formable, hoy, la
mayoría de la gerencia proviene de las escuelas de administración de empresas. En el mundo
moderno se producen artistas, deportistas, políticos, diplomáticos, y pueden producirse
empresarios, como lo atestiguan muchos casos documentados, aun en comunidades
deprimidas económica, social y educativamente.
Existe la creencia de que sólo es empresario quien cumple todos los requisitos que se puedan
formular sobre los procesos empresariales o sobre las características empresariales, y esto lleva
a posiciones ingenuas como aquella que afirma que quien no parte de una invención o de alta
tecnología no es empresario. La verdad es que existen empresarios que cumplen todas las
características del modelo ideal, pero también hay muchas excepciones. Lo que define a un
empresario es su perspectiva empresarial, y por esos tanto el empresario rural como el de alta
tecnología lo son, no por la tecnología o mercados que manejan, sino por su perspectiva
empresarial.
Igualmente, no puede pensarse que sólo es empresario quien con frecuencia empieza una
empresa, pues, parte de la función del empresario es el crecimiento y la supervivencia a largo
plazo de la empresa. Además, es importante entender que la perspectiva empresarial no
depende del sector económico, de la tecnología que se maneje, de la finalidad o no del lucro o
del tamaño de la egresa.
Este mito es tan fuerte que incluso hay empresas consultoras y universidades que antes de
aceptar un participante en un curso de espíritu empresarial le hacen un chequeo de sus
habilidades y conocimientos y si los tienen lo aceptan; de lo contrario lo rechazan. La verdad es
que ese empresario que ya tenía todas las características no necesitaba ese entrenamiento, y
que los indicadores de éxito de esas organizaciones son apenas obvios, pues so empiezan con
empresarios es muy difícil terminar si éstos. La misión del proceso educativo es proveer y
despertar las competencias necesarias para que una persona que no ha actuado como
empresario, empiece a hacerlo.
En general, la falta de de dinero es más un síntoma que la causa del problema. Muchas veces la
gente quiere que le den dinero para una idea general, o para una idea de negocio que no ha
sido evaluada ni analizada y en la cual el presunto empresario no tiene experiencia, y claro en
ninguna parte del mundo esta persona va a conseguir lo necesario. Igual ocurre con los
problemas de garantías, en que todos queremos que las entidades financieras nos suelten
dinero sin ningún respaldo; esto es imposible, pues éstas manejan recursos de otros y tienen el
compromiso de responder por ellos.
Existen muchas formas de hacer un proyecto y la tarea del empresario es identificar la forma
que es funcional para su nivel de recursos.
Este concepto se escucha y hay evidencias como estas: “Si usted mira a los empresarios
famosos de hay, que tal vez empezaron sus negocios en 1950, se da cuenta de que ellos no
fueron a la universidad y tal vez ni siquiera al bachillerato”; y, claro, uno puede continuar y
afirmar: “Si usted mira los empresarios de 1900, ellos no fueron ni siquiera a la escuela
primaria”.
Indudablemente, esto es falaz, pues se olvida de las características de la población del país; en
1950 el porcentaje de ciudadanos latinoamericanos que terminaban bachillerato era mínimo,
el número de empleos disponibles también era mínimo. Por tanto, lo normal era que los
empresarios tuvieran como característica no haber ido a la universidad.
Las condiciones actuales en los países desarrollados son muy distintas; la mayoría de los
empresarios de la década del 80 son personas con títulos universitarios, y esto de nuevo no es
más que un fenómeno ambiental.
Cada día en Latinoamérica, más y más empresarios son personas con educación superior, pues
indudablemente esos conocimientos no pueden perjudicar el ejercicio empresarial. Es fácil
también apreciar que los empresarios todos los días mejoran su calificación y tratan de
remediar su falta de conocimientos.
Todos los programas de apoyo empresarial exitosos por la capacitación de los empresarios,
pues esta es la única forma de mejorar su habilidad de gestión y elevar la probabilidad de
supervivencia y crecimiento de la empresa.
El empresario del futuro tiene que ser un empresario educado, formal o informalmente, de lo
contrario, sus posibilidades de éxito y/o crecimiento son nulas. Por otro lado, el empresario
conoce su negocio detalladamente y sobre éste requiere conocimiento y formación.
Una persona pudo haber sido un mal estudiante, porque estudió algo que no le gustaba, que le
fue impuesto o que fue su única alternativa, pero un día encontró la forma de desarrollar su
verdadero potencial y lo hizo. ¿Qué sentido tiene analizar que fue mal estudiante?
La gran mayoría de las personan empleadas son despedidas o renuncian a sus cargos más de
una vez en su vida; ¿querrá esto decir que son malos o incapaces? No, la mayoría de las veces
son conflictos de poder, o procesos de modificación organizacional, o discrepancias con el jefe,
o simplemente insatisfacción con el trabajo.
Además ¿quién ha dicho que todos tenemos que ser buenos para todos ¿ Es perfectamente
válido que uno sea muy bueno para empleado y muy malo para empresario o viceversa.
Por otro lado, ¿qué es ser fracasado? ¿Acaso un empresario con una empresa con 20
empleados y con unas buenas utilidades es un fracasado? Obviamente que no, y es más, ese
empresario puede ser más útil a la sociedad y más exitoso que la persona exitosa que se jubila
sin haber generado un empleo extra y dependiendo solo de su pensión de vejez.
Es importante que es empresario tenga conciencia de que siempre habrá resultados no sujetos
a su control, que él trabaja con información incompleta y que por tanto, hay riesgo; pero que
esos riesgos se aminoran a medida que se prepare para enfrentarlos y no a medida que
simplemente confíe en que la buena suerte lo protegerá.
Para estar en el lugar apropiado, en el momento oportuno y captar la oportunidad que circula
ante nosotros, se necesita un proceso de análisis de factores; en resumen, se necesita espíritu
empresarial y no suerte.
Este principio, denominado el principio del corredor, es que maravilla de algunos empresarios
maduros, a quienes con gran frecuencia se ven en nuevos negocios, y los novatos le preguntan:
¿Cómo lo hacen? ¿De dónde sacan tantas ideas? La respuesta está en que cada negocio genera
múltiples nuevas opciones, y eso le facilita a ese empresario su expansión.
El ser empresario requiere práctica, requiere un inicio y es muy probables que algunos de los
intentos no sean exitosos. Muchos empresarios famosos han tenido varios fracasos y de ellos
aprendieron nuevas técnicas y procedimientos que luego los hicieron exitosos.
¿Cuál es la verdad? La realidad es que toda inversión tiene riesgos, y que actos 100% seguros
no existen en el mundo. La verdad también es que en el proceso empresarial hay negocios que
no son exitosos, igual que ocurre en el proceso de empleo en que no todo el mundo
permanece y asciende.
Hay que definir muy bien qué son fallas empresariales y sobre todo si la falla fue productiva o
no. En varias investigaciones se ha encontrado que muchos de los empresarios exitosos o,
tuvieron fallas, pero que de éstas aprendieron lecciones útiles en sus actividades posteriores y
constituyeron la base del éxito empresarial.
Sin embargo, es necesario revisar las estadísticas, pues parecería que muchos de los
enunciados que se emiten no son comprobables, y muchos de éstos se basan en un concepto
de falla que puede ser errado.
Por ejemplo ¿es una falla un cierre de un negocio por muerte o enfermedad o traslado o
cansancio de un empresario? ¿Es falla una empresa que estaba en operación pero como su
dueño encontró otra oportunidad usó los recursos de la anterior para la nueva organización?
¿Es una falla el cierre de una empresa que estaba orientada a resolver una necesidad humana
que se prevé desaparecerá el año entrante?
Indudablemente hay una manera de no fallar: nunca intentar. Este principio también garantiza
que nunca se logrará el éxito. Es mejor equivocarse por intentar que morir virgen
empresarialmente.
Si se observan los negocios de e-business y muchos de los negocios establecidos en los últimos
años, sus empresarios son personas muy jóvenes. Bill Gates, famoso empresario de software
testimonia: “Cuando tenía 19 años percibí un camino para mí futuro y basé mi carrera en esa
percepción. Resultó que ella era un buen camino”.
Sin embargo, en Latinoamérica, con todos los problemas ya indicados, y a pesar de ese entorno
macroeconómico tan difícil de los últimos 40 años, se ha dado todo un proceso empresarial
vibrante que en gran medida ha evitado el hundimiento total de la economía regional.
MITO 12. Para formar empresas hay que ser inventor o trabajar en tecnología avanzada
Aunque muchas empresas ejemplares implicaron una invención o un trabajo en tecnología
avanzada, la realidad es que una mínima parte de las empresas que se constituyen, aun en los
países desarrollados, tienen como base estos elementos. La gran mayoría de las empresas
nuevas se basan en tecnologías convencionales y conocidas.
Se oye con mucha frecuencia críticas a una persona porque no ejerce el oficio normal de su
profesión, e incluso hay movimientos para formular leyes que impidan que alguien que no
tiene un título, pueda ejercer un oficio.
Se llegó a pensar que la función del sistema educativo era producir personas para desempeñar
oficios concretos, lo cual conduce a la súper especialización desde la secundaria, a enfatizar el
cómo hacer cosas, a desechar las bases científicas y tecnológicas por considerarlas no
prácticas, etcétera.
Por otro lado, el éxito profesional se mide por el cargo que la persona ocupa y el tamaño de la
empresa a la cual está vinculado el profesional, sin tener en cuenta otros valores importantes
en la vida profesional.
Hay que entender que las profesiones son un medio de desarrollo personal y no un fin en sí
mismo, y por tanto, lo importante no es el ejercicio de una profesión u otra, sino la
contribución que al desarrollo económico y social brinda el profesional.
Es perfectamente válido, incluso deseable, que esa contribución se haga en una actividad que
genere trabajo, riqueza y valor agregado.
La realidad es que un empresario exitoso tiene más estatus profesional que un empleado de
nivel intermedio.
Los últimos años, tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo, adquirir un
empleo no es garantía de poder conservarlo de por vida, pues las organizaciones con gran
frecuencia toman decisiones de despido de personal, y en ese momento las personas quedan
cesantes y sin organización para jubilarse, no encuentran en sus pensiones de jubilación,
normalmente el capital del empleado, unos ingresos que le den seguridad en su vejez.
Realmente existen riesgos tanto en el empleo como en las empresas. A corto plazo es más
arriesgado el mundo empresarial; a largo plazo es más arriesgado el empleo. Por tanto, este
mito hay que cuantificarlo adecuadamente y no darlo por válido sin analizar las consecuencias.
Toda profesión tiene la opción de ser creadora de empresas, y al diseñar los perfiles de los
egresados debe tenerse en cuenta este concepto básico de formación. Como se anotó: hay que
formar a la gente para el trabajo creativo bien sea en una organización propia o en una
organización para la cual se emplee, y no sólo para empleos burocráticos.
Si haz llegado hasta aqui muy bien por que eso demuestra que realmente te apasiona el
emprender y eso es un punto a tu favor, si haz caido en alguno de estos mitos no te preocupes
que el primer paso para el exito es afrontar los problemas, identificarlos y hacer lo posible por
cambiarlos, entonces te invito a que en una hoja apuntes los mitos en los que crees que haz
caido y añadas tus propios mitos, para que te pongas a trabajar en ellos y des tu primer paso
en el camino del exito.
Fuente: http://negociosyemprendimiento.blogspot.com/2009/02/15-mitos-sobre-los-
empresarios-y-el.html
Si te gustó el artículo y la temática del Blog por favor sería muy interesante para todos
que nos dejes tu comentario.
Tipos de habilidades
Emprendedor
Es habitual emplear este término para designar a una «persona que crea una
empresa» o a alguien quien empieza un proyecto por su propia iniciativa. Se ha
sugerido que el “ser emprendedor” es una de las cualidades esenciales de un
empresario, junto con la innovación y la capacidad de organización y gestión.
Habilidades de un emprendedor
Si uno no cree en lo que hace como emprendedor ¿cómo puede esperar que lo crean
los demás? Esto es especialmente importante a la hora de conseguir clientes, si
nosotros mismos no tenemos pasión difícilmente la podremos infundir en un posible
cliente, nuestro marketing será probablemente gris y poco efectivo, marchito, igual
que nuestro trabajo y nuestro producto en cuanto pase un poco el tiempo.
- Alta autoestima: Para lograr superar los obstáculos y cumplir con todos los objetivos
planteados, la persona necesita tener confianza en sí misma. Apenas comienzan a
surgir problemas sigue adelante; pues cree que sus capacidades podrán hacerle
frente a las dificultades.
- Piensa positivamente: Tiene una actitud ganar - ganar con todas las personas
involucradas en la realización del proyecto. Asimismo, cada problema es visto como
una oportunidad para aprender y corregir los errores que se hayan cometido. Todo
emprendedor exitoso es optimista y ve siempre el lado bueno de las cosas, sin caer
en una visión distorsionada de la realidad.
También, tienen la capacidad de motivar a otras personas para que lo sigan por
voluntad propia y de transmitir entusiasmo a los demás para optimizar la realización
de sus actividades diarias.
Considero la habilidad de venta como ese momento en que tienes que realizar el
último acercamiento y cerrar el tema de manera audaz, sin embargo como bien dice
Peter Drucker “El marketing tiene como función hacer superflua la venta”, es decir,
que si eres lo suficientemente bueno llevando un mensaje que atraiga y exponiendo
una oferta atractiva que despierte interés no hará tanta falta habilidad de venta final.
Para lograr superar los obstáculos y cumplir con todos los objetivos planteados, la
persona necesita tener confianza en sí misma. Apenas comienzan a surgir problemas
sigue adelante; pues cree que sus capacidades podrán hacerle frente a las dificultades. El
emprendedor también es consciente de todas sus cualidades, las cuales intenta mejorar y
aprovechar al máximo, pero al mismo tiempo conoce sus limitaciones, lo que le permite
recurrir oportunamente a una ayuda externa.
2. Asume riesgos
3. Piensa positivamente
Tiene una actitud ganar - ganar con todas las personas involucradas en la realización del
proyecto. Asimismo, cada problema es visto como una oportunidad para aprender y
corregir los errores que se hayan cometido. Todo emprendedor exitoso es optimista y ve
siempre el lado bueno de las cosas, sin caer en una visión distorsionada de la realidad.
4. Desarrolla el liderazgo
Son personas que tienen la habilidad de ejercer influencia sobre los demás para lograr
objetivos comunes. Son fuente de inspiración, respeto y credibilidad para su equipo de
trabajo; hace que ellos se identifiquen, no sólo con él, sino con las ideas, proyectos y
negocios que decide emprender. También, tienen la capacidad de motivar a otras
personas para que lo sigan por voluntad propia y de transmitir entusiasmo a los demás
para optimizar la realización de sus actividades diarias.
9. Es creativo e innovador
Son personas dispuestas a experimentar nuevas maneras de hacer las cosas. Para ello,
identifican y transforman los problemas en oportunidades. Un emprendedor, está abierto
a pensar más allá de los límites tradicionales y usa su imaginación para ver el mundo
desde una óptica diferente, para crear nuevos productos y servicios o rediseñar y
mejorar aquellos que ya se ofrecen en el mercado.
10. Es proactivo