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La novela narra la historia de la peculiar familia Buendía en el pueblo de Macondo.

Una aldea fundada por el cabeza de


familia, y lugar de donde parte la historia.

historia que se desarrolla a través de las aventuras y desventuras que sufre la familia, generación a generación. tienen en
común los Buendía, la repetición de nombres (Aureliano y José Arcadio) y la afición por el esoterismo…, sienten una
fuerte atracción por los inventos, los experimentos y todo lo que tenga un ingrediente entre misterioso e irreal.

Todo esto hará que lo que era una familia “normal”, compuesta por Úrsula y su marido José Arcadio Buendía, se
vaya “surrealizando” con el devenir del tiempo.

inicio curioso: se acomodan en un “trozo de tierra” y fundan un pueblo: Macondo. Los hijos Aureliano (ensimismado,
callado) y José Arcadio (mas abierto) irán creciendo. la familia aumenta, Rebeca (apareció un día por allí con un saco
de huesos) con Amaranta… se van reproduciendo descendientes “curiosos”. , después de Cien años de Soledad la
familia desaparecerá, tras el nacimiento y muerte del último bebé.

relata las extravagancias de cada uno de ellos, es su día a día lo que hace que la novela funcione. Un día a día que se
compone por ejemplo de la entrañable Úrsula y su capacidad de aguante, la chifladura de su marido que acabará atado a
un castaño, los poderes mágicos del gitano Melquíades, Pietro Crespi y su mallas apretadas, la crueldad de la solterona
Amaranta, los huesos de Rebeca, el esplendor de la bella Remedios, la estricta Fernanda, el fiestero de Aureliano
Segundo, la falsedad de su hermano José Arcadio Segundo, la tierna humanidad de la prostituta Pilar Tenera, el aire
solitario y guerrero del Coronel Aureliano Buendía…

cotidianeidad, una historia “abierta”, la emoción la introducen imprevisibles personajes y sus particulares mundos.

usa metáforas, símbolos, el dinamismo, la infinidad de recursos… una clase maestra de literatura.

realismo mágico (algunos humanos son capaces de llevar a cabo acciones que no son del todo humanas…) repetir el
nombre de los personajes, seria bueno ir edificando el árbol genealógico para evitar confusion
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La historia se centra en la familia Buendía, durante 6 generaciones, desde José Arcadio Buendía y su mujer Úrsula,
pertenecen a una de las familias fundadoras del pueblo donde se desarrolla la trama-Macondo- hasta la 6ª, Aureliano
Babilonia.

Enmarcada en el principio del S. XX se aprecia la guerra entre liberales y conservadores, el Coronel Aureliano Buendía
de la 2ª generación esta envuelto, la llegada de los americanos a Macondo instalan una bananera.
género del realismo mágico, aparecen elementos irreales, como el miedo de Úrsula por tener un hijo con cola de cerdo ya
que ella y su marido son primos o el diluvio en el cual se ve sumido Macondo durante años.

Ggitanos que traen al pueblo nuevo inventos, crea en José Arcadio Buendía el deseo por la alquimia desencadena en
locura. Un gitano Melquíades vive con la familia hasta su muerte, y sus manuscritos podrán ser descifrados después de
100 años.

La soledad está muy presente en toda la obra, nadie en la familia encuentra el amor verdadero

narrativa sencilla que facilita su lectura, no tiene diálogos.

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Publicada en 1967, relata el origen, la evolución y la ruina de Macondo, una aldea imaginaria, Estructurada como una saga
familiar, la historia de la estirpe de los Buendía se extiende por más de cien años, y cuenta con 6 generaciones para
hacerlo.

La crónica de los Buendía, acumula cantidad de episodios fantásticos, divertidos y violentos,


la crónica de Macondo, desde su fundación hasta su fin, representan el ciclo completo de una cultura y un mundo. El clima
de violencia en el que se desarrollan sus personajes es el que marca la soledad que los caracteriza, provocada más por las
condiciones de vida que por las angustias existenciales del individuo.

El realismo mágico, la objetividad de la vida material se vea matizada por la subjetividad de la fantasía. Lo insólito
(situaciones parecidas a los cuentos de hadas, levitaciones, premoniciones, la extrasensorialidad presente) da lugar a una
atmósfera mágica que atenúa la miseria social y humana, de forma que lo mágico subraya la dureza y desajuste de la
realidad, la violencia que domina la vida cotidiana.”

Mi opinión reconozco el talento del autor quien pasa de palabra a palabra sin esfuerzo, disfrutando, sin cansarse. La
historia lo tiene todo, amistad, amor, traición, algunas cosas mágicas, humor y soledad.

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Es un clásico latinoamericano que ha dado pie a un sin fin de novelas.

parece fundamental leerla en la adolescencia, discutirla en clase, brinda mucha cultura


libro influyente

Se divide en 3 etapas diferentes y bastante marcadas que hablan principalmente de las andanzas de la familia
Buendía en el estrafalario pueblo de Macondo, nos narra la historia de 6 generaciones comenzando por la de José y
su mujer Úrsula y terminando en Aureliano Babilonia.

Novela concebida como un cuento, relato que adquiere las dimensiones de una obra infinita.

Cada personaje tienen un rasgo que lo define y se combina con otros distintivos heredados,

personajes que repiten hasta el cansancio los nombres de sus antecesores

hasta parece que son los mismos con leves variantes, da la impresión de que estamos encadenados a la herencia
genética y a la confusión genealógica.
La 1ª etapa nos introduce en la familia Buendía y llegamos a conocer a sus principales miembros y donde vemos la
conformación de Macondo. La 2ª estapa nos cuenta el desarrollo político, cultura y social de Macondo, nos narra las
aventuras de la familia Buendía y el nacimiento de nuevos personajes. La última etapa, la más especial y está contenida la
magia principal de la novela (POR QUE)

los protagonistas están condenados a una vida en soledad; su destino fue sellado por el atrevimiento que demostraron
a los patriarcas al cometer incesto,

a medida que Macondo crece, las tres generaciones van transcurriendo, y los 3 hijos que tienen los Buendía
acaban cometiendo errores terribles por los cuales se les castiga y condenan a sí mismos en soledad.

ES un círculo que no acaba de cerrarse, y donde quedan todos atrapados en una fatalidad que se cumple por
encima de la voluntad, dando como resultado el destino que nos sobreviene.
Los personajes se conocen, no son tontos, saben cuáles son sus limitaciones, las repeticiones que se producen desde sus
generaciones anteriores; conocen el orden cíclico que rige al mundo.

Macondo, allí todo se inventa, se descubre, se prueba, una ciudad salvaje, primitiva, en pro de la urbanización, que da la
sensación de que los hallazgos humanos, los logros y también los desastres, ocurren sin referencia alguna, como si
sucediera por primera vez, no hay conocimiento de lo que hay más allá de la ciénaga, y por eso todo
descubrimiento es una novedad asombrosa, desde lo más pequeño hasta lo más profundo.

Todo lo que pasa acaba por reiterarse debido a ese círculo repetitivo de fatalidad. Quizá a esto se debe la cronología
tan compleja y confusa, pues hay varias generaciones de Buendías que viven en Macondo, con una cohabitación de todos
ellos. Algunos son centenarios, como Úrsula, y otros perviven más allá de su vida activa, como Aureliano, gozando de un
tiempo que no cesa, y que sólo terminará cuando el círculo pare y Macondo desaparezca.

Es una suma de fragmentos que se remiten a una cronología redundante, un repertorio de cuentos unidos por
quien los describe y predice. Toda la novela es precisamente una realidad inmediata que “le resultó más fantástica que
el vasto universo de su imaginación”.

fabulosa recreación en pequeñito del mundo, en el cual los personajes pasan por las mismas etapas por las que
ha pasado el género humano.

los hilos de los personajes los teje un ente omnipotente y omnisciente que convierte en moralmente
irresponsables a los individuos.

Se puede decir que es la percepción que él autor tiene acerca de un mundo que funciona sin libertados reales ni
avances verdaderos; estamos condenados a repetirnos, pues el destino nos impide ejercer esa ficción que es la
libertad y en la que todos queremos creer, pues ella es el último refugio de la fantasía humana, desmentida siempre por
los hechos, la genética y la repetición.

Sin embargo el narrador está plenamente consciente de estar de pie sobre el orden y la realidad, con la impresión
de reiterar en cada generación y en cada individuo lo que está condenado a emprender, atados a un destino que les
hace imposibles el progreso, sometidos a la lógica de la pertenencia.
Esta novela se forma como un niño en el vientre de su madre, en sus primeras páginas se halla el embrión,
desarrollando todo lo que después volverá a suceder o se agravará, la fundación de Macondo, el origen de la
dinastía, en el pueblo de Rioacha, cuando los bisabuelos de José y Úrsula se conocen, y muchos años después, cuando
ellos se casen, el temor de la boda entre primos seguirá presente, con miedo a tener un hijo con cola de cerdo

Huyen a otro poblado, allí comienza la historia de los Buendía y con ella la vicisitud de las consortes, de los hijos, amantes,
amigos, enemigos, la historia mil veces contada, tantas veces repetida. en esas primeras páginas, lo que culturalmente
siempre nos ha preocupado,
El autor condensa la fundación del mundo, el tabú del incesto, el homicidio original y el peso del linaje y la traición (¿Adán y
Eva?), la llegada de tantas novedades que no alteran el destino, el amor no correspondido, el poder como disputa, la
violencia, el origen de la guerra, el egoísmo, condenados, como en la biblia, con plagas, con la soledad, la muerte y la
fantasía de la inmoralidad.

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde
remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”, es, sin duda, una frase que se repite a lo largo de las páginas y que
sirve para puntuar los elementos que siempre vuelven y que tato se parecen, hay quienes lo ven como una alegoría
de la muerte que siempre nos espera y que tanto nos iguala, cuando el destino nos sorprende. Moriremos como el coronel
Buendía, quizás no fusilados, pero si después de una larga agonía. A fin de cuentas, a Macondo llegarán un montón de
adelantos que transforman superficialmente aquello que no cambia, pues nada de eso puede impedir la
desaparición de Macondo, así como la nuestra, prevista, anticipada..

vemos un drama real y verdaderos conflictos que generan tensión, desde amoríos tórridos, fugas, guerras, asesinatos e
inclusive suicidios por desamor, hasta una guerra civil y una revuelta de trabajadores de una plantación bananera, Cien
años de Soledad se pasea por un sin fin de temas que se han distorcionado con el tiempo y que vale
completamente la pena leer aquí.

El autor construye una historia de realismo mágico un trabajo excelente, en ningún momento se vuelve aburrida, el autor
describe los primeros pasos de una revolución y llegas a un punto en el que te convences de que todos los
elementos mágicos que describe son ciertos.

Obra que abarca un contexto político bastante fuerte y que nos presenta la soledad a través de tres generaciones,
pero que también nos habla del amor y de un sin fin de relaciones.

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Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde
remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.» Con estas palabras empieza una novela legendaria, una de las
aventuras literarias más fascinantes del siglo XX. La familia Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones,
tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la historia,
la tragedia y el amor del mundo entero.

Cien años de soledad narra la saga familiar de los Buendía y su maldición, que castiga el matrimonio entre parientes
dándoles hijos con cola de cerdo. Como un río desbordante, a lo largo de un siglo se entretejerán sus destinos por medio
de sucesos maravillosos en el fantástico pueblo de Macondo, en una narración que es la cumbre del realismo mágico.
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella
tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo…” Así es el inicio de esta maravillosa joya literaria —inicio
considerado como uno de los diez mejores en la literatura universal — y se va desenvolviendo a partir de los encuentros y
desencuentros entre Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía. Se presentan historias de amor imposibles entre los
descendientes, guerras e intervenciones económicas extranjeras (la bananera) por medio de una narración mágica,
sobrecogedora y sublime. El narrador muestra sin tapujos los miedos y tonalidades de cada personaje, quienes se
afrontan a su propio destino haciendo que la historia fluya naturalmente. Un hecho destacable de esta narración es que
es intensa en todas las páginas; en ningún momento se torna tediosa su lectura (a veces pienso que es una conspiración
norteamericana por aquellos que apodan a este libro “Cien años de tedio.” Tiene párrafos extensos, eso sí, pero la
narrativa tan impecable los hace llevaderos). Así que no crean que es tediosa ni que necesitan grandes
conocimientos para comprenderla, pues es un libro que se siente. Yo me lo leí en un día, puesto que todo el universo
de Gabo me atrapó desde la primera frase.

Y es que ¿qué más se puede decir de una narración cumbre del realismo mágico y la literatura del boom? Como lector,
pocas historias me han llegado al corazón como Cien años de soledad. Esta novela no solo llegó, sino que se hizo un
terremoto dentro de él y ahí quedó con sus sentencias sublimes, sus personajes, sus descripciones, su imaginería y
simbolismos. Sobre estos últimos cabe señalar que Cien años es también un retrato de los pueblos latinoamericanos por el
hecho de abordar simbolismos acerca del saqueo de los mismos a manos de empresas transnacionales como la bananera
y sucesos como la masacre acaecida en la estación de ferrocarril, basada en una masacre que sufrió una compañía en
Colombia.

Existen más simbolismos y alegorías acerca de la naturaleza humana con temas


de la soledad, la rutina, la muerte y la locura que vale la pena descubrir e interpretar, pues como todo en el libro, les
sucumbirá su percepción hacia ellos.
El centenario de soledad cuenta con pasajes realmente evocadores como el pelotón de fusilamiento, el descubrimiento del
hielo, las flores y mariposas amarillas y la imagen del Coronel, por lo que cada episodio de la historia quedará a calca
en sus memorias por la calidad vívida y lo notable de los mismos.

Sobre la ambientación, puedo afirmar que esta joya es un ejemplo del poder creativo para dibujar un mundo mágico y
acogedor. Macondo es ese pueblo que queda en la memoria con sus casas de barro y cañabrava y sus piedras enormes
como huevos prehistóricos. Me enamoré de esta ambientación, en todos sus matices.
Los personajes tienen una complejidad asombrosa; desde todas las aristas se denota su construcción por lo que son
distintivos para el lector. Sin embargo, a pesar de ello, existe una repetición de nombres, por lo que es recomendable
consultar un árbol genealógico o hacer anotaciones para no confundirlos.
Los personajes que más me marcaron fueron Úrsula, Rebeca y, obviamente, el Coronel.
Sobre las historias de amor, a pesar del destino de la mayoría de ellas (el título es el más literal del mundo), enganchan y
emocionan de un modo muy particular, pues los desencuentros, la envidia, la inseguridad y demás miedos no los dejarán
indiferentes. Cada subtrama se entrelaza durante este período hasta llegar a un final sorprendente, único, soberbio,
inmortal.
Sé que esta reseña desborda adjetivaciones, pero han de saber que, como dijo Cortázar, “las palabras nunca alcanzan
cuando lo que hay que decir desborda el alma”.
Para concluir, recomiendo Cien años de soledad a todo el mundo, pues es una lectura que guarda la esencia de todo lo
que nosotros hemos sentido, sentimos o sentiremos en algún momento de nuestras vidas, es el reflejo de nuestros
pueblos, un huracán de emociones que desnuda el alma y un legado para —paradójicamente —, no sentirnos solos.
“Cien años de amor, cien años de desamor, cien años de encuentros, cien años de desencuentros, cien años de flores
amarillas, cien años de mariposas amarillas, cien años de magia, cien años de realidad, cien años de peregrinación, cien
años de guerras, cien años de soledad, cien años de vida.”

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