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Roque Saenz Peña 352 - Bernal - B1876BXD - Buenos Aires - Tel: 4365-7100
http://www.virtual.unq.edu.ar/
8. La medida de las cosas I
Índice
Índice de contenido
Introducción.............................................................................................. 3
Objetivos de la clase................................................................................... 3
8. 1. Medir es comparar.................................................................................. 4
Longitud................................................................................................ 5
Conclusión................................................................................................... 18
Lecturas obligatorias..................................................................................... 18
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Introducción
Objetivos de la clase
Identificar aquello que surge del proceso de medición como una interacción
con el mundo de los fenómenos naturales.
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8. 1. Medir es comparar
8.1.1 Comparar con lo que se me ocurra
Cuando medimos una magnitud, lo que hacemos es compararla con una unidad de
medida de esa magnitud.
Para realizar una medición deberemos decidir con qué unidad lo compararemos
(lata de gaseosa), con qué método (levantar el objeto), y con qué escala la
mediremos (cero lata equivale a cero fuerza, el doble de latas indica el doble de
fuerza, etc.)
un método de medida
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8.2 Medir de aquí hasta allá
Bueno, seré breve. Si vamos a usar una cinta métrica o colocar una varilla de un
metro para decidir cuántas veces cabe la varilla en el frente de nuestro lote, no
vamos a pensar que al principio del lote la varilla es más corta y cuando está al
final del lote la varilla está más larga. No creemos que las dimensiones cambien por
el solo hecho de estar ubicados en diferentes posiciones. La distancia entre dos
posiciones no parece depender de si esa distancia está en una zona u otra de la
Tierra o del Sistema solar. Algo que será muy discutido con la teoría de la
relatividad.
Nuestra vara mide lo mismo aquí que en la vereda de enfrente. Esto es equivalente
a atribuirle homogeneidad al espacio. Todo lo que ocurre, ocurre del mismo modo
en cualquier punto del espacio.
Por otra parte tampoco creemos que si nuestra varilla de un metro está orientada
en la dirección norte-sur mide diferente que si está orientada en la dirección este-
oeste. Y esta otra presuposición es la de isotropía del espacio. Así que, antes de
medir longitudes en el espacio, ya hemos decidido que el espacio es homogéneo e
isótropo: primer agregado del sujeto que mide.
Longitud
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Es importante notar que con el desarrollo de la física, la unidad de medida sigue
siendo el metro, pero el patrón de medida ya no es el metro patrón que está en el
museo de pesas y medidas en París. A partir de 1983, el metro es la distancia que
recorre la luz en el vacío durante un intervalo de 1/299 792 458 de segundo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Metro
Sin embargo, a los fines epistemológicos de este curso podemos recordar que hasta
1983 se tomaba como longitud de un metro todo aquello que, al ser colocado a la
par del metro patrón de París, coincidiera en sus extremos. Y para eso se calibraban
las cintas métricas y otros instrumentos de medición, todo lo que dio lugar a la
metrología, una rama de la física con su propia agenda.
https://es.wikipedia.org/wiki/Metrolog%C3%ADa
Volviendo a las varas, al ingresar en al era de los metros y el sistema decimal, nos
dimos cuenta de que la vara medía 8,66 metros, y es por eso que la mayoría de los
lotes de las ciudades en sus barrios antiguos tienen un frente de esa longitud. Esto
parece super sencillo, pero ¿cómo podemos decidir que estamos colocando los
bastones en línea recta?
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Como los extremos coinciden cuando los ponemos a la par, diremos que todos esos
bastones miden lo mismo y dado que podemos tomar uno de ellos como la unidad
patrón, todos ellos miden una unidad: un bastón.
Ahora podemos colocar los diez bastones uno a continuación del otro y con eso
decir que la longitud total es de 10 bastones.
Pero surgen otros peligros. ¿De qué modo deberíamos alinear los bastones para
garantizar que de un extremo al otro de la colección hay 10 unidades?
Si vemos que no podemos lograr una operación en la que la magnitud sea aditiva,
entonces nos resignamos a que esa magnitud no es aditiva.
Aquí hay un problema serio. Si una magnitud no es aditiva, ¿eso es porque todavía
no se nos ocurrió el modo en que se debe realizar la operación de yuxtaposicón o
es porque esa operación no existe?
Para la temperatura no encontraremos ese tipo de operación y por eso diremos que
es no aditiva. Las magnitudes no aditivas se asocian con las propiedades intensivas
(color, temperatura, densidad, etc.) mientras que las magnitudes aditivas se
asocian con propiedades extensivas (peso, masa, longitud, duración, superficie,
etc.)
Una vez que hemos decidido cómo ubicar los bastones y hemos elegido el patrón de
medida (la vara, por ejemplo) ahora debemos decidir dos cosas más: qué valor le
asignamos a un bastón o una de estas varas (ya no en el sentido histórico) y cómo
es la interpolación y extrapolación, es decir, cómo es la escala.
El valor más sencillo es otorgar a una vara el valor numérico 1. En ese caso no solo
la tomaríamos como patrón de medida sino también como unidad de medida.
También sería muy sencillo para una magnitud como la longitud, tomar el valor cero
como indicativo de ausencia de magnitud.
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8.3 Medir de ahora hasta más tarde
Algo similar podemos decir de la medición de las duraciones. Una duración o lapso
es el período de tiempo que se encuentra entre dos instantes: el inicial y el final.
Tenemos que elegir un patrón de medida para las duraciones. Algo que funcione
como una medida de duración que sea fácil de reconocer y al acceso de cualquiera.
Por ejemplo, desde la antigüedad se identificó como un buen patrón de duraciones
el período entre dos pasos del sol por el meridiano del lugar. En términos sencillos:
el día solar.
Entre el mediodía del martes y el mediodía del miércoles, diremos que hay un día.
Pero ese día no solo es la duración sino el patrón de medida. Así que todas las
duraciones que queramos medir deberán compararse con el día.
Así podremos decir que un año son 365 y ¼ días, que realizar una tarea nos llevó
15 días, que podremos levantar una pared en medio día, que jugamos a las cartas
durante dos días seguidos, etc. El día como patrón de medida tiene varias ventajas.
Todos los humanos accedemos a poder comparar el resto de las duraciones con el
día y todos tenemos una vivencia asociada con el día. Pero tiene grandes
desventajas. La mayor desventaja es que no es portátil como la vara.
Podemos en cambio elegir algún fenómeno portátil, como por ejemplo “lo que tarda
en caer una bolita por el tubo en el que guardo mi diploma, cuando lo inclino de
forma que un extremo está apoyado en el piso y el otro arriba de mi libro de
cabecera. Ese mecanismo es perfectamente portátil. Puedo ir con mi patrón de
duraciones por el mundo. Replicar porta títulos de igual largo e incluso darle la
inclinación idéntica como si tuviera un caballete inclinado.
Si tengo una colección grande de estos artefactos, puedo medir la duración del día,
del modo siguiente, suelto la bolita del primero y cuando llega al final, se suelta la
bolita del segundo y así sucesivamente y voy contando cuántos procesos similares
se han producido desde el mediodía de ayer hasta el de hoy. Con eso tendré la
medición de la duración del día con un dispositivo portátil.
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Nuevamente, si colocamos dos relojes de arena en simultáneo no estamos
sumando duraciones, estamos calibrando o comparando relojes de arena. La
operación para yuxtaponer duraciones es particular y diferente a la de las
longitudes. El proceso es particular para las duraciones.
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8.4 Calor y temperatura
Cuando tenemos frío nos acercamos a la estufa para recibir calor; cuando dejamos
un rato la comida en el plato, pierde calor; cuando un motor está funcionando
calienta sus alrededores, etc. Todos estos conocimientos pueden aprovecharse para
describir la manera en que los objetos intercambian calor.
Sabemos desde hace mucho tiempo que si ponemos en contacto un objeto caliente
con otro más frío (por ejemplo servimos una gaseosa fría en un vaso que
recientemente se lavó con agua caliente) los objetos que están a distinta
temperatura llegan a una temperatura intermedia y permanecen en esa
temperatura de equilibrio hasta entrar en contacto con otro de diferente
temperatura. Vemos que los cuerpos llegan a un equilibrio térmico.
Esto se parece mucho a cuando dos recipientes que contienen diferente cantidad de
líquido se conectan de modo que el líquido puede nivelarse entre los dos
recipientes. Por ejemplo, un lago en una caverna que está conectado al mar por
algún conducto subterráneo, seguirá las mareas bajas y las mareas altas. A este
fenómeno de nivelación de líquidos lo llamamos brevemente “vasos comunicantes”.
Esto hizo que antiguamente se creyera que el calor era un fluido que
podía pasar de un cuerpo a otro como el líquido entre el mar y el lago
de la caverna. Se pensó entonces que los cuerpos de distinta temperatura
intercambiaban fluido calórico hasta que sus temperaturas se igualaran. En esta
manera de pensar, la temperatura era análoga al nivel del líquido y el calor era el
concepto análogo al de caudal de agua que fluye de un lado a otro.
Hoy hemos abandonado la idea de fluido calórico. Sostenemos en cambio que, del
cuerpo más caliente al cuerpo más frío hay un flujo de energía. La energía calórica
o calor es lo que intercambian los cuerpos a distinta temperatura hasta que llegan
al equilibrio térmico. Del cuerpo a mayor temperatura fluye espontáneamente
energía hacia el más frío hasta lograr el equilibrio térmico.
Por este motivo sería más correcto decir que no hay que dejar la heladera abierta
porque entra el calor del exterior. Pero esto no es un problema muy grave y no
hace falta hablar científicamente cada vez que alguno deja la heladera abierta.
Solemos hablar sin tener en cuenta las teorías científicas vigentes. Por ejemplo
decimos que el Sol saldrá mañana a las 6:30 hs por el este. Pero sabemos que el
Sol no sale ni se pone. Sabemos que todos esos movimientos son aparentes y que
se deben a la rotación de la Tierra y sin embargo no nos molesta esa manera de
hablar. También escuchamos que el picaflor ha desarrollado un pico largo para
poder tomar el néctar de las flores cuyos pétalos son largos y cerrados. Sin
embargo la teoría de la evolución sostiene que hubieron picaflores con picos de
varios tamaños y que solo los que tenían los picos más largos sobrevivieron en un
hábitat en el que el alimento estaba en ese tipo de flores.
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Hablamos como si el picaflor hubiera hecho los cambios necesarios, como si supiera
lo que precisaba para sobrevivir. También decimos que llevamos sangre española,
italiana o portuguesa para indicar la procedencia de nuestros antepasados. Pero las
teorías genéticas sostienen que lo que se transmite de generación en generación
son los genes y no la sangre.
Hemos sido muy breves al decir que los cuerpos de distinta temperatura si se los
pone en contacto llegan al equilibrio térmico.
Ahora bien, ¿cómo decidir qué temperatura tiene un cuerpo? La necesidad de medir
la temperatura nos enfrenta con los pasos de siempre: elegir un patrón de medida,
una unidad, un procedimiento o método de medición, una escala.
Sin embargo este recurso a los sentidos solamente nos permitirá comparar las
temperaturas en una escala ordinal, es decir, podremos decir si algo está a mayor
temperatura o a menor temperatura que otro objeto. También podremos ordenar
las temperaturas de tres cuerpos. Por ejemplo, la plancha está a mayor
temperatura que el chorro de agua caliente de la canilla, y a su vez, este chorro de
agua está a mayor temperatura que el agua de la jarra de la heladera. De esto, por
supuesto, podemos asegurar que la plancha está a mayor temperatura que el agua
de la jarra. Es un gran avance que cuenta con la transitividad de la temperatura,
pero queremos poder hacer más comparaciones, por ejemplo queremos poder
decidir ¿cuál diferencia de temperatura es mayor, la diferencia entre la temperatura
de la plancha y la del agua de la canilla, o la diferencia de temperatura entre el
agua de la canilla y la de la jarra de la heladera?
Para esto será imprescindible pasar a medir las temperaturas con algún método que
nos brinde un valor numérico para el resultado de la medición, cosa que no
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podemos lograr con el sentido del tacto utilizado para detectar las temperaturas.
Este paso a las escalas numéricas podrá asegurar también que la medición adquiere
un carácter objetivo (en el sentido de que ya no depende de un sujeto en particular,
algo que será asociado finalmente con la intersubjetividad) ya que la sensación de
temperatura tiene que ver con la transmisión de calor: por ejemplo, cuando en una
mañana de invierno tomamos la ropa del tendal, para saber si está totalmente seca
la acercamos a la mejilla, la ropa seca no parece tan fría como la ropa húmeda
aunque están a la misma temperatura ya que han estado toda la noche
intercambiando calor hasta llegar al equilibrio con el ambiente. Las diferentes
sensaciones se deben a que la mejilla cede calor más fácilmente a la ropa húmeda
que a la ropa seca. La conductividad nos ha jugado una mala pasada.
Habíamos dicho que para poder medir necesitamos una cantidad conocida o fácil de
obtener. Pues bien, es fácil de obtener y son muy conocidos dos cambios de estado
del agua: el paso de hielo a agua, y el paso de agua a vapor durante la ebullición.
En el lenguaje habitual: cuando se derrite el hielo y cuando hierve el agua. Hay un
modo de pensar que estos fenómenos son buenos candidatos para constituir puntos
de temperatura fija. Cuando la temperatura es muy baja, no hay posibilidad de que
el agua permanezca en estado líquido, piénsese en lo que ocurre en un freezer.
Paralelamente, cuando la temperatura es muy alta, el agua no puede permanecer
en estado líquido tampoco, sino que pasa a estado gaseoso. Por lo cual la ebullición
y la fusión son puntos de coexistencia entre las dos fases líquida y gaseosa o
líquida y sólida.
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Podríamos armar una escala en la que los puntos fijos son la fusión del hielo y la
ebullición del agua.
Ahora debemos asignar valores a esos puntos fijos. Pues bien, asignemos el valor 0
(cero) a la temperatura de fusión del hielo (o punto triple del agua), y asignemos el
valor 100 a la temperatura a la que hierve el agua. Para armar la escala en nuestro
termómetro de mercurio, lo sumergimos en agua con hielo (temperatura de fusión)
y hacemos una marca en donde llega la columna de mercurio. Esta marca
representará el valor cero de la escala. Luego sumergimos el termómetro en agua
hirviendo y haremos una marca en el extremo que ahora alcance la columna
mercurial. Esta otra marca será el valor 100 de la escala.
Esta escala que hemos construido con elementos de la naturaleza como son los
puntos fijos, y con elecciones arbitrarias que finalmente serán convencionales
(como los valores 0 y 100 asignados a los puntos fijos y la interpolación lineal) es la
escala centígrada o escala Celsius y la unidad será el grado centígrado (ºC).
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Existen otras variables, como la masa por ejemplo, que admiten una comparación
más entre sus valores: por ejemplo podemos decir que una torta de 2 kilogramos
tiene el doble de masa que una de 1 kilogramo. Es decir que podemos hacer
comparaciones de proporciones (doble, triple, mitad, etc.). Pero con la temperatura
no podemos hacer esto. Por ejemplo la temperatura a la que se derrite el hielo es
mayor a la que tiene el glaciar Perito Moreno en cualquiera de sus partes en donde
se está compactando la nieve. Sin embargo no podremos saber si es el doble, el
triple o la mitad de otra temperatura ya que la temperatura de fusión del hielo la
hemos elegido como el cero de la escala. Y paradójicamente el cero es el doble de
cero, y es la mitad de cero, etc. Al asignar el cero arbitrariamente a una
temperatura en particular, nos hemos perdido tales comparaciones que llamamos
“de proporciones”.
Podríamos haber elegido otros puntos fijos y además asignarle otros valores. Con
estas nuevas elecciones habríamos construido una escala diferente. Pues bien, la
escala Fahrenheit, asigna otros valores a los mismos puntos fijos: al punto de
fusión del hielo le asigna el valor 32 y a la temperatura de ebullición, 212. Luego la
interpolación es lineal. De ese modo un termómetro graduado en grados Fahrenheit
indicará fiebre a partir de 98,6 ºF.
El termómetro fue inventado a principios del siglo XVII aunque algunas versiones
sostienen que el primer termómetro fue inventado por Galileo en 1592. Galileo fue
también quien descubrió que las oscilaciones de una lámpara de la catedral tenían
siempre la misma duración. Esto permitió construir relojes de péndulo que
mejoraron notablemente la precisión para medir el tiempo. Dos años antes de que
Galileo diseñara su termómetro, un holandés había inventado el microscopio y
faltaban unos pocos años para que se inventara el telescopio. Los métodos de
medición y la forma de ver el mundo estaban cambiando.
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8.4.4 En busca del cero absoluto
Sabemos que hay temperaturas por debajo de 0 ºC, por ejemplo en invierno hay
días cuya temperatura mínima llega a 4 ºC bajo cero, 12 ºC bajo cero y en la
provincia de Santa Cruz llegan a hacer hasta 42 ºC bajo cero. Hemos logrado
temperaturas mucho más bajas en los laboratorios. Pronto nos preguntamos si se
podía seguir indefinidamente hacia las temperaturas centígradas negativas. Y la
respuesta fue “NO”.
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A esa temperatura, -273 ºC, se la identificó con el cero absoluto. Habíamos
encontrado un estado que indicaba ausencia de temperatura. Habíamos
vislumbrado el cero de la escala de temperaturas absolutas. En esta escala, por
supuesto, no habría temperaturas negativas. Ésta es la escala de grados kelvin
(ºK).
Sorpresas cerca del cero absoluto: Helio superfluido por debajo de los -271 ºK.
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https://www.youtube.com/watch?v=EXDItROHlFk
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Conclusión
Los procesos de medición consisten en una interacción del sujeto que quiere
conocer algo del mundo y en esa interacción debe tomar registro por intermedio de
cierto procedimiento.
Las magnitudes son identificadas en una primera instancia por una percepción
previa que no involucra todavía una teoría de la medición. Solo se ponen en juego
al principio los sentidos para detectar algo que llamamos distancia, duración, peso,
temperatura, etc.
Lecturas obligatorias
Lecturas recomendadas
Video adicional:
Que es medir
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