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EJEMPLOS DE FE EN EL FUEGO
Vivimos en una era en la que se ha vuelto común, fundamentalmente
para los niños y los jóvenes, buscar héroes o modelos de conducta. La
cultura de los medios audiovisuales y de difusión masiva, a la que al
parecer le sientan bien las noticias y el espectáculo, se la pasa rotando
constantemente a personas por el candelero de la celebridad. Unos
permanecen allí por períodos prolongados, otros vienen y van con
alguna moda o corriente específica. A muchas de las personalidades del
campo del deporte y el espectáculo se les ve como modelos de conducta
o se les adora como a héroes basados en ese tipo de reconocimiento de
los medios de difusión. Tanto los cristianos como los que no lo son, los
admiran por su éxito, riquezas, inteligencia, poder, influencia, carisma, o
alguna combinación de estas características. Ese tipo de admiración
ignora las preguntas de Pablo en 1 Corintios 1:20: "¿Dónde está el
sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?
¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” Las cualidades que
nos resultan impresionantes a la mayoría de nosotros son las cosas que
raras veces Dios considera como importantes. Los creyentes de hoy día
se olvidan con facilidad de buscar en las Escrituras modelos de conducta
y pasan por alto o evitan buscar ejemplos de cómo las personas de la
Biblia lidiaban, tanto positiva como negativamente, con los sufrimientos,
las pruebas, y las persecuciones.
La ventaja de los modelos de conducta bíblicos
En la medida en que nos esforzamos por llevar vidas piadosas en medio
de un mundo hostil, y a pesar de la variedad de contratiempos que
podrían desalentarnos, es necesario que recordemos que los creyentes a
través de la historia pusieron su mira en las vidas de grandes figuras de
las Escrituras como sus modelos supremos de conducta. El historiador
John Woodbridge escribe:
¿A quién podemos volver nuestros ojos en busca de un mejor
modelo si estamos decepcionados de los valores que se difunden en
la cultura en general? Obviamente, el modelo más importante del
cristiano es el propio Jesucristo. El autor de la Epístola a los hebreos
nos da el buen consejo de mantener nuestros ojos puestos en Él:“...
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos
con paciencia la carrera que tenemos por delante”. (He. 12:16-2). El
mismo autor también nos proporciona un conjunto de modelos de
conducta para nuestra reflexión en su lista de hombres y mujeres de
fe: Abel, Noé, Abraham, Moisés, Rahab, David, y otros. Estos
personajes bíblicos, a pesar de sus muchas debilidades, vencieron
adversidades enormes por medio de su fe (He. 11) (More Than
Conquerors (Más que vencedores) (Chicago: Moody, 1992), 9-10).