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FESTIVAL “REVOLUCIÓN SIN MUERTOS”: ESTRATEGIAS DE RESISTENCIA Y

APORTES A LA CONSTRUCCIÓN DE MEMORIAS EN LA COMUNA 13 DE


MEDELLÍN

NATALIA ANDREA CARDONA BERRIO

Trabajo de grado para optar al título de:


ESPECIALISTA EN TEORÍAS, MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN
SOCIAL

Asesora:
HEIDY CRISTINA GÓMEZ RAMIRÉZ
Especialista en Derechos Humanos y Derecho Internacional
Socióloga Universidad de Antioquia

INSTITUTO DE ESTUDIOS REGIONALES


UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
MEDELLÍN
2014

1
FESTIVAL “REVOLUCIÓN SIN MUERTOS”: ESTRATEGIAS DE RESISTENCIA Y
APORTES A LA CONSTRUCCIÓN DE MEMORIAS EN LA COMUNA 13 DE MEDELLÍN
Natalia Andrea Cardona Berrio1

1. LÍNEA DE ÉNFASIS FIESTAS Y PATRIMONIO FESTIVO:


El presente proyecto se inscribe en la línea de énfasis Fiestas y Patrimonio Festivo del Instituto
de Estudios Regionales (INER) de la Universidad de Antioquia, la cual tiene como algunos de
sus objetivos: “Promover y adelantar la documentación de las fiestas populares, a través de
procesos de investigación etnográfica y el uso del lenguaje visual (fotográfico y documental)” y
“sondear el estado de la investigación relacionada con las fiestas, las identidades y la diversidad
cultural y el patrimonio a nivel local e internacional” (Arcila, M. T: 2013). La relación entre el
proyecto de investigación y la línea está dada por la contribución del proyecto al conocimiento
de un Festival de origen reciente, desarrollado en un contexto urbano y que ha tenido
trascendencia a nivel internacional, comprendiendo el festival como una subcategoría de la
categoría fiestas, las cuales en su dimensión política se conciben como prácticas sociales que
legitiman o trasgreden el orden social establecido. Aquí, mediante el análisis de las resistencias y
memorias que construye el Festival “Revolución Sin Muertos” se podrán dar elementos para
pensar la relación del Festival con la trasgresión o legitimación de los órdenes sociales existentes
en la Comuna, la cual pasa por cambios en los usos de los espacios y los tiempos.

2. PRESENTACIÓN

La Comuna 13 de Medellín ubicada en la zona centro-occidental de la ciudad, limita con la


Comuna 7 (Robledo), la Comuna 12 (La América), y con los corregimientos Altavista y San
Cristóbal. El territorio de la Comuna 13 está integrado por aproximadamente veinte barrios2,
ocupa el 6.2% del área urbana de Medellín y está destinado esencialmente para uso residencial
con la existencia de algunos corredores de comercio y servicios.

La manera como se fue poblando esta Comuna ha determinado o incidido en aspectos como su
relación con el resto de la ciudad, incluyendo a las entidades estatales, las organizaciones

1
Politóloga - Universidad Nacional de Colombia. Estudiante de la especialización en Teorías, Métodos y Técnicas de
Investigación Social – Universidad de Antioquia. natalia.crdn@gmail.com
2
20 de Julio, El Pesebre, Blanquizal, Santa Rosa de Lima (El Coco), Los Alcázares, Metropolitano, La Pradera, Juan
XXIII, Antonio Nariño, San Javier Nº 1, San Javier Nº 2, El Salado, Nuevos Conquistadores, Las Independencias, El
Corazón, Belencito, Betania, Eduardo Santos, El Socorro, La Quiebra. (Angarita, P.E., Jiménez, B. I., 2008: 27).

2
sociales formadas y la relación entre ellas, la satisfacción de necesidades básicas, la presencia de
actores armados involucrados en el conflicto armado interno colombiano, la construcción de
infraestructura social y económica, entre otras dimensiones.

El poblamiento de la Comuna 13 se ha dado mediante loteo3 legal e ilegal, invasión y


construcción de unidades residenciales por parte de urbanizadores privados. (Angarita, P.E. &
et.al, 2008). Esto da cuenta de una forma de ocupación del territorio no planificada, heterogénea
e ilegal, la cual degeneró en condiciones como:

 Asentamiento de viviendas en zonas de alto riesgo de deslizamiento.


 Difícil cobertura de ofertas públicas institucionales como equipamiento deportivo, sanitario,
educativo, cultural; infraestructura vial; seguridad; entre otras.
 La existencia de una conflictiva relación con la fuerza pública, ya que en los inicios ésta sólo
hacía presencia en la Comuna para hacer desalojos y desatendía las solicitudes de la
comunidad de intervenir en la solución de problemas vecinales o de violencia común.

En este contexto, en los años 90 aparecieron grupos de milicias, algunas pretendían frenar la
acción de las bandas delincuenciales, como los CAP – Comandos Armados del Pueblo – y que
no hacían parte de otras estructuras; otras, como parte de la estrategia de urbanización de las
guerrillas de las FARC y el ELN. Estos grupos se consolidaron en la Comuna 13 y tuvieron el
dominio territorial por varios años, a tal punto que lograban impedir la presencia de la fuerza
pública. Sin embargo, a partir de 1999 se empezó a consolidar la presencia de grupos
paramilitares teniendo como uno de sus objetivos combatir a las milicias para lograr su extinción
y en consecuencia, controlar el territorio. (Angarita Cañas, P. E., & et.al. :2008)

El dominio de los grupos paramilitares se vio favorecido por la decisión estatal de que la fuerza
pública ejerciera el control de esta Comuna, por ello realizó diversas operaciones militares,
dentro de las cuales las más conocidas son la Operación Mariscal4 y la Operación Orión5, debido

3
División del territorio en lotes destinados generalmente para viviendas. Usualmente se da cuando el dueño de un gran
terreno lo divide en lotes o parcelas y luego lo vende a particulares.
4
Realizada el 21 de mayo de 2002, “La operación comenzó a las tres de la madrugada y duró aproximadamente doce
horas y media. Por parte del Estado participaron en el enfrentamiento: mil efectivos de la Policía, el Ejército, el DAS, la
Fuerza Aérea Colombiana (FAC), y funcionarios del CTI, la Fiscalía y la Procuraduría. Por la otra parte estaban […]
FARC-EP, los grupos del ELN y los CAP. El saldo final: 9 personas muertas, 37 heridas y 55 capturadas”. (Angarita,
P.E.& et.al., 2008: 50-51).
5
Esta operación contó con los mismos actores que la operación Mariscal, además de la Personería de Medellín.
Obedeció a una decisión del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, en el marco de la política de seguridad
democrática. Inició el 16 de octubre de 2002 y duró tres semanas. Como resultado de la operación se dio la muerte de
10 hombres de los grupos insurgentes, 4 miembros de la fuerza pública. Mientras que “los efectos en la población civil

3
no sólo al despliegue de fuerza (aérea y terrestre) sino también a los abusos cometidos por la
fuerza pública durante ellas, como la violación a los derechos humanos mediante atentados a la
vida (ejecuciones extrajudiciales), a la libertad (detenciones ilegales), desapariciones forzadas,
desplazamientos forzados, entre otros abusos realizados en connivencia con los paramilitares.

Dicha connivencia fue denunciada por diversas organizaciones sociales de la Comuna y ONG´s;
y posteriormente fue testimoniada por alias “Doble cero”, comandante paramilitar del Bloque
Metro, quien contó a la prensa que después de las operaciones “Antorcha” y “Mariscal”:

[…] el hombre de confianza de Murillo Bejarano, un ex policía llamado Fabio Orión, presentó a
sus contactos en el Ejército y la Policía un plan para tomar el control de la comuna; que dicho
plan se propuso llamar Nutibara, pero dado lo obvio de la relación con el grupo de Berna
(denominado Bloque Cacique Nutibara), decidieron apelar al discreto nombre de su inspirador:
Orión. La operación fue ordenada por el presidente Uribe. (Castrillón, 2009)

Como resultado de las operaciones militares en la Comuna 13 durante los años 2001 y 2002, se
dio un cambio de actores armados, pasando del dominio de las milicias y posterior disputa
territorial entre éstas y los paramilitares, al dominio total de los paramilitares; aún a pesar de la
constante presencia de ejército y policía.

Por esta misma época, organizaciones defensoras de los derechos humanos llamaron la atención
sobre la deuda social del Estado con la Comuna, esto condujo a la administración municipal a
formular un plan de intervención integral6, cuyos efectos como la generación de empleo fueron
coyunturales. Respecto al tema de la presencia de grupos armados, estas operaciones no tuvieron
impacto significativo alguno, puesto que los paramilitares siguieron haciendo presencia en la
zona, aún después de su proceso de desmovilización.

Hoy en día, la dinámica de conflicto se mantiene en la Comuna 13 y en parte está relacionada a


la constante pugna entre combos y bandas por tener el control territorial, especialmente ligado a
intereses del tráfico de drogas y armas y no es una dinámica propia de la Comuna, sino una
manifestación de lo que ocurre en Colombia, con la particularidad de ser uno de los territorios
urbanos más militarizados del país, al respecto el Observatorio de Derechos Humanos y
Conflicto en Antioquia y el Instituto Popular de Capacitación (IPC), afirman:

fueron: 1 muerto, 38 heridos, 8 desaparecidos y 355 detenidos. De estos últimos, 170 personas fueron judicializadas”
(Ibíd., 52).
6
Aunque las operaciones militares mencionadas se llevaron a cabo, durante la administración de Luis Pérez, tiempo en
el cual se planearon y prometieron algunas intervenciones sociales, se recuerda que fue en la administración posterior,
la de Sergio Fajardo (2004-2008), cuando realizaron obras como el Metrocable línea J que atraviesa la Comuna, el
parque biblioteca ubicado en San Javier, el parque ambiental Juan XXIII y algunos senderos peatonales y parques
deportivos, obras que si bien es cierto son importantes para la comunidad, no ponen fin a la deuda que en términos
sociales tiene el Estado con ella.

4
Después de diez años, el Estado no ha logrado instaurar un dominio legítimo en la Comuna 13.
Sus principales representantes en el territorio siguen siendo La Policía y Ejército (existen
aproximadamente 11 puntos con presencia militar, 7 estaciones de policía y 3 CAI periféricos),
los cuales coexisten con expresiones armadas ilegales que no aceptan un poder diferente al
propio. (Barajas; Osorio Correa & Hernández, 2012: 1-2)

A pesar de la magnitud de la presencia militar y policial en la Comuna 13, la situación de


inseguridad que persiste es una muestra de que la seguridad militarista o tradicional no logra ser
garantía de la tranquilidad de las personas, evidenciada en la poca capacidad para reducir o
eliminar problemáticas como el alto índice de homicidios, el desplazamiento forzado o la
desaparición forzada;

Pese a la reducción de los homicidios, la Comuna 13 sigue siendo el territorio más violento de la
ciudad al tiempo que es el más militarizado. En el periodo de enero a octubre de 2012, allí
ocurrieron el 13,9% de los homicidios de toda la ciudad. De 1026 homicidios, allí tuvieron lugar
143, lo que representa con relación al año 2011, una disminución de 48 casos.

Sin embargo, en los relatos de la comunidad es recurrente la referencia a la Desaparición Forzada,


práctica que históricamente se ha desarrollado en dicho territorio. Oficialmente, se tiene
conocimiento que durante enero y septiembre de 2012, se registraron 13 casos de desaparición
forzada en esta comuna, los cuales representan el 4% de los 320 casos que hubo en la ciudad para
el mismo periodo.

Igualmente, los índices de desplazamiento forzado que parecen decrecer, continúan ubicando a la
Comuna 13 como la principal expulsora de población con el 26.3% de los 8387 casos que registra
la ciudad entre el 1 de enero y el 20 de noviembre de 2012. Para ese periodo específico, fueron
desplazadas forzadamente a nivel intraurbano 2203 personas de dicha Comuna. Durante todo el
año 2011, de allí fueron expulsadas un total de 2708 personas, lo que representa una diferencia
absoluta de 505 casos, es decir, del 22,9%. (Observatorio de Derechos Humanos y Conflicto en
Antioquia y el IPC, 2012: 2-3)

Respecto al desplazamiento forzado, una muestra significativa de la gravedad e incidencia del


tema en la Comuna es el desplazamiento masivo presentado en 2012 en el cual cerca de 67
jóvenes pertenecientes a procesos artísticos de grupos culturales como Son Batá y La Élite
fueron obligados a abandonar sus barrios de residencia debido a una amenaza colectiva
(Personería de Medellín, 2013).

El caso de los jóvenes desplazados, además de ser un reflejo de la problemática del


desplazamiento forzado, también es una muestra de la grave situación de inseguridad de la
población juvenil de esta Comuna, considerada por el Sistema de Alertas Tempranas (SAT) de la
Defensoría del Pueblo como la población más expuesta por “los homicidios y atentados contra la

5
integridad personal7, su tejido organizativo; las amenazas contra procesos juveniles, el homicidio
de artistas de género urbano, el desplazamiento forzado motivado por la amenaza de grupos
armados post desmovilización AUC y por las restricciones a la movilidad en diferentes
territorios” (6 de marzo de 2013:10). Situaciones a las cuales se le suma la vinculación o
reclutamiento de niños, adolescentes y jóvenes a las actividades ilegales de los combos.

Actualmente, a pesar de la persistencia del miedo generado por estrategias de terror y de la


coerción persistentes, es importante y justo reconocer los procesos sociales, especialmente los
culturales, que han logrado mantener o construir tejidos sociales, comunicando directamente o
mediante silencios, actos simbólicos, metáforas y otro tipo de expresiones condensadas en el
arte, aquellas violaciones e injusticias a las cuales siguen siendo sometidas las comunidades y
mediante las cuales continuamente están reivindicando la necesidad de mantener su propia
memoria sobre los hechos ocurridos.

Algunos de estos procesos son liderados por la Red Élite Hip Hop, quien organiza el “Festival
Revolución Sin Muertos”, inicialmente llamado “Festival de Red Élite Hip Hop” en alusión al
Colectivo que lo gestó y que lleva el mismo nombre:

El festival de Red Élite Hip Hop involucró a jóvenes artistas y a un sector amplio de jóvenes en la
Comuna y los movilizó simbólica y culturalmente alrededor de una expresión artística que manejaba
un discurso abierto de rechazo a los operativos militares de la Fuerza Pública. […] A partir de 2004 el
festival toma el nombre de Revolución sin muertos, impulsado por la Red Élite Hip Hop. Con esta red
se realiza el primer concierto, el cual se opone a la guerra y cada año, el 16 de octubre, conmemora la
Operación Orión. Desde la tarde hasta la noche, los jóvenes y los grupos ocupan la cancha y allí, con
una representación teatral corta y la participación de diversas agrupaciones de la ciudad y el país,
recuerdan el terror vivido con Orión y dejan clara su postura contra la aguerra. (CNRR, 2011: 216)

En cuanto a los orígenes del festival, se recuerda que luego de una convocatoria hecha por la
Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) a los hoppers8 de la Comuna, los jóvenes se empezaron a
reunir y como resultado de dichas reuniones hicieron la propuesta y ejecución de un festival de
hip hop, el cual es una “apuesta del movimiento hip hop de la 13 donde su lema era decir es que

7
De acuerdo con el SAT (6 de marzo de 2013) algunos de estos homicidios son selectivos y se dan por la negación de
jóvenes hombres y mujeres “a vincularse a los combos o a servir de “Carritos” para el transporte de armas y drogas”
(10).
8
“Es el hombre o mujer que se desenvuelve en cualquiera de los cuatro elementos promoviendo la integralidad de la
cultura hip hop. Participa de los actos creativos, organizativos y de gestión de la cultura hiphop, diferente al que
consume el hiphop, que si bien se incorpora haciendo parte de la escena, no podría reconocerse como productor y
creador de la cultura hiphop, muchas veces porque sólo asume la imagen sin importar el acto reflexivo, propositivo y
contextualizado de crear determinada pieza artística”. (Garcés Montoya, 2005: 206) Respecto a los cuatro elementos
mencionados de la cultura hip hop: “De tal forma que al hablar de hip hop nos estamos refiriendo a un conjunto de
manifestaciones artísticas tales como: la música (MCing y DJing), la danza (break) y la pintura (grafiti). Estas tres
formas de arte definen los cuatro grandes pilares de la cultura hip hop”. (Marco, 2007:5)

6
se puede hacer una revolución pacífica, una revolución a través del arte, una revolución a través
de la música, una revolución donde no hayan muertos desde ningún lado más”(Entrevista a joven
Hopper, 2013)

Lema que está totalmente ligado a los orígenes del movimiento hip hop, los cuales se remontan a
1975, cuando en las calles del Bronx en Nueva York, habitadas en su mayoría por inmigrantes
latinos, italianos, judíos y un gran porcentaje de afroamericanos que vivían en difíciles
situaciones económicas, de exclusión social y violencia, muchos de sus habitantes encontraron
en el hip hop una “arma de defensa” para sobrevivir a “sus tragedias” (Marco, 2007):

Afrika Bambataa, cansado de tanta violencia, decidió buscar otros medios alternativos para
canalizar la energía negativa de la calle y desarrolló la práctica del breakdance. De esta manera,
en lugar de enfrentarse con armas y a fuego limpio, las pandillas de Nueva York comenzaron a
competir a través del baile, y así ganarse el respeto de los demás en su propio territorio. Al mismo
tiempo, también se encargaban de pintar sus firmas en las paredes de la calle para defender su
territorio. (Marco, 2007: 5)

En la Comuna 13, el Festival “Revolución Sin Muertos” se ha convertido en una forma de


resistencia ante la exclusión y estigmatización social que viven los jóvenes de la Comuna y las
situaciones de violencia, combinando esta experiencia con estrategias como los plantones y la
realización de graffitis en lugares representativos de la Comuna o que dan cuenta del hecho
alrededor del cual se reúnen, como por ejemplo la muerte de algunos jóvenes cantantes de hip
hop, con lo cual se están llevando a cabo estrategias de resistencia colectivas y no violentas, que
como en el caso de los graffitis contribuyen a preservar la memoria de situaciones o personajes
relevantes en la historia y el devenir de la Comuna.

3. ANTECEDENTES Y ESTADO DEL ARTE

A partir de las indagaciones realizadas para el abordaje del problema de investigación de este
proyecto, mediante la revisión de libros, informes de investigación, artículos de revista y
audiovisuales, se ha encontrado que la poca información que hay acerca del Festival
“Revolución Sin Muertos” se encuentra principalmente en textos que abordan la categoría de
resistencias, por tanto se decidió realizar el estado del arte, a partir de la pregunta por esta
categoría, delimitando la búsqueda a los años 2002-2013.

En el ámbito nacional la mayoría de trabajos sobre resistencia se han centrado en los estudios
sobre la paz de movimientos nacionales o regionales permeados por principios de la no violencia

7
y el logro de la paz, dentro de estos se destacan las resistencias civiles de comunidades
indígenas, afrodescendientes y/o campesinas. (Hernández, Junio de 2009).

En la ciudad de Medellín, los estudios son numerosos; sin embargo se pueden tomar como
referencia casos específicos de organizaciones sociales como la Red Juvenil que hace frente a
toda forma de cooptación armada; de grupos poblacionales como los desplazados, un ejemplo de
ello es la investigación para optar al título de magister en estudios socioespaciales de García,
quien se centró en investigar sobre los afrodescendientes desplazados que llegaban a Medellín y
la forma cómo estos creaban nuevas espacialidades9; también están los estudios sobre casos de
barrios10 o comunas de la ciudad, especialmente de las comunas más afectadas por la exclusión
social y la pobreza.

Dentro de estos últimos algunos son de índole comparativo como los de Nieto, quien realizó una
investigación denominada “Resistencia civil no armada al conflicto armado y la exclusión social.
Casos comunas 8, 9 y 13 de Medellín. 2002-2006” y el artículo de Alzate “El discurso
hegemónico sobre las acciones colectivas de resistencia civil. Casos comunas 8, 9 y 13 de
Medellín” en el cual, mediante el seguimiento a medios de comunicación, pretendió dar a
conocer “de qué modo han sido descritas e interpretadas dichas prácticas [de resistencia], cuáles
son las ausencias y los aspectos subrayados con lo emitido, qué relaciones de poder se legitiman,
entre otras cuestiones” (Alzate, 2010), concluyendo que hay un discurso difundido que
invisibiliza los mensajes políticos de denuncia y oposición a los actores armados y sus dinámicas
de guerra.

En los últimos estudios mencionados se ha evidenciado dos ejes analíticos sobre los cuáles se
han desarrollado las investigaciones sobre experiencias de resistencia en la ciudad: resistencias a
la exclusión social y la pobreza, y resistencias a la violencia11. El estudio de Nieto tiene la virtud
de combinar en sus análisis y selección de procesos de resistencia estos dos ejes, además se ha
constituido en una fuente fundamental para el presente proyecto de investigación, en cuanto
toma como una de las comunas de estudio la Comuna 13, al respecto afirma:

La Comuna 13 tiene un proceso más propositivo de denuncia, pero a través de expresiones


artísticas, culturales y lúdicas, como es el caso de la Elite Hip Hop y Son Batá, que resisten pero

9
“Espacialidades del destierro y la re-existencia. Afrodescendientes desterrados en Medellín” (García, 2010)
10
Para profundizar acerca de la resistencia de grupos poblacionales o de algunos barrios de la ciudad, véase: Grupo de
“investigación Cultura, Política y Desarrollo Social” Facultad de Ciencias Sociales y Humanas (Universidad de
Antioquia) (2012). Resistencia ciudadana y acción colectiva en Colombia y América Latina: enfoques y experiencias.
Medellín, Universidad de Antioquia.
11
Cabe anotar, que en lo encontrado en la búsqueda realizada no se hallaron estudios que sistematicen o recopilen
procesos de resistencia a nivel de ciudad, lo cual como de estado del arte sería de gran importancia realizar.

8
con estrategias artísticas y musicales, más mimetizada en las expresiones culturales y artísticas
que generan entre sus integrantes mayor seguridad para sus vidas y les facilitan un
desplazamiento más seguro en los diferentes barrios del sector. Se destacaron en esta comuna los
procesos juveniles, con experiencias que benefician a gran parte de la población juvenil, que ha
sido la más afectada por el conflicto y la exclusión, y que generan otras formas de socialización a
través del arte, la música, el juego y la cultura. (2008: 301)

Esta conclusión se constituye en un importante punto de partida para la temática que se está
abordando, en tanto se refiere claramente a expresiones culturales presentes en la Comuna que
son consideradas estrategias o procesos de resistencia. Especialmente llama la atención la alusión
que se hace a la Red Élite Hip Hop, por ser esta la impulsora del “Festival Revolución Sin
Muertos”.

Acerca de los estudios en la Comuna 13, se puede concluir que son múltiples los abordajes, ya
sea mediante investigaciones, entrevistas, artículos de prensa, documentales, etc., que se han
hecho; sin embargo, la mayoría de ellos han estado más centrados en sus dinámicas de
inseguridad y pobreza que en las estrategias de las comunidades para hacer frente a estas
situaciones; no obstante, aunque su centro de estudio no haya sido ese, hay dos textos
fundamentales que incluyen someramente iniciativas de resistencia: “Dinámicas de guerra y
construcción de paz. Estudio interdisciplinario del conflicto armado en la Comuna 13 de
Medellín” (Angarita; et.al, 2008) y “La Huella invisible de la guerra. Desplazamiento forzado en
la Comuna 13” (Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación, 2011).

El primer estudio tiene una gran riqueza, pues al considerar dentro de su perspectiva de análisis
de las violencias en la Comuna dimensiones históricas, políticas, económicas y subjetivas, se
convierte en uno de los estudios más completos de la guerra en la Comuna y sus efectos. Sumado
a esto, no se queda sólo en ofrecer esta perspectiva, también da lugar al conocimiento de otras
acciones más esperanzadoras y justas con el quehacer de las comunidades, al incluir un capítulo
llamado “Iniciativas de paz y otras respuestas sociales” en el cual se dejan ver mecanismos que
los habitantes de la Comuna han usado para poder sobrevivir en medio de confrontaciones
bélicas, además de otras iniciativas de protesta y resistencia desarrolladas que dejan ver un gran
potencial creativo de las comunidades.

El segundo texto, como informe del Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación tiene la ventaja de estar atravesado por el tema de la memoria y por
tanto brindar elementos de análisis relacionados con dicha temática. Aunque su centro tampoco
es la resistencia civil, sino que su informe es específicamente sobre el desplazamiento forzado en
la Comuna 13, incluye algunas experiencias y acciones de resistencia, dando cuenta por ejemplo

9
del origen del Festival Revolución Sin Muertos y dejando clara su apuesta por conservar la
memoria de los hechos acontecidos en el marco de la Operación Orión “La Red Hip Hop es un
colectivo que surgió hace nueve años, pero que realmente se hace visible a partir de 2004 con el
concierto Revolución sin muertos, realizado hasta hoy en memoria de la Operación Orión”
(CNRR, 2011: 194)

Por otra parte, el texto “Control territorial y Resistencias” del Observatorio de Seguridad
Humana de Medellín realiza un mapeo de iniciativas ciudadanas y estrategias de resistencia en
varias comunas de la ciudad y profundiza documentando algunos casos. Respecto a la Comuna
13 destaca grupos musicales como Son Batá y la Élite Hip Hop, apareciendo nuevamente las
iniciativas culturales y artísticas como un común denominador y un punto obligado al momento
de abordar las estrategias de resistencia en esta Comuna, especialmente las iniciativas ligadas al
movimiento Hip Hop.

También se encuentran algunas referencias al Festival “Revolución Sin Muertos” en estudios


sobre juventud en Medellín, uno de ellos “Jóvenes y Acción Colectiva. Una realidad en continuo
movimiento –Fuerza soñadora, extrovertida y capaz–” el cual es un diagnóstico y caracterización
de las expresiones juveniles asociativas en la ciudad de Medellín para facilitar el reconocimiento
y posicionamiento del trabajo juvenil articulado de los jóvenes en la ciudad “como estrategia de
resistencia y contención a las dificultades y carencias de orden social, cultural, económico y
político” (Alcaldía de Medellín & Federación Antioqueña de ONG, 2009: 7). Cuando se hace la
caracterización de la Red Elite Hip Hop, se alude a la creación del Festival, objetivos y
diferentes nombres que ha tenido, pero lo que es más llamativo es que al leer sobre otras
experiencias de la comuna 13 y la ciudad12, éstas mencionan la participación en el Festival
Revolución Sin Muertos como uno de los momentos importantes de su proceso.

Por su parte el texto “Nos-otros los jóvenes. Polisemias de las culturas y los territorios musicales
en Medellín” (Garcés, 2005) realiza una aproximación a la juventud como construcción
sociocultural y a algunos estudios realizados sobre culturas juveniles, para detenerse en la cultura
juvenil del hip hop, “territorio musical”, de prácticas estéticas, espacios de resistencia. Se centra
en la historia del hip hop en la ciudad de Medellín mediante la presentación de diversas

12
Es el caso de la “Red Uniendo Sueños” y “Lirical Escuadra” de la Comuna 13, además de la Corporación artística
popular Cultura y Libertad que surgió por iniciativa de jóvenes de la Comuna 8 y que se han articulado a procesos de
hip hop de otras comunas y municipios cercanos.

10
experiencias existentes en la ciudad, dentro de las cuales se encuentra la Elite Hip Hop,
enfatizando que su origen se dio en el momento de mayor agudización del conflicto en la
Comuna 13 y que tuvo como uno de sus primeros logros organizar el concierto “En la 13 la
violencia no nos vence”, considerado la primera versión de “Revolución Sin Muertos”, pero sin
detenerse en éste.
Finalmente, se puede afirmar que a pesar de la pertinencia y rigurosidad de los estudios
mencionados y el interés por abordar las estrategias de resistencia en la Comuna 13,
reconociendo en la cultura algunas de ellas, no se han encontrado estudios que hayan
profundizado la caracterización y análisis del “Festival Revolución Sin Muertos” dando cuenta
de cómo este tipo de estrategias, a partir de los festivo, además de ser estrategias de resistencia
son formas de conservación de la memoria y de exigencia de no repetición de hechos dolorosos
como las violaciones a los derechos humanos ocurridas allí.

4. PROBLEMA Y PREGUNTAS:

Las dinámicas de violencia e inseguridades13 que afectan a diversas poblaciones de Medellín,


han generado una situación en la cual, la información producida por parte de los medios de
comunicación y gran parte de la sociedad, es la que corresponde al accionar de grupos armados o
de las precarias condiciones sociales en las cuales viven estas poblaciones, generando,
principalmente, una imagen de las personas afectadas por estas condiciones, como de víctimas
pasivas; y en otros casos, como la de personas que generan desorden e inseguridad cuando
buscan defender sus derechos o mostrar su inconformismo mediante acciones directas y en
algunas ocasiones violentas. Así lo pudo establecer Alzate Zuluaga en el estudio sobre la manera
cómo se informa en la prensa expresiones de resistencia civil (comunas 8, 9 y 13) durante 2002 y
2006, afirmando:

[…] el registro de las acciones de resistencia civil es mínimo frente a otro tipo de información que
tiene mayor resonancia en los medios; este es el caso del conflicto armado, las operaciones
militares, la desmovilización de grupos al margen de la ley, la política de seguridad democrática,
e incluso, otros eventos tales como los desastres naturales o comunitarios. […] De este modo, en
la descripción noticiosa, el protagonismo y la capacidad decisoria de los civiles sobre su situación
queda diluida y reducida al papel de víctimas de los actores armados y de la situación de violencia
en general, como también en muchos casos, queda diluida la responsabilidad de quienes ejercen
esa violencia contra los civiles. (2010: 74-77)

13
Se habla de inseguridades, porque no se abordará el tema de investigación desde un enfoque de seguridad tradicional,
sino desde un enfoque de seguridad humana, el cual plantea una seguridad centrada en el ser humano y con múltiples
dimensiones, a saber: económica, personal, alimentaria, política, comunitaria, ambiental y de la salud.

11
Este modo de informar y las situaciones en las cuales se hace mayor énfasis, construyen un
discurso que invisibiliza todos los actos y procesos que llevan a cabo diversas organizaciones
sociales, los cuales encajan precisamente en lo que la economista Soledad Betancur invitó a
descubrir, nombrándolos como: “los escenarios de la esperanza”14. Algunos de estos escenarios
se encuentran precisamente en las acciones colectivas y las estrategias de resistencia que diversas
comunidades o grupos poblacionales llevan a cabo. Igualmente, se han hecho numerosos análisis
de iniciativas que pretenden dar cuenta del cómo las acciones de resistencia, se constituyen en
muchos casos en formas de conservar la memoria y de reivindicar la historia de las personas más
afectadas por situaciones de injusticias, violencias, represiones, etc.

Por las dos razones expuestas, dejar de ver a las víctimas de diversas inseguridades como actores
pasivos – descubriendo los escenarios de la esperanza – y reivindicar la importancia de las
resistencias para conservar la memoria, es que el presente proyecto se pregunta por ¿Qué
relaciones se establecen entre las características del “Festival Revolución Sin Muertos” y las
estrategias de resistencia y construcción de memorias en la Comuna 13 durante los años 2002-
2013?; para dar respuesta a esta pregunta se tendrá en cuenta preguntas desarrolladoras como
¿cuáles son las características históricas, estéticas, organizativas y reivindicativas del Festival
“Revolución Sin Muertos”?, ¿cuáles son las memorias que se construyen a partir del Festival
“Revolución Sin Muertos?, y ¿por qué se considera el Festival “Revolución Sin Muertos” una
experiencia de resistencia?, ¿ante qué o quiénes se ejerce la resistencia?

5. MARCO TEÓRICO:

Resistencias. Un marco de análisis

Para aproximarse al concepto de resistencias, es necesario empezar por aclarar que este concepto
hace parte de una categoría más amplia que es la de Acciones colectivas, éstas se abordarán a
partir de dos referentes de análisis, el primero es la construcción que hace el Observatorio de
Seguridad Humana de Medellín – OSHM15 –, quien a partir de diversos abordajes teóricos, se
centra específicamente en las acciones que realizan diferentes comunidades vulneradas para
hacer frente a problemáticas de inseguridad, planteando que:

14
En conversatorio realizado en la Universidad de Antioquia: “Modelos de desarrollo económico y desigualdad social”,
organizado por el Observatorio de Seguridad Humana de Medellín. Llevado a cabo el 19 de marzo de 2013.
15
El OSHM “es un proyecto que busca hacer seguimiento permanente a los hechos, situaciones e iniciativas ciudadanas, así
como a las políticas públicas referidas a la Seguridad Humana en Medellín, con el fin de difundir sus resultados y promover
transformaciones que favorezcan el respeto a la dignidad y a la plena vigencia de los Derechos Humanos”. En línea:
http://www.repensandolaseguridad.org/el-observatorio.html Consultado en abril de 2013. El OSHM está adscrito al grupo de
Conflictos y Violencias del Instituto de Estudios Regionales – INER – de la Universidad de Antioquia y en sus inicios hicieron
parte de su estructura la Personería de Medellín (con quién aún mantiene convenios) y el Instituto Popular de Capacitación.

12
Estas acciones colectivas constituyen un entramado de relaciones y prácticas que redundan en
formas de enfrentar «prácticas hegemónicas» de grupos armados ilegales, que alteran la
cotidianidad de las y los habitantes de la ciudad, por medio de actos violentos que limitan y
vulneran las libertades, […] y siguiendo a Mouffe (2007: 25) «todo orden hegemónico es
susceptible de ser desafiado por prácticas contrahegemónicas», estas prácticas son leídas para
nuestro propósito, como las iniciativas ciudadanas y resistencias que se expresan de diversas
maneras en las comunas y corregimientos de la ciudad, con la finalidad de proveer de manera
diferente la seguridad personal y de negar las posiciones de subordinación a las que se ven
expuestas/os los y las ciudadanas, de esta manera las resistencias asumen un carácter de luchas
colectivas (Laclau y Mouffe, 1997). (OSHM, 2012: 122)

En esta definición, se encuentran dos características centrales: la primera es que las acciones
colectivas están dirigidas a “enfrentar prácticas hegemónicas” y la segunda, como su nombre ya
lo expresa, es el carácter colectivo, que da cuenta no sólo de un actuar colectivo, sino también de
hacer frente a problemáticas o necesidades colectivas. Pero sigue la pregunta por la diferencia
entre la resistencia y las acciones colectivas, de allí que se acude a un segundo referente para
precisar en qué consisten las acciones colectivas; Alzate considera que las acciones colectivas
“son expresiones visibles de una orientación política, ya sea en defensa del establecimiento
político y económico imperante o en protesta, resistencia u oposición, a ese orden social
establecido” (2012: 116).

Así mismo, Alzate recordando el aporte de Melucci, afirma que las acciones colectivas
“construyen sistemas emergentes de cultura política que se entretejen con la vida diaria, proveen
nuevas expresiones de identidad y van en oposición directa al orden dominante” (2012: 117);
éstas dimensiones de análisis se pueden complementar o relacionar con las planteadas por Torres
Carrillo, es decir, la presencia de un conflicto estructural en torno al cual emerge la acción
colectiva, la vivencia y elaboración del conflicto desde la vida cotidiana de los protagonistas, la
producción de una base comunitaria para los movimientos a partir de la creación de vínculos de
solidaridad entre los actores, las dinámicas asociativas y organizativas que estructuran la acción
colectiva y la construcción de una identidad colectiva entre los partícipes de los movimientos.
(2013)

Acerca de la relación acción colectiva – resistencia, se asumirá lo planteado por Nieto quien
precisa: “no toda acción colectiva per se es resistencia; mientras que, por el contrario, toda
resistencia es forzosamente acción colectiva, pues esta lógica de contrapoder no se articula en el
vacío sino en contextos histórico-políticos configurados por actores colectivos en conflicto, en
lucha” (2008:89).

El concepto de resistencias.

13
Dos aspectos que son motivo de discusión y diferencian las ideas sobre la resistencia a lo largo
de la historia son: ante quién se ejerce la resistencia, los primeros abordajes del concepto se
centran en una resistencia solamente al Estado y los gobernantes, tal es el caso de Tomás de
Aquino y de John Locke. Y un segundo aspecto en el que subyace la pregunta por los actores
resistentes –si la resistencia necesariamente es de tipo colectivo o si es posible hablar de
resistencia desde sujetos individuales–, y la pregunta por las formas que usan estos sujetos para
resistirse.

En cuanto a la segunda pregunta, Randle (Citado en Nieto, 2008), hace un especial énfasis en el
carácter colectivo de la resistencia, específicamente de la resistencia civil, le asigna a la
resistencia civil dos características esenciales: la primera es que se trata de una acción colectiva y
la segunda es que evita cualquier uso sistemático de la violencia; la segunda característica surge
precisamente porque la resistencia en la cual se centra Randle es la resistencia civil, es decir, una
resistencia que no incluye acciones militares, y que aunque no precisa de una ética pacifista,
toma distancia de insurrecciones armadas, guerras de guerrillas, guerras convencionales u otros
fenómenos similares.

La resistencia civil es un método de lucha política colectiva basada en la idea básica de que los
gobiernos dependen en último término de la colaboración, o por lo menos de la obediencia de la
mayoría de la población, y de la lealtad de los militares, la policía y de los servicios de seguridad
civil. O sea que está basada en las circunstancias reales del poder político. Funciona a base de
movilizar a la población civil para que reitere ese consenso de procurar socavar las fuentes del
poder del oponente, y de hacerse con el apoyo de terceras partes. Sus métodos abarcan desde la
protesta y la persuasión hasta la no cooperación social, económica y política, y por último hasta la
intervención no violenta. […] Es necesario situar la resistencia civil dentro del concepto, más
amplio, de la acción no violenta. (1998: 25)

Respecto a este tema, es importante comprender en qué radica el carácter civil de la resistencia,
cabe precisar que éste se ha asumido desde los actores de la resistencia, es decir, cuando se habla
de resistencia civil se ha entendido como aquella que es ejercida por los ciudadanos, en
contraposición al Estado y sus ejércitos y entendiendo con ella además, el no uso de la violencia
en sus prácticas; sin embargo, en casos como el colombiano, hay múltiples experiencias de
resistencia civil (desde los ciudadanos) que han sido violentas y/o armadas, de allí que otros
autores prefieran sumarle al adjetivo de “civil”, el de “no armada”, nombrándola como:
“resistencia civil no armada” (Nieto, 2010).

14
Por otra parte, se encuentran las elaboraciones de Foucault sobre el tema de la resistencia16, él
considera que donde hay poder hay resistencia, es decir, que para que se dé la resistencia, es
necesaria la existencia de un poder al cual resistirse:

[…] donde hay poder hay resistencia, y no obstante (o mejor: por lo mismo), ésta nunca está en
posición de exterioridad respecto del poder. […] No pueden existir –las relaciones de poder– más
que en función de una multiplicidad de puntos de resistencia: éstos desempeñan, en las relaciones
de poder, el papel de adversario, de blanco, de apoyo, de saliente para una aprehensión. Los
puntos de resistencia están presentes en todas partes dentro de la red de poder. (Foucault,
2000:116)

Al respecto, Ramírez Zuluaga precisa que Foucault más que hablar de poder, se refiere a
“relaciones de poder”, “indicando con ello que no hay un centro, ni un lugar, ni una persona de
donde el poder emana, que en realidad sólo existe como una red de relaciones históricamente
determinadas” (2013: 98), esta apreciación acerca de las relaciones de poder es importante, en
tanto el autor considera que éstas generan diferentes efectos como la obediencia, la reconducción
de sus fines y la misma resistencia, que se configura como co-extensivo a las relaciones de
poder.

La definición del poder presentada, le da un carácter de movilidad que también debe tener la
resistencia, y que se percibe en la formulación de Nieto, quien a partir de un recorrido por
diversos autores, construye su propia definición:

Desde nuestra perspectiva, la resistencia es ante todo una lógica de acción colectiva que se orienta
contra toda forma de poder, explotación u opresión. Esta lógica es agenciada por actores
colectivos y se expresa no bajo una, sino bajo las más variadas formas de acción colectiva: desde
estallidos y sublevaciones espontáneas contra el poder, insurrecciones, guerras civiles, huelgas,
plantones, tomas de fábricas, desobediencia civil, asambleas, reuniones, movimientos sociales,
formas societarias de economía social o popular (cooperativas y solidarias), formas orgánicas
según ciclos de protestas y estructuras de oportunidad política, movilizaciones callejeras,
protestas puntuales, educación popular, radios y medios comunitarios alternativos, hasta las
formas más sutiles, calladas, ocultas, subprecticias, propias de la resistencia bajo regímenes
totalitarios y autoritarios. (2008: 89)

La definición que ofrece Nieto será la asumida en este proyecto, la razón para esta elección
radica en que integra y da respuesta argumentada a: ¿quiénes ejercen la resistencia?,
comprendiendo que ésta se da entre actores colectivos; ¿ante quién se ejerce la resistencia?,
“contra toda forma de poder, explotación u opresión”, lo cual incluye actores estatales, privados,
individuales, colectivos, sociales, armados, no armados, entre otros; e incluso da indicios acerca
del cómo se ejerce la resistencia, si a algunas acciones armadas también se les puede considerar

16
Para tener una mejor comprensión de los planteamientos de Foucault acerca del poder-resistencia, es necesario tener
en cuenta que el autor no se centra en una visión negativa del poder, es decir, no es por sí mismo o por naturaleza malo.

15
resistencia o no, proponiendo que las acciones armadas dirigidas a resistir a algún poder también
se consideran resistencias. La respuesta a estas preguntas sirve como marco de análisis para
identificar y caracterizar procesos de resistencia.

Resistencia civil y memorias

La memoria ha tenido diversas concepciones a lo largo de la historia, las cuales podrían dividirse
en dos: unas pertenecientes a la esfera privada-individual y otras a la esfera pública-colectiva;
dentro de las primeras se encuentran las que proceden de la neurobiología, el psicoanálisis o la
psicología, de acuerdo con la cual, la memoria es la capacidad psíquica de recordar, en mayor o
menor grado. Dentro del segundo grupo se alude a una memoria con un carácter más político y
social, y debe pasar por reconocer que las memorias, aún las individuales, se enmarcan
socialmente, en esta afirmación es preciso tener en cuenta que los marcos históricos y sociales
son cambiantes (Halbwachs, 2004), de allí que se conciba que “toda memoria es una
reconstrucción, más que un recuerdo” (Jelin, 2001), con lo cual esta autora concibe “la memoria
como operación de dar sentido al pasado” (2001), puesto que en este proceso se da una selección
de qué se recuerda y qué se olvida.

Sin embargo, antes de que Jelin llegara a esta definición se han dado diversos debates y
clasificaciones de la memoria, por ejemplo Maurice Halbwachs (1877-1945) diferenciaba, de
acuerdo a las formas de expresión y los espacios de circulación, la memoria social de la memoria
oficial, la primera circulaba a través de la oralidad y la segunda era una narración textual; sin
embargo, para él estas memorias coincidían en la función que desempeñaban: mantener la
cohesión social (Lifschitz y Arenas, 2012: 100).

Lifschitz y Arenas, también relatan en la evolución de los estudios sobre la memoria, la


asociación que se hizo entre memoria oficial o memoria nacional con la manera de mantener
sociedades cohesionadas en forma de naciones o más exactamente [la idea de memoria nacional]
“para Benedict Anderson (Cf. 1983) era una forma de construcción narrativa que había hecho
posible la representación de las naciones como comunidades imaginadas” (2012: 100).
Posteriormente en los años 80, se han dado profundos cambios a las percepciones y estudios
sobre el tema de la memoria – o las memorias, como también se empiezan a nombrar –, estos
cambios han estado dados por hechos históricos como el apartheid en Suráfrica, las dictaduras
en América Latina y conflictos armados como el colombiano, en los cuales se ha hecho
conciencia de que la memoria no podía ser sólo un asunto de y desde el Estado, sino que era
parte de los grupos – víctimas en general – que exigen los derechos a la verdad y la justicia y que
tienen sus propias narrativas; construyéndose unos relatos sobre la memoria que lejos de

16
mantener la cohesión social (en términos estatales) configuraban luchas políticas por hacer
visibles otras narrativas de la memoria. Este giro también se ha dado en los estudios sobre la
memoria, pues igualmente se ha convertido en objeto de investigación y reivindicación política
las memorias de los excluidos o como se han nombrado: las memorias subterráneas.

Festivales y fiestas.

Al momento de hacer una aproximación al tema de los festivales y las fiestas, se encuentra una
primera pregunta por responder y es la diferencia entre estos dos conceptos, al respecto no se han
hallado muchas precisiones; sin embargo deduciendo de los análisis y caracterizaciones que
hacen algunos autores, se encuentra que la fiesta es una categoría más general, dentro de la cual
se inscriben categorías como los festivales y los carnavales.

En principio la categoría central de interés para este proyecto es la de festival, en tanto es el


nombre que se le ha dado a la experiencia de resistencia “Festival Revolución Sin Muertos”; sin
embargo, a manera de marco general y como posibilidad de análisis también se hará una
aproximación a la categoría: fiestas, además porque sus características comparten mucho con las
de Festival.

De acuerdo con Pizano Mallarino, las fiestas son “Hechos culturales colectivos que evocan un
ser o acontecimiento sagrado o profano a través de ceremonias rituales o actos conmemorativos.
Son transmitidas por tradición, tienen permanencia y evolucionan, y las sociedades que las
celebran las dotan de significado”. Como ya se mencionó, dentro de la categoría fiestas, se
encuentra la de festivales, los cuales la misma autora define como “acontecimientos artísticos o
folclóricos que rescatan y difunden expresiones culturales y tradiciones populares” (2004: 26).

Por su parte, Arboleda realiza una caracterización de la fiesta, afirmando que ésta “es un hecho
social total; una celebración cíclica y repetitiva, de expresión ritual y vehículo simbólico, que
contribuye a significar el tiempo (calendario) y a demarcar el espacio” además de establecer una
relación contradictoria y dialéctica “entre la ceremonia y lo lúdico, la celebración y la rutina, las
pautas de institucionalización y de espontaneidad, la liturgia y la inversión, la trasgresión y el
orden, la estructura y la comunidad, lo público y lo individual” (Arboleda Mora, 2012: 139) Las
características dadas por Arboleda contribuyen a la construcción de un marco de análisis sobre
las experiencias festivas.

17
Con la fiesta, sucede algo similar a lo que pasa con la memoria17: puede servir para mantener la
cohesión social, bajo la ficción de un cierto unanimismo o puede generar una ruptura tanto con el
tiempo y espacio ordinarios como con valores, creencias e historias imperantes en la sociedad en
la cual se desarrollen.

Las fiestas crean un tiempo distinto al normal y recrean los espacios para que otro tipo de
jerarquías entre a funcionar mientras dura el período ceremonial y máscaras y disfraces tienen la
función de transformar la vida comunal reagrupando a sus miembros en otro sistema que
suspende la vigencia del usual. Los participantes asumen o transmiten códigos comunicativos y
formas de conducta, que en el contexto festivo no coinciden necesariamente con el
comportamiento habitual de la vida cotidiana, pero que son decodificados e interpretados por los
otros participantes del grupo (Pizano, 2004: 21).

Este trastorno del orden cotidiano, de acuerdo con Roma (1996) se asume “como parte de una
catarsis, en la que los dominados, en momentos establecidos cíclicamente se saltan prohibiciones
y hacen estallar las tensiones acumuladas, haciendo de la fiesta una válvula de seguridad” (1996:
27-28). En la misma línea, Manuel Delgado se ha referido a esos momentos de irrupción, pero
haciendo un gran énfasis en el tema espacial, en el cual también se crean rupturas, explicando
que las expresiones festivales públicas, suelen realizarse en espacio públicos, accesibles y
abiertos, como calles y plazas, los cuales una vez apropiados para la fiesta y destinados a un solo
uso son objeto de análisis de sus verdaderos sentidos y usos, así como de los asignados en la
fiesta (Delgado, 2002).

[…] la ocupación festiva provoca un accidente geográfico efímero en el paisaje social. Es, así
pues, una estrategia de territorialización. Corta un tiempo de la globalidad del tiempo social, ya
que toda fiesta funciona a la manera de un signo de puntuación en el devenir de la comunidad que
lo celebra (Delgado, 1999: 36).

Esta estrategia de territorialización, en ocasiones puede ser parte de estrategias de resistencia que
desafían los poderes manifestados bajo el mantenimiento de controles territoriales, ya sea
mediante la ocupación por quienes no pueden estar ahí (cruce de fronteras invisibles), por
cambio en su uso o por convertirlo en “un territorio para amontonar signos de una manera que
nunca es arbitraria” (Delgado, 1999), muchos de estos signos probablemente son una forma de
dar cuenta de sucesos alrededor del festival y que no fueron visibilizados directamente en el
marco de éste.

17
Respecto al papel de la memoria con relación al tiempo y los espacios, ver Ricoeur Paul (2003), especialmente en
relación a su apreciación sobre ‘el sentido de lugar’: “De la memoria compartida se pasa gradualmente a la memoria
colectiva y a sus conmemoraciones vinculadas a lugares consagrados por la tradición: con motivo de estas experiencias
vivas se introdujo por vez primera la noción de lugar de memoria, anterior a las expresiones y a las fijaciones que
dieron suerte más tarde a esta expresión” (194)

18
Finalmente, siguiendo a Arboleda, es importante subrayar que “La fiesta no se comprime en una
teoría, sino que se vive en la apertura a lo que se da en ella misma: la realidad última del mismo
ser humano” (2012: 140), Arboleda enfatiza que las fiestas no se pueden agrupar en teorías o
conceptos, pues éstas sólo se puede experimentar “hay que tener presente que los que saben qué
es una fiesta, son los que están participando en ella”. (Arboleda, 2012: 140). Aunque ésta es la
posición asumida en este proyecto, se consideró importante incluirla en el marco teórico, no
porque se esté haciendo referencia a la fiesta como teoría, sino porque es una categoría
fundamental para el análisis del problema de investigación, a partir de las características que
comportan, especialmente en relación al tiempo y el espacio.

En conclusión, resistencias, memorias y fiestas son las tres categorías transversales a este
proyecto, las cuales se interrelacionan considerando que las fiestas en la modalidad de festivales
son una de las formas en que los jóvenes de la Comuna 13 ejercen resistencia ante diferentes
situaciones de inseguridad y a la vez se constituyen en una forma mediante la cual pretenden
conservar la memoria de hechos complejos ocurridos en la Comuna durante los últimos años.
Además, es preciso aclarar que la relación memoria - resistencia, es de doble vía, en tanto hay
acciones de resistencia dirigidas a conservar la memoria social y a la vez, la conservación de
ciertas memorias se constituye hay veces en un acto de resistencia por sí mismo.

6. OBJETIVOS:

Objetivo general: Analizar el “Festival Revolución Sin Muertos” como experiencia de


construcción de memorias y de resistencia por parte de jóvenes hoppers de la Comuna 13 de
Medellín durante los años 2002-2013.

Objetivos específicos:
1. Caracterizar el Festival “Revolución Sin Muertos” como experiencia cultural de los jóvenes
hoppers de la Comuna 13 de Medellín.
2. Identificar las memorias que se construyen y difunden alrededor del Festival “Revolución
Sin Muertos”.
3. Analizar el Festival “Revolución Sin Muertos” y sus actividades asociadas como experiencia
de resistencia.

7. METODOLOGÍA:

19
7.1. Universo de estudio: El proyecto se ubicará espacialmente en la Comuna 13 de Medellín y
dentro de su universo de estudio se encontrará especialmente a grupos poblacionales de
adolescentes y jóvenes de dicha Comuna vinculados al Festival “Revolución Sin Muertos”.
7.2. Tipo de estudio y el enfoque: El enfoque de esta investigación es el cualitativo y dado que
pretende ir más allá de la exploración sobre el Festival Revolución Sin Muertos, buscando
dar cuenta de la relación de éste con otras categorías como las resistencias y la memoria, se
constituye en una investigación correlacional, donde lo exploratorio sólo es una primera parte
y luego se pensará en la incidencia de unas categorías sobre las otras.
Las fases, los métodos: Se usará como estrategia de investigación el estudio de caso, el cual
ha sido seleccionado a partir de la revisión de diversas estrategias culturales de resistencia.
Para elegir esta estrategia de investigación se partió de la definición de estudio de caso dada
por Robert Yin, citado en Jiménez-Chaves: “una investigación empírica que investiga un
fenómeno contemporáneo en su contexto real, donde los límites entre el fenómeno y el
contexto no se muestran de forma precisa, y en el que múltiples fuentes de evidencia son
utilizadas” (julio 2012: 142)

Se tendrán como técnicas de investigación la realización de entrevistas a profundidad, la


realización de talleres de memoria, la observación participante, la revisión de fuentes
primarias y secundarias y el análisis de material visual y auditivo.
Objetivos Específicos ¿Qué necesito saber? ¿Cómo lo hago?
¿Cuál es el origen del Festival?
¿Cuáles son los actores del
Festival? ¿Qué experiencias se
Caracterizar el Festival “Revolución vinculan
Sin al Festival y cómo se da - Revisión bibliográfica
Muertos” como experiencia cultural lade relación entre éstas y el - Entrevistas a profundidad
los jóvenes hoppers de la Comuna 13Festival?
de ¿Cuáles son las - Revisión de material audiovisual
Medellín. continuidades y rupturas que a lo - Observación participante
largo de su historia ha tenido el
Festival? ¿Cuáles son los tiempos
del Festival? ¿Cuáles son los
espacios del Festival?
¿Qué se recuerda en el Festival? - Revisión bibliográfica
Identificar las memorias que ¿Qué se se olvida o silencia con el - Entrevistas a profundidad
construyen y difunden alrededor Festival?
del ¿Con qué hechos están - Revisión y análisis de material
Festival “Revolución Sin Muertos”. relacionadas las memorias que se audiovisual (vídeos y canciones
construyen a partir o alrededor del de hip hop)
Festival?
- Entrevistas a profundidad
Analizar el Festival “Revolución ¿Ante qué o quiénes se ejerce - Talleres de memoria con grupos
Sin Muertos” y sus actividades resistencia mediante el Festival? específicos: (Adolescentes y
asociadas como experiencia de ¿Cuáles son los mecanismos jóvenes)
resistencia. directos e implícitos de ejercer la - Revisión y análisis de material
resistencia? audiovisual (vídeos y canciones
de hip hop)

20
De acuerdo con el anterior esquema, se propondrán cuatro fases en la investigación, a saber:

Fase I: Exploración de los actores y características del “Festival Revolución Sin Muertos” y de
otras experiencias culturales de resistencia vinculadas a éste, a la par que se continuará en la
indagación conceptual sobre las categorías, subcategorías y descriptores que servirán como base
para la revisión y análisis de la información recopilada.

Fase II: Esta será una fase de recolección de la información necesaria para dar respuesta a las
preguntas de investigación, dicho proceso se hará mediante la realización de entrevistas a
profundidad, talleres de memoria y registro de la observación participante.

Fase III: En esta fase se llevará a cabo el procesamiento y análisis de la información, para lo
cual se hará uso de algún software de análisis cualitativo, la construcción de esquemas de
análisis y de la discusión de hallazgos previos con personas especializadas en el tema, es decir,
mediante la discusión en comunidades académicas.

Fase IV: En esta fase se realizarán validaciones de los hallazgos de la investigación y se


procederá a la redacción del informe final y de los artículos de la investigación.

7.3.Cronograma

Duración total: 12 meses

Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes
FASES / TIEMPO
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Formulación del proyecto y
definición de categorías de
análisis y del estudio de caso.
Fase 1: Exploración de los
actores y características del
“Festival Revolución Sin
Muertos”
Fase 2: Recolección de
información
Fase 3: Procesamiento y análisis
de la información.
Fase 4: Validación de la
información y elaboración de
informe y artículos finales.

7.4.Resultados esperados y estrategias de divulgación.


• Una caracterización del Festival “Revolución Sin Muertos”, teniendo en cuenta su dimensión
artística, social y política y por ende la contribución al conocimiento sobre los Festivales
locales.
• Un análisis de los discursos que permean las acciones de resistencia estudiadas en clave de su
potencialidad para conservar la memoria, considerando los repertorios que se desean
preservar.

21
• La producción de conocimiento socialmente pertinente para la conservación de la memoria
de comunidades afectadas por diversos tipos de inseguridades.

7.5.1 Estrategias de divulgación


• Un artículo de revista nacional clasificada en Publindex.
• Un artículo en medio de comunicación comunitario de la Comuna 13 sobre los resultados de
la investigación.
• Un vídeo que permita difundir las características y memoria del Festival “Revolución Sin
Muertos”
7.6. Consideraciones éticas
• Se informará a las personas entrevistadas sobre los objetivos del estudio y el carácter libre y
voluntario de su participación.
• Se protegerá el anonimato y el derecho a la intimidad de los participantes.
• La información se administrará de acuerdo a la voluntad de los participantes, teniendo en
cuenta garantizar la integridad de los mismos.
• Se harán convalidaciones con las personas participantes, previa divulgación de resultados.

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