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LOS PRINCIPIOS DE LA TERAPIA DE JUEGO NO DIRECTIVA

Los ocho principios básicos

1.- el terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual
se establece una armonía lo antes posible.

2.- el terapeuta acepta al niño tal como es.

3.-el terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación de tal forma que el niño
se siente libre para expresar sus sentimientos por completo

4.- el terapeuta esta alerta a reconocer los sentimientos que el niño esta expresando y los
refleja de nuevo hacia él de tal forma que logra profundizar más en su comportamiento.

5.-el terapeuta observa un gran respeto por la habilidad del niño para solucionar sus
problemas, si a éste se le ha brindado la oportunidad para hacerlo. Es responsabilidad del niño
decidir y realizar cambios.

6.-el terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño en forma alguna.El niño
guía el camino, el terapeuta lo sigue.

7.-el terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia, este es un proceso gradual y


como tal reconocido por el terapeuta.

8.- el terapeuta establece sólo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la
terapia en el mundo de la realidad y hacerle presente al niño su responsabilidad en la relación.

El contacto inicial es crucial para el éxito de la terapia, la estructura es presentada al niño no


solamente por medio de palabras sino también con la relación que es establecida entre la
terapia y el niño.

La estructuración:

Es el fortalecimiento de la relación de acuerdo con los principios para que el niño comprenda
la naturaleza de los contactos terapéuticos, es un método cuidadosamente planeado para
introducir al niño en este medio de expresión personal que trae consigo liberar sentimientos y
adquirir un mayor conocimiento de sí mismo., es una forma de establecer la relación, un
esfuerzo sincero para comprender al niño y confrontar constantemente sus respuestas contra
los principios básicos y evaluar su trabajo para que el acreciente su entendimiento respecto a
la dinámica del comportamiento humano.

ESTABLECIENDO LA RELACIÓN

El terapeuta debe desarrollar una relación tierna y amigable con el niño, mediante la cual se
establece una armonía lo antes posible, una sonrisa es por lo general un principio de ternura y
amistad, el terapeuta debe estar al pendiente de las actitudes y sentimientos, la gran mayoría
de los niños entran sin gran resistencia al cuarto de juegos.
Como advertencia se debe mencionar que el terapeuta puede inconsistentemente aportar una
útil influencia en la relación en un esfuerzo por ganar simpatía, la excesiva demostración de
afecto puede anular la terapia.

El niño siempre tomará la decisión, estando el terapeuta siempre alerta para reflejar todos los
sentimientos que el niño expresará en esta fase. Sería una llamada a la realidad que
establecería esta limitación a la permisividad de la situación terapéutica.

En terapia de grupo la relación establecida puede ser menos profunda que en la individual, el
niño expresará suis sentimientos más rápidamente que en la individual o retraerse
ocultándose en los otros, el terapeuta debe estar al pendiente de cada caso.

ACEPTANDO AL NIÑO COMO INDIVIDUO

La total aceptación del niño se demuestra por medio de la actitud del terapeuta. El conserva
una relación tranquila, segura y amigable con el niño. Evita demostrar cualquier señal de
impaciencia absteniéndose de realizar cualquier crítica o reproche ya sea directa o
indirectamente, elimina todo halago en lo relativo a acciones o palabras, él niño es muy
sensitivo y está capacitado para captar hasta el rechazo más velado hacia su persona por parte
del terapeuta. El padre esta rechazando su conducta y esta buscando que lo modifiquen, en
consecuencia la total aceptación del niño parece ser de vital importancia para el éxito dela
terapia.

El aceptar al niño va más allá de establecer el contacto inicial y llevarlo hasta el cuarto de juego
y principiar la terapia, después el terapeuta debe tener una actitud accesible ante todas las
cosas que el niño hace o dice.

El niño debe tomar decisiones cualquiera que éstas sean, las conductas agresivas deben de
aceptarse y no guardar silencio ya que pueden ser entendidas como desaprobación o falta de
aceptación.

En la terapia de grupo el terapeuta debe estar al pendiente de sus respuestas para que ningún
niño en el grupo se sienta en momento alguno que se está comparando o contrastando con
otro miembro del grupo. En la terapia individual es más fácilmente establecidos en la terapia
individual que en la grupal, por el elemento de comparación o crítica no están implicados.

ESTABLECIENDO UN SENTIMIENTO DE PERMISIVIDAD

El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación de tal forma que el niño
se sienta libre para expresar sus sentimientos por completo.

La permisividad, es establecida por la actitud del terapeuta hacia el niño por medio de
expresiones faciales tono de voz y acciones, implica además el uso o indeferencia hacia lo
material de acuerdo con los deseos del niño está basada en una total ausencia de sugerencias
es más apropiada para el éxito de la terapia, lo que permite al niño percatarse de su
responsabilidad el tomar decisiones, ahí no depende de nadie, es cuestión de él qué hacer ,
hay seguridad en la relación pero no existe apoyo, algunas veces puede existir resistencia a los
intentos del terapeuta a que logre la autosuficiencia y autodirección.
La permisividad en la relación se extiende más allá del contacto inicial, continúa a través de
todas las entrevistas con el niño, es un elemento que se debe manejar con cuidado, requiere
de consistencia por parte del terapeuta para conservar el ambiente permisivo.

Para que el niño pueda exteriorizar sus sentimientos más profundos, primero debe existir el
periodo de exploración de prueba y de relacionarse, el niño debe confiar en el terapeuta, si él
decide compartir sus sentimientos, necesita percibir una gran seguridad en esta situación para
poder exteriorizar sus “malos”, así como sus “buenos” sentimientos y no sentir el temor de
que este adulto lo desapruebe.

En la terapia de juego los niños captan la pronta aceptación de cada uno de sus compañeros de
grupo hacia el terapeuta y la libertad de expresión parece ser contagioso.

RECONOCIMIENTO Y REFLEXIÓN DE LOS SENTIMIENTOS:

El terapeuta está alerta a reconocer los sentimientos que el niño está expresando y los refleja
de nuevo hacia él de tal forma que el niño logra profundizar más en su comportamiento.

El juego del niño es simbólico de sus sentimientos y cada vez que el terapeuta intenta
transformar el comportamiento simbólico en palabras, se debe tener cuidado de no
interpretar, cuando el terapeuta capta el sentimiento que es expresado y lo reconoce, el niño
toma su punto de partida de ahí y el terapeuta puede en realidad observar al niño al adquirir
una completa visión de sí mismo.

En la terapia de grupo el terapeuta debe centrar su atención de manera individual y al mismo


tiempo dividir sus respuestas para que ningún niño se sienta desatendido.

CONSERVANDO EL RESPETO HACIA EL NIÑO

El cambio de comportamiento debe provenir del mismo individuo como resultado de la visión
que ha adquirido. Cuando el terapeuta deja que el niño sea responsable de hacer los cambios,
está centrando la terapia en el niño. El terapeuta intenta ayudar al niño a comprender que él
es el responsable de sí mismo. Al niño se l brinda la oportunidad de obtener su equilibrio,
adquiere su confianza en sí mimo y su autorrespeto, edifica su propia estimación nadie lo
dirige, el deberá de elegir y no importa por lo que decida el terapeuta o intervendrá. En el
cuarto de juego el niño se vale por sí mismo.

El NIÑO GUÍA SU CAMINO

El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño en forma alguna, el
terapeuta sólo lo sigue.

El terapeuta elimina cualquier palabra de alabanza así que el niño no tiene ningún incentivo
para actuar en determinada forma con el objeto de lograr más halagos, tampoco critica sus
acciones, así que no se siente inhibido o fuera de lugar, si solicita ayuda el terapeuta se la
brinda. Si pregunta al respecto al uso de ciertos materiales el terapeuta lo orienta.

El terapeuta no realiza sugerencias, el cuarto de juego y los materiales están a disposición del
niño, en espera de su decisión, en el periodo de la terapia el terapeuta no e un compañero de
juegos ni un maestro, ni una madre sustituta, es una figura que se convierte en reflejo sonoro
contra el cual el niño prueba su personalidad.El terapeuta omite su opinión, sentimientos y
deseos de guiar al niño a la horade terapia.

En la terapia en grupo un niño puede guiar a los demás, pero no es la misma que el del
terapeuta, el terpeuta debe estar alerta a sus reacciones para que no sean transmitidas por
este niño dominante.

LA TERAPIA NO DEBE SER APRESURADA

La terapia es un proceso gradual y por tanto reconocido por el terapeuta

El forzar al niño a expresar sus emociones generará retraimiento, se deberá esperar y no


intervenir en este proceso, si el terapeuta pretende aliviar tensiones y presiones, así como
brindarle al niño un sentimiento de aptitud no debe continuar con el patrón “deprisa”, pues
reconocerá el valor de brindar al niño una oportunidad para obtener su equilibrio, le permitirá
al niño tomar su tiempo.

Si el niño tiene un problema el niño o exteriorizará cuando esté preparado, el cambio no


puede realizarse sin la participación del individuo, y que los cambios verdaderos provienen de
lo más profundo del ser, el crecimiento es un proceso gradual.

EL VALOR DE LAS LIMITACIONES

El terapeuta sólo establece aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la terapia
en el mundo de la realidad y hacerle patente al niño su responsabilidad en la relación.

El confinar la mayor parte de las limitaciones en cosas materiales, tales como la destrucción a
placer de los materiales de juego, averiar la habitación y atacar al terapeuta, son necesarias
para la protección de los elementos implicados.

Si el niño debe salir del salón de terapia con un sentimiento de seguridad y respeto hacia el
terapeuta, debe ser tratado en tal forma mientras se encuentre éste en la habitación, que se
fortalezcan esos sentimientos, la liberación de sentimientos ayudan al desarrollo de la visión
interior del sujeto, que redunda en una autodirección más positiva.

Para proteger al niño de sentimientos de culpa y prevenir la formación de cualquier


concepción equivocada en su mente en lo relacionado a cuál puede ser su comportamiento
adecuado, se ha enfatizado respecto a confinar la terapia en terapia de juego.

BIBLIOGRAFIA: Axline, V. Terapia de juego. México ed. Diana Cap. 7-15

REFLEXIÓN: En este momento de mi trabajo, para poder entender el ser permisivo y


apegarse a los principios fundamentales del enfoque caí en una situación que yo le
llamaría espiral sin avance, es decir comenzaba a sentir que me dirigía hacia los polos y
caía en paradojas, ahora después de ésta crisis, pude darme cuenta que en las sesiones
con mis pacientes, el darles libertad no significaba llegar al punto de no participar en
nada de lo que hacían, el no poner limites necesarios, podrían hacer lo que quisieran,
aún con mi tiempo, el ser permisiva podría ser que se callera en mi inatención etc.,
ahora puedo equilibrar esas situaciones, no perder de vista que los principio básicos no
sólo sirven al niño o adulto, sino también a mí para conocer mis limitaciones y el
permitir seguirlo a su ritmo me permite a mí darme cuenta del mío, creo que la
relación que se gesta entre el niño y yo como terapeuta permite el crecimiento de
ambos, claro ése no es el objetivo, sin embargo he descubierto que va de la mano y es
ahí donde me doy cuenta si realmente el trabajo que realizo ha funcionado o no.

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