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BAILAR O NO BAILAR
POR: JOSÉ MIGUEL CASADO
Sobre una mesa yacen botellas de vino vacías, y un montón de sobres de cuentas por
pagar. En el piso yacen unos trofeos, tirados unos encima de otros, algunos están rotos. Al
lado, reposa un cenicero volteado, el piso lleno de ceniza y colillas. Un espejo de cuerpo
completo está apoyado junto a la puerta del cuarto, está astillado y varios pedazos de
vidrio están desprendidos, hay vestigios de sangre, está seca.
ARRECIA EL GOLPETEO
HOMBRE (OFF)
-Abrí Rafael… Sé que estás, boludo, dale…
HOMBRE (OFF)
-¿Vamos a tener que meter a la policía en esto?…
RAFAEL
(Inspira hondo / Luego, para sí)
-Ya fue…
RAFAEL
-¡Ya voy, carajo!…
RAFAEL
-¿Y mis cosas?....
HOMBRE
-¿Tus cosas?...
RAFAEL
-Mis muebles, mis…
HOMBRE
-Mirá Rafael todo lo que ha pasado, de verdad…
Pero me debés un montón de guita hermano, y ni vendiendo los cachivaches…
MUCHACHO
-¿Esto lo tiro patrón?...
RAFAEL
-Hola… ¿Tincho?... Es Rafael…
(Pequeña pausa)
No, no tranqués por favor... Es una…
Rafael tranca el teléfono. Resopla. Mira a los lados. Muerde sus uñas nerviosamente.
Corte a:
ENCARGADO
-¿Eso es todo?...
ENCARGADO
-¿No tenés cambio?...
RAFAEL
-Es todo lo que tengo...
6. EXTERIOR. PARQUE. DÍA.
Rafael está sentado en un banquito. La maleta yace junto a él. En el banquito aledaño,
detrás de Rafael, una mujer solloza disimuladamente. Pero emite gemidos eventuales que
impiden esconder su lloriqueo. Rafael voltea disimuladamente, para mirarla. Rafael medita
un instante.
RAFAEL
-¿Se encuentra bien señorita?...
INÉS (50), no responde. Está bien arreglada, aunque su vestir no denota poder económico
alguno. Posee una abundante cabellera negra y hermosos ojos del mismo color, grandes y
nobles. Rafael toma la maleta y se sienta en el banco de Inés, manteniendo cierta
distancia. Inés solloza, encorvada.
RAFAEL
-Disculpe, señorita… ¿Se encuentra bien?...
INÉS
-¡¿Y a vos qué te importa?!…
INÉS
-Ay, disculpá, es que…
RAFAEL
-No se preocupe…
INÉS
-No, de verdad… Gracias por preguntar… Es que…
El llanto se vuelve a apoderar de Inés. Rafael vuelve a sentarse, ahora un poco más cerca.
INÉS
(Se calma un poco)
-Es uno de esos días… ¿Sabés?...
INÉS
-Gracias por preguntar… Hoy en día a todo el mundo
le chupa un huevo todo…
(Sonríe sutilmente / luego, mirando la maleta)
-Ahhhh… Me vas a vender algo… Buena estrategia, buscar
mujeres vulnerables en la calle…
RAFAEL
-No no… Es que… Estoy de viaje, de pasada…
INÉS
(Riendo)
-Es joda… -¿Y qué pasó? ¿No confiás en las mucamas?…
RAFAEL
-No entiendo… Ahhh, no, es que me estoy cambiando de hotel…
Una historia larga… ¿Por qué llorabas?...
INÉS
-Nada del otro mundo, es que me robaron y…
RAFAEL
-¿Te pegaron, estás bien? ¿Te robaron mucho?…
INÉS
-No, no… Unos mangos… El tema no es ese… Es otra historia larga…
(Pausa)
-Hay amores que son dolores…
RAFAEL
-¿Tenés cómo llegar a casa?…
INÉS
-Siempre uno logra llegar a casa… No te preocupes…
RAFAEL
-Tomá…
Inés reniega.
RAFAEL
-Tomá, dale…
(Señalando la maleta con una mueca)
-Hoy vendí mucho… Me puedo dar el lujo de ayudarte…
INÉS
-Muchas gracias… Si me das un número, te pago de vuelta…
RAFAEL
-No hace falta… No lo necesito, de verdad…
INÉS
-Sos una rareza… ¿Cómo te llamás?…
RAFAEL
-Rafael…
INÉS
-Inés… Mil gracias Rafael, que Dios te lo multiplique…
RAFAEL
-Cuando lo vea, haré el esfuerzo de acordarme de los 10 pesos…
(Se voltea un instante / irónico)
-Va a ser una conversación muy larga…
Rafael emprende su camino. Inés lo mira partir, primero sonriente, luego reflexiva.
TINCHO
-Vos tenés cojones ¿no?…
RAFAEL
-Sólo quiero hablar, Tincho…
TINCHO
(Luego de atisbar la maleta)
-¿Hablar?… ¿Ahora querés hablar?...
RAFAEL
-Somos hermanos, Tincho…
Tincho sale de la casa, cierra la puerta tras de sí.
TINCHO
-¿Ahora querés jugar al hermano?… ¿No tendrá nada
que ver con esa maleta no?...
TINCHO
(Se acerca a él, bajando la voz, señalándolo)
-Ni siquiera tuviste las bolas de enterrarla…
RAFAEL
-Lo que ustedes metieron en la tierra, no era ella…
TINCHO
-¿Para eso te la llevaste?…
RAFAEL
(El llanto lo vence)
-Basta Tincho…
TINCHO
-¿Para eso me la quitaste? ¿Para dejarla marchitar así?…
(Lo agarra, vehemente)
-Y ni siquiera la enterraste, hijo de puta…
RAFAEL
-¿Y Marce y los niños?… ¿Has pensado en eso?...
Nunca te ibas a ir… Vos no sos así…
TINCHO
(Sollozante, sacado)
-¿Y vos qué sabés?… ¿Qué sabés vos de nada?...
Mirá lo que nos hiciste a todos… Sofi llena de gusanos…
Vos con tu maleta y tu cara de tonto… Y yo metido en esta… Casa…
¿Y qué querés de mí, hijo de puta?...
RAFAEL
-Sólo quería volver a abrazarte, hermano…
Tincho recibe el abrazo a regañadientes, incapaz de rechazar el gesto, una de sus manos
se posa suavemente encima de Rafael, el rostro desencajado.
ESPOSA DE TINCHO (OFF)
(Irónica)
-Qué lindo abrazo…
La ESPOSA DE TINCHO (35) está parada junto a la puerta, de brazos cruzados. Tincho
empuja a Rafael.
ESPOSA DE TINCHO
-¿Están llorando a su muerta?... Qué tiernos…
TINCHO
(Limpia intempestivamente sus lágrimas / molesto)
-Entra para la casa, Marce… Rafael ya se va…
RAFAEL
(Camina hacia la maleta / luego, hacia Marcela, parsimonioso)
-Dale un abrazo a los piojos de mi parte, Marce…
¿Sigue bailando la piojita?....
Marcela se conmueve ante la pregunta, queda descolocada. Antes de que su rostro deje
ver su vulnerabilidad, se adentra en la casa. Tincho la sigue, no sin antes mirar a su
hermano con cierta complicidad. Rafael le asiente muy sutilmente. Tincho cierra la puerta
de la casa. Rafael se queda mirando la puerta un instante. Luego toma la maleta y echa a
andar, a paso lento.
Corte a:
Rafael mira cómo los jóvenes, sonrientes, se adentran en un local de alguna franquicia de
comida rápida. Se queda mirando una publicidad de una hamburguesa. Saca la cajetilla de
cigarros de su bolsillo. Extrae el último que le queda. Lo enciende. Aprieta la caja vacía en
sus manos. Saca el dinero que le queda, lo mira un instante.
Corte a:
Un encargado le entrega a Rafael una caja de cigarrillos. Y unas monedas.
INÉS
(Irónica)
-No hace falta, conozco el camino a casa…
HOMBRE
-Pero hay otras cosas que quizá no conozcas…
INÉS
-Ah, ¿si?… Mirá vos…
CHICO
(Agitado, a su secuaz)
-Dale loco, que viene gente…
RAFAEL
-¡Hey!…
El chico que le sacó la maleta le da una patada en la cara, y cuando cae al piso le da otra
patada en el estómago.
CHICO 2
-¡Puto!…
Los dos muchachos pasan corriendo junto a Inés y su acompañante, quienes se exaltan.
Inés mira la maleta, pensativa. Atisba a Rafael a lo lejos y se dispone a aproximarse.
HOMBRE
-¡¿Qué hacés?!…
INÉS
-¡Creo que lo conozco!…
HOMBRE
(Tomándola del brazo, canchero)
-Pará un toque…
Inés se suelta de un sacudón, el tipo hace un ademán de pocos amigos y se larga. Inés se
acerca a Rafael, quien yace en el suelo, la cara manchada de sangre.
INÉS
-¿Qué pasó?…
RAFAEL
(Desorientado)
-¡Me robaron!… ¡Me acaban de robar!…
INÉS
(Tomándole la cara)
-Calmate, soy yo… ¿Te acordás de mí?...
INÉS
-¿Podés caminar?…
INÉS
-Ya casi está…
RAFAEL
-Gracias, Inés…
INÉS
-Bueno, al menos amnesia no tenés… Pero mañana
hay que llevarte al hospital, a verte… Para descartar cualquier herida interna…
RAFAEL
-¿Sos doctora?…
INÉS
-No, juego en segunda, soy enfermera… ¿Y vos, señor turista?...
¿Me vas a decir que la sábana era de los chorros?…
RAFAEL
(Pausa, primero cabizbajo, luego la mira)
- Amores que son dolores…
INÉS
(Jocosa)
-¿Dónde he escuchado eso antes?…
Descansa, mañana te llevo al hospital…
INÉS (OFF)
-Es mi hija, buenos días…
Rafael se limpia el llanto furtivamente. CAMILA (5), sigue bailando, al frente del televisor.
Inés disimula su contrariedad al notar el llanto de Rafael.
RAFAEL
-Buenos días… ¿Te pido el baño?...
INÉS
-La primera puerta a la izquierda…
RAFAEL
-¿Me dejás intentarlo?…
Inés le hace un gesto amistoso. Rafael toma la compota y la cuchara de sus manos. Se
dirige al fregadero.
INÉS
-¿Cómo te sentís?…
RAFAEL
-Como si me hubieran dado una golpiza…
Rafael toma un marcador rojo que está imantado a la heladera, junto a una pizarrita
magnética con varias cosas escritas. Dibuja un globo rojo en el frasco de compota.
Cuidando de que la nena no vea nada de esto. Mete el frasco en el bolsillo de su pantalón.
INÉS
-Ahora vamos al hospital… Tengo un primo policía que quizá nos puede
ayudar a recuperar tu maleta, lo llamo más tarde… Come algo, ahí te hice unos huevos…
Yo tengo que bañarme y…
RAFAEL
-Andá tranquila, podemos cuidarnos solos…
INÉS
-Está bien, no tardo…
DUCHA
Inés los espía por entre el resquicio de la puerta. Rafael come sentado, impasible. La nena,
sentada en su silla, parece incómoda, quiere bajarse. Rafael ni lo registra. Inés se angustia
un poco y se dispone a abrir la puerta pero entonces Rafael saca el pequeño frasco de su
bolsillo, de forma furtiva y de manera que el globo sea visible para la nena, despertando la
curiosidad de ésta, la cual mira fijamente el frasco. Inés se contiene de salir, se queda
mirando, curiosa. Rafael mete la pequeña cuchara en el frasco, come un poquitín y vuelve
el frasco a su bolsillo, sin siquiera mirar a la nena. Luego de un instante repite esta acción.
La nena, incapaz de disimular más su curiosidad, se acerca a Rafael y trata de meter la
mano en su bolsillo. Rafael se “resiste” un poco, pero accede finalmente. La nena toma el
frasco, Rafael le da la cucharita y la nena se sienta en el piso a comer la compota. Rafael
continúa pretendiendo que no la ve, mientras come, pero la mira un toque,
disimuladamente. Inés observa todo esto, con una gran sonrisa en su cara y luego de un
instante, se mete en la ducha. Sobre el retrete, está su uniforme de enfermera.
RAFAEL(OFF)
-Parece que siempre nos encontramos cuando alguno de los dos está en aprietos. A mí
tampoco me robaron los chorros, Inés. Lo que esos pibes se llevaron no vale nada, y ya no
lo necesito, así que no te molestés en llamar a tu primo. A mi me robaron todo, hace
mucho, y ya está todo contado en mi historia. Ahora sólo hay certidumbre, al fin. Gracias
por todo, Inés. Cuidate mucho, y cuidá a tu linda bailarina.
Inés baja la nota, conmovida y con una ligera rabia. La nena, que se ha acercado a ella
mientras leía, la mira, con gesto de preocupación pueril. Inés la alza y la abraza con fuerza,
sonriéndole con gran esfuerzo.
RAFAEL
-¡¿Dónde está?!…
HOMBRE
-¡¿Qué carajo estás haciendo pelotudo?!…
RAFAEL
-¿Dónde mierda está, gordo?…
HOMBRE
-¡Rafa, voy a llamar a la policía!…
RAFAEL
-¡Llama a quien te dé la gana!…
HOMBRE
-¡¿Qué mierda es lo que quieres?!…
PIBE
-Ahí lo tiré…
PIBE
(Cabizbajo)
-El jefe nos contó lo que pasó… Lo lamento mucho, señor…
A veces es mejor dejar esas cosas atrás…
Rafael voltea y lo ve con cara de pocos amigos. El muchacho hace una mueca nerviosa, y
se retira. Rafael abre el contenedor.
ENFERMERA
-Parecés un maiquí en una tienda de electrodomésticos…
ENFERMERA
-¿Estás bien amiga?…
DOCTOR
-¡Código azul!…
Inés y su compañera, salen disparadas detrás de él. Llegan a la camilla del paciente, el cual
está anegado de sangre.
PARAMÉDICO
(Al doctor)
-No hay venas ni arterias comprometidas, pero los cortes son irregulares,
y el de la muñeca izquierda es bastante profundo…
DOCTOR
(Auscultando ambas muñecas)
-Copiado… Enfermera, coloque una vía y prepare una antitetánica…
(A Inés)
-Usted, limpie la zona en la muñeca derecha, chequee el compromiso vascular y
tendones…
Inés se dispone a ejecutar la orden, pero queda paralizada y sufre un leve mareo.
DOCTOR
-¿Se siente mal?…
PARAMÉDICO
-Lo encontraron los tipos de la basura, en un contenedor,
si este se salva, nos vamos a cansar de verlo en la tele…
Inés sale de su trance, quita al paradémico, molesta, y comienza a tratar a Rafael, con
intensidad. El doctor mira a la otra enfermera, inquisidor, ésta se encoje de hombros y
continúa con su trabajo. Inés prosigue, intensa, conteniendo su angustia.
INÉS
-Estás en el hospital, estás bien…
INÉS
-Quédate tranquilo, no te movás…
(Tomando suavemente una de sus muñecas)
-Se te pueden soltar los puntos…
INÉS
-Hay formas más fáciles de acosar a una mina, ¿sabés?…
Rafael se tapa la cara con una de sus manos. Inés se sienta en la cama, de espaldas a él.
INÉS
-Tengo órdenes de avisarle al sicólogo apenas despiertes…
-Pero pensé que quizá, no sé… Quizá preferirías hablar conmigo, antes…
INÉS
-Si querés, claro… Entiendo si preferís no hablar…
(Voltea levemente su rostro hacia Rafael, sin llegar a mirarlo)
-Pero creo que te haría bien…
Rafael baja su mano, voltea el rostro hacia el costado contrario de donde está Inés.
Permanece en silencio, el rostro pétreo.
INÉS
-Puedo hablar yo, un poco, y si vos querés, si te animas, me decís algo…
(Pausa / el silencio de de Rafa la entristece)
-Pensaba que cuando te levantaras, te podía contar lo que pasó el día
que nos conocimos… Que te podía contar que quien me robó la guita
es el papá de Camila… Apareció después de tanto tiempo… Yo no quería que viera a
Camila, pero es difícil negarle eso a la nena… Es difícil…
(La mirada gacha)
-Él ni siquiera sabía que existía ¿Viste?… Y el descubrimiento no le sentó muy bien…
Esa noche tuvimos una gran discusión… Es nuestro estilo…
(Risa nerviosa)
-Pero igual me quedé con él… Estuvo muy cariñoso en la mañana… Y por un momento
pensé que quizá las cosas podrían estar bien, de pronto… Que quizá todo lo que había
estado al revés tanto tiempo, se podía enderezar…
-Salí de aquél lugar, feliz, radiante… La ciudad era mía… Pero bastó meter la
mano en la cartera para sentir la realidad… La de siempre…
(Se sonríe y un par de lágrimas le bajan de los ojos / Pausa)
-Yo sé lo que es estar sola, Rafa…
Inés posa su mano sobre la de Rafael, sutilmente. Él lo permite, pero continúa inmutable.
INÉS
-Cuando salí embarazada, los doctores me insistieron en que no tuviera el bebé…
-Yo conocía bien los riesgos, por mi edad… -Pero pensé…
(Voltea, lo encara)
-Prefiero estar muerta, que estar tan sola…
INÉS
-Siempre podemos elegir no estar solos, Rafa… Aunque a veces haga falta
coquetear con la muerte…
(Voltea el rostro nuevamente, de modo que le da la espalda a Rafa)
-Ese día fuiste tan amable conmigo… Ningún hombre se había comportado así
conmigo, nunca… Ni con Cami… Los espíe desde el baño, mientras le hacías
el jueguito para que comiera…
(Deja escapar una leve risa)
-Y si me preguntás a mí, creo que alguien como vos…
(Se detiene, reflexiona)
-Bueno, perdoná, lo menos que necesitás es alguien que venga a hacer
terapia con vos… Es sólo que…
(Se pone de pie, lo mira, le sonríe, se limpia el llanto)
-Nada, quizá debí preguntarte si te gusta el fútbol, o bailar, o el helado…
-Disculpá… No quise molestarte, de verdad… Soy una tonta…
(Emprende su camino hacia la puerta)
-En unos minutos viene el sicólogo…
Rafael
(Bajito, inaudible)
-Me gusta bailar…
RAFAEL
(Alza la voz)
-Me gusta bailar…
INÉS
-¿Cómo decís?, No te escuché bien…
RAFAEL
-Bailo… Es lo que siempre he sabido hacer…
Inés lo mira, sorprendida. Pero guarda silencio, dejando que Rafael se desahogue.
RAFAEL
(Baja la mirada)
-Comencé a prender desde chico…
-Aprendí tanto, que me dediqué a enseñarle a bailar a los demás…
-Me costó MUCHO aprender…
(Pausa)
-Sofía en cambio… Sofía nació para bailar…
Inés emite un gesto reflexivo, como intentando entender lo que Rafael le dice.
RAFAEL
-Era poco lo que se le podía enseñar, en la danza digo…
-A Sofi lo único que había que enseñarle
era a aceptarse a sí misma, a quererse ¿Me entendés?...
RAFAEL
(Sonríe, el llanto cae de sus ojos)
-Ninguna de las leyes de este mundo aplicaban para ella,
ni la gravedad, ni la lógica… Nada podía tocarla…
RAFAEL
(Haciendo pequeños círculos con su mano en su pecho)
-Pero adentro… Adentro siempre hubo algo, algo oscuro, una espina…
SOFÍA
-¡Otra vez!...
RAFAEL
-Cuando queremos amar, somos capaces de invisibilizar cualquier cosa…
No importa cuán grande sea, no importa que esté frente a nosotros,
día tras día, en nuestras narices… Hasta que lo vemos…
(Mira a Inés con un gesto duro, casi siniestro)
RAFAEL
(Luchando por dominar el llanto y continuar)
-Se acercaba el campeonato mundial… Sofi estaba lista, la medalla tenía su nombre,
pero nunca era suficiente…
33. INTERIOR. ESTUDIO DE BAILE. DÍA. FLASH-BACK.
Sofi sudada, empezando de nuevo la rutina, exhausta. Una compañera la va a detener.
pero Sofi mira a Rafael, con gesto vehemente, y éste detiene a la compañera.
RAFAEL
-Dicen que amar es aceptar a los otros tal cual son…
RAFAEL
-Pero a veces…
RAFAEL
-A veces aceptar es un crimen…
RAFAEL
-Los médicos le dijeron que no volvería a competir… Ella, evidentemente,
no les hizo caso, intentó e intentó… No había nada que hacer…
Comenzó a dar clases conmigo, con el tiempo, su estado de ánimo comenzó a mejorar,
dejó de llorar en la noche… Por un momento pensé que estaba todo bien… Organizamos
una cena, hacía mucho tiempo que no hacíamos nada como eso…
Me mandó a comprar queso…
RAFAEL
-Nos maté a los dos…
Rafael solloza profundamente. Tapándose la cara con su mano. Inés toma su mano con
fuerza, digiere un poco las palabras de Rafael. Busca qué decir, pero no consigue las
palabras. Luego de un instante, sutilmente, con la mano que tiene libre, toma la de Rafael,
apartándola de su rostro, seca las lágrimas de Rafael con sus manos.
INÉS
-Hace cuánto que no bailás…
Rafael niega con intensidad, como si sus entrañas repelieran la sola idea de bailar.
INÉS
-Bailá conmigo, es lo menos que podés hacer…
(Alza una de sus manos, mostrándole la gaza, sutilmente jocosa)
RAFAEL
-No puedo, Inés… No me pidas eso…
INÉS
- ¿Preferís desangrarte en un basurero que bailar conmigo?…
Corte a:
Inés y Rafael parados frente a frente. Inés toma las manos de Rafael.
RAFAEL
-Ni siquiera hay música, Inés… Esto no tiene sentido…
INÉS
-¿Cómo que no? ¿No la escuchás?…
Inés acerca su cuerpo al de Rafael y comienza a tararear un tema lento. Ella comienza a
moverse, él se resiste, pero cede un poco después. Descansa su cabeza junto a la de Inés.
Ambos bailan mientras Inés tararea.
FIN