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El cambio educativo implica un conjunto de procesos y procedimientos con altos niveles de complejidad. No es sólo
un cambio de programas, sino que consiste en una innovación más compleja, integral y significativa, se hace preciso
pensar en reestructuraciones profundas, compromisos personales y experiencias pensadas, acompañadas y evaluadas
en el marco de un trasfondo administrativo eficiente y facilitador. Por lo tanto, es necesario incorporar una
metodología de la acción que posibilite determinar qué acciones son las más relevantes y/o urgentes.
Para hablar de PPI es necesario reconocer un mínimo de acuerdos entre los co-participantes: docentes, directivos,
padres, alumnos. La elaboración del proyecto requiere la implicación de los sujetos de la institución, por lo tanto un
proyecto no puede llevarse de una institución a otra, o pueda construirse por expertos y luego aplicarse.
Se denomina GESTACIÓN a las fases que se sitúan entre las primeras sensibilizaciones de los actores y el inicio de la
realización de las acciones del proyecto propiamente dicho. Se relaciona con aquellas actividades y procesos
implicados en la búsqueda de consenso y participación. Un buen proyecto requiere de una adhesión forjada
progresivamente.
La búsqueda de esta primera adhesión tendría que involucrar a todos los participantes otorgándoles un lugar para
participar con un espíritu positivo, y no sentirse amenazados por el cambio. Cuando se inicia un proyecto no se está
convocando a conformar un grupo, sino que se convoca a desarrollar otra forma de hacer escuela, planteándose
objetivos comunes, criterios, valores para conformar un equipo de trabajo.
Desde la participación de los actores se puede identificar una tensión que parte de los deseos de cambio y continúa
hacia la implicación total de los docentes: su posibilidad de querer, elegir, trabajar, decidir, comprometerse.
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La puesta en marcha del PPI – Pozner
Trabajar con y en proyecto en el interior de la unidad educativa implica el reconocimiento de una tensión ligada al
desarrollo de la participación y el aspecto técnico de las etapas de su elaboración. Ambos procesos se desarrollan
paralelamente; el directivo debe animar la participación y orientar o conducir la consecución de las fases.
Los procesos de implicación de las personas pasan por diferentes etapas: sensibilización, interés, adhesión,
motivación, participación, compromiso e implicación. Es indispensable para el directivo considerar esta secuencia
porque su función es acompañar, animar este movimiento hasta lograr la mayor implicación de los actores, lo que
requiere claridad y decisión desde los equipos directivos para asumir el liderazgo.
Otro aspecto a considerar son los tiempos del proyecto; los pasos de elaboración de un proyecto se extienden a lo
largo de todo un año lectivo, pero su puesta en marcha puede abarcar más de un año lectivo ya que sus acciones
pueden desarrollarse en un tiempo mayor.
APRENDER A APRENDER.
Es un arte, un método, es una tecnología intelectual que permite a las personas a adoptar nuevas respuestas
ante diversos problemas que les plantea la vida y la existencia en cada momento y lugar.
Arte conjunto de preceptos y reglas necesarias para hacer bien alguna cosa. ARTE DE APRENDER
Método. Actuar con método supone ordenar los acontecimientos para alcanzar un objetivo, marcar un camino.
METODO PARA APRENDER
Tecnología. Utilización del conocimiento científico para especificar las formas de hacer las cosas de manera
reproducible. Encuentro que se produce entre la ciencia aplicada y la técnica razonada. Se habla de tecnología
intelectual que es la sustitución de nociones brindadas por el sentido común por reglas conscientes que sirvan
para resolver problemas de manera creativa. TECNOLOGÍA INTELECTUAL DE LA INVENCIÓN
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La puesta en marcha del PPI – Pozner
Poner en marcha el PPI implica múltiples adaptaciones, otros comportamientos y nuevas necesidades de formación.
En el desarrollo de un proyecto del no todo puede ser reglamentado. El reconocimiento de una unidad educativa con
autonomía imponer reconocer la diversidad de situaciones escolares, y las distintas capacidades que existen en los
individuos. Es imposible homologar la secuencia, el ritmo y el peso de los cambios institucionales en medios sociales,
culturales y geográficos distintos. (Por ejemplo contexto rural vs. Urbano). Si bien la acción de los directivos en la
gestión escolar es similar en cuanto a su concepción y estrategias, es preciso reconocer que se requiere una adecuación
a las características específicas de la unidad correspondiente. Cada comunidad escuela es única y particular. No hay
necesidad de hacer encajar a la institución en un método recorrido, por el contrario, se debe identificar la estrategia
que guíe y oriente a esa institución.
No hay una sola modalidad para iniciar y propiciar cambios institucionales hacia una escuela más relacionada con su
entorno, con capacidad de seleccionar el rumbo de su proyecto, centrada en los aprendizajes de sus estudiantes y que
trabaje colectivamente para lograrlo.
Modalidades de inicio. Los procesos de desarrollo e innovación institucional deben adecuarse a su historia, a su clima,
a las capacidades y a la sensibilidad de toda la comunidad educativa. Existen cinco modalidades para comenzar a
elaborar un PPI, las cuales deben iniciarse a partir de las características institucionales; no obstante, si las unidades
educativas no contarán con el apoyo externo suficiente para iniciarse a trabajar con-en proyecto, puede elegirse la
modalidad que le permita trabajar con proyecto aunque sea de una manera más recortada.
El PPI es la modalidad de organización y de conducción de la unidad educativa que busca alcanzar finalidades y valores,
que agrupa todas las acciones pedagógicas, administrativas y políticas de una institución. Las estrategias de inicio
permiten incursionar en el establecimiento con voluntad de acción, con deseos de transformación y evolución a partir
de las posibilidades institucionales presentes. La sutileza de elegir una estrategia exitosa radica en que sea significativa
para encarar los problemas institucionales, para lo cual resulta relevante el análisis de la situación de partida y los
diagnósticos críticos o reflexivos. Estos espacios de análisis, comprensión y reflexión posibilitan crear imágenes
colectivas a partir de representaciones individuales subjetivas.
Construcción del perfil del estudiante que la institución desea formar. Se debe elaborar colectivamente a
partir del análisis de que estudiante forma actualmente la institución, que distancia hay entre la situación
deseada y la actual, indagando fondo como se expresa esto en los estudiantes, como involucra a los docentes,
para pasar luego imaginar alternativas a las presentes prácticas pedagógicas y continuar con la elaboración de
un posible plan de acción para lograr los desafíos que plantea el perfil.
Diseñando un proyecto de formación sólido y consistente. La capacitación de los docentes ha estado
organizada en cursos o seminarios a los que los docentes concurrirían individualmente y se esperaba que lo
aprendido sea aplicado en sus aulas. Esta modalidad ha demostrado no ser muy productiva a la hora de
colaborar con el desarrollo institucional ya que la asistencia que un solo docente no garantiza que la institución
en su totalidad pueda incorporar ese insumo de información, o porque los contenidos puede ser contradictorio
con el estilo institucional, o porque el docente no está en condiciones de asumir la difusión de los mismos, o
simplemente porque no existen espacios ni tiempos para realizarlo. Un sólido proyecto de formación de los
docentes deberá partir de aceptar el desafío de adecuarse a las necesidades de ese equipo específico, que
desea trabajar en-con un proyecto específico. Reconocer esta situación, identificar alternativas potentes para
construir un proyecto de formación que brinde mayor sentido a la práctica pedagógica, que intensifique las
capacidades existentes en relación con los fines institucionales y sus valores, y que posibilite a los actores
asumir roles más profesionales e interactivos.
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La puesta en marcha del PPI – Pozner
Incorporando una innovación fuerte. Para transformar un estilo aislado y solitario, centrado en los
contenidos de la unidad educativa puede partirse de la inclusión de una importante innovación en la
institución. Jean Pierre Obin proponía cuidar el delicado equilibrio en el que se encuentran las escuelas
provocando la menor resistencia al cambio posible. Sugiere el cambio por medio de una innovación que genere
nuevos espacios de trabajo, alrededor del análisis del punto de partida. La innovación no es algo que se
implanta en institución, sino que se da por medio de procesos de comunicación que un gran motivador y
sensibilizar a los docentes, generalmente es acompañado por consultores externos que generan espacios de
mayor apertura para crear la implicación y participación docente.
Considerando una meta de superación. Los proyectos se inscriben en las líneas de acción del nivel central o
intermedio. Si una meta es valiosa para el conjunto de los docentes, puede convertirse en un punto de partida
verdadero, sí se desarrolla una metodología acorde. Las finalidades expresadas en la meta pueden abrir un
campo de interrogantes sobre los alumnos y conducir a indagar sobre la organización pedagógica, los métodos
de trabajo y a analizar los principios pedagógicos que las sustentan. Todo este proceso puede conducir a
reflexionar sobre la acción pedagógica y tomar decisiones sobre ella.
Partiendo de la situación de trabajo de los alumnos de la institución: análisis y reflexión sobre las situaciones
de aprendizaje que están inmersos los estudiantes de la escuela. Primero es necesario identificar los datos
relevantes para realizar la indagación, para ello se deberá encarar este proceso con una metodología que
identifique y posibilite tratar de resolver los problemas que se presentan.
No es posible llegar a la adhesión sin la etapa de análisis de la situación. La adhesión se logra a partir de los procesos
de análisis sobre estos los que logran crear sensibilidades, no sólo profundidad en las observaciones y otros niveles de
objetividad. Resulta imprescindible no acortar los brazos de elaboración de un proyecto porque la posibilidad de
participación y compromiso se encuentren sus bases.
En el ámbito educacional la planificación ha pasado por alto el reconocimiento del contexto, y la identificación de las
posibles dificultades o problemas que podrían impedir la concreción de los aprendizajes. La planificación se ha
presentado como un set o una receta a aplicar en cualquier escuela, en cualquier lugar y situación.
La planificación tradicional ha demostrado ser incapaz e inflexible para tomar en cuenta situaciones que acontecen en
la situación educativa. No ha evidenciado capacidad para registrar urgencias, tonalidades, posibilidades o fracasos. La
planificación parte de concebir sujetos y situaciones muy genéricas, no contempla las particularidades. Es desarrollada
por expertos en espacios abstractos y no en los espacios donde se desarrolla la acción. Todo esto ha constituido una
metodología de planificación General, esquemática y jerárquica que parte de problemas cerrados, considerados como
posibles de ser resueltos con soluciones únicas.
A trabajar con- en proyecto exige esquemas de humorísticos y un sistema de pensamiento desarrollado a partir de
problemas que la realidad presenta y que impedirían y la función de la escuela. Este esquema precisa emprendedores
que intenten crear alternativas de acción y no meros ejecutores de planes.
Un problema es una situación de confusión, y desconcierto ante un fenómeno o algo que no se presenta como se
anticipó. Si este fenómeno no genera desafío, curiosidad o asombro seguramente continuará igual, pero sí se logra
que despierte inquietud o interés puede transformarse en un problema que movilizará la atención.
La actitud de resolución de problemas se relaciona con la capacidad de transitar por nuestras ignorancias, por lo que
no se puede solucionar inmediatamente; tiene que ver con la capacidad de reconocer situaciones de fracaso, de
desconcierto, confusiones
Un problema puede ser visto como una situación que requiere de una reestructuración o reorganización distinta lo
conocido. Para ello, habrá que conocer la situación de partida y elaborar un proceso de resolución para implementar
las acciones y llegar la situación deseada. Los problemas precisan identificación, análisis y precisión para cercarlo y
definirlo. Puede ser definido por cuatro características esenciales:
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La puesta en marcha del PPI – Pozner
I. Una cuestión de objetivo que hay que atender, o un estado distinto y deseado
II. La situación vuestro inicial posee datos a partir de los cuales puede representarse o definirse ese problema
III. El problema presenta obstáculos y dificultades que hay que resolver en la implementación de soluciones
IV. Requiere un estudio o indagación cognitiva integral que involucra lo afectivo y lo corporal.
Una gestión institucional basada en proyectos y finalidades requiere una gestión más motivadora que sea capaz de
ampliar los espacios de interacción y deliberación, que propicie espacios de negociación entre los objetivos, la
situación de la escuela y las aspiraciones de los colaboradores.
Abarca tanto a las personas que “hacen”, al proceso que cursan y al producto que obtienen, como al medio en el cual
se actúa. Un “hacer” saludable es aquel que:
Necesidades según Atributos personales Instituciones, normas, Acciones personales Espacios y ambientes
categorías axiológicas colectivos mecanismos, herramientas o colectivas
Subsistencia Salud física, mental, Alimentación, abrigo, Alimentar, procrear, Entorno vital, entorno
equilibrio, solidaridad, trabajo descansar, trabajar social
humor, adaptabilidad