Sei sulla pagina 1di 11

COMPLICACIONES DE LA HIPNOSIS, FACTORES DE RIESGO Y

PREVENSION

Frank MacHovec
Richmond, Virginia

Existe un cantidad sustancial de datos de investigación


clínica y experimental que documenta la incidencia de efectos
leves a severos coincidentes con el uso de la hipnosis en
personas sin historia previa de problemas médicos o mentales.
Este articulo presenta una revisión de investigaciones clínicas y
experimentales relevantes, como asimismo una revisión de la
literatura pertinente desde 1887. Se hace una lista de los factores
de riesgo relacionados con el sujeto, el hipnotista y el ambiente,
se sugiere una definición y sistema de clasificación para las
complicaciones de la hipnosis, y se describen prácticas
preventivas recomendadas.

Existe una cantidad sustancial de investigaciones clínicas y experimentales


publicadas que documentan efectos secundarios inesperados, leves a severos,
coincidentes con el uso de la hipnosis en personas sin historia previa de síntomas
médicos o mentales. A la fecha hay una creciente base de datos que comprende
historias de casos clínicos, estudios empíricos de conductas hipnóticas
observadas y entrevistas posthipnóticas, autoreportes de los sujetos y
cuestionarios prácticos. Esta base de datos es internacional en extensión y
multidisciplinaria, comprendiendo las áreas de la medicina, psiquiatría, psicología
y odontología, e incluye la historia de la hipnosis en su totalidad desde Mesmer y
Braid hasta las publicaciones profesionales actuales (MacHovec, 1986).

Evidencia Empírica

Seis estudios publicados desde 1962 hasta 1986 reportan efectos


secundarios inesperados e indexados coincidentes con el uso de la hipnosis. Los
métodos de recolección de datos y los reportes de la incidencia, severidad y
duración de los efectos secundarios difieren marcadamente de un estudio a otro.
Además, la población de sujetos variaba, incluyendo hipnosis clínica, experimental
y de espectáculo. La incidencia de los efectos secundarios reportados o
conocimiento de primera o segunda mano de los efectos secundarios iba de un 24
% a un 49 %. Estas variables hacen que la comparación de los estudios sea difícil
y poco práctica.

Averback (1962) envió 828 cuestionarios a psiquiatras. De todos estos, 414


formularios fueron completados y devueltos, 120 de los cuales reportaron
conocimiento de 210 reacciones adversas coincidentes con el uso de la hipnosis.
Este investigador los agrupó dentro de 10 categorías: descompensación psicótica
(n=119, mayor incidencia que otros estudios); sustitución de síntomas; ansiedad
extrema; sobredependencia; depresión; intento de suicidio; conductas de acting
out; seducción sexual; síntomas conversivos y enmascaramiento de trastornos
orgánicos. Estudios mas recientes han reportado que la ansiedad ocurre mas
frecuentemente que la descompensación psicótica o los síntomas sustitutivos
(Echterling & Emmerling, 1987; Hilgard, 1974; Judd, Burros, & Dennerstein, 1986).

Echterling y Emmerling (1987) contactaron a 292 estudiantes universitarios


por teléfono, 94 de los cuales habían asistido a una presentación de hipnosis de
espectáculo de tres horas en el campus. De estos, 18 aceptaron asistir a una
entrevista personal. El tiempo en trance iba desde algunos minutos hasta cerca
del programa total. Siete de ellos mostraron una actitud positivamente entusiasta
sobre de la experiencia. Otros siete reportaron experiencias tanto positivas como
negativas. Cuatro estudiantes describieron su experiencia de hipnosis
esencialmente en términos negativos. Una de las estudiantes reportó que "salió
corriendo del auditorio y comenzó a correr a través del campus hasta que un
guardia de seguridad la agarró...".

Otro estudiante reportó "No dormí durante los siguientes dos días". Un
segundo estudiante dijo "Me aislé y escondí de los demás. Aún me tiene en estado
de shock. Me voy a retirar de la escuela. Esto me descolocó entero. Perdí el
control. Esto me hace pensar en cosas que no quiero". Un tercer estudiante tuvo
"un comportamiento maníaco por cerca de 6 horas, fue incapaz de dormir o
concentrarse y se reía demasiado. Su monitor tuvo que intervenir para calmarla".
Varios días después de ser hipnotizado, "un cuarto estudiante estaba escuchando
radio mientras estudiaba. Cuando escuchó la música de armónica entró en trance.
Más tarde fue despertado por el reporte del tiempo.

Echterling y Emmerling describieron los factores que pueden precipitar


reacciones adversas al estado de hipnosis: el hecho de medir la hipnotizabilidad
en un grupo de prueba puede inducir trance en algunas personas que no están en
el escenario y que no están siendo observadas por el hipnotista; los sujetos
pueden sentir vergüenza y humillación al ser "puestos en escena" frente a otros;
protección insuficiente; consentimiento inadecuadamente informado y la no
realización de un seguimiento. Estos investigadores concluyeron que: "Los
peligros potenciales de la hipnosis de espectáculo hacen dificil su justificación... la
hipnosis es una técnica poderosa que puede afectar dramáticamente nuestra
conciencia, experiencias y conducta - para mejor o para peor".

Josephine Hilgard (1974) reporto que el 31% de 120 estudiantes


universitarios que participaron en un estudio sobre hipnosis, experimentaron
efectos posteriores que persistieron desde cinco minutos a tres horas después del
trance. Diecinueve tuvieron "efectos a corto plazo" por más de una hora, que
incluían somnolencia, distorsión cognitiva, ansiedad y sueños. La investigadora
sugirió que estos efectos podían ser una continuación del trance más que el
resultado de él. "Los efectos a largo plazo", por más de tres horas de duración,
fueron similares a los síntomas de corto plazo, pero también fueron reportados
dolores de cabeza, mareos, nauseas y rigidez en brazos y cuello.

Un estudiante reporto que su corazón le pesaba y que experimentó una


ansiedad intensa. Otro estudiante dijo: "Me sentía separado de mi mismo - mis
manos estaban lejos de mi cuerpo" y "estuve con somnolencia por más de una
hora". Otros reportes relatan: "Me sentí en cierto modo extraño mientras caminaba
a mi próxima clase... como cuando recién me levanto en la mañana. Las cosas
eran borrosas; yo estaba algo aturdido, no era receptivo a todas las cosas que me
rodeaban". "Yo vacilé por cerca de 8 minutos"; "... no estaba listo para pensar"; "...
estuve somnoliento por 19 minutos".

Un estudiante reporto que estaba "confundido, ansioso... caminando


aturdido", y que sintió nauseas. El trató de recordar cosas pero no pudo. La
confusión "duro toda la noche" y tuvo muchos sueños vívidos relacionados con la
vergüenza al cometer errores". Otro estudiante de repente se puso en blanco
frente a su maquina de escribir lo cual nunca le había pasado antes. Otro sintió
vértigo y una leve nausea durante tres horas y media. La somnolencia fue
reportada frecuentemente: "Me dormí después de la hipnosis y me quedé dormido
más tarde en clases a pesar que la noche anterior había dormido bien -Yo rara vez
tengo sueño durante el día". "Tuve dolor de cabeza por una hora y media,
después dormí tres horas y desperté sin el dolor de cabeza". "Sentí dolor de
cabeza durante la hipnosis y por dos horas más hasta que tomé una pequeña
siesta y se me quitó".

Hilgard sugirió que los dolores de cabeza pueden representar ambivalencia,


"un conflicto entre el deseo de ser hipnotizado y la ansiedad de no serlo".
Reflexionando en los reportes de los estudiantes sobre los efectos secundarios, la
autora especuló que durante la hipnosis puede haber "un tipo de reestructuración
de sus sistemas de control" con posibles "asociaciones de misterio y magia".
Dieciséis estudiantes asociaron los efectos secundarios incómodos de la hipnosis
con un evento desagradable de anestesia medica o dental en el pasado, aunque
otros 51 estudiantes con recuerdos similares no sufrieron ningún disconfort con la
hipnosis.

Judd, Burrows y Dennerstein (1986) enviaron 1086 cuestionarios y


recibieron 202 respuestas de 133 médicos, 53 psicólogos y 16 dentistas. De los
202 cuestionarios que fueron devueltos, 88 reportaron conocer los efectos
adversos de la hipnosis. Los mas frecuentemente reportados fueron pánico,
ansiedad extrema, dependencia excesiva y dificultad para dar término a la
hipnosis. Los menos frecuentes fueron la exacerbación o precipitación de la
depresión mayor, síntomas de sustitución, conductas de acting out, fantasías de
seducción sexual, psicosis, dificultades para manejar condiciones orgánicas e
ideación suicida en sujetos depresivos.

Levitt y Hershman (1962) recibieron 866 cuestionarios de 2500 que fueron


enviados a miembros de la Sociedad Americana de Hipnosis Clínica y de la
Sociedad de Hipnosis Clínica y Experimental. De estos, 301 reportaron "haber
observado en un paciente u otro reacciones a la hipnosis inusuales, inesperadas y
probablemente alarmantes durante el estado en sí o inmediatamente después".
Las " reacciones inusuales" reportadas, en rango descendente de más a menos
frecuente, fueron ansiedad, pánico, depresión, dolor de cabeza, vómitos,
desmayos, mareos, llanto, "pérdida de rapport", psicosis, "dificultades relacionadas
con el sexo, dependencia excesiva y dificultades producto de sugestiones
impartidas negligentemente.

Coe y Ryken (1979) realizaron una investigación con 209 estudiantes


universitarios voluntarios para comparar los efectos secundarios de la Escala de
Susceptibilidad Hipnótica de Stanford Formas A y C con aquellos de las
condiciones no hipnóticas de un breve experimento de aprendizaje verbal,
rindiendo un examen, atendiendo la clase y la vida universitaria en general. Un
cuestionario postexperimento de 24 ítems reportó una incidencia de secuelas
negativas de la hipnosis del 48.6% las que incluían "dolores de cabeza, cuello
rígido, dolores de cabeza leves, mareos y el deseo de tomar una siesta". Pero
estos resultados no difirieron considerablemente de las muestras no hipnóticas:
"En ningún caso la hipnosis tuvo más efectos negativos que por lo menos algunas
de las otras muestras y por la secuela negativa más seria tuvo menos efectos
adversos que el examen, la clase y los ejemplos de la vida diaria".

Coe y Ryken (1979) recomendaron que los sujetos de las investigaciones


hipnóticas "no deben ser llevados a esperar más respuestas negativas de las que
normalmente esperarían mientras siguen sus vidas como estudiantes
universitarios". Esto significa que no hay que preocuparlos demasiado con un
consentimiento excesivamente detallado y conservador que podría sugerir
experiencias negativas e incrementar el riesgo frente al sujeto. Los autores
sugieren un punto medio "entre lo conservador y lo liberal" lo cual es "razonable,
racional y cumple con los mejores intereses de todos los involucrados".

Evidencia Clínica

En 1981, Kleinhauz y Beran reportaron el caso de una adolescente que no


se sintió bien después de ser hipnotizada en un programa de espectáculo. En la
casa, su lengua "colapsó hacia su garganta y la comenzó a ahogar". Fue llevada
rápidamente al hospital donde "sus globos oculares comenzaron a rodar dentro de
las cuencas de sus ojos". Luego cayó en un "profundo estupor... siendo incapaz
de responder preguntas o de identificar personas o cosas... reteniendo orina y por
lo tanto teniendo que ser cateterizada....y mantenida con fluidos intravenosos". Las
pruebas clínicas y de laboratorio, EKG, EEG, exámenes neurológicos e incisión
espinal resultaron todos normales, pero ella no tenía sentido del tacto. El
hipnotista de espectáculo fue llamado al hospital y fue incapaz de rehipnotizarla.

Una semana después, la joven permanecía "en estado de estupor, sin


cambios significativos, con anestesia total, cateterizada y alimentada por vía
intravenosa". Ella desarrolló complicaciones secundarias e infecciones
respiratorias superiores y urinarias. La hipnosis fue realizada por un psiquiatra
entrenado y experimentado en su uso. Requirió de una sesión de cuatro horas
para sacarla del estado de estupor y llegar a sensaciones simples y señales
ideomotoras, y de otra sesión de cuatros horas ese mismo día para revertir la
amnesia y hacerle recordar su nombre, dirección , su vida y situación familiar. La
joven mejoró y retornó a su trabajo escolar.

Tres meses después y un día antes de su cita con el psiquiatra que la


atendía, ella tuvo una recaída, era incapaz de concentrase o estudiar, se sentía
separada de la sociedad y sufría de dolor de cabeza, astenia ( debilidad general) y
"angustia generalizada". Cuando fue rehospitalizada, la hipnoterapía fue "más
dificil aún" y se requirió de dos días para restaurar sus funciones normales y seis
meses de sesiones semanales para prevenir otra recaída. Antes de ser
hipnotizada por el hipnotizador de espectáculo no presentaba " signos previos de
trastornos emocionales o problemas particulares en su desarrollo físico,
educación o relaciones sociales con familiares y amigos" aunque dentro del año
después del incidente hipnótico ella requirió cateterización inmediatamente
después de la muerte de su padre.

Kleinhaunz, Dreyfuss, Beran, Goldberg y Azikri (1984) describieron el caso


de una mujer nacida en Francia quién a la edad de seis años durante la segunda
guerra mundial vivió escondida de los nazis. Cuando adulta fue hipnotizada en un
programa de espectáculo. Ella " sintió que algo no andaba bien" mientras aún
estaba en el escenario. Al día siguiente experimentó "un estado de disociación...
desrrealización, despersonalización así como conductas infantiles" con dolores de
cabeza leves a severos, ansiedad, preocupación obsesiva, nauseas, vértigo,
somnolencia, depresión, trances espontáneos y episodios de descompensación
psicótica. Durante diez años ella experimentó un incremento en la fatiga,
irritabilidad y tensión en las relaciones familiares, lo cual "surgió de sus propias
conductas extrañas". Las conductas regresivas inusuales duraban desde horas a
días, en las cuales hablaba solamente en francés y no sabia ni siquiera como usar
la llave del agua del baño. Los síntomas disminuyeron después de una sesión de
hipnoterapia realizada por un profesional entrenado, y se mantuvieron en
permanente remisión dos meses más tarde.

Kleinhauz y Beran 1984 describieron dos casos de complicaciones severas


coincidentes con la hipnosis. El primero era el de una mujer de edad media que
fue hipnotizada para dejar de fumar en exceso. Ella se puso "agitada y depresiva,
y llegó a tener ideas suicidas". Cuando fue rehipnotizada por un profesional
entrenado, sus síntomas remitieron. El segundo caso era el de un hombre que
robó un arma a pocas horas de ser hipnotizado en un programa de espectáculo,
donde le dijeron que era un "excelente tirador y el mejor vaquero del salvaje
oeste". Después de la hipnosis el sujeto "continuó sintiéndose confuso, inquieto y
como si algo faltara en su cabeza". El no tenia historia previa de actos antisociales
y ningún prontuario criminal o policial.
Haaberman en 1987 reportó el caso de un esquizofrenico crónico que no
había tenido relaciones sexuales por 16 años debido a una disfunción eréctil. Un
hipnotista incompetente le sugirió que tendría una erección cuando pensara en el
sexo oral. Subsecuentemente, comenzó a "preocuparse demasiado por el sexo...
por conseguir erecciones... y disfrutaba masturbándose". Pero comenzó a
"desarrollar un creciente temor por la homosexualidad", ideación paranoide y
estaba convencido de que la hipnosis había contribuido a esos problemas. El
consultó a un psiquiatra para una "sugestión correctiva" y los síntomas remitieron
después de dos sesiones sin ninguna recaída a los seis meses y al año siguiente
de seguimiento.

Kleinhauz y Eli (1987) reportaron cuatro casos de "efectos perjudiciales de


la hipnosis usada en el ámbito dental". El primero era el de una mujer tratada
exitosamente con hipnosis dental para lograr el estado de analgesia. Ella le pidió
al dentista que usara hipnosis para ayudarla a dejar de fumar. El lo hizo y ella dejo
de fumar, pero "al corto tiempo desarrolló una ansiedad y una reacción
ansiosa/depresiva con pensamientos obsesivos" y " fue incapaz de hacerle frente
a las actividades diarias". El segundo caso era el de una mujer con fobia al
dentista que había evitado el tratamiento dental por diez años. Se realizaron cinco
sesiones de hipnosis para relajarla y reducir la ansiedad, sin tratamiento dental,
las cuales fueron exitosas. Se decidio comenzar el tratamiento dental: "Aunque la
paciente estaba en una relajación profunda y no presentaba tensión alguna, en el
momento en que se le inyectó la anestesia local manifestó reacciones
espontaneas de llanto incontrolable e hiperventilación".

El tercer caso era el de una mujer tratada en cuatro sesiones por fobia
dental. Se le sugirió que su usual "buena respuesta hipnótica" ocurriría cada vez
que "viniera a tratamiento dental". La mujer llegó a la siguiente sesión "sintiéndose
confundida; se sentía en un "trance"... desde el momento en que abandonó su
casa. Ella respondió literalmente a la "sugestión precisa que se le había dado una
semana antes". La sugestión fue cambiada a "el momento en que se sentara en la
silla dental" y no hubo incidentes posteriores. El cuarto caso fue el de una mujer
joven tratada con hipnosis dental para lograr analgesia debido a su
hipersensibilidad a los analgésicos locales. Ella reportó sentirse mareada mientras
manejaba su motocicleta rumbo a casa. "Pareciera ser que la deshipnotización fue
demasiado rápida e incompleta".

De la Literatura

Respetadas autoridades han declarado la urgencia de cuidados en el uso


de la hipnosis por más de cien años. En 1887 Bjorntrom advirtió que "por tales
tipos de sugestiones con o sin la intención del operador se pueden causar daños e
incluso efectos fatales". Janet en 1925 recomendó que "el despertar debería ser
pospuesto si cualquier tipo de síntoma mórbido interviene durante el estado
hipnótico". Williams en 1953 comentó que la hipnosis "es tan variada y sutil que
una gran variedad de conductas pueden ser teóricamente esperadas en el
proceso". Meldman (1960) describió la hipnosis como "no enteramente inofensiva"
y con ella "las cosas parecen tener un extraño significado simbólico". Barber
(1961) caracterizó la hipnosis como "una compleja matriz de variables
interactivas". Kleinhauz y Beran (1984) expresaron preocupación al mencionar que
la hipnosis puede volver a un sujeto "vulnerable a un intenso encuentro
interpersonal".

Durante los últimos treinta años a habido sugestiones específicas para la


práctica preventiva. Weitzenhoffer (1957) sostuvo que los efectos adversos no son
causados por la hipnosis pero que están relacionados con "la competencia e
integridad del practicante". Merase (1961) expresó preocupación acerca del
termino prematuro: "hacer un segundo cambio rápido de la hipnosis a ser
despertado con la cuenta de cierto número ... es manifiestamente incierto".
Gravitz, Mallet, Munyon & Gerton (1982) hacen urgente "que deberían ser
tomadas precauciones para evitar la partida prematura del sujeto después de la
sesión de hipnosis". Parecería razonable que los sujetos somnolientos
permanecieran en el setting clínico o experiemental algunos minutos después de
la hipnosis, algo que raramente se practica. La regresión de edad es descrita
como "potencialmente el fenómeno hipnótico más riesgoso" porque se puede
"regresar inadvertidamente a un sujeto a una experiencia traumática"
(Weitzenhoffer 1957). Rosen (1962) advirtió sobre la remoción inapropiada de
síntomas: "... antes que se sugiera que los síntomas desaparezcan deberían ser
determinadas algunas de las funciones a las que sirven". En un artículo publicado
en 1960, Rosen comentó que "el dolor puede persistir por razones emocionales
más que por razones físicas y sugerir que un síntoma desaparezca puede ser
peligroso a menos que hayan síntomas a los cuales se pueda volver".

Discusión

Basada en una revisión de la investigación clínica y experimental publicada


y en la experiencia clínica del autor en hipnosis desde 1970, muchas
complicaciones coincidentes con la hipnosis han sido reportadas en personas sin
historia médica o psiquiátrica o síntomas similares (Ver Tabla 1) (MacHovec,
1986).

Para que la investigación clínica y experimental sea significativa y útil, se


necesitan una definición y un criterio diagnóstico estándar. La terminología usada
para describir los efectos secundarios varia ampliamente: efectos adversos,
efectos posteriores, fallas de casos, complicaciones, peligros, dificultades, riesgos,
mal uso, efectos psicopatológicos, secuelas, efectos secundarios, efectos
indeseables y reacciones inesperadas. Algunas de estas palabras son negativas y
están cargadas emocionalmente, otras son superficiales y poco profundas. Los
efectos posteriores implican que ocurren solamente después de la hipnosis. Ahora
sabemos que los problemas pueden emerger durante el trance hipnótico. El efecto
secundario es exclusivo del modelo médico, primariamente relacionado con los
efectos de la medicación. Se sugiere que el término complicaciones de la hipnosis
es el más apropiado, siendo menos subjetivo y aplicable a la práctica profesional
multidisciplinaria.
Tabla 1: Resumen de las complicaciones asociadas a la hipnosis.

Anergia, fatiga deterioro/ distorsión de la memoria


conducta antisocial sugestiones mal entendidaspsicosis
ansiedad, ataques de pánico nauseas, vómitos
déficit de atención rumiación obsesiva
distorsión de la imagen corporal sobredependencia
pérdida de comprensión/concentración cambios de personalidad
confusión aversión fóbica
deterioro de habilidades de competencia incomodidad física, daños
descompensación, apariencia psicótica retardo psicomotor
pensamientos de decepción psicosis
despersonalización conductas regresivas
depresión acting out sexual
desrrealización disfunción sexual
mareos somatización
sueños trance espontaneo
somnolencia, sueño excesivo rigidez del brazo o cuello
desmayos estupor
temor, miedo sustitución de síntomas temblores
culpa alucinaciones táctiles
dolor de cabeza recuerdos traumáticos
reacciones histriónicas temblores
crisis de identidad llanto incontrolado
insomnio emergencias médicas
irritabilidad

Los términos y criterios diagnósticos deberían reflejar estándares de


practica actuales como en la última edición del DSM (1987). Se sugiere la
siguiente definición: las complicaciones de la hipnosis son pensamientos,
sentimientos o conductas inesperadas e indeseadas durante o después de la
hipnosis, los cuales son inconsistentes con el logro de objetivos e interfieren con el
proceso de la hipnosis al deteriorar las funciones mentales óptimas. No hay
incidencia previa o historia de síntomas físicos o mentales similares. Estas no son
terapéuticas (no deberían ser parte de un plan de tratamiento o protocolo de
investigación) o antiterapeuticas (condiciones tratables por ellas mismas). Varios
casos clínicos y experimentales han sido aliviados por re-hipnosis, esto puede ser
un rasgo distintivo y un signo de diagnóstico.

La intensidad varía desde leve, moderada a severa: desde síntomas


incómodos y desagradables pasajeros que se debilitan con o sin tratamiento
(leve), a aquellos que persisten con ansiedad o agitación significativa y que
debilitan el diario vivir del sujeto (moderado), hasta emergencias médicas o
psiquiátricas totalmente incapacitantes o que amenazan la vida del individuo
(severa). Las complicaciones de la hipnosis son agudas (a corto plazo), durando
horas hasta semana, o crónicas (a largo plazo), durando desde meses hasta años.
Los factores de riesgo se agrupan dentro de tres categorías principales: el
sujeto, el hipnotista y el ambiente (setting clínico o experimental).

Variables del sujeto. Williams (1953) observó que la hipnosis implica "una
participación personal significativa en el proceso... que se enmarca dentro de un
conjunto de necesidades y objetivos que son distintos para cada individuo".
MacHovec (1986) enunció que los factores de riesgo de los sujetos involucraban
más frecuentemente material reprimido o necesidades inconscientes, dinámicas
de la personalidad (resistencia, regresión y ganancia secundaría), sugestiones mal
entendidas y expectación.

Variables del hipnotista. Miller (1979) describió a los sujetos como


"altamente vulnerables... sujetos a una considerable ansiedad, culpa y disturbios
emocionales. Por lo tanto, debe tenerse mucho cuidado para no perturbar a los
pacientes en este estado y para evitar crear conflictos y síntomas que más tarde
puedan ser difíciles de erradicar". Los factores de riego del hipnotista caen dentro
de dos categorías: profesional y personal. Los factores riesgo profesionales son
deficiencias o debilidades en la educación, entrenamiento, conocimientos,
habilidades o experiencias, las cuales perjudican el juicio, eficiencia e ideas
teoricas que limitan el conocimiento de otros factores o dinámicas. Los factores de
riesgo personales son los mismos que para los sujetos, más las necesidades
sexuales y sociales no satisfechas, la dependencia de alcohol o drogas y las ideas
personales (sexistas, étnicas, raciales y religiosas).

Los factores de riesgo del ambiente son cualquier aspecto del plano físico
que afectan directamente al sujeto o que son percibidos como negativos por el
sujeto conscientemente ("esta silla me recuerda al dentista, me aterroriza!") o
inconscientemente (signos verbales o no verbales de angustia). Los sujetos
sensibilizados pueden percibir mal o exagerar los estímulos físicos como la música
ambiental de fondo, brisa marina sugerida con sonidos como de una tormenta,
piernas o brazos cruzados como estando limitado o paralizado o el toque del
hipnotista interpretado como acoso sexual. El sonido de teléfonos, timbres o
conversaciones ajenas pueden ser integrados o interferir en el proceso hipnótico.

Cuando los factores de riesgo del sujeto, del hipnotista y del ambiente se
combinan y convergen, parece que el potencial de riesgo incrementaría. De esta
forma, los tres factores de riesgo funcionan como una "masa critica" nuclear o la
electricidad estática que se crea entre las nubes y la tierra o entre dos electrodos.
Estos efectos acumulativos han ocurrido en las más severas complicaciones
(Echterling & Emmerling, 1987; Kleinhauz & Berang, 1981; MacHovec, 1986). En
ambientes clínicos y experimentales cuidadosamente controlados y monitoreados
habría un pequeño o aun no formado factor de riesgo. Como West y Deckert
(1965) mencionaron, la hipnosis como proceso es relativamente benigna. Su mal
uso la convierte en un vehículo de alto riesgo para el exceso. La práctica
preventiva tiene como objetivo reducir el riesgo en las tres categorías: sujeto,
realizando una cuidadosa selección, historia previa normal y consentimiento bien
informado; hipnotista, asegurando un diagnóstico competente, observación
acuciosa y habilidades de intervención; ambiente, contando con un entorno
físicamente confortable, sustentador emocionalmente y sin obstrucciones.

Conclusiones

Existe un sustancial y creciente cuerpo de datos que documenta la


posibilidad que la hipnosis puede producir complicaciones leves, moderadas o
severas en sujetos susceptibles, sin ningún problema previo similar mental o
físico. Los factores de riesgosos cuales aumentan la probabilidad de complicación
envuelve la personalidad dinámica del sujeto, la historia de vida y situación
psicológica o estado mental actual. Los factores de riesgo que incrementan la
probabilidad de complicaciones incluyen las dinámicas de personalidad, situación
e historia de vida y estado mental actual del sujeto. Los factores de riesgo del
hipnotista son personales y profesionales. Los problemas personales pueden
influir en el tratamiento. Las debilidades y deficiencias profesionales deterioran el
juicio y la habilidad/ pericia. Los factores de riesgo del ambiente incluyen cualquier
cosa del ámbito físico que puedan afectar al sujeto.

Considerando estos factores y variables, se recomienda el siguiente


programa de manejo de riesgos de dos pasos para clínicos e investigadores.

1. Estándar de la práctica. Mientras algunos argumentan que la hipnosis no


puede "causar más complicaciones que los estresores de la vida diaria"(Coke y
Ryken, 1979), persiste una responsabilidad ética de establecer el mismo nivel
de cuidado y práctica como cualquier otra modalidad de tratamiento o práctica
de investigación humana. En su libro de los aspectos negativos de la
psicoterapia, Mays y Franks (1985) citaron 16 factores tomados del Proyecto
Vanderbilt de Investigación Psicoterapeutica de Strupps (1977). Todos ellos
son relevantes para la práctica de la hipnosis. Los factores negativos del
terapeuta son: exacerbación de los síntomas presentes, creación de nuevos
síntomas, mal uso del paciente y abuso de la terapia, diagnóstico o
intervención imprecisa, interpretación incorrecta o falta de discernimiento,
entrenamiento o habilidades inadecuadas, factores de personalidad, mal uso
de la técnica, rigidez técnica o teórica, terapia inapropiadamente intensa y
fomento de dependencia. Los factores negativos del paciente son: mal uso del
proceso de terapia, factores de personalidad y desilusión del terapeuta o de la
terapia. Estos autores citaron dos factores negativos compartidos: desajuste o
mal ajuste terapeuta-paciente desajustados y problemas de comunicación.

Son apropiados para la hipnosis como para cualquier otro tratamiento y


método de investigación: la selección, el consentimiento bien informado, una
anamnesis para conocer la historia del paciente, la documentación de los
servicios proporcionados, una pronta y competente intervención y un
tratamiento apropiado. Es parte de la obligación ética del terapeuta
mantenerse bien informado y competente en las habilidades de diagnóstico,
observación e intervención .
2. Estándar del entrenamiento. Los cursos y talleres de hipnosis profesional
trabaja varían ampliamente en el contenido, número y tipo de demostraciones
de hipnosis y en la práctica de inducciones supervisadas por parte de los
estudiantes. No existen requerimientos estandarizados para los exámenes o
contenidos del curso, ya sean estos escritos, orales y prácticos. Se ocupa un
corto tiempo en el diagnóstico y tratamiento de las complicaciones, como y
cuando no usar hipnosis. No hay un nivel o medida de competencia
universalmente aceptada que esté avalada por otra examinación que no sean
los postgraduados de nivel doctoral en hipnosis, con títulos en medicina,
psicología y odontología. Si el trabajo social, enfermería y consejeros
profesionales establecen un entrenamiento similar, experiencias y un
entrenamiento basado en los mismos estándares, se podría crear un nivel
visible de aprovechamiento externamente validado y se reducirían los riesgos
de complicación.

American Journal of Clinical Hypnosis. Vol. 31, No. 1, Julio 1988, págs. 40 - 49.

Traducción: Ps. Danae Saenz Razis

Potrebbero piacerti anche