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Salmo 62:11-12

Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder, Y tuya, oh Señor, es la
misericordia; Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

Si hay algo que debemos hacer como cristianos, es conocer a nuestro, saber su carácter, sus
atributos, como actúa. Y eso obviamente lo vamos a encontrar en la Biblia, leyendo y
escudriñando lo que habló y lo que se habló de Él.

Y para mí el libro de los Salmos es el más específico en esto, en mostrar los atributos de Dios y
reconocerlo en alabanza, nos cuenta en cada versículo sobre quién es y lo que hace.

El versículo 11 termina diciendo que de Dios es el poder.

Esto debiese darnos una alegría tremenda, el saber que Dios tiene todo el poder. Que él es fuerte,
que nada hay imposible para Dios.

Cuando conocemos esto de Dios, que tiene todo el poder, nuestra confianza en él debiese ser
completa, ciega, en todo tiempo.

El problema es que en ocasiones vemos que nuestra situación es muy complicada como para
pedirle a Dios que haga algo, que es muy alocado lo que estamos pidiendo a Dios como para que
se le haga fácil lograrlo.

Pero hay una verdad:

Ninguna oración es demasiado grande para nuestro Dios.

Ninguna visión demasiado dramática.

Ningún riesgo demasiado grande.

Dios nunca se ha puesto nervioso sobre su habilidad al pedirle con fe.

Nuestro Dios es mucho más grande que cualquier circunstancia.

Isaías 40:12 dice:

¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó
el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?

O sea, nuestro Dios creó el Universo sólo hablando. Luego se detuvo y con su mano midió y pesó la
tierra.

La Tierra es increíblemente pequeña al lado de nuestro Sol. Y nuestro Sol es increíblemente


pequeño al lado de otras estrellas en otras galaxias. Y Dios dijo que fueran y fueron. No se esforzó
ni desgastó haciendo todo lo que existe.

Es Dios es el que abre el mar en dos para que su pueblo pase, es Dios el que derribó la muralla de
Jericó para que su pueblo lo conquistara.

Fue Jesús quien caminó sobre las aguas, y no sólo eso, sino que también hizo que uno de sus
discípulos, un hombre como usted y como yo caminara también sobre el agua.
Nuestro Dios es fuerte y es poderoso, y él puede hacer lo que le plazca. Y lo que le place es
mostrar su poder para su gloria y renombre.

Hay algo que me gusta que haga mi hija, tiene casi cuatro años y por su edad, de repente hay
cosas que no puede hacer por ella misma, como por ejemplo, destapar una botella, pero a mí me
gusta ver que lo intenta y que se dé cuenta que no tiene fuerza para hacerlo por ella misma,
cualquier padre normal le diría “hija, no se haga daño en sus manitos, yo lo abro”, pero a mí me
gusta más, esperar hasta que ella me lo pida y diga con su boca, papá no puedo hacerlo, ábrelo tú
por favor. Y si no me lo dice, yo le voy diciendo algunas indirectas: “parece que no puedes abrirlo”
“es porque eres pequeña y no tienes fuerza” hasta que ella por fin se rinde y me lo pide y se da
cuenta de lo débil que es. A ella le da igual porque es una niña, solo quiere ver esa botella abierta
para tomar bebida, pero mi orgullo de papá queda súper bien.

Y pienso que Dios ve así también nuestras necesidades, le gusta exhibir su fuerza y poder, pero a
diferencia mía, el no lo hace para elevar su orgullo, Él lo hace para demostrar su gloria.

Si su problema es demasiado grande para usted, es justamente el tamaño correcto para Dios. Es lo
suficientemente fuerte para hacer aquello por usted. ¿Para qué esforzarnos en querer destapar la
botella? Si su Padre tiene toda la fuerza para hacerlo.

Ahora, hay una verdad en cuanto a Dios y su carácter, lo siguiente.

El Salmo 62:11 no está completo sin su contraparte del versículo 12

Estas dos verdades son inseparables. Dios es fuerte y misericordioso. Él es grande y bueno.

La mayoría de las religiones tienen dioses grandes y fuertes. La diferencia de Dios con otros dioses
es que nuestro Dios es bueno.

Esto es en verdad una buena noticia también, porque no serviría mucho que exista un poder
ilimitado y no tener acceso a él. Sí, Dios hace lo que desea. Y qué alegría es saber que lo que Dios
desea, es que su poder esté disponible para usted.

La bondad de Dios significa que toda la grandeza de Dios es para obrar en su vida, para su bien. No
necesariamente para su felicidad momentánea. Sino su bien máximo.

Conocer que Dios tiene todo el poder, nos permite, orar, soñar y vivir más allá de nuestras fuerzas,
porque sabemos que él es capaz de responder. Pero saber que Dios también es bueno nos permite
orar, soñar y vivir más allá de nuestras fuerzas porque sabemos que él quiere responder.

No sólo es capaz, sino que él quiere responder.

Por eso debemos aferrarnos a la bondad de Dios en los momentos difíciles.

El dolor inmediato y la lucha, nos lleva a encerrarnos en una neblina emocional y al poco tiempo
nos lleva a pensar que la bondad de Dios es una mentira.

Pero basta con mirar atrás en nuestra vida. Recordar que no importa lo que hayamos atravesado o
estemos atravesado, Dios ha sido bueno con nosotros.
Salmos 103:2-4

“Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas
tus iniquidades, Él que sana todas tus dolencias; Él que rescata del hoyo tu vida, Él que te corona
de favores y misericordias;”

No nos enfoquemos en el fracaso, sino en el perdón de Dios

No nos enfoquemos en el dolor, sino en que Dios las ha sanado

No nos enfoquemos en el hoyo en el que estamos, sino en que Dios nos ha sacado fuera

Sin duda, las dificultades han de venir a nuestra vida, caminar con Dios en ocasiones nos lleva a
pasar por dolores y aflicciones, pero en vez de enfocarnos en nuestro problema, recordemos la
bondad de Dios. Porque sea cual sea nuestro acto pasado o nuestra lucha presente, Dios está con
nosotros para ayudar, salvar y sanar.

Lo hará porque es un Dios bueno.

De hecho, ha sido más bueno de lo que merecemos, porque nos ha hecho salvos, perdonados y
redimidos.

Ahora, piense sólo por un instante en su problema, algo que le impide poder concentrar tus sus
fuerzas en buscar a Dios.

Se las pudiera nombrar una por una, pero usted sabe de qué se trata, tal vez algo que tiene que
ver con lo material, lo físico, lo espiritual. Algo que hizo, algo que pasó.

Si lo tiene identificado, ahora piense, ¿es Dios lo suficientemente fuerte para interceder en
aquello?

¿Tendrá él la fuerza, tendrá el poder para hacer algo?

Me imagino que, si estuvo atento al mensaje, ha respondido que sí.

Y si no estuvo atento, le recuerdo, Dios tiene todo el poder para hacer, de él es el poder. El Señor
es Dios fuerte.

Ahora piense en esto

Él no solo tiene el poder y la capacidad para responder, sino que él quiere responder. Él está
dispuesto a ponerle fin a su aflicción, terminar de una vez con lo que le impide buscar a Dios con
todas sus fuerzas. Porque él quiere mostrar su gloria, quiere que la gente te vea y no le quepan
dudas que no fue por tus fuerzas, que no lo pudiste haber hecho sólo, que cuando vean en la
forma que vives, no queden dudas de que fue Dios.

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