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Año Nuevo Andino Amazónico.

Solsticio y Willkakuti

Solsticio

El término Solsticio viene del


latín sostitium, que significa “sol
quieto”. Astronómicamente describe
la inclinación de la Tierra respecto a la
posición del Sol. Es por esto que en el
hemisferio sur: los Tiwanacotas,
Incas, Mapuches y otros pueblos
originarios, acostumbran realizar
rituales y ofrendas que lo marcan
como el inicio de otra etapa. Del
mismo modo pueblos como los celtas,
chinos, coreanos, y otros se realizan
sus celebraciones en parte del
hemisferio norte.

Willkakuti

El willkakuti o “Regreso del Sol”, es el evento astronómico que marca el ahora


conocido como Año Nuevo Andino Amazónico.

En nuestro país esta celebración comenzó a tener importancia en los años 80’s del
siglo pasado, gracias a algunos grupos de personas que recuperaron la tradición.

El recordatorio de esta fecha corresponde al inicio del invierno y a renovar las


aspiraciones personales, ya que la altura y el movimiento del sol llegan a su máxima
expresión y significación en los Andes y el Hemisferio Sur.

Para recuperar y fortalecer las costumbres ancestrales, el Gobierno boliviano declaró el


año 2009, feriado inamovible al 21 de junio de cada año, con suspensión de
actividades públicas y privadas, en todo el territorio nacional. Es así que el 21 de junio
de todos los años, se celebran el Willkakuti en la zona andina y Yasitata Guasú en las
tierras bajas de Bolivia, considerando el inicio del Nuevo Ciclo o Año Nuevo, festejando
la fusión de la tierra y la energía, que da paso a la procreación de la vida y el tiempo
que permiten que se renueve la naturaleza.

El decreto gubernamental también establece, la existencia de lugares sagrados para la


ritualidad como lo son: Tiahuanaco, Konko, Wankane, Chiripa, Charazani, Copacabana,
Pasto Grande, Yaco, la ciudad de El Alto, la Plaza del Hombre Americano en la ciudad
de La Paz y la zona de Ánimas; Inkallajta en Cochabamba; Pampa Aullagas y Cerro
Koricancha en Oruro; Samaipata en Santa Cruz; y San Lucas en Chuquisaca.
La celebración

Desde el 22 de junio se cuenta 364 días repartidos en 13 meses, cada uno de 28 días.
El 21 de junio es el 365 y está dedicada a la celebración, además de que es el inicio del
invierno en el hemisferio sur.

La referencia astronómica es entendida como fuente de energía y renovación


espiritual. Asimismo, es el inicio a un nuevo ciclo agrícola en el calendario lunisolar,
regido por las fases de la Luna y el recorrido de la Tierra alrededor del Sol.

El 21, las personas se concentran en los lugares sagrados, por ejemplo, el Templo de
Kalasasaya en Tiwanaku, donde se realiza ofrendas y se recibe al nuevo Sol con los
brazos extendidos y las palmas abiertas hacia él para recibir la energía.

La ceremonia principal en cada lugar es cumplida por las autoridades más importantes.
Desde la noche se despide al viejo Sol hasta que llega el nuevo con danzas, música y
quema de mesas de sahumerio, que cuentan con productos agrícolas, lana de colores y
dulces en forma de objetos necesarios para la vida.

Basada en la reciente reconstrucción del Machaq Mara y en la tradición oral que se


mantiene, en especial, en la región de Tiwanaku, la fecha ha logrado una significación
trascendental en la identidad de los pueblos indígenas, en su conocimiento
astronómico y de manejo del tiempo, en cuanto a ciclos productivos para la agricultura
y la fertilidad en la ganadería.

En la actualidad, la fecha de celebración del nuevo Sol se encuentra dividida en cuatro


partes fundamentales, además de otras que son particulares de las comunidades y
zonas donde son los ritos.

El Mara ch'uku es el día completo de transición entre el año viejo y el nuevo.

El Mara T'aqa es el momento de dar y recibir energía espiritual o en especie.

El Willkakuti es el periodo específico de despedida y nacimiento del Sol.

Sillq’staña corresponde al instante del renacer del sol, lo que transforma en una nueva
etapa para la actitud personal.

Hoy, el regreso del Sol está considerado como una las manifestaciones culturales que
reivindica a los pueblos originarios.

Según otras interpretaciones del movimiento planetario, el Sol se alinea entra el 21 y


23 de junio con la constelación de Orión, lo que, en el pensamiento esotérico y
cosmogónico, es decir, de las ideas locales sobre el origen del universo, se trata de un
periodo fundamental para Invocar el regreso del Tata Willka (el propio Sol).

Es por eso que, en las ceremonias, hasta la llegada del amanecer, se quema ofrendas
con los elementos que representan deseos y peticiones a la Pachamama (Madre
Tierra), de quien también se espera buenos augurios y protección.
Bolivia celebra la llegada del Año Nuevo
Andino Amazónico 5526
El Año Nuevo Andino Amazónico y
Chaco (Wilka Kuti) es una
celebración que busca recuperar la
identidad de los pueblos indígenas,
que pretendió ser eliminada con la
conquista española.

El Año Nuevo Andino antes


solamente se celebraba en
Tiwanaku porque ése es el centro de nuestra espiritualidad, hoy podemos
decir que tenemos más de 200 sitios sagrados, con una diversidad de
participaciones”.

Celebración con ofrendas

La celebración del Año Nuevo Andino Amazónico y Chaco se recuperó en


1979, tomando como antecedente la fiesta incaica del Inti Raymi.

Se realizó en las ruinas de Tiwanaku y la Isla del Sol en el lago Titicaca,


desde entonces comenzó a extenderse en la región andina por las wakas o
sitios sagrados o ceremoniales de los pueblos indígenas para la renovación
de las energías.

El 21 de junio, durante el solsticio de invierno —en el hemisferio sur—, se


celebra el Día del Sol; el astro es concebido como renovador de energías
por tratarse del reencuentro entre el Padre Sol y la Madre Tierra (Inti y
Pachamama).

El Decreto Supremo 173 del 17 de junio de 2009 declara al 21 de junio


feriado nacional para permitir la participación de la población en las
ceremonias y rituales propios de la fiesta ancestral.

Para este año, el recibimiento de los primeros rayos del sol se planificó en
207 sitios considerados sagrados, donde se dieron ofrendas a la Madre
Tierra. En ellas, los amautas queman una mezcla preparada con dulces,
lanas de colores y hierbas aromáticas, y acompañan este acto con pedidos
de bienestar para el futuro.
Es una jornada para el fortalecimiento espiritual. El ritual es acompañado
con la degustación del apthapi (comida comunitaria).

Montañas sagradas son observatorios astronómicos

El 21 de junio, el sol reposa sobre la cima del Illampu, una de las montañas
sagradas para los pueblos indígenas, pues ahí se marca el inicio del año y
el comienzo del recorrido hacia el sur.

La tradición oral de los amautas o guías espirituales recopilada por el


investigador Guillermo Lange da cuenta de que “el Padre Sol camina desde
la región del Illampu hasta los dominios del Illimani, en el solsticio de
verano, el 21 de diciembre”.

Además de ambos solsticios, las observaciones astronómicas que hacían los


amautas indican que el 21 de marzo y el 21 de septiembre —los
equinoccios de otoño y primavera, respectivamente— el Padre Sol se posa
sobre el Huayna Potosí o Joven Bramador, que increíblemente se encuentra
equidistante entre ambos nevados, marcados como los señalizadores
cósmicos que dan inicio a los tiempos para la siembra, la cosecha y otras
actividades propias de la comunidad.

Celebración se amplió en todo el Abya Yala

La celebración del Año Nuevo Andino Amazónico y Chaco no solamente


tiene lugar en Bolivia, sino en otras culturas y pueblos indígenas del
continente americano, conocido anteriormente como Abya Yala.

Por ejemplo, el pueblo Rapani de la Isla de Pascua (Chile) celebra el 21 de


junio la Aringa Ora o Koro; los mapuches de ese país lo llaman el We
Tripantu (la nueva salida del sol).

En Ecuador y Perú, con fuerte presencia quechua, se celebra el Inti Raymi.


En Tierra del Fuego, al extremo sur de Argentina, al igual que en Jujuy y en
Parque Avellaneda de Buenos Aires tiene lugar la Fiesta Nacional de la
Noche más Larga.

En Paraguay, los pueblos guaraníes esperan la aparición del Eichu (las


Pléyades), mientras que en los pueblos indígenas Muisca, Tikuna y Nasa de
Colombia, en el Hemisferio Norte, celebran el solsticio de verano con una
fiesta para recibir al sol.

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