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CAPÍTULO 1 3
EFECTO DEL SKF-38393, AGONISTA DEL RECEPTOR
DOPAMINÉRGICO D1, SOBRE LOS NIVELES DE DOPAMINA Y
NORADRENALINA EN EL CEREBRO DE LA RATA. Alberto Avila-
Luna, Alfonso Alfaro-Rodríguez, Rigoberto González-Piña, Antonio
Bueno-Nava.
CAPÍTULO 2 19
LA ESTIMULACIÓN SENSORIOMOTRIZ PROTEGE AL ENDOTELIO
DE LOS CAPILARES CEREBRALES DE LOS EFECTOS DEL DAÑO
CEREBRAL MOTOR. Sofía Llanos-Ortiz, María Eugenia López-
Argoytia, Antonio Bueno-Nava, Rigoberto González-Piña.
CAPÍTULO 3 39
EL PAPEL DE LA COCLEA COMO “SINTONIZADOR” EN LOS
PROBLEMAS DE LENGUAJE INFANTIL. Autores: Alfredo Durand-
Rivera, Ethelvina Manzano-Martínez.
CAPÍTULO 4 121
CARACTERÍSTICAS DEL SUEÑO EN PACIENTES CON
TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA). Fructuoso Ayala-
Guerrero, Sarahí Huicochea-Arredondo, Graciela Mexicano.
CAPÍTULO 5 148
LOS RECEPTORES D1 POSTSINÁPTICOS MODULAN LA
RESPUESTA DOPAMINÉRGICA EN EL ESTRIADO DE LA RATA.
1
Alberto Avila-Luna, Alfonso Alfaro-Rodríguez, Rigoberto González-
Piña, Antonio Bueno-Nava.
CAPÍTULO 6 167
ETIOLOGÍA DE LAS ATAXIAS. Elisa Geluda-Adler, María Eugenia
López-Argoytia, Rigoberto González-Piña.
CAPÍTULO 7 185
CARACTERÍSTICAS DEL SUEÑO EN PACIENTES CON
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD.
Fructuoso Ayala-Guerrero, Graciela Mexicano.
CAPÍTULO 8 232
TITULO: PENTILENTETRAZOL Y SU EFECTO EN LOS CAMBIOS
MOTORES DE LA RATA, A TRAVÉS DE LA PARTICIPACIÓN DE
SISTEMAS MONOAMINERGÍCOS. Alberto Avila-Luna, Antonio
Bueno-Nava, Rigoberto González-Piña, Alfonso Alfaro-Rodríguez.
CAPÍTULO 9 259
CITOCINAS PRO INFLAMATORIAS Y TRASTORNOS DEL SUEÑO.
Fructuoso Ayala-Guerrero, Graciela Mexicano.
2
CAPÍTULO 1
EFECTO DEL SKF-38393, AGONISTA DEL RECEPTOR
DOPAMINÉRGICO D1, SOBRE LOS NIVELES DE DOPAMINA Y
NORADRENALINA EN EL CEREBRO DE LA RATA.
ADSCRIPCIÓN:
1
Laboratorio de Neuroquímica, Departamento de Neurorrehabilitación,
Instituto Nacional de Rehabilitación, SSA.
2
Laboratorio de Neuroplasticidad, Departamento de
Neurorrehabilitación, Instituto Nacional de Rehabilitación, SSA.
3
Laboratorio de Neurofisiología Química de la Discapacidad,
Departamento de Neurorrehabilitación, Instituto Nacional de
Rehabilitación, SSA.
CORRESPONDENCIA:
*Dr. Antonio Bueno-Nava.
Calz. México-Xochimilco 289, Col. Arenal de Guadalupe Deleg.
Tlalpan C.P. 14389, Ciudad de México, México. Tel.: +52- 55-5999-
1000 ext. 19201 and 19110. E-mail: abueno@inr.gob.mx
3
Resumen
Introducción. Los sistemas noradrenérgico y dopaminérgico son
asociados al sistema motor y se ha propuesto una conexión
anatómica y funcional entre ambos sistemas. Sin embargo, el
mecanismo funcional de la interacción noradrenérgica y
dopaminérgica es aún estudiado. Objetivo. El objetivo del estudio fue
examinar la participación específica de los receptores D1
postsinápticos en la respuesta noradrenérgica y dopaminérgica del
cerebro de la rata. Material y métodos. Para examinar los efectos de
las diferentes dosis del agonista D1, usamos veinte ratas Wistar que
fueron asignadas a cuatro grupos: control (inyección de solución
vehículo) y el agonista SKF-38393 a dosis de 1,5, ó 10 mg/kg. Los
niveles de dopamina y noradrenalina fueron medidos usando
cromatografía líquida. Resultados. La inyección sistémica del SKF-
38393 sólo a 1, 5 y 10 mg/kg no alteró los niveles de dopamina, con la
excepción de la dosis de 1 mg/kg, que aumentó los niveles de
dopamina en el hipocampo y cerebelo. En cambio, la inyección de
SKF-38393 a dosis de 1, 5 y 10 mg/kg disminuyó significativamente
los niveles de noradrenalina del mesencéfalo y en el puente de
Barolio, mientras que la dosis de 5 y 10 mg/kg la disminuyó en el
hipocampo. Además, la disminución de noradrenalina en la corteza
cerebral fue inducida con las dosis de 1 y 10 mg/kg. Conclusiones.
Nuestros resultados mostraron que la inyección sistémica del agonista
D1, SKF-38393, no alteró los niveles de dopamina, pero disminuyó
significativamente los niveles de noradrenalina. Una posible
explicación para la reducción de los niveles noradrenalina de nuestros
resultados puede ser a consecuencia de la activación de los
receptores D1 postsinápticos. Palabras clave. Cromatografía.
4
Dopamina. Noradrenalina. Receptores D1 postsinápticos. Rata.
Sistema motor.
Summary
Introduction. Noradrenergic and dopaminergic systems are
associated with the motor system and proposed an anatomical and
functional connection between the two systems. However, the
functional mechanism of interaction is noradrenergic and dopaminergic
studied yet. Aims. The aim of the study was to examine the specific
role of postsynaptic D1 receptors on noradrenergic and dopaminergic
response in the rat brain. Material and methods. To examine the
effects of different doses of the D1 agonist, use twenty Wistar rats
were assigned to four groups: control (vehicle injection solution) and
SKF-38393 agonist dose of 1.5 or 10 mg / kg. The levels of dopamine
and norepinephrine were measured using liquid chromatography.
Results. Systemic injection of SKF-38393 only at 1, 5 and 10 mg / kg
did not alter the levels of dopamine, with the exception of the dose of 1
mg / kg, which increased dopamine levels in the hippocampus and
cerebellum. In contrast, injection of SKF-38393 at a dose of 1, 5 and
10 mg / kg significantly decreased the levels of noradrenalin in the
midbrain and Barolio bridge, while the doses of 5 and 10 mg / kg
decreased in the hippocampus. Moreover, the noradrenaline decrease
in the cerebral cortex was induced with doses of 1 and 10 mg / kg.
Conclusions. Our results showed that systemic injection of the D1
agonist, SKF-38393, did not alter dopamine levels, but significantly
decreased norepinephrine levels. One possible explanation for the
reduced levels of noradrenaline our results may be due to activation of
5
postsynaptic D1 receptors. Keywords. Chromatography. Dopamine.
Noradrenaline. Postsynaptic D1 receptors. Rat. Engine system.
1. Introducción
6
corticales y límbicas a lo largo de las vías mesocortical y mesolímbica
[7,8]. Por otra parte, se ha demostrado que altos niveles de dopamina
(DA) estriatal está correlacionada con la facilitación de movimientos,
mientras que la reducción de movimientos está asociado con los
niveles disminuidos de DA [9,10]. Las evidencias sugieren que el
receptor D1 es abundante en el SNC [11], encontrándose una alta
densidad en el estriado, cerebelo (capa molecular), núcleo
accumbens, amígdala, núcleo subtalámico y en la substancia negra
parte reticulada y parte compacta. Por otra parte, se han reportado
niveles moderados del receptor D1 en la corteza cerebral (frontal,
entorrinal y del cíngulo), tálamo y el globo pálido, mientras que en la
formación hipocampal, la región septal, el hipotálamo, el área
tegmental ventral y el colículo inferior, la densidad de los receptores D1
es escasa. Experimentos en la rata han demostrado que los fármacos
agonistas para el sistema dopaminérgico incrementan la actividad
motora [12]. En cambio, el uso de fármacos antagonistas produce
acinesia [13]. Mientras que, la selectiva inhibición de los receptores D1
produce el incremento de DA metabolizada en el estriado de la rata
[14].
El fármaco SKF-38393, es un derivado de la benzazepina y agonista
parcial para los receptores D1, tanto in vivo como in vitro [15]. La
administración sistémica del SKF-38393 produce en la rata el aumento
de los movimientos caracterizados por el atusamiento rostral, olfateo y
exploración erguida [12]. La dosis sistémica caracterizada para inducir
dicha conducta estereotipada es de aproximadamente 5, 10 y 25
mg/kg del fármaco SKF-38393 [16]. Por otro lado, se ha demostrado
que la administración intracerebral del fármaco SKF-38393, reduce y/o
aumenta la liberación de DA estriatal [10]. Asimismo, se ha
7
demostrado la interconexión anatómica entre el sistema
noradrenérgico del LC pontino con el sistema dopaminérgico de la
SNc y el VTA del mesencéfalo [17]. Además, se ha propuesto que la
perturbación del LC conduce a la alteración de varios indicadores de
neurotransmisión dopaminérgica [17]. Sin embargo, se desconoce el
efecto del SKF-38393 en el contenido total de DA y NA cerebral, como
posible interacción funcional entre el sistema noradrenérgico y
dopaminérgico. El objetivo del estudio fue examinar la participación
específica de los receptores D1 postsinápticos en la respuesta
dopaminérgica y noradrenérgica en el cerebro de la rata.
2. Material y métodos
2.1 Animales
Usamos 20 ratas macho adultas de la cepa Wistar (280-310 g) que
fueron proveídas por el Instituto Nacional de Rehabilitación. Las ratas
fueron mantenidas en ciclos de luz/oscuridad de 12 hrs/12 hrs y se
habituaron a las condiciones del laboratorio y se manejaron de
acuerdo a las recomendaciones de la guía para el cuidado y uso de
los animales de experimentación [18] y fue usado el número mínimo
de animales, siguiendo los criterios estadísticos y bioéticos de Festing
[19].
8
de 1 (n = 5), 5 (n = 5), y 10 (n = 5) mg/kg. El hidrocloruro (+)-SKF-
38393 (Sigma-Aldrich) fue disuelto en agua desionizada y
administrado por la vía i.p., en un volumen de 0.1 mL/100 g. Después
de 40+10 min, todas las ratas fueron decapitadas aproximadamente a
las 12:00 hrs para eliminar las variaciones circadianas.
Posteriormente, los cerebros se extrajeron y se colocaron en una
placa fria para aislar la corteza frontal, el estriado dorsal, el
mesencéfalo, el hipocampo, el cerebelo y el puente de Barolio para
determinar los niveles de DA y NA.
9
cromatogramas obtenidos de las cinco muestras de los estándares a
concentraciones conocidas para DA y NA. Se utilizó una columna
analítica específica para catecolaminas (Alltech, Adsorbosphere
Catecholamine, 100 x 4.6 mm, 3 μm de tamaño de partícula). La fase
móvil consistió en una solución amortiguadora de fosfato (0.1 mM, pH
3.2) que contiene (en mM) sulfato octil de sodio (0.2), EDTA (0.1) y
metanol (15%). El flujo de trabajo fue de 1.6 mL/min.
3. Resultados
10
0.031) mostraron aumentados significativamente los niveles de DA
aproximadamente en un 136 y 36% respectivamente, después de la
administración de 1 mg/kg del fármaco SKF-38393 en comparación a
sus respectivos grupos controles. En contraste, el efecto de las dosis
de 5 y 10 mg/kg no mostraron diferencias significativas en los niveles
de DA al compararlos con los grupos controles respectivos del
hipocampo y cerebelo.
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SKF-38393
(mg/kg) 0 1 5 10
Niveles DA (mM/g de tejido fresco)
Estriado 4.386 ± 0.082 7.153 ± 1.128 5.127 ± 0.754 4.919 ± 1.256
Mesencéfalo 0.233 ± 0.016 0.333 ± 0.070 0.231 ± 0.016 0.233 ± 0.020
Hipocampo 0.131 ± 0.013 0.309 ± 0.077** 0.115 ± 0.006 0.170 ± 0.040
Corteza 0.311 ± 0.311 0.301 ± 0.032 0.342 ± 0.056 0.276 ± 0.017
Puente de Barolio 0.186 ± 0.012 0.29 ± 0.016 0.215 ± 0.012 0.191 ± 0.013
Cerebelo 0.058 ± 0.004 0.079 ± 0.005* 0.073 ± 0.007 0.067 ± 0.005
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11
3.2 Efecto del fármaco SKF-38393 en los niveles del contenido
total de NA
En la Tabla I, se registraron niveles de NA de 0.182 a 0.844 mM/g de
tejido fresco en los grupos controles. El cerebelo mostró que los
grupos que recibieron las dosis de 1, 5 y 10 mg/kg del fármaco SKF-
38393, no alteraron significativamente los niveles de NA al
compararlos con los respectivos grupos controles. Por otra parte, el
estriado aumentó diferencias significativas a dosis de 1 mg/kg, no así
las dosis de 5 y 10 mg/kg, al compararlos con los grupos controles (P
> 0.05). Por otra parte, el mesencéfalo mostró una disminución
significativa de 35 (F3,16 = 9.106; P < 0.001), 34 (P = 001) y 36% (P =
.007) de los niveles totales de NA, después de la administración de 1,
5 y 10 mg/kg de SKF-38393, respectivamente. En hipocampo
encontramos disminuidos significativamente los niveles de NA
aproximadamente un 24 (F3,16 = 3.71; P = 0.014) y 23% (P = 0.030),
después de la administración de 5 y 10 mg/kg del fármaco SKF-38393,
respectivamente, mientras que la dosis de 1 mg/kg del fármaco SKF-
38393 no mostró cambios significativos. La corteza cerebral mostró
disminuidos los niveles de NA significativamente en un 33 (F3,16 = 3.65;
P = 0.014) y 35% (P = 0.019), después de la administración de 1 y 10
mg/kg del fármaco SKF-38393, mientras que la dosis 5 mg/kg no
mostró cambios en comparación al grupo control. El puente de Barolio
mostró una disminución significativa de 26, 19 y 20% después de la
administración de 1 (F3,16 = 6.8; P = 0.001), 5 (P = 0.010) y 10 (P =
0.013) mg/kg del fármaco SKF-38393, respectivamente, en
comparación al grupo control.
12
4. Discusión
13
significativamente los niveles de DA en el cerebelo de la rata, que
posiblemente sea resultado a un efecto postsináptico asociado al
receptor D1, que también es abundante en poblaciones de células de
la capa molecular [22].
Se ha propuesto que la integridad del LC, que está localizado a nivel
pontino, es importante para facilitar o mantener el circuito
dopaminérgico nigroestriatal y mesolímbico, mientras que la alteración
de este núcleo noradrenérgico produce cambios en la
neurotransmisión dopaminérgica [17]. Nuestros resultados mostraron
que las dosis de 1, 5 y 10 mg/kg del fármaco SKF-38393,
disminuyeron los niveles de NA del mesencéfalo y del puente de
Barolio, posiblemente explicada por una interacción noradrenérgica y
dopaminérgica en ambas estructuras. En algunas enfermedades
neurodegenerativas y síndromes comparten elementos comunes,
como la pérdida de células del LC, y pueden ser manifestaciones
diferentes de un proceso fisiopatológico común. Los hallazgos en
modelos animales que emulan a la enfermedad de Parkinson
sugieren la alteración noradrenérgica del LC, que conlleva a la
modificación de los índices electrofisiológicos, neuroquímicos y
conductuales de la neurotransmisión en el sistema dopaminérgico
nigro-estriatal [17]. Se ha demostrado que el LC recibe aferencias
provenientes de los núcleos dopaminérgicos localizados en el
mesencéfalo, particularmente los del grupo A8 y A10, y a la vez el LC
proyecta sus axones a dichos núcleos dopaminérgicos, incluido el de
la SNc [7,17]. Se ha propuesto que el estriado de la rata carece de la
inervación noradrenérgica proveniente del LC [17] y es posible que
esto explique en parte nuestros resultados en los niveles de NA
estriatal, pero no descartamos algún otro mecanismo.
14
El hipocampo y la corteza cerebral son dos estructuras que reciben
aferencias noradrenérgicas provenientes del LC [7]. Nuestros
resultados mostraron que sólo las dosis de 5 y 10 mg/kg de SKF-
38393, disminuyeron significativamente los niveles de NA a nivel
hipocampal y puede explicarse a la activación postsináptica asociada
al receptor D5 a DA [20]. Este efecto indirecto o postsináptico puede
explicar también los resultados de las dosis de 1 y 10 mg/kg del
fármaco SKF-38393 en la corteza cerebral, estructura cerebral donde
se han reportado ambas familias de receptores dopaminérgicos
(receptores D1 y D2) [20-22].
En conclusión nuestros resultados mostraron que al menos una de las
dosis administradas sistémicamente del fármaco SKF-38393 y
agonista para los receptores D1 a DA, disminuyeron los niveles de NA
del mesencéfalo, el hipocampo, la corteza cerebral y el puente de
Barolio, y esta respuesta noradrenérgica es explicada como resultado
posiblemente asociado a la activación de los receptores D1
postsinápticos. En cambio la respuesta dopaminérgica al fármaco
agonista SKF-38393 fue menor, como consecuencia al efecto
postsináptico dopaminérgico ejercido por el fármaco SKF-38393.
Los resultados del presente estudio proponen la interacción funcional
entre los sistemas dopaminérgico y noradrenérgico en el cerebro de la
rata. Además, permitirá considerar en otros estudios, al sistema
dopamininérgico y no solo al noradrenérgico, dentro de los
mecanismos que conducen a la recuperación funcional después de la
lesión cerebral. También, sabemos por los estudios realizados, la
equivalencia entre el cerebro de la rata y el cerebro humano,
particularmente entre los sistemas noradrenérgico y dopaminérgico.
Estudios como el nuestro en modelos biológicos permitirán fortalecer
15
la comprensión de los circuitos neuronales no solo después de la
administración de un fármaco, también en condiciones patológicas.
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[22] A.S. Undieh, Pharmacology of signaling induced by dopamine
D(1)-like receptor activation, Pharmacol Ther 128 (2010) 37-60.
18
CAPÍTULO 2
ADSCRIPCIÓN:
1
Universidad de las Américas-Ciudad de México A.C.
2
Laboratorio de Neurofisiología Química de la Discapacidad, Instituto
Nacional de Rehabilitación, SSA.
3
Laboratorio de Neuroplasticidad, Instituto Nacional de Rehabilitación,
SSA.
CORRESPONDENCIA:
*Dr. Rigoberto González Piña
Laboratorio de Neuroplasticidad
Instituto Nacional de Rehabilitación
Calz. México-Xochimilco 289
Col. Arenal de Guadalupe
Deleg. Tlalpan C.P. 14389
México D.F. MEXICO
e-mail: higgo@prodigy.net.mx
19
Resumen
Palabras Clave
Endotelio, daño cerebral, estimulación sensoriomotriz, ratas
20
1. Introducción
21
El tálamo e hipocampo, así como el resto del Sistema Nervioso
Central (SNC) necesitan los nutrientes necesarios, tales como iones y
proteínas, para ser funcionales y es la sangre la encargada en
trasportarlos [9,10]. La irrigación sanguínea de SNC presenta
características únicas, lo que indica que al presentar una isquemia los
tejidos soportan poco tiempo sin este suministro antes de que
comiencen los procesos de necrosis y apoptosis [3,11]. Las células
hipocampales son muy sensibles a la falta de oxigenación, en
específico las de la capa CA1 [3]. Existe un mecanismo de protección
en el cual se forman nuevos capilares de los preexistentes, este
proceso es llamado angiogénesis. Este proceso es indispensable para
la recuperación funcional de la parte dañada [11-15]. En la inhibición o
la activación de la angiogénesis intervienen una gama amplia de
factores, tales como la endostatina, el colágeno XVIII y el factor de
crecimiento endotelial vascular [11,16,17]. Algunos autores han
discutido la relación existente entre la neurogénesis y angiogénesis
[12,18].
Esta investigación se centrará en lo que ocurre en los capilares
cerebrales de áreas relacionadas con habla, lenguaje y aprendizaje en
ratas con o sin estimulación sensoriomotriz. Los resultados obtenidos
son parte de las herramientas que proveen de fundamentos
neurobiológicos para comprender lo que ocurre en el SNC al realizar
las terapias y así desarrollar nuevas estrategias de intervención.
2. Materiales y Métodos
2.1. Sujetos
22
El estudio se realizó con 10 ratas Wistar ingenuas experimentalmente,
con un peso aproximado entre 350-400 gramos. Durante el
experimento los animales se mantuvieron en el bioterio en cajas de
acrílico de 44.5 x 23 cm. Se alimentaron con pellets para roedores
(Harlem) y agua purificada ad limitum, con ciclo de luz-oscuridad
12:12, con encendido de lámpara a las 8 am y una temperatura
ambiental de 18-22°C.
2.2. Cirugías
Se peso a cada sujeto para determinar la dosis de la anestesia que se
aplicaría con jeringas de insulina: xilasina (procin), ketamina (anesket)
80/8 mg/kg. Al realizar las cirugías, se requirió de un aparato
esterotáxico (David Kopff), hojas de bisturí, porta agujas, pinzas para
disección, separadores y tijeras además de gasas con agua oxigenada
para facilitar la visibilidad de las fisuras craneales. Se uso una regla de
grafito para delimitar el área a trepanar, la cual se llevo a cabo con una
herramienta rotatoria manual con motor de baja velocidad, Dremel
mod.675, y fresas con punta de diamante de 1 mm de diámetro. Se
realizo la ablación con una bomba de vacío, Sklar mod. 100-35 y una
pipeta de tipo Pasteur. Para suturar la herida se uso nylon de 00. La
regulación de temperatura se dio mediante el uso de lámpara de color
después de la cirugía. Durante el periodo de cirugía y de recuperación
se les aplicó a los animales solución salina para mantener hidratados
sus ojos, una solución antiséptica y cicatrizante de uso externo
furazolidona (Topazone) en la zona suturada.
23
Para la intervención sensoriomotriz se construyeron 5 bases
rectangulares de 96 x 75 cm, una escalera de madera de 80 x 12, viga
de equilibrio una rueda de actividad para roedores y guantes de
carnaza y barra con distintos materiales como piedras, palos de
madera, esponjas y peluche para proporcionar distinta información
kinestésica. Veinticuatro horas después de la intervención se realizó el
programa de intervención sensoriomotriz con ruido blanco siempre
presente. Primero ambos grupos fueron sometidos a las diferentes
texturas por 2 minutos. Después se les estimuló con contacto físico
durante otros 2 minutos. Se les adaptó a subir la escalera y encima de
la rueda de actividad durante 1 minuto, lo cual se realizó por 15 días
consecutivos, llevando un registro detallado de las conductas de
ambos grupos.
2.5. Histología
Lo tejidos se colocaron en un recipiente y se le agregó parafina
fundida a 60° C, posteriormente la muestra se dejó en una estufa de
24
incubación por 6 horas manteniendo la temperatura a 60°C. Luego se
colocó la pieza y un poco de parafina a temperatura ambiente,
formándose un bloque sólido de parafina con el trozo de tejido
incluido. Este se montó en un microtómo y se realizaron cortes de 20 y
40 μm. Los tejidos se tiñeron mediante la técnica de Nissl, que tiñe el
núcleo celular y el retículo endoplasmático rugoso (sustancia de Nissl),
3. Resultados
Fig. 1 Sitio de lesión. De acuerdo al atlas de Paxinos la zona que presenta lesión inicial
en: Bregma -4.3 mm y termina en -4.8 mm, afectando el área de la corteza visual
secundaria mediomedial.
25
Al analizar los cortes histológicos se observó que los endotelios de los
capilares cerebrales en esta área de las ratas con lesión y estimuladas
se encontró que estos se estaban íntegros (fig. 2). En cambio los
capilares de los sujetos con lesión y sin estimulación los capilares se
encontraban dilatados y con los endotelios rotos (fig. 3).
3.2. Hipocampo
Como se ha discutido anteriormente los endotelios de los capilares del
giro dentado del hipocampo en ratas lesionadas y estimuladas se
observaron intactos.
26
Esto ocurre en los capilares de bajo calibre como de alto (fig. 4). Por el
contrario los de los animales lesionados y no estimulados los capilares
están dilatados. Conjuntamente los capilares muestran una forma no
definida con invaginaciones epiteliales dejando la luz del capilar sin
recubrimiento (fig. 5). Los endotelios capilares tiene la función de
permitir el intercambio de gases, iones y metabolitos. Asimismo
contiene diferentes tipos de transporte como las bombas de sodio
potasio o las vesículas presinápticas. Por lo tanto si estos se
encuentran rotos no existe una homeostasis correcta para el
funcionamiento del hipocampo.
27
Fig. 4 Micrografía de hipocampo de un animal lesionado y estimulado. Los capilares
íntegros con la luz del capilar completa. Violeta de Cresilo 20x.
3.3. Tálamo
Ya que la presencia de capilares dilatados y con ruptura del endotelio
es una característica más evidente en el hipocampo de animales
lesionados y no estimulados, sólo se anexa un caso en el que se
encontró esta característica en el tálamo (fig. 6).
28
4. Discusión
30
imitan la acción de la noradrenalida también, corrigen problemas de
articulación del habla en pacientes con daño cerebral motor [24,31].
Walker-Batson, et al [24] realizaron un estudio donde administraron į-
anfetamina y terapia de lenguaje y habla a 21 personas con afasia
severa. El tratamiento mostró una acelerada mejoría en los sujetos del
estudio. Otros investigadores [30] documentaron un caso de un
paciente con afasia severa donde fue tratado de la misma forma que el
estudio anterior y sus resultados mostraron que la persona logró
incrementar al doble el número de objetos nombrados y su lenguaje
paso de telegráfico a formar oraciones simples. Esto no
necesariamente significa que los animales y los humanos presenten la
misma conducta, debido a que existen diferencias amplias entre la rata
y el hombre. Las diferencias más destacables involucran las distintas
variables a las que los organismos están sometidos, tales como los
efectos psicológicos de la discapacidad tanto en pacientes como en
sus cuidadores y otros factores secundarios como los económicos y
sociales, variables más complejas que aquellas a los que están
sometidos los animales [22,33]. Estas diferencias podrían ser las
responsables del hecho de que el ser humano, aunque tenga
reconstruidas las vías perdidas, al no siempre expresar la
recuperación funcional de manera conductual aunque sea capaz de
hacerlo. De ahí la necesidad de las terapias, para que el paciente
aprenda a reutilizar las nuevas vías cerebrales necesarias para las
diversas funciones y actividades.
Los estudios descritos anteriormente apoyan la teoría de la diasquisis.
Esta teoría plantea que las secuelas de la lesión son debidas a la
inhibición metabólica de sitios alejados del área dañada pero
relacionados anatómicamente con ésta. La recuperación funcional
31
sobrevendría una vez que los efectos del trauma hayan pasado y los
sitios relacionados con el área dañada restablezcan su nivel
metabólico normal. Para que esto suceda, se espera que haya un
aporte nutricional adecuado, que permita el abastecimiento de
aminoácidos y otras substancias esenciales para la reconstrucción de
las células dañadas [19,20,22,33]. En este proceso, la integridad de
los capilares sanguíneos es muy importante, ya que son éstos los que
hacen llegar los nutrientes a todo tipo de células del organismo,
incluyendo las células cerebrales. Los endotelios capilares cerebrales
además de su función principal que es el intercambio de sustancias,
producen factores anticoagulantes, protrombóticos, modulan el flujo
sanguíneo, regulan la inflamación, la inmunidad y la regulación de la
proliferación celular (producción de factores estimulantes e inhibidores
del crecimiento). El transporte del endotelio se da por difusión
(intercambio de sustancias a través de la pared capilar, O2 y CO2),
filtración (presión hidrostática de la sangre, moléculas pequeñas),
reabsorción (paso del líquido y pequeñas moléculas disueltas en él) y
vesicular (paso de moléculas grandes). La diapédesis es el paso
activo de leucocitos a través de la pared celular [10,34]. Los cobayos
presentan irrigación sanguínea cerebral colateral, por lo que su
cerebro está mejor vascularizados que el cerebro de la rata o del
humano. Se han realizado investigaciones donde se bloquea la vena
sagital, y se encontró que la vena occipital se encarga de irrigar esta
zona. A pesar de ligar una vena importante estos animales no
presentaron daño cerebral debido a la extensa irrigación que ayuda a
la reconstrucción de vías dañadas [33,35]. Estos hechos ilustran la
importancia de la vascularización cerebral en los procesos de
recuperación funcional después del daño. De esta manera el presentar
32
endotelios capilares íntegros ayuda a que el paso de sustancias y
drogas (į-anfetamina) pueden llegar a las distintas estructuras
cerebrales y facilitar la reconstrucción de las lesiones cerebrales.
Los resultados de este estudio muestran que la estimulación
favorece a la integridad de los capilares cerebrales tanto en las áreas
aledañas a la lesión como en las regiones relacionadas con el sitio
dañado. Esto explica porqué el proceso de recuperación se llevó a
cabo mejor en los animales estimulados, ya que parece que el
ambiente es capaz de tener un impacto benéfico sobre la recuperación
endotelial después del daño cerebral. Por lo tanto, el cerebro al recibir
los nutrientes necesarios puede funcionar adecuadamente, ayudar a
que las estructuras dañadas comiencen a restaurase. El cerebro
humano es más frágil que el de la rata, debido a que el primero es
más grande y tiene mayor actividad metabólica. Al conocer que los
capilares cerebrales también responden a la estimulación ambiental,
ayuda a comprender porque las terapias son importantes para el
proceso de rehabilitación o habilitación de funciones dependientes de
la integridad cerebral.
4. Conclusiones
33
causa del retraso en la recuperación funcional. En la práctica médica
no parece entonces deseable que el paciente viva en una silla de
ruedas sin exigencia ambiental, como es el caso de la sobreprotección
familiar.
Referencias
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Unidos: Hardvard University Press, 1975.
38
CAPÍTULO 3
ADSCRIPCIÓN:
1
Laboratorio de Neuroprotección, Servicio de Neurorrehabilitación,
Instituto Nacional de Rehabilitación. Calz. México-Xochimilco 289 Col.
Arenal de Guadalupe. Deleg. Tlalpan C.P. 14389 México D.F.
MEXICO
2
Jefe Terapia Centro de Atención Médica y Educación Especial.
Peñasco # 4, Col. Hacienda de San Juan, Tlalpan 14370 México D.F.
MEXICO
CORRESPONDENCIA:
40
señala las operaciones que el sistema nervioso realiza para lograr el
reconocimiento del lenguaje y su expresión verbal, y supone que la
producción de la señal acústica del habla constituye el resultado de
maniobras articulatorias realizadas por el hablante, las cuales
obedecen a una serie de señales emitidas por el sistema nervioso
central [9,10]. Fant, en 1967, propuso un modelo hipotético de las
funciones que debería realizar el cerebro para lograr la identificación
del lenguaje y su producción [11]. Ardila, realiza una modificación de
este modelo – considerando exclusivamente el aspecto sensorial del
lenguaje y suponiendo que el reconocimiento de éste puede ser
independiente de su producción–, propuso que la señal acústica que
llega al oído interno, específicamente en la cóclea se somete a un
primer tipo de análisis. Posteriormente, existe una serie de
procesamientos de esta información aferente desde el tallo cerebral
hasta la corteza para lograr una decodificación del mensaje y un
reconocimiento del lenguaje [9,10,12,13].
Por otro lado Von Békésy, en 1949, formuló la teoría de la onda viajera
que dominó el estudio de la mecánica coclear durante décadas. Sin
embargo, dos conocimientos han cambiado el modo de ver la fisiología
coclear. El primero fue el descubrimiento de las emisiones
otoacústicas realizado por Kemp en 1978; dicho descubrimiento
proporciona una sólida evidencia sobre la existencia de un proceso
activo de generación de energía en la cóclea. Las emisiones
otoacústicas espontáneas y evocadas se consideran el producto de la
amplificación coclear. Este proceso de amplificación coclear constituye
un fenómeno por el cual la cóclea es responsable de la selectividad de
las frecuencias, con una gran sensibilidad y un rango dinámico amplio.
El segundo avance fue el descubrimiento de la motilidad de las células
41
ciliadas externas por Brownell en 1983 [14,15], lo que provee un
sustrato físico sobre procesos activos en la cóclea, ya que la medición
de la fuerza individual generada por las células ciliadas externas indica
que la activación de un gran número de células podría ser capaz de
cambiar una porción de la respuesta mecánica coclear [16,17],
pudiendo considerarse este fenómeno como un “sintonizador” coclear.
Tomando en cuenta estos conocimientos, creemos que el
procesamiento que se lleva a cabo en la cóclea está más involucrado
en el proceso del lenguaje de lo que se piensa, ya que un mal
procesamiento de los sonidos del lenguaje en el sistema periférico
podría dar como resultado un mal procesamiento en el sistema central.
2. Modelos de lenguaje
42
Hay dos modelos neuropsicológicos básicos. Un modelo define el
disturbio, tanto receptivo como expresivo. El otro modelo subdivide el
disturbio en tres categorías: [1] receptivo, [2] procesamiento central y
[3] expresivo. En el primer modelo, se supone que la alteración del
lenguaje refleja un déficit específico, tanto del lenguaje receptivo,
como en el lenguaje expresivo. En segundo, el punto de vista de
trastorno receptivo y expresivo, es aceptado pero se sugiere además
que déficits en el procesamiento central, también ocurren. Esta última
categoría consiste en defectos en comprensión, que existen en
presencia de una recepción y expresión de lenguaje intactos.
La neurolingüística señala las operaciones que realiza el sistema
nervioso, para lograr el reconocimiento del lenguaje y su expresión
verbal; así mismo, supone que la producción de la señal acústica del
habla, es el resultado de maniobras articulatorias, realizadas por el
hablante y obedecen a una serie de señales emitidas por el sistema
nervioso central. La onda sonora es recibida por el oído y por medio
de mecanismos auditivos especializados, es convertida en un código
de señales que se dirigen al sistema nervioso central. El sistema
nervioso central procesa esta información, aferente logrando una
decodificación del mensaje y un reconocimiento del lenguaje [18].
Un segundo grupo de teorías, está representado en términos de
detección de rasgos en el lenguaje, punto de vista que parte, en última
instancia, de los análisis sobre las unidades fonológicas significativas
del lenguaje (fonemas) y las características distintivas que presentan.
Fant (1967) propone un modelo hipotético de las funciones que
debería realizar el cerebro, para lograr la identificación del lenguaje y
su producción [11].
43
Ardila hace una modificación de este modelo considerando
44
exclusivamente el aspecto sensorial del lenguaje y suponiendo que el
reconocimiento de éste puede ser independiente de su producción,
sería posible convertir el modelo propuesto por Fant de la siguiente
manera (Figura 1) [18,19,20].
La señal acústica llega al oído (A) y en el oído interno es sometida a
un primer tipo de análisis (B), que implica la respuesta de diferentes
puntos de la membrana basilar de manera distinta a tonos de altura
diferente; hay una primera discriminación tópica (regional) de
frecuencias. En la corteza auditiva primaria se encuentran neuronas
altamente sintonizadas (C) que responden a cambios de intensidad de
bandas específicas de frecuencia. La presencia de determinadas
propiedades de la señal, como es un cambio de frecuencias desde fn
hasta fk en un tiempo (transición) pertinente y funcional dentro de un
sistema fonológico particular (D) lleva el reconocimiento de un rasgo
(E). La presencia simultánea de determinados rasgos en la señal (F) y
coincidentes con algunas de las categorías fonológicas de la lengua
del oyente (G), trae consigo un reconocimiento de fonemas (H). Se
trata aquí de un juicio categórico de pertenencia a un número
relativamente pequeño (solo un par de docenas) de unidades de
sonido de la lengua (fonemas). Este tipo de análisis se realiza
presumiblemente en corteza superior (morfo-lexicales) (K) organizadas
en una memoria acústico-verbal (J), resultante de la presentación
repetida de secuencias fonológicamente idénticas (I).
Un precepto acústico-verbal, correspondiente a un nivel morfo-lexical
del lenguaje, se asocia con imágenes pertenecientes a otros sistemas
sensoriales (visual, táctil, etc.) para lograr un reconocimiento del
referente de la secuencia acústico-verbal (N), e igualmente se
encuentran envueltos con sistemas de memoria a largo plazo (M) y a
45
corto plazo (L) (Figura 1).
Podemos entonces suponer al menos tres niveles en el
reconocimiento del lenguaje; 1) el fonológico, relacionado con la
detección y percepción de las unidades significativas propias de un
sistema fonológico, 2) el de memoria acústico-verbal o morfo-lexical,
relacionado con la adscripción de uno o varios componentes
fonológicos a una categoría verbal y 3) un nivel de significado, ligado
con la asociación entre una huella de memoria verbal y un referente,
usual pero no necesaria ni exclusivamente visual (Figura 1) [9,18-20].
La corteza cerebral, como se sabe, madura siguiendo la secuencia de
zonas primarias, secundarias y terciarias o intermodales (21). No es
casual que un niño ante una palabra presente asociaciones
fonológicas con más facilidad y un adulto asociaciones semánticas
[9,18,22,21].
Tomando en cuenta otro modelo como el de Mesulam (Figura 2) [8], el
cual considera que la conducta y la cognición, están subordinadas por
redes de trabajo neurales interconectadas, que permiten una
arquitectura computacional de alto nivel incluyendo procesamientos
distribuidos de forma paralela. Problemas cognitivos, no son resueltos
por una secuencia y jerarquía progresiva, hacia metas
predeterminadas, sino que por consideraciones simultáneas e
interactivas de múltiples posibilidades, hasta que un acceso
satisfactorio es logrado. De acuerdo con este modelo, el
comportamiento complejo, es mapeado, al nivel de sistemas neurales
multifocales más que en sitios anatómicos específicos, dando lugar a
relaciones cerebro-comportamiento, ambos localizados y distribuidos.
Cada red de trabajo, contiene canales determinados anatómicamente,
para transferir contenidos de información y vías químicas, dirigidas
46
para modular el tono comportamental.
Figura 2.
47
que: Una característica central de las redes de trabajo, es la ausencia
de una correspondencia, uno a uno entre el sitio anatómico, la
computación neural y el comportamiento complejo. La organización
vertical de la anatomía, computación y planes cognitivos, sugiere que
un mapeo anatómico de la conducta, están ambas localizadas y
distribuidas y que ninguna está de manera equipotencial (holística) ni
modular (insular o frenológica). Cada sitio dentro de la corteza de
asociación pertenece a varias redes intersectadas, por lo que, una
lesión individual aun y cuando se encuentre confinada a un solo
campo citoarquitectónico, probablemente produzca múltiples
deficiencias [8].
La localización anatómica es compatible con el hecho de que lesiones
en diferentes partes del cerebro pueden producir perturbaciones del
mismo comportamiento. Mientras que una sola lesión conlleva solo
déficits parciales de un comportamiento dado, o a múltiples déficits de
comportamiento. Estudios de mapeo cerebral (con mapeo de actividad
eléctrica cerebral, emisión de fotones, TAC o PET) probablemente
detectan múltiples áreas de activación, asociadas con
comportamientos individuales complejos [8,23].
Cada conducta está representada en sitios múltiples y cada sitio
subordina múltiples comportamientos, guiando a una distribuida e
interactiva pero también basta y degenerada (uno o varios y varios a
uno) mapas de substratos anatómicos, dentro de computaciones
neurales y computación comportamental. Esta distribución y mapeo
degenerativo, puede proveer un avance, para el complejo
computacional y las operaciones cognitivas rápidas y marca la punta
del aprovechamiento de la red, separadamente de teorías que
postulan una no degeneración de la relación, uno a uno entre sitio
48
anatómico y conducta (Figura 2) [8]. Se supone que estas estructuras
cognitivas, son universales en su forma y que todos los seres
humanos independientemente de su medio físico y cultural, las
adquieren en el mismo orden cronológico y de un modo muy similar.
Es un hecho que la adquisición del lenguaje está ligada a la
elaboración de estructuras cognitivas en general. En la teoría de
Piaget se considera que el lenguaje es una de las manifestaciones de
la capacidad humana para representar cosas y sucesos en ausencia
de los mismos.
Podemos decir que el aprendizaje es una conducta que se basa en
experiencias y las experiencias son el resultado de la interacción del
individuo con su medio ambiente; para que el sujeto pueda tener esta
interacción, requiere de sistemas sensoriales, los cuales van a servir
de vehículo, para que el sujeto adquiera dichas experiencias. El
procedimiento, análisis y síntesis de éstas, servirán para que el
individuo adquiera una nueva conducta, la cual le va a servir para
existir y coexistir en su medio ambiente [10].
Se dice que el sujeto que ha aprendido a utilizar correctamente una
palabra, ha aprendido a tratar el mundo de una forma ordenada, a
conceptuar el mundo. El aprendizaje del significado de las palabras,
hasta de las más simples, no constituye un proceso pasivo, sino que
requiere una actividad intelectual, el funcionamiento de procesos
fisiológicos.
El conocimiento del significado de las palabras implica actividades
específicas intelectuales. Si tenemos pruebas de que alguien conoce
una palabra, debemos suponer que entra en juego un proceso
neurofisiológico (o neuroquímico) específico.
3. Aspectos básicos de la neurofisiología del lenguaje
49
50
hemisferio izquierdo [30]. Evidencia acumulada de muchas maneras
lleva a la conclusión de que en la población adulta, cerca del 90 %, es
genotípicamente diestra y de ésta, 99% tiene dominancia en el
hemisferio izquierdo, para el lenguaje. Aproximadamente 10% de la
población es zurdo o ambidiestro. De éste, cerca de 56% tiene
dominancia de hemisferio izquierdo, para el lenguaje [31].
La evidencia clínica y experimental indica que las funciones mentales
superiores se tornan más lateralizadas a medida que se desarrollan
los hemisferios cerebrales [27,32]. La mayor información en este
proceso concerniente al lenguaje y habilidades visoespaciales también
siguen un patrón paralelo de maduración en el hemisferio derecho en
la mayoría de los niños. La interpretación de los estudios es difícil,
porque cada una de las funciones psicológicas superiores, como la
categorización por pruebas de inteligencia, rompecabezas
perceptuales o pruebas maestras del lenguaje está regulada por la
actividad cooperadora de muchos subsistemas cerebrales. Algunos de
estos logros maduran rápidamente, mientras otros permanecen
indefinidos y aún adaptándose por años o década después del
nacimiento. El patrón de maduración puede comenzar en regiones que
todavía están experimentando crecimiento y diferenciación causando
anomalías de desarrollo secundarias [27,31].
Algunas investigaciones con gatos, muestran que durante el período
postnatal, cuando los cambios sinápticos del córtex se están
elaborando y modelando, las conexiones interhemisféricas entre zonas
visuales y somestésicas experimentan cambios plásticos a gran
escala. En el nacimiento, las neuronas se proyectan al hemisferio
opuesto por el camino del cuerpo calloso; estas, están ubicadas en el
córtex sensorial. Existen zonas que tienen conexiones callosas
51
interpuestas con zonas que no tienen dichos eslabones. Algunos
experimentos muestran que la experiencia visual pude estabilizar las
neuronas callosas y guiar hacia retención selectiva de conexiones que
integran campos corticales en forma particular [27]. Es probable que
cada hemisferio cargue consigo los mecanismos necesarios para
generar habla, representación bilateral completa de los campos
visuales. Un cociente intelectual (CI) verbal mayor al promedio
asociado con síndrome leve de hemisferio derecho puede indicar que
invasión del hemisferio no dominante para funciones del lenguaje
tenga circuitos para mediar los procesos visoespaciales [27,33,34].
Datos clínicos y experimentales sugieren que la percepción del habla
está lateralizada en el hemisferio dominante dentro de los primeros
cinco años después del nacimiento [27]. Después de esto, un gran
desarrollo se expande dentro del hemisferio izquierdo, posiblemente
como un efecto secundario, pero probablemente por desarrollo de
sistemas de lenguaje primario con ciclos largos de diferenciación [31].
Pruebas psicológicas en bebés muestran que la categorización
perceptual de los sonidos del habla, dentro de entidades que
corresponden con consonantes y sílabas en la producción de
maduración de hablantes, ocurre muy tempranamente en niños,
probablemente desde el nacimiento [23]. Más aún, algunos estudios
de EEG han revelado potenciales evocados, distintivos para los
sonidos del habla en el hemisferio izquierdo de neonatos así, como en
adultos, comparados a los potenciales evocados por melodías o ruidos
[27,28,31]. “Estos hallazgos soportan el punto de vista que ciertos
mecanismos preceptúales complejos especializados para regular el
habla son innatos en el hombre y funcionan en algún nivel en la
infancia, aún cuando el infante no puede entender la información
52
precisa acerca de la realidad de que el lenguaje intenta transmitir” [31].
Así se tiene que hay regiones que están conectadas primariamente
con el tálamo o con el tallo cerebral y la médula espinal sobre la rama
aferente, el córtex calcarino en el lóbulo occipital y giro de Herschl. En
el giro temporal transverso, está la región cortical primaria para la
recepción visual y auditiva respectivamente. El siguiente nivel de
procesamiento involucra la corteza sensorial de asociación. En el
hemisferio izquierdo la corteza de asociación auditiva incluye el plano
temporal posterior y la región adyacente en el giro temporal
posterosuperior. Estas regiones son el área de Wernicke y en la
mayoría de los adultos, se encuentra en el hemisferio izquierdo. La
corteza de asociación visual del lóbulo occipital se mezcla dentro de la
unión parieto-occipito-temporal. La corteza de asociación está definida
por esta proyección de la corteza sensorial primaria, pero también está
la conexión transcallosa con el cerebro contralateral homólogo [30].
La corteza de asociación visual, opera por un método de pasos
específicos para la discriminación de rasgos [33] y altos niveles de
discriminación en regiones de modalidad específica, así como aquéllas
que responden al color [34]. Programas dentro de este sistema de
asociación sensorial están marcados con un decremento en el cúmulo
de contactos directos con la periferia y un incremento en el cúmulo de
contacto con otra región cortical relacionada. Finalmente, hay un área
de corteza de asociación en la cual no está ampliamente especificada
para una única modulación sensorial. Este giro estrecho alrededor del
límite posterior del surco temporal superior, está considerando parte
del lóbulo parietal inferior. Este es el entrecruzamiento de los centros
de asociación de los sistemas auditivo, visual y táctil. Conexiones
intrahemisféricas de y hacia del giro angular, están ampliamente
53
limitadas a esta región adyacente de asociación (Figura 3) [30, 35].
Figura 3.
54
motoneuronas del tallo cerebral. Esta vía corticobulbar es la ruta a
través de la cual la integración rápida de los movimientos
bucofaciolinguales necesarios para controlar el habla. Conexiones
intrahemisféricas extensivas de esta región del córtex de asociación
motora sugieren que la corteza de asociación está en posición de
modular e integrar pasos múltiples, movimientos musculares múltiples,
tales como los que se requieren para el habla. La zona en la región
prerrolándica inferior del opérculo frontal del hemisferio izquierdo es
llamada área de Broca [30]. Esta área también envía señales hacia
una región relacionada de la corteza premotora que regula la
respiración. Por lo tanto, al mismo tiempo que ocurren los movimientos
laríngeos y bucales, los músculos respiratorios se contraen para
proveer el aire necesario al proceso del habla [1]. Así con las regiones
de asociación sensorial esta corteza de asociación motora, está
extensivamente conectada a regiones homólogas del hemisferio
derecho por la vía transcallosa [30]. Áreas de asociación posteriores
(sensorial) tienen importantes proyecciones hacia la corteza frontal de
asociación [35]. El lóbulo frontal anterior del opérculo no tiene la
misma anatomía celular, como el área de Broca y el giro precentral y
las funciones motoras del habla no son tan obvias. Hay evidencia, sin
embargo que porciones extensas de esta corteza premotora, están
involucradas en la producción del lenguaje (Figura 3) [30].
Por lo anterior, algunos autores proponen que la “zona del lenguaje”
tiene tres regiones primarias: 1. Una sección anterior, área de Broca;
2. Una sección temporal, área de Wernicke; 3. Una región posterior, el
giro angular. Estas fueron pensadas para representar centros motores
del habla, imagen verbal auditiva e imagen verbal visual
respectivamente (Figura 3).
55
El programa de acción neural para el habla, está localizado en el
córtex prefrontal como otros programas de acciones secuencialmente
organizadas para movimientos simples o complejos. Estos programas,
como se ve en los estudios de imagen, se usan tanto en la percepción,
como en la producción del lenguaje [36].
Los estudios de PET y SPECT, demuestran activación de regiones
prefrontales circunscritas, durante el examen del lenguaje, las cuales
probablemente representan sub-unidades funcionales subscritas al
habla [36, 8]. Existen algunos sub-unidades en la participación del lado
izquierdo en la expresión e interpretación del contenido semántico, del
mensaje verbal. La región prefrontal dorsolateral, del lado izquierdo,
puede también contribuir al “trabajo de la memoria”, mecanismos que
pueden ser prerrequisitos para la producción e interpretación del
contenido del lenguaje [37]. Las subunidades prefrontales del lado
derecho, parecen estar involucradas en el aprendizaje, aspectos
atencionales más globales del lenguaje, así también como en los
mecanismos de control de la prosodia.
Finalmente la emoción está relacionada a los aspectos del lenguaje e
involucran el cíngulo mesial prefrontal del córtex [36].
El contexto semántico de un mensaje verbal, tiene una importante
organización temporal inherente. Este es el final de secuencias finales
de fonemas, morfemas, palabras y sentencias en donde el significado,
el contenido semántico del hablar o del mensaje escrito convergen.
Por lo tanto, parece lógico que estructuras corticales prefrontales,
conozcan el control, la organización temporal del desarrollo y el
conocimiento y esto podría ser involucrado muy claramente en la
producción e interpretación de mensajes verbales semánticamente
significativos [36].
56
El habla automática aparentemente requiere poca actividad prefrontal.
Sin embargo. El lenguaje silente, continúa requiriendo la programación
de un estricto e íntimo registro prefrontal serial y temporalmente
organizada, para ser leído en la mente. Pero aparentemente, el habla
en silencio también extiende su actividad a regiones con centros
relacionados con el habla motora, en las regiones rolándicas bajas, así
también como las funciones léxicas relacionadas al área de Wernicke
[36].
El sector perisilviano anterior, situado en el lado frontal de la cisura de
Rolando, alberga estructuras que son, tal parece, responsables de los
ritmos del habla y de la gramática. Los núcleos basales izquierdos son
parte integrante de este sector, como lo son también del perisilviano
posterior. El sector entero, se muestra estrechamente asociado con el
cerebelo; núcleos basales y cerebelo, reciben proyecciones
procedentes de muy diversas regiones sensoriales de la corteza y
remiten, a su vez, proyecciones a áreas relacionadas con el
movimiento [38]. Sin embargo, el papel que desempeña el cerebelo en
el lenguaje y en la cognición, sigue aún sin elucidar [38, 36].
Los ganglios basales, sirven para reunir los componentes de mociones
complejas en un todo más uniforme y parece razonable, que puedan
efectuar una función análoga, juntando en las frases las formas
léxicas. Estas estructuras neurales, se hallan en íntima interconexión
con las unidades de la medición sintáctica que hay en la corteza
frontoparietal de ambos hemisferios [38].
Entre los sistemas cerebrales procesadores de los conceptos y los que
generan las palabras y las frases, yacen los sistemas mediadores [38].
Los sistemas de mediación no sólo seleccionan las palabras
adecuadas para expresar un determinado concepto, sino que dirigen
57
también la generación de estructuras sentenciales que expresan
relaciones entre conceptos. Cuando una persona habla, estos
sistemas rigen a los responsables de la formación de las palabras y la
sintaxis; cuando una persona entiende lo que se habla, los sistemas
de formación de palabras guían a los sistemas mediadores [38].
Las pruebas de que existen sistemas de mediación léxica, encerrados
en determinadas regiones del cerebro, son sólidas. Las estructuras
neurales que median entre los conceptos y las formas léxicas, parecen
hallarse escalonadas de atrás hacia adelante, a lo largo del eje
occípitotemporal del cerebro [38].
La mediación para muchos conceptos generales, parece ocurrir en la
zona posterior de las regiones temporales del lado izquierdo, la
mediación, para conceptos muy específicos, acontece en la parte
frontal, cerca del polo temporal izquierdo. El segmento temporal del
giro lingual izquierdo interviene, en la mediación, entre las ideas del
color y los nombres de los colores, mientras que la medicación entre
los conceptos relativos a las personas y sus correspondientes
nombres, requieren estructuras neurales del extremo opuesto de la red
en la parte anterior izquierda del lóbulo temporal (Figura 3) [38].
Por lo anterior, Damasio propone que el cerebro procesa el lenguaje
por medio de tres grupos de estructuras, que actúan influyéndose
recíprocamente. Primero, un amplio sistema neural, que hay en los
dos hemisferios, representa las interacciones no lingüísticas entre el
cuerpo y su entorno, mediadas por diversos sistemas sensoriales y
motores; es decir, todo lo que la persona hace, percibe, piensa o
siente mientras actúa en el mundo [38].
El cerebro no sólo clasifica estas representaciones no lingüísticas (por
aspectos tales como la forma, el color, la secuencia o el estado
58
emocional), sino que también crea otro nivel de representación, para
los resultados de su clasificación. Así es como la gente organiza los
objetos, los sucesos y las relaciones. Los sucesivos estratos, de
categorías y representaciones simbólicas, constituyen la base para la
abstracción y la metáfora [38].
Segundo, un número menor de sistemas neurales, localizados por lo
general en el hemisferio cerebral izquierdo, representa los fonemas,
las combinaciones fonémicas y las reglas sintácticas para combinar
las palabras. Si se les ha estimulado desde el interior del cerebro,
estos sistemas reúnen las formas verbales y generan las frases que se
han de pronunciar o escribir. Si el estímulo procede del exterior, (por el
habla o por algún texto) efectúan el procesamiento inicial de las
señales del lenguaje auditivo o visual [33,38,36].
Un tercer conjunto de estructuras, en una buena parte, localizado en le
hemisferio izquierdo, sirve de intermediario entre los dos primeros [38].
Por el contrario, el cerebro sí retiene un registro de la actividad neural,
que se da en la corteza sensorial y motora, durante la integración, con
un determinado objeto. Los registros son pautas de conexiones
sinápticas que pueden crear de nuevo las distintas agrupaciones de la
actividad, que definen un objeto o un suceso; cada registro puede
también estimular a los relacionados con él.
El cerebro no representa meramente aspectos de la realidad exterior,
sino que también registra como el cuerpo explora el mundo y va
reaccionando al mismo. Los procesos neurales que describe la
interacción, entre el individuo y el objeto, constituyen una rápida
secuencia de micropercepciones y microacciones, casi simultáneas
con respecto a la conciencia, produciéndose en distintas regiones
funcionales. Cada región se subdivide a su vez, en más porciones
59
[38].
Los registros que aúnan todas estas actividades fragmentarias, se
incorporan en conjuntos de neuronas que hallamos en las numerosas
regiones de “convergencia” del cerebro. En estos sitios, los axones de
las neuronas que proyectan información previsora (feedforward) desde
una parte del cerebro, convergen y se juntan con las recíprocamente
divergentes proyecciones de retroalimentación (feedback) que vienen
de otras zonas cerebrales. Cuando la reactivación producida en las
zonas de convergencia estimula las proyecciones, retroinformadoras
muchos grupos de neuronas anatómicamente separadas y
ampliamente distribuidos se disparan a la vez y construyen patrones
de la actividad mental, que ya se habían construido en otras ocasiones
[38].
Además de almacenar la información sobre experiencias con objetos,
el cerebro clasifica también esa información, de suerte que los
sucesos y los conceptos relacionados entre sí; formas, colores,
trayectorias en el espacio y en el tiempo y los correspondientes
movimientos y reacciones del cuerpo pueden ser reactivados juntos.
Estas clasificaciones las denota un registro más en otra zona de
convergencia. Las propiedades esenciales de las entidades y los
procesos implicados en cualquier interacción, quedan así
representados de manera muy estrecha [35,38].
La actividad de la red, puede reconstruir un conocimiento, de modo
que la persona lo experimente conscientemente; también puede
activar un sistema que medie entre el concepto y el lenguaje, haciendo
que se generen con pertinente correlación, las formas verbales y las
estructuras sintácticas. Puesto que el cerebro clasifica a la vez
precepciones y acciones en dimensiones muy diferentes, no es difícil
60
que emerjan de esta arquitectura representaciones simbólicas, como
la metáfora [38].
Es probable que los dos sistemas, el cortical “asociativo” y el
subcortical “para los hábitos”, funcionen en paralelo durante el
procesamiento del lenguaje. El que predomine uno u otro sistema,
dependerá de la historia de la adquisición del lenguaje y de la
naturaleza de cada caso; la mayoría de la gente adquiere el tiempo
pasado, de los verbos irregulares (caber, cupo, cabido) por medio del
aprendizaje “asociativo” y en cambio, el de los verbos regulares, por
medio del aprendizaje habitual [38].
61
con los de su misma edad. El trabajo inicial de Chomsky (1957)
pareció iniciar una observación cercana del surgimiento de la sintaxis
en las etapas tempranas del lenguaje. Ante el impacto de Chomsky y
sus análisis detallados de sintaxis, particularmente en comparación al
surgimiento de la sintaxis en los pequeños empleada en el habla de
los adultos, hizo que la evaluación del lenguaje por terapeutas del
lenguaje y audiólogos se esforzara en encontrar la "causa" y el
"porque" de los trastornos del lenguaje en los niños. Ahora los
terapeutas del lenguaje tienen varias pruebas disponibles que les
permiten la evaluación del lenguaje del preescolar atendiendo
aspectos del lenguaje como sintaxis, semántica y pragmática
[9,39,40].
Tomando en cuenta los distintos procesos en juego en el acto de la
palabra, se acostumbra distinguir:
- los trastornos de la voz o disfonía, sí es la emisión sonora la que está
perturbada (voz ronca, mal impostada, etc.)
- los trastornos de articulación o dislalia; el sujeto deforma la
pronunciación de uno o de varios sonidos o fonemas (K es sustituida
por T, impureza de la S, reducción de la consonante doble, etc.)
- los trastornos de la palabra (con frecuencia llamados retraso de la
palabra); la perturbación alcanza no a la articulación de un sonido
aislado o de un grupo de sonidos sino a la pronunciación de las
palabras. Se trata de una alteración que afecta al encadenamiento de
los sonidos en el interior de las palabras; el niño invierte el orden de
las sílabas (aminal-animal, caterrilla-carretilla). La palabra no puede
reproducirse correctamente en su conjunto mientras que los fonemas
aisladamente. El niño es capaz de decir por ejemplo cu-chi-llo pero en
62
la palabra dirá tuchillo. El retraso en la palabra raramente va aislado,
casi siempre forma parte de un retraso de lenguaje.
- los trastornos de ritmo de la elocución, tartamudez y farfulleo.
- los trastorno del lenguaje propiamente dicho: ausencia, retraso, que
afectan a la vez al vocabulario (limitado, aproximativo), a la
construcción de los enunciados y a la organización del discurso [41].
Aparte de los trastornos del lenguaje que aparecen en un contexto
etiológico preciso (trastornos auditivos, intelectuales, neurológicos,
psicóticos), existen numerosos síndromes clínicos caracterizados por
alteraciones más o menos graves de las funciones lingüísticas.
Existe un problema, y emplearemos el término "problema" para
destacar, por una parte, que no existe un consenso general para
nombrar estos padecimientos, los diferentes puntos de vista
adoptados en cuanto al buen fundamento de una clasificación y por
otra parte, las dificultades para establecer criterios satisfactorios de
clasificación.
Sin embargo en general los trastornos del lenguaje en niños pueden
ser divididos dentro de dos categorías generales [42]:
1.- Trastornos adquiridos y
2.- Trastornos del desarrollo
63
disturbios de lenguaje adquirido son clasificados sobre las bases de
ser:
1.- predominantemente receptivo,
2.- predominantemente expresivo ó
3.- afasia receptiva-expresiva.
Los trastornos del desarrollo del lenguaje están definidos como una
inadecuada y usualmente retardo en la adquisición del lenguaje en
ausencia de déficit mental, pérdida auditiva, problema
emocional/social y depravación ambiental severa. En niños
preescolares, los trastornos del desarrollo del lenguaje son un
diagnóstico clínico el cual se realiza usualmente por pruebas de
lenguaje más formales.
Sin embargo, un disturbio del desarrollo del lenguaje (disfasia) puede
ser manifestada por falla del desarrollo del lenguaje, retardo en la
adquisición del lenguaje, o desarrollo de desviaciones del lenguaje. La
disfasia no es resultado de una disfunción cerebral adquirida [42].
En la mayoría de las inhabilidades del lenguaje en niños, la variedad
de la alteración es en el desarrollo, referido como disfasia. Para
señalarla, no hay un acuerdo sobre la clasificación de las alteraciones
del desarrollo del lenguaje. Por tanto, prácticamente se ha definido y
comúnmente identificado por exclusión. Típicamente esto se ha
acompañado del uso de la combinación de algunos de los siguientes
criterios:
1.- Una alteración del lenguaje que existe en la ausencia de ningún
trastorno psicológico severo.
2.- Una alteración de lenguaje que existe en ausencia de deprivación
ambiental severa.
64
3.- Una alteración de lenguaje que existe dentro del contexto de un
potencial intelectual adecuado.
4.- La presencia de un CI verbal que es de 12 a 15 puntos menor que
el CI de ejecución.
5.- Desempeño de las funciones sobre una prueba del lenguaje
estandarizada que está dos años por debajo del nivel de la edad
esperada o por debajo de más de una desviación estándar de la
norma.
6.- Ausencia de alguna lesión cerebral conocida (42).
65
Síndrome Fonológico - Sintáctico.- Este patrón está caracterizado por
muy pobre habla, problemas articulatorios, de sintaxis y anomia
(generalmente presentes). La comprensión es variable encontrándose
siempre mejor que la expresión [42].
Por otro lado Rapin y Allen (1987) [31,44,43] han descrito 6 diferentes
subtipos de trastornos de desarrollo del lenguaje basándose en la
clasificación del DSM-III y de estudios clínicos en niños preescolares.
Definiendo al trastorno de desarrollo de lenguaje como un síndrome
caracterizado por déficit en comprensión, procesamiento, producción
y/o uso de lenguaje, no acorde con su edad mental. Estos subtipos
son:
Trastornos expresivos.
1.- Dispraxia verbal
Severamente no fluente o no verbal, desajuste articulatorio importante;
comprensión normal o cerca de la norma.
2.- Trastorno deficitario de la programacion fonologica.
Fluente pero ininteligible, comprensión normal o cerca de lo normal.
66
No fluente o no verbal, desajuste articulatorio; expresión limitada a
palabras simples o frases cortas; desajuste severo de la comprensión
del lenguaje oral.
67
una dificultad innata, duradera y relativamente autónoma para la
adquisición y manejo del código lingüístico. Se señala que es una
dificultad innata porque se manifiesta desde el inicio del desarrollo
lingüístico del sujeto, que surge con retraso y lo hace con
determinadas distorsiones que diferencian al TEL del retraso simple
del lenguaje, y se diferencia de los trastornos adquiridos, incluso en
época temprana, tras un período de desarrollo lingüístico normal.
En la definición del TEL también se señala que es un trastorno
duradero porque, o bien acompaña al sujeto de forma manifiesta a lo
largo de su vida, o bien, en muchos casos de menor gravedad –tras
una relativa ‘normalización’ de los recursos lingüísticos normales con
el paso de los años y con la ayuda de las intervenciones logopédicas–,
la afectación innata del lenguaje puede manifestarse ulteriormente e
interferir en el proceso de aprendizaje de la lectoescritura, en la
construcción del discurso verbal complejo (descripción, narración,
conversación), y en las modalidades de trabajo mental que se apoyan
en el lenguaje (inferencias, cálculo, etc.). Por último, en la definición se
destaca que el TEL es una afectación relativamente autónoma
(específica) del desarrollo del lenguaje, ya que no depende de un
déficit sensorial, motriz, intelectual o socioemocional que lo justifique;
es un trastorno intrínseco del procesamiento del lenguaje. Esto último
es precisamente lo que ha dado pie al calificativo de trastorno
específico [47,48]. Al matizar que su autonomía es relativa también se
hace referencia al hecho de que el TEL puede coexistir con retraso
intelectual, con trastornos de la gama autista, etc. (49, 50), y que es
preciso tener en cuenta las influencias recíprocas entre lo
estrictamente lingüístico y el resto de las variables cognitivas y
comunicativas.
68
La velocidad de procesamiento en niños difásicos en actividades
lingüísticas y no lingüísticas es generalmente más lenta que la de
niños con un lenguaje normal [51,52]. Los niños con TEL pueden
presentar dificultades en la memoria verbal a corto plazo (memoria de
trabajo fonológica), y esto hace que tengan problemas para retener las
representaciones de las formas fonológicas [53,54]. La repetición de
pseudopalabras, como medida de memoria fonológica de trabajo,
suele considerarse como un buen marcador psicolingüístico en
relación con la identificación de esta patología [55,47). La percepción
temporal y la memoria de trabajo verbal son imprescindibles para la
conciencia fonológica y ésta es importante también para la
descodificación grafofonémica de la lectura; por lo tanto, algunos niños
disfásicos –de forma especial los que presentan trastornos
fonológicos– tienen un riesgo alto de desarrollar trastornos de lectura,
y esto influye en los distintos dominios académicos [56-58].
Basándose en la clasificación universalmente conocida de Rapin y
Allen [31,59] N. Crespo-Eguílaz y J. Narbona (2006) hacen una
clasificación de los subtipos de TEL en una muestra de niños afectos,
españoles hispanohablantes [46]. La cual y cuyas características se
resumen en la Tabla 1.
69
Tabla 1. Clasificación Subtipos Clínicos y Variables Psicolingüística Afectadas
Agnosia Verbal
auditiva
++ + + + + +
Trastorno
Fonológico + ++ + ++
Sintáctico
Trastorno Léxico
Sintáctico
+ + ++ ++ +
Trastorno
Fonológico
++
Trastorno
semántico ++ ++
pragmático
Trastorno
pragmático
++
Nota: Déficit mixto de la vertiente receptiva y expresiva: agnosia verbal auditiva, trastorno
fonológico-sintáctico y trastorno léxico-sintáctico. Déficit de la vertiente expresiva:
Trastorno fonológico. Déficit de la funciones psicolingüísticas: trastorno semántico-
pragmático y trastorno pragmático.
70
El meato acústico externo o conducto auditivo externo, es un conducto
que se encuentra entre el pabellón auricular y el tímpano. Tiene una
parte cartilaginosa envuelta por el cartílago auricular. Su parte ósea
discurre dentro del meato acústico externo [61].
El conducto auditivo externo conduce la onda sonora hacia la
membrana timpánica, contribuye también a que el aire tenga la misma
temperatura a uno y otro lado de la membrana timpánica. Además
esta estructura transforma las ondas sonoras esféricas en planas y
refuerza la resonancia de las frecuencias comprendidas entre 2.000 y
4.000 Hz [62]. El oído externo tiene un papel de protector de la
membrana timpánica contra las agresiones del medio externo, y
también un papel de amplificación no despreciable. Esta amplificación
ha podido medirse situando frente al tímpano sondas microfónicas en
miniatura que no modifican la configuración interna del conducto
auditivo eterno. El oído externo determina una amplificación de
intensidad de 10 a 15 dB sobre una gama de frecuencias comprendida
entre 1,5 y 7 kHz. Cada uno de los dos elementos del oído externo
contribuyen a esta amplificación: el pabellón con un pico de
resonancia de 5 kHz y el conducto auditivo externo con un pico de
resonancia de 2,5 kHz [63].
71
El tímpano está compuesto por tres capas; la capa externa, que se
continúa con el recubrimiento cutáneo del conducto auditivo externo; la
capa media, que está compuesta por fibras de tejido conectivo
dispuestas de modo radial y circular, y la capa interna, que se continua
con la membrana mucosa de la cavidad timpánica [60].
El tímpano es sensible de vibrar con las ondas sonoras que le llegan
por el meato acústico externo, vibración que transmite al mango del
martillo y consecuentemente a la cadena de huesecillos del oído
medio, que las hacen llegar a la ventana vestibular y hacen vibrar la
perilinfa [61]. Su cara interna está unida al mango del martillo que
desde fuera aparece como una banda ósea incrustada, orientada
rostro ventralmente, la tensión que ejerce el músculo tensor del
tímpano en sentido dorsal y medial le confiere cierta concavidad [61].
Los huesecillos del oído medio son tres huesos pequeños (martillo,
yunque y estribo) en la cavidad timpánica de los mamíferos.
Conforman una cadena que se extiende de la membrana timpánica a
la ventana oval, la cual se conecta con el oído interno [60]. El martillo
está íntimamente insertado entre las capas de la membrana timpánica
en su porción del mango, y de él parten los ligamentos
timpanomaleolares anterior y posterior que dividen a la membrana
timpánica en pars flácida y pars tensa. La cabeza del martillo se
articula con el cuerpo del yunque (sinartrosis), y éste a través de su
apófisis larga se articula con la cabeza del estribo; a su vez, la platina
del estribo se inserta en la ventana oval y estimula a los líquidos
perilaberínticos en el proceso de la audición [65].
El eje de rotación del bloque timpanomaleoincudal, se ejecuta
alrededor de un eje de rotación horizontal representado por la línea
que sería la ligazón entre el ligamento posterior del yunque y el
72
ligamento anterior del martillo. Este eje, en medio del cual está situado
el centro de gravedad del bloque osicular, constituye el eje de
oscilación del tímpano [63].
El oído medio actúa como adaptador de impedancias gracias a dos
mecanismos de amplificación:
1. Amplificación de fuerza resultante de un efecto palanca de la
cadena osicular.
2. Amplificación de presión debida a la diferencia entre la superficie de
la membrana timpánica y la superficie del estribo.
La trompa de Eustaquio conecta la cavidad timpánica con la faringe y
se encarga de que la presión de aire en la cavidad timpánica sea la
misma que en el exterior del organismo. La trompa se abre
activamente por la acción de los músculos elevadores y tensores del
paladar, durante la deglución, la masticación y el bostezo.
Para que el sistema timpanoosicular vibre en la caja timpánica, la
presión en está debe de ser igual a la que existe en el exterior. La
función de la Trompa de Eustaquio es proporcionar una vía aérea
desde la nasofaringe al oído para igualar las presiones en ambos
lados de la membrana timpánica [60].
Las funciones principales del oído medio son la transmisión de las
ondas sonoras al oído interno; la cadena timpanoosicular tiene la
misión de transformar las vibraciones aéreas en variaciones de
presión de los líquidos del oído interno, la transmisión de las
variaciones de presión es posible por el juego de las ventanas oval y
redonda que vibran en fases opuestas y compensan así la adaptación
del líquido laberíntico [63]. Los movimientos de la base del estribo
generan ondas en la perilinfa del laberinto, las cuales causan que vibre
73
la membrana basilar. Al moverse esta membrana produce que se
mueva la membrana tectoria.
En los mamíferos las ondas sonoras estimulan los neuromastos
(papila auditiva o los órganos de Corti), que son los órganos sensibles
al sonido. En algunas especies, los haces pilosos o cilios que se
asoman directamente en el líquido que los rodea. La célula pilosa es el
receptor sensorial común de los órganos vestibulares y los de la
audición [66]. La flexión de los cilios en una dirección aumenta el flujo
y la flexión en la dirección opuesta disminuye la corriente iónica. Esta
corriente fluctuante reproduce, dentro de ciertos límites, a la señal
acústica que llega al oído [60].
Dentro de un contexto muy restringido, la transducción
mecanoeléctrica se refiere al proceso por el cual una deflexión de los
pelos sensorios se convierte en una corriente iónica a través de los
canales mecanosensitivos que se encuentran en la parte apical de los
pelos sensorios.
Algunas de las propiedades de las células pilosas es que son rápidas,
directas y unidireccionales, esto es, las células pilosas detectan
solamente el componente de un estímulo dirigido paralelamente al
plano del epitelio sensorial y al eje de orientación del haz de pelos
sensorios. Otra característica de estas células pilosas es que los
canales de transducción están localizados cerca del ápice más distal
de los estereocitos [66].
74
la parte anterior auditiva del laberinto [63]. El laberinto vestibular
consiste en canales semicirculares, los cuales detectan la rotación,
más receptores de gravedad. La porción acústica del laberinto es la
cóclea, esta contiene un tubo lleno de líquido, enrollado alrededor de
una corteza ósea central, el modiolo [65].
El órgano de Corti es un neuroepitelio especializado que descansa
sobre la membrana basilar, la cual contiene células sensoriales de la
audición. El órgano de Corti está dividido en dos partes, interna y
externa, por células ricas en citoesqueleto: los pilares de Corti. Estos
pilares delimitan y forman lo que es el túnel de Corti que contiene la
cortilinfa. Está recubierto por una membrana llamada, membrana
tectorial [50] y se encuentra en la membrana basilar, con las células
ciliadas. Junto al modiolo está el ganglio espiral de Corti, que es donde
se agrupan los somas de las neuronas que están conectadas a las
células ciliadas, y de donde parte el nervio auditivo (Figura 4) [60].
75
Figura 4.
77
produce la transducción o transformación de la energía mecánica en
energía bioeléctrica [62].
La mecánica coclear comienza cuando esta es alcanzada a través de
la cadena osicular del oído medio por las vibraciones. Estas
vibraciones producen un movimiento del estribo en la ventana oval,
este movimiento provoca una onda de presión en la rampa vestibular y
un desequilibrio a una y otra parte de la membrana basilar, soporte del
órgano de Corti. El desplazamiento del canal coclear da lugar a una
onda que se propaga a lo largo de la membrana basilar hacia el ápex.
Los movimientos del canal coclear se transmiten a las células ciliadas
sensoriales a través de diversos mecanismos [63].
Las estructuras y los fenómenos ligados a la transducción en una
célula sensorial comienzan en la célula ciliada coclear que se clasifica
como un segundo receptor, en donde la célula receptiva es una
neurona especializada que ha perdido sus ramificaciones axonales. En
su polo apical, la célula recibe una estimulación mecánica, mientras
que en su polo opuesto segrega sustancias químicas,
neurotransmisores, que se dirigen a excitar a las neuronas aferentes
cocleares [63].
78
marginales disponen de todas las estructuras necesarias para
asegurar un papel de secreción y resorción [63].
La perilinfa tiene una fórmula iónica inversa, presenta, las
características de un compartimiento extracelular. La tasa de proteínas
en la perilinfa es muy baja (alrededor de 1g/L); todavía es más baja a
nivel de la endolinfa. La perilinfa tendría dos fuentes de producción; la
fuente principal está representada por la red vascular suprastrial que
produciría la perilinfa por ultrafiltración plasmática. La segunda fuente
de producción sería el líquido cefalorraquídeo que comunica con la
rampa timpánica por medio del acueducto coclear [62]. Se ha descrito
un tercer compartimiento líquido, la cortilinfa que irriga el túnel de Corti
y los espacios intercelulares del epitelio de Corti, este líquido comparte
propiedades con la perilinfa [63].
79
transmite a los huesecillos del oído medio hasta el estribo que se
relaciona con la membrana que cierra la ventana oval, aquí se
desarrolla un movimiento de tipo palanca sobre la ventana oval y su
recorrido produce vibraciones en el líquido perilinfático que a su vez
las transmite a la membrana basilar donde se hallan los receptores
[60].
El mecanismo de estimulación de la cóclea se produce a partir de la
frecuencia y amplitud de las ondas sonoras a través de
desplazamientos de la membrana basilar dando como resultado una
onda viajera que en cierto sitio de la membrana presenta una cresta
más amplia [67].
La combinación de las fibras del nervio auditivo está preservada a
nivel del núcleo coclear: las fibras que tienen las frecuencias
características más altas atraviesan la parte dorsomedial, mientras
que las que tienen la frecuencia características más bajas atraviesan
la parte ventrolateral [63]. Al oscilar hacia arriba la membrana basilar
en la cresta de la onda, los cilios de las células receptoras auditivas se
deforman al ser proyectados hacia la membrana tectorial sobre la cual
se deslizan rozándola; en este momento se produce la activación de
los receptores. Las células ciliadas están en relación con
terminaciones nerviosas de dos tipos: las ramas periféricas de las
neuronas del ganglio espiral y son por consiguiente, aferentes; otras
llevan impulsos a las células ciliadas, son por lo tanto, eferentes [67].
Las neuronas aferentes conducen la información de los receptores a
los centros a través de la rama coclear del VIII; sus somas se hallan
situados a lo largo de la unión de la lámina espiral con el modiolo y en
conjunto constituyen el ganglio espiral. Las ramas periféricas de las
neuronas cocleares se ponen en contacto con la parte basal de las
80
células ciliadas cuyo citoplasma contiene vesículas sinápticas en la
zona de contacto con la terminación nerviosa [67].
La inervación eferente periférica se descompone en tres fascículos
principales; fascículo olivococleares y no cruzados, que provienen de
las olivas superiores, respectivamente contra y homolaterales a la
cóclea, y el fascículo reticulococlear, que proviene de la formación
reticulada [63]. Estas fibras eferentes provenientes de las neuronas
situadas en el puente en una región dorsal a la oliva superior, cursan
por el haz olivococlear dirigiéndose al órgano de Corti [67].
81
fibras sensitivas del nervio coclear, que termina sinópticamente en la
base de cada célula vellosa.
Cada fibra auditiva aferente y la propia célula vellosa con la que se
conecta tienen un umbral mínimo a una frecuencia [14].
Las neuronas conducen la información de los receptores a los centros
a través de la rama coclear del VIII par craneal. La información
conducida por la rama coclear del VIII par llega al núcleo coclear que
constituye al primer nivel sináptico central de la vía auditiva, situado en
la unión del bulbo y el puente [69].
La combinación de las fibras del nervio auditivo está preservada a
nivel del núcleo coclear, las fibras que tienen más altas frecuencias
atraviesan la parte dorsomedial, mientras que las frecuencias más
bajas atraviesan la parte ventrolateral. De esta manera las fibras del
nervio coclear reaccionan a todos los límites del sonido audible y
pueden distinguir y resolver complejos de sonidos [14].
82
multipolares, por último el NCD está compuesto por células
multipolares gigantes y células fusiformes [63].
Los núcleos cocleares dan origen a fibras secundarias que hacen
sinapsis en diferentes niveles: complejo olivar superior, núcleo del
lemnisco lateral y colículo inferior [67].
El NCD es una estructura laminar compleja que recibe impulsos del
nervio auditivo y por otras fuentes, incluyendo algunos no auditivos.
Los axones aferentes forman uno de los mayores pasajes
ascendentes al colículo contra lateral inferior. Como resultado de este
proceso interneuronal, las principales células del NCD emiten
respuestas complejas y no lineales al sonido [70].
83
de frecuencia baja se encuentran en la parte dorsal de la OSM,
mientras que las frecuencias elevadas en la parte ventral [63].
Las fibras aferentes hacia los núcleos preolivares medial y lateral,
provienen de los núcleos cocleares ventrales. Las células el núcleo
preolivar lateral sólo están activadas por estimulación homolateral; a la
inversa las células del núcleo preolivar medio sólo pueden activarse
por la estimulación contralateral. Los axones de estas neuronas se
unen al lemnisco lateral homolateral (Figura 4) [69].
84
El colículo inferior (CI) o tubérculo cuadrigémino posterior es una
estación de enlace importante de las vías auditivas centrales. Forma
parte del techo del mesencéfalo [69]. Está constituido por dos núcleos;
el núcleo y central y el núcleo dorsomedial rodeados por un córtex
(núcleo pericentral y núcleo externo). La mayoría de las fibras del
lemnisco lateral terminan en el núcleo central (Figura 4).
El núcleo central del CI recibe del lemnisco lateral un contingente
heterógeno de fibras correspondientes a neuronas de 2°, 3° y 4°
orden, directas o cruzadas. Las aferencias del núcleo central del CI
proceden del núcleo coclear del complejo de la liba superior, o de los
núcleos del lemnisco lateral [69]. El núcleo dorsomedial y el núcleo
pericentral reciben principalmente aferencias de la corteza auditiva y
constituyen un relé de sistema auditivo descendente. El núcleo externo
está inervado por axones eferentes del núcleo central [63].
Las neuronas del CI se proyectan en los cuerpos geniculados del
tálamo (CGT) último relevo antes de la corteza auditiva. El cuerpo
geniculado medio (CGM) comprende tres divisiones: ventral, medio y
dorsal [63]. El núcleo central del CI se proyecta principalmente en el
núcleo ventral del CGM, éste núcleo recibe del CI proyecciones
ipsilaterales y proyecciones contralaterales que toman la comisura del
CI. El núcleo central del CI envía igualmente algunas fibras al núcleo
medial del CGT. El núcleo dorsal del CGT recibe proyecciones del
núcleo dorsal del lemnisco lateral.
El CI y el CGT no son simples relevos entre los núcleos del tronco
cerebral inferior y de la corteza auditiva, sino centros de elevada
integración. Una parte de las neuronas de estos dos núcleos está
implicada en el tratamiento de las informaciones binaurales. Las
células del CI y el CGT pueden responder a la estimulación separada
85
de cada uno de los oídos [63]. Por último el CI y el CGT son centros
de integración multisensorial. Reciben en efecto, aferencias
vestibulares, somestésicas y visuales a nivel de algunas de sus
subdivisiones. Estas neuronas podrían participar en la integración
multisensorial necesaria en la coordinación de los movimientos,
permitiendo el desplazamiento del animal hacia una fuente sonora y
con una significación de comportamiento [63].
86
nivel de cada una de estas áreas hay una representación tonotópica
de las diferentes partes de la cóclea. Además, cada una de estas
áreas corticales recibe informaciones que proceden de ambo oídos.
La corteza auditiva ocupa una situación profunda a nivel del gyrus
temporal transverso de Heschl situado en la cara insular de la primera
circunvolución temporal escondida en la cisura de Silvio [71].
87
ciliadas externas indica que la activación de grandes números de
células coordinadas puede cambiar la respuesta mecánica de la
cóclea [72].
Las células ciliadas externas son cilíndricas y poseen un capuchón
cuticular con estereocilios en la punta. Como la placa cuticular está
compuesta por material denso de filamentos de actina se considera
que éste es muy rígido. Las células ciliadas externas tienen tres capas
en las paredes laterales: membrana plasmática, enrejado cortical y
subsuperficie de la cisterna. El enrejado cortical consta de dos tipos de
filamentos: actina y espectrina. Con los estudios de microscopía
electrónica se ha demostrado que la actina está organizada en forma
de circunferencia, con 5 a 8 nm de diámetro, y que sus filamentos se
encuentran entrecruzados, a intervalos regulares, por filamentos
delgados de espectrina, de 2 a 4 nm de diámetro. La membrana
plasmática, en su parte externa al entrecruzado cortical, se comunica
con los pilares y contiene alta densidad de partículas membranosas.
La capa más interna de la subsuperficie de la cisterna es muy blanda,
más que la membrana plasmática (Figura 5) [73,74].
88
Figura 5.
89
líquido perilinfático rico en sodio. La diseminación de la perilinfa en la
cóclea no sigue de forma estricta los límites y compartimientos dentro
de la escala. Aunque anatómicamente estén localizados en la escala
media también contienen perilinfa. Los fluidos perilinfáticos y
endolinfáticos están separados porque tienen funciones diferentes
entre las células. Las relaciones estructurales de los diversos fluidos
son de interés funcional, y éstos constituyen la principal ruta por la
cual las sustancias metabólicas pueden alcanzar las células
sensoriales [73, 75].
Los canales iónicos para potasio desempeñan un papel importante en
la respuesta al sonido [76]. Cuando la vía eferente se activa, ésta
provoca la liberación de acetilcolina en las células ciliadas externas. La
acción de la acetilcolina es abrir los canales de potasio y provocar
hiperpolarización de la membrana celular [100]. Las células sensitivas
convierten los estímulos mecánicos en potenciales clasificados para
modular los neurotransmisores. La liberación de éstos depende de los
canales de calcio, con la realización de la sinapsis y, en consecuencia,
de la liberación de vesículas sinápticas. En los mamíferos, las células
ciliadas internas trasmiten el mensaje auditivo al cerebro. Las células
ciliadas externas están envueltas en episodios micromecánicos, que
proporcionan alta sensibilidad y selectividad de frecuencias a la cóclea
[77, 78].
90
mVolts y el potencial de las células ciliadas externas de -70 mVolts, la
eliminación del potencial endococlear podría reducir el potencial
receptor en aproximadamente 50%. El potencial receptor de las
células ciliadas externas disminuye por la despolarización de estas
células, se reduce la concentración intracelular de potasio y aumenta
la de sodio. El cuerpo de las células ciliadas internas vibra cerca y
paralelamente al plano de la membrana basilar. La lámina reticular es
tan fuerte como la superficie de las células ciliadas externas,
empotradas en ésta [79,80].
El descubrimiento de que las células ciliadas externas pueden cambiar
su longitud en respuesta a un estímulo eléctrico influyó en el estudio
de la fisiología coclear. La motilidad es dependiente del voltaje
transmembrana y, así, la hiperpolarización alarga y la despolarización
acorta la célula cilíndrica. Se desconoce el mecanismo que modifica la
forma de las células con las frecuencias acústicas; sin embargo, los
indicios actuales son que la fuerza del mecanismo generador reside en
las partículas intramembranosas. De esta forma, el voltaje
transmembrana controla la longitud de las células ciliadas externas
[81].
5.12 Neurotransmisores
El estado final de transducción es la liberación de un transmisor
químico desde la base de la célula ciliada, el cual estimula el extremo
aferente de las fibras del nervio auditivo.
En la célula ciliada se han identificado pequeñas vesículas que
contienen el transmisor. La sustancia transmisora es liberada por la
célula ciliada y activada por fibras del octavo nervio craneal. Está
91
demostrado que la sinapsis eferente en la base de las células ciliadas
externas contiene acetilcolina.
En la cóclea el glutamato es el principal neurotransmisor que actúa
entre las células ciliadas internas y las neuronas auditivas aferentes de
primer orden. Cualquier disfunción de la actividad de transporte del
glutamato puede agravar el daño a la cóclea [82, 83].
El argumento para un sistema celular de amplificación en la cóclea
depende sólo de la física. La selectividad de la cóclea es tan grande
que puede predecirse por la estructura y conocimiento de sus
materiales. La onda viajera de la cóclea puede propagarse a través de
la membrana basilar, siempre y cuando haya alta viscosidad del fluido
coclear. Para superar esta fuerza de disipación existen dos
sugerencias de lo que sucede. La primera se origina cuando las
células ciliadas se desvían, lo que da lugar a la fuente de la
amplificación coclear. La segunda es consecuencia de los canales
iónicos. En la cóclea de los mamíferos el mecanismo celular más
probable depende de la membrana basolateral de las células ciliadas,
que genera fuerza a través de su longitud, cuando su potencial de
membrana se altera [58, 84].
El producto final del proceso de transducción se trasmite al tallo
cerebral, como un patrón de descarga de las fibras del nervio auditivo.
La actividad en las 30,000 fibras auditivas aferentes se examina, por lo
regular, en una de las dos vías. Los patrones de inervación de los dos
tipos de células ciliadas son diferentes, y la mayor parte de la
información trasmitida al cerebro se origina a partir de las células
ciliadas internas, y no de las externas. En el ganglio hay dos tipos de
neuronas del octavo nervio craneal, las cuales corresponden a tipos
de fibras nerviosas aferentes, que inervan independientemente los dos
92
grupos de células ciliadas. Las neuronas más largas y numerosas
inervan las células ciliadas internas y mandan un axón largo
mielinizado a los núcleos cocleares en el tallo cerebral. El grupo menor
inerva las células ciliadas externas y manda un pequeño axón
amielínico a las neuronas alrededor de la periferia de los núcleos
cocleares [85].
Las estructuras de la pared externa, en particular la estría vascular,
son responsables de la secreción de endolinfa y de la generación del
potencial endococlear. El estímulo coclear termina en las dendritas
aferentes, que transportan el flujo coclear de las células ciliadas
externas; son indispensables para la transducción de la sensibilidad y
selectividad de frecuencias. El sistema olivococlear, el cual tiene un
subsistema cruzado y no cruzado, que se origina en el tallo cerebral,
contralateral e ipsilateralmente. El órgano de Corti recibe inervación
eferente desde neuronas del sistema olivococlear. El descubrimiento
del haz olivococlear permite distinguir dos tipos de fibras eferentes de
acuerdo con la localización del cuerpo celular. El primer sistema
consta de fibras laterales eferentes; los cuerpos celulares están
situados alrededor del núcleo olivar lateral superior. Estas fibras
amielínicas hacen sinapsis con las dendritas de las fibras aferentes
radiales, sobre todo en el sistema medial. El segundo sistema está
compuesto de fibras mediales eferentes; los cuerpos celulares están
situados en el núcleo olivar superior y terminan en las células ciliadas
externas. Algunos estudios posteriores han demostrado que el sistema
medial olivococlear tiene un efecto indirecto en el potencial receptor de
las células ciliadas internas al inhibir la motilidad de las células ciliadas
externas ancladas en la membrana tectoria. Al parecer, su efecto lo
ejercen mediante un sistema receptor nicotínico [ 80,86,87].
93
En realidad, el sistema nervioso central modula la función de las
células ciliadas externas e internas a través de fibras aferentes
mediales y laterales [88, 89]. Las células ciliadas externas
proporcionan una frecuencia dependiente de la influencia de
sensibilidad de las células ciliadas internas. La dependencia de la
frecuencia puede expresarse mejor como una característica de las
bandas de superficie lisa [90]. La fuente de amplificación activa son las
células ciliadas externas. Por cada entrada de frecuencia de sonido,
un grupo de aproximadamente 300 células ciliadas externas amplifica
la vibración de la membrana basilar. Este proceso se denomina
amplificación coclear [76,79,91]. Esta interpretación es consistente con
la pérdida del umbral sensitivo y con la sintonización que se observa
cuando se pierden las células ciliadas externas. Se han propuesto dos
modos de interacción entre las células ciliadas internas y externas:
eléctrico y mecánico [92].
Las células ciliadas externas producen un gran potencial extracelular.
Sugiriendo que estos potenciales influyen a las células ciliadas
internas antes de que los registros intracelulares se obtengan desde
las células ciliadas. En cada sitio, a través de la cóclea, el movimiento
de la membrana basilar manda señales al nervio auditivo por las
células primarias sensitivas de la cóclea: las células ciliadas internas.
Lo primero que pasa en la célula es la desviación del haz de células
ciliadas. Esta desviación, al mismo tiempo que la frecuencia de sonido,
es el primer requisito para la transducción mecano-eléctrica rápida
[84].
Durante la maduración, los cambios de la cóclea son propiedades de
sintonización o afinación. Al inicio, las partes basales de la cóclea se
afinan a bajas frecuencias y de forma gradual cambian sus mejores
94
frecuencias a los rangos de frecuencias altas encontradas en los
adultos. A esto se le llama sitio de cambio. El principio de este
pensamiento ha sido la base de los cambios físicos característicos de
la membrana basilar, la cual tiene rigidez y masa de carga; es un
mecanismo que también puede contribuir a la maduración del
amplificador coclear. Esta maduración puede resultar en un umbral
bajo y en una sintonización definida [93].
6. Propuesta
95
oído izquierdo). Estos hallazgos indican la homogeneidad en el umbral
auditivo.
El comportamiento de la latencia de las ondas I, III, y V y los intervalos
inter-onda I – III, II I– V y I – V a 70 dB no mostraron diferencias
significativas para ninguna onda o intervalo indicando que nuestros
sujetos además de tener audición normal presentaban integridad en la
funcionalidad de las vías auditivas [69, 98-100]. No observamos
diferencias entre los sujetos, como ha sido reportado en niños con
trastornos específicos del lenguaje [7]. Concluyendo que nuestros
sujetos no tenían problemas en la percepción auditiva (hipoacusia) y
presentaban integridad de la vía auditiva [13, 69, 94, 98-100].
Las EOATs constituyen una serie de eventos acústicos complejos que
son asociados con audición normal en edades tempranas
[14,15,17,95] Existen estudios los cuales sugieren que valores de
reproductibilidad total de 50%–70% son adecuados para discriminar
oídos con audición normal de oídos con pérdida auditiva [89,91,101].
Así; podríamos esperar valores altos de reproductibilidad en sujetos
con integridad normal del oído interno y adecuado funcionamiento de
las células ciliadas externas. Es importante hacer notar que la
funcionalidad de las células ciliadas externas no puede ser inferida por
medio de los potenciales auditivos ya que las células ciliadas externas
son primordialmente inervadas por axones descendentes [13,14,97].
También sabemos que por sus características neuronales, las células
ciliadas externas son capaces de modificar la respuesta mecánica
coclear, fenómeno conocido como amplificación coclear [14,17,97], y
“sintonizador” coclear
En nuestros trabajos, la reproductibilidad total observada fue mayor de
70%, sin existir diferencias significativas dentro de ellos (oído derecho
96
vs. oído izquierdo), lo que indicaba que en general la función coclear
era adecuada (Tablas 2, 3, 4) [15, 89,91,96,102, 101]. Sin embargo;
cuando realizamos el mismo análisis pero por banda de frecuencia
observamos que niños algún tipo de trastorno fonológico del leguaje
presentan deficiencias sobre todo en el oído derecho en nuestro caso
niños con Trastorno Fonológico Sintáctico (TFS) tenían deficiencias en
el oído derecho a 4 kHz (Tabla 4). El grupo con Trastorno Fonológico
TF fue el que más alteraciones presentó; con el grupo control se
observaron deficiencias en el oído izquierdo a 3 kHz (Tabla 3), y en el
oído derecho a 4 y 5 kHz. y contra el grupo con TFS a 5 kHz. en el
oído derecho (Tabla 4).
Desde el punto de vista clínico, estos hallazgos son consistentes con
lo reportado en niños con trastornos de lenguaje asociados a una
variedad de eventos neuropsicológicos, incluyendo problemas de
percepción para estímulos auditivos verbales y no verbales y
problemas en memoria auditiva, especialmente en niños con alguna
forma de falla fonológica [94, 103]. Así, niños con TFS tienen
dificultades en la comprensión del lenguaje que se presenta con una
fraseología no contextualizada [46]. En los TF el principal problema es
la imprecisión articulatoria. De esta manera, los fonemas pueden ser
producidos de forma aislada, pero tienden a perderse en palabras
estructuradas o son omitidos de diversas maneras cuando se usan
dentro de la palabra [46, 104, 105].
97
98
99
100
Así mismo en niños con problema de lenguaje donde se encuentra
comprometido el procesamiento fonológico, hemos realizado las
mismas mediciones antes y después de recibir terapia específica de
lenguaje, encontrando una diferencia estadísticamente significativa (P
< 0.01) en la frecuencia de 1KHz al comparar la reproductibilidad antes
y después de la terapia en oído derecho. Este hecho interesante
puede ser explicado y apoya la teoría de nuestros estudios [104-106].
Sabemos que en la cóclea específicamente en el órgano de Corti, las
células ciliadas son los verdaderos receptores auditivos, en particular
las células ciliadas externas que por sus características morfológicas
son capaces de modificar la respuesta mecánica coclear influyendo en
las células ciliadas internas, actuando probablemente como un
modulador de la respuesta coclear. Por lo que en nuestros pacientes
con trastorno de lenguaje se encuentra incluso por debajo de lo normal
la reproductibilidad en las emisiones otoacústicas transitorias en 1Khz
con una media de 57.6% mejorando posterior a 6 meses de terapia de
lenguaje a 80.7%. Por lo que se puede inferir que en los trastornos de
lenguaje de etiología fonológica existe un mal funcionamiento de las
células ciliadas externas [104-106] el cual mejora posterior a la terapia
especifica.
Además considerando que el complejo olivar superior juega un papel
primordial en la binauralidad, siendo el primer sitio de información
cruzada que llega a los núcleos cocleares. Este lugar es donde nacen
las fibras eferentes que constituyen el haz olivo-coclear medial
haciendo sinapsis directamente en la base de las células ciliadas
externas [95]. Con lo que podemos asumir que si las emisiones
otoacústicas transitorias evalúan la funcionalidad de dichas células
[14,95], entonces existe un mal funcionamiento a nivel coclear en una
101
o varias frecuencias evaluadas, en nuestro estudio fue la de 1KHz
(siendo la frecuencia media por excelencia para la inteligibilidad de la
palabra). Como resultado de este mal funcionamiento no existe un
buen tratamiento de la información auditiva para los sonidos del
lenguaje, siendo además en el oído derecho que es reflejo del haz
olivo coclear cruzado proveniente del hemisferio izquierdo
especializado en el lenguaje [95].
Al analizar los resultados de la audiometría, se encontró una diferencia
significativa (P < 0.05) al comparar los resultados en las frecuencias
de 2, 4 y 8 KHz en odio derecho y una diferencia muy significativa
(P=0.001) en la frecuencia de 3KHz en oído izquierdo (Tabla 5; Figura
6). Existiendo también una mejoría estadísticamente significativa en
dichas frecuencias estudiadas en nuestra muestra de pacientes con
trastornos de lenguaje. Siendo también el oído derecho el que refleja
dicha mejoría apoyando nuestras ideas ya expuestas.
102
Tabla 5. Resultados de la audiometría.
Audiometría Umbral OD (dB) Umbral OI (dB)
Frecuencia
Antes Después P= Antes Después P=
(kHz)
103
Figura 6
ϮϬ
ϭϴ
ϭϲ
ϭϰ
/ŶƚĞŶƐŝĚĂĚ;ĚͿ
ϭϮ
ϭϬ
ŶƚĞƐ
ϴ ĞƐƉƵĞƐ
ϲ
ϰ
Ϯ
Ϭ
Ϭ͘ϭϮϱ Ϭ͘ϮϱϬ Ϭ͘ϱϬϬ ϭŬ, ϭ͘ϱŬ,nj ϮŬ, ϯŬ,nj ϰŬ, ϴŬ,
ĂͿ Ŭ, Ŭ, Ŭ, &ƌĞĐƵĞŶĐŝĂƐǀĂůƵĂĚĂƐ
ϮϬ
ϭϴ
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Ŭ, Ŭ, Ŭ,
ďͿ &ƌĞĐƵĞŶĐŝĂƐǀĂůƵĂĚĂƐ
Umbral Audiométrico antes y después de terapia oído derecho (a) y oído izquierdo (b).
dB: decibeles. 0.125, 0.250, 0.500, 1, 1.5, 2, 3, 4, 8: frecuencias evaluadas.
Obsérvese aunque no existió diferencia significativa en todas las frecuencias si existió
disminución del umbral en todas ellas.
105
Unidades morfolexicales son organizadas dentro de la memoria
acústico-verbal a largo plazo (memoria de palabras (J)) formadas con
la presencia repetida de secuencias fonémicas (Figura 1,I). Un déficit
en el segundo nivel de procesamiento podría ocurrir en los estos
niños. Esta segunda categoría puede involucrar el primer y segundo
giro temporal [9,18-20].
El complejo olivar superior juega un papel fundamental en el desarrollo
de la audición binaural y este complejo es el centro que primariamente
recibe información de los núcleos cocleares [13,107,108]. El complejo
olivar superior es también el origen del sistema eferente olivo-coclear,
el cual termina en las células ciliadas externas [82]. Esta vía eferente
incrementa la sensitividad y la selectividad de las frecuencias para
proporcionar una amplificación y una “sintonización”.
De esta manera, si las EOATs miden la actividad de las células
ciliadas externas [15,17,95,96], podemos asumir que en los niños con
déficits fonológicos existe una disfunción coclear para una o más
frecuencias específicas. (Tablas 3, 4 y 5), lo cual explica porque no
obtenemos una buena selectividad y “sintonización” de las
frecuencias. Así, bajo el modelo de Ardila, no existe un adecuado
reconocimiento de frecuencias y por ello existe una falla en el
reconocimiento de rasgos y por lo tanto un inadecuado reconocimiento
de fonemas, existiendo fallas en el primer y segundo nivel de la
percepción categórica del lenguaje.
Nuestros sujetos mostraron que las fallas fueron mayores en el oído
derecho [104,105,106], soportando los hallazgos de otros estudios en
los cuales los niños con audición normal las EOATs son mayores para
el oído derecho [108,109]. Estos hallazgos se agregan a otros reportes
que muestran que en los exámenes de atención dicótica, el oído
106
derecho es más preciso para el reconocimiento de los sonidos del
lenguaje, soportando la teoría de que el hemisferio izquierdo,
contralateral al oído derecho se especializa en el reconocimiento y
respuesta de los sonidos del lenguaje [108,110-116].
Adicionalmente, estudios neuropsicológicos muestran asimetrías
hemisféricas en niños y jóvenes adultos que son expuestos al sonido
de sílabas en el oído derecho. Los ancianos pierden dicha asimetría
junto con la habilidad de la discriminación de los sonidos del lenguaje
[117,108]. Nosotros hipotetisamos que un proceso similar puede
ocurrir en los niños con fallas fonológicas [104-106].
Podemos concluir que el procesamiento hemisférico es inadecuado
debido a una disfunción a nivel coclear, específicamente en las células
ciliadas externas. Esta disfunción podría ser en parte la causa del
déficit fonológico presente en los niños de nuestros estudios. Con esta
base proponemos que el procesamiento auditivo periférico afecta la
función del lenguaje, jugando un papel primordial durante el proceso
fonológico del mismo [104-106,108,110-117]. Si este delicado
mecanismo neural sufre alguna disfunción en la transducción, incluso
una alteración sutil en la cóclea que afecte la funcionalidad de las
células ciliadas externas podría afectar los procesos de lenguaje o
habla. Este conocimiento puede ayudar a los clínicos con más
herramientas de diagnóstico las cuales pueden servir para mejorar las
estrategias rehabilitatorias y acortar los esquemas de tratamiento.
Finalmente considerando que los problemas de lenguaje son un
problema de salud pública en muchos países y son necesarias futuras
investigaciones sobre el procesamiento periférico del lenguaje.
107
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120
CAPÍTULO 4
ADSCRIPCIÓN:
CORRESPONDENCIA:
* Dr. Fructuoso Ayala-Guerrero,
Avenida Universidad 3004, Col. Copilco-Universidad, C.P. 04510, Del.
Coyoacán, México, D.F.
e-mail: fayala@unam.mx
Tel. 5622-2222 ext. 41243
121
Resumen
122
Características del sueño en pacientes con trastornos del
espectro autista (tea).
123
Por otra parte, los estudios del sueño en pacientes con TEA son
relativamente escasos en comparación con los realizados en
pacientes con otros trastornos mentales.
124
En la actualidad, dichos términos se aplican exclusivamente al
trastorno del desarrollo mental que se denomina TEA.
Posteriormente y debido a la clasificación imprecisa de Kanner [4] en
base a sus observaciones, consideró que muchos de los niños eran
mal clasificados como retrasados mentales o esquizofrénicos, por lo
que acuñó el término de autismo infantil para dar una descripción más
precisa de este síndrome.
Para abordar el tema del autismo infantil, es conveniente hacer
referencia a los pioneros, Kanner [4] y Asperger [5], quienes de
manera independiente, fueron los primeros en publicar una descripción
de dicho trastorno. Las descripciones detalladas de ambos autores,
son consideradas como los primeros intentos teóricos de explicar el
trastorno. Los dos autores suponían que había una alteración biológica
fundamental desde el nacimiento, que provocaba problemas del
desarrollo cerebral muy característicos.
No obstante, a diferencia de la esquizofrenia descrita por Bleuler [3], la
alteración estudiada tanto por Kanner [4] como por Asperger [5], se
producía desde el principio de la vida; además, en contraste con la
esquizofrenia, la alteración no estaba acompañada de un deterioro
progresivo.
Las características consideradas actualmente para calificar la
presencia de TEA con sus variaciones, son las descritas por Kanner
[4] en su artículo titulado “Alteraciones autistas del contacto afectivo”,
las cuales son: la soledad autista, el deseo de invariancia y los islotes
de capacidad.
De acuerdo con Kanner [4], los niños con TEA han venido al mundo
con una incapacidad innata para formar los lazos normales de origen
biológico, de contacto afectivo con las personas, del mismo modo que
125
otros niños vienen al mundo con otras deficiencias innatas, físicas o
intelectuales. Si este supuesto es correcto, el estudio de esos niños
puede contribuir a proporcionar criterios concretos sobre las nociones,
aún difusas, de los elementos constituyentes de la reactividad
emocional.
126
2) Debe presentarse un deterioro cualitativo de la comunicación verbal
y no verbal, con relación al nivel de desarrollo. Los signos
conductuales incluyen el retraso en la adquisición del lenguaje, o la
ausencia de habla, y la falta de juego de ficción espontáneo y variado.
3) Debe haber un repertorio claramente restringido de actividades e
intereses adecuados al nivel de desarrollo. Los signos conductuales
incluyen movimientos repetitivos o estereotipados, como aletear con
las manos, e intereses que sean anormalmente intensos o
anormalmente limitados.
Cabe resaltar que el síndrome autista no había sido incluido en el
mencionado manual, sino hasta el año de 1981. De acuerdo con
Riviere [8], la precisa descripción del autismo realizada por Kanner [4],
fue algo excepcional puesto que hizo avanzar los criterios de
diagnóstico al definir el síndrome, más en términos de conducta infantil
especifica, que en términos de modificación de los criterios adultos”.
Kanner [4] destacó también, el amplio conjunto de deficiencias y
alteraciones en la comunicación y el lenguaje de los niños con TEA, a
las que dedicó un artículo monográfico en 1946 titulado “Lenguaje
irrelevante y metafórico en el autismo infantil precoz”. Tanto en este
artículo como en el de 1943 señala la ausencia de lenguaje en
algunos niños con TEA, resaltando que los pacientes que lo poseen,
no lo utilizan como “una herramienta para recibir o emitir mensajes
significativos”. Además, muestran alteraciones como la ecolalia
(tendencia a repetir emisiones oídas, en vez de crearlas
espontáneamente). También presentan la tendencia a comprender las
emisiones (el lenguaje) de forma muy literal, así como a invertir los
pronombres personales, falta de atención al lenguaje, la apariencia de
sordera en algún momento del desarrollo y la falta de relevancia en las
127
emisiones. Asimismo, se reduce drásticamente la gama de
actividades espontáneas en el autismo, siendo la conducta del niño
gobernada por un deseo ansiosamente obsesivo por mantener la
igualdad, que nadie, excepto el propio niño, puede romper en raras
ocasiones.
Aunque los factores que van a dar origen al TEA, pueden estar ya
presentes desde el nacimiento o, aún antes de éste, las características
128
que lo definen se van desarrollando presentando progresivamente
hasta instalarse en el transcurso de algunos meses o años. Esto se
debe en parte, a que las relaciones sociales, la comunicación y las
actividades en general se encuentran pobremente desarrolladas en el
bebé. No es sino hasta el momento en que estas funciones alcanzan
un nivel de desarrollo elevado, que se ponen en evidencia los rezagos
y la desorganización del desarrollo [11].
El diagnóstico es complicado debido a la variabilidad del desarrollo de
las capacidades mentales de los niños con autismo, como por ejemplo
el aprendizaje, que aunque generalmente se encuentra rezagado,
aproximadamente en la tercera parte de los niños con TEA, presenta
un desarrollo normal o aún arriba de lo normal.
A pesar del gran avance de la ciencia, particularmente del área de las
neurociencias, los factores que dan origen al TEA permanecen
desconocidos. La hipótesis más probable es que se origina de un daño
cerebral, quedando alteradas las asociaciones neuropsicológicas entre
las regiones cerebrales y la conducta [12].
Actualmente, la definición del TEA se hace a nivel conductual y no
biológico, por falta de información suficiente. Sin embargo, en años
reciente se ha presentado un avance significativo en el conocimiento
de las alteraciones neurobiológicas que dan origen a este trastorno.
El TEA parece ser el resultado de factores del desarrollo que afectan a
múltiples sistemas funcionales cerebrales, más que a un daño cerebral
localizado. Muchas de las estructuras cerebrales principales han sido
implicadas. Anormalidades neuroanatómicas han sido encontradas
sistemáticamente en el desarrollo de la corteza cerebral, lo mismo que
en el cerebelo [13] y su relación con la oliva inferior. En el cerebelo se
129
presenta una disminución significativa en el número de las células de
Purkinje.
Bauman y Kemper [14], pusieron en evidencia en estudios llevados a
cabo postmorten, cambios neuropatológicos consistentes en el
sistema límbico (hipocampo, amígdala, cuerpo mamilar, giro anterior
del cíngulo y núcleo del septo) así como en circuitos cerebelosos.
Se ha puesto en evidencia, tanto en humanos como en animales, que
las estructuras mediales del lóbulo temporal, particularmente la
amígdala y el hipocampo intervienen en funciones cognoscitivas, en el
aprendizaje y en la regulación de las emociones. Lo que explica que
estas funciones se encuentran alteradas en los niños con TEA.
También, se han encontrado alteraciones anatómicas en el lóbulo
frontal de los pacientes con autismo, lo mismo que en varias regiones
del cerebelo tales como el vermis y los hemisferios cerebelosos que
afecta particularmente a las células de Purkinje.
Es importante resaltar que en estudios postmorten llevados a cabo en
estos pacientes el núcleo olivar inferior, que forma parte de vìas
cerebelosas, no mostró la perdida neuronal retrógrada esperada
cuando hay daño cerebelar, lo que sugiere que las alteraciones
cerebrales de los individuos que desarrollaron TEA, se presentaron
tempranamente en el desarrollo, alrededor de 30 semanas de edad
gestacional intrauterina, es decir, antes de que se establecieran las
conexiones entre la oliva y las células de Purkinje.
130
circunferencia de la cabeza, tienden a ser mayores en los niños con
TEA.
Por otra parte, se describe que el peso del cerebro de los niños con
TEA menores de 12 años es menor del esperado para niños de la
misma edad y sexo [15]. Mientras que, otros trabajos mencionan que
el peso del cerebro de adultos con TEA era levemente inferior entre
100 y 200 g que lo esperado de acuerdo a la edad y sexo [16].
Las anormalidades más consistentes descritas por Bauman y Kemper
[14] se encontraron en el sistema límbico, el cerebelo y la oliva inferior.
Comparados con individuos controles los sujetos con TEA mostraban:
a) Menor tamaño neuronal,
b) Aumento del empaquetamiento de la densidad celular en el
hipocampo, la amígdala, los cuerpos mamilares, el giro anterior del
cíngulo y el núcleo del septo.
c) Alteración del desarrollo del árbol dendrítico del complejo
hipocámpico.
131
están presentes y coadyuvará para el tratamiento más eficiente y una
posible cura en el futuro.
4. Sueño
132
Los hallazgos reportados por diferentes autores [19, 20] muestran en
general una reducción en la cantidad del sueño en los niños con TEA.
Lo mismo que un acortamiento en la latencia al sueño. Además, la
continuidad del sueño se presenta fraccionada ya que se presentan
frecuentes despertares nocturnos, esto origina que el sueño superficial
(etapa N1) se incremente y se reduzca el sueño profundo (Etapa N3).
La eficiencia al sueño también se encuentra deteriorada (Fig. 2).
Adicionalmente, al alterarse la arquitectura y las características
cuantitativas del sueño, en la mayoría de los niños con TEA se
presenta actividad cerebral epileptiforme durante el sueño lento ligero
(Fig. 3). Asimismo, la cantidad de husos de sueño que caracterizan a
la etapa 2 de sueño lento, se encuentra reducida lo mismo que las
ondas delta.
Los husos de sueño y las ondas delta dependen de una interrelación
funcional entre el tálamo y la corteza cerebral, lo que sugiere que esta
interrelación se encuentra alterada en estos pacientes.
Los datos obtenidos de investigaciones actuales, indican que el
síndrome del trastorno autista obedece más probablemente, a
alteraciones cerebrales que afectan a los sistemas motivacionales y a
la capacidad para "conectarse" intersubjetivamente con las personas.
Sobre los aspectos neuroanatómicos subyacentes al TEA, se está
investigando activamente. La información resultante, podría aportar
aspectos del funcionamiento normal del cerebro humano,
particularmente aquellos que se alteran en los pacientes con TEA, es
decir, aquellos que subyacen a su ineptitud para el contacto social-
interpersonal [21, 22].
133
VIGILIA
MO
R
N
1
N
2
N
3
1 2 3 4 5 6 7 8
HORAS DE SUEÑO
Figura 1. Hipnograma.
134
Figura 2.
135
Figura 3.
136
nocturna con 21 niños y niñas con un rango de edad de entre 4 y 12
años que presentaban el síndrome autista según el DSM-IV. Al
compararlos con un grupo control de niños sanos de las mismas
edades, este autor observó que los sujetos con TEA presentaron un
máximo de cuatro ciclos de sueño por noche, frente a cinco o seis de
los controles; además se produjo un incremento de las fases de sueño
delta a partir del primer tercio de la noche. Un 66% presentó
descargas paroxísticas epileptiformes, todas con origen en la mitad
anterior del cerebro. Estos datos sugieren la idea de que si se suman
estos paroxismos con un alto predominio frontal, se puede apoyar la
teoría de que el lóbulo frontal, al ser la estructura más afectada y por
ser zona final de aferencias cortico subcorticales, contribuye
fundamentalmente a la alteración cualitativa de las vivencias sociales
en pacientes que sufren de TEA.
El mismo autor concluye que no se altera la arquitectura del sueño,
pero sí hay una reducción en su duración, con paroxismos
epileptiformes de origen predominantemente frontal, lo que puede
indicar que estos dos parámetros son intrínsecos al TEA, y que
posiblemente están muy relacionados con la alteración cualitativa de
las vivencias sociales de esos niños.
Se puede observar una marcada disminución del sueño MOR, en
contraste con un incremento en la cantidad de ondas lentas que
supuestamente facilita una mayor restauración cerebral y somática.
Recientemente se ha planteado la posibilidad de que el TEA tenga un
factor común, consistente en la supresión de la capacidad inhibitoria
del ácido gamma-aminobutírico (GABA), con una predisposición
genética localizada en el cromosoma 15q11-q13; ello daría lugar a una
excesiva estimulación de las neuronas glutaminérgicas y, como se
137
señala, podría causar las disfunciones neurocognitivas originadas en
el lóbulo frontal. Es decir que, una disminución de la capacidad
inhibitoria del GABA facilita los paroxismos así como las alteraciones
cognitivas. Valdizan [25] considera que podría ser una teoría
aceptable, al sumarse los paroxismos, la frontalidad cortical y la
reducción en la calidad del sueño, pero la duda clínica existe ante la
moderada respuesta a los actuales tratamientos farmacológicos
gabaérgicos, que, aunque disminuyen o eliminan los paroxismos y
mejoran algunos aspectos conductuales y cognitivos, no resuelven
cualitativamente la situación clínica como se desearía.
Por su parte, Abril et al. [26], en una investigación llevada a cabo en
226 sujetos con TEA , mediante reportes diarios de sueño realizados
por los padres, detectaron la existencia de patologías en el sueño de
los niños con TEA. Estas patologías pueden clasificarse en:
1.- Inmadurez en la organización del sueño. Manifestada por una
alteración de la arquitectura y estabilidad del sueño, que podrían
deberse a distintas disfunciones del sistema nervioso central.
2.- Alteraciones funcionales del sueño. En base a estudios realizados
en estos niños con TEA se puso en evidencia que el 48% mostraba
dificultad para dormirse, el 56 % tenían despertares nocturnos de 1 a 3
noches por semana, el 20% de 4 a 6 noches por semana, el 31%
somnolencia diurna y, el 43% con despertar precoz, también
manifestaban dificultad para dormir. De todo el grupo, el 10%
presentaron alteraciones consideradas como graves y el 22%
moderadas. La dificultad para dormirse y los despertares nocturnos,
constituyeron las alteraciones del sueño más frecuentemente
observadas.
138
3.- Alteraciones paroxísticas-epileptiformes del EEG (Fig. 3). En la
mayoría de los niños con TEA, se presentan focos epileptógenos
localizados principalmente hacia las regiones frontales del cerebro.
Estos focos epileptógenos, debido a su distribución cerebral podrían
tener alguna vinculación con las alteraciones del lenguaje y
probablemente con la patología del TEA. Respecto a las alteraciones
del lenguaje, es de fundamental importancia caracterizar la conducta y
el lenguaje premórbido con el propósito de prever la recuperación de
las habilidades lingüísticas, pues los autistas son más sensibles para
presentar crisis epilépticas antes de los 3 años, con un retraso en la
recuperación del lenguaje de más larga duración.
Williams [27] mostró, en base a reportes de los padres, la presencia
de trastornos de sueño en niños con TEA, con una prevalecía
estimada de 44 a 83% dentro de esta población. Para integrar la
información de la presencia de trastornos del sueño, se usó un
cuestionario contestado por los padres. Los problemas de sueño que
se reportaron con mayor frecuencia incluyeron la dificultad para
conciliar el sueño, agitación, dificultad para dormir en la cama y
despertares nocturnos frecuentes. Otros problemas de sueño que se
reportaron, aunque con menor frecuencia fueron sonambulismo,
dolores de cabeza por la mañana, llanto durante el sueño, apnea y
pesadillas.
Los problemas de sueño se pueden presentar de manera más común
en niños en edades tempranas, sin embargo, pueden persistir a lo
largo de la niñez e incluso en la adolescencia de muchos de ellos.
Los niños con TEA presentan dificultades al dormir, con larga latencia
del sueño, despertares por largos periodos y sueño fragmentado;
además de despertar prematuramente. Esto da como resultado una
139
reducción significativa en la cantidad del sueño nocturno. Comparados
con el desarrollo típico de los niños y con niños con algún otro
trastorno del desarrollo, los niños con TEA sobresalen por presentar
un alto grado de dificultades para mantener y conciliar el sueño.
Además, estos pacientes presentan somnolencia diurna.
Las múltiples alteraciones del sueño que han sido paulatinamente
descritas en los autistas, han sido confirmadas en un número de
estudios polisomnográficos recientes. Larga latencia del al sueño y
frecuentes despertares nocturnos, baja eficiencia al sueño,
alteraciones en las etapas de sueño no MOR, baja densidad en los
husos de sueño, una variedad de anormalidades del sueño MOR,
desordenes conductuales del sueño MOR, movimientos periódicos de
extremidades. Se ha reportado; además apnea obstructiva del sueño y
sueño reducido en los primeros dos tercios de la noche.
Adicionalmente, las condiciones médicas, los medicamentos y la
ansiedad, han sido asociadas con las dificultades del sueño. Esta
relación con la ansiedad y con otra variedad de problemas de sueño,
como lo son la conciliación y los despertares nocturnos y conductas
disruptivas han conducido a los especialistas a explorar las
consecuencias diurnas que originan los problemas del sueño en esta
población.
Se ha mostrado repetidamente que las alteraciones del sueño
nocturno causan un sin número de problemas importantes durante el
día; entre los que se encuentran decremento en las tasas de
aprendizaje, deterioro cognitivo y bajo rendimiento creativo; así como
estados emocionales alterados, problemas de flexibilidad al cambio,
incremento general de problemas conductuales, falta de atención a
140
tareas asignadas, irritabilidad, depresión, hiperactividad, agresión, y
conducta auto-perjudicial.
En la población de personas con TEA, falta información para poder
relacionar los problemas de sueño nocturno con desordenes de su
comportamiento diurno. Sin embargo, las pocas evidencias existentes
han sugerido cierta relación.
Estudios iníciales pusieron en evidencia la relación entre una variedad
de comportamientos diurnos, con problemas de sueño en las personas
con TEA. Algunas investigaciones han sugerido que la intensidad de
los problemas del desarrollo y los síntomas generales del TEA se
incrementan en relación con los problemas de sueño.
Investigaciones adicionales han delimitado las relaciones entre
algunos de los principales factores de diagnóstico en el espectro
autista (por ejemplo: las dificultades en la comunicación, conductas
estereotipadas, dificultades para modificar rutinas y problemas de la
interacción social) indicando que la intensidad de los síntomas en
estas áreas están relacionados a los problemas de sueño. Muchos
otros problemas generales conductuales diurnos, como la
hiperactividad, enfermedades mentales y conductas disruptivas han
sido relacionados a problemas del sueño de personas TEA.
La investigación sobre el TEA y los trastornos del sueño se ha
incrementado recientemente. Si bien las relaciones entre el TEA y
problemas de sueño no se han explorado a fondo, se han identificado
asociaciones importantes. Los resultados de la investigación pueden
ser fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes
con TEA, puesto que el sueño favorece el bienestar físico y mental.
141
En estudios realizados por Richdale [28], se confirma que los niños
con TEA exhiben más alteraciones del sueño, además de dormir
menos tiempo que los niños sanos.
Estas observaciones coinciden con la percepción de los padres sobre
la presencia de problemas del sueño en sus hijos con TEA,
confirmando que estos pacientes muestran más disomnias y
parasomnias que los niños sanos. Todo esto es apoyado por los
informes escritos y cuestionarios aportados por algunos padres de los
niños con TEA que perciben que tienen más problemas para dormir
[29].
Existen datos que muestran que todos los niños con Trastornos del
Desarrollo cerebral, no solamente los autistas; presentan alteraciones
importantes del sueño [30]. Esta información abre una línea importante
de investigación futura.
Según algunas observaciones, los problemas del sueño que presentan
los niños con TEA mejoran con la edad, sin embargo, aún los niños
mayores duermen menos de noche y tienden a presentar alteraciones
de las latencias al sueño.
Se ha especulado acerca de la existencia de una relación entre las
dificultades sociales y de comunicación, que presentan los niños con
TEA, con los trastornos del sueño. Debido a que el ciclo sueño-vigilia
es un ritmo circadiano que es influenciado por el ciclo de luz-oscuridad
y que los humanos somos capaces de regular socialmente este ciclo,
la rutina y el condicionamiento social ayudan a los niños a desarrollar
el establecimiento de los patrones de sueño-vigilia, estableciéndose la
duración del sueño más larga durante las horas nocturnas [31]. Sin
embargo, los niños con un déficit social primario de comunicación,
como el que se presenta en los autistas, pueden presentar dificultades
142
para implementar dichos ritmos, por el papel social que implican,
dando como resultado problemas con su programación de la
alternancia vigilia-sueño [32].
5. Conclusiones
Referencias
144
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Disorders, J Child Neurol, 23 (2008) 482–485.
147
CAPÍTULO 5
ADSCRIPCIÓN:
1
Laboratorio de Neuroquímica, Departamento de Neurorrehabilitación,
Instituto Nacional de Rehabilitación, SSA.
2
Laboratorio de Neuroplasticidad, Departamento de
Neurorrehabilitación, Instituto Nacional de Rehabilitación, SSA.
3
Laboratorio de Neurofisiología Química de la Discapacidad,
Departamento de Neurorrehabilitación, Instituto Nacional de
Rehabilitación, SSA.
CORRESPONDENCIA:
*Dr. Antonio Bueno-Nava.
Calz. México-Xochimilco 289, Col. Arenal de Guadalupe Deleg.
Tlalpan C.P. 14389, Ciudad de México, México. Tel.: +52- 55-5999-
1000 ext. 19201 and 19110. E-mail: abueno@inr.gob.mx
148
RESUMEN
149
23390 produce un incremento de DA metabolizable en el estriado de la
rata. Palabras clave: dopamina, sistema dopaminérgico, monoamina
oxidasa, estriado, Rata.
ABSTRACT
150
SCH-23390. Conclusions. Our results showed that the activation of
postsynaptic D1 receptors increased the non-metabolized D1 levels,
and their selective inhibition with SCH-23390 produced an increase of
metabolizable DA in the rat striatum. Keywords: dopamine,
dopaminergic system, monoamine oxidase, striatum, Rat.
1. Introducción
151
negativa vía circuito corto y largo [8-11]. El sistema de
retroalimentación negativa vía circuito largo es explicado por la
participación de ambos receptores D1 y D2 postsinápticos localizados
en la vía estriatonigral directa y la estriatopalidal indirecta,
respectivamente, mientras que, el sistema de retroalimentación
negativa vía circuito corto involucra a los receptores D2 presinápticos
localizados en la terminal nerviosa y en la región somatodendrítica de
las neuronas dopaminérgicas de la SNc [10,11]. Estudios previos han
mostrado que los fármacos agonistas para los receptores D1
incrementan [12-14], reducen [8, 5,10,15] o no modifican [16,17,] la
concentración extracelular de DA estriatal. Por ejemplo, el agonista D1,
SKF-38393, a dosis altas de 5, 10 y 25 mg/kg s.c., falla para modificar
la liberación de DA o el metabolismo en el estriado dorsal [17],
mientras que, la aplicación de fármacos agonistas para los receptores
D1 a dosis bajas incrementaron la DA extracelular estriatal
[8,17,16,10]. Finalmente, la coadministración de los fármacos
agonistas y antagonistas para los receptores D1 inducen un bloqueo
parcial en la liberación de DA estriatal [17,10,14].
La DA sintetizada en la terminal dopaminérgica es compartimentada
en una poza citosólica y dos pozas vesiculares. Un compartimento
vesicular es designado como liberable y el otro es un compartimento
inactivo o de almacenamiento [18]. Resultados previos han sugerido
que la DA recién sintetizada es preferencialmente liberable [19-21]. La
DA liberada es metabolizada a ácido L-3,4-dihidroxifenilacetico
(DOPAC) por la monoamina oxidasa (MAO) citosólica después de la
recaptura por la terminal nerviosa dopaminérgica. En el cerebro de la
rata, DOPAC es el mayor metabolito y es el indicador potencial de la
actividad en neuronas dopaminérgicas en la vía nigrostriatal [22]. En
152
este estudio, nosotros determinamos el efecto agudo de la
administración sistémica del agonista D1, SKF-38393, sobre los niveles
de DA y el metabolito DOPAC en el estriado de la rata para estudiar la
actividad neuronal dopaminérgica en la vía nigrostriatal.
2. Materiales y métodos
153
grupo recibió la coadministración del SCH-23390+SKF-38393, y el
cuarto grupo recibió solo el antagonista D1 (SCH-23390; 1 mg/kg). El
hidrocloruro R(+)-SCH-23390 (Sigma-Aldrich) fue diluido en agua
desionizada y administrado vía i.p. en un volumen de 0.1 mL/100 g.
Después de 40+10 min, todas las ratas fueron decapitadas, y los
cerebros fueron extraídos y colocados en una placa fría para aislar
ambos lados del estriado dorsal para determinar los niveles de DA y
DOPAC.
154
sulfato octil de sodio (0.2), EDTA (0.1) y metanol (15% v/v). El flujo de
trabajo fue de 1.6 mL/min.
3. Resultados
155
Fig. 1. El efecto del agonista D1, SKF-38393, en los niveles de DA estriatal. Todas la ratas
Wistar fueron decapitadas aproximadamente 40 min después de la administración del
SKF-38393 (vía, i.p.), y los niveles de DA fueron determinados a través del uso de HPLC-
DE. Las barras representan a la media ± SEM, de 8 animales por grupo. * P < 0.05.
156
significativamente los niveles de DA estriatal aproximadamente 25%
(porcentaje del C: 125.23 ± 5.97%; P = 0.0026) y 22% (P = 0.009)
comparado con los grupos control y SCH-23390+SKF-38393.
Finalmente, los niveles de DA estriatal no mostraron ninguna
diferencia significativa entre los grupos SCH-23390 y SKF-38393.
Como se muestra en la Fig. 3, los efectos del agonista D1, SKF-
38393, a 1 mg/kg no alteró significativamente los niveles de DOPAC
en el estriado (porcentaje del C: 114 ± 6.67%) comparado con el grupo
control. En contraste, los efectos de la coadministración sistémica del
antagonista y agonista D1 (grupo SCH-23390+SKF-38393)
incrementaron significativamente los niveles de DOPAC
aproximadamente 20% (porcentaje del C: 120.91 ± 5.20%; P = 0.0025)
comparado con el grupo control.
157
Para el grupo SCH-23390, la inyección sistémica de 1 mg/kg
incrementó significativamente los niveles de DOPAC en el estriado
aproximadamente 40% (140.76 ± 11.03%; P = 0.0017), 26% (P < 0.05)
y 19% (P < 0.05) comparado con los grupos control, SKF-38393 y
SKF-38393+SCH-23390, respectivamente.
158
DOPAC/DA aproximadamente 15% (115.80 ± 3.99%; P = 0.0071) y
17% (P = 0.0035), comparado con los grupos control y SKF-38393,
respectivamente. Para el grupo SCH-23390, la inyección sistémica de
1 mg/kg incrementó significativamente la relación DOPAC/DA
aproximadamente 17% (117.97 ± 5.97%; P = 0.0117) y 19% (P =
0.009) comparado con los grupos control y SKF-38393,
respectivamente.
159
4. Discusión
160
consecuencia a DA no metabolizada a nivel estriatal [18]. También se
ha descrito que la DA liberada es catabolizada a DOPAC por la
monoamina oxidasa intraneuronal después de la recaptura por la
terminal nerviosa, y que el metabolito DOPAC tiene su origen de la
DA recién sintetizada [22,26]. Nuestros hallazgos apoyan la idea que
sugiere que el incremento de DA estriatal seguido de la inyección
sistémica del agonista D1 fue resultado de DA no catabolizada. En
contraste, nosotros descartamos que nuestros resultados sean
producto de una contaminación de SKF-38393 en los picos de DA de
nuestros cromatogramas [13] y lo sustentamos con los resultados de
SKF-38393 a dosis altas que no muestran incrementados los niveles
de DA estriatal.
Resultados previos sugieren que los efectos en la liberación de
DA estriatal seguido de la aplicación del agonista D1 no fue mediada
vía receptores a DA, proponiendo que los mecanismos asociados
están dirigidos a la inhibición de la tirosina hidroxilasa por el agonista
D1 [8], además se ha demostrado que el SKF-38393 es un inhibidor de
la recaptura de la DA [13] u otros posibles mecanismos [14,16]. En el
presente estudio, la coadministración sistémica del SKF-38393+SCH-
23390 evitó el incremento inducido por el SKF-38393 a 1 mg/kg en los
niveles de DA estriatal. En este contexto, la coadministración del
antagonista y agonista D1 provocó un bloqueo parcial de los niveles de
DA estriatal. Nuestros resultados muestran una evidencia post mortem
de la existencia de un mecanismo mediado por los receptores D1 vía
sistema de retroalimentación negativa circuito largo, que asocia a los
receptores D1 postsinápticos de la vía estriatonigral directa [17,10,14],
pero, basados en nuestros resultados, nosotros rechazamos la
hipótesis que sugiere que los efectos del agonista D1 SKF-38393 no
161
pueden ser atribuidos a los receptores D1 dopaminérgicos [14-13]. En
contraste, nosotros observamos que la coadministración de SCH-
23390+SKF-38393 incrementó significativamente los niveles de
DOPAC y la relación DOPAC/DA en el estriado de la rata. El
incremento de los niveles de DOPAC y de la relación DOPAC/DA en el
estriado pueden ser un indicador del incremento de la actividad de la
monoamina oxidasa y de la tasa de metabolismo dopaminérgico,
respectivamente [18], el cual es relacionado a la coadministración de
SCH-23390.
Para el grupo SCH-23390, nuestros resultados mostraron que la
inyección sistémica de 1 mg/kg incrementó la relación DOPAC/DA,
además de los niveles de DA y DOPAC. Previos resultados han
demostrado que aplicación sistémica o intraestriatal del antagonista
D1, SCH-23390, incrementa los niveles de DA estriatal [17,8,15,16,10].
Imperato et al concluyeron que la administración sistémica del
agonista D1 indicó que el SCH-23390 puede estimular la liberación de
DA por el bloqueo de los receptores D1 postsinápticos por el sistema
de retroalimentación negativa vía circuito largo [17]. Además,
proponemos que la inyección sistémica del SCH-23390 fue asociada
con la activación concomitante de los receptores D2 postsinápticos por
la DA endógena. En cuanto al incremento de la relación de
DOPAC/DA y de los niveles de DOPAC, estudios previos han sugerido
que el incremento de DOPAC está relacionado con las dosis de SCH-
23390 [17,8]. Nuestros hallazgos indicaron que el bloqueo selectivo de
los receptores D1 postsinápticos produce el incremento de DA
metabolizable.
En conclusión, nuestros resultados mostraron que la activación de los
receptores D1 postsinápticos incrementaron los niveles de DA no
162
metabolizada y su inhibición selectiva con SCH-23390 aumentó los
niveles de DA metabolizable en el estriado de la rata. Estos hallazgos
también contribuyen al entendimiento de la participación de los
receptores dopaminérgicos postsinápticos en el sistema de
retroalimentación negativa vía circuito largo, además de la fisiología
normal y patológica de los GB. Esto es un prerrequisito importante
para la implementación de nuevos paradigmas farmacológicos que
coadyuven la farmacoterapia para el tratamiento de enfermedades
neurodegenerativas que estén asociadas con el sistema
dopaminérgico.
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[24] M.F. Festing, Reduction of animal use: experimental design and
quality of experiments, Laboratory Animals 28 (1994) 212-221.
166
CAPÍTULO 6
ADSCRIPCION:
1 Universidad de las Américas A.C. Puebla #223, Colonia Roma,
México, D.F., MEXICO
2 Laboratorio de Neuroplasticidad, Instituto Nacional de Rehabilitación.
Calz. México-Xochimilco 289 Col. Arenal de Guadalupe. Deleg.
Tlalpan C.P. 14389 México D.F. MEXICO
CORRESPONDENCIA:
*Dr. Rigoberto González Piña
Laboratorio de Neuroplasticidad, Instituto Nacional de Rehabilitación.
Calz. México-Xochimilco 289 Col. Arenal de Guadalupe. Deleg.
Tlalpan C.P. 14389 México D.F. MEXICO. Tel. +52 55 59991000 ext.
19301
167
1. Introducción
168
Algunos de estas enfermedades son: síndrome de Keams-Sayre,
síndrome de May-White, encefalomiopatía neurogastrointestinal
mitocondrial, síndrome de Leigh, neuropatías, retinitis pigmentosa,
encefalomiopatías mitocondriales. Las ataxias ligadas al cromosoma X
incluyen: X Frágil, síndrome de ataxia con temblor causada por
mutación en el trinucleótido CGG del cromosoma X.
Las ataxias esporádicas se dividen en 2: ataxias degenerativas y
ataxias adquiridas. Las degenerativas incluyen atrofia múltiple en el
sistema (MSA) y ataxia cerebelosa de tarde aparición idiopática. MSA
es una enfermedad progresiva de aparición en la adultez con 2 formas
de presentación: La cerebelar (c-MSA) y la parkinsoniana (p-MSA).
Muchas drogas o tóxicos pueden desencadenar el síndrome
cerebeloso [2].
En la figura 1 se muestra la subdivisión de las ataxias considerando su
etiología, clasificación y localización de la mutación. Se han realizado
varios estudios sobre la ataxia, uno de ellos fue el descubrimiento del
ratón Pogo en el Instituto de Investigación de Biosciencia y
Biotecnología de Korea en Noviembre de 1995. Observaron conductas
atáxicas y dificultad para mantener la postura, aparte de presentar
paso torpe y tendencia de caerse. Los síntomas aparecieron a las 2
semanas de nacer y siguieron durante toda su vida. No se observó
progresión en el fenotipo con el avance de la edad. La mutación del
ratón Pogo es hereditaria de tipo autosómica recesiva.
169
170
Se mapeó la región entre D8Mit67 Y D8Mit240 en el cromosoma 8 del
ratón. Varios animales afectados presentaron diferentes tipos de
convulsiones y ataxias cerebelosas con diferentes grados de
severidad tales como el ratón Nagoya (RMN) que fue mapeada de la
región D8Mit128 –D8Mit231 presentando mutación; fue estudiado
extensamente como modelo de ataxia espinocerebelosa y epilepsia
junto con el ratón Pogo.
La mutación responsable del tambaleo se encuentra en el gen
Cacna1a, este codifica la subunidad alfa del canal de calcio tipo-P/Q
[3]. Estos canales juegan el rol con las neuronas y la liberación de
neurotransmisores en bastantes sinapsis y uniones neuromusculares
[2]. Dyle et al, reportaron que la mutación en Cacna1a es la
responsable de la degeneración cerebelosa, la ataxia y las
convulsiones [3].
Diferentes mutaciones en el humano en el gen Cacna1a están
involucrados en 3 síndromes hereditarios: Migraña hemipléjica familiar,
ataxia tipo-2 episódica y ataxia espinocerebelosa tipo-6 de manera
crónica.
Ya que el ratón Pogo muestra un fenotipo idéntico y muy parecido en
localización del gen y alelos afectados, es probable que también
tenga mutación en el Cacna1a, pero se deberá de confirmar
directamente [3].
171
progresiva. Las SCAs se clasifican genéticamente de acuerdo a la
mutación específica, su localización y por hallazgos clínicos.
La mayoría de las mutaciones conocidas están relacionadas con
repeticiones en la secuencia del trinucleótido CAG del tracto que
codifica al gen respectivo [2]. Estas repeticiones hacen que la cadena
esté de manera anormal y altera la secuencia codificadora de genes,
provocando funciones anormales que da como consecuencia la
patología neurodegenerativa [4].
Éste es el caso de: SCA1, SCA2, SCA3, SCA6, SCA7, SCA17, y de la
atrofia dentatorubral-palidal (DRPLA) [2].
Las ataxias más comunes son las SCA1, SCA2, SCA3 y SCA6 ya que
componen a la mitad de la población atáxica mundial [5].
Las ataxias espinocerebelosas autosómicas dominantes son un grupo
de síndromes neurodegenerativos hereditarios caracterizados por
pérdida de balance y coordinación motora como principal disfunción en
el cerebelo. Más de 30 genes activos se ven identificados en este
fenotipo patológico nombrados cronológicamente de SCA1 a SCA30,
aunque todos estos presentan atrofia ceberelosa y ataxia, cada uno
tiene daños cerebrales en distintas áreas [6].
Normalmente los síntomas comienzan entre los 30 y 50 años de edad,
sin embargo se han reportado casos de gente menor o mayor
presentando inicios de síntomas.
El pronóstico va a depender de la causa y tipo de ataxia [1].
La patogénesis en estas enfermedades no ocurre por la pérdida de la
función de la proteína sino por una ganancia de función tóxica [7].
172
Tabla 1. Muestra los distintos tipos de ataxias espinocerebelosas, su localización y la
proteína mutada.
173
encuentra en el brazo corto del cromosoma 3 (3p12-13) que codifica la
ataxina 7, 892 aminoácidos de función desconocida [9]. Una persona
normalmente tiene una secuencia de 3-35 repeticiones; la gente con
SCA7 presentan más de 38 repeticiones en cada secuencia [10].
Otros síntomas en este tipo de ataxia son los trastornos
corticospinales, nistagmo, oftalmoplejía, y distrofia pigmentaria
macular que conduce a la ceguera.
En esta ataxia al igual que las demás ataxias cerebelosas
autosómicas dominantes y otras producidas por la expansión del
triplete CAG, se produce anticipación genética; esto es, el número de
repeticiones es inversamente proporcional a la edad de aparición de
los síntomas y a la intensidad de la afectación clínica dado por la
inestabilidad de la expansión tendiendo a aumentar durante la
transmisión [7,11].
La ataxina 7 se localiza en el núcleo o citoplasma de la célula
dependiendo de cada una y es expresado en los humanos en los
tejidos, como la retina. Se ha postulado que el alelo expandido induce
a una ganancia tóxica en la función de la proteína. Algunos estudios
dan la hipótesis que el fenotipo retinal en la SCA7 es a causa de una
interferencia con la acción del gen CRX [9].
Se ha investigado la patogénesis del SCA7 utilizando modelos
ratones. Expandiendo glutamina a la ataxina 7, expresado en las
células Purkinje del cerebelo (PCs) usando el Pcp2 produciendo ataxia
moderada sin gran impacto en el lapso de vida.
Al usar el sistema de expresión transgénica de la proteína priónica
murina (PrP), se expandió la poliglutamina en la ataxina-7 a través del
sistema nervioso central y no en las PCs. Como resultado el ratón
PrP-SCA7-c92Q desarrolló ataxia y degeneración PC, dando a
174
conocer el papel de la patogénesis de degeneración de células no
autónomas en la SCA7. Un ratón transgénico que expresó ataxina-7-
92Q sólo en la glía de Bergmann (BG) del cerebelo también desarrolló
ataxia y degeneración PC, implicando disfunción glial de la
poliglutamina-atáxica-7 mediada por degeneración del PC.
Estos estudios subrayaron la importancia del tipo de célula no
neuronal que provoca la degeneración del cerebelo.
Para clarificar la base celular del SCA7, se desarrollaron varios
estudios donde indican que BG, PCs, y las neuronas de la oliva inferior
interactúan en un canal interconectado de manera íntima y estrecha
contribuyendo juntos al SCA7 [12].
175
Gráfica 2. Relación estructura cortical con estructuras subcorticales [15].
1.3.1 Cerebelo
El cerebelo es considerado, generalmente, como un sistema neuronal
encargado de regular el movimiento con acciones muy bien definidas
sobre la coordinación, postura, tono y control de los movimientos o
culares y movimientos finos. Por lo tanto, juega un papel crítico en las
tareas de aprendizaje sensoriomotor; las funciones cognitivas y
motoras son segregadas en el cerebelo [12].
El hecho de que el cerebelo represente más de la mitad de la cantidad
total de neuronas del cerebro, las amplias conexiones bidireccionales
con distintas áreas del cerebro, junto con la evolución filogenética de
ciertos núcleos cerebelosos hace pensar en un papel más importante
que el de mero coordinador del movimiento [15].
176
1.3.2 Anatomía, fisiología y trastornos del cerebelo
El cerebelo funciona como un comparador de las diferencias
existentes entre las órdenes motoras y sus resultados prácticos.
Recibe la información de los planes motores que se elaboran en la
corteza cerebral a través de las señales eferentes que llegan por el
tracto corticopontocerebeloso y por el haz espinocerebeloso ventral.
Además, al cerebelo se le informa del resultado de esos planes
motores a través de señales aferentes de propioceptores musculares,
articulares y cutáneos, así como de los sistemas visual, acústico y
vestibular. Mediante la comparación de ambas informaciones, el
cerebelo se encarga de corregir la evolución de los actos motores en
cada momento determinado del desarrollo de dichos actos, además,
ayuda mediante el entrenamiento y la repetición a su sincronización y
perfeccionamiento dando como resultado un acto motor armónico,
suave y continuo, características que pueden perderse tras una lesión
cerebelosa [16].
Presenta ricas conexiones bidireccionales con los hemisferios
cerebrales tanto corticales como subcorticales, que no sólo se dirigen
hacia las áreas responsables del funcionamiento motor, sino también
hacia otras que se relacionan ampliamente con la cognición y la
emoción. El cerebelo recibe aferencias corticopontocerebelosas del
córtex sensoriomotor, de la corteza prefrontal dorsolateral y
dorsomedial, de las regiones frontales encargadas del lenguaje
expresivo, o de distintas regiones parietales, del colículo superior y del
córtex temporal superior. Envía eferencias a través del tálamo a áreas
similares. La mayoría de las conexiones que se establecen entre el
cerebelo y zonas cerebrales con contralaterales, es decir, conectan de
177
forma contralateral los hemisferios cerebrales y cerebelosos. Por todas
estas evidencias, distintos autores proponen al cerebelo como un
centro de procesamiento de información, gracias a sus ricas
conexiones bidireccionales, con zonas encargadas de procesos como
la atención, percepción visuoespacial, memoria, las funciones
ejecutivas y la esfera emocional [16].
Desórdenes degenerativos del cerebelo y de sus conexiones aferentes
y eferentes dan como resultado a movimientos descoordinados
(ataxia) representando el núcleo característico. La degeneración
cerebelar en las ataxias espinocerebelosas está involucrada con la
médula espinal provocando degeneración en los tractos espinales
dando como resultado pérdida sensorial, disminución o ausencia de
reflejos tendinosos y signos de Babinski.
Las funciones cognitivas que quedan afectadas tras una lesión
cerebelosa son muchas y muy variadas; sin embargo, los mecanismos
concretos por los cuales el cerebelo afecta a la cognición aún no se
conocen.
En general los déficits tras lesión cerebelosa recuerdan a los que se
producen tras lesiones frontales con déficits adicionales en funciones
visuoespaciales, memoria y lenguaje [16].
178
Estudios como potenciales evocados del tallo cerebral y resonancias
magnéticas mostraron evidencia de la activación del cerebelo durante
tareas cognitivas.
Dentro de estas funciones evaluadas se encuentran: la atención
selectiva, la planeación, la toma de decisiones y el trabajo de la
memoria.
Es decir, cada conducta asociada con funciones asociadas al lóbulo
frontal tiene una relación con el cerebelo, a lo largo de la evolución se
ha comprobado que contribuye a procesos cognitivos tales como
funciones ejecutivas, aprendizaje, memoria procedimental y
declarativa, procesamiento del lenguaje, y funciones visuoespaciales y
afectivas [16].
Otros estudios enfatizan que hay funciones cognitivas normales en
pacientes con síndromes cerebelosos o que los impedimentos en
estas funciones son ajenas a la influencia del cerebelo [4].
En 1998, acuñó el término “síndrome cognitivo afectivo” para dar
nombre a los déficits cognitivos, afectivos y conductuales que se
observan tras daño cerebeloso. Proponen que la disrupción de las
conexiones anatómicas corticopontocerebelosas y cerebelo-tálamo-
córtex cerebral sería la responsable de los déficits neuropsicológicos y
afectivos que se evidencian tras lesiones cerebelosas. El cerebelo
integraría la información procedente del córtex asociativo y generaría
respuestas apropiadas en función de dicha información. De esta
manera, regularía la velocidad, consistencia y adecuación de los
procesos cognitivos, provocando en caso de error una dismetría
cognitiva.
El modelo que explica los déficits cognitivos que se observan en la
esquizofrenia, sugiere que la dismetría cognitiva consiste en una
179
interrupción de la comunicación y coordinación fluida de los procesos
cognitivos que influyen en procesos perceptivos, acciones y
pensamiento en general; esta dismetría se debería a una alteración en
la conectividad del circuito corticocerebelo-tálamo-cortical lo que
concluye que la lesión cerebelosa no anula la función cognitiva, sino
altera su desarrollo normal. Su función en la cognición es prevenir,
detectar y corregir errores.
La hipótesis apoyada por varios autores, trata en encuadrar al
cerebelo como un sistema temporal interno que se pondría en marcha
siempre que la tarea a realizar requiera una representación temporal
precisa. Ésta capacidad de programación no se limitaría a actos
motores, sino también a tareas perceptivas y cognitivas, que requieren
información temporal; es decir, el cerebelo trabaja como un
mecanismo de cronometraje interno, un procesador que ayuda al
individuo a realizar estimaciones temporales de la duración de los
eventos.
Con el uso de la resonancia magnética funcional (RMf), demostraron
que aunque la activación del cerebelo es más intensa en la fase de
adquisición de aprendizaje motor y no motor, ésta activación sigue
presente aunque con menor intensidad una vez entrenada la
secuencia. Interpretaron los resultados como expresión de la memoria
en la que el cerebelo participaría, creando modelos internos de
respuesta para la función cognitiva [16].
Existen una serie de estudios acerca de la memoria operativa verbal
que sugieren que el cerebelo, el área motora suplementaria y el
opérculo frontal izquierdo son el sustrato neural de la llamada
articulación encubierta, Estas zonas incrementan su actividad cuando
180
la tarea implica memoria operativa verbal, pero no cuando exige
memoria de trabajo espacial o visual.
Tareas de generación de palabras (fluidez verbal o completamiento)
en sujetos diestros producen una activación de áreas frontoparietales
izquierdas más una activación cerebelosa derecha, mientras que en
zurdos activan áreas frontotemporoparietales derechas y cerebelosas
izquierdas. También hay actividad cerebelosa derecha en tareas de
comprensión oral y relaciones semánticas [16].
Una amplia evidencia científica apunta a que un circuito
corticosubcortical que contiene el estriado, los ganglios basales y el
cerebelo es el responsable de la memoria no declarativa, la cual se
encarga de informaciones más subjetivas y del aprendizaje de
habilidades motoras, hábitos y comportamientos.
Machado et al, revisan los mecanismos celulares y moleculares
básicos implicados en la memoria de procedimientos y discuten el
papel del cerebelo como modulador de este tipo de memoria. Durante
estudios neuroquímicos de aprendizaje y memoria, se plantea un tipo
de plasticidad sináptica conocido como depresión a largo plazo la cual
provoca depresión en la célula postsináptica durante un largo periodo,
disminuye la respuesta a un suceso. Se ha detectado en varias
regiones del encéfalo, cerebelo e hipocampo. Varios autores
comentan que el aumento de las concentracioes de Ca++ y de Na+ y
la activación de la proteína cinasa S son los responsables de la
depresión a largo plazo cerebelar, siempre y cuando se produzcan
simultáneamente. Se cree que el aprendizaje asociativo se relaciona
con la etapa de simultaneidad de los sucesos y la memoria en el
periodo de disminución de la respuesta a un estímulo [16].
181
La memoria operativa verbal está implicada en muchas funciones
cognitivas y se apoya en un mecanismo de repaso subvocal que
requiere habilidades articulatorias normales, por lo que el daño en la
función motora que afecte la articulación también podría afectar a
otras funciones cognitivas, al dañar el repaso subvocal y reducir esta
memoria [16].
Referencias
182
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Purkinje Cells and Pathogenesis in Spinocerebellar Ataxia 2
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Moctezuma, Ataxia espinocerebelosa de tipo 7: descripción de
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[16] J. Tirapu-Ustárroz, P. Luna-Lario, M.D. Iglesias-Fernández, P.
Hernáez-Goñi, Contribución del cerebelo a procesos cognitivos:
avances actuales. Revista Neurológica (2011) 301-315.
184
CAPÍTULO 7
ADSCRIPCIÓN:
Laboratorio de Neurociencias. Facultad de Psicología, UNAM.
CORRESPONDENCIA:
* Dr. Fructuoso Ayala-Guerrero,
Avenida Universidad 3004, Col. Copilco-Universidad, C.P. 04510, Del.
Coyoacán, México, D.F.
e-mail: fayala@unam.mx
Tel. 5622-2222 ext. 41243
185
1. Introducción
2.2. Hiperactividad
Las personas hiperactivas dan la impresión de no poder estar quietas,
se les observa como si siempre estuvieran en movimiento. Las
manifestaciones de hiperactividad pueden aparecer tempranamente
desde la edad preescolar y están siempre presentes antes de los 7
años [13-15]. Los síntomas de hiperactividad e impulsividad tienden a
disminuir con la edad.
Los niños hiperactivos se “retuercen” en sus asientos o
frecuentemente se levantan y van a otro lugar en el salón de clase o
vagan por su cuarto. Cuando permanecen sentados, están
balanceando los pies, o dando golpecitos con el lápiz sobre el pupitre.
A menudo se comportan en una forma inapropiada, contestando
preguntas en clase antes de que el maestro haya terminado la
pregunta, no esperan su turno, interrumpen frecuentemente y se
entrometen en los juegos y en las conversaciones ajenas [3,16].
Muchas de estas conductas, ocurren de vez en cuando en niños
normales. Sin embargo, en los niños con TDAH ocurren muy
frecuentemente y en varios de los ambientes en los que se desarrolla
el niño, tales como: el hogar, la escuela, el trabajo o en las actividades
sociales.
Los adolescentes y adultos hiperactivos suelen sentirse muy inquietos,
pueden tronarse o jalarse los dedos de las manos constantemente,
pueden tratar de hacer varias cosas a la vez y hablar en forma
189
excesiva.
Algunas características asociadas al trastorno de TDAH, son la
desinhibición en las relaciones sociales, la imprudencia en situaciones
que involucran peligro y el no acatar las reglas sociales. Estas
características no son obligatoriamente necesarias para el
diagnóstico, pero contribuyen de manera importante.
2.3 Impulsividad
Las personas que son demasiado impulsivas, parecen ser incapaces
de controlar sus reacciones inmediatas o de pensar antes de actuar,
por lo que muchas veces se entrometen en juegos o conversaciones
ajenas. Por lo tanto pueden hacer comentarios no apropiados. Su
impulsividad les hace difícil esperar su turno, en las diferentes
actividades.
Debido a que los maestros tienen la experiencia de trabajar con
muchos niños, conocen su comportamiento típico en situaciones de
aprendizaje. Por eso, son los maestros, los que generalmente
detectan que el niño es hiperactivo o excesivamente distraído y que
requiere de atención.
No todas las personas con falta de atención, hiperactividad, o
impulsividad tienen un trastorno de atención. De acuerdo a los
especialistas, existen varios síntomas que son críticos para la
evaluación. La conducta de la persona es comparada con un conjunto
de criterios y características del trastorno, los cuales se encuentran en
el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales [2]. De
acuerdo al manual, existen tres esquemas de comportamiento que
indican la presencia de TDAH.
190
2.4 Los síntomas de falta de atención incluyen:
Distraerse fácilmente con estímulos irrelevantes (sonidos o imágenes).
Falta de atención a detalles.
No poder seguir comúnmente instrucciones cuidadosa e íntegramente.
Perder u olvidar utensilios que se necesitan, cuando se está
realizando una actividad (libros, juguetes, herramientas).
Tener dificultad para organizar sus tareas o actividades.
Olvidar frecuentemente sus actividades diarias.
Dar la impresión de no estar escuchando cuando se les habla
directamente.
193
demasiado fácil, lo cual ocasiona que el niño se sienta aburrido.
Por otra parte, no se deben confundir algunas conductas, que
normalmente presentan la mayoría de los niños durante el desarrollo,
sin tener TDAH, ya que usualmente suelen ser distraídos, hiperactivos
o impulsivos. En tanto que la mayoría de los adolescentes, son
desordenados, desorganizados y rechazan la autoridad. Esto no
significa que tengan un problema de por vida relacionado con el
control de sus impulsos, sino que están cursando por una etapa de su
vida transitoria Es importante que el especialista analice
rigurosamente la diversidad de factores, que pueden originar estas
conductas antes de establecer el diagnóstico.
194
esas áreas del cerebro, puede causar falta de atención.
Aunque todavía no se conocen con precisión los factores etiológicos
del TDAH, se han descrito algunos factores de riesgo asociados a
este trastorno. Entre los más frecuentes se encuentran los siguientes:
situaciones de estrés de la madre, así como consumo de alcohol, de
tabaco, de heroína y otras drogas durante el embarazo. Además,
influye el bajo peso corporal del neonato, traumatismo
craneoencefálico, presencia de crisis epilépticas y exposición a
sustancias tóxicas [23].
199
desarrollo cerebral, estos defectos han sido relacionados con la
alteración de la inhibición conductual y la falta de autocontrol
considerados como el déficit central en el TDAH [43].
El autocontrol o la capacidad de inhibir o retardar las respuestas
motoras iniciales (y quizá también emocionales) a un evento
determinado, es fundamental para la realización de cualquier
actividad. Durante el desarrollo, la mayoría de los niños adquiere la
habilidad para ocuparse de actividades mentales, conocidas como
funciones ejecutivas, que les ayudan a controlar las distracciones,
recordando sus objetivos y llevando a cabo los pasos para
alcanzarlos. Para alcanzar un objetivo en el trabajo o en el juego, por
ejemplo, la gente necesita ser capaz de recordar su plan, realizando lo
necesario para alcanzar sus objetivos. Además, debe regular sus
emociones impulsándose y motivándose internamente. A menos que
una persona pueda inhibir los pensamientos y los impulsos que
interfieren, ninguna de sus planes pueden ser llevados acabo con
éxito.
Las funciones ejecutivas pueden ser agrupadas en cuatro actividades
mentales. Una es la memoria de trabajo, es decir, mantener la
información en la mente mientras se está desarrollando una tarea, aún
si el estímulo original que provee la información ya no está presente.
Tal recordatorio es decisivo y oportuno para dirigir la conducta a un
objetivo determinado previamente planeado. Esta capacidad se
encuentra dañada en los pacientes con TDAH.
La interiorización del lenguaje para hablarse a uno mismo, es otra
función ejecutiva. Durante los primeros años de la vida, las funciones
ejecutivas son realizadas desde afuera: los niños deben de hablar en
voz alta a ellos mismos, mientras recuerdan una tarea o resuelven un
200
problema. Antes de los 6 años, la mayoría de los niños lo hacen
frecuentemente. En la escuela primaria, tal tipo de lenguaje
evoluciona hacia murmurar, desapareciendo alrededor de los 10 años
de edad [44].
Cuando el niño madura, interioriza o hace privadas tales funciones
ejecutivas, lo cual impide que otros conozcan sus pensamientos [43].
En contraste, a los niños con TDAH parece faltarles la restricción
necesaria, para inhibir la realización pública de esas funciones
ejecutivas [45-48].
El hecho de Interiorizar, permite hablar dirigiéndose a uno mismo para
reflexionar y seguir reglas e instrucciones, usar auto-cuestionamientos
como una forma de resolver el problema y para construir las bases
para el entendimiento y aplicación oportuna de las reglas.
Una tercera función mental ejecutiva, se refiere al autocontrol de las
emociones, la motivación y al estado de alerta. Tal control, ayuda a los
individuos a alcanzar sus metas, permitiéndoles retardar o modificar
sus reacciones emocionales a un evento en particular, y generar
emociones personales y motivación. Esto le permite al individuo
comportarse socialmente de la manera mas apropiada.
La cuarta función ejecutiva es la reorganización, analizando las
conductas observadas e integrando las partes hacia nuevas acciones
no aprendidas previamente. La capacidad para la reorganización,
aporta a los seres humanos un grado elevado de fluidez, flexibilidad y
creatividad; lo que les permite impulsarse ellos mismos hacia un
objetivo determinado, sin tener que memorizar todos los pasos
necesarios. Esto facilita a los niños cuando maduran, dirigir su
conducta a través de intervalos más largos para alcanzar su objetivo.
De igual manera que el lenguaje autodirigido, las otras tres funciones
201
ejecutivas se van interiorizando al principio de la niñez, a medida que
madura el cerebro. Tal interiorización, es esencial para crear
imaginería visual y opiniones verbales. Cuando los niños crecen,
desarrollan la capacidad para comportarse en secreto, para ocultar
ante los demás algunas de sus conductas o sentimientos.
Probablemente por los defectos genéticos, o por problemas durante el
desarrollo embrionario, los niños con TDAH no logran esta habilidad y
por lo tanto muestran conducta extrovertida y lenguaje público
excesivo. La falta de atención, así como la hiperactividad y la
impulsividad de los niños con TDAH son causadas por su incapacidad
para guiarse por medio de instrucciones internas y para inhibir sus
propias conductas inadecuadas [47], se considera que el TDAH es
producto de la falla en la inhibición conductual, que retarda la
habilidad para interiorizar y ejecutar las cuatro funciones mentales
ejecutivas descritas.
7. Diagnóstico
202
recetar medicación. A diferencia de los psiquiatras y de los psicólogos,
los neurólogos generalmente no aplican terapias para los aspectos
emocionales del trastorno.
Cuando se trata de diagnosticar el TDAH en adultos, es importante
tanto la capacitación como la experiencia específica del médico ó del
profesional de la salud mental para diagnosticar y tratar el trastorno.
El primer paso del especialista consiste en identificar las posibles
razones relacionadas con el comportamiento del niño. Para lo cual
revisa la historia clínica y los reportes escolares tanto de la psicóloga
como de la maestra. Es importante contar con la historia clínica que
indique si existen otros problemas, tales como trastornos emocionales,
epilepsias o disminución en la audición o en la visión. También es
importante descartar la presencia de alergias o problemas de
nutrición, ya que el consumo crónico de cafeína puede causar que el
niño parezca demasiado activo.
En algunos casos se hacen evaluaciones de inteligencia y logros de
aprendizaje para descartar alguna dificultad al respecto realizando un
perfil del comportamiento del niño [49]. Las respuestas ayudan a
identificar las tres categorías más importantes del TDAH: Falta de
atención, hiperactividad e impulsividad. Si las respuestas son
significativas y duraderas el niño puede ser diagnosticado con TDAH
[50], de acuerdo a uno de los tres subtipos de este trastorno; el tipo
preferentemente inatento, el tipo preferentemente hiperactivo-
impulsivo y el mixto.
Los adultos son diagnosticados con TDAH con base a su desempeño
en la casa y en el trabajo. Uno de los síntomas es la sensación de
frustración. Las personas con TDAH a menudo son inteligentes y
creativas por lo que se sienten frustradas al no estar aprovechando su
203
potencial. También se sienten inquietas y se aburren fácilmente.
Aunque es difícil documentar el inicio de esta conducta, la mayoría de
los adultos con TDAH indica que ha estado presente la mayor parte de
su vida.
La información reciente acerca del TDAH en adultos, indica que
muchas personas pueden ser correctamente diagnosticadas y
tratadas. Se consideraba recientemente, que el TDAH desaparecía en
los adultos, por lo tanto muchos adultos con síntomas nunca han sido
diagnosticados. Actualmente, el plan de tratamiento puede incluir
medicación junto con psicoterapia. Para niños y adolescentes, el
tratamiento puede incluir medicación y asesoramiento a los padres
para manejar el comportamiento de los pacientes.
Aún cuando clínicamente las definiciones siguen utilizando los criterios
establecidos por el DSM-IV-R [2], no se satisfacen todas las
manifestaciones clínicas de las alteraciones del sueño, ni las de los
problemas neuropsicológicos manifestados principalmente en el
funcionamiento ejecutivo.
8. Opciones educacionales
204
los niños con TDAH tienen dificultades. Estos niños tienen capacidad
de aprender, pero su hiperactividad y la falta de atención hacen que el
aprendizaje sea complicado. Sin embargo, pueden ser apoyados con
la combinación apropiada de prácticas educativas, medicación y
psicoterapia [51].
9. Tratamientos
• Insomnio primario.
• Disminución de la latencia del sueño.
• Despertares múltiples.
• Enuresis.
• Parasomnias (bruxismo, sonambulismo).
• Reducción en el porcentaje de sueño MOR.
• Incremento en el porcentaje de sueño delta.
• Reducción de la eficiencia del sueño.
213
reducir la actividad nocturna y consolidar el sueño aumentado su
calidad [24].
Es importante resaltar que los tratamientos no farmacológicos ofrecen
grandes expectativas para el futuro [87-90].
Generalmente, cuando el niño recibe una dosis de fármacos
estimulantes en la tarde o noche, se produce insomnio secundario al
tratamiento del TDAH. Asimismo, hay movimiento excesivo durante el
sueño, de hecho hay una alta comorbilidad del TDAH con el síndrome
de piernas inquietas. También, frecuentemente se presentan
problemas respiratorios. Estas evidencias sugieren, que los trastornos
de sueño pueden contribuir a trastornos cognitivos y conductuales en
los niños con THDA, ya que un sueño insuficiente y de baja calidad
puede participar en la génesis de disfunción cortical y en la alteración
de las funciones ejecutivas, tales como el auto-control, la regulación
emocional y la memoria de trabajo, síntomas propios del TDAH [9].
El tiempo para conciliar el sueño varía significativamente de un
paciente a otro obteniendo por ejemplo un promedio de 24 minutos
pero con un rango de 10 a 39 minutos en una muestra de niños con
TDAH medicados y no medicados [91]. Otras latencias al sueño que
se han descrito en base a registros polisomnográficos refieren 24.1±
25.6 min para niños de 3 a 5 años de edad y 23± 25.3 min para
edades de 6-7 años [92].
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231
CAPÍTULO 8
PENTILENTETRAZOL Y SU EFECTO EN LOS CAMBIOS
MOTORES DE LA RATA, A TRAVÉS DE LA PARTICIPACIÓN DE
SISTEMAS MONOAMINERGÍCOS
ADSCRIPCIÓN:
1
Laboratorio de Neuroquímica, Departamento de Neurorrehabilitación,
Instituto Nacional de Rehabilitación, SSA, México.
2
Laboratorio de Neurofisiología Química de la Discapacidad,
Departamento de Neurorrehabilitación, Instituto Nacional de
Rehabilitación, SSA, México.
3
Laboratorio de Neuroplasticidad, Departamento de
Neurorrehabilitación, Instituto Nacional de Rehabilitación, SSA,
México.
CORRESPONDENCIA:
*Dr. Alfonso Alfaro-Rodríguez.
Calz. México-Xochimilco 289, Col. Arenal de Guadalupe Deleg.
Tlalpan C.P. 14389, Ciudad de México, México. Tel.: +52- 55-5999-
1000 ext. 19303. E-mail: alfa1360@yahoo.com.mx
232
Resumen.
233
neuronal después de la administración de PTZ y que el
restablecimiento de DA y NA, podría sugerir mecanismos que
conllevan al restablecimiento espontáneo de los niveles de DA y NA,
traducido en la disminución del grado de déficit motor. Palabras clave.
pentilentetrazol, monoaminas, sacudidas mioclónicas, déficit motor,
Cromatografía.
Abstract
234
DA hippocampus and cortex and cerebellum NA increase measured
three hours after the administration of PTZ. Conclusions. The results
suggest that increased levels of 5-HT may be a compensatory
response to neuronal excitability after the administration of PTZ and
restoring that NA and DA, might suggest mechanisms that lead to
spontaneous restoration of the levels of DA and NA, resulted in the
decrease in the degree of motor deficit.
Keywords. pentylenetetrazol, monoamines, myoclonic jerks, motor
deficit, Chromatography.
1. Introducción
235
daño neuronal y de los cambios en los niveles de neurotransmisores,
neuropéptidos y factores neurotróficos, tanto en regiones corticales
como en el hipocampo del cerebro de la rata [5-7].
Se ha descrito, que el PTZ modifica la actividad de los sistemas
monoaminérgicos, la reducción de noradrenalina (NA) y dopamina
(DA) [8] y el incremento de 5-HT se ha relacionado con el desarrollo
de muchos desórdenes convulsivos [9] y motores [10]. Los desordenes
motores incluyen, desde la debilidad, el aumento del tono muscular,
trastornos de la coordinación hasta la pérdida de funcionalidad motora
[11].
En este contexto, algunos estudios han demostrado la participación
del sistema noradrenérgico, en la disminución de las secuelas motoras
inducidas por la lesión cortical [12,13]. La fuente principal de NA en el
sistema nervioso central se deriva del locus coeruleus, situado en la
cara lateral del cuarto ventrículo en el tegmento pontino dorsolateral
superior [14]. Los somas noradrenérgicos envían proyecciones a
estructuras involucradas con aspectos motores como la corteza
cerebral y el cerebelo, modulando la transmisión, el potencial de
membrana y la excitabilidad de las neuronas [15]. A nivel de cerebelo,
la administración local de NA facilita la recuperación funcional después
de la lesión en la corteza sensoriomotora [16].
Por otra parte, se ha descrito la asociación entre los aspectos motores
y la DA. Estudios previos han mostrado que la reducción de
movimientos se relaciona con la disminución de DA [17], por el
contrario la recuperación de movimientos se correlaciona con el
incremento de DA estriatal [18].
Otro sistema neuronal asociado a la función motora es el sistema
serotonérgico. La 5-HT es una monoamina que desempeña un papel
236
importante en el sistema nervioso central para el control de la postura,
el movimiento y el comportamiento cognitivo [19-22]. La ubicación de
los somas de las neuronas serotonérgicas se limitan a núcleos
neuronales en el tallo cerebral y algunos de sus axones son
proyectados a gran parte del cerebro como la región hipocampal, la
corteza cerebral y el cerebelo. En modelos experimentales de
epilepsia, los resultados obtenidos indican que el incremento de 5-HT
está implicado en las crisis convulsivas [23,24] y motoras [10].
Se ha reportado que después de la administración aguda de algunos
fármacos como el PTZ y el ácido kaínico (KA), los animales muestran
un patrón complejo de comportamiento conocido como “sacudidas
mioclónicas de cabeza” que se han relacionado con el sistema
serotonérgico [19,25] y son observadas comúnmente como una fase
previa a las convulsiones de tipo límbico en el hipocampo y/o en la
amígdala [26]. Las sacudidas mioclónicas pueden ser mediadas por la
activación selectiva de los receptores 5-HT2A y 5-HT1A [27, 28].
El modelo de epilepsia inducido por PTZ permite el estudio de la
participación de las monoaminas, a través de su interacción con el
sistema GABAérgico, en la alteración de la actividad motora. El
objetivo principal del presente estudio fue determinar el contenido total
de DA, NA y 5-HT hipocampal después de la administración de PTZ y
analizar éstos datos bioquímicos con los cambios motores y las
sacudidas mioclónicas.
2. Material y métodos
2.1. Animales
237
Se utilizaron 20 ratas macho Wistar con un peso de 290 a 300 g. Las
ratas fueron alojadas en jaulas y mantenidas en ciclos de
luz/obscuridad de 12 hrs a temperatura de 22°C. El agua y el alimento
fueron suministrados ad libitum. Las ratas fueron manejadas con
estricto apego a las especificaciones técnicas para la producción,
cuidado y uso de los animales de laboratorio [29].
238
Todos los registros se realizaron entre las 9:00 am y las 13:00 hrs para
evitar variación de monoaminas debido al ciclo circadiano.
239
A todas las muestras de cada grupo se les realizó el análisis
bioquímico. Los niveles de DA, NA y 5-HT fueron determinados por
HPLC acoplado al detector electroquímico (“ESA”) coulochem III, el
cual tiene 2 celdas analíticas conectadas en serie; una columna
analítica polimérica (5021) la cual separa la 5-HT, en donde la
retención es regulada por fuerza iónica, y la segunda columna (5011)
con un reactor inmovilizador de enzima, se une al final de la primera
columna (columna analítica). Se usó una bomba de HPLC de la marca
Alltech (modelo 626), unida a un horno Alltech (modelo 631) y se
utilizó un loop 50 μl y un flujo de trabajo de 1.6 ml/min y 40 °C. Se
utilizó una columna específica para catecolaminas (“adsorbosphere
catecholamine” de 100 x 4.6 mm y de 3 μm de tamaño de partícula).
La fase móvil consistió en una solución acuosa de fosfatos (0.1 M, pH
3.1) que contenía (por litro), 835 ml de agua desionizada grado HPLC,
165 ml de metanol grado HPLC, 4 g de fosfato de sodio monobásico
(NaH2PO4), 0.6 g de octil sulfato de sodio, 160 mg de EDTA. Las
curvas de calibración para monoaminas fueron construidas con
concentraciones conocidas de los estándares preparados de acuerdo
al protocolo de de Bueno-Nava et al [32].
240
prueba de t de Student. En todos los casos, los niveles de significancia
se establecieron con una p<0.05.
3. Resultados
241
120 *
sacudidas cada 5
100
80
60
minutos
40
*
20
1 2 3
HORA
Figura 1. El número de sacudidas mioclónicas de cabeza se incrementó en las ratas experimentales que recibieron la dosis
90mg/kg de PTZ, en comparación al grupo controle respectivo (solución salina) contabilizadas durante 3 horas. Los valores
son expresados como promedios + error estándar * P < 0.001.
242
de ~ 30 % (P = 0.026), para la segunda hora de ~ 41% (P = 0.001) y
en la tercera hora de ~ 34 % (P = 0.0019).
La figura 4 muestra el porcentaje de cambio del ángulo de la zancada
y se observó un incremento significativo en la primera hora de ~ 93 %
(P = 0.0005), en la segunda hora de ~ 72 % (P = 0.0005) y para la
tercera hora de ~ 57 % (P = 0.0027).
sacudidas cada 5
-10
minutos
% DE CAMBIO
-20
-30
*
**
-40
**
0 1 2 3
HORA
243
50 ***
* **
sacudidas cada 5
40
minutos
30
% DE CAMBIO
20
10
-10
0 1 2 3
HORA
**
100
**
80
*
% DE CAMBIO
60
40
20
0 1 2 3
HORA
244
3.3 Efecto del PTZ sobre la coordinación motora
El grupo experimental mostró un déficit significativo en la coordinación
motora de ~ 456%, 284%, 137% a la hora 1, 2, 3 respectivamente, en
comparación con el grupo control. Presentando una tendencia a la
recuperación al final del registro sin llegar a los basales. Hora 1
(456.25 % + 19.90; P = 0.0003), hora 2 (284.38 % + 51.09; P =
0.0003), hora 3 (137.50 % + 37.20; P = 0.0024), (figura 5).
500
**
400
**
300
Deficit motor
200
*
100
0
0 1 2 3
Hora
Figura 5. El porcentaje de cambio del déficit motor del grupo experimental (PTZ 90mg/kg)
se incrementó en comparación al grupo control (solución salina). Las ratas fueron
evaluadas durante 3 horas. Los valores son expresados como promedios + error
estándar ** P < 0.0003, *P < 0.0024.
3.4. Efecto del PTZ sobre los niveles totales de DA, NA y 5-HT a la
tercer hora.
En la tabla 1 se presenta el contenido total de 5-HT, DA y NA en
diferentes estructuras cerebrales de la rata. En el hipocampo la
concentración de 5-HT y DA se incrementó significativamente (P =
0.014), (P < 0.05) respectivamente en el grupo experimental 3 horas
después de la administración subcutánea de 90 mg PTZ comparado
245
con el grupo control. En cerebelo se observó un incremento
significativo en los niveles totales de 5-HT y NA en el grupo
experimental con respecto al control, mientras que la DA no presentó
cambios significativos entre ambos grupos, a la tercer hora después
de administrar PTZ. Así mismo, después de administrar PTZ a 90
mg/kg, se observó un incremento significativo en el contenido total de
5-HT y DA en corteza, en el grupo experimental comparado con el
grupo control. Finalmente se observó un incremento significativo en el
contenido total de 5-HT en neoestriado, mientras que en mesencéfalo
no se encontraron cambios entre el grupo experimental y el grupo
control.
4. Discusión
246
Tabla 1. Efecto del fármaco agonista para los receptores GABAA, PTZ (90 mg/kg), en los
niveles totales de serotonina (5-HT), dopamina (DA) y noradrenalina (NA) en el cerebro de
la rata, tres horas después de administrar el fármaco.
ϱͲ,d E
Hipocampo
Control 5.55 + 1.21 38.72 + 7.80 255.72 + 39.03
Experimental 23.95 + 7.75 * 94.05 + 37.11 * 277.55 + 34.07
Cerebelo
Control 9.32 + 1.42 2.38 + 0.34 94.88 + 2.67
Experimental 15.82 + 1.76 * 1.58 + 0.22 99.63 + 1.68 *
Corteza
Control 3.63 + 0.90 64.68 + 21.99 207.74 + 19.89
Experimental 7.32 + 1.08 * 245.85 + 91 * 215.57 + 23.75
Mesencefalo
Control 13.24 + 3.13 157.50 + 43.46 527.56 + 115.87
Experimental 12-63 + 2.43 145.88 + 18.88 445.04 + 48.40
Neoestriado
Control 2.63 + 0.60 64.68 + 21.99 207.74 + 19.89
Experimental 6.32 + 1.18 * 245.85 + 91.63 215.57 + 23.75
>ŽƐǀĂůŽƌĞƐĨƵĞƌŽŶĞdžƉƌĞƐĂĚŽƐĐŽŶůĂŵĞĚŝĂцĞƌƌŽƌĞƐƚĄŶĚĂƌ͘ƵƌĂŶƚĞĞůĂŶĄůŝƐŝƐĞƐƚĂĚşƐƚŝĐŽƐĞƵƚŝůŝnjſƵŶĂƚͲ
^ƚƵĚĞŶƚ͘ŝĨĞƌĞŶĐŝĂƐŝŐŶŝĨŝĐĂƚŝǀĂĞŶĐŽŵƉĂƌĂĐŝſŶŐƌƵƉŽĐŽŶƚƌŽů͗ΎWфϬ͘Ϭϱ͘
248
pruebas utilizadas para evaluar las funciones sensoriomotoras
después de una lesión cortical, como la barra de equilibrio y la
impresión de la huella, puede proporcionar una evaluación completa
de la lesión relacionada con el déficit motor. En concreto, en cuanto a
la evaluación de la marcha, nuestros resultados indicaron que tanto el
largo, el ancho y el ángulo de la zancada se modificaron
significativamente después de la administración de PTZ. Del mismo
modo, este estudio mostró, que el grupo de animales que recibieron
PTZ presentaron un incremento significativo en el déficit de la
coordinación motora principalmente en las dos primeras horas de
registro. Se ha reportado que el daño cortical focal en ratas induce un
déficit motor temporal [30,37].
Presumiblemente, estos resultados fueron inducidos por efecto de
PTZ traducido en un desequilibrio en la neurotransmisión a nivel
cerebral general y posiblemente en un desequilibrio en la conectividad
hipocampo-cerebelo.
A pesar de que Newnam y Reza [38] describen la relación entre el
hipocampo–cerebelo, con el uso de la electrofisiología, se propone
que esta relación controla representaciones motoras en ciertos
movimientos. El patrón de actividad eléctrica desarrollada por el
hipocampo está estrechamente relacionado con la realización de
movimientos que ocurren durante la excitación y otros cambios de
comportamiento.
En el supuesto, que el hipocampo puede modular los circuitos de
control motor, es razonable sugerir que el propio hipocampo guía las
señales del cerebelo para sus operaciones normales. A su vez el
hipocampo está involucrado en el suministro de la información
requerida para el cerebelo, de la misma manera en que la información
249
propioceptiva se utiliza para corregir los movimientos en el sistema
locomotor. Hay conexiones rápidas y lentas que operan en ambas
direcciones. La conexión postulada del hipocampo es vía la pontina,
núcleo reticular y olivar, y la conexión de retorno es a través del núcleo
de fastigio y del tálamo [38].
Algunos estudios morfológicos, han demostrado que el PTZ causa la
pérdida de neuronas, en las áreas del hipocampo CA1, CA3, y las
regiones giro dentado [39]. Por lo tanto, es posible en el contexto
motor que esta alteración sea debida a un deterioro de la adquisición
y/o retención de señales contextuales, causadas por daños en el
hipocampo.
En este estudio, la consistencia entre los datos obtenidos de la
evaluación motora tanto en la marcha como en la coordinación,
confirma que la medición de las secuelas motoras mediante las
pruebas de impresión de la huella y el paradigma de la barra de
equilibrio son lo bastante sensibles para mostrar el déficit motor
ocasionado por la administración de PTZ. Esto es importante,
considerando que nuestros resultados permiten caracterizar las
modificaciones de la conducta motora causadas por la
administración aguda de PTZ a dosis alta.
Conjuntamente, las conexiones recíprocas que vinculan al
hipocampo con el cerebelo y con las áreas del tallo cerebral
derivan de la participación de neurotransmisores que intervienen en
aspectos cognitivos y motores, como la 5-HT, la NA y la DA [40].
Los resultados del presente trabajo revelaron que la administración
de PTZ incrementó considerablemente el déficit motor durante las
tres horas de registro. Los datos en este estudio pudieran indicar
que los cambios de comportamiento motor observados puede ser
250
debido a la modificación en la síntesis y liberación de las
monoaminas, causada por alteración de los procesos reguladores
sinápticas, que puede ocurrir como resultado de la pérdida
neuronal, gliosis, o brotes neuronales como lo describe Szyndler et
al [41]. Sin embargo, los efectos motores producidos por el PTZ
presentan una tendencia a ser reversibles y la tendencia al retorno
de las condiciones motoras basales, ya que después de la
administración de PTZ estas tendencias fueron observadas a partir
de la tercera hora, esto sugiere que se pueden presentar
mecanismos que conllevan a un restablecimiento espontáneo de los
niveles de monoaminas, disminuyendo así el grado de déficit motor.
Los estudios farmacológicos han sugerido que la NA podría
desempeñar un papel importante en recuperación después de una
lesión cerebral [42] y puede proteger el cerebro contra los efectos
de la lesión en la corteza motora. El papel de la NA en cerebelo ha
sido estudiado, donde se ha observado que un decremento en los
niveles de NA después de la ablación de la corteza motora [30].
En este estudio mostramos que la administración aguda de PTZ a
dosis de 90 mg/kg, ocasionó un desequilibrio del sistema
serotonérgico, traducido en un incremento significativo de los
niveles de 5-HT en el hipocampo, cerebelo y corteza. Éste
resultado concuerda con estudios realizados por Gholipour et al [2],
quienes describieron un incremento de la neurotransmisión
serotonérgica en el hipocampo después de la inducción de las crisis
convulsivas mediante PTZ.
Durante el proceso convulsivo producido por el PTZ no sólo están
involucrados los sistemas glutamatérgico y GABAérgicos, sino
también los sistemas monoaminérgicos [43]. PTZ es un antagonista
251
de GABAA, que en segundo lugar a la desinhibición de los procesos
de excitación en el cerebro, también altera la actividad de los
sistemas monoaminérgicos [8]. Presumiblemente en este estudio
los niveles de NA y DA se encontraron disminuidos durante las
primeras dos horas, ocasionando un desequilibrio neuroquímico
traducido en un marcado déficit motor, para posteriormente éstos
incrementar, reflejándose de esta manera en la disminución del
déficit motor, apoyando con ello, la participación de mecanismos
que conllevan al restablecimiento entre la conectividad neuronal y el
restablecimiento de los niveles de monoaminas.
Se puede concluir que la administración de PTZ a dosis de 90
mg/kg es capaz de generar cambios, no sólo en el desplazamiento,
sino también en la coordinación, y que en conjunto, el control
temprano de la epilepsia es de importancia para contrarrestar el
desarrollo de los déficits.
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258
CAPÍTULO 9
ADSCRIPCIÓN:
CORRESPONDENCIA:
e-mail: fayala@unam.mx
259
1. Introducción
260
homeostáticos, que dependen de señales externas y de la duración de
la vigilia previa.
Es importante enfatizar que el sueño no se presenta simplemente por
un cansancio del organismo en general, o bien, del cerebro en
particular, sino, como en el caso de otras conductas, el sueño es un
proceso dinámico, ya que se origina en respuesta a la activación de
determinados circuitos neuronales.
261
Figura 1. Registro polisomnográfico de transición de vigilia a sueño de sujeto masculino
de 29 años de edad. Se observa el paso gradual de vigilia pasiva a la fase N1 de sueño.
262
Figura 2. Registro polisomnográfico que ilustra el estado de vigilia pasiva. Se observa
abundante ritmo alfa, principalmente en la región occipital.
263
Figura 3. Registro polisomnográfico en fase N1 sueño NoMOR. La actividad cerebral está
constituida por ondas de frecuencia mixta y de baja amplitud, también se pueden observar
ondas agudas del vértex.
N2 45-55 % - Husos de sueño: conjunto de ondas de 11-16 HZ Esta fase es más abundante
de una duración de 0.5 a 1 seg. con forma de huso. en la segunda mitad de la
- Complejos K, con su componente negativo noche.
seguido de un componente positivo, con una
duración 0.5 segundos.
N3 13-23 % - Delta: 0.5 a 2 HZ, con una amplitud de >75 ȝv. Esta fase es más abundante
en la primera mitad de la
noche.
264
3. Variaciones conductuales que coinciden con el inicio del
sueño.
265
Figura 4. Se muestra un registro de la fase N2 de sueño donde se observan
numerosos husos de sueño y complejos K.
266
Figura 5. Se muestra el registro de la fase N3 de sueño. Se observa que el registro
presenta más del 50% de ondas delta.
267
Figura 6. Registro de una fase de sueño MOR. Se pueden observar numerosos
movimientos oculares característicos de esta fase de sueño.
268
de 5 minutos. Subsecuentemente, esta duración se incrementa y llega
a alcanzar hasta una hora en la segunda mitad de la noche. Por el
contrario, el sueño delta es más abundante en la primera mitad de la
noche que en la segunda, donde por lo general la fase N3 está
ausente o muy reducida, en tanto que la N2 se encuentra
incrementada.
VIGILIA
MOR
N1
N2
N3
1 2 3 4 5 6 7 8
HORAS DE SUEÑO
270
caso del humano esta técnica es denominada tomografía por emisión
de positrones (PET, por sus siglas en inglés, Positron Emission
Tomography) [22-24]. Todos estos estudios concuerdan en señalar
que el metabolismo cerebral se reduce durante el sueño lento en
comparación con el de la vigilia. Se estima que la reducción total es
alrededor de 30% y muestra algunas diferencias regionales. Se han
encontrado reducciones mayores en el tálamo y en la corteza cerebral.
Durante el sueño MOR, el metabolismo cerebral alcanza niveles
semejantes o superiores a los de la vigilia.
En los últimos 50 años, la investigación científica ha contribuido con
información significativa con el propósito de comprender los
mecanismos que intervienen en su regulación y su función biológica,
dando origen a múltiples hipótesis [25].
Numerosos grupos de investigación se han desarrollado por todo el
mundo integrando técnicas y métodos de investigación cada vez más
elaborados, para abordar el estudio del sueño, inclusive a un nivel
molecular, marcando genes que participan en la regulación de esta
función. Asimismo, han sido identificados conjuntos de neuronas en
diferentes regiones cerebrales, que participan en la regulación del ciclo
vigilia-sueño.
271
presenta un individuo durante una siesta diurna, es deducida de la
cantidad de sueño lento de la próxima noche [27]. Estos datos
sugieren la existencia de mecanismos fisiológicos que regulan la
cantidad de sueño que un organismo presenta diariamente. En la
actualidad, no se conoce con precisión el funcionamiento de estos
mecanismos.
Evidencias experimentales sugieren que probablemente durante la
vigilia se sinteticen substancias que al alcanzar un nivel crítico facilitan
el desarrollo del sueño, o bien, durante el sueño se sinteticen
substancias promotoras de la vigilia. Probablemente, de esta manera
se puede originar un patrón alternante de vigilia y sueño.
Se ha venido acumulando información a favor de que el sueño es
controlado por substancias químicas, las cuales son sintetizadas
dentro del cerebro donde van a ejercer su acción. Se han identificado
varias categorías diferentes de substancias químicas que afectan tanto
al sueño como a la vigilia, sin embargo, aún no es posible concluir que
alguna de ellas sea responsable de la intensa somnolencia que
regularmente se presenta después de un período prolongado de
vigilia.
Además de la participación de las señales medio-ambientales, el ritmo
circadiano del sueño es regulado por la interacción entre los sistemas
nervioso, endocrino e inmunológico. Los mediadores inmunológicos,
en particular las citocinas, envían señales a las áreas sistema nervioso
central (SNC), encargadas de regular los patrones del sueño. Estas
señales están involucradas en la alteración de los patrones de sueño
durante las enfermedades infecciosas
272
7. Regulación del sueño
273
duración del sueño NoMOR. Si bien la il-6 participa en la regulación
del sueño, los estudios al respecto son relativamente escasos.
Se ha descrito una asociación entre los niveles plasmáticos de il-1 y el
inicio de la fase de sueño NoMOR. Mientras que la concentración
plasmática de il-6 y TNF-alfa, muestra un pico durante el sueño. En
contraste, los niveles diurnos de il-6 siguen una relación inversa con la
cantidad del sueño nocturno. Una reducción en la secreción de il-6 se
relaciona con una buena calidad de sueño nocturno y con una
sensación de bienestar físico y mental al día siguiente. Debido a que la
administración de il-6 ocasiona somnolencia y fatiga, se ha sugerido
que esta citocina pudiera actuar sobre los mecanismos reguladores
del sueño.
274
con el propósito de proteger y/o restaurar la función homeostática del
organismo. El SNS regula la función inmunológica por medio de vías
que se conectan con las células y los órganos que forman parte del
sistema inmunitario, activando al eje adreno-medular para la liberación
de adrenalina. La noradrenalina liberada a la circulación por las
terminaciones simpáticas también contribuye con la modulación
funcional del sistema inmunitario. Asimismo, los mediadores del estrés
actúan sobre las células inmunológicas para modular la síntesis de
citocinas reguladoras.
Las alteraciones del sueño pueden afectar de manera importante el
funcionamiento del sistema inmunológico, por medio de la
modificación de los niveles de hormonas y neurotransmisores
relacionadas con la regulación del estrés bajo condiciones patológicas,
los cambios de los patrones de secreción de citocinas participan en la
generación de trastornos del sueño y de síntomas asociados como la
fatiga; como se observa por ejemplo, en pacientes con artritis
reumatoide, cáncer y enfermedades autoinmunes .
Las citocinas, conocidas también como interleucinas, son péptidos o
proteínas de bajo peso molecular. Estas moléculas, que desempeñan
una función esencial para la comunicación intercelular, son
sintetizadas por diferentes tipos de células, que forman parte
principalmente del Sistema Inmunológico. Estos mediadores químicos
regulan numerosas funciones fisiológicas fundamentales, entre las que
se encuentran la diferenciación y maduración celular; la reparación
tisular, la inflamación, así como la respuesta inmune local y sistémica,
además de varios otros procesos biológicos.
Tanto la somnolencia, como la fiebre, son una sensación común que
se percibe al inicio de una infección o de otra causa de inflamación
275
sistémica. Las modificaciones que se presentan en el sueño en
respuesta a una infección microbiana, parecen formar parte de una de
las facetas de la respuesta a la fase aguda. Se ha observado que
como respuesta a una infección y de una manera casi inmediata, los
animales experimentales presentan un incremento significativo en la
duración del sueño NoMOR y una disminución del sueño MOR. La
secuencia temporal precisa de las respuestas, depende del agente
infeccioso usado, así como de la ruta de la administración y la hora del
día en la que este es administrado. Asimismo, se ha descrito que
después de una prolongada privación de sueño (2 a 3 semanas) las
ratas se hacen septicémicas.
Existe la impresión común de que la perdida de sueño, debilita al
individuo haciéndolo vulnerable a la infección. Después de una ligera
privación de sueño, cambian varios parámetros del sistema inmune
(tales como la actividad de las células asesinas naturales) y disminuye
la resistencia al ataque viral en individuos que duermen menos.
Se ha observado que pérdidas leves de sueño pueden promover las
defensas del hospedero, mientras que las pérdidas prolongadas
pueden originar respuestas contrarias. Los mecanismos moleculares
responsables de los cambios del sueño asociados con la infección,
parecen ser una amplificación de una reacción bioquímica masiva
reguladora de la fisiología del sueño. Esta cadena de eventos, incluye
los modificadores de la respuesta inmune bien conocida, entre los que
se encuentran la interlucina-1, el factor alfa de necrosis tumoral, las
prostaglandinas, el óxido nítrico y la adenosina. Todas estas
substancias son constituyente normales del cerebro y están
involucradas en la regulación fisiológica del sueño.
276
La alternancia vigilia-sueño es regulada por una interacción compleja
entre conjuntos de neuronas distribuidas en el cerebro y en el tallo
cerebral [29,30]. La vigilia es promovida por sistemas neuronales
situados en áreas determinadas del tallo cerebral y del hipotálamo.
Estos sistemas son inhibidos, al menos en parte, por la secreción de
ácido gamma amino butírico por neuronas próximas a los centros de la
vigilia para dar origen al inicio del sueño [31]. El núcleo preóptico
ventrolateral hipotalámico, participa en la inducción del sueño
inhibiendo los sistemas de la vigilia [31]. Asimismo, algunas
substancias pueden participar como moduladores, entre las que se
encuentran ciertos factores del sistema inmune, como las citocinas,
que desempeñan un papel importante en la regulación de los estados
de vigilancia.
8. Citocinas y Sueño
Las citocinas participan de manera importante como mensajeros del
sistema inmune. Estas proteínas son sintetizadas por varios tipos de
células, donde se incluyen los linfocitos y los macrófagos, ya que a
diferencia de las hormonas, las citocinas no son sintetizadas en
órganos especiales. Una de las funciones principales de las células T,
una variedad de los linfocitos, es la producción de citocinas.
Se han descrito diferentes tipos de células T, tales como Células T
cooperadoras, células T supresoras y células T reguladoras. Estos
diferentes tipos de células, sintetizan diferentes citocinas. Así por
ejemplo, las células T cooperadoras, se dividen en 2 categorías:
células Th1 y Th2. Las células Th1 Sintetizan citocinas como el
interferon-gamma (IFN-gamma) y el factor de necrosis tumoral alfa
277
(TNF alfa) que estimulan la inmunidad celular. Mientras que las células
Th2 estimulan la inmunidad humoral asociada con la producción de
anticuerpos, por medio de las interleucinas (IL) 4, 6 y 10 [32,33,34].
Varios tipos de células, incluyendo neuronas centrales y periféricas,
así como el tejido linfoide, tienen receptores superficiales para las
citocinas. La actividad de una citocina puede interactuar con la de
otra, incluyendo la síntesis y secreción de otras citocinas [32].
Aunque se han descrito más de 20 citocinas diferentes, solamente
unas pocas se encuentran presentes en la circulación sanguínea de
individuos sanos [32], siendo difícil estudiar en humanos estas
proteínas. Además, las citocinas se caracterizan por su utilización y
degradación rápida, así como por su rápida unión a los receptores
celulares [33]. Numerosas citocinas han sido asociadas con el sueño
en animales y en humanos, entre las que se encuentran las ILs
1,2,4,6, 8,10,13 y 18; los IFNs alfa, beta y gama, el factor de
crecimiento transformante y el TNF [34,35]. En la tabla 2 se resume el
efecto de estas citocinas sobre el sueño.
278
Se ha estudiado exhaustivamente el efecto sobre el sueño de las
citocinas IL-1 y TNF-alfa. Además, se han descrito receptores para
estas citocinas en diferentes regiones del encéfalo entre las que se
encuentran el hipocampo, el hipotálamo, el tallo cerebral y la corteza
cerebral [35-38]. La administración de citocinas a dosis bajas produce
un incremento del sueño NMOR en varias especies de animales,
mientras que dosis altas inducen una disminución [35]. Cuando se
administra a un animal una sustancia que suprime o antagoniza la
acción de la citocinas, tal como un anticuerpo o un receptor soluble
para la citocinas, se incrementa el nivel del sueño NMOR [34,35].
Asimismo, se ha observado en el ser humano que los niveles de IL-1
son más altos al inicio del sueño [39].
279
constante, incluyendo los pacientes de las unidades de cuidados
intensivos, presentan niveles altos de hormonas circulantes asociadas
al eje HHA, coincidiendo con niveles más bajos de sueño.
280
influenciada por interacciones entre hormonas neuroendocrinas,
citocinas y el marcapaso circadiano [48].
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