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María que desata los nudos y el

papa Francisco

“María que desata los nudos” es una particular devoción a la Virgen Maria que nace en Alemania a
principios de 1700. Las noticias históricas sobre esta devoción son escasas y no muy detalladas. Al origen de la
devoción hay una historia de vida cotidiana: una historia familiar.
Wolfgang Langenmantel y Sophie Imhoff se casaron en 1612 pero después de poco tiempo, unos tres años, su
matrimonio entró en crisis, tanto que los dos esposos pensaron en el divorcio; una idea que empezaron a
considerar muy seriamente.

Antes de la completa separación, el noble Wolfgang decidió pedir ayuda en el cercano monasterio de
Ingolstad (a unos 70 Km de Ausburg) donde residía el padre jesuita Jakob Rem conocido y apreciado por todos
por su discernimiento y su profundidad espiritual. El jesuita decidió encomendar esta grave situación a la
intercesión de la Virgen y juntos rezaron con intensidad y devoción invocando la ayuda de María “tres veces
admirable”.

Es inútil afirmar (no estaríamos aquí contándolo) que la pareja experimentó los efectos positivos de la oración a
Dios a través de María. Gracias a los distintos momentos de oración con el padre Jakob ante el altar de la Virgen
María, la situación de los esposos cambió de manera progresiva hasta la mutua reconciliación.

A este propósito suele citarse un evento extraordinarioocurrido al padre Jakob el día 28 de septiembre de 1615
en la capilla del monasterio. Los testimonios acerca de este episodio son pocos y muy confusos: existen relatos
disconformes y dudosos. El milagro tiene que ver con el padre Rem y… unos nudos. Durante la oración en favor de
Wolfgan y Sophie (o bien durante la celebración de un matrimonio) los nudos de una cinta se desataron
milagrosamente y la cinta adquirió un color resplandeciente, como nuevo. Es probable que se tratase de la cinta
matrimonial de los esposos en crisis; en efecto, durante cada celebración matrimonial las manos de los novios eran
atadas entre ellas como señal de un vínculo indisoluble. Aquella cinta, quizá vuelta a tomar por el jesuita en ocasión
de la especial oración, se desató y se volvió nuevamente de un blanco resplandeciente como en el día del
matrimonio.
El milagro se tiñe de leyenda. Es mornal que sea así, después de 300 años, en el caso de una devoción
descubierta hace pocas decenas de años. Pero el verdadero milagro es el “milagro moral”, el de la reconciliación,
del perdón entre los dos esposos a punto de dividirse. Allí donde el perdón es imposible para los hombres –
amarrados por el rencor, el resentimiento, el orgullo y el odio – solo la intervención del Amor de Dios puede hacer
posible la reconciliación. He aquí el verdadero milagro: ¡el matrimonio se salva y el Divisor es derrotado!

La novena a María que desata los nudos es conocida como la “Novena que derrota al diablo”. En efecto,
según el relato del exorcista capuchino, el padre Cipriano de Meo, ha sido el mismo diablo, durante un exorcismo,
quien confesó que fue aquella novena – rezada por la mujer de un hombre poseído – la que destruyó el plan
omicida hacia el pobre desafortunado. Desde aquel momento el exorcista aconsejó a todos sus “clientes” que se
encomendaran a la Virgen María a través de esta novena particular que destruye los planes del diablo.

Pero volvamos a nuestra historia…

Pasaron los años y el nieto de Wolfgan y Sophie, Hieronymus Ambrosius Von Langenmantel, emprendió la
vida religiosa convirtiéndose en Canónigo de la Iglesia de St. Peter en Augusta. Hieronymus dedicó una de las
capillas de la iglesia a la memoria de su familia y comisionó un retablo para recordar el matrimonio de sus abuelos
salvado gracias a la intercesión de la virgen María. El autor del cuadro fue el pintor Johann Melchior Georg
Schmittdner que llevó a cabo la obra entre 1699 y 1700.

La Virgen está representada en el cielo, entre los ángeles, mientras desata unos nudos de una cinta que le
ofrece un ángel situado a su izquierda; después de haber desatado los nudos, María le pasa la cinta desatada a
otro ángel que se encuentra a su derecha. El episodio recuerda evidentemente el milagro del perdón matrimonial
subrayando la importancia de la figura de María como mediadora en la vida de pareja. En la parte inferior del
retablo se representa un interesante particular: el ángel Rafael acompaña a Tobías al encuentro con su esposa. La
historia procede del Antiguo Testamento, del libro de Tobías. La imagen de Tobías y el ángel quiere subrayar, una
vez más, que el matrimonio es deseado y conducido a buen fin por Dios quien envía a sus ángeles para ayudar a la
pareja casada. Se puede leer aquí también la figura de Wolfgan Langenmantel que, acompañado por el ángel de la
guarda, camina hacia el monasterio de los jesuítas para pedir ayuda a Dios en un momento de dificultad.

Superada la crisis matrimonial, cumplido el “milagro moral” del perdon, ofrecido e entronizado el retablo de
agradecimiento en la Iglesia de San Pedro, vemos nacer en torno a esta Virgen que “desata los nudos” una
devoción: se recurre a ella sobretodo por problemas familiares. Pero la popularidad de la imagen quedará limitada
al territorio circunstante por al menos dos siglos.

Solo en el siglo XX esta imagen mariana saldrá de los confines europeos para darse a conocer en el Nuevo
Mundo. Fue el actual papa Francisco quien promovió la devoción a la “desatanudos” en América.

Cuando el Padre Jorge Mario Bergoglio conoció por primera


vez esta imagen se enamoró inmediatamente de esta devoción. Era la segunda mitad de los años ochenta. En
el 1986 el padre Bergoglio viajó a Augsburg (o Augusta), la bella ciudad en el sur de Alemania, para completar su
tesis doctoral sobre el teólogo alemán romano Guardini. Durante su estancia alemana visitó la Iglesia de St. Peter
am Perlach administrada por sus hermanos jesuítas. Fue allí donde Bergoglio vió por primera vez el lienzo con el
diseño de María que desata los nudos, conoció su historia y la devoción y decidió llevarse la “desatanudos” a
Buenos Aires como un regalo para sus feligreses. Como aquellos padres que, debiendo alejarse de su casa por
algunos días, al regresar traen regalitos para los hijos que esperan impacientes su regreso, así Bergoglio decidió
llevar a Argentina algunas estampas de aquella bella imagen de María para reproducirlas y difundirlas en su patria.
En Argentina Bergoglio comenzó a distribuir las imágenes a sacerdotes y fieles de su diócesis.
En 1996 el párroco de la parroquia de San José del Talar en Buenos Aires, decidió difundir la devoción a
María que desata los nudos en su parroquia. Le dedicó un altar a esta imagen y la Virgen “desatanudos” (en una
reproducción pintada por una artista local) fué colocada en el lado izquierdo de la Iglesia. Hoy, en Buenos Aires, la
parroquia de San José es conocida como el “Santuario de la Virgen que desata nudos”. Los feligreses pasan a
saludar a la bella imagen pidiendo a María que proteja sus familias, y el día 8 de cada mes centenares de
peregrinos se reúnen para celebrar la fiesta semanal de María.

El Cardenal Bergoglio, en aquel entonces obispo de Buenos


Aires, celebró la Santa Misa en San José del Talar el 8 de diciembre de 2011 en ocasión de los 15 años de
entronización de la imagen en aquella parroquia. En la homilia afirmó: “Dios, que derrocha su gracia para sus
hijos, quiere que nos confiemos a Ella, que le confiemos los nudos de nuestros pecados para que ella se los
acerque a su hijo Jesús”.
Desde que Bergoglio fue elegido Papa muchos han recordado esta devoción de origen alemana que el
Santo Padre ha contribuido a difundir en todo el mundo. En efecto, Bergoglio es muy devoto de la Virgen, tanto
que el dia después de su elección a Sumo Pontifice quiso visitarla en la Basilica de Santa María la Mayor (Santa
Maria Maggiore) en Roma. Así ha dado inicio a su pontificado, poniendo todo en las ábiles manos de María, incluso
los nudos más apretados, aquellos que sólo Ella puede deshacer.

Miguel Cuartero Samperi

https://testadelserpente.wordpress.com/2014/03/13/maria-que-desata-los-nudos-y-el-papa-francisco/

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