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El falso debate de lo subjetivo/objetivo

Vi por allí un librito, muy bueno por otra parte, que manejaba un par de términos
completamente inaceptables, hablaban, por ahí, de ‘realidad objetiva’ y ‘realidad subjetiva’. ¡Qué
cosa! La sola mención de ‘realidad subjetiva’ debería enviar tenebrosos estremecimientos a través

de nuestras columnas epistemológicas…


nuestra manera de ver el mundo, nuestra cultura, nuestra noción de las cosas no debería aceptar
algo como ‘realidad subjetiva’, sin embargo, en ese texto, ahí está, ta-tín, tal cual, pum, ‘realidad
subjetiva’, puesta sin culpa. Escribir eso debería obtener la misma condena que ‘subir abajo’ o
‘atrás adelante’, y contradicciones de similar peso. ‘Realidad subjetiva’ no debería tener el menor
peso como concepto, debería figurar sólo en ‘fe de erratas’, para corregir errores de lo ya escrito;
pero nuestro epistemología, nuestro entender, hace tiempo que ya se fue al traste, así que, pues,
no queda otra opción que hablar/informar para ir cambiando poco a poco. Una pena, algo tan
básico, y ni siquiera eso lo vemos bien.
La realidad es la misma para ti que para mí. Tú y yo la compartimos. La realidad no está
determinada por tu capacidad de abordarla… está ahí, si eres ciego, está ahí, si eres sordo, está
ahí, si sólo puedes ver la parte visible del espectro electromagnético, está ahí, si puedes ver rayos
x, está ahí, es independiente a tus límites e incomprensiones, es la misma para todos. Por eso la
llamamos realidad. Si no, no lo sería. Sería otra cosa, sería ‘capricho’, sería ‘opinión’.
El concepto de realidad respalda todo lo que conocemos como proceso científico, y
también ideas tan pedestres como el sentido común, la funcionalidad, conocimiento empírico, y
todo aquello que tuvo un uso práctico antes de que inventemos algo tan útil como la escritura.
Precisamente, el otro día vi ‘Los Croods’—que está muy divertida, por cierto—la película de
animación sobre una familia de las cavernas, como se dice vulgarmente y que los guionistas
tomaron muy en serio. Pues, la película difunde un falso arquetipo de lo que pensamos fueron los
hombres primitivos; sin embargo, los estudios antropológicos de los pueblos más primitivos del
planeta (por mencionar a alguien: bosquimanos africanos, aborígenes australianos, o indígenas
amazónicos), nos muestran que los seres humanos siempre conocen muy bien su ambiente y
tienen una noción perfecta de ser lo que son: el depredador supremo de su medio, más que el
jaguar, más que el león, más que el tigre, el primate superior. En segundo lugar, tienen un
conocimiento práctico de mil y un cosas, desde cómo hacer fuego hasta qué planta es buena para
qué problema, o cómo hacer un arco y una flecha, pintura, manipular madera, mimbre, y un muy
largo etcétera.
Debido a que el ser humano es un producto evolutivo de primates previos, la idea de
‘hombre de las cavernas’, como una criatura medio bestial y primitiva, sólo se podría aplicar a el
homo habilis, que es un ancestro remoto (pienso en ‘La guerra del fuego’, 1981, como ejemplo. En
este filme, los ‘humanos’ apenas hablan; aunque sean relativamente sofisticados en su quehacer
diario. ‘El clan del Oso’, 1986, también refleja, en parte, esta noción falsa de nuestros
antepasados—falsa, claro, si podemos juzgar al pasado en base a lo que hemos visto y
conocemos. Diría que los restos arqueológicos y antropológicos respaldan la noción de
antepasados primitivos a la vez que muy sofisticados, siquiera tanto como los bosquimanos o
aborígenes), muy lejano en el árbol evolutivo. ¿Y qué tiene que ver este asunto de hombres mono
con el tema de objetivo/subjetivo? Que hemos sido los predadores supremos porque hemos sabido
lidiar con la realidad: que es la misma para ti como para mí y para lo que fueron ellos, y son los
bosquimanos o aborígenes australianos. Así, comprendimos, conocimos y utilizamos nuestro
dominio sobre la realidad… y ahora, en este tiempo de supina decadencia cultural estamos
olvidando qué es qué y, por lo tanto, estamos dejando a un lado nuestra capacidad para abordar
nuestros problemas ‘reales’.
El momento en que creemos que lo ‘subjetivo’ y la ‘realidad’ son uno mismo, ya estamos
hundiendo el bote. No son términos que puedan relacionarse.
Hay piedras que chocan y hacen chispa, eso es realidad. Si conoces la realidad podrás
afectarla, y debido a que la realidad es la misma para ti que para mí, pues, podemos compartir
información sobre la realidad: ‘se vienen 5 mamuts’, ‘hay un tigre dientes de sable a la vuelta de la
próxima arboleda’, y compartir eso nos ayuda para lidiar con la realidad. En el fondo, es así de
simple. Lo subjetivo no tiene nada que ver con ese mundo compartido, lo subjetivo es la valoración
personal, y es cuestión de ‘percepción’, no tiene nada que ver con realidad, sino con cómo la
percibimos. La Real Academia de la Lengua no podía estar más correcta en su definición, que está
muy clara: 1. adj. Perteneciente o relativo al sujeto, considerado en oposición al mundo
externo.2. adj. Perteneciente o relativo a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí
mismo. ‘Considerado en oposición al mundo externo’, ¿es que hay algo más que decir? La realidad
es objetiva, está fuera de nosotros, y la percibimos con nuestros cinco sentidos, más nuestra
capacidad de recordar y razonar (lógica y memoria). Lo subjetivo está dentro de nosotros, porque
no hay nada haya afuera sobre lo que no tengamos un parecer, una sensación personal…
Realidad: ‘se vienen cinco mamuts’, opinión personal: me gusta, o no me gusta.
Y la verdad que lo obvio, en algunos casos, no es suficiente.
No es que podamos separar uno de otro, todo sustantivo, podríamos decir, en el
lenguaje, hace referencia a algo que está ahí, ya sea sensorial o conceptualmente. Algo tan
abstracto como el odio y el amor son perceptibles, estoy seguro que podríamos medirlo por cómo
reacciona una persona ante cierta información.
Incluso hay científicos que saben los
componentes en nuestra sangre que ‘delatan’ cierto tipo de amor—el más biológico—y le otorgaron
una vida de seis meses. Dilatación de ojo, pulsaciones, sonrisas, reacciones de piel, todo eso
podríamos utilizar para identificar la realidad del ‘amor o el odio’, que, aunque muy diferentes, son
sentimientos básicos y bastante explícitos, todos los conocen, todos los han sentido. Entonces, esa
realidad, ¿es percepción o es ‘realidad?, ¿es objetiva o subjetiva? Esto es más complicado, pero
sigue siendo ‘realidad’, por más que haya sido un proceso subjetivo el que haya hecho que la
persona odie o ame, podemos ver, percibir esos sentimientos, ya sea a través de nuestra lectura
del lenguaje corporal, la información que recibimos de la persona o exámenes médicos pertinentes,
por sutiles que fueren.
Y esa ‘percepción exterior’ la podemos relacionar con la ‘falsibilidad’ de Popper, de
tangente, pero sirve. Digamos que lo científico debía abordar lo que puede ser ‘falsible’, haciendo
un calco del inglés, lo que podía ser falso. Si no podía ser falso era algo que estaba más allá del
campo científico. Popper, en el fondo, estaba hablando de la realidad, del proceso científico—su
idea es más compleja, tal vez de manera innecesaria; me tomo la libertad de hacer esta
asociación. Si puede o no ser así, tiene que ser la realidad: si hay 5 mamuts puedes ir y contarlos,
verificar su ‘realidad’. Podrías decir que hay 6, donde en verdad sólo hay 5, o sea: debido a que se
puede confirmar se puede falsificar… eso es realidad, lo objetivo puede estar o no ahí, es
verificable, y, por lo tanto, es posible de ser falsificado. Verificarlo/falsificarlo. Y sólo hay una
‘verdad’, sólo una ‘realidad’. Por otro lado están todos los otros aspectos de nuestro diario vivir que
no podemos ‘verificar’, o que ‘verificar’ no serviría ningún propósito práctico. Imagina que alguien te
pregunta si te gusta ‘algo’, no sé, una música X, y tú dices que sí, ya que comienza bien, después
dices que ‘no’, porque la pieza se torna monótona, vuelves a cambiar de opinión, otra vez, debido a
que la pieza tiene un coro atractivo, y finalmente acaba bien… dijiste: sí, no, sí, y cada uno fue
‘verdad’ en su momento… No es algo duro, como los mamuts que se pueden contar, y que son
sólo 5. En lo subjetivo, no importa la verdad, ya que ésta cambia, muta constantemente, y cada
mutación es válida. Eso es percepción, depende del mundo interno. La realidad objetiva es ‘verdad’
práctica, lo subjetivo puede ser ‘verdad’ todo lo que quiera; pero no tiene ningún valor práctico.
Puedes preguntar a mil personas la opinión que tienen sobre algo, y todas, por diferentes que
sean, serán ‘opiniones’ válidas.
Si bien podemos hacer la relación entre ‘realidad’ y verdad, debemos hacer la relación
entre ‘subjetividad’ y verdad, en vez de con ‘realidad’. Debido a que si reconocemos que la
‘realidad’ puede ser personal, pues, todo se vuelve un revoltijo inútil. La idea de realidad es que
está allá afuera para que la podamos verificar, que tú y yo debemos lidiar con ella, y saber lidiar
con ella nos ayuda; lo subjetivo siempre es realidad, incluso las contradicciones de que a alguien le
parezca algo como ‘One direction’ un grupo musical memorable, o lo consideren pésimo, ambas
son posiciones válidas, desde el punto de vista de opiniones, pero su validez no conlleva ninguna
relevancia práctica. Hay personas que no pueden distinguir todas las notas, sordos tonales, los
oídos perfectos son de uno en diez mil, entre las personas con mal oído, lo producido por X o Z
buen cantante debe sonar lo mismo que lo producido por Y o V mal cantante… eso es ‘verdad’
subjetiva, siempre válida, a lo que nunca deberíamos llamar ‘realidad’ subjetiva. ¿Por qué? Porque
si lo llamas ‘realidad subjetiva’ estás metiendo su mundo, el de cualquiera, en el tuyo, y eso tiene
muchísimos problemas epistemológicos, sociales y políticos.
La verdad puede ser tuya, como en el caso de un testigo único de un suceso cualquiera,
pero la realidad nos pertenece a todos; haya, o no, testigos.
La realidad no puede ser manipulada, la subjetividad es la verdad del público, el ‘no me
gusta’ que puede coexistir perfectamente con el ‘sí me gusta’. La subjetividad puede servir un fin
práctico, ya que es una verdad con la que se debe lidiar, como regalarle flores violetas a alguien
que le gustan de ese color. De la misma manera, es útil para multitud de instituciones el conocer la
subjetividad, el parecer del público.
Etcétera…
Y el hecho de que seamos tan torpes para definir ‘la realidad’, explica muy bien por qué
estamos siendo tan ineptos a la hora de abordarla.
CRÉDITOS: Primera imagen, una foto de la estatua de Giordano Bruno, de Jastrow. Segunda
imagen, un laberinto. (Es que, en el fondo, pues, no hay ilustraciones apropiadas para esta
nota ¿no?)
A la entrada le falta todo un pedazo, pero ya está demasiado largo tal como está. Debí haber
hablado sobre la complementariedad, en vez de oposición, entre lo subjetivo y lo objetivo.
La realidad nos rodea, y siempre la estamos evaluando caprichosamente. Subjetivo y
objetivo no son opuestos, son dos aspectos de todo aquello que nos rodea, está ahí, fuera
de nosotros, y está ahí, siendo evaluado por nosotros. No es dicotomía, no es un par
opuesto, no es uno u otro, es los dos a la vez...
Como siempre, hay muchas historias acontenciendo en este mundo, que será muy burro,
pero está bien divetido. Japón ha decidido cometer suicidio económico, o siquiera un gran
empobrecimiento de un país que ya está sufriendo 15 años de horrorosas políticas
keynesianas... La guerra sigue en Siria, con algunas victorias al sur del país, para los
rebeldes. Maduro ganó en Venezuela, y la situación social y económica es tan desesperada,
que la victoria de Maduro es lo mejor que podría haberle sucedido a la oposición...
Venezuela, en pocos meses, será ingobernable.
Baj, y hay cosas peores, pero, si vemos el lado entretenido de las cosas, el compadre PSY
puede que haya hecho algo logrado por muy pocos, generarse una fama mundial fuera del
circuito; aunque con el apoyo de, los Estados Unidos. Ya salió su más reciente video, y
sigue la fórmula del anterior, mostrar algo que no es. La canción se titula 'Gentleman', o
'señor', y se comporta como un palurdo máximo--un tanto demasiado diría yo--. La música
es monótona, fácil y pegajosa, me la imagino ocupando el lugar de la anterior, en toda fiesta,
muy fácilmente. Los números de las visitas a su video son estratosféricos... Y me alegra ver
que vuelven sus amigos

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