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Consta en el ANEXO C (CUERPO A), consignado con este escrito de amparo que en fecha
07 DE FEBRERO DE 2014, en la que se informó a la Inspectoría de Tribunales que para
esa fecha no se me había informado ni por escrito ni verbalmente sobre la sustanciación de
la denuncia interpuesta y, que dada la gravedad de los hechos delictivos denunciados
solicité que se recabaran los documentos probatorios señalados en el referido escrito.
Consta en el ANEXO D (CUERPO A), consignado con este escrito de amparo que en fecha
26 DE FEBRERO DE 2014 y en fecha 13 DE MARZO DE 2014, se interpuso denuncia
por ante la OFICINA DE ATENCIÓN AL CIUDADANO y por ante LA INSPECTORÍA
GENERAL DE TRIBUNALES, respectivamente, en donde se amplió la denuncia ut supra
en los siguientes términos:
“…Interpongo denuncia para que sea agregada y sustanciada
conjuntamente con el Expediente de la Denuncia N° 430 en contra dela ciudadana
MARÍA CECILIA HUNG CASTRO, Jueza 35º DE PRIMERA INSTANCIA
EN FUNCIONES DE CONTROL ESTADAL DEL CIRCUITO JUDICIAL
PENAL DEL AREA METROPOLITANA DE CARACAS. (La denunciada)…”
“…Omissis…”
“…Visto y demostrado la ocurrencia de los delitos denunciados emplazamos a
esta Inspectoría De Tribunales para que se recaben las pruebas contundentes e
irrefutables y que los Jueces de Control denunciados por esta vía, tratan de
ocultar y omitir procesos y sentencias fraudulentas, impidiendo que se realice la
audiencia oral para que queden demostrados dichos delitos.
Vista esta situación y que para la fecha de hoy no me ha sido informada sobre la
situación de la sustanciación de la denuncia interpuesta,…”(Subrayado nuestro)
Consta en el ANEXO E (CUERPO A), consignado con este escrito de amparo que en fecha
22 y 30 DE ABRIL DE 2014 que dado el largo tiempo transcurrido desde la denuncia
interpuesta se le solicitó a la INSPECTORÍA DE TRIBUNALES
“… para que se me informe a través de escrito debidamente fundamentado sobre
la sustanciación, el procedimiento jurídico aplicado y las resultas de las denuncias
ut supra interpuestas, todo de acuerdo con las garantías constitucionales de un
debido proceso, a una justa y sana administración de justicia, sin dilaciones y
debidamente fundamentado en la sentencia N° 516 del 07 de mayo de 2013 y su
aclaratoria (N° 1388) de fecha 17 de diciembre emanada de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, caso: NANCY CASTRO DE
VÁRVARO, Expediente N° 09-1038.
Sirva también la presente, para solicitar copias certificadas de todo el
expediente contentivo de mis denuncias y de su sustanciación, a los fines de
ejercer mi solicitud de amparo constitucional y a la vez de ejercer la protección
de mis derechos y de mi dignidad por ante la DEFENSORÍA DEL PUEBLO…”
Consta en el ANEXO F (CUERPO A), consignado con este escrito de amparo que en fecha
08 DE MAYO DE 2014 que se le solicitó a la INSPECTORÍA DE TRIBUNALES sobre el
estado de la sustanciación de mi denuncia y:
“…siendo atendida por la ciudadana Inspectora DANIELA
ALEJANDRA MARVAEZ ESCALONA, quien me informó que mi denunciada
fue desestimada por no encontrar elementos de prueba en contra de los jueces
denunciados.
El día 06 de mayo del corriente asistí al Piso 6 del Palacio de Justicia,
Oficina de Reclamos para chequear el estado de mis reclamos consignados en
fecha 04 y 06 de febrero del corriente, de lo cual me fue mostrado el expediente
en donde constan mis respectivas denuncias en original, las cuales no fueron
enviadas a esta Inspectoría.
Visto lo anterior, es evidente la existencia de la fuerte presunción que las
referidas denunciadas nunca fueron evaluadas por la ciudadana Inspectora antes
referida, lo cual me conlleva a concluir que es totalmente falso que mi causa fuera
sustanciada y, caso de haberse sustanciado fue en detrimento de mis derechos
constitucionales, es decir, mi derecho a la defensa, a una administración de
justicia imparcial, y lo más grave aún, irrespetando mi dignidad, realizando actos
nada éticos en la sustanciación de mis denuncias, rechazando todos mis
elementos probatorios que demuestran que los jueces denunciados sí cometieron
los delitos denunciados.
Consta en el ANEXO G (CUERPO A), consignado con este escrito de amparo que en fecha
28 DE MAYO DE 2014 en donde se informó al TRIBUNAL DISCIPLINARIO
JUDICIAL que:
“… Para la fecha de hoy no se ha dado respuesta de la solicitud
interpuesta en fecha 22 de abril de 2014, lo cual evidencia conducta
parcializada, de encubrimiento y de denegación de justicia por parte de la
INSPECTORÌA GENERAL DE TRIBUNALES, quien haciendo caso omiso a
mis pruebas evidentes y mis alegatos sin prueba en contrario, nunca fui
informada por ninguna vía, sea escrita o por teléfono, sobre alguna providencia o
actuación sobre la situación del procedimiento llevado por la referida Inspectoría,
quien siempre utilizando arteras mentiras y argumentos falaces para engañarme,
haciéndome ver que estaban procediendo con mis denuncias y lo más grave aún
negarme mi derecho a las fotocopias certificadas solicitadas de mi expediente.
Debido a la violación de mis derechos y de principios constitucionales como
denunciante, solicito a esta institución, en base al Respeto a la dignidad humana,
El Principio de Igualdad, Principio de Acceso a la Justicia, de la garantía del debido
proceso y el derecho al acceso a una justicia imparcial y sin formalismos inútiles,
consagradas en los artículos 2, 21, 26, 49. 1° y 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, se oficie a la INSPECTORIA GENERAL DE
TRIBUNALES para que sea remitido el expediente asignado con el N° 430 a
este TRIBUNAL DISCIPLINARIO JUDICIAL, para que proceda con base en
el artículo 62 y siguientes del Código de Ética del Juez Venezolano y la Jueza
Venezolana, y dada la gravedad de lo denunciado solicitamos de acuerdo con el
artículo 61, ejusdem, la suspensión provisional de los denunciados del ejercicio
del cargo de juez o jueza; ello sin menoscabo de la potestad que le asiste a este
Tribunal de decretar durante el juicio, aun de oficio, dicha cautela…”
Consta en el ANEXO I (CUERPO A), consignado con este escrito de amparo que
nuevamente en fecha 03 DE NOVIEMBRE DE 2014 se le estableció tanto a la
INSPECTORÍA DE TRIBUNALES como al TRIBUNAL DISCIPLINARIO JUDICIAL
que dado el largo tiempo transcurrido desde la denuncia interpuesta se les solicitó que:
“…En fecha 13 de agosto de 2014 interpuse escrito por ante esta Inspectoría,
solicitando para que se me informara a través de escrito debidamente
fundamentado sobre la sustanciación, el auto de admisión de la denuncia, el
procedimiento jurídico aplicado y las resultas de las denuncias ut supra
interpuestas y también solicité en esa misma fecha copias certificadas de todo el
expediente contentivo de mis denuncias y de su sustanciación por esta
Inspectoría, a los fines de ejercer mi solicitud de amparo constitucional y a la vez
de ejercer la protección de mis derechos y de mi dignidad por ante la
DEFENSORIA DEL PUEBLO.
Dado lo anterior y el largo tiempo transcurrido sin respuesta alguna sobre lo
planteado, solicito dignamente a esta INSPECTORIA GENERAL DE
TRIBUNALES para que se pronuncie sobre las peticiones planteadas y así ejercer
mis derechos respectivos…”
PUNTO II
ANTECEDENTES EN LA SALA CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL SUPREMO DE
JUSTICIA, LA SALA DE CASACIÓN PENAL, FISCALÍA 16° DEL ÁREA
METROPOLITANA, JUZGADOS 30° y 35° EN FUNCIONES DE CONTROL DEL ÁREA
METROPOLITANA, SALA 2° DE APELACIONES DEL ÁREA METROPOLITANA,
“…Omissis…”
“…Omissis…”
“…Ommissis…”
“…Ommissis…”
“…2.- Respecto de las competencias del Inspector General de Tribunales para solicitar el
sobreseimiento de la causa y para impulsar la sanción contra un juez o una jueza, los
solicitantes acusan dudas sobre los aspectos siguientes: i) si es un poder discrecional; ii) si
es el único facultado para recibir la denuncia; iii) quién controla la investigación realizada
por el Inspector cuando se presuma con fundamento la existencia de un ilícito
disciplinario; iv) cuánto tiempo durara la investigación; y v) ante quién se recurrirá el auto
que acuerde el archivo ordenado por el Inspector.
En ese sentido se debe comenzar por afirmar dos cosas. La primera, que en materia
sancionatoria no hay lugar para poderes discrecionales; y la segunda, que como corolario
de ello existe una clara distribución de competencias en la que se le asigna a cada órgano
un rol específico: el del Inspector General de Tribunales de investigar e impulsar la
sanción; y el de los órganos jurisdiccionales disciplinarios de juzgar la actuación del juez
en atención a lo presentado por el Inspector. Ni a uno ni a los otros le corresponde
cuestionar, más allá del diseño procesal, la institucionalidad en el actuar de cada uno.
De tal suerte que:
i) La competencia del Inspector General de Tribunales de solicitar
el sobreseimiento y de impulsar la sanción contra un juez o una jueza no es una
potestad discrecional. Su margen de actuación emerge del propio Código de Ética
del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana. Los supuestos del sobreseimiento
están delimitados en el artículo 60 eiusdem y los de la sanción por cada uno de
los tipos antijurídicos susceptibles de amonestación, suspensión o destitución
contenidos en el mismo Código;
ii) A tenor de lo señalado en la sentencia cuya aclaratoria se solicita, en el
sentido de: a) que “Las competencias que los artículos 52 y 55 del Código de
Ética del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana le atribuyen a la Oficina de
Sustanciación se reputarán propias de la Inspectoría General de Tribunales”; y
b) que “Las competencias que los artículos 55, 57 y 58 le atribuyen al Tribunal
Disciplinario Judicial se entenderán propias del Inspector General de
Tribunales”, se concluye que el Inspector General de Tribunales es el único
competente para admitir las denuncias contra los jueces y juezas. Si la denuncia
es recibida por cualquier otro órgano la misma debe ser remitida inmediatamente
al Inspector General de Tribunales para que éste proceda en consecuencia;
iii) El control de la investigación emerge del propio diseño procesal. En ese
sentido, a tenor del único aparte del artículo 55 del Código de Ética, la no
admisión de la denuncia tiene apelación por parte del denunciante dentro de los
cinco días hábiles siguientes a su notificación; sólo que, por orden de esta Sala,
dicha apelación corresponde ser conocida por el Tribunal Disciplinario Judicial.
El archivo de las actuaciones y el sobreseimiento es otro mecanismo procesal de
control, en virtud de que en función de lo establecido en el artículo 59, el archivo
de las actuaciones compete, a solicitud del Inspector General de Tribunales, al
Tribunal Disciplinario Judicial, decisión que incluso tiene apelación de parte
interesada por ante la Corte Disciplinaria Judicial; y el sobreseimiento, que
también debe ser decretado por el Tribunal Disciplinario Judicial a solicitud del
Inspector General de Tribunales, tiene consulta obligatoria dentro de los cinco
días de despacho siguientes o apelación de parte interesada a tenor del artículo
63.4 del aludido Código. El lapso de diez días hábiles contados a partir del auto
de apertura de la investigación para que ésta concluya también es un mecanismo
de control, pues finalizado dicho acto obliga a impulsar la sanción, a solicitar el
archivo de las actuaciones o a solicitar el sobreseimiento en los términos
descritos.
iv) La investigación, a tenor de lo dispuesto en el artículo 58 del Código durará
diez (10) días hábiles contados a partir de la apertura de la misma (lo cual, en el
caso de la denuncia, ocurre con su admisión), con la precisión de que la
investigación sólo puede ser realizada por el Inspector General de Tribunales, de
tal suerte que la “investigación” que puede realizar “cualquier órgano del Poder
Público” en los términos del artículo 53.3 se refiere en realidad a una “denuncia”
que puede ser interpuesta por cualquier órgano del Poder Público en los términos
establecidos por el artículo 54.
v) Siendo que el archivo de las actuaciones es competencia del Tribunal
Disciplinario Judicial, a solicitud del Inspector General de Tribunales, la
apelación de dicha decisión compete a la Corte Disciplinaria Judicial. así se
decide….”
De acuerdo con lo anterior, en el caso de marras se desprende de los hechos
narrados que la Inspectoría de Tribunales nunca ha emitido algún Auto de Apertura de la
Investigación de las denuncias interpuestas, así como tampoco ha emitido auto alguno, en
su condición de órgano instructor del procedimiento disciplinario, ordenando el archivo de
las actuaciones por no encontrar elementos de convicción en las denuncias realizadas.
Ciudadanos Magistrados esta justiciable demostró fehacientemente que los hechos
denunciados se cometieron en forma pública y notoria, que los jueces y fiscales
denunciados cometieron un sinnúmero de ‘actos vejatorios’, emitieron actas y sentencias
que atentaron y atentan ‘contra mi honra y mi dignidad, discriminaciones, creyéndose que
por su condición de superiores jerárquicos se tiene la obligación de tolerar y soportar sus
atropellos continuos, que rayan con la opresión y el abuso, la arbitrariedad, violación de
derechos humanos, de los cuales yo he sido una de esas víctimas y donde aporté mis
pruebas fehacientes de tales conductas, por ello los hechos ilícitos denunciados quedaron
comprobados, todo lo cual demuestra irrefutablemente el proceder escrito ut supra en este
caso, los ILÍCITOS DISCIPLINARIOS plenamente demostrados previsto y sancionado
con causal de DESTITUCIÓN agravada por la circunstancia de que violentaron derechos
constitucionales, y dado el cúmulo de denuncias interpuestas la Inspectoría de Tribunal,
conforme a sus atribuciones conferidas por LEY tenía que ORDENAR la apertura de un
procedimiento disciplinario por la conductas dañinas asumidas por los jueces denunciados
y considerando que no pueden aceptarse, ni convalidarse bajo ningunas circunstancias
comportamientos funcionariales que implican una cultura de violaciones de derechos
sagrados previsto en la Constitución y en los pactos, tratados y convenios suscritos y
ratificados por la República, porque se mancilla el Poder Judicial y la Constitución de la
república Bolivariana de Venezuela, por ende, se combate la IMPUNIDAD en materia
disciplinaria,
Visto de esta manera que, tal y como se desprende de los actos denunciados como
lesivos y tipificados en nuestro código penal, la Inspectoría General de Tribunales y el
Tribunal Disciplinario Judicial, efectivamente omitieron de manera absoluta sus
competencias establecidas por las sentencia ut supra, presuntamente no realizaron
investigación alguna sobre las probanzas aportadas por esta justiciable, y no realizaron
pronunciamiento alguno de dictar los actos de apertura y/o conclusivos correspondientes;
generando así que se mantenga indefinidamente abierta la investigación disciplinaria N°
430-13 que se sigue en contra de los denunciados.
A tal efecto, se recurre mediante esta solicitud de Amparo Constitucional,
fundamentado en violación del derecho a la defensa, de la garantía del debido proceso y el
derecho al acceso a una justicia imparcial, derecho de petición y protección de la
dignidad, consagradas en los artículos 2, 26, 27, 49. 1°. 8º, 51, 60 y 257 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela; obligando de esta manera a que esta justiciable
sea considerada una ciudadana con derecho a un sana e imparcial administración de
justicia, y al no haberse dado cumplimiento a lo anterior tanto por parte de la Inspectoría
General de Tribunales como del Tribunal Disciplinario Judicial, para quien suscribe es
forzoso declarar que existen indicios graves, lógicos y concordantes que la actitud procesal
de ambas instituciones, en el caso de marras violaron y violan mis derechos y garantías
constitucionales antes referidos, razón por la cual se acude en amparo constitucional para el
restablecimiento de la situación jurídica infringida.
PUNTO V
La Inspectoría de Tribunales y el Tribunal Disciplinario Judicial son órganos
contemplados en el Código de Ética del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana, publicado
en la Gaceta Oficial N° 39.236 del 6 de agosto de 2009, cuya reforma parcial fue publicada
en la Gaceta Oficial N° 39.493 del 23 de agosto de 2010, de conformidad con lo previsto en
el Articulo 213 de la República Bolivariana de Venezuela, es decir, que la actividad de la
autoridad de dichos órganos deriva de un mandato expreso de la Constitución y que su
competencia es ejercida en todo el territorio de la República, afectando así múltiples
factores políticos, sociales y económicos de la Nación. Por tal motivo quien suscribe
considera que los referidos órganos están incluidos en los órganos mencionados en el
artículo 8 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales
(Vid. sentencia N° 189/2004, recaída en el caso: Pablo Suárez Trejo).
Por cuanto, con fundamento en los artículos 266, cardinal 1, 335 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales y el artículo 25.20 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, y por cuanto, en el asunto de autos, el amparo se intenta contra las
actuaciones negativas (u omisivas) de la Inspectoría de Tribunales y de la Corte
Disciplinaria Judicial, como órganos judiciales de la denominada “jurisdicción
disciplinaria judicial”; atendiendo al criterio que dictaminó esta Sala Constitucional en
sentencia N°170/12.
Por tanto, debería esta Sala Constitucional en atención a lo dispuesto por el cardinal
18 del artículo 25 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia y la doctrina
vinculante en materia de amparo señalada, resultar competente para conocer, en única
instancia, la presente acción de amparo constitucional.
Sin embargo, tal como fue planteado anteriormente, la Sala Constitucional tuvo y
tiene conocimiento de los hechos denunciados a través de amparo interpuesto en fecha 26
de mayo de 2014 (expediente N· AA50-T-2014-000514) , declarándolo inadmisible en
sentencia proferida de fecha 25 de Julio de 2014, en la cual se omitieron de manera absoluta
todos los hechos delictivos realizados por un Tribunal de la República y a sabiendas de que
uno de los Magistrados de la Sala Constitucional es el Inspector de Tribunales, y de todo lo
cual para quien suscribe es forzoso declarar que la referida sentencia contravino el Estado
de derecho y de justicia establecido en el Artículo 2 de la Carta Magna y el Control Difuso
Constitucional contemplado en el Artículo 334, ejusdem.
Visto de esta manera, para quien suscribe los Magistrados de la Sala Constitucional
están inmersos en la causal de inhibición 15º del artículo 82º del Código de Procedimiento
Civil, y de acuerdo con lo establecido en el artículo 11 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, la sustanciación de esta acción de amparo deberá ser conocida por la
Presidente de la Sala Plena.
VI
PETITORIO
Por las razones que anteceden, solicito al Tribunal que sustancie esta causa que,
administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la ley: