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Enlace iónico. Un átomo dona electrones a otra especie, y al tener cargas opuestas se atraen
mutuamente.
En un enlace covalente apolar ambos átomos comparten el par de electrones para cumplir la regla del
octeto, no obstante el de mayor electronegatividad -en este caso el carbono- los atrae más fuertemente
y se recibe una carga parcial negativa (δ-); por el contrario, el otro átomo -el hidrógeno- está más
alejado del par de electrones y se carga parcialmente de forma positiva (δ+). El EO busca cuantificar y
explicar esta interacción: el carbono tiene un EO de -4 y cada hidrógeno +1 y al sumarlos da la carga de
la molécula (0).
Un átomo tiende a obedecer la regla del octeto para así tener una configuración
electrónica igual a la de los gases nobles, los cuales son muy estables químicamente (sus
átomos no forman enlaces químicos casi con nadie, ni siquiera con ellos mismos). Dicha regla
sostiene que un átomo tiende a tener ocho electrones en su nivel de energía más externo. En
el caso del hidrógeno este tiende a tener 2 electrones, lo cual le proporcionaría la misma
configuración electrónica que la del helio.
Cuando un átomo A necesita, por ejemplo, 3 electrones para obedecer la regla del octeto,
entonces dicho átomo tiende a tener un número de oxidación de -3, cuando adquiera esos 3
electrones. Por otro lado, cuando un átomo B tiene los 3 electrones que deben ser cedidos
para que el átomo A cumpla la ley del octeto, entonces este átomo tiende a tener un número
de oxidación de 3+, cuando ceda esos 3 electrones. En este ejemplo podemos deducir que los
átomos A y B pueden unirse para formar un compuesto, y que esto depende de las
interacciones entre ellos. La regla del octeto y del dueto pueden ser satisfechas compartiendo
electrones (formando compuestos covalentes, por ejemplo en moléculas como el agua) o
cediendo y adquiriendo electrones (formando compuestos iónicos como por ejemplo en
los cristales de cloruro de sodio).
Los elementos químicos se dividen en 3 grandes grupos, clasificados por el tipo de carga
eléctrica que pueden adquirir al participar en una reacción química:
Metales.
No metales.
Gases nobles.
Existen elementos metálicos que, dependiendo de las condiciones a que sean sometidos,
pueden funcionar como metales o no metales indistintamente. A estos elementos se les
denomina semimetales o metaloides.
Los elementos metálicos (los cuales tienden a ceder electrones) cuando forman compuestos
tienen normalmente estados de oxidación positivos. Los elementos no metálicos y
semimetálicos, en cambio, pueden tener estados de oxidación positivos y negativos,
dependiendo del compuesto que estén constituyendo.
– Los átomos se unen entre sí mediante enlaces para formar moléculas. Dichos enlaces
se originan captando, cediendo o compartiendo electrones entre los átomos que lo
forman.
– La valencia se suele expresar con un número sin signo que se corresponde con el
número de oxidación del elemento.
NÚMEROS DE OXIDACIÓN PRINCIPALES
– Los elementos que están en un grupo impar tienen todos los números de oxidación
impares desde el 1 hasta el número del grupo.
– Los elementos que están en un grupo par tienen todos los números de oxidación
pares desde el 2 hasta el número del grupo.
Como hemos visto, muchos elementos pueden actuar con varios números de oxidación
diferentes. Para determinar con qué número de oxidación está actuando un elemento
se deben tener en cuenta las siguientes reglas:
· El oxígeno actúa siempre con número de oxidación –2. Existen dos excepciones a
esta regla: los peróxidos, en los que el oxígeno actúa con valencia –1; y cuando se
combina con el flúor, con el que tiene +2.