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Bueno...lo de adolescentes es un proceso.

La parte motivacional de ellos va


orientada hacia la competitividad-premio...entonces te recomendaría actividades
dinámicas.

Primero haces una actividad súper dinámica para romper el hielo y llamar su
atención

Cómo es la primera clase, puedes iniciar con algo sencillo que te permitirá conocer
el pensamiento de ellos...por ejemplo: escribirse una carta a ellos mismos. Es decir,
así como cuando le escriben a otra persona...pero esta vez dirigida a ellos
mismos...les puedes decir que en ella redacten quién creen que son, sus metas,
proyectos, propósitos a nivel espiritual y secular. Mientras ellos escriben, puedes
colocar música instrumental. ..y una vez terminen, invitarás a que cada uno la lea
en voz alta.

Esta actividad es muy buena, porque te permitirá saber qué necesitan

Quién soy? Soy yo

- La persona que tenga la pelota en el momento en que no se oiga sonido


alguno deberá decir su nombre y una pregunta que le haga cada componente
del grupo.

- Debemos concretar que el ejercicio se repetirá cuántas veces se estime


oportuno para que se presenten la mayor parte del grupo.

Los sonidos de los animales


Esta dinámica es ideal para los primeros momentos de un grupo, pues
servirá para que los miembros se conozcan y compartir unas risas juntos.
El dinamizador lo introducirá como una dinámica de presentación y el
objetivo es que cada uno se aprenda los nombres de sus compañeros.
Comenzará el dinamizador diciendo su nombre e imitando el ruido de un
animal. Por ejemplo: me llamo Sara y “muuuuu”.
Quiquiriquí, miau, cucú, aúúú, bee, pio, cua, guau, OINK , HIIIIII HIIII
A continuación, la siguiente persona se presentará y añadirá el sonido de
animal que le guste y tendrá que repetir el de su anterior compañero. De
esta manera, la lista de nombres y ruidos será cada vez mayor.
Si una persona se equivoca, todo el grupo deberá empezar desde el
principio.
Evaluación: pasados unos minutos, preguntar a alguien cómo se llaman sus
compañeros, una vez que hayan tomado otro asiento o bien, se encuentren
realizando otra tarea con el objetivo de comprobar si se han aprendido los
nombres de sus compañeros.

Dinámica: ¿Quién soy?

¿Quién soy?

OBJETIVO

 Conseguir que la persona tenga conciencia de sí misma.

TIEMPO: MATERIAL:
Duración: 30 Minutos Fácil Adquisición
TAMAÑO DEL GRUPO:  Un cuestionario para cada participante.
Ilimitado  Lápiz o bolígrafo para cada participante
LUGAR:
Aula Normal
Un salón amplio bien iluminado acondicionado para que los
participantes puedan escribir cómodamente

DESARROLLO
VER FORMATO
I. El instructor da a cada participante el formato para que lo conteste en forma individual.
II. Una vez que han contestado el cuestionario, el instructor hace una reflexión sobre lo que comúnmente contestan las cuando se les
pregunta ¿Quién eres? Normalmente contestan que tienen, estado civil, etc. pero rara vez se descubre la esencia de la persona.
III. El instructor en sesión plenaria provoca comentarios en grupo por voluntarios que quieran aportar sus respuestas.
IV. El instructor puede guiar los comentarios a través de las siguientes preguntas:
A). ¿Qué dificultades tuvieron al llenar el cuestionario?
B). ¿Qué pregunta fue la más fácil o la más difícil?
C). ¿Cómo se sintieron al contestarlo?
D). Etc.
V) El instructor guía un proceso para que el grupo analice, como se puede aplicar lo aprendido en su vida.
¿QUIÉN SOY? Como persona:

1. Mi ___________favorito (a) es:

2. Si pudiera tener un deseo, sería:

3. Me siento feliz cuando:

4. Me siento triste cuando:

5. Me siento muy importante cuando:

6. Una pregunta tengo sobre la vida es:

7. Me enojo cuando:

9. Un pensamiento que aún sigo teniendo es:

10. Cuando me enojo, yo:

11. Cuando me siento triste, yo:

12. Cuando tengo miedo, yo:

13. Me da miedo cuando:

14. Algo que quiero, pero que me da miedo pedir, es:

15. Me siento valiente cuando:

16. Me sentí valiente cuando:

17. Amo a:

18. Me veo a mí mismo (a):

19. Algo que hago bien es:

20. Estoy preocupado (a):

21. Más que nada me gustaría:

22.Si fuera anciano (a):

23. Si fuera niño (a):

24. Lo mejor de ser yo es:

25.Odio:
26. Necesito:

27. Deseo:

¿Quién soy yo? ¿Cómo me llamo? ¿Qué edad tengo? ¿Qué es lo que más me gusta? ¿Qué cualidades tengo? ¿Cuál es mi
principal característica?

Invíteles a dibujar su retrato en una hoja y escribir sus datos más importantes. Peguen los dibujos en un papelógrafo y
comenten: ¿en qué nos parecemos? ¿en qué somos distintos? ¿qué nos llama la atención?

¿Para qué soy bueno, para qué soy buena? ¿Dónde esta mi fuerte? ¿Para qué soy bacán? ¿Cómo me siento cuando hago
lo que me gusta?

http://www.entreninos.org/archivos/entreninos03_01.pdf

. Dar a conocer la temática a trabajar


¿Quién soy yo...?

Esta fue la pregunta que un día se hizo David (1 Cr. 17:16). Revelaba mucho
más de lo que a primera vista podía parecer. No era un simple reconocimiento
de pequeñez o indignidad ante la grandeza de la gracia de Dios -que lo era-.
En el fondo entraña un enfrentamiento con la propia identidad de cada ser
humano.
En el fondo, cuando se ahonda en la cuestión con seriedad, difícilmente
puede evitarse un estremecimiento interior, pues la pregunta en cuestión
lleva aparejada otra no menos inquietante: Al «Quién soy yo» sigue el «qué
soy yo». Llegados a este punto, las preguntas se multiplican: ¿Soy un simple
átomo flotando en la inmensidad del universo o soy un ser diseñado por un
Creador maravilloso? ¿Soy fruto de un azar ciego o de un propósito divino,
sabio y bondadoso? ¿Soy un creyente fervoroso o un agnóstico enredado en
un ovillo de dudas? ¿o soy ambas cosas alternativamente? Las reflexiones
van sucediéndose y las conclusiones pueden variar según prevalezcan la fe o
la incertidumbre.

Viene a mi mente un poema del pastor alemán Dietrich Bonhoeffer escrito en


la cárcel poco tiempo antes de ser ejecutado en 1945 por su testimonio de
cristiano comprometido. El título de dicho poema es precisamente el mismo
que encabeza erste artículo:

¿Quién soy yo? me preguntan con frecuencia

(...) ¿Soy realmente lo que otros hombres dicen de mí

o soy solamente lo que yo mismo de mí conozco?

¿Quién soy yo? ¿éste o el otro?

¿Soy una persona hoy y otra mañana?

¿Soy ambas a un tiempo, un hipócrita ante otros

y ante mí mismo un cobarde despreciable?


¿O es que aún hay algo en mí comparable a un ejército derrotado

que, desordenado, huye de la victoria ya alcanzada?

¿Quién soy yo? Se burlan de mí estas solitarias preguntas mías.

Pero, quienquiera que sea, tú sabes, oh Dios, que soy tuyo.

Podrían multiplicarse esas disquisiciones y otras parecidas; pero importa


poco lo que yo, u otros como yo, piense de mí. Lo importante es lo que
piensa Dios. Como el salmista sé que Dios me ha examinado y conocido aun
en lo más recóndito de mi ser y en lo más escondido de mi conducta (Sal.
139:1-2). Esta realidad tiene mucho de inquietante, pues veo cuánto hay en mí
que le ofende. Pese a todo, él me ama hasta el punto de entregar a su Hijo a la
muerte para expiar mis pecados y así asegurar mi salvación. Ahora ¿qué soy
yo? Un hijo suyo, heredero de una gloria eterna.

Si me examino a la luz de mi pensamiento y de mis sentimientos, descubro


mucho que es reprochable. Puedo hacer mía la confesión del cisterciense
Guillermo de Teodorico: «Me miro, me discierno, me juzgo, y me convierto en
una laboriosa y tediosa cuestión para mí mismo». Pero todo cambia cuando
me examino como Dios me ve: a través de su Hijo amado y de sus méritos
infinitos. Entonces descubro no sólo que soy un hijo amado de Dios, sino que
él me ve «santo, santificado en Cristo» (1 Co. 1:2) que quiere guardarme y
usarme para su gloria en su obra de extensión del Evangelio.
¿Quién y qué soy yo? - Un hijo de Dios rescatado del pecado y la
condenación para servirle en la expansión de su Reino. No puede haber
mayor privilegio. Ni mayor bendición.

¡Gracias, Señor, por hacer de mí lo que realmente soy!

La quinta lección de la serie "Creer" trata sobre la nueva "IDENTIDAD EN CRISTO".

Pregunta clave: "¿Quién soy yo?"

Idea clave: "Creo que soy importante porque soy hijo de Dios"

Versículo clave: Juan 1:12 "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios;"

Todos tenemos un "nombre" que nos identifica. Algunos nombres tienen significados bonitos o están
puestos en honor a alguien que es admirado (otras veces, ya sé, se ponen sólo porque están de moda o
suenan bien...) ¿Sabes lo que significa tu nombre? El nombre de Eva, por ejemplo, significa: "Fuente de
vida". (Bonito, ¿verdad?)

Pero cuando queremos saber cuál es nuestra identidad con respecto a Dios solo
podemos definirnos en una de estas formas: los que son hijos de Dios y los que no. Sin
embargo, muchas personas confunden el ser "criaturas de Dios" (hechos a imagen y
semejanza de Dios) con ser "hijos de Dios". El versículo clave da luz a éste respecto.
Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón, cuando creemos en él y que él murió para
darnos salvación somos "adoptados" como hijos de Dios. Gálatas 3:26 dice hablando a
los creyentes de Galacia: "pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo
Jesús;" ¿En qué lugar estás? ¿Eres ya hijo/a?

La cebolla

Esta dinámica se realiza para crear un buen ambiente de trabajo y que el grupo se conozca
un poco más.

Objetivo:
Fomentar la conexión del grupo, la confianza y crear un buen clima de trabajo.

Cuándo usarla:

Cuando aún no se ha hecho ninguna actividad grupal y es necesario fomentar la conexión


del grupo.

Procedimiento:

1. Se elegirá a una persona voluntaria de entre el grupo que sea el/la granjero/a,
mientras que el resto del grupo será la cebolla.
2. Los participantes que forman la cebolla deben disponerse todos juntos de forma
concéntrica, como formando las capas de una cebolla y el/la granjero/a debe
intentar separarlos para “ir pelando la cebolla”.
3. Cada vez que un integrante de la cebolla sea separado del grupo se convierte en
granjero/a y debe ayudar a pelar la cebolla.
4. Cuando se termine la dinámica debe darse un tiempo para que el grupo exprese
qué le ha parecido la actividad y qué ha sentido mientras la realizaba.

Si el grupo es muy grande pueden formarse varias cebollas.

La duración total de esta actividad es de aproximadamente 15 minutos.

Recomendaciones:

Debe aclararse antes de empezar la actividad que no se puede ser violento, obviamente
debe emplearse la fuerza física para separar a los compañeros, pero siempre intentando no
hacer daño.

Es recomendable quitar todos los objetos con los que se puedan lastimar (como mesas y
sillas), que los participantes se quiten los zapatos para no pisarse y hacerse daño y, si es
posible, realizar la actividad sobre una colchoneta.

Objetivo:
Fomentar una buena comunicación y una reflexión crítica acerca de la información que les
llega.

Cuándo usarla:

Puede usarse en cualquier tipo de grupo, pero está especialmente indicada en aquellos en
los que haya miembros impulsivos que tienden a dar la opinión sobre un tema o contar una
información que les ha llegado sin reflexionarla.

Procedimiento:

1. Se eligen 4 o 5 voluntarios y se les invita a salir de la clase a todos menos a 1.


2. Se elige una historia corta y se le cuenta a el voluntario que se ha quedado (al final
de este apartado puedes ver un ejemplo de historia).
3. Una vez la ha escuchado el primer voluntario, este debe contársela a otro
voluntario de los que estaban fuera, después este voluntario se la contará al
siguiente y así sucesivamente hasta que no queden más voluntarios.
4. Finalmente se vuelve a leer en alto la historia para que todos la escuchen y
reflexionen sobre lo que les ha llegado y lo que les han contado a sus compañeros.

Esta actividad puede repetirse tantas veces haga falta para que todos los miembros del
grupo puedan participar.

La duración aproximada de la actividad es de unos 30 minutos por grupo.


Fuente de la historia Azpeitia, Galaradi, & Arguilea, 2016

Fotoproyección

El dinamizador divide al grupo por subgrupos, en función del número de participantes en la


actividad.

Le ofrece a cada subgrupo una fotografía y les pide que, de manera individual, escriban qué
sucedió antes de la foto, qué ocurre en el momento de la foto y qué pasará después.

Cuando hayan acabado, uno a uno comparte con sus compañeros su narración. Debaten
entre todos e intentan llegar a una situación común.

Cada subgrupo elige a un compañero que exponga delante de los demás compañeros.
Discusión: el dinamizador debe guiar el debate para que cada uno pueda aplicar estas
situaciones a su vida diaria.

Pasivo, agresivo y asertivo

El facilitador dirige una lluvia de ideas sobre la asertividad.

Después, de manera individual, cada uno debe pensar en la persona más sumisa que
conozcan y anotar características sobre su comportamiento.

Se les pide que se levanten todos y actúen de un lado al otro del aula o salón con una
actitud sumisa, utilizando exclusivamente el lenguaje no verbal.

El facilitador les pide que se queden quietos, como estatuas, adoptando gesto sumiso. Va
comentando y tomando nota de cómo el grupo ha caracterizado este comportamiento.

A continuación, se cambia de comportamiento sumiso a agresivo. Previamente, han de


escribir de manera individual las características de la comunicación agresiva.

De nuevo, han de quedarse paralizados y el facilitador irá comentando y pidiendo la


colaboración del grupo para tomar nota.

Los integrantes del grupo van tomando asiento y elaboran, en grupo, una lista de
comportamientos de una persona asertiva, sobre todo en relación a la conducta no verbal.

Otra vez, han de moverse por el aula tomando una actitud asertiva y en silencio. El
facilitador repite el pedirles que se queden como estatuas y tomar nota del comportamiento
no verbal.

El facilitador dirige un debate en el que se analizan los distintos estilos comunicativos y


cómo se han sentido los participantes de la dinámica en cada uno de ellos.

Posteriormente, se introducen situaciones en las que el comportamiento es asertivo y se


practican. También, se pueden usar ejemplos de situaciones en las que practicar el estilo
asertivo.
El dado

Esta dinámica se realiza para conocer la situación actual del grupo y que los jóvenes
reflexionen sobre dicha situación y hagan un debate para poner en común todos los puntos
de vista.

Objetivo:

Reflexionar sobre la situación actual del grupo y mejorar las relaciones entre los miembros.

Cuándo usarla:

Esta actividad está indicada para grupos que ya llevan un tiempo junto y tienen una
trayectoria común.

Procedimiento:

1. Se escriben 6 preguntas sobre el estado del grupo en un papel (al final de este
apartado puedes ver un ejemplo de preguntas).
2. Se disponen todos los miembros del grupo en círculo alrededor de las preguntas.
3. Uno de los miembros comienza tirando el dado y respondiendo a la pregunta con el
número que corresponda y así sucesivamente hasta que todos los miembros hayan
respondido al menos una pregunta.
4. El instructor debe ir anotando las preguntas y respuestas.
5. Finalmente se analizan grupalmente todas las respuestas que se han dado ante una
misma pregunta y se realiza un debate sobre qué se podría mejorar y cómo
mejorarlo.

Esta actividad puede durar en total unos 90 minutos.

Materiales necesarios:

Dado, papel con preguntas y papel y boli para apuntar las respuestas.
Ejemplos de preguntas:

1. ¿Qué hace que el grupo se tambalee? ¿Hay algo que amenace su estabilidad?
2. ¿Nos comunicamos suficientemente en el grupo?
3. ¿Cómo solucionamos nuestros conflictos?
4. ¿Qué es lo que nos une como grupo?
5. ¿Sabemos pedir ayuda cuando estamos mal? ¿a quién recurrimos?
6. ¿Qué puedo aportar al grupo para una mejor relación?

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