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La profesionalización de la filosofía
y el ethos del exilio español en México
Professionalization of philosophy and spanish
exile ethos in Mexico
ALEJANDRO ESTRELLA GONZÁLEZ
Universidad Autónoma Metropolitana, México
RESUMEN. Este artículo pretende realizar un es- ABSTRACT. This paper tries to do a comparative
tudio comparado del proceso de profesionali- study of professionalization process of the spa-
zación de la filosofía española y mexicana, con nish and mexican philosophy to evaluate the
el fin de evaluar la contribución específica del specifical contribution of the spanish philoso-
ethos del exilio filosófico español a la profesio- phical exilie ethos to the professionalization of
nalización de la filosofía mexicana. El trabajo se the mexican philosopy. The work is supported
apoya en la sociología de las profesiones para in the sociology of professions to define the
definir las condiciones de posibilidad de una ac- conditions of possibility of an intellectual pro-
tividad intelectual profesionalizada como tipo fesional activity as a ideal type. Then I make an
ideal. A continuación lleva a cabo un ejercicio exercise of social history of philosophy to
de historia social de la filosofía para comparar compare the ideal type with the two empirical
el tipo ideal con los dos casos empíricos. Final- cases. Finally I make a comparation between
mente se realiza una comparación entre ambos both cases to evaluate the specifical contribu-
casos para poder evaluar la contribución espe- tion of the spanish exile to the professionali-
cífica del exilio filosófico español a la profe- zation of the philosophy in Mexico.
sionalización de la filosofía en México.
Key words: Philosophical ethos; professiona-
Palabras clave: Ethos filosófico; profesiona- lization of the philosophy; history of the Spa-
lización de la filosofía; historia de la filosofía nish philosophy; history of the Mexican phi-
española; historia de la filosofía mexicana; fi- losophy; comparative philosophy.
losofía comparada.
trata por otro lado de un tema complejo, sos a partir de la guía que nos ofrece el
con una enorme carga emotiva, lo que di- tipo ideal, así como las nuevas condicio-
ficulta un acercamiento sosegado. nes de producción de subjetividades filo-
En este trabajo voy a centrarme en un sófica y las características de cada una de
grupo específico de intelectuales exilia- ellas. Esta reconstrucción histórica se lle-
dos: los filósofos. Me gustaría no obstante vará a cabo a partir de dos coordenadas
evitar un enfoque hagiográfico y laudato- que permitirán situar en un marco espacio-
rio del problema e intentaré explorar las temporal el problema que nos ocupa: las
cualidades que caracterizaban al filósofo generaciones y las redes filosóficas2. Fi-
del exilio, las características del ethos fi- nalmente y en tercer lugar, llevaré a cabo
losófico que compartían aquellos filósofos un ejercicio de filosofía comparada entre
que conformaron el contingente del exi- los casos, de manera que a partir del con-
lio1. De este conjunto de cualidades –y junto de diferencias y similitudes y las
aquí lanzo mi primera hipótesis- destacan posibles causas que las explican, pueda
aquellas que son producto de la profesio- evaluar los efectos del encuentro entre el
nalización de la filosofía. La profesiona- exilio filosófico español y la filosofía me-
lización de la filosofía en México y en xicana.
España no sólo produjo una mutación de
la subjetividad filosófica, un nuevo ethos La filosofía como actividad
filosófico vinculado a nuevas formas de profesional
vida académica sino, al calor de esta trans-
formación, redefinió el conjunto de carre- ¿Qué es un filósofo profesional? ¿Cómo
ras posibles y con ello las vías de consa- podemos definir y distinguir lo que cons-
gración y los proyectos creativos. tituye una actividad profesionalizada de
Mi intención en este trabajo es evaluar otra que no lo está? A la hora de definir
la forma en que este ethos académico con- qué es una profesión, las diferentes pro-
tribuyó al proceso de profesionalización puestas que han concurrido en el ámbito
de la filosofía mexicana a través del fenó- de la sociología de las profesiones han
meno del exilio. Para lograrlo, me apoyaré privilegiado un punto de vista objetivo –
en tres líneas de investigación. En primer donde la profesión constituye un resul-
lugar, a través de algunas herramientas de tado, una estructura que se impone al su-
la sociología de las profesiones intentaré jeto y que funciona a partir de una lógica
definir los criterios que debe cumplir una de reproducción- o un punto de vista sub-
determinada actividad para considerarla jetivo –donde la profesión es resultado de
como actividad profesional. Esta opera- una construcción del protagonista, quien
ción permitirá dotarnos de un tipo ideal elabora una determinada trayectoria en
para contrastar y evaluar los dos casos conflicto o cooperación con otros agentes3.
empíricos que nos ocupan. Es aquí donde Ambos puntos de vista pueden y deben
entra liza una segunda línea de investiga- conciliarse, si bien en este trabajo nos cen-
ción: una historia social de la filosofía que traremos en el primero4. Desde un punto
nos permita reconstruir cada uno de los ca- de vista objetivo, es posible construir un
95-130) (Pinto, 2006: 63-88). La repro- novación de las fuentes tomistas a través
ducción de estas normas —no siempre a de un contacto más estrecho con la tradi-
través de vías formales— constituye un ción de la modernidad y la ciencia; y tres,
elemento característico de la profesionali- un catolicismo social que siguiendo los
zación. Además, en el polo de la innova- pasos de la Encíclica Rerum Novarum de
ción y creación, es posible hablar de un in- Leon XIII en 1891, evolucionará ya en el
cremento del profesionalismo de la nuevo siglo hacia la formación de partidos
disciplina cuando se abre un proceso de políticos como Acción Católica.
racionalización como resultado de la des- Por su parte, las redes laicas se habían
personalización de los envites filosóficos6 subdividido en tres unidades generacio-
La tesis que proponemos es que es po- nales. Por un lado, un grupo de naturaleza
sible apreciar este triple proceso en el des- fundamentalmente literaria que, formado
arrollo de la filosofía española a lo largo en el viejo régimen y bajo una influencia
del primer tercio del siglo XX. Durante la krausista y regeneracionista sigue una es-
década de los 30, los filósofos españoles trategia de consagración heterodoxa, ale-
estaban sometidos a unas condiciones de jada de las vías académicas y que, grosso
profesionalización como las que acaba- modo, irrumpe durante la primera década
mos de describir. Nuestro objetivo es iden- del siglo7. Por otro lado, a comienzos de
tificar cómo este proceso se moduló en el siglo, el nódulo institucionista había lo-
caso específico del filósofo del exilio para, grado no sólo el dominio dentro de la red
a continuación, comparar con el caso me- laica –desplazando a positivistas y neo-
xicano y evaluar su contribución a la pro- kantianos- sino que había conquistado una
fesionalización de la filosofía mexicana. posición predominante en la academia
controlando las principales cátedras en
La ubicación del exilio en el campo detrimento de los católicos. A partir de
filosófico español 1910, se produce sin embargo una susti-
tución de los cuadros como consecuencia
En el momento que se produce el exilio, el del agotamiento biológico de la genera-
campo filosófico hispano estaba estruc- ción de Giner de los Ríos y el ascenso de
turado de la siguiente manera. Las redes una nueva que por primera vez se había
que provenían del siglo XIX –articuladas formado completamente en los salones de
a partir de la oposición básica entre laicos la Institución. Finalmente, encontramos
y católicos- se había reordenado desde la la red que se organiza en torno a Ortega y
década de los 10 dando paso a un nuevo Morente. El acceso a cátedras en la Uni-
complejo generacional que ocupaba el versidad Central con el apoyo de los ins-
centro de atención filosófica del momento. titucionistas y la combinación de ese ca-
La red católica había encarado la pro- pital filosófico específico con un
gresiva pérdida del dominio sobre la aca- importante capital social volcado hacia el
demia a manos de las redes laicas a través mundo editorial les permite, no sólo con-
de tres estrategias: una, un repliegue hacia tar con una base material autónoma desde
el tomismo más tradicional; dos, una re- la que desarrollar y difundir su proyecto –
crear una escuela8- sino conectar la red losofía del sentido común y el histori-
con los circuitos filosóficos internaciona- cismo (Nicol, 1998: 206). Fuera de la fi-
les. En la década de los 20, alcanza una losofía académica era posible distinguir
posición dominante en el campo. una red constituida por la filosofía social
Este complejo generacional que he- y el positivismo de los médicos filósofos.
mos descrito convive durante al década de Al igual que en Madrid, a partir de la dé-
los 30 con un nuevo complejo que está ha- cada de los 10, es posible apreciar la en-
ciendo su entrada en la escena de la filo- trada en escena de un nuevo complejo ge-
sofía hispana y en la convulsa vida publica neracional que se polarizará a partir del
del país. Aglutina a pensadores nacidos en conflicto generado con la irrupción de Eu-
la primera década del siglo XX y cuya genio D´Ors (Nubiola, 1995). Con un pro-
formación y socialización filosófica ha te- grama de modernización homólogo al de
nido lugar en el medio que acabamos de Ortega en Madrid (Nicol, 1998: 189), se
describir. El grueso de la población del granjeó sin embargo la enemistad de un
exilio que influirá en el proceso de profe- pujante nacionalismo catalán que logró su
sionalización de la filosofía mexicana se destitución y posterior destierro a la capi-
sitúa en dos de sus unidades generaciona- tal. Serra Hunter y Carreras Artau –ubica-
les. En primer lugar, la que se había for- dos en el marco de esa tradición catalana
mado en el entorno orteguiano y que pa- de signo espiritualista- pasan entonces a
saría a ser conocida como la Escuela de ocupar una posición central en el espacio
Madrid. Partiendo de este núcleo esen- filosófico catalán. El primero, apoyándose
cial, sus contactos se extienden por toda la en las redes de la Ezquerra Republicana,
estructura del campo: con el nódulo mo- se convertirá en adalid de la reforma y de
dernista de los católicos (Zubiri, Imaz), la autonomía de la Universidad catalana y
con el catolicismo social (Gallegos Roca- organizará en torno a él una red confor-
full) con los institucionistas (Gaos, Reca- mada por miembros de un nuevo com-
sens Siches) o con una filosofía de raíz li- plejo generacional, homólogo al que hacía
teraria que se desarrollaba fuera de la su entrada en la escena madrileña en los
academia (Eugenio Imaz y Gallegos Ro- años 30 y constituida por figuras como Jo-
cafull)9. sep Maria Calsamiglia, Joan Crexells,
Para terminar de esbozar la posición Juan David García Bacca, Jordi Maragall,
del exilio en la estructura reticular y ge- Francesc Mirabent, Eduard Nicol, Ramon
neracional de la filosofía española debe- Roquer, Joan Roura i Parella y Joaquim
mos desplazarnos al escenario catalán. Xirau10.
Hasta finales del siglo XIX, la filosofía ca-
talana estuvo dominada por un complejo La autonomía intelectual en
generacional en el que podía distinguirse España y el exilio
tres grandes modulaciones de lo que
Eduardo Nicol denominó como la tradi- El proceso formativo del complejo gene-
ción filosófica catalana: un espacio epis- racional en el que se sitúa la población del
témico compartido por la escolástica, la fi- exilio coincide con un incremento crítico
ron inspiradas en una combinación de los fía) están ocupadas por miembros de estas
nuevos modelos alemanes, francés republi- redes (Ortega, Besteiro, Morente y Zubiri;
cano e inglés (Niño, 2013: 70-80). Dos lí- respectivamente)23. En 1935, la situación es
neas resultaban claves: la autonomía uni- prácticamente similar con el añadido de la
versitaria y la redefinición de la misión de inclusión de Gaos en una cátedra de nueva
la universidad. En 1919 el gobierno aprobó creación: Introducción a la Filosofía. Las ca-
un decreto de autonomía que convertía a la rreras de los más jóvenes estaban en proceso
Universidad en un cuerpo autónomo con ca- de consolidación y muchos de ellos había al-
pacidad para elegir a sus propias autorida- canzado ya la titularidad (Recasens Siches
des, aprobar su normativa interna y gestio- desde 1932) o eran auxiliares de cátedra
nar de manera independiente los recursos (María Zambrano, desde 1931). Manuel
asignados por el Estado20. Por otro lado se García Morente es decano de la Facultad
daba carta de naturaleza a una tendencia desde 1932, mientras que Gaos alcanza la
que ya estaba en marcha: convertir a la uni- rectoría de la Universidad en 1936.
versidad en un centro de investigación de Algo similar ocurre en el espacio cata-
manera que no estuviera sólo orientado ha- lán. En 1931, Serra Hunter y Joaquín Xirau
cia la formación de profesionales21. El de- ocupaban ya las cátedras de Historia de la
creto de autonomía estuvo vigente sin em- Filosofía y de Lógica y teoría del conoci-
bargo sólo tres años: la dictadura de Primo miento. Ambos llegarían a desempeñar el
de Rivera lo revocaría y habría de espe- cargo de decano de la Facultad de Letras, el
rarse a la instauración de la República para primero en 1931 y el segundo en 1933. Por
que la Constitución sancionara un nuevo su parte Serra Hunter sería rector de la Uni-
estatuto de autonomía. De hecho tanto en la versidad de manera intermitente entre 1931
enseñanza básica como en la universitaria y 1933 y autor junto con otros delegados del
no puede hablarse de la aplicación siste- Proyecto de Estatuto de la Universidad de
mática de una política reformista hasta la Barcelona. Al igual que en Madrid, el resto
República (Niño, 2013: 81-82) y (Viñao, de los miembros del exilio catalán se en-
2007: 24-25)22. contraban en ese momento en una trayec-
El exilio filosófico se beneficia de este toria académica ascendente: García Bacca
conjunto de reformas. Tanto en el caso de era profesor de Filosofía de la Ciencia y Ló-
Madrid como de Barcelona siguen una ca- gica Matemática desde 1932, mientras que
rrera académica ascendente que sólo se verá Eduardo Nicol se desempeñaba como au-
truncada a partir del desenlace de la guerra. xiliar de cátedra desde 1934.
Por ejemplo, para el periodo que ocupa en-
tre 1931 y 1935, todos los índices convergen La normalización de la filosofía
a la hora de señalar la hegemonía institu- española
cional de la red de Ortega y de la segunda
generación de institucionistas en la Univer- El nuevo espíritu que inspiraba la reforma
sidad de Madrid. De las 7 cátedras, las 4 universitaria vino acompañado de una
principales (Metafísica, Lógica y teoría del nueva concepción del trabajo filosófico.
conocimiento, Ética e Historia de la filoso- La formación del filósofo del exilio tran-
sita por dos etapas: una temprana, donde grado de internacionalización que carac-
aún dominan los modelos tradicionales, teriza la formación y las interacciones del
otra que se desarrolla en el marco de estas filósofo de este complejo generacional26.
reformas, de las cuáles se convierten en Las reformas que comenzaron a im-
producto y protagonistas. Quizás la mejor plementarse en paralelo a la conquista del
manera de ver esta transformación sea centro por parte de las ramificaciones de
contraponer algunas características de am- las redes laicas pusieron las bases de ese
bos periodos. nuevo tipo de práctica filosófica en la cual
En primer lugar, existe una diferencia se socializa durante una segunda etapa –en
entre el volumen y el tipo de recursos fi- los cursos de licenciatura pero especial-
losóficos que se exigían en uno y otro pe- mente en el doctorado- el futuro filósofo
riodo para ser considerado como un filó- del exilio. El giro hacia la investigación en
sofo competente –al menos por lo que al la universidad española resulta clave. Al
centro de atención filosófico se refiere-. calor de la misma, nuevos recursos y téc-
Los testimonios de los exiliados sobre su nicas se incorporan al acervo filosófico:
primera etapa formativa reconocen un tipo incremento de las habilidades filológicas
de filósofo que responde al expositor de (v.g. el trabajo sobre textos en lengua ori-
doctrinas ajenas, con unas competencias ginal (Gaos:1990: 252) y la labor de tra-
limitadas y una formación escasamente ducción, de las competencias científicas
especializada (Gaos, 1989: 25-26)24. Este (v.g. formación en disciplinas científicas
tipo es el resultado de la propia lógica frente a la mera reflexión especulativa ca-
académica y del tipo de formación que racterística del periodo anterior), del co-
esta imponía. La labor de los profesores se nocimiento especializado y la lectura ri-
centraba en la transmisión de conoci- gurosa de los textos (Maragall, 1996: 26)
mientos a través de la clase magistral y en o de la consecuente publicación de mono-
el control a través de exámenes sobre los grafías. Todo esto viene acompañado de
contenidos explicados25. La secuencia de una apertura de los contenidos filosófi-
los cursos se caracterizaban por su rigidez cos, tanto en relación con la lectura de
y la distancia jerárquica constituía la autores no profesores (Gaos, 1990: 241)
norma entre profesores y alumnos (Gaos, como con el diálogo hacia las ciencias, ha-
1990: 252). Del análisis que realiza José cia objetos mundanos (Gaos, 1990: 239) y
Luis Moreno Pestaña de los programas de hacia públicos más amplios27.
oposiciones a catedrático en la normativa Por otro lado, se abren nuevos espa-
de 1930, se deduce esa formación genera- cios de interacción en los que se intensifi-
lista y poco especializada, así como una can los intercambios filosóficos y se po-
concepción doctrinal de la materia, ce- tencia el diálogo abierto. El más relevante
rrada tanto en su objeto (volcada hacia al quizás sea la incorporación del seminario
propia tradición filosófica) como en su alemán como espacio sesgado de la clase,
público (la filosofía practicada por los pro- en el que se desarrollan las habilidades fi-
pios profesores) (Moreno, 2013: 134-135). losóficas que hemos señalado más arriba
Finalmente, resulta evidente el escaso y temas especializados (Niño, 2013: 72).
Un espacio aún más cerrado son los cír- –Gaos hablará de una regermanización de
culos privados en torno a la figura de un España después de la del krausismo que
maestro, fundamentales en Madrid y Bar- olvida sin embargo otras tradiciones
celona (la tertulia de Ortega y el “club Xi- (Gaos, 1990: 245-246)– o el peso de la
rau”) donde se contribuye a la circula- formación literaria y el estilo particular
ción de las disposiciones, de los recursos que imponía en publicaciones y traduc-
y habilidades señalados28. Si bien este ciones, son algunas de ellas32.
tipo de interacciones informales ya exis- En definitiva, la convivencia de estos
tían durante el periodo anterior, deben si- elementos rupturistas y conservadores
tuarse ahora en el marco de una redefini- constituyen una suerte de canon, una
ción de la relación maestro-discípulo a nueva forma de hacer filosofía y ser filó-
través de la cual se daba un mayor prota- sofo que se estabiliza en el centro de pro-
gonismo al alumno y una mayor autono- ducción filosófica hispana de los años 20
mía a la hora de diseñar su formación29. y 30 y al que en consecuencia se encon-
Esta apertura no sólo constituía una nueva traban expuestos los filósofos exiliados.
actitud sino que se apoyaba sobre una
nueva normativa que reformaba los pla- La autonomía del mundo intelectual
nes de estudio, dotando a los alumnos y mexicano y institucionalización
profesores de mayor libertad a la hora de de la filosofía
organizar sus carreras30.
Finalmente, a través de la JAE se pro- Cuando se produce la llegada del exilio, el
movió la inclusión de los saberes hispanos mundo intelectual mexicano ya había tran-
en los circuitos internacionales, por lo que sitado por un debate sobre la función y la
la estancia en un centro internacional du- identidad de los intelectuales en la vida
rante el periodo formativo dejó de ser una pública en clave de autonomía. Efecto de
rareza para convertirse en norma, mientras las sustitución generacional en las redes
que las visitas y los intercambios con los intelectuales dominadas por el positivismo
profesores extranjeros se convirtieron en y, fundamentalmente, del proceso revolu-
estampa cotidiana. La internacionaliza- cionario, la nueva posición social que pa-
ción de las interacciones constituye un san a ocupar los intelectuales abre un de-
factor determinante en la constitución de bate que se desarrollaría en los años 20,
la filosofía del exilio31. con unas líneas y unos protagonistas en los
Ahora bien, no todo supone una rup- que es posible encontrar cierto parale-
tura con el estadio anterior: el examen de lismo estructural con el caso español33.
oposiciones a catedrático aprobado en En relación con la institucionalización
1931 aún favorece en gran medida una de la filosofía mexicana, el panorama es
formación generalista y doctrinal (Mo- distinto. El principal problema al que se
reno, 2013: 132-135), la exposición de enfrentó la filosofía en México durante el
doctrinas domina el formato de la clase y primer tercio del siglo XX fue la creación
los contenidos de los manuales escolares, de una base institucional hasta ese mo-
el excesivo peso de la tradición germánica mento inexistente. La reforma que llevó a
cabo Gabino Barreda en 1867 supuso el tudios superiores (Alvarado, 2011), (Sal-
desmantelamiento de la Universidad y la merón, 2001: 69)35. Organizada en tres
constitución de una nueva estructura aca- secciones (ciencias naturales, sociales y
démica inspirada en los principios del po- humanidades —lo que, por primera vez
sitivismo, en la cual, la filosofía había desde que se instauró el positivismo como
sido eliminada de los planes de estudio por modelo educativo, daba a los estudios hu-
su contenido metafísico y escolástico con manísticos carta de naturaleza académica),
el que se impartía en la Universidad colo- la EAE y los institutos a ella asociados
nial y sustituida por una lógica entendida cumplían una doble función. Por un lado,
como la coronación de las ciencias empí- preparaban a los futuros profesores, quie-
ricas34. Los otros dos problemas relacio- nes tras licenciarse en alguna de las es-
nados con la institucionalización de la fi- cuelas universitarias debían obtener el tí-
losofía en México sí eran conocidos en tulo que esta expendía. Pero además, la
España: la autonomía académica y la ne- Escuela era contemplada como el espacio
cesidad de dotar al saber filosófico de una reservado a la investigación científica, de
base material orientada hacia la investi- manera que el resto de Escuelas quedaban
gación y no sólo hacia la reproducción despojadas de las funciones de investiga-
del cuerpo docente. ción y se concentraban en meras labores
No deja de ser interesante el hecho de docentes.
que, sin embargo, el primer espacio en el La figura clave en la introducción de
cual iban a tener cabida materias filosófi- los estudios humanísticos y de materias de
cas hubiera sido creado precisamente con filosofía en la EAE fue Antonio Caso.
la intención de potenciar la investigación Desde la primera cátedra en 1912 de In-
científica. Con la creación de la Universi- troducción a los Estudios Humanísticos,
dad Nacional de México en 1910, el pa- Caso lograría ir incluyendo nuevas mate-
norama académico cambió radicalmente. rias filosóficas, en su mayoría impartidas
La UNM se erigió sobre tres ideas recto- por él, lo que lo convirtió en la figura
ras (Salmerón 2001: 67 y 68). En primer clave del panorama filosófico mexicano
lugar, la necesidad de unificar y coordinar de los años 10 y 2036. De hecho, las ges-
las diferentes escuelas bajo una misma tiones de Caso son fundamentales a la
institución y de dotar de cohesión a una hora de entender la constitución de la Fa-
comunidad académica que pasaba a con- cultad de Filosofía y Letras en 1924. En el
cebirse como un “cuerpo docente”. En se- marco de la nueva Facultad —creada a
gundo lugar, orientar la función social de partir de una redefinición de la EAE—, la
la Universidad dentro del sistema educa- filosofía va definiendo un espacio escolar
tivo nacional hacia la formación de profe- propio frente a las literatura y la historia,
sionistas cualificados. Finalmente, quizás a la vez que se van ampliando contenidos.
el aspecto más innovador de la reforma, la En 1927 se instaura la licenciatura en Fi-
creación de la Escuela de Altos Estudios losofía y los planes de estudio regulan los
(EAE), concebida, podríamos decir, como grados de maestros y doctor en Filosofía
una universidad total que coronaba los es- y Letras. A partir de 1928, comienzan a
cional contemporáneo del exilio, es pro- filosofía como una actividad alejada de la
ducto también de esta nueva circunstancia. defensa apasionada de unas doctrinas
En su constitución como generación frente frente a otras, opuesta al encubrimiento re-
a la figura del maestro, afirmarán esta for- tórico de los límites del propio saber (Vi-
mación que redundaba en una racionali- lloro, 1970: 8) o el imponer, finalmente,
zación de la filosofía mexicana. unos hábitos intelectuales, un estilo y una
A la llegada del exilio existía por tanto concepción del trabajo filosófico que mar-
una demanda encaminada en esta direc- carían a las siguientes generaciones
ción, a la cual los exiliados se encuentran (Rossi, 1970: 14)47.
en disposición de responder dado el tipo
de formación que habían recibido en Es- Breve conclusión
paña. Los testimonios redundan en una
aportación clara al respecto. Por ejemplo, Si acordamos que la profesionalización de
García Máynez resalta el papel funda- un determinado saber responde a la con-
mental que desempeñaron en el marco del vergencia de un proceso de autonomía,
Instituto de Filosóficas y en la revista Dia- institucionalización y normalización, el
noia –la primera dedicada en México a te- ethos de los filósofos del exilio contribuyó
mas específicamente filosóficos- introdu- de una manera muy específica y concreta
ciendo nuevos recursos y habilidades a que este evento tuviera lugar en Mé-
filosóficas (García Máynez, 1966: 398- xico. En relación con la autonomía inte-
399); Leopoldo Zea destaca su función lectual el exilio no desempeñó papel al-
como creadores de vocaciones filosóficas guno ya que el proceso social que lo
vinculadas a un nuevo tipo de filosofía posibilitó y la polémica que lo acompañó
(Zea, 1995)45; Luis Villoro señala el in- ya había tenido lugar cuando arribaron a
cremento del profesionalismo de la filo- México. En cambio, el proceso de institu-
sofía mexicana que supuso la llegada del cionalización de la filosofía estaba en mar-
exilio y la instauración de una práctica cha al producirse el encuentro. Si bien la
vinculada al rigor y la reflexividad (Vi- autonomía universitaria y el control sobre
lloro, 1995: 113)46. la reproducción del cuerpo académico y
Quizás sea José Gaos quien ha dejado sus saberes ya constituía una conquista,
un mayo número de testimonios que abun- aún quedaba por desarrollarse una estruc-
dan en esta línea de una transferencia de tura institucional habilitada para la inves-
las disposiciones adquiridas en España. tigación filosófica. Es aquí donde se sitúa
Así, la práctica de la lectura rigurosa de la contribución del exilio a ese proceso de
los textos en el medio del seminario, la ex- institucionalización en marcha. Final-
posición minuciosa en clase –donde pre- mente, es en relación al proceso de nor-
sentaba la actitud de un inexorable “Herr malización filosófica donde la influencia
Professor” (Fernández, 4 y 7: 1970)-, la de los exiliados se muestra decisiva, si
apertura del texto a un diálogo con el con- bien esta se apoya sobre una demanda que
texto a través del uso de disciplinas auxi- ya existía con anterioridad. Esta apuntaba
liares (Rossi, 1970: 14), el presentar a la hacia la necesidad de estabilizar un cuerpo
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xico, Universidad Nacional de México.
NOTAS
1
No se deduce de aquí la existencia de un ethos fi- del exilio filosófico. La cuestión de cómo se conecta la
losófico característico del exilio. El exilio constituye experiencia individual de los exiliados con las condi-
una categoría que describe un fenómeno, producto de ciones objetivas de la profesión o cómo los propios exi-
las tomas de posición política de una serie de filósofos liados elaboran una biografía propia a partir de ese ethos
en la contingencia de la Guerra Civil. Otra cuestión es profesional (vocación, carrera, consagración, reconver-
si existe un conjunto de cualidades compartidas por sión, etc.) queda fuera de nuestro objeto de estudio, si
estos filósofos que les predisponen ante una determi- bien no excluye su legitimidad.
nada coyuntura a tomas de posición políticas similares. 5
Este modelo de profesión actúa –como ya habrá
Pero esto no quiere decir que exista un ethos filosófico advertido el lector- como tipo ideal, y constituye por
del exilio característico y distintivo del ethos filosófico tanto una guía para la investigación empírica que per-
de los que se quedaron. Dicho de otro modo, aunque mite, a través de la comparación, ordenar la informa-
puede existir una correlación, no siempre compartir ca- ción de manera inteligible. Sobre los tipos ideales
racterísticas filosóficas implica compartir posiciones (Weber, 2009: 142-158) y sobre cómo elaborarlos (Sán-
políticas. Por otro lado, podríamos considerar que los chez, 2006: 20-25).
efectos de la vivencia del exilio sobre el proyecto crea- 6
La idea de normalización que presento es una re-
dor de los exiliados ha generado un tipo de literatura fi- elaboración de la propuesta de José Luis Moreno Pes-
losófica que por su temática y su modulación puede teña en La norma de la filosofía. La configuración del
considerarse como “filosofía del exilio”. Pero esto es patrón filosófico español tras la Guerra Civil. Consi-
completamente distinto a decir que el filósofo exiliado dero, como he señalado más arriba, que la normaliza-
lo es en tanto que comparte unas cualidades a priori que ción supone la estabilización y reproducción de una
justificarían hablar de un ethos y una filosofía específica suerte de normas que regulan la producción filosófica,
en el marco de la filosofía española de los años 30. así como su racionalización, lo que quiere decir que la
2
Utilizamos el concepto en los términos en los que evaluación de sus productos depende en menor medida
lo tematiza Mannheim en (Mannheim, 1993) quien dis- de las cualidades del sujeto que la enuncia y más de pro-
tingue entre posición generacional, complejo genera- cedimientos objetivados. Consideraré que es posible
cional y unidad generacional; por otro lado, el concepto evaluar el grado de racionalización a partir de tres ele-
de red lo entendemos tal y como ha sido definido por mentos: los recursos y habilidades que se exigen para
Collins para comprender la dimensión ritual de la filo- ser considerado como filósofo competente, la presencia
sofía (Collins, 2005: 19-48). de espacios en los que se ponen en practica esos recur-
3
En un punto de vista objetivista se sitúa fundamen- sos y habilidades mediante intercambios abiertos y des-
talmente la tradición de Durkheim y sus herederos (como personalizados (donde el ideal respondería al triunfo del
Carr-Saunders y Wilson -cuya Sociology of the professions “mejor argumento”) y el grado de internacionalización
se centra en el caso de médicos y abogados- o la relectura de esos intercambios.
weberiana de Durkehim que lleva cabo Parsons). En un 7
Se trata de un grupo heterogéneo que no logra
punto de vista subjetivista se situarían los herederos del crear una base material estable, lo que explica en cierta
interaccionismo de la Escuela de Chicago (como Everette medida la pronta disolución del colectivo; algo que con-
Hugues y su apuesta por entender la profesión como un trasta con la más prolongada influencia que ejercen a tí-
proceso biográfico, la monografía de Edwin Sutherland tulo individual. Conocido tradicionalmente como la
sobre el ladrón profesional que logra ampliar al concepto generación del 98, cabe considerarlo a partir de la ter-
de profesión hacia actividades outsiders o la noción de minología de Mannheim como una generación precur-
mundo social compartido y los ciclos de las carreras de H. sora dentro de este nuevo complejo generacional
Becker). Podría hablarse también de una tradición webe- (Manheim, 1993: 227).
riana que pone el acento en la autoridad y la relación entre 8
Sobre el concepto de escuela, aplicado en con-
conocimiento y poder, la cual ha sido utilizada tanto por creto a los casos de Madrid y Barcelona: (Gaos 1990:
autores “objetivistas” como por “subjetivistas”. 235), (Nicol 1998:172).
4
Sobre como superar ambos puntos de vista opo- 9
Este último constituye un caso particular en el
niéndolos como dos momentos del análisis sociológico cual también encontraremos figuras destacadas del exi-
(Bourdieu, 2000: 101-129). El objetivo que persegui- lio (Juan Larrea, José Bergamín) si bien su contribución
mos aquí se limita a definir las condiciones ideales de a la profesionalización de la filosofía mexicana resulta
posibilidad de una subjetividad capaz de desarrollar una marginal dado su fuerte contenido literario, antiacade-
práctica profesional, así como la manera en la que ese micista y profético. Organizados en torno a la revista
ethos profesional se modula históricamente para el caso Cruz y Raya fundada en 1931, se aprecia una fuerte in-
fluencia en ellos de la figura de Unamuno que casa bien económico y político) sea sustituida por la de los domi-
con la heterodoxia católica y antijerárquica que los ca- nados dentro de la clase dominante (los detentadores del
racteriza. Se trata de una posición que conecta tanto con capital cultural) (Fuentes, 1994: 50). Este llamado a la
filósofos católicos que no se sitúan preferentemente en organización de la intelectualidad con el fin de erigirse
redes católicas (Eugenio Imaz, Gallegos Rocafull, Gar- en conductora de las masas revierte en una reafirmación
cía Bacca) como con miembros de la generación litera- de su identidad y de su sentido de independencia y valía
ria del 27. (Juliá, 2005: 139). Dos grupos de intelectuales se sitúan,
10
La Escuela de Barcelona tiene no obstante un ori- al menos durante algún momento de su trayectoria, en
gen distinto a la de Madrid. Surge como una revitaliza- esta posición. Por un lado, la experiencia de la Liga para
ción de la tradición catalana y sólo entre algunos de sus la Educación Política, próxima al Partido Reformista y
miembros es posible apreciar una voluntad de ruptura que se comprometía con la aplicación de una autentica
filosófica que no entorpecerá sin embargo la colabora- política liberal que pusiera las bases de la regeneración
ción institucional en pos de la autonomía de la academia nacional. Por otro lado, algunos intelectuales católicos
catalana. Este grupo se caracteriza por completar su for- también se sitúan a estela de esta estrategia, por la cual
mación y establecer conexiones fuera del escenario ca- el intelectual se presenta como parte de una minoría se-
talán, sea con miembros de la red institucionista, con la lecta encaminada a orientar, en este caso desde princi-
Escuela de Madrid o con el extranjero. Amén de la fi- pios católicos, a las nuevas fuerzas sociales. Estos
gura dominante de Joaquín Xirau, destacan Juan David intelectuales católicos —como por ejemplo Angel He-
García Bacca, Joan Roura i Parella, Eduard Nicol o Joan rrara Oria que provenía del menendezpelayismo— bas-
Crexells. Aquí se concentran la mayor parte de las fi- cularían hacia la Acción Católica Nacional de
guras del exilio filosófico catalán que influirán en la Propagandistas.
profesionalización de la filosofía mexicana. 13
Esta opción que representa Ortega y que en-
11
Esta transformación social y sus efectos sobre el cuentra un medio de expresión privilegiado con la fun-
mundo intelectual ha sido estudiada de manera insu- dación de la Revista de Occidente en 1923. Situada de
perable por la escuela de P. Bourdieu (Bourdieu, espaldas a toda política, la Revista de Occidente aspira
2002), por ejemplo: (Charle, 2009). Sobre la relación a contribuir a la forja de ese espacio específicamente in-
entre el desarrollo de la clase media en España, del telectual dónde lejos de interferir los imperativos de las
mercado editorial y del campo intelectual (Martínez, urgencias temporales, los intelectuales se ven obligados
2001: 170-171). a intervenir en un juego en el que, para ser reconocido,
12
La primera opción, surgió entre un grupo de in- habrán de afirmar las virtudes propias de su oficio y dis-
telectuales de formación esencialmente literaria y cuya ciplina (Juliá, 1995: 178). Esta nueva posición contri-
consagración se entorpeció como consecuencia de los buye de manera decisiva a dotar de autonomía al campo
efectos que produjo sobre el campo intelectual los cam- intelectual toda vez que supone la afirmación de los va-
bios sociales y políticos que vivió la sociedad hispana lores y las interacciones específicamente intelectuales,
con la llegada del nuevo siglo. Los obstáculos a esta un llamado a la inteligencia a relacionarse consigo
consagración ortodoxa activaron una reflexión sobre la misma al margen de otro tipo de consideraciones e in-
propia función del intelectual ante la nuevas condicio- tereses ulteriores.
nes. Nuevamente nos referimos al 98. La segunda op- 14
Esta nueva posición surge como respuesta polí-
ción sostenía la necesidad de organizar a los tica a las veleidades liberales del partido reformista que
intelectuales de manera independiente, con el fin de arruinaron la convergencia entre republicanismo y so-
convertirlos en educadores y orientadores de esas cialismo, entre clases medias urbanas y clase obrera, así
masas. Producto de una trayectoria académicamente como réplica intelectual a la estrategia de retraimiento
más ortodoxa y contando con una temprana consagra- por la que apuesta Ortega desde 1923. Esta nueva agru-
ción intelectual, esta estrategia consideraba que los in- pación política de intelectuales –nacida primero bajo el
tereses de la clase media -la más rica en cerebro, ya que rótulo de Acción Política y posteriormente en 1930
no en músculos, ni tampoco en dinero (Fuentes, 1994: como Acción Republicana- se revela entonces como una
130)- convergían con los de la propia clase intelectual: pieza decisiva en la reedición de la conjunción republi-
de sus cuadros entonces habrán de salir las minorías rec- cano-socialista que emergerá como principal foco polí-
toras del país. Frente a la masa indiferenciada y a una tico en 1930-1931. La autonomía del campo intelectual
elite del dinero que no ha sabido modernizar el país, se se refuerza así, podríamos decir, en negativo: no se trata
erige así esta solución tecnocrática que supone apostar ahora de la intromisión de criterios exógenos, políticos
por un cambio de hegemonía en los equilibrios de clase, o religiosos, en la lógica de los envites intelectuales sino
al propugnar que la dominación que ejercen los domi- del ascenso a un primer plano de la vida política de una
nantes de la clase dominante (los detentadores del poder agrupación de marcado carácter intelectual, tanto por el
origen de sus integrantes como por el ideario que en tra muestra, 9 se encuentran copadas por personajes aso-
buena parte le inspira: la República española nace así ciados a las redes laicas y 7 a las católicas. Esta apa-
marcada por la impronta de intelectuales y profesores rente paridad cuantitativa queda en entredicho si
quienes, entre otras medidas en pos de la regeneración realizamos una crítica cualitativa de la misma. Los pro-
nacional, no dejarán de promover aquellas que redunden fesores asociados a las redes laicas copan la mayoría de
en la consolidación de esas cotas de autonomía intelec- las cátedras de Madrid y todas las que dan acceso al
tual recién conquistadas (Bécarud j López, 1978: 33). doctorado. En contraste, los integrantes de las redes ca-
Sobre la composición social del primer parlamento del tólicas se han visto desplazados a la periferia del sis-
31 y la “República de profesores” (Bécarud j López, tema, a las cátedras más tradicionales y menos
1978: 34-37). innovadoras. Dicho de otro modo, mientras que los ca-
15
Este debate contribuirá a la autonomía del campo tólicos dominaban la cátedra de Lógica Fundamental –
intelectual en tanto que abre la puerta a reflexionar si es rememora del Trivium escolástico-, los institucionistas
posible implicarse en un proyecto político que no está se hacían fundamentalmente con las cátedras de Meta-
dirigido por intelectuales pero conservando la autono- física, de Estética, de Sociología, de Antropología, de
mía sobre las actividades que le son propia -Ingreso en Psicología Experimental y de Filosofía del Derecho.
la política pero sin abandonar un átomo de mi sustan- Todos estos datos pueden consultarse en (www.filoso-
cia […] Reclamo pues el pleno derecho a hacer una po- fia.org/ave/001/a205.htm).
lítica poética, filosófica, cordial y alegre ” afirma 20
El texto íntegro de la ley, conocida como el De-
Ortega en una intervención en las Cortes en 1931 (Gaos, cretó de César Silió, puede consultarse en (http://perso-
1989: 47-48)- o, sin embargo, si sus cualidades deben nal.us.es/alporu/legislacion/plan_silio.htm). Impuesto
subordinarse incondicionalmente dada la coyuntura, al desde el gobierno, no dejó de generar rechazo entre los
servicio de esa opción política. Este debate existía ya en académicos reformistas (Niño, 2013: 83)
el mundo intelectual catalán desde la década anterior, 21
La creación en 1907 de la Junta para la Amplia-
como consecuencia de la cuestión nacionalista. ción de Estudio constituye en este sentido un hito. Es
16
A partir de aquella conferencia de diciembre de cierto que la JAE y los centros a ella asociados comen-
1931 –afirma Gaos- pasó el propio Ortega a un absen- zaron a monopolizar la actividad investigadora en Es-
tismo mortal también, al menos en parte, quizás para paña lo que causó en ocasiones conflictos con esta
la República misma y a mí no me cabe duda que para nueva función que pretendía desempeñar la propia Uni-
él. Para la República misma, por la repercusión que no versidad (Otero, 2013: 33-66). Del mismo autor pueden
dejó de tener la posición tomada para con ella por Or- consultarse las tablas en las que se relaciona la lista de
tega y otros intelectuales de prestigio, por infundada o, catedráticos con la vinculación a la JAE y la posterior
por lo menos, prematura que fuese, como a mí me pa- depuración franquista (Otero, 2013: 61-65).
reció entonces y ha seguido pareciéndome hasta hoy 22
Los problemas fundamentales de la Universidad
(Gaos, 1989: 52). de Barcelona eran dos: la estructura anquilosada y la de-
17
Joaquín Xirau tenía un carácter más complejo pendencia respecto a Madrid, a donde, era necesario
que el de Serra Hunter […] Él era un reformador, un además trasladarse para cursar estudios de doctorado.
entusiasta. Sus convicciones no serían más enraizadas La lucha por la autonomía universitarias adquiriría aquí
que de las de Serra pero el temperamento de Xirau, ar- una dimensión política especial y no es extraño que los
doroso, febril a veces, lo impulsaba a buscar las vías profesores que la defendían con más ímpetu simpatiza-
de influencia […] Quiero decir que la influencia que ran con los partidos nacionalistas. Eduardo Nicol señala
trataba de ejercer era más bien pedagógica que ideo- la tristeza burocrática y la polvorienta mediocridad uni-
lógica y en tanto que la pedagogía y la política en un versitaria de la universidad catalana de los primeros 30
sentido amplio no van muy separadas, su influencia era años del siglo XX (Nicol, 1998: 188). Este situación y
política también (Nicol, 1998:187). los obstáculos que encontró entre los sectores más con-
18
Estos estaban organizados en calidad de catedrá- servadores del nacionalismo, llevaron a Eugenio d´Ors
ticos numerarios, de catedráticos supernumerarios y de a volcar su actividad filosófica fuera de los muros de la
profesores auxiliares, encargados de auxiliar al catedrá- academia (Nubiola, 1995: 47-48). Bajo la égida de
tico en las operaciones prácticas. Si bien el número de D´Ors esta fue la actitud dominante hasta que abandonó
catedráticos aumenta a lo largo todo el último tercio del Barcelona e hizo entrada en escena los primeros inte-
siglo XX, el rasgo más relevante es un incremento rela- grantes de la Escuela de Barcelona. Es este grupo el que
tivo mucho más acusado del número de profesores au- protagoniza la vuelta a la Universidad y su moderniza-
xiliares (filosofia.org/ave/001/a205.htm). ción (Nicol, 1998:188-189). La Universidad conquis-
19
Los datos de los que disponemos para 1902, así taría su autonomía en junio de 1933, teniendo como
lo confirman. De las 16 cátedras que conforman nues- comisarios a Serra Hunter, Josep Xirau y August Pi i
Suñer. En 1935 podría expedir el título de doctor. Según es compartido por todos los grandes pensadores en len-
Ferrater Mora: Había un ambiente de renovación uni- gua hispana del momento (Gaos, 1990: 244).
versitaria muy intenso, no especialmente un ambiente 28
Sobre la forma de ingresar en estos círculos ex-
de renovación filosófica. Éste hubiera seguramente ve- clusivos y su dinámica (Gaos, 1989: 30), (Maragall,
nido luego, pero había que pasar por la primera etapa, 1996: 28-29). Evidentemente, el acceso a estos espacios
y ésta se interrumpió con la guerra. El principal motor estaba jerarquizados lo cual no quiere decir –como nos
de la renovación universitario filosófica en Barcelona recuerda el propio Gaos (Gaos, 1990: 245)- que su di-
fue el malogrado Joaquín Xirau, http://www.ferrater- námica lo estuviera o que la discusión no se fundara en
mora.com/biog_interviews_teo.html un diálogo abierto.
23
El resto de las cátedras estaban ocupadas por fi- 29
El término “socrático” para referirse a este nuevo
lósofos vinculados a las redes católicas. El desplaza- tipo de educación que promueve la implicación del
miento del centro a la periferia del poder académico alumno en la investigación y en el proceso de creación,
desde 1875 hasta el advenimiento de la República cons- se repite por ejemplo en el caso de Gaos para Morente
tituye en definitiva una constante del periodo con efec- (Gaos, 1989: 27) –el relato sobre cómo le invita a me-
tos decisivos sobre la institucionalización y la jorar sus primeros trabajos constituye un ejercicio de fe-
normalización de la filosofía hispana. nomenología de la creatividad filosófica (Gaos, 1989:
24
Unamuno se sorprendía de que pudiera conside- 27-28)- y en Maragall para Xirau (Maragall, 1996: 23).
rarse que el complejo generacional que dominaba la fi- Esto no quiere decir una dejación del alumno por el
losofía del último tercio del siglo XX hacía auténtica maestro. Todo lo contrario: Nicol, considera que la labor
filosofía (Unamuno, 2013: 7). Del peso de esta tenden- pedagógica de Xirau era entrometida e intervencionista
cia da cuenta Eduardo Nicol quien considera a Serra (Nicol, 1998: 187); del celo con el que tutelaban los
Hunter –precedente de la Escuela de Barcelona y el de maestros de Madrid la carera de sus alumnos da testi-
más edad de los filósofos del exilio- un expositor de monio Gaos (Gaos, 1989: 28-30).
doctrinas que, si bien estaba dotado técnicamente, no 30
Destaca en este punto la reforma que lidera Gar-
publicaba ni absorbía las últimas filosofías (Nicol, 1998: cía Morente en la Facultad de Filosofía y Letras de Ma-
186). Jordi Maragall habla de los años 30 como de los drid y que posteriormente se pretendía exportar al resto
años en los que se rompieron los moldes de la Univer- de las Facultades de España. El asunto es tratado por el
sidad y los catedráticos empezaron a ser verdaderos protagonista en (García, 1932: 3-6), de forma porme-
maestros (Maragall, 1996: 24-25). norizada en (Niño, 2013: 67-106) y de manera resumida
25
Estos contenidos provenían en muchas ocasio- en (Gaos, 1990: 250-254). Especialmente interesante es
nes de los manuales escritos por los propios profesores la referencia de este último al comedor de la Facultad a
(que debían contar con la necesaria aprobación del go- raíz de la reforma, describiéndolo como un espacio que
bierno), quienes buscaban de esta forma complementar posibilita el encuentro y el intercambio informal entre
los escasos emolumentos provenientes de la docencia. alumnos, catedráticos y profesores invitados (Gaos,
26
Una excepción de esta escasa internacionaliza- 1990: 253).
ción en el marco de este complejo generacional lo cons- 31
Como vimos más arriba, en el caso catalán su-
tituye la red vinculada a la Iglesia católica, la cual puso no sólo abrirse a las tradiciones europeas sino a las
constituye un entramado internacional y cuenta con el castellanas, especialmente a través de Xirau, quien se
latín como lengua franca. No obstante —y con la sal- vincula a la red institucionista y a la que inaugura Or-
vedad del intento de Lovaina de dialogar con la moder- tega (Gaos, 1990: 241).
nidad, una valoración de esta en (Gaos, 1990: 241)— 32
Álvaro Morcillo analiza la traducción que hi-
se trata de una red volcada hacia sí misma y la propia cieron los exiliados de Economía y Sociedad de Weber,
tradición. Sobre el particular proceso de socialización concluyendo que un factor que explica algunas de sus
filosófica en el domino de la filosofía tomista (García deficiencias técnicas reside en la dificultad para rom-
Bacca, 2000: 11-20, 28-34, 45-48). per con las convenciones del estilo de escritura lite-
27
La filosofía conoce una proyección pedagógica rario de las profesiones liberales de las que ellos
que busca públicos más allá del dominio académico. Po- provenían —muchos de sus maestros habían sido abo-
dría hablarse de una auténtica política cultural liderada gados y profesores ad honorem–, convenciones en las
por filósofos, con empresas como Revista de Occidente, que habían sido educados. Morcillo nos recuerda que
la Biblioteca de Ideas del Siglo XX, la Revista de Psi- las dotes de literato juegan aún un papel en los años
cología y Pedagogía de Xirau y Mira o el Seminario de treinta y que el estilo castizo que reprobaba la reitera-
Filosofía de Eugenio d’Ors que se impartía en el el Ins- ción de palabras, dificultaba mantener la coherencia
titut d’Estudis Catalans, fuera de la Facultad de Filoso- terminológica y conceptual de Weber (Morcillo, 2014:
fía y Letras, etc. Según Gaos, este carácter pedagógico 808-809).
33
Los exiliados no aportaron por tanto nada nuevo brano abandonan México para afincarse en otros países
en este punto. Además, el artículo 33 de la Constitución americanos.
impedía a los extranjeros hacer intervenciones sobre po- 40
En este último punto su influencia es decisiva: la
lítica interna mexicana y los exiliados fueron muy res- mayor parte de los miembros del siguiente complejo ge-
petuosos con todo lo concerniente a la legalidad del país neracional que ocuparán una posición central en el
que les había dado acogida. La norma sigue vigente hoy campo filosófico mexicano —en el periodo que va
día. Un desarrollo pormenorizado de los debates sobre desde los años 60 a finales de los 80 (incluyendo a es-
el papel del intelectual mexicano y su función ideoló- pañoles como Sánchez Vázquez o Ramón Xirau)—, han
gica en (Estrella, 2014). sido alumnos de los exiliados o han realizado tesis bajo
34
Sobre los debates en torno al estatus de la filo- su dirección. De todos ellos, Gaos es sin duda el más
sofía durante el régimen liberal en México (Estrella, paradigmático y el más prolífico.
2010b). 41
He analizado la polémica en (Estrella, 2010a:
35
Las Escuelas eran cuatro. La única en la que se ha- 336-338).
cían estudios de letras era en la de Derecho. De manera 42
Amén de la polémica con el marxismo en la fi-
que los jóvenes con vocación filosófica debían pasar por gura de Lombardo Toledano (Caso, 1971: 229-362), po-
esta Escuela antes de ingresar en Altos Estudios. demos destacar la que lo enfrentó a los neokantianos,
36
Antonio Caso pertenecía a la generación del Ate- en concreto con su también discípulo Guillermo Héctor
neo que, cronológicamente coincide con la Ortega. Sus Rodríguez (Caso, 1971: 599-666). En una línea similar
primera promociones de alumnos son por tanto con- a la de Ramos se sitúa la crítica de Jorge Cuesta y el
temporáneos de los filósofos del exilio. Sobre Antonio grupo literario de Los Contemporáneos, los cuáles por
Caso, su papel en la institucionalización de la filosofía otro lado, constituyen un eslabón clave en la importa-
y como forjador de filósofos (Estrella, 2010a). Caso ción de la filosofía orteguiana antes de la llegada del
desempeñó además los cargos de director de la Escuela exilio (Estrella, 2010a: 332) y (Estrella, 2014).
de Altos Estudios y rector de la Universidad. 43
Los planes de estudio hasta la década de los 30
37
Sobre el famoso debate en torno a la autonomía confirman esta tesis. En líneas generales, en los progra-
universitaria y la libertad de cátedra que enfrentó a Anto- mas de Humanidades de la EAE y en los de Filosofía y
nio Caso con su antiguo alumno Lombardo Toledano y Letras, se observa una menor presencia cuantitativa y
las referencias no explícitas a la diferentes concepciones una dependencia cualitativa de la filosofía frente a los
de la filosofía que pueblan el debate (Estrella, 2013: 561- estudios filológicos (Menéndez, 1996: 73) y frente a los
568). Por otro lado, la política de Cárdenas con la Uni- objetivos pedagógicos que imperan en esta primera
versidad es de enfrentamiento abierto, lo que explica su etapa en la cual, antes que formar especialistas, se busca
interés por crear instituciones educativas y centros de in- una formación de profesionista con una visión huma-
vestigación alternativos. La Universidad Nacional era nística orientada a la docencia (Menéndez, 1996: 74).
considerada por la Secretaría de Instrucción Púbica una Los requisitos para la tesis de doctorado no rompían con
institución caduca orientada hacia la reproducción de pro- este paradigma (Menéndez, 1996: 74). Pueden consul-
fesiones liberales de la burguesía (Silva, 1986: 60). tarse las materias vigentes en el plan de estudios de
38
Ejemplos sobre los diferentes pareceres sobre la 1916 en (Menéndez, 1996: 116). Cuando se crea la Fa-
función de la academia mexicana en este periodo (Es- cultad estos se conservan en su mayor parte (Menéndez,
trella, 2010b: 210) y (Menéndez, 1996: 152). 1996: 147). Sobre la energía emocional que gravitaba
39
Todos los exiliados llegaron como miembros de en torno a la figura de Caso y su papel central como pro-
la Casa de España y colaboraron con las actividades del motor de futuras carreras pueden consultarse los testi-
Colegio. Casi todos impartían cursos en la Facultad de monios de Concha Álvarez, Oswaldo Robles, Cosío
Filosofía y Letras y casi todos aparecen como colabo- Villegas o Jorge Cuesta; todos ellos analizados en (Es-
radores del Instituto o publican en la revista Dianoia, trella, 2010a: 330-332).
editada por el propio Instituto. Ahora bien, es cierto que, 44
Sobre esta transición entre estos dos estadios fi-
por ejemplo, mientras Gaos se vuelca más hacia el Co- losóficos y el factor generacional que la determina
legio de México, Nicol lo hará hacia el Instituto, Wen- puede consultarse (Estrella, 2013: 568-571). Desde fi-
ceslao Roces hacia las redes “mundanas” del marxismo, nales de los años 20, los nuevos planes de estudio apun-
Recasens Siches hacia la Facultad de Derecho, Joaquín tan en esta dirección. Por ejemplo, se observa una
Xirau se alineará con la estrella descendente de Antonio progresiva regulación de los planes de doctorado donde
Caso e Imaz, que no impartirá clases, se vinculará con se especifican los requisitos –con un reglamento de
el antiguo grupo de Cruz y Raya quienes basculan en hasta 18 artículos que en 1949 llegaría hasta 43- y se
torno a las revistas España Peregrina y Cuadernos dota de mayor relevancia a la formación técnica (Me-
Americanos. Otros, como García Bacca o María Zam- néndez, 1996: 160,166-167 y 174-175). En 1936 se crea
una sección específica de filosofía prácticamente re- ramente filosóficos- que enfrentaron a mexicanos con
constituida, en la cual es posible apreciar una tendencia españoles (son conocidas las críticas a los exiliados de
a dotar de cohesión y especificidad a la disciplina (Me- los neokantianos Guillermo Héctor Rodríguez y Fran-
néndez, 1996: 166). Por otro lado, con la creación en cisco Larroyo o del neotomista José Sánchez Villase-
1942 del Departamento de Filosofía, se definen las ta- ñor) o españoles con españoles (Gaos con Xirau o Gaos
reas de investigación, se instaura la práctica del semi- con Nicol) sino de las herencias de este programa que
nario y se definen los centros y círculos de estudio como parecían pertenecer al estadio anterior del que pugnaba
espacios apropiados para la práctica investigadora, de por salir la filosofía mexicana. Por ejemplo, el propio
donde saldría en un futuro el Instituto (Menéndez, 1996: Rossi destaca la actitud de Gaos ante el texto como la de
171). Finalmente, no cabe olvidar que los alumnos de un comentarista más preocupado por la labor herme-
Caso constituyen la primera generación que comienza a néutica, por el escrúpulo historiográfico que por el con-
realizar un viaje iniciático al extranjero, normalmente a tenido de verdad y la confrontación argumentativa entre
Alemania; por ejemplo, Adalberto García de Mendoza, los textos (Rossi, 1970: 15). Recuerda también, al igual
quien inaugura los estudios de fenomenología en Mé- que Justino Fernández, que las dotes dramáticas y la
xico; Francisco Larroyo, promotor del neokantismo o oratoria formaban parte consustancial de sus clases -cla-
García Máynez quien introduce la reflexión axiológica ses magistrales en las que el publico adoptaba actitud
y la filosofía del derecho, entre otros. Este giro germá- de espectador- (Fernández, 1970: 6) y (Rossi, 1970: 14).
nico en detrimento de la influencia francesa, en general Finalmente, el peso de convenciones literarias opaca-
facilitará el contacto con el exilio filosófico. ban en ocasiones la claridad de la exposición o la rigu-
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http://www.ensayistas.org/filosofos/mexico/zea/ rosidad de la traducción (recordemos al respecto la
milenio/2-2.htm polémica sobre la traducción de Ser y Tiempo, desauto-
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Resulta fundamental recordar también la monu- rizada por el propio Heidegger). Creo que estas carac-
mental labor de traducción que llevaron a cabo fundamen- terísticas son extensibles a la mayoría del exilio
talmente en el marco del Fondo de Cultura Económica: filosófico, pues describen una forma de ser producto de
José Gaos tradujo a Heidegger, Wenceslao Roces a Marx, unas condiciones filosóficas a la que estos estuvieron
Eugenio Ímaz a Dilthey, Joaquín Xirau a Jeager, Medina expuestos durante su formación en España; un condi-
Echavarría y Recasens Siches a Weber, etc. cionamiento cultural –en palabras de Rossi para refe-
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Pero estos testimonios también nos ponen en la rirse a Gaos- que también constituyó parte de la
senda de las limitaciones del “programa” que trae con- herencia del exilio y contra la que se posicionarían al-
sigo el exilio. No se trata sólo de los conflictos –no pu- gunos de sus discípulos (Rossi, 1970: 16).