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Aquí el Aquinate distingue "pensar algo como existente" y "pensar algo ya existente",

señalando que la existencia que pide Anselmo es necesariedad, es un deber-ser meramente


intelectual, no existencial.
Asimismo, Tomás defendió, con gran éxito, frente a Juan Peckham la posibilidad de que el
mundo fuera causado y eterno al mismo tiempo, es decir, con término de ser pero no de
movimiento físico, demostrando su cercanía con el pensamiento clásico griego:
La causa completa y su efecto son simultáneos, pero a Dios no le falta ningún complemento luego su
efecto siempre puede darse
«Sobre la eternidad del mundo».

Esencia de Dios[editar]
Tomás, como se ha visto, dejó claro que (debido a su inmensidad) no podemos contemplar a
Dios como tal y señaló que la mejor forma de conocer a Dios sería mediante su Revelación
directa: la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, la Tradición apostólica y el Magisterio
de la Iglesia. Sin embargo, desde el punto de vista estrictamente filosófico, se habría de
conocer a Dios no mediante dichas fuentes sino del modo en que está ordenada la razón
natural: tomando las cosas sensibles (los efectos) y abstraerse a sus principios (la causa) o
fines. Una vez realizado ese proceso se establece qué tienen en común y qué no, es decir, las
dos Vías del Conocimiento de Dios:
Vía negativa
El Aquinate afirma en su Summa contra gentiles que en Dios no hay composición,
violencia, corporeidad o potencia alguna, no porque le falten dichos rasgos y parezca,
así, incompleto, sino porque está por encima de todo límite o posibilidad.
De esta manera, eliminando predicados "negativos" obtenemos una imagen más exacta
de Dios, que es, por oposición, simple, natural, incorpóreo y acto puro.
Vía afirmativa
Se trata de predicar las cualidades de todos aquellos atributos de bondad, veracidad y
otros valores "positivos" pues Dios es causa en todo cuanto hay de bueno en la tierra,
y por lo tanto, como está dicho en la Cuarta Vía, él es la pura Bondad, Verdad etc...
Este modo de relacionar sujetos entre sí por su parecido, fruto de la proporcionalidad
de ciertos predicados es lo que Tomás llama analogía. Aunque es una herramienta
definida y empleada como tal por primera vez por Aristóteles, no era sino un aspecto
de la sofística sin analizar internamente, de lo cual se ocuparía Tomás. Éste distinguió
dos clases de analogías:
De proporcionalidad
Se da en un conjunto de objetos, con distinta naturaleza por la distinta entidad de
estos. Es de forma "horizontal" y según el atributo, puede ser propia o metafórica.
De atribución
Se da desde un "primer analogado" activo o un "analogado" pasivo, por lo que es de
forma "vertical".
La novedad de Tomás radica no sólo en tal distinción sino en emplear éste
nexo lógico en un campo existencial y sumándole el concepto de "eminencia"
(Dios posee el atributo de modo supremo por lo que está absolutamente
identificado con tal).

El alma y el cuerpo[editar]
La enseñanza filosófica del Aquinate sobre la entidad y relación del alma y
cuerpo viene recogida, en gran medida, en la respuesta que da
al averroísmo y a su Teoría de la unidad del intelecto o entendimiento:
Fruto de la exégesis neoplatónica de Alejandro de Afrodisias de los textos
aristotélicos, así como del extremismo teocentrista arábigo, el filósofo
árabe Averroes, evolucionando la opinión del verdadero precursor, Avicena,
defendió que el intelecto agente, el actualizador del universal, era Alá, y que
tal universal el género humano lo asimilaba y hacía ciencia con él en el
intelecto posible (que era único para todos) por lo que ninguna alma tenía,
como individuo, nada incorpóreo; así pues, ninguna era
inmortal. Averroes indicaba que la relación entre entendimiento y alma
humana se daba mediante la fantasía, entendida como facultad de
conocimiento sensitivo, propia del animal. A esto dicho filósofo añadía, como
nos ha dejado constancia Tomás, que ésta era la opinión de Aristóteles, pues
él decía que el entendimiento era impasible, inmixto y separado21

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