Carta Del Muy R.P. Fray Diego de Cádiz, A Una Sra., en Respuesta A La Consulta Que Le Hizo Sobre Si Son Lícitos Los Bayles, Habiéndole Oído Reprobar El Bayle Del Bolero
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Visión reaccionaria de los bailes.
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Carta Del Muy r.p. Fray Diego de Cádiz, A Una Sra., En Respuesta a La Consulta Que Le Hizo Sobre Si Son Lícitos Los Bayles, Habiéndole Oído Reprobar El Bayle Del Bolero
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Carta Del Muy R.P. Fray Diego de Cádiz, A Una Sra., en Respuesta A La Consulta Que Le Hizo Sobre Si Son Lícitos Los Bayles, Habiéndole Oído Reprobar El Bayle Del Bolero
Fray DIEGO de Cádiz, á una Señora en res- puesta á la consulta que le hizo sobre si son lícitos los Bailes: habiéndole oido reprobar el Baile del Bolero, en la Misión que hizo en la Sta, Iglesia Catedral de Sevilla, año de 1 7 9 2 , á presencia del Ilustrisimo Cabildo, autorizado con la asistencia del Excmo. Sr. Arzobispo Don Alonso Marcos Llanes y Arguelles.
ÍEKTORA
'ON E L M A Y O R APRECIO RECIBO L A
1
de V. de 15. del pasado, en que me pide dictamen
sobre las diversiones de los Bailes, y que le diga lo que en esto debe hacer para quitarse de escrú- pulos. Gustosísimo le obedeceré, pues y a constan á V. mis deseos de servirla, y el agradecimiento con 1 con que le v i v o obligado , junto con la singular estimación que le c o n s e r v o ; y para proceder desde l u e g o con claridad, y escusar después repeticiones de clausulas menos precisas; supongo que la pre- gunta de V. no es sobre los Bailes en sí consi- derados, desnudos, ó abstraidos de todas sus cir- cunstancias ; sí del que se usa, y según el todo de quanto en él acontece: V. podrá por sí sola, y sin esperar agena resolución juzgar y decir l o que s o n ; haciéndose c a r g o , y reflexionando estos qua- tro puntos, i. Quienes son los que concurren ai Baile. 2. C o m o , y en que disposición concurren. 3. C o n que animo, ó por que fin concurren. 4. Quien los autoriza. Deseo eficazmente el acierto, Dios me dé luz c o m o para ello la necesito. . E l Baile es una concurrencia, ó junta de h o m - bres , y mugeres preciosamente v e s t i d o s , y con intento de alegrarse y divertirse, no según Dios y el E s p í r i t u , sí con la alegría del m u n d o , y de la carne , donde unidos y misturados danzan los unos con los otros al son de varios instrumen- tos , y tal v e z de las canciones dulces y alague- ñas por largo r a t o : esta apocadísima, y sobra- damente limitada definición bastaba para que V. infiriese y a el horror con que debe mirar todo Christiano semejante-diversión': ¿puede esta admi- tirse sin olvidar á D i o s , y el fin para que nos ha criado? ¿ p u e d e practicarse sin abandonar la mortificación cristiana y el castigo de la carne, que á proporción es en todos precisa para poder sal- varse ? ¿ puede continuarse en ella sin declararse amigos del mundo , y por consiguiente enemigos dé Dios ? ¿qué regla dé la' vida christiana, qué ac- ción virtuosa y meritoria, ó qué Conformidad con Jesu-Christo mi Señor, y su Evangelio se encuen- tra en ella? piénselo Y. y piénselo qualquie- ra con el peso que corresponde , y dígame des- pués qué j u z g a de los Bailes. Pero 3 Pero no nos detengamos en estas generali- dades , pues aunque tan p o d e r o s a s , no Í on las mas aproposito para convencer á los partidarios del s i g l o : Individuemos ya haciéndonos presentes, 6 introduciéndonos en la p i e z a , ó sala destinada para el Baile. Quienes la ocupan'? Son algunos S a c e r d o t e s , ó Religiosos mortificados y egernpla- res ? Algunos ancianos respetables por sus canas, ó recomendables por sus años ? algunos parbuli- t o s , que ágenos de malicia tratan de divertirse sin daño de su inocencia, y sin riesgo de pecar? ó son acaso al: hombres inutiles , algunas Señoras sin habilidad y destreza ? son algo cíe es- to los concurrentes ? n o ; pues quienes son ? todos son personas h á b i l e s , ó u t i l e s , esto e s , los que saben d a n z a r , c a n t a r , ó representar: los que son. diestros para disponer y ordenar las contradanzas, parear ó unir los sugetos que pueden lucir mejor, y dar mas gusto á los concurrentes; y pudiera añadir sin t e m e r i d a d , que los mas utiles son los mas libres y d i s o l u t o s , y que menos respeto tienen á D i o s , y á su Santísima L e y : unos hom- bres jóvenes , ó de mayor e d a d , cuya ocupación es la ociosidad, c u y o exercicio es tal v e z el galanteo, cuya tarea la diversion, y cuyos cuidados todo el pensar y discurrir c o m o han de pasar el tiempo mas inútilmente para no oir los clamores de sus conciencias ,- que les recuerdan el infeliz estado de sus a l m a s ; unas Señoras de. igual edad que •aquellos,; que miran con horror el r e t i r o , que se avergüenzan de parecer virtuosos y r e c a t a d o s ; y que se martirizan , ansian, ó anelan por agradar y parecer bien á los h o m b r e s : los.. u n o s , y los otros de una conducta ..nada egemplar , cria- dos entre delicias , y dando continuo fomento a la lozanía de su c a r n e , teniendo á su vientre por su D i o s , y desmintiendo en t o d a s , ó en las mas de sus acciones el carácter de christianos: Estos son 4 son los concurrentes j y aun quando fuese dable se halle un soló j u s t o entre -ellos,, podría no per- vertirse? bastó en el Cielo el mal egemplo de uno solo para que cayesen en igual pecado la tercera parte de los Angeles : ¿no serán suficien- tes tantos males , para trastornar,y derribar á un solo b u e n o ? mas c o m o concurren acaso pobre- mente vestidos ? llenos de modestia y recato ? aca- so cada uno en a s i e n t o , separados los Señores de las. Señoras ? acaso ocupados en conversacio- nes útiles• , ó indiferentes por lo m e n o s ? asisten de este m o d o ? no es t o d o lo contrario ? no v a n , especialmente las Señoras^ profanamente vestidas? no están misturados los; Señores? no hablan en. s e c r e t o , en bulla l o que quieren? -lo que la oca- sión , y su pasión les dicta ? donde está aqui lo licito? reprueba, el Espíritu Santo- c o m o grave culpa u n a sola palabra i n d e c e n t e , e q u i v o c a , y menos recatada: podrá ser indiferente quanto alü se o y e y se h a b l a ? V. que lo v é , , aunque yo n o lo ignoro, dígame ¿ que moderación, que mo- d e s t i a , y buen m o d o se advierte en estos casos? aunque n o hubiese mas que la profanidad de los trages en las S e ñ o r a s , sobraba para calificar de pecado- mortal los. Bailes,: según las: Santas: Escri- turas. P e c a gravemente el q u e mira c o n atención á u n a m u g e r compuesta y adornada; si aquel pe- ca en mirarla, ¿ quedará ésta inocente vistiéndose de gala ? pues qué será si los; vestidos y trages fueren indecentes?, ó quando menos: e x c e s i v o s , y superfluos ? tales son ( h a b l o infiriendo de lo-que por a c á . v e o , l o que sucederá en la C o r t e ) las cotillas llamadas de tumbo ó de despeñadero, las g a s a s , y el lazo atrevido en el p e c h o ; los cal- zados p r o p o r c i o n a d o s , ó d e l color del vestido; los peinados grandes de p l u m a g e s , y de cavello estraño, que formando varios r i z o s , se necesitan alfileres de media vara ó mas para sujetarlos, y para ¡para sujetar el bienparado: cotillas' arrogantes : ; : y l o demás á toda c o s t a ; y el rigor de la eti- queta , con mantillas de gasa , y todo lo d e - más que pide la razón de estado: ¿ puede usarlo sin. culpa esto una S e ñ o r a , ó le será licita á la que es del Cuerpo de la N o b l e z a ? estoi por decir que en esta es de m a y o r pecado que en las demás: no hay que contar con la salvación vistiéndose asi. Pasemos á investigar ¿ p o r qué concurren los referidos al Baile? pregúntelo V. á cada uno de por s i , digale que le manifieste ¿ con que intención, ó con que fin vienen ? nó lo d i r á , pero y o se lo diré á V. una Señora por qué se v i s t e , y quiere agradar á los h o m - bres?.es por solo e s t o : : : un hombre p o r q u é bus- ca el lado de una dama ? es por hablarle de Dios? y de este tratarse y rozarse tan de inmediato no resultará peligro alguno? negarlo es decir que miente el Espiritu Santo. Solo la memoria y recuer- do de los. bailes le era á todo un San Gerónimo de incentivo y sujestion ¿ n o lo será á los que sin aquella virtud los presencian, y: los forman ? Quiero prescindir de los fines-particulares de cada uno (aunque V. en conciencia no puede desentenderse de ellos) me reduzco al fin que el (
baile dicho en si t i e n e ; qual es este ? avibar las
pasiones , a l h a g a r , y mover los sentidos; sacar el alma de su c e n t r o ; fomentar los apetitos, é inclinar á la c u l p a ; mas c l a r o , el baile del m o - do que se u s a , es ocasión praxima de pecado g r a v e ; aun mas c l a r o , y sirve de comprobar lo d i c h o ; en el baile hay suficientes, y aun sobra- dos motivos para que por lo menos muchos cai- g a n , c o m o caen en c u l p a , y aun es ó son bas- tantes para" que todos puedan caer en algún pe- cado, Aqui los daños á la salud, Scc. la indecen- cia de las evoluciones en la del bienparado, especial- m e n t e §in que e£cuse de culpa alguna, opinión que ** con 6 con titulo de recreación permita esta diversión, ó d e s a h o g o , porque semejantes diversiones las prohi- ben las Santas Escrituras, y el Señor tiene dicho por San J u a n , que sus palabras han de ser por las que en el ultimo dia hemos de ser juzgados. Y San Buenaventura reprobando el uso de las opi- niones , asegura en sus O p ú s c u l o s , que Dios n o j u z g a por pecado sino lo • que en realidad lo es, porque se opone á su L e y Santa; y no lo que la opinión j u z g a que no es pecado. E n la Sa- grada Escritura manda D i o s , que huyamos de ver bailar á una m u g e r , porque en ello tene- mos peligro. Para su confirmación se nos refiere el caso de lo que sucedió al Pueblo de Dios con las Madianitas , ' que viéndolas d a n z a r , cayeron eil muchos "pecados con ellas. Si Dios afirma que en los bailes tenemos p e l i g r o s , podra V. ni y o tampoco negarlo ? de aqui dice un Santo Padre hablando de esta diversión , que el baile es un círculo, cuya circunferencia es el Diablo, y cuyo centro es el Demonio: infiera V. si son ó no p e - cado, mientras digo, algo de lo ultimo que quiero considerar en ello. Quien los autoriza ? Mi Señora D o ñ a N. ¿ de que forma ? con su m a n d a t o , ó con su presen- c i a : lo p r i m e r o , m a n d a n d o , ó permitiendo que sus hijos mis Señores, y sus criados asistan á ello; esta es gravísima c u l p a , porque es ponerlos en la ocasión de que p e q u e n : y esto es lo que lla- man los Santos sacrificar los hijos á Lucifer: una madre no puede consentir á sus hijos, y domes- ticos lo que es ofensa de D i o s ; y mucho menos el m a n d a r l o ; y si l o m a n d a , ni p u e d e , ni debe ser obedecida. Piense V. si es ese el fin porque Dios se los ha d a d o ; ó si fue para que extrayén- dolos de todo lo m a l o , se los presentase al Se- ñor j u s t o s , arreglados, y santos: E l castigo de E l i , y la condenación dé Pretextata quitan toda duda en este particular, Gra- 7 Grave pecado sin duda que V. mande , ó permita vayan los referidos á un b a i l e ; pero mu- cho mayor si con su presencia los autoriza: de dos modos puede este verificarse: uno si V. v a donde se tienen: otro si V. los da ó hace en su c a s a ; de uno y otro m o d o es pecado so- bradamente grave. Para, que lo conozca es pre- ciso se haga cargo del concepto en que la tienen t o d o s , por su a r r e g l o , por su d e v o c i ó n , y por sus freqüentes c o m u n i o n e s : ¿que exemplo da una Señora gastando las mañanas en la I g l e s i a , y las tardes asistiendo á los bailes ? ¿ qué juicio forman rán de la virtud los que ven comulgar por la m a ñ a n a , y ' á la noche en un sarao ? qué dirán de V. ? qué hablarán de su. Confesor ? qué p e n - sarán de los Sacerdotes, y Religiosos que tienen el honor de tratarla y de servirla?- por el c o n - trario , quién ha de creer que los bailes son ma- l o s , viendo á V. en e l l o s , procurando ser en todo justificada ? ¿ de quánta seguridad, y tal v e z incentivo no será para los poco temerosos de Dios v e r á una Señora tenida por justa en sus proce- d e r e s , y no reusa presenciar aquella mundana é infernal diversión ? quantos pecarán en ella, a p o - yados del exemplo de V. ? quántos Sermones
E erderan su f r u t o , quántos Predicadores su tra-
ajo, y quántos Confesores su celo por este exem- plo de V. ? piénselo V. mi Señora, y se llenará de horror ! Crecerá esta culpa si los autoriza, teniéndo- l o s , ó dándolos en su c a s a , entonces no solo peca por s í ; son también suyos quantos pe- cados cometen los concurrentes.. Para que á V. no le quede genero de duda en elle-, es oportu- nísimo el caso que tiene San Juan en su A p o - c a l i p s i , de aquel Santo Obispo de Pergamo , á quien amenazó el S e ñ o r , y le mandó hacer p e - nitencia , porque tenia en su P u e b l o algunos o b - ser- 8 serradores y amadores de la doctrina y mal con- sejo que Balaan dio á el R e y Balad de los M o - havitas. L o que Balaan aconsejó á este fue que e n - viase muchas quadrillas de mugeres bien vestidas, c a n t a n d o , y formando coros de danzas á la pre- sencia del Pueblo de D i o s , que por alli transi- t a b a , para que lo hiciese p e c a r , c o m o con efec- to pecaron con e l l a s , hasta caer en su Idolatría. Esto resultó de ver aquellos hombres bailar a u n a s 1
mugeres : ¿ difa ahora V. que no hay peligro
en el baile ? ¿ podrá persuadirse que estara libre da culpa autorizándolos en su casa? Estaba por d e c i r , es tanto casi la recomendación que le da V . á esta diabólica diversión permitiéndola en su c a s a , como si en l a Iglesia se tuviesen: tan- to es el concepto que se ha g r a n g é a d o , y tan- ta por consiguiente la gravedad da esta culpa. Señora V. en un baile ? V. permitiendo que ba- y a á ellos su familia ? V. dándolo en su casa ? una de dos, ó V . se ha separado de la freqüencia de •Sacra lientos que observaba, ó se ha dejado preocu- par de algún engaño : si ha dejado la freqüencia c o m ú n , no ma admiraré haya incurrido en tanta miseria, y corrupción; si en ella sigue, y c o a ella une los bailes, & c . es mucho mayor culpa, y pecado; porque eso es juntar á Dios con el Mundo : la san- tidad de los Sacramentos, con la iniquidad de los j u e g o s ; y á Jesu-Christo, con Belial. En tal caso, V. no puede seguir c o m u l g a n d o , y si lo h a c e , será (en mi dictaman) un continuado sacrilegio. N o mi S e ñ o r a , no hay razones de estado, respetos h u m a n o s , ni etiquetas del mundo que puedan cohonestar esas diversiones, ni menos jus- t i f i c a r l a en la presencia de D i o s : ellas serán po- derosas para los amadores del s i g l o , ' p a r a los que d-'sean agradar á otros mundanos; y para los que olvidados da D i o s , en nada menos piensan que 1
en temarle ,> y amarle: mas. no lo son para ios
ver- verdaderos Christianos , y que c o m o discípulos 9 del humilde C r u c i f i c a d o , tienen declarada guerra al mundo su e n e m i g o ; porque les consta es d e - clarado enemigo, de Dios el que apetece ser su ;
amigo. Tampoco les favorece el ser todos los asis-
tentes personas Ilustres de la -primera N o b l e z a ; antes bien , en sentir de San Juan Chrisostomo, es.esta una circunstancia que convence de ma- y o r pecado al b a i l e : asi lo asegura el Santo, hablando del baile de la niña S a l o m é , hija de H e r o d i a s , concubina de H e r o d e s , llegando á en- carcelarlo de tal modo que dice: :.í¿ oye entre :
nosotros un baile de tal calidad , que ni --entre
Gentiles se baila, y es que baila la Hja del Rey, una Señora Noble y Principal, y estáis muy complacidos de ello, sin horrorizaros . de semejante atentado. El baile, dice el S a n t o , es tanto peor, quanto mejor se hace, que es decirnos: son mas incentivos á la c u l p a , los qué mejor se forman, y disponen* Si hubiera de referir aun los dichps, y sentencias de los Santos , llenaría muchos plie- gos , y le cansaría demasiado : contentóme con decirle son los bailes una nueva irrisión de Jesu- Christo , un escarnio , y mofa de la r e l i g i ó n , y de la v i r t u d , y una ruina certísima de las almas: t o d o se confirma y evidencia de un rarísimo y horroroso suceso que nos refieren Antiguos, G r a - v e s , y Venerables Escritores. • " Deseaba saber un Religioso de exemplar vir- t u d , que era lo q u é mas ofendía á) D i o s , c o m o o c a s i ó n , y motivo -de p e c a d o ; y estando en la Iglesia en sus devotos exercicios, vio entrar en ella una quadrilla de hombres, y m n g ^ r e s danzan- do y b a i l a n d o , los quales traían .• entre sus pies á Jesu-Christo mi Señor crucificado,^ á qnien en sus vueltas , salios , y movimientos y a le herían las m a n o s , y a le escupían el r a tro-, y a le qui- n a b a n , y ponían Ja corona - de- e s p i n a s , ya le alan- 10 alanceaban el c o s t a d o , y ya otras mil injurias, con que renovaban todas sus penas y tormentos; horrorizado el buen Religioso de l o que miraba, iba á reprehenderlos y castigarlos ; mas le detu- v o el que parecía el principal ó bastonero de los que bailaban con decirle , era un Espíritu infer- nal, que habia venido á manifestarle lo que eran los bailes entre h o m b r e s , y m u g e r e s , para que conociese lo enorme del pecado, y lo mucho que el Señor en ellos es ofendido. Há, S e ñ o r a , quan- tas veces habrá sido conculcado el Hijo de Dios Eterno en la sala de V. y aun á su vista: quán- tas aun sus D o n c e l l a s , y Criados habrán m o - fadose en el baile de aquel Gran Dios á quien V. habia recibido Sacramentado aquella mañana! y quantas habrá rodado baxo de los pies de sus hijos aquel en cuya presencia pocas horas an- tes dobló V. sus rodillas en la Iglesia! y o no me atreviera á expresarme t a n t o , si no viese á los T e ó l o g o s , y Santos hablar con el mayor ar- dor contra estos diabólicos entretenimientos. N o puede tampoco justificarlo el fin que V. expone de dar alguna diversion á sus hijos, pa- ra escusarlos de que hagan cosas p e o r e s , c o m o darse al j u e g o , las visitas, & c . cotejado el baile que se u s a , con el j u e g o , y la v i s i t a , & c . no sabré decir qual sea p e o r , ó causa de mayores pecados : malo es el j u e g o d e s o r d e n a d o , y de e m b i t e ; muy malas las visitas y concurrencias; pero peores esos b a i l e s , porque en ellos se hace lo que en aquellos se aprehende. L a regla general que se nos e n s e ñ a , de dos males, ó culpas ha de elegirse la menor : se entiende no en todo e v e n t o , sí solo en el caso que sea p r e c i s o , ó inescusable el obrar el uno de los dos estremos: esto no sucede en nuestro c a s o , pues los Se- ñoritos no tienen precision alguna de estar en el baile, j u e g o s , & c . antes bien,"están gravemente obli- II obligados á huir de todo esto p i r a poder salvarse. Q u é he de hacer para que estén entreteni- d o s , me preguntará V. 4 y á esto nada respondo, pues j u z g o no me corresponde otra cosa, que decir, fue el hombre criado para amar y servir á Dios en su vida ; y el Christiano para ser S a n t o , y conformar sus obras *con las de Jesu-Christo mi Señor : si esto se p i e n s a , como debe pensarse, falta tiempo para lo mucho en que obliga el o c u - parnos. ¿ A quien no asombra sea necesario hacer consultas, para saber en que diversiones han de ocupar el t i e m p o , y pasarlo un S e ñ o r , y una Señora, que careciendo de méritos propios, están obligados á grangearlos para poder salvarse ? v e o á los Justos quejarse les viene corto el d i a , y l£~ noche , para lo mucho en que tienen en que ocuparse : oigo al Espíritu Santo estrecharnos á que no degemos pasar ni. una sola partícula del dia bueno de la v i d a ; y : q u e todo el bien que podamos hacer en ella l o ejecutemos con ardor, instancia, y eficacia: ¿ c o m o podré no admirarme de ver se consulte en que diversión se ha de g a s - tar el tiempo? no soy tan inconsiderado y rígi- d o , que piense es malo el usar de alguna h o - nesta diversión: sé muy bien no puede fácilmen- te vivirse sin dar algún desahogo á. la naturale- z a , & c . pero también sé por doctrina de Santo T o m a s , .que el j u e g o , diversión, & c . cuyas cir- cunstancias son todas b u e n a s , se permite á per- sonas o c u p a d a s , atareadas, y fatigadas , ó con el rigor de la vida espiritual, ó con el tesón de otras corporales t a r e a s , n e g o c i o s , y cuidados: mas quando nada tiene ea que o c u p a r s e , quien pasa ociosamente todo el d i a , qué cansancio pa- dece para que á ese le sea preciso el divertirse sin cesar? Solo esta circunstancia b a s t a , en sen- tir del Angélico M a e s t r o , para que. se califique el baile de vicioso y malo. Agre- 1Z A g r e g u e V. á l o dicho , omitiendo lo de- mas , los gastos indispensables , y crecidos , que para estos casos han de hacerse: piense V. quál es la necesidad: que ocurre para e l l o ? quál la moderación cristiana que en estos lances se o b - serva ? y qué facultades, f o n d o s , y arbitrios tiene la casa para sostenerlos ? permítame V. por el m u c h o amor que tengo á su alma, y por el agra- decimiento con que v i v o o b l i g a d o , que le diga algo sobre este p u n t o ; y y a que tiene la bondad de consultarme, y hacer algún a p r e c i o , tenga la de oirme lo que j u z g o debo significarle, para que no arriesgue su salvación., ni la de mis Se- ñores sus hijos. Suena e n . e l p u e b l o , y he oido con bastante desconsuelo, los gastos exorbitantes: de su Casa, y que estos han ascendido á cantidad de & c . ó pasado (fe ella: confieso ingenuamente á V. que me ha desazonado mucho esta noticia: no se halla para lo hecho otra causa, que la razón de estado ; si esta es suficiente, si ella escusa de p e c a d o , es forzoso borrar el Evangelio de Jesu- Christo mi S e ñ o r , y su doctrina : si la mayor parte de estos gastos se ordenan á estas diver- siones no alcanzo c o m o pueda hacerse e s t o , sin primero satisfacer y pagar las deudas atrasadas: V. sabe mejor que y o , lo .empeñada que se halla la casa, y que aun existen muchas deudas del defunto poseedor de los Mayorazgos de su casa: estas obli- gan á su p a g a quanto antes; y de tal m o d o , que sacando lo preciso para mantenerse con una muy moderada decencia, lo demás de los • acreedores, á quienes sin grave culpa no puede diferirles su rein- tegro , á no ser que ellos voluntariamente con- desciendan , mas si se les sigue ú ..ocasiona no- table perjuicio con la d e m o r a , debe subsanarles igualmente estos d a ñ o s : habiendo deuda en una casa,, ha ,de tratarse , y juzgarse esta como sin caudal, c a u d a l , porque todo es del m o d o d i c h o , para satisfacer á quien se d e b e ; de qué se infiere, que gastar süperfluamente , aunque siempre es m a l o , es mucho mayor pecado én tales circuns- tancias : también que guardar y atesorar para in- tereses p r o p i o s , es del mismo modo grave cul- pa , y lo mismo el enriquecerse, ó proporcio- nar grandes herencias á los hijos-: aun las limos- ;
nas que se dan en estos c a s o s , son perdidas y
de ningún mérito delante de D i o s : excepto las que son para remediar alguna necesidad estrema; ó las. que no impiden la pronta satisfacción de las deudas: Si el dar limosna (que obliga de pe- cado) es malo habiendo atrasos en el caudal, qué será el gastar süperfluamente? si este precepto grave de la caridad no dispensa del de la justi- cia en. pagar á los acreedores, ¿ podrá dispensar la razón ele estado*, siendo tan opuesta á una y á otra virtud? no alcanzo á entender por donde esto pueda ser licito en conciencia. Es innegable, volviendo al punto de bailes, que los gastos que en ellos se tienen son su- p e r f i n o s y que c o n ellos- se empeña mas la casa, ó se acrecientan los. atrasos en que se ha- lla:- qué razón habrá para permitirlos ? con qué. podran cohonestarse), ó c o m o justificarse V. en auto- rizarlos con su permiso,- ó con su presencia ? los T e ó l o g o s todos dicen que. una obra buena, si tiene una sola circunstancia defectuosa, y a es mala,, y digna de castigo: ¿qué diremos de una diversión, en la que todas sus circunstancias son perversas, y culpables? esto es el baile de. qué V., se digna 1
consultarme: una diversión mala, reprehensible, y
damnable por los sugetos q u e á ella concurren; .por el modo con que se presentan- y están en e l l a ; y por la persona de V. que i o s autoriza: diversión pecaminosa y detestable,, por el escán- dalo qué resulta asi e n los b u e n o s , prudentes,, y y j u i c i o s o s , c o m o en los i m p r u d e n t e s , y rela- xados ; y diversión por ultimo , la mas culpa- ble 3 tanto por el daño de tercero que resulta de sus gastos superfluos, y c r e c i d o s ; c o m o por las muchas ofensas á Dios Nro. Señor que de ellas se originan. Y a me persuado estará V . inteligenciada en la ilicitud de los b a i l e s ; y si aun me pre- gunta que clase de pecado e s , responderé fácil- ' mente que es m o r t a l ; y con la malicia de no solo un p e c a d o , si de muchos. N o hay C a t ó - lico que ignore es Culpa grave todo aquello que es ocasión y motivo de que se c o m e t a , ó pueda cometer culpa grave : estos bailes que V. c o n s u l t a , es certisimamente ocasión y mo- tivo de culpa grave , luego son pecado mortal. N o dexa duda : q u e es un p e c a d o , ' con la ma- 1
licia de muchos es innegable , estando á la re-
gla de la' católica T e o l o g í a , en qué' se nos e n - seña que quando son muchos á quienes damos escándalo , ó motivo para que puedan pecar, somos reos de tantas c u l p a s , quaíitas son las personas á quienes asi escandalizamos : de esto infieren algunos A u t o r e s , que para confesar bien, n o basta en estos casos el decir lo que se ha hecho', debe añadirse el numero de sugetos que c o n c u r r í a n , ó estaban presentes al b a i l e , á la música, &c. Me p a r e c e , Señora , tengo suficientemente respondido á la pregunta de V. según lo per- miten mis cortos alcances i, y la precipitada pri- sa c o í i que escribo esta simple c a r t a , en que :
digo lo que basta para satisfacer al deseo de V.
y acreditarle él que me asiste grande de servir- l a , y sacrificar en su obsequio mis cortos arbi- trios , y mis limitadísimas facultades : todo soi de corazón de V. para que me ocupe en quanto sea de su agrado j y le ruego que en sus devotas ora- oraciones me encomiende á Dios Nro. Señor, á quien pido me guarde á V. en su Santo amor y gracia los muchos años que p u e d e , y he m e - nester.
P. D.
Señora, muchos están creídos en esta Ciudad,
y quizá también en otros pueblos, que la espiri- tual dirección de V. está á mi cargo ; no es asi, mas esta circunstancia no es despreciable en el caso presente, para que V. con su p e r s p i c a z en- tendimiento penetre el gravísimo daño que resulta el seguir en semejantes b a i l e s , y profusiones; y quanto pierde la palabra de Dios que anuncio á los Pueblos.
J?. L. M. de V. su Capellán^ y afectísimo Siervo en el Señor 9