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Contextualización / Alejandro Simonetti.

Al hablar de la capacidad de contextualización como una de


las capacidades que forman parte del aprendizaje psicosocial,
que incluye incorporación de conocimientos, desarrollo de
capacidades y formación de actitudes, definimos la capacidad
de contextualización como “la capacidad de significar lo que el
otro dice en el contexto de su gestualidad y su conducta,
comprendiendo sus signos dentro del código de su cultura y
las influencias del contexto social de su organización, su
institución, su ciudad, su provincia, su país y el mundo, en el
momento histórico en que se produce la situación que se
analiza”.

Esta capacidad forma parte del Posicionamiento o Actitud


Psicosocial, junto con las actitudes de proximidad emocional,
distancia operativa, rigor científico, auto-registro, renuncia
narcisista, renuncia ideológica y las capacidades de
acompasamiento, textualidad, desciframiento grupal y
disciplina operativa.

El concepto de capacidad de contextualización es una


aplicación metodológica de la noción de Enrique Pichon
Rivière del “hombre en situación”, de acuerdo a la cual el ser
humano no puede ser comprendido si no se conoce su
concreta situación histórico social, como un texto es
ininteligible fuera de su contexto.

Por lo cual, la frase y la conducta de una persona adquiere su


significado completo en el contexto de su gestualidad, que
puede modificar el sentido de sus palabras, como cuando
alguien dice “hemos progresado”, pero contextúa la palabra
“progresado” con un doble movimiento paralelo de sus dedos
índices hacia abajo, con lo cual alude al signo gráfico de las
comillas, que ponen en duda el significado de una palabra,
expresando que se trata de un falso progreso, sentido que no
surge del texto mismo sino de su contexto gestual.

Del mismo modo, la conducta general de una persona


contextúa el sentido de sus afirmaciones, de modo que la
frase “lo prometo”, proveniente de alguien de quien sus
interlocutores conocen sus reiterados incumplimientos de
promesas anteriores, tiene un sentido distinto a la misma
frase dicha por alguien que siempre ha cumplido sus
promesas.

También contextúan y modifican el sentido de las frases que


se intercambian los códigos lingüísticos de sector social o
regional de las personas que las dicen.

Si un mexicano, por ejemplo, dice “hasta las ocho se atiende


al público”, un argentino entenderá que si llega después de
las ocho no será atendido.

Cuando llega a las siete y se encuentra con que todavía no se


está atendiendo al público, el argentino creerá que los
empleados no están cumpliendo su horario y tal vez criticará
la negligencia de los empleados mexicanos, sin saber que, en
el código lingüístico del habla mexicana, aún hablando el
mismo idioma castellano, la frase quiere decir que se atiende
al público a partir de las ocho, malentendido que ha causado
muchos problemas a los argentinos en los aeropuertos y
estaciones de micro mexicanas.

Los mismos malentendidos puede traer el no contextuar lo


que dice dentro de los códigos culturales del interlocutor.

Contaba una persona que vivió mucho tiempo en la India que,


cuando un propietario solicita a un trabajador que realice
determinado trabajo en su casa, el trabajador contestará
siempre afirmativamente, lo que no quiere decir que esté
aceptando el trabajo, sino que responde con cortesía a un
ofrecimiento de trabajo, sin tomar por ello ningún
compromiso. El propietario podrá esperar indefinidamente la
llegada del trabajador, si no se ha ocupado de confirmar, por
otros medios comunicacionales, que éste ha aceptado
realmente realizar el trabajo.

En México, nuevamente, se estila ofrecer la propia casa, “su


casa de usted” a la persona que se conoce, lo que no implica
un verdadero ofrecimiento de recibirlo sino una cortesía
puramente simbólica.

Una vez conocido el contexto de esos códigos culturales, la


frase del interlocutor encontrará su verdadero significado.

Del mismo modo, contextuará el sentido de todo lo que se


dice la influencia del contexto social de la organización,
institución, su ciudad, su provincia, su país y el mundo, en el
momento histórico en que se produce la comunicación que se
analiza.

En determinada organización empresaria en que se considera


parte de la cultura institucional la adhesión acrítica de los
empleados a todos los principios del ideario organizacional, la
frase de un empleado que afirma uno de estos principios no
puede interpretarse como la expresión de sus íntimas
convicciones sino sólo como el cumplimiento de una norma
organizacional, debiendo deducirse lo que piensa de ciertas
grietas de la comunicación donde lo que cada uno piensa se
filtra por debajo de las prescripciones.

En una visita de un equipo de observadores de una Escuela de


Psicología Social a una fábrica, el supervisor que guiaba al
equipo en el recorrido por las dependencias de la fábrica,
cuya tarea consistía en el señalamiento de las bondades del
dispositivo organizacional, calzaba unos pesados botines
industriales con defensas de acero, por lo que una de las
observadoras le preguntó si no le resultaba incómodo caminar
con zapatos tan pesados. El supervisor contestó que, por el
contrario, esos zapatos le resultaban comodísimos y los
seguía usando en su casa una vez finalizadas sus tareas
laborales. Muchas horas después, al finalizar el recorrido, una
de las observadoras manifestó que tenía la mano cansada de
tanto escribir, a lo que el supervisor contestó “y yo ni le
cuento, con estos zapatos que me tienen los pies a la
miseria”. La primera frase sobre la comodidad de los zapatos
debía interpretarse en el contexto de su tarea empresarial de
mostrar lo perfecto de todo lo que se usaba en la fábrica y la
segunda, dicha en un momento en que el final del trabajo le
permitió bajar sus defensas, comunicaba sus verdaderos
sentimientos.

Las Instituciones, estructuras de valores, objetivos, esquemas


conceptuales, métodos y procedimientos que regulan las
actividades en determinada área de la comunidad (Institución
Escuela, Institución Empresa, Institución Salud, Institución
Fuerzas de Seguridad, Institución Estado, etc.) también
contextúan las comunicaciones y una frase dicha por una
Directora de Escuela deberá interpretarse en el contexto de lo
que la Institución Escuela espera de lo que puede decir o no
decir una Directora, más allá de las características de su
Escuela o los rasgos de su personalidad.
En la línea de esa noción freudiana, Enrique Pichon Rivière
definió a la fantasía inconsciente de cada persona como la
novela inconsciente acerca de nosotros mismos, los lugares
imaginarios que, sin darnos cuenta, asumimos en las
estructuras vinculares de las que formamos parte y los que, a
través de nuestra manera de tratarlos, adjudicamos
inconscientemente a los otros, condicionando así, de alguna
manera, la forma en que nos tratan y nuestro destino.

Del mismo modo, podríamos someter a la prueba de la


confrontación con la realidad la hipótesis de que cada uno de
nosotros tiene una “novela”, más o menos consciente, acerca
de la historia de nuestra ciudad, provincia o país.

Un relato, más simple cuanto menos nos ocupemos


conscientemente del tema, acerca de los orígenes de los
problemas de nuestra ciudad, provincia o país, de quiénes
ocupan, en nuestra historia, los papeles de los próceres, los
villanos y las víctimas y... la forma en que se solucionarían,
fácil y simplemente, todos nuestros problemas.

Estas “novelas de ciudad, provincia o país” serían


habitualmente inconscientes en su formación, que suele irse
dando por introyección de las opiniones de personas
significativas de nuestro pasado, en interacción con hechos de
nuestra vida que generalizamos, no siempre con buena lógica.

“Este país anda mal porque los criollos no quieren trabajar. Mi


padre vino de Italia con una mano atrás y otra adelante,
trabajó como un burro y me dejó la casa en la que vivo y
otras dos casas que alquilaba. Y me enseñó a trabajar y no
meterme en nada. Después vino un gobierno que les daba a
los negros lo que querían y congeló los alquileres y tuve que
vender las dos casas. Acá lo que hace falta es un gobierno de
mano dura, que meta en la cárcel a los chorros y a los vagos
y van a ver cómo los que trabajamos vamos a estar mejor”.

A esta “novela de país”, que se nutriría de las opiniones,


fantasías, deseos y miedos predominantes en el sector social
en el cual cada uno ha sido educado, al que llegó a pertenecer
o al que adscribe por elección, corresponde una manera de
pensar acerca de los temas sociales y una connotación
positiva o negativa acerca de los distintos actores de la
estructura social.

A esta “novela de país”, que se nutriría de las opiniones,


fantasías, deseos y miedos predominantes en el sector social
en el cual cada uno ha sido educado, al que llegó a pertenecer
o al que adscribe por elección, corresponde una manera de
pensar acerca de los temas sociales y una connotación
positiva o negativa acerca de los distintos actores de la
estructura social.

De este modo, los estancieros serán “personas honestas y


emprendedoras que hicieron su fortuna administrando
correctamente la tierra heredada de sus padres y abuelos” o
“chupasangres que despojaron de sus tierras a viudas de
sargentos de la genocida conquista del desierto y se
enriquecieron pagando miserablemente a sus peones”, los
militares serán “los que restablecieron el orden cada vez que
los políticos llevaron al país al borde de la ruina” o “agentes
de los intereses transnacionales que instalaron sus dictaduras
para reprimir los reclamos y hundir al ...país en una deuda
externa impagable” y los sindicalistas serían “los
representantes de los reclamos de los trabajadores” o “los
traidores que se alían con los patrones para mantener
dominados a los que les pagan sus lujos con los descuentos
de sus sueldos”.

En la definición de “ideología” que utiliza Pichon en su


conceptualización, que no coincide con otras definiciones
según las cuales la ideología es sólo una manera de pensar,
fundamentada o no, sobre la política y la economía, el
elemento clave sería la “falta de fundamentación empírica”,
que diferenciaría a las posiciones ideológicas de las posiciones
teóricas sobre lo social.
Las posiciones ideológicas serían certezas subjetivas útiles
para orientarnos en la vida cotidiana, en la que habitualmente
hay que tomar posición sin esperar la resolución de
exhaustivos análisis científicos acerca de lo que está pasando
en el país.

Las posiciones teóricas serían certezas crecientemente


objetivas, con todas las limitaciones de la objetividad posible
en las ciencias sociales, construidas socialmente a partir de
datos fehacientes de la realidad.

Serían resultantes de una continua construcción teórica que


conceptualiza los datos observables de la realidad social y los
organiza entre sí en una red de esquemas conceptuales a los
que podamos referirnos para operar (ECRO).

La obligación ética del operador psicosocial, para poder


contextualizar adecuadamente las interacciones sobre las que
trabaja, consistiría en una continua transformación de su
novela de país, ideológica y poco fundamentada, en una
hipótesis de país crecientemente objetiva que, al permitirle
descifrar mejor las interacciones grupales y organizacionales
en su contexto social, haga posible una operación más
adecuada a la realidad y por lo tanto más eficaz.

La obligación ética del operador psicosocial, para poder


contextualizar adecuadamente las interacciones sobre las que
trabaja, consistiría en una continua transformación de su
novela de país, ideológica y poco fundamentada, en una
hipótesis de país crecientemente objetiva que, al permitirle
descifrar mejor las interacciones grupales y organizacionales
en su contexto social, haga posible una operación más
adecuada a la realidad y por lo tanto más eficaz.

Las tareas correspondientes a esta obligación ética serían el


estudio de la historia y la estructura de clases sociales del
país en que vive, la construcción de una hipótesis de país que
de una explicación a este proceso y la continua actualización
de esta hipótesis, a través de la observación de la vida
cotidiana que lo circunda y de los testimonios de los medios
de comunicación y centros de investigación acerca de dicha
realidad

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