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INTRODUCCIÓN
La posibilidad de contar con tiempo libre para el ocio es una conquista histórica
de la Revolución Industrial y la posterior regulación del horario laboral. Hasta
entonces, el tiempo libre había estado regulado por la actividad religiosa.
Aunque los primeros pasos del turismo se inician a mediados del siglo XIX,
será a partir de los años sesenta del XX cuando el turismo de masas comience
a desarrollarse. Los factores que posibilitaron este despegue fueron:
3.2 Años sesenta. Los bajos precios españoles en comparación con el nivel de
renta europeo, supone una atracción irresistible a un turismo de masas, de
baja calidad y con destino mayoritario en las playas mediterráneas. El
Estado impulsa distintas medidas de promoción y regulación turística. El
“boom” turístico supone equilibrar la balanza de pagos, la creación de un
nuevo sector económico que demanda empleo, pero también tiene
consecuencias negativas (estacionalidad de la demanda y del empleo),
degradación ambiental, ingresos reducidos en relación con los visitantes
(las empresas europeas controlan el mercado turístico).
3.3 Crisis de los setenta (1972-82). La crisis económica mundial y la situación
política interna (transición, terrorismo, accidentes), supuso en freno en la
expansión turística de la etapa anterior, aunque ello no significó un
descenso.
3.4 Transformaciones a partir de 1982. A partir de esta fecha se han adoptado
medidas encaminadas a corregir los defectos estructurales del turismo
español:
Reducción de la estacionalidad.
Crecimiento sostenido del turismo
Incremento de la competitividad. Mejor relación precio/servicio y mayor
estabilidad que los potenciales competidores (Europa del Este, El
Magreb)
Incorporación de las tecnologías al sector turístico
Diversificación de la oferta y desarrollo del modelo de turismo
sostenible.
LA OFERTA TURÍSTICA
4.1 Recursos naturales. Clima y paisaje. Cada tipo de turismo demanda un tipo
de clima, e incluso, éste pasa a ser un factor prescindible, en función de la
motivación del viaje. El paisaje puede ser el motivo o recurso turístico principal,
sin embargo, la presión turística puede incidir negativamente en el paisaje,
incluso transformarlo hasta hacer desaparecer el paisaje original que atraía al
turismo.
LA DEMANDA TURÍSTICA
La estancia, en los tres tipos, supera las ocho pernoctaciones. Siendo la más
elevada la del emisor.