Cierto día cuando Pedrito tenía 10 años se dio cuenta que
le gustaba más de lo que pensaba el futbol porque cada vez que veía una pelota o algo parecido a ella la convertía en el mejor balón del mundo.
Cada vez que su mama le mandaba a comprar algo el no
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perdía oportunidad y cogía su balón y así se iba jugando
hasta llegar a la tienda.
Sus días favoritos eran cuando le tocaba educación física
y entrenamiento, esos días para el eran los más intensos, porque en la cancha demostraba sus grandes habilidades con el balón.
Por las tardes de regreso a su casa contaba a su mama
y a sus hermanos como era él amo y señor del balón.
Un día mientras dormía le conto su madre que tanto era
ala ficción al futbol, que lo escucho balbucear entre sueños gritando gol… gool… así pasaban los días entre NUDO
juegos hasta que su mama se dio cuenta que pedrito
estaba descuidando sus estudios por estarle prestando más atención al deporte, tanto que así que había sacado un rojo en la boleta de notas, su madre al ver esto hablo con él y lo condiciono diciendo, si no levantas tus notas NUDO
no iras a tu entrenamiento. Pedrito vio que su madre
estaba decidida a cumplir con esta decisión y lo peor de todo es que ella tenía razón, por eso decidió elaborar un organizador personal donde irían sus trabajos y tareas que presentaría, para así no descuidar sus estudios.
Al principio le costó trabajo adaptarse por que el futbol ya
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había ocupado casi todos los lugares del organizador, su
madre se dio cuenta que le era un poco difícil adaptarse a Pedrito, por ello decidió apoyarlo en este nuevo reto, así pasaron los meses hasta que Pedrito logro organizar su tiempo y obtuvo las notas esperadas su madre lo felicito y le obsequio un hermoso balón.