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Michael Janoschka
Instituto de Geografía Cultural, Estudios Urbanos y Regionales
J.W. Goethe‐Universität Frankfurt
Senckenberganlage 36
60325 Frankfurt
Alemania
Email: m.janoschka@em.uni‐frankfurt.de
D E C IUDADES DISPERSAS A CIUDADES PERFORADAS .
Una nueva fase de transición demográfica y sus consecuencias morfológicas.
1 ‐ INTRODUCCIÓN: LA IMPLOSIÓN DE LAS CIUDADES – UN NUEVO FENÓMENO
Pocos de los principios básicos del urbanismo se ubican como “leyes” fuera de la
discusión coyuntural de los expertos. Por ejemplo, desde el principio de la revolución
industrial, no cabe duda que las ciudades y las áreas metropolitanas, están siguiendo
un proceso expansivo. La inercia expansiva de las áreas metropolitanas se aprecia,
por ejemplo debido a procesos como la suburbanización, la de‐concentración de
población o la transformación de áreas residenciales en usos terciarios. Incluso
podemos destacar algunos casos ejemplares de crisis urbana como los de la cuna de
la industrialización, Manchester o Detroit en EE.UU., donde los procesos de
transformación económica han dejado huellas en la estructura urbana. Pero lo
tomamos como un caso único que no cambia las pautas generales del modelo
urbano. Y este modelo, a pesar de todas las crisis económicas, se orientaba y sigue
orientándose hacia el modelo expansivo de una sociedad en crecimiento tanto en el
campo urbano como lo económico. El crecimiento de la economía como punto de
referencia, el crecimiento de población como parte de la teoría económica neoclásica
y el crecimiento de las urbes como fenómeno espacial visible son una pauta tan
mismo los actores en el campo de la intervención urbana ni siquiera la cuestionamos:
“Las Ciudades crecen y se expanden” se afirma al unísono.
Cabe mencionar que a principios del siglo XXI, se pueden observar cada vez más
ciudades – no solo europeas ‐ donde se ha producido la inversión de la tradicional
dicotomía entre la reducida oferta de viviendas en el mercado y la creciente demanda
por parte de los hogares. Existen regiones enteras donde las viviendas en la ciudad‐
región en su total ya no son un bien escaso. En este sentido cabe mencionar que la
constante presión de alza en los precios de la vivienda también se ha parado. Más
bien al revés, una cantidad cada vez más numerosa de urbes se enfrenta al nuevo
problema que consta en que los actores del mercado inmobiliario, es decir las
empresas inmobiliarias, no logran vender ni alquilar su producto básico, el stock
existente de viviendas. Si tomamos solamente el ejemplo de Alemania oriental,
podemos observar no menos de 1.300.000 (¡!) de viviendas desocupadas, lo cual
equivale acerca de la quinta parte del stock. Un stock vacío de tal magnitud en un
en peligro la existencia de importantes empresas inmobiliarias. Debido a que el caso
alemán destaca por su fuerte influencia estatal en el mercado de la vivienda, no
sorprende la rápida reacción del estado. Desde el año 2002, un programa de
cofinanciación federal‐regional invierte y subsidia con un total de 2.700 millones de
euros la destrucción de viviendas que ni hoy ni en un futuro previsible se
necesitarán. Por lo tanto cabe preguntarse acerca de las transformaciones urbana‐
regionales que han ocurrido en este caso en particular. En este sentido, Alemania
oriental es un ejemplo para la situación a la que se enfrentan varias regiones
europeas en la actualidad. Debido a las previsiones demográficas, la mayor parte de
los países europeos vivirá una situación parecida a lo largo de la primera mitad del
siglo XXI. Si analizamos los efectos espacio‐morfológicos de estos procesos de gestión
estatal, podemos ver que la ciudad dispersa está siendo transformada de un modo
novedoso: Las estrategias y los procesos de destrucción masiva, desde edificios
sueltos hasta barrios enteros que desaparecen del mapa, extraen y destruyen pedazos
de la ciudad con un sistema que podemos conceptuar con la noción de “perforación” –
en tanto se sacan edificios e incluso barrios enteros del medio urbano como si se
estuviese trabajando una hoja de papel con un perforador. Otra noción que aparece
en la actual discusión urbanística es la del “cráter urbano”. En la figura 1 se elabora la
abstracción conceptual de los procesos que se observan en la ciudad perforada a
partir de los efectos morfológicos iniciados por la actuación estatal.
Figura 1. Las diferentes lógicas de la ciudad dispersa y la ciudad perforada desde
el análisis morfológico.
caso único, es decir algo (sub)regional, donde una región en depresión económica
permanente sufre los procesos y las consecuencias de un caso históricamente único.
Para poder responder esta cuestión, es necesario analizar los factores que determinan
el desarrollo y el crecimiento de las áreas metropolitanas. En este sentido, se
efectuará a posteriori un análisis del desarrollo de aspectos básicos del campo de la
demografía, la migración, la móvilidad y la transformación económica. Dicho análisis
se concentrará geográficamente en América Latina, haciendo énfasis en el Cono Sur y
en Europa. En un segundo apartado se discutirán las consecuencias que sufren las
regiones metropolitanas en un proceso de de‐crecimiento frente a la creciente
competencia nacional, internacional y global de las ciudades.
2 – EL ANÁLISIS DE LOS FACTORES DE EXPANSIÓN URBANA: ¿QUÉ SE ESTÁ
CAMBIANDO EN LA CONFIGURACIÓN METROPOLITANA?
En los debates acerca de la expansión urbana es posible observar que un número
demostrar procesos de crecimiento urbano. Por ejemplo, la cifra de habitantes –
obtenida a través de censos de población o padrones municipales – sigue siendo un
tanto en esferas sociales como económicas. Pero cabe señalar que este aspecto no es
suficiente para explicar el crecimiento y no debería ser la única variable a tener en
cuenta. La cifra de población básicamente no tiene correlación con la extensión
metropolitana (Sieverts 2001). Según un análisis multivariable es necesario examinar
diferentes parámetros para sacar conclusiones consistentes en cuanto a la cuestión de
que interfieren en la cifra de hogares (y no de población) en una ciudad‐región, los
cuales a su vez están interrelacionados. Por un lado, se pueden destacar los procesos
demográficos y gran parte de los procesos migratorios que forman parte de una
escala exclusivamente supraregional. En este sentido es necesario analizar las
políticas nacionales y procesos globales, como por ejemplo, las transformaciones de
estilos de vida que influyen en la fecundidad. Por otra parte, existen factores
económicas del sistema urbano‐regional. A continuación, se procederá a analizar los
cuatro factores mencionados.
2.1 ‐ La transición demográfica: procesos recientes en América Latina y Europa
El concepto de transición demográfica se basa en los estudios de Thompson (1929),
quien por primera vez analizó los procesos demográficos que se habían dado en los
países del hemisferio norte desde el comienzo de la industrialización. En los tiempos
de la posguerra, autores como Mackenroth (1953) o Mackensen y Wewer (1973)
difundieron el modelo de transición demográfica el cual se centra en observaciones
empíricas de los países del primer mundo. La discusión acerca del modelo de
transición demográfica se basa en el principio de que cada sociedad pasará desde un
estado inicial con altas tasas de mortalidad y fecundidad a un nivel pos‐transición
con bajas tasas de mortalidad y fecundidad. Varios autores han subdividido el
proceso en un total de cuatro o cinco fases (Haggett 1991, Bähr et. al 1992). El punto
de partida es un bajo crecimiento de la población debido a las altas tasas de
mortalidad y fecundidad (> 30‰). El punto final también es un crecimiento mínimo,
pero con las dos tasas a nivel reducido (~ 10‰). El crecimiento poblacional se reduce
en las fases intermedias cuando se abre la brecha entre las dos tasas debido a las
mejoras en el sistema de salud. Refiriéndose a este modelo, los países en vías de
desarrollo atraviesan actualmente la última fase citada.
Este modelo ha sido fuertemente criticado. Por un lado, cabe señalar que implica un
pensamiento que argumenta desde la teoría de modernización y el desarrollismo: Se
económico y grado de urbanización. Desde un punto de vista actual, no parece
posible establecer estas relaciones directas. Tal modelo implica que la baja
fecundidad es una característica de los países de mayor desarrollo. A su vez, cabe
mencionar que desde un punto de vista moral esta conexión es fruto de un
pensamiento nacido en la época del poscolonialismo (Sokoll 2000). Los procesos
postulados como un modelo de futuro desarrollo para el mundo entero. Un factor
importante que ha transformado los procesos demográficos es la difusión y el acceso
a nuevos métodos anticonceptivos a partir de los mediados de la década del 1960.
También los procesos de diferencación social y de estilos de vida, la inserción al
mercado laboral como el acceso libre a estudios superiores conllevan un cambio del
rol femenino. Estos aspectos tienen un impacto distinto acorde con las circunstancias
exclusivamente a través del mero desarrollo económico de una sociedad frente a otra.
Tal afirmación se puede justificar con el ejemplo de Canadá y China, países en los
que pese a las enormes diferencias en el desarrollo económico, se pueden observar
cifras demográficas clave muy similares. En resumen, se experimenta una creciente
diversificación de los aspectos demográficos tradicionales que se debe en parte a
nuevos factores no considerados en los modelos de transición demográfica de
Thompson. Podemos ver que en algunos países africanos la epidemia de SIDA no
sólo ha frenado el crecimiento poblacional sino que está mermando la población de
forma drástica (por ejemplo en Botswana). En muchos países europeos, el gran
número de personas mayores conlleva un aumento de la tasa de mortalidad. A su
vez, la fecundidad sigue siendo muy baja y está permanente por debajo de la tasa de
reproducción (promedio de 2,1 hijos por mujer). Según los datos actuales y las
proyecciones más recientes podemos afirmar que la reducción de la población por
razones demográficas es un reto importante para muchas sociedades – y no
solamente para algunas naciones de mayor desarrollo económico.
El citado modelo de transición demográfica tiene una ventaja importante frente a las
cifras: diferencia y procesa los acontecimientos demográficos en diferentes países de
manera ejemplar, sintética y a su vez en diferentes momentos históricos. De esta
razón deriva la necesidad de rediseñar este modelo de acuerdo con las
presentado aquí no se basa en previsiones para las transformaciones demográficas
sino en una caracterización de los actuales acontecimientos y una clasificación de
diferentes grupos de países o regiones. Resulta necesario el cuestionar las bases
teóricas de algunas de las proyecciones poblacionales que elaboran organizaciones
como las Naciones Unidas y que postulan una convergencia de la fecundidad a nivel
mundial para el año 2050 (CEPAL 2004). Por esta razón y apoyándose en el análisis
histórico de los datos (DSW 2003, Birg 1995, Hinz 2003), los procesos de transición
demográfica se dividen en cinco grupos (Figura 2).
1. Países con un crecimiento demográfico fuerte (gran parte de África, sur de Asia,
países del medio oriente, América central)
demográfica (las regiones más perjudicadas por la epidemia de SIDA)
lento, pero estable (gran parte de América del Sur)
Caribe, Asia oriental, Francia y los países nórdicos)
5. Países con una tasa de fecundidad baja, mortalidad en aumento y una reducción
demográfica de la población (Rusia y gran parte de Europa, especialmente
marcado en Europa Oriental)
Si analizamos los procesos demográficos en los países latinoamericanos y europeos
más a fondo, se pueden hacer las siguientes observaciones:
1. Existen algunos países latinoamericanos que forman parte del primer grupo, los
países en fuerte expansión demográfica. En este grupo podemos congregar casi
todos de los países centroamericanos y a su vez Paraguay, Bolivia y la Guayana
francesa. El crecimiento demográfico supera el dos por ciento anual y la
fecundidad total por mujer supera los 3,5 hijos. Estas elevadas tasas de
crecimiento se traducen en un desafío central para la regulación de la expansión
urbana y metropolitana por el mero crecimiento elevado de población. A su vez y
contrario de lo previsto en la teoría de transición demográfica, hay algunos países
como Bolivia o Haití donde la fertilidad está aumentando a partir de principios de
la década de 1990 de vuelta (Chackiel 2004).
2. La mayor parte de los países sudamericanos y también Costa Rica forman parte
del grupo de naciones, donde a pesar de que se haya reducido la fecundidad,
sigue siendo por encima del nivel reproductivo. Según las previsiones, no bajará
por debajo de esa línea en un futuro mediano. Debido a que hay un alto
porcentaje de personas en edad de reproducción, estos países países viven un
proceso de elevada expansión poblacional a pesar de la reducción de la
fecundidad total (Rodríguez 2003).
3. Algunas de las islas del Caribe (e.g. Cuba, Martinique, Trinidad y Tobago) y
también Uruguay se enfrentan a una situación de transición que se parece a los
procesos en Europa del Norte y Francia. El crecimiento poblacional es de
moderado a mínimo, mientras la fecundidad total por mujer ha caído por debajo
del nivel de reproducción. En el caso cubano, este fenómeno ya ha ocurrido hace
más de dos décadas. Si tomamos el status‐quo como base de una previsión, estos
países dejarán de contar con un crecimiento demográfico en algún momento de
las próximas dos décadas y entrarán en una fase de reducción poblacional.
4. En los países europeos podemos observar unas tasas de natalidad muy bajas y a
su vez tasas de mortalidad en leve aumento. Ningún país supera el nivel
promedio de 1,5 hijos por mujer, cifra que se haya bien por debajo de la tasa de
reproducción natural (2,1). Algunos países como España o Italia oscilan entre 1,2
y 1,3, valores que solamente son rebajado en países de Europa del Este como la
descriptos, en España se observa que el saldo demográfico se está acercando al
valor de cero. En muchos países ya está negativo y la pérdida de habitantes por
razones demográficas se acentúa cada año más fuertemente. Para dar solo un
ejemplo, Alemania pierde cerca de un cuarto millón de habitantes anualmente
por el déficit en la natalidad (EUROSTAT 2003).
A este panorama es necesario añadir la relación entre población y hogares. Asimismo
en Europa y América Latina (salvo en Haití y Bolivia) se puede observar que el
crecimiento del número de hogares es mayor al crecimiento poblacional. Esto influye
marcadamente en la estructura de la demanda de vivienda (Arriagada 2003). Incluso
en la mayoría de los países europeos el número de hogares sigue creciendo pese al
estancamiento demográfico, descendiendo por lo tanto el número de habitantes por
vivienda.
2.2 ‐ Procesos migratorios y movilidad interurbana en América Latina y Europa
Cabe señalar que los procesos demográficos son solo uno entre los muchos factores
que influyen en la expansión metropolitana. En consecuencia, el próximo factor de
análisis es la migración en sus diferentes formas (e.g. emigración, inmigración,
migración campo‐ciudad, movilidad interurbana). Estos procesos de reagrupación de
población dentro del territorio son un factor decisivo para determinar la forma y
envergadura de la expansión o implosión metropolitana.
América Latina
El crecimiento urbano y la metropolización en América Latina ha sido debida a lo
largo de la mayor parte del siglo XX a la superposición de diferentes procesos
migratorios, reforzando el crecimiento natural de la población. Básicamente se puden
diferenciar tres fases distintas:
1. La fase de inmigración internacional (europea) de principios del siglo
(primordialmente en el Cono Sur y el sur de Brasil, cfr. Baeninger 2002).
2. La fase de migración interna del campo a la ciudad a partir de 1940. Las tasas
anuales de crecimiento del 6,5% en ciudades como São Paulo o Bogotá
2003). Hoy en día, la tasa de urbanización promedio ha superado el 75 % y supera
el nivel de los países europeos.
3. Iniciándose en los años 1970, la fase actual se caracteriza por una caída relativa de
la migración campo‐ciudad, primordialmente en zonas donde la tasa de
urbanización es muy alta. La emigración del campo sigue siendo un factor
importante en regiones rurales pero ha dejado gran repercusión a nivel de las
grandes ciudades. Los únicos países que difieren de este comportamiento son
Bolivia y Panamá (Rodríguez 2004). En los demás países, la movilidad
ciudades intermedias o de segundo rango obtienen tasas de crecimiento mucho
mayor que las ciudades con mayor primacía. Los procesos de migración actual
han cambiado también de manera significativa de género; Mientras la migración
de México, Río de Janeiro, Santiago de Chile o San José de Costa Rica, tienen un
1997). La mayor pérdida se concentra en el área metropolitana de São Paulo, que
registró una emigración neta de apróximadamente 50.000 habitantes anuales en el
positivas. En resumen, una parte importante de la migración actual no se dirige a
las ciudades mayores sino hacia regiones y ciudades que son polos de desarrollo
o de colonización como en el caso de México los estados de la Baja California o
Quintana Roo (Rodríguez 2004).
internacionales han vuelto a influir sustancialmente en la presión expansiva de las
países andinos se han transformado en países de emigración masiva,
mayoritariamente con destino a EE.UU. o la Unión Europea (concentrando el 80 % de
la emigración total; más de 17 millones de personas). En algunos países, la sexta
parte de la población vive afuera del territorio nacional.
En concreto, España se muestra como polo de atracción para emigrantes
latinoamericanos (R. Martínez 2003, Riol y Janoschka 2004). Pero también México,
Belice y Costa Rica son destinos interesantes para población centroamericana. Cerca
del 10% de la población costaricense y más del 15% en Belice son extranjeros de los
países vecinos. Procesos parecidos se dan en Chile y Argentina, paises que atraen
Pellegrino 2003). Durante la década de 1990, dos tercios de esa población se instaló en
el Área Metropolitana de Santiago (Martínez 2003a).
En toda América Latina se puede afirmar que los movimientos migratorios actuales
afectan a las urbes de distinta manera e intensidad a como fue hace algunas décadas.
El crecimiento debido a la movilidad interurbana y la migración campo‐ciudad se
concentra básicamente en ciudades intermedias y pequeñas. Por otro, las
emigraciones internacionales inducen una tendencia hacia la reducción de la presión
expansiva de muchas ciudades grandes que pierden población que se va al
extranjero. Otras urbes acceleran su proceso de metropolización al ser receptoras de
la inmigración internacional.
Europa
Europa (UE 25) también vive una fase de creciente diversidad en el panorama
migratorio; se han multiplicado las motivaciones, los itinerarios y los destinos de los
inmigrantes internacionales. El único factor que une a la Unión Europea es la presión
asimismo el flujo entre Marruecos y Francia. A su vez se ha observado un
contingente cada vez más diverso de los países de Europa Oriental. En los últimos
años, se ha visto la repercusión de los nuevos inmigrantes no‐comunitarios que más
que dirigirse hacia los países tradicionales de inmigración, eligen como destino los
países mediterráneos. El análisis de los datos del año 2002 muestra una participación
de casi la mitad del total de la inmigración europea entre España, Italia, Portugal y
Grecia. Concretamente, España se ha transformado en el país con la mayor
intensidad de inmigración en toda Europa ya que desde 2001 la cifra de inmigración
neta oscila entre 0,8 y 0,9 por ciento de la población total (EUROSTAT 2003).
Dentro de los territorios nacionales existe un reparto poco homogéneo de la
población extranjera. Los inmigrantes se concentran en las ciudades más grandes y
en regiones con mayor nivel de inovación. En los mercados regionales de vivienda se
hace sentir el factor de la inmigración dentro del proceso de expansión urbana.
Primordialmente esto se debe a que son las ciudades de Italia o España las que
encuentran frente a un crecimiento de la cifra de extranjeros que supera la capacidad
de integración. A su vez, esto se ve acompañado por una tranformación estructural
en lo que es la étnia de los inmigrantes, con valores de alta de africanos y
especialmente latinoamericanos. El porcentaje de extranjeros en las principales
ciudades de España ha llegado a 15% y se acerca a valores quese alcanzaron hace
décadas en muchas ciudades de la UE debido a su mayor trayectoria de migración
(Janoschka 2005). Sin embargo, si analizamos la situación en los países de
reducción del flujo migratorio. Estos países siguen teniendo un saldo migratorio
positivo con el exterior, pero de manera reducida en comparación con los valores de
hace una década. En Alemania, por ejemplo, existe un flujo neto de alrededor de
160.000 personas por año. La mayor parte se concentra en Alemania occidental,
mientras los estados federales de Alemania oriental solamente tienen un pequeño
saldo positivo de migración internacional. Por el momento, el fuerte fenómeno de
inmigración tal como se registró a principios de la década del 1990 por la repatriación
de habitantes de origen alemán en Europa Oriental, ha terminado.
Más allá del análisis de los procesos de migración internacional, es necesario hace
énfasis en los procesos de movilidad interna. Los estudios migratorios suelen dejar
este proceso de lado, sobre todo porque no causa ningun tipo de necesidad de
integración cultural por parte de los migrantes (Janoschka y Reboratti 2001). Pero no
cabe duda de que en la mayoría de los casos, los procesos migratorios interregionales
tienen una intensidad mayor que la migración internacional. A nivel europeo, el
aumento de disparidades entre regiones repercute en una creciente intensidad de la
que cuentan con una desconexión funcional en las redes metropolitanas, pierden
sutancialmente habitantes. A la vez, existen procesos de emigración desde regiones
industrializadas de generaciones anteriores. En este sentido, cabe mencionar la franja
fronteriza entre Francia y Bélgica, la región fronteriza entre Francia y Alemania
(región del Sarre), casi la totalidad de Alemania Oriental y partes extensas de
Polonia, Ucrania, Eslovaquia o Croatia. Estas regiones se encuentran fuera de las
redes de alta conectividad y carecen de mercado extenso u otras ventajas
regiones donde se superponen los procesos de pérdida poblacional por medio de los
procesos demográficos y la pérdida por emigración neta. En el caso de Alemania
Oriental, la pérdida de población supera con creces la cifra de un millón de personas.
2.3 ‐ Movilidad intraurbana y uso creciente de suelo per cápita: suburbanización,
suburbanización y suburbanización
transformación espacial en todo el mundo. Las inercias a nivel mundial se han
acercado fuertemente con la difusión de modelos urbanos y económicos que se basan
en una mayor integración económica. A pesar de eso, parece importante diferenciar
los procesos regionalmente entre los casos de América Latina, Europa Mediterránea
(España) y Eruopa Central (Alemania).
América Latina
En los últimos veinte años se ha producido una transformación exacerbada en los
tradicional y “sub‐urbano” (e.g. trazado irregular, carencia de infraestructura, clases
populares) se ha modificado a través de la instalación masiva de fragmentos
infraestructura relacionada (cfr. Janoschka 2002a, Parnreiter 2004). Como resultado se
masiva de elementos celulares, dirigidos hacia adentro (cfr. Janoschka 2002b,
Janoschka y Borsdorf 2005, Fig. 3). El crecimiento espectacular del espacio construido
conlleva una reducción de la densidad. Por otro lado, se puede observar la ausencia
de conexión entre la trama urbana tradicional y los nuevos elementos.
Europa mediterránea
Los procesos desde la década de 1980 son parecidos en los países de la Europa
mediterránea. Si tomamos el “prototipo” de la “ciudad española” como ejemplo, ésta
puede caracterizarse por tener un origen de “ciudad compacta”con una creciente
transformación hacia a un paisaje suburbano. La dinámica de suburbanización es
muy alta; en este sentido, cabe señalar la doble inercia que no solo pasa por la
necesidad de la construcción de nueva vivienda sino también por la demanda de
vivienda secundaria (de fín de semana o de veraneo). Por estas razones, el litoral
mediterráneo se desarrolla en términos de ciudad en forma de cinta. En el caso de la
periferia de Madrid, cabe señalar que la creciente presión en el mercado inmobiliario
hace surgir espacios suburbanos que se caracterizan por ser cada vez más densos
(casas unifamiliares adosadas en terrenos apenas mayores a la superficie de la casa) y
construcciones de vivienda en altura que se deben a los altos valores del suelo
urbanizable.
Europa central
El caso de Europa Central es así mismo distinto. En los países occidentales, la
inerncia de suburbanización tiene ya medio siglo. Sin embargo, los nuevos países de
suburbanización tras la caída del régimen socialista, debido a la liberalización de los
mercados inmobiliarios hace 15 años. Aquí, la inercia del proceso de suburbanización
es todavía marcadamente más alta que en los antiguos miembros de la UE. Los
antiguos miembros de la Unión Europea ya están entrando en una fase de
renovación del medio suburbano.
2.4 ‐ La transición de usos del suelo: transformación industrial y terciarización
Más allá de los usos residenciales, cabe señalar también una creciente demanda de
suelo urbano por usos productivos y de servicios. La reestructuración industrial
conlleva una reducción de la plantilla de personal en las fábricas (salvo en el caso de
las fábricas maquiladoras). Sin embargo, este proceso no está acompañado de una
reducción del espacio utilizado. Al contrario, los polígonos y las naves industriales
ocupan y urbanizan cada vez más espacio por la organización horizontal de la
producción dentro de la fábrica. A la vez, numerosos espacios industriales obsoletos
y ubicados en lugares centricos del tejido urbano dejan áreas sin uso que se pueden
characterizar como “cráteres”. Por otro lado, se deben añadir los servicios urbanos
(por ejemplo tareas de I+D, servicios terciarios productivos) en expansión. También
las superficies de comercio y de ocio en ubicaciones cada vez más periféricas
conllevan un crecimiento urbano. Destaca la creación de parques temáticos y de ocio
que reflejan el cambio social. El proceso de autodefinición va acompañado por la
diferenciación de las formas de consumo, bien sea a través de compras o por medio
de la gama de actividades lúdicas que se ofrecen en los parques temáticos. Como
ejemplos de este fenómeno están los parques de ocio (e.g. Port Aventura, Tarragona;
Terra Mítica, Alicante), centros de diversión (Heron City en Estocolmo, Madrid,
Barcelona y Valencia) o pistas de esquí artificiales en paisajes completamente no
aptos para tales actividades (por ejemplo el Parque Xanadú, Madrid; Alpincenter
Bottrop, cuenca del Ruhr, Alemania). Dichos parques requieren un excesivo uso
espacial y un elevado consumo energético.
El análisis de los cuatro factores presentados conlleva la siguiente clasificación de
problemas y retos difieren claramente:
1. La Ciudad en fuerte proceso de expansión: La totalidad de los cuatro factores
analizados son positivos y en algunos casos fuertemente positivos. A pesar de las
diferencias nacionales, esta situación se presenta en casi toda América Latina. El
crecimiento urbano es y seguirá siendo fuerte y la totalidad de la metodología de
intervención urbana tradicional es necesaria. En la mayoría de las ciudades que
integran este tipo urbano, las marcadas presiones expansivas siguen vigentes y la
sociedad en crecimiento sigue siendo el actual modelo urbano y social. A
diferencia con fases anteriores, el crecimiento actual ya ha dejado de ser explosivo
y deja a la esfera política un rango de posibilidades de intervención urbana y
regional. En este sentido, la situación se distingue claramente de la acontecida en
décadas anteriores con un patrón de crecimiento tan fuerte que la intervención
estratégica era un fin casi imposible de alcanzar.
2. La ciudad en moderada expansión: A este modelo responde la mayor parte de las
ciudades europeas cuyo crecimiento no es primordialmente fruto de la expansión
demográfica. El crecimiento moderado del tejido urbano se ve acompañado de
una creciente dispersión de la población y de las instalaciones urbanas de
producción, de servicio y de ocio. Cabe señalar que el principio básico es el fuerte
aumento de uso espacial por residente, un factor que visto desde muchos puntos
de vista es alarmante; La aparición de mayores grados de dispersión causan no
solo efectos de degradación ambiental y costes ecológicos mayores. A su vez y
desde un punto de vista económico, causan la necesidad de mantener una
infraestructura más costosa por parte de los servicios básicos, igual que estos sean
estatales o privados, promoviendo así un nivel de mayor contaminación.
Figura 4: Los tres tipos urbanos según los determinantes de crecimiento analizados
Expansión moderada 0 + ++ ++
3. La ciudad en proceso de reducción (Shrinking): El tercer tipo de ciudad es la
presentado a principio de este artículo (Fig. 1). Actualmente y a diferencia con los
dos tipos anteriores, la ciudad perforada todavía es algo escaso. La causa básica
que origina este fenómeno es la superposición de los procesos de de‐
migración y falta de poder adquisitivo para aumentar la demanda de viviendas.
Las urbes que se ubican fuera del umbral de importancia a nivel internacional,
cuentan con una reducción poblacional que supera las posibilidades de reacción
por parte del mercado inmobiliario. Pero el Shrinking de las ciudades y la caída
poblacional no significa directamente una reducción del espacio urbano utilizado;
no se frena el proceso de suburbanización. Las viviendas en ubicaciones centrales
dentro del casco urbano compacto son los sitios de mayor vacío. Los procesos
centrífugos siguen en vigor y se ven reforzados debido a la estigmatización de
áreas con mayores problemas de marketing.
4 REFLEXIONES FINALES – REACCIONES ESTATALES FRENTE A LA AGUDA CRISIS
URBANA
A partir del análisis efectuado es posible extraer algunas conclusiones importantes
para el desarrollo urbano tanto en América Latina como en Europa. Por un lado, es
clave el destacar que las diferencias entre las condiciones urbanas en los dos
continentes no sólo están marcadas por los problemas de sus respectivas sociedades
sino que presentan características cada vez más diversas, e incluso opuestas. En un
principio se puede afirmar que históricamente muchos problemas de las urbes
europeas se han trasladado antes o después también a América Latina. Actualmente,
Europa entra en una fase de desarrollo urbano que presenta nuevas pautas
desconocidas en el mismo entorno europeo y mundial. Nuestros sistemas políticos,
sociales y económicos basan en la certeza del crecimiento a todos niveles. Y es
Los procesos de reducción demográfica acompañados por una saturación del
mercado de vivienda no se darán ni a largo plazo en las ciudades latinoamericanas.
El problema básico de las áreas metropolitanas de América Latina es la intensa y
creciente demanda de vivienda no satisfecha.
La situación en muchos países europeos a su vez está marcada por la (última) ola de
demanda de vivienda por parte de la generación del baby boom de la década de los
1960/70. En ausencia de regulación e intervención estatal, el mercado actualmente no
logra ofrecer este producto. Por otro, la novedosa aparición del proceso de Shrinking
urbano cambia el mercado residencial en muchas sociedades del continente. El caso
descrito de Alemania oriental no es único; Procesos parecidos se pueden observar en
muchos sitios europeos. Incluso se pueden citar algunos casos latinoamericanos;
como el ejemplo de Potosí, cuyo casco urbano quedó estancado durante décadas y
siglos. Potosí refleja el destino de muchas ciudades mineras o de explotación de
petróleo. El cierre (parcial) de las instalaciones técnicas conlleva la aparición de
cráteres en la ciudad.
Más allá de este caso especial, se pueden observar cientos de ciudades a nivel
secundarias de Europa oriental cuya base económica se desplomó con la caída del
sistema socialista. A nivel urbano, destacan ciudades como Ivanovo (Rusia). Pero el
proceso se puede extender a estados enteros como se demuestra a través del caso de
internacional han reducido la población en casi 20% en solo dos décadas. Parece
lógico que dicha pérdida de población se refleje en las ciudades búlgaras. Otro
procesos similares han tenido lugar en zonas que no han sufrido un cambio en el
una pérdida de la base industrial lleva a la aparición de cráteres urbanos. Estos casos
paradigmáticos de crisis urbana que datan de la década de 1970 han sido la base de
políticas de reactivación y de reconstrucción urbana. Políticas de reactivación que se
basan en el principio de incentivar e iniciar nuevo crecimiento a partir de actuaciones
urbanísticas. Dicha estrategia debe incentivar una mayor demanda de superficie que
hace desaparecer estos cráteres urbanos de largo plazo.
A diferencia con la citada estrategia, el caso de Alemania oriental es paradigmático y
crea una nueva situación. Por primera vez, se accepta que la reducción urbana es
permanente. No solo se paralizó el crecimiento urbano sino que incluso se llegó a la
situación inversa: la destrucción urbana y la perforación de las ciudades. Los
urbanistas están convencido que los cráteres no se pueden rellenar con nuevas
funciones. El corsé de la ciudad es demasiado grande. La política intervencionista del
Estado alemán tiene como meta la destrucción urbana, lo cual resulta novedoso. No
se trata de una ciudad aislada ni de una región solitaria, sino de un territorio en el
que habitan 18 millones de personas. El programa estatal para demoler viviendas de
manera masiva y sin que fueran focos de criminalidad exorbitante como en algunas
zonas en Francia o el Reino Unido, ha despertado el interés de varios colectivos entre
ellos el de urbanistas y arquitectos por las meras actuaciones. Desde que se inició el
programa, Alemania se enfrenta a un constante debate acerca del modelo urbano que
se puede diseñar a través de la perforación y la extracción de partes del tejido
urbano. Los ayuntamientos de las ciudades en proceso de reducción poblacional se
tienen que enfrentar una serie de problemas colaterales (desde la pérdida de ingresos
fiscales hasta el cierre de establecimientos culturales y los problemas con la
infraestructura técnica sobredimensionada). A pesar de la dureza de cambiar un
principio básico del urbanismo tradicional, el largo proceso de perforación de las
ciudades está visto no solo como una pérdida. En los densos centros urbanos se
pueden generar espacios abiertos que incrementan la calidad de vida. Pero hace falta
cambiar el punto de vista. Desde el nivel político, no se debería entender la reducción
poblacional como una pérdida o como consecuencia de errores pasados. Es una
nueva etapa que da grandes posibilidades a nuestras ciudades. Desde este punto de
vista, la mencionada ley urbana de “Ciudades crecen” podría estar reemplazada por el
nuevo paradigma que se utiliza actualmente en alguna de las estrategias que se están
siguiendo. La estrategia central tanto para la perforación urbana europea como la
reconstrucción de nuestro territorio, podría llevarse a cabo siguiendo una perspectiva
más ecológicas y definirse con el slogan: “Menos es más”.
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ABSTRACT
Demographic structures changed substantially throughout Europe and Latin America within
the last two decades: In contradiction to usual planning perspectives, many cities nowadays
suffer a substantial loss of population and are challenged by the management and
reactivation of urban spaces in disuse. This phenomenon of shrinking cities leads to a massive
deconstruction of flats and houses in many areas in Europe and America. The contribution
analyzes comparatively the consequences of demographic changes in urban areas of Latin
American and European city regions, emphasizing on four factors: natural demographic
changes, migration processes, intra‐urban movements and the transformation of land use by
industry and service sectors. As a consequence, some of the morphological transformations,
precisely the transformation of the disperse city model towards a perforated urban
landscape will be discussed in this paper. As an outline, planning strategies to cope with the
challenges of urban decline and shrinking cities, will be presented.