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Las reglas del suspenso narrativo son: la revelación epifánica, el final sorpresivo y la
inevitabilidad retrospectiva
Las estrategias que relacionan al cine clásico y al cuento corto son: las del misterio, el
conflicto y la tensión.
Misterio: cuando el espectador no conoce el secreto, pero sabe que hay un secreto.
Sorpresa: cuando el espectador no sabe que hay un secreto hasta que súbitamente es
revelado.
Las diferencias entre un relato y otro consiste en la manera de frenar la solución del enigma
original.
En la narrativa contemporánea toda narración cuenta una historia, pero también se cuenta a
sí misma. Es decir que se superponen el suspenso narrativo y el suspenso narratorial.
El hombre que vive la historia es un ser dramático, porque la historia se hace todos los días
con las acciones. Este es el archivo de la historia que pertenece únicamente al arte.
El arte en general tiene en común querer ofrecer una imagen total de la realidad objetiva y
para lograrlo, cada una se vale de lenguajes distintos.
Hegel define a la dramática como la plasmación del movimiento total; es decir, una
elaboración del proceso vital concentrada en un núcleo central.
El drama es una colisión de fuerzas que representan los afanes humanos, por un lado, y las
circunstancias histórico- sociales por el otro.
La colisión entre fueras sociales se presenta en el drama en su punto más extremo y agudo
Ya que la realidad objetiva nos brinda un material inagotable para la plasmación artística
solo se nos ofrecen dos posibilidades lógicas: generalizar o particularizar.
Generalizar: cuando el hombre y sus circunstancias son vistos con amplitud en sus
manifestaciones vitales.
El dictamen son todos aquellos juicios de valor que el drama provoca en el espectador ya
que éste no se concibe como un receptor pasivo.
La anécdota y los caracteres representan un binomio inseparable, siendo la anécdota en sí,
la dialéctica interna de la colisión que se produce entre los caracteres y sus circunstancias
histórico-sociales, presentadas en su momento decisivo.
Las voces de la novela- Oscar Tacca
La novela es una lucha entre las múltiples maneras posibles de contar algo.
Autor transcriptor: es el autor ausente, quien presenta una doble coordenada, desde la forma
epistolar hasta la presentación como editor. Este recurso corresponde a ese afan de
objetividad y verosimilitud.
El autor fluctúa, como vemos, entre ser y no ser, o, mejor dicho, entre ser y aparecer: desde
la tímida presencia a la ausencia remisa.
El mundo de la novela, es básicamente, un mundo insólito. Mundos llenos de voces, sin que
un sola sea real, sin que la sola voz real de la novela revele procedencia.
La voz del narrador constituye la única realidad del relato. Es el eje de la novela.
Visión estereoscópica: el autor nunca asoma, el mismo narrador parece ausente: todo
sucede como si los mismos personajes presentaran las pruebas sueltas de la disposición. El
resultado es que el lector se concentra no en la escena misma, sino en los modos de verla.
Monólogo interior: Por éste se entiende todo soliloquio o disquisición que alguien formula
en soledad, producto de una inmersión en la intimidad de su conciencia.
Introducción al análisis estructural del relato- Roland Barthes
El relato puede ser soportado por el lenguaje articulado, oral o escrito, por la imagen fija o
móvil, por el gesto y por la combinación ordenadas de todas estas sustancias. Está presente
en todos los tiempos, en todos los lugares, en todas las sociedades; el relato comienza en la
historia misma de la humanidad.
Estructuralmente el relato participa de la frase sin poder nunca reducirse a una suma de
frases: el relato es una gran frase, así como toda frase constitutiva es, en cierto modo, el
esbozo de un pequeño relato.
A partir de los formalistas rusos se constituye como unidad todo segmento de la historia
que se presente como el término de una correlación.
Los indicios, por naturaleza, son unidades verdaderamente semánticas pues, contrariamente
a las funciones propiamente dichas, remiten a un significado no a una operación.
Las funciones implican relatos metonímicos, los indicios, los relatos metafóricos.
Para que una función sea cardinal, basta que la acción a la que se refiere abra una
alternativa consecuente para la continuación de la historia.
Los indicios solo pueden ser saturados a nivel de los personajes o de la narración.
Las funciones cardinales están unidas por una relación de solidaridad: una función de este
tipo obliga a otro del mismo tipo y recíprocamente.
El análisis estructural de un relato clasifica a los personajes del relato no según lo que son,
sino según lo que hacen. De ahí su denominación de actantes.
El análisis del relato se detiene en el discurso. Se puede decir que todo relato es un conjunto
de protocolos según los cuales es consumido el relato.
Relato en perspectiva Introducción y Cap. IV- Luz Aurora Pimentel
Algunos de los aspectos que se ocupa la narratología son: la situación de enunciación, las
estructurales temporales, la perspectiva que orienta al relato, así como la indagación sobre
sus modos de significación y de articulación discursiva.
Las perspectivas que organizan al relato son: la del narrador, la de los personajes, la de la
trama y la del lector. A su vez cada una de estas perspectivas es susceptible de expresar
distintos puntos de vista.
La focalización es un filtro, es una especie de tamiz de conciencia por el que se hace pasar
la información narrativa transmitida por medio del discurso narrativo.
Para representar los lugares de un relato, los actores que los puebla, y los objetos que lo
amueblan, el narrador recurre a sistemas descriptivos diversos que le permiten generar no
solo una imagen, sino un cúmulo de sentidos.
Son los sistemas descriptivos los que organizan, y limitan la cantidad de detalles que
habrán de incluirse.
La iconización designa, dentro del recorrido generativo de los textos, la última etapa de la
figurativización del discurso, en la que se distinguen dos fases:
1) La figuración propiamente dicha que da cuenta de la conversión de temas y figuras
2) Y la iconización que, al encargarse de las figuras ya constituidas, las dota de atributos
particularizantes, susceptibles de producir la ilusión referencial.
Un texto narrativo se funda en una dualidad temporal. Por una parte, la historia narrada
establece relaciones temporales que imitan la temporalidad humana real; se miden
parámetros y tienen los mismos puntos de referencia temporal. Este tiempo constituye el
tiempo diegético.
En las tres formas de estructura temporal del relato, las relaciones de concordancia
refuerzan la tendencia del lector a asimilar ambos tiempos, a crear la ilusión de que los
acontecimientos no se narran sino ocurren conforme leemos, que son realidad y no ficción.
Genette llamada anacronías a las rupturas causadas por una relación discordante entre el
orden de los sucesos en el tiempo diegético:
Escena: la escena es la única forma de duración que podría considerarse isócrona; es decir,
un tempo narrativo en el que se da la relación convencional de concordancia entre la
historia y el discurso.