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Jeritza Merchán Díaz, Piedad Ortega Valencia, Clara Castro Sánchez, Lorena Garzón Godoy
el modo de mi padre
de empuñar el martillo.
En el comedor
y la escalera
los pasos en la noche
de mi tío que estaba loco.
Cerca de mi cama
la llave del baúl
que guardaba
los vestidos doblados
de mi hermana.
Y en el vidrio
de la ventana,
los ojos de una niña
con el miedo intacto de salir.
Patricia Ariza,
Hojas de papel volando,
2007
Incluye: Bibliografía
ISBN: 978-958-8908-89-2 (impreso)
ISBN: 978-958-8908-90-8 (digital).
1.Educación para la Paz. 2. Sociología de la Educación – Colombia.
3. Víctimas del Conflicto Armado – Colombia. 4.Guerrilla – Colombia.
5. Conflicto Armado – Aspectos Sociales – Colombia. 6. Violencia.
7. Proceso de Paz – Colombia. 8.Educación – Investigaciones - Colombia.
9. Ciencias Sociales – Enseñanza – Metodología – Colombia. I. Merchán
Díaz, Jeritza. II. Ortega Valencia, Piedad. III. Castro Sánchez, Clara.
IV. Garzón Godoy, Lorena
Apertura 11
Capítulo I. La didáctica: 25
Una puesta en escena reflexiva
Bibliografía 181
13
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
14
Apertura
“
La narración es portadora de sentido, no intenta resolver los
problemas, sino provocar que el ser humano se enfrente a las
condiciones fundamentales de su existencia. Por la narración,
el ser humano vive el pasado, comprende que el pasado sigue
abierto, que no ha concluido. Por la narración, el ser humano
es oyente de las voces excluidas de la historia. Por la narración
el lector es hospitalario, es receptivo y responsable del otro.
“
(Mèlich, 2001, p. 56).
15
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
16
Apertura
17
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
el valor ético de la comparación se trata del hecho que invita a
relacionar los valores y las opciones de la sociedad a la que se
pertenece, tanto si se ha nacido en ella por la gracia de Dios, o
se ha escogido por su historia idiosincrática, o porque uno se
ha visto empujado a vivir en ella hasta convertirse en residente
más o menos asimilado, aceptado o aculturado. (Mèlich, 2006,
“
p. 119).
18
Apertura
Recuperar y hacer valer siempre este valor nos exige hacer memo-
ria, para no olvidar que es un derecho fundamental; recordarlo,
evocarlo, memorarlo y hacerlo presente implica que escuchemos,
creemos, narremos, imaginemos, juguemos, recitemos, represente-
mos, analicemos, reflexionemos y accionemos; también nos invita a
que rompamos mitos, desvirtuemos esquemas, descentremos “verda-
des”, desacomodemos prácticas, aventuremos proyectos, aventemos
ideas, corramos riesgos y desordenemos; así mismo nos invita a que
seamos rebeldes y alteremos, a que seamos críticos y controvirta-
mos, a que seamos autónomos y nos responsabilicemos… Lo que
queremos decir es que vivamos la experiencia pedagógica como un
acto de existencia ilimitado, como un acontecimiento único y como
un hecho trascendente.
19
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
20
Apertura
21
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
22
Apertura
“
Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de
mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos,
“
me queda la palabra.
Blas de Otero,
En el principio
23
disparo flores, bombardeo amores, ataque de
risa, invasión de sonrisas, le canto y le baile las
milicias. En vez de karate, propongo caricias,
en vez de bomba bombón, en vez de que te
maten, tomate un rico mate , en vez de pelear,
propongo enamorar, en vez de trincheras, pro-
pongo trineos, en vez de bunker, el yunque en
vez de soldados, mejor hermanos, en vez de
pelear, propongo enamorar, en vez de matanzas,
prefiero la danza, en vez de minas, mininas, en
vez de combates, prefiero chocolates, en vez
de pelear, propongo enamorar, en vez de una
guerra, millones de estrellas, en vez de balas, yo
quiero alas, en vez de muerte, prefiero suerte, en
vez de llorar, mejor voy a cantar disparo flores,
bombardeo amores, ataque de risa, invasión de
sonrisas, le canto y le baile las milicias. En vez
de karate, propongo alteridad
caricias, en vez de bomba
bombón, en vez de que te maten, tomate un
rico mate , en vez de pelear, propongo enamo-
rar, en vez de trincheras, propongo trineos, en
vez de bunker, el yunque en vez de soldados,
mejor hermanos, en vez de pelear, propongo
enamorar, en vez de matanzas, prefiero la danza,
en vez de minas, mininas, en vez de comba-
tes, prefiero chocolates, en vez de pelear, pro-
pongo enamorar, en vez de una guerra, millones
de estrellas, en vez de balas, yo quiero alas, en
vez de muerte, prefiero suerte, en vez de llorar,
mejor voy a cantar
de
las
ias, Capítulo 1
e te
ear,
ro- La didáctica: Una puesta
en en escena reflexiva
de
zas,
en La tarea de educar implica un compromiso
vez con el mundo, con la tradición y con la his-
toria. Solo si decidimos que el mundo que
una hemos creado y en el que vivimos todavía
yo merece la pena y que podemos recompo-
, en nerlo, solo si nos hacemos responsables de
él, estamos en condiciones de transmitirlo
res, a las nuevas generaciones. El que no quiera
de responsabilizarse del mundo que no eduque.
vez
mba Joan-Carles Mèlich,
un Los Márgenes de la Moral:
mo- Una mirada ética a la educación,
en 2010
dos,
ngo
nza,
ba-
ro-
nes
en
rar,
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
“
Lo otro no es de ningún modo otro-yo, otro-sí-mismo que parti-
cipase conmigo en una existencia común. La relación con lo otro
no es una relación idílica y armoniosa de comunión, ni una empatía
mediante la cual podamos ponernos en su lugar: les reconocemos
como semejantes a nosotros y al mismo tiempo exterior; la relación
con otro es una relación con un misterio. Con su exterioridad o,
mejor dicho, con su alteridad, pues la exterioridad es una propie-
dad del espacio y reduce al sujeto a sí mismo mediante la luz que
“
constituye todo su ser. (Lévinas, 1993, pp. 116-117).
27
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
Una pedagogía entendida como acto y actitud ética de acogida,
que nos libera de un intelectualismo paralizante, y nos obliga a
hacer recaer la actuación educativa no tanto en ideas, creencias
y conocimientos cuanto en la persona concreta del educando.
En Lévinas hay una clara voluntad de sustituir la autorreflexión,
la autoconciencia, fundamento de la ética individualista, por la
relación con el otro como propuesta de una moral alternativa;
un distanciamiento de la ética como amor propio y el anclaje
en otra que construye su significado a partir de la relación con
el otro. Esta nueva concepción de la ética tiene unas inevita-
bles consecuencias en la educación […]. Esto se traduce en el
desarrollo de la empatía, del diálogo, de la capacidad de escucha
y atención al otro (estar pendiente del otro), de la solidaridad
compasiva como condición primera de una relación ética; pero
también de la capacidad de analizar críticamente la realidad
del propio entorno desde parámetros de justicia y equidad, de
asumir al educando en toda su realidad, porque al ser humano
no se le puede entender si no es en su entorno, en la red de
relaciones que establece con los demás. Ser persona responsable
es poder responder del otro. Y ello no es posible sin la apertura
al otro como disposición radical. (Ortega, 2004, pp. 27-28).
“
[Énfasis del autor].
28
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
“
sacar el pensamiento de su formato tradicional, a pensar más allá
del paradigma del hombre conceptual, del sujeto centrado en
un orgulloso yo, para recuperar la imagen del sujeto en busca de
la sabiduría del sentido y de los sentidos. Se trata de reconocer,
que mucho más de lo que podemos construir conceptualmente,
es importante hoy llevar el pensar más allá de sí mismo, recu-
rriendo incluso si es preciso al lenguaje olvidados —narración
simbólica, poesía, literatura— en la tradición filosófica y cultural
de occidente. Hacer que nuestra mente sea capaz de estimularse
por lo que da a pensar es hacer de nosotros seres receptivos y
sensibles, individuos capaces todavía de dejarse afectar por lo
“
otro. (Bárcena, 2001, pp. 193-194).
29
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
El cuerpo me abre asimismo al mundo, incluso cuando me aísla
en el sufrimiento, pues la soledad del sufrimiento también está
asediada por las amenazas del mundo al que me siento expuesto
como un flanco sin protección. El cuerpo me abre también a
los demás en la medida en que expresa, es decir, que muestra
el dentro sobre el afuera y se convierte en signo para el otro,
descifrable y brindado a la reciprocidad de las conciencias.
“
(1982, pp. 37-38).
30
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
31
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
El otro en cuanto otro no es solamente un alter-ego: es aquello
que yo no soy. Y no lo es por su carácter, por fisonomía, o su
psicología, sino en razón de su alteridad misma. Es, por ejemplo,
el débil, el pobre, la viuda y el huérfano, mientras yo soy el rico
y el poderoso. Podríamos decir que el espacio intersubjetivo no
es simétrico. La exterioridad del otro no se debe simplemente
al espacio que separa aquello que es conceptualmente idéntico
ni a una diferencia conceptual cualquiera que se manifestaría
mediante la exterioridad espacial. La relación de alteridad no es
“
ni espacial ni conceptual. (1993, p. 127).
32
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
33
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
¿En qué trayecto de atribución de la memoria se sitúan los
allegados? […] ¿En qué sentido cuentan para mí desde el punto
de vista de la memoria compartida? A la contemporaneidad del
“tomar juntos de la edad” añaden una nota especial que afecta
a los dos “acontecimientos” que limitan la vida humana, el naci-
miento y la muerte. El primero escapa a la memoria; el segundo
cercena mis proyectos. Y los dos solo interesan a la sociedad
por razón del estado civil y desde el punto de vista demográ-
fico de la sustitución de generaciones. Pero los dos tuvieron
o tendrán importancia para mis allegados. Algunos pudieron
lamentar mi muerte. Pero, antes, algunos pudieron alegrarse de
mi nacimiento y celebrar entonces el milagro de la natalidad, y la
donación del nombre con el que durante mi vida me designaré
a mí mismo. Mientras tanto, mis allegados son los que aprue-
ban mi existencia y cuya existencia yo apruebo en la estima
recíproca e igual. La aprobación mutua expresa el compartir la
aserción que cada uno hace de sus poderes y de sus no-poderes,
lo que yo llamo la atestación en Sí mismo como otro. Espero de
mis allegados que aprueben lo que yo atesto: que puedo hablar,
actuar, narrar, imputarme a mí mismo la responsabilidad de mis
acciones […]. A mi vez, yo incluyo entre mis allegados a los que
34
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
“
a los otros. (pp. 172-173).
“
El poder decir: Conlleva el uso de la palabra […] de la pregunta
“quién habla”, en donde se explicita el agente de la enunciación,
[…] en situaciones de interlocución en las que la reflexividad
contemporiza con la alteridad: La palabra pronunciada por uno,
es una dirigida a otro; además puede responder a una interpela-
“
ción que le haga otro. (Ricoeur, 2006, p. 128).
35
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
.
implantación del terror. Esta imposición tiene varios propósitos:
.
igualdad y la exclusión.
.
riesgo a otras personas de la familia o del colectivo.
36
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
6. En este escenario, indagar por las tramas vinculares que se configuran en medio
de estas situaciones es vital por las posibilidades de reconstrucción y agenciamientos
de comunidades emocionales, filiales y políticas, que ayudan a sostener a los sujetos-
víctimas de la violencia política. Por ello, es importante indagar por las producciones
vinculares en términos de gestos, expresiones y prácticas de solidaridad, justicia,
acogida y responsabilidad.
37
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
38
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
La propuesta metodológica
de la didáctica
Carina Rattero,
La pedagogía por inventar,
2009
[Énfasis de los autores]
39
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
puede haber sujetos marginados de poder, o con un poder
disminuido, pero nunca ajenos a la historia. […] así, los sujetos
sociales podrían poner en interrogación el ángulo desde donde
están leyendo la realidad y acercarse a otros ángulos desde donde
pensar los fenómenos sociales. En este sentido, la dominación
deja de ser concebida como un sistema para enfocarla desde la
articulación entre sujetos con sus respectivos proyectos, par-
tiendo de la premisa de que la realidad es una condensación de
relaciones múltiples entre una variedad de sujetos sociales y sus
“
proyectos. (2005, pp. 15-16).
40
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
41
.
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
.
limitaciones.
.
personales, y los contextos sociales y laborales de cada persona.
.
bilidades de incidir y decidir sobre sí mismos y sus realidades.
.
de subjetividades.
42
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
“
[…] se fundamenta pues, en los principios de alteridad y de res-
ponsabilidad, es decir, en la consideración del otro como alguien
que me llama, que me solicita y al que yo no puedo ser indiferente.
El sujeto, el yo, no se origina en uno mismo, en unos momentos
de autoconciencia pura y autónoma, sino en relación con el otro.
[Mélich cita a Paul Celan] “Solo cuando soy desertor soy fiel. Yo
“
soy tu cuando soy yo”. (Mèlich, 2001, p. 12).
Narrativa testimonial
Más allá de esta “fenomenología” […], creo que hay otra dimen-
sión, de carácter más “educativo”, que es fundamental en una
“pedagogía del testimonio”, y que los maestros deberían procurar
transmitir. Para que una “pedagogía de la memoria” basada en el
testimonio ejerza su función es necesario que los maestros pro-
curen que sus alumnos oigan “el silencio de los ausentes”. Deben
poner de relieve que lo que resulta verdaderamente importante
en el testimonio no es tanto la palabra del sobreviviente, cuanto
su silencio, un silencio que no es el suyo, propiamente dicho, sino
el silencio del ausente, de la víctima, del que ha visto la Gorgona.
Joan-Carles Mèlich,
El trabajo de la memoria,
2006
43
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
La desnudez es rostro. La desnudez del rostro no es lo que se
ofrece a mí para que lo devele y que, por esto, me sería ofrecido,
a mis poderes, a mis ojos, a mis percepciones en una luz exterior
a él. El rostro se ha vuelto hacia mí y es esa su misma desnu-
dez. Es por sí mismo y no con referencia a un sistema […]. La
desnudez del rostro es indigencia. Reconocer a otro es reconocer
“
un hambre. Reconocer a Otro es dar. (1997, p. 98).
44
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
“
La narración emerge a través de relatos elaborados no a partir de
una producción exacta, escrupulosa y lineal de la sucesión de acon-
tecimientos, sino que se produce secuencialmente estableciendo
relaciones, aportando detalles, introduciendo conocimientos social-
mente compartidos, pudiéndose desplazar a través del pasado, del
presente y del futuro, aprovechando la virtualidad que la narración
“
tiene de poder reconfigurar el tiempo. (p. 25).
45
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
Que enfrentemos la historia única, la oficial, que dictamina
hechos, causas y concatenaciones, y que resta a la gente su
capacidad de encuentro y transformación. En ese contexto, se
hace necesario que nos asomemos a cualquier texto iluminador
que aborde la responsabilidad y la urgencia de la narración como
“
herramienta transformadora indispensable. (p. 48).
46
La didáctica: Una puesta en escena reflexiva
“
La narración es portadora de sentido, no intenta resolver los
problemas, sino provocar que el ser humano se enfrente a las
condiciones fundamentales de su existencia. Por la narración,
el ser humano vive el pasado, comprende que el pasado sigue
abierto, que no ha concluido. Por la narración, el ser humano
es oyente de las voces excluidas de la historia. Por la narración
el lector es hospitalario, es receptivo y responsable del otro.
“
(Mèlich, 2001, p. 58).
47
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
48
Actividad 1
¿
em
Y qu é ta l s i
pezamos a escuchar, ver, conversar,
visitar,
estar, recitar y leer ¿
49
Para escuchar
A pesar de usted
Ricardo Semillas Chico Buarque
Ana y Jaime Canción para un
es
Siervo sin tierra Desaparicion niño en la calle
é n B la d es
Aterciopelados Rub Calle 13
ñas
A quién enga
abuelo
ceño
Arnulfo Bri
Ataque d
e risa, ria
Descanse m emo co
la guer ra
en paz El viejo comunista La n Gie o
Manuel García Leó ampesin
Andrea
Ayer me echaron El c jucao ber
to
e
Echever
ry del pueblo emb ar Hum
Garzón y Colla Ósc ez
m
zos Gó
Del poeta a su
Para la guerra amada,
nada Por qué cantamos
n?
Marta Gómez ¿A dónde va Lalinde,
u la ta
Coca por coco María M Pasajeros
n el
Herencia Timbiquí Soñando co
abuelo
hita
L. J. Piedra
La marcha
del indio, ame
La certeza
del amor, á c uént
Bueno en ge A Verónica Pap vez ran
o
nera
Parra Af l Gean Franco otra ael Ser etaria
ranio l
Coplas de mi país Ism ora pro a
l z
L eV o
a el
Piero Jor g
50
Recordar lo dicho por Mèlich (2001):
Para ver
Películas
Infancia clandestina.
Benjamín Ávila (2012) El año en que mis padres se
La ciudad de los fotógrafos. fueron de vacaciones.
Sebastián Moreno (2006) Cau Hamburger (2006)
La boca del lobo. Cóndores no entierran todos los días.
Francisco Lombardi (1988) Francisco Norden (1984)
51
Nos dice Mèlich (2014, p. 11):
52
Documentales
53
Para conversar
54
Ludmila da Silva Catela. Archivo provincial de la memoria
de Córdoba.
Para visitar
virtualmente
Cuento para no olvidar. Grupo de Investigación Educación
y Cultura Política:
http://www.cuentoparanoolvidar.com
Pedagogía de la memoria:
http://pedagogiadelamemoriaenlaescuela.com
Museo de la Memoria:
Para que no se repita (Ayacucho Perú)
55
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (Chile):
http://ww3.museodelamemoria.cl/
Corporación Parque de la Paz Villa Grimaldi:
http://villagrimaldi.cl/
Sitios y museos de la Argentina-Memoria Abierta:
http://www.memoriaabierta.org.ar/sitiosargentina.php
Museo de la memoria republicana de Madrid:
http://museomemoriarepublicana.blogspot.com.co/
Asociación Memoria Genocidio Gitano:
http://asociacionmemoriagenocidiogitano.blogspot.com.co/
56
Exposiciones
57
Para ir
al teatro
La Candelaria.
Guadalupe años 60, Camilo y Antígona tribunal de mujeres.
Víctor Viviescas.
La esquina.
Miguel Torres.
La siempreviva.
Fabio Rubiano.
Labio de liebre.
Teatro Cenit.
Cantos para no olvidar. Alabaos cantos sagrados.
Teatro Presagio.
Negro.
Umbral teatro.
Donde se descomponen las colas de los burros.
Enrique Buenaventura.
Los papeles del infierno (Las maestras, La autopsia, La tortura); en los
dientes de la guerra; la denuncia.
58
Para recitar
59
Para leer
Alfredo Molano.
Ahí les dejo esos fierros, Patricia Nieto.
Los años del tropel. Los escogidos, Jamás
olvidaré tu nombre.
Arturo Álape.
El cadáver insepulto, San- Darío Villamizar.
gre ajena, conversaciones con Jaime Bateman. Biografía
la ausencia y otros relatos. de un revolucionario.
Fernando González.
Evelio Rosero.
Vivir sin los otros.
Los ejércitos.
Francisco Montaña.
El gato y madeja perdida, No Mary Daza Orozco.
comas renacuajos. Los muertos no se cuentan
así y Cita en el café la
Leonor Esguerra. bolsa.
La búsqueda.
60
Gabriel García Márquez. Javier Giraldo (S.J.)
Cien años de soledad y La Fusil y Toga. Toga y Fusil,
mala hora Carta al comandante de
Policía de Urabá.
Alba Lucia Ángel.
Estaba la pájara pinta Pilar Lozano.
sentada en su verde limón. Crecimos en la guerra.
Yezid Campos.
El baile rojo. Relatos conta- Olga Behar.
dos del genocidio de la Unión Noches de humo, las
Patriótica. guerras de la paz; El Clan
de los doce apóstoles.
Guillermo Rico.
En medio de la guerra.
Tomás González.
Jorge Cardona. Abraham entre bandidos.
Días de memoria.
Jorge Zalamea. Fernando Soto Aparicio.
El gran Burundún- Burundá La rebelión de las ratas.
ha muerto.
Banco de la República.
Arturo Echeverry Mejía. Los niños piensan la paz.
Marea de ratas, Bajo Cauca.
61
no
morirá
la flor
de la
palabra
Capítulo 2
Didáctica de la pedagogía
de la memoria: Un encuentro
con la memoria
La escuela que no se plantee la necesidad
de crear ambientes de trabajo distendidos y
marcados de relaciones afectuosas, irá convir-
tiéndose poco a poco en una escuela fría, des-
personalizada, distante, disciplinada, simple
trasmisora de saberes que estará educando
para la indiferencia, el egoísmo, el confor-
mismo o el fundamentalismo. Al contra-
rio, la escuela que apueste por un modelo
de enseñanza que se sustente en el tacto, el
afecto, la ternura y el cariño formará alum-
nos capaces de ser responsables de lo que
son, lo que hacen y lo que tienen, y por lo
tanto con una mayor capacidad de compro-
miso para hacer, también, responsables no
solo de ellos mismos, sino, también del com-
pañero, del amigo, del otro, en definitiva.
65
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
Las prácticas cotidianas distan mucho de conseguir los propó-
sitos trazados por los lineamientos constitucionales, presentán-
dose contradicciones en las que están en juego elementos de la
cultura política autoritaria, así como las tentativas de construc-
ción de cultura política democrática. (Herrera, Pinilla Díaz, Díaz
“
Soler e Infante Acevedo, 2005, p. 287).
66
Didáctica de la pedagogía de la memoria
“
Mónica no pudo entregar la corona de Miss Urabá gay por una
orden de las autodefensas. Este peluquero de Necoclí fue la
última reina [sic] del certamen que llevaba seis años celebrán-
dose en esta región antioqueña […].
En El Santuario, en el oriente antioqueño, otra orden de los
paramilitares cambió el look de los jóvenes. Les prohibieron
andar con el pelo largo y arete. Todos obedecieron después
de que a uno de ellos lo pararon en una esquina para decirle
que escogiera entre el cabello o la vida. En algunos barrios de
Cúcuta han llegado a prohibir a las muchachas usar faldas cortas
o tatuarse el cuerpo […].
Al Che Guevara no lo quieren ver los paras en Barrancaber-
meja. Miembros de esta organización exigieron que el rostro
del revolucionario sea borrado de la fachada de la Universidad
de la Paz. Y dijeron que si el problema era de plata ellos ponían
la pintura […].
Y es que a los grupos armados también les interesa tener el
control ideológico de las regiones que dominan. Por esto, las
autodefensas proscribieron la cátedra de filosofía en varios
colegios del Cesar, desde mediados del año pasado.
Los sindicatos no se escapan. En el municipio de Sabana de
Torres, Magdalena Medio, las autodefensas obligaron a los
docentes a renunciar a la militancia laboral.
Dirigentes del Sindicato de Educadores de Santander (ses) y de
la regional de la Central Unitaria de Trabajadores (cut) confir-
maron que los paras intimidaron a los 80 profesores contratados
por el municipio.
“A los paras no les gustan los sindicatos. Tanto molestaron
a los profesores de Sabana que prácticamente quedaron sin
protección porque al no estar agremiados no reciben muchos
67
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
2001, s. p.).
“
El tener que vivir en la cotidianidad con la posibilidad inmediata
de ser víctima de las acciones violentas ha llevado a que los
maestros hayan interiorizado el miedo como patrón de con-
ducta, pues además han visto como la impunidad permite que
los actores armados actúen sin mayores problemas, y donde la
polarización del conflicto hace que todo el que no esté en un
bando sea sospechoso de ser “enemigo”; esta situación los lleva
por tanto a ver como natural el hecho de que no puedan confiar
en nadie, a que siempre estén en una actitud de recelo defensivo,
68
Didáctica de la pedagogía de la memoria
“
en entrenamiento: “el enemigo no tiene cara”. (p. 4).
69
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
En Colombia, situaciones como la avasalladora presencia de la
guerra en el devenir nacional, los procesos políticos y jurídicos
que no resuelven el conflicto armado (Ley 975 de 2005 de Jus-
ticia y Paz y Ley de Víctimas y restitución de tierras de 2011)
sino que ahondan la confrontación, y los intereses educativos
sujetos a las demandas del contexto educativo global, hacen del
enfoque de la enseñanza de la historia reciente, más que una
“
opción pedagógica y didáctica, una necesidad. (p. 180).
70
Didáctica de la pedagogía de la memoria
“
Las fracturas entre las políticas a nivel nacional y las que se adop-
tan a nivel regional hacen que muchos esfuerzos democratizantes
no se traduzcan en más democracia a nivel local. Por el contrario,
por debajo de una normatividad democrática y elecciones regula-
res, se afianzan redes perversas que vinculan a distintos sectores y
autoridades regionales a proyectos y dominios despóticos. Frente
a esta paradoja, la alianza de fuerzas que abogan por una demo-
cratización social e institucional debe resolver cómo derrotar,
de manera institucional y dentro de la normatividad existente, a
redes criminales y despóticas que logran sobrevivir porque tienen
muchos pies en la legalidad, y saben usar y abusar de los patrones
clientelistas fuertemente arraigados en ciertos territorios para
que sus cómplices sean, por la vía electoral, “democráticamente
electos” y se instauren como autoridades legítimas, con cierta
71
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
eliminar. (pp. 39-40).
72
Didáctica de la pedagogía de la memoria
Me nombro en tu nombre
Paul Èluard,
Libertad,
1942
73
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
Con todo, para la pedagogía pareciera una condición sine qua non
más violencia y para la pedagogía de la memoria esos acontecimientos
lesivos son superables. Estos no pueden quedar irremediablemente
fijados y sometidos al pasado como relatos estáticos porque es posible
recurrir, estudiar y escuchar ese pasado para comprender el presente y
poder transformarlo. La diferencia entre una pedagogía que enseña la
historia de manera literal y una pedagogía de la memoria que lo hace
de manera simbólica radica en la decisión de otorgar la palabra y de
escuchar el testimonio de hechos “ocurridos”, precisamente para no
repetirlos; dado que siguen latentes para recordarnos, enseñarnos y
darnos una lección sobre aquello que lesiona, rompe, desestructura
y que, por lo mismo, debe ser trasformado en el presente. Dicha
transformación necesita que estos sean mostrados y transmitidos
experiencialmente, además que las ausencias sean nombradas.
74
Didáctica de la pedagogía de la memoria
“
Se habla de una recaída inminente en la barbarie. Pero no se trata
de una amenaza de tal recaída, puesto que Auschwitz realmente
lo fue. La barbarie persiste mientras perduren, en lo esencial, las
condiciones que hicieron posible aquella recaída. Ahí radica lo
terrible. Por invisible que sea hoy la necesidad, la presión social
sigue gravitando. Empuja a las personas a lo inenarrable, que
culminó en Auschwitz a escala histórico-universal.(Adorno,
“
1998, p. 79).
Tu nombre me es propio
Las reflexiones sobre experiencias vitales para formarnos en los
espacios pedagógicos, la escucha, el reconocimiento y el respeto hacia
Otros, siempre se ubican bajo las premisas de la responsabilidad y del
reconocimiento de la existencia del Otro como condiciones necesarias
para reafirmarla nuestra; esto se potencia en los diferentes niveles de
enseñanza por medio de ejercicios tan recurrentes como los siguientes:
75
.
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
.
de historias.
.
realidad que se vive.
.
la acción como individuo único y como parte de un colectivo.
.
sensibilidades y a la vez posibilita la escucha sin aterrorizar.
.
diferencia.
.
solo el interés, sino que potencia la acción trasformadora.
.
que hemos vivido en medio del conflicto nos hace cercanos.
76
Didáctica de la pedagogía de la memoria
.
el respeto a lo consensuado.
.
lencia discursiva.
.
nombrarse como Uno o como Nosotros.
77
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
La educación, después de la metamorfosis que supuso el Holo-
causto, no puede renunciar al pasado, al recuerdo, a la memoria,
ni individual ni colectivamente. Si lo hiciese, se convertiría en una
educación inhumana, fuera de los ámbitos de la sociedad. Una
educación que olvida la memoria se está negando a sí misma,
porque pierde uno de sus elementos fundamentales. Además, la
educación sin memoria no puede influir sobre el futuro, porque
para que exista ese futuro, para que haya una construcción social
del futuro, debe haber rememoración. Se trata, sin embargo, de
educar sin horrorizar, pero sin atenuar tampoco la inhumanidad2.
“
(Topografía de la memoria-memoriales históricos).
78
Didáctica de la pedagogía de la memoria
79
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
80
Didáctica de la pedagogía de la memoria
Impresiones de historia,
trazos de memoria
Con todo, unos valiosos servicios nos han prestado los
testigos de la violencia, al imprimir sus testimonios en bruto.
Hay que confiar en que ellos prestarán buena ayuda a quienes
sobrevivieron a la violencia y se están tomando el tiempo para
aprender a escribirla, y en todo caso a los numerosos niños
que la padecieron como una pesadilla de la infancia y ahora
están creciendo en silencio sin olvidarla. La aparición de esa
gran novela es inevitable en una segunda vuelta de ganadores.
Aunque ciertos amigos impacientes consideren que entonces
será demasiado tarde para que sirva de algo el contenido polí-
tico que tendrá sin remedio, en cualquier tiempo.
3. Recuperado de http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/dos-tres-cosas-
sobre-la-novela-de-la-violencia/36312
81
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
[...] una educación literaria es una educación que cree que el
“trabajo de la memoria” no puede desligarse del “trabajo de
la imaginación”, o, dicho de otra manera, que la memoria y la
imaginación son dos facultades inseparables. El buen uso, el uso
saludable de la memoria, la “memoria que salva”, necesita de la
imaginación, de la simpatía (quizá debería seguir el consejo de
Octavio Paz y escribir “compatía“), de la responsabilidad con
el otro (respuesta responsable). “La gran contribución que tiene
que hacer la literatura a la vida del ciudadano es su capacidad
de arrancar de nuestras obtusas imaginaciones un reconoci-
miento de aquellos que no son nosotros, tanto en circunstancias
concretas como en la manera de pensar y sentir”. (Nussbaum,
“
citado en Mèlich, 2006, p. 122).
82
Didáctica de la pedagogía de la memoria
Marta Gómez,
Si no cantara
83
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
84
Didáctica de la pedagogía de la memoria
85
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
86
Didáctica de la pedagogía de la memoria
87
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
Autores:
Juan Manuel
Echavarría y
Fernando Grisalez
2010 - 2016
86 x 127 cm
Digital C-Print
88
Actividad 2
¿y qu é ta l
me animo, me dispongo, me narro..
s i
. ¿
Consulto la página
1 2 3
http://www.centrode Aprendo de la
memoriahistorica.
gov.co/noticias/ experiencia de Hago mi propia
noticias-cmh/con-his- reconstr ucción historieta.
torietas-jovenes-del- de historias de
ca.
cauca-reconstruyen- Jóvenes del Cau
sus-memorias
89
Leo la cartilla
Escucho
Le escribo una
El cuento sin nombres, cargada de espe rta
ca
sin rostros ni rastros -
Premio nacional de Aprendo sobre las personas de
ranza a
sapare-
cuento. 2008 la desaparición cidas forzadam
ente de
https://www. forzada como mi país. Les cuen
to
haré para que ja qué
youtube.com/ delito de lesa vuelva a ocurrir
más le
a nadie
tch?v=u7fM6WN0fxI humanidad. algo tan triste y
lesivo.
90
Veo
La primera noche
Ganadora como Mejor Pinto un dibujo
Película en el Festival Me pongo en sobre la manera
de Cine de Miami y en el lugar de los en que creo ello
el Festival de Cine de han s
Cartagena. https:// campesinos que merecen volver
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www.youtube.com/ sido desplazado a sus tierras y se
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forzadamente. r
reparados.
Río
91
Siento
Compongo
Las melodías y los una
Me deleito con letra musical,
una
letras del proyecto de
Tocó cantar. Travesía distintos ritmos poesía o un cu
ento
mi país. para la mem
contra el olvido oria
histórica.
Asisto
Al teatro: e el
M e hago protagon
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https://www. una historia sobr ta de
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com/watch?v=_lE- búsque escenario vital,
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92
Miro
Recorro
Hago mi propia
Con las mujeres la ruta ruta,
pongo mucha
por la dignidad n espe-
Camino co ranza, me co
mpro-
https://www. speranza
youtube.com/ dignidad, e meto con el re
corri-
al.
watch?v=IzJ9c5mqwWY y fuerza vit do de memoria
y me
pongo metas pa
ra el
¡Nunca Más!
93
Néstor Iván Martínez y Maria Fabiola Jiménez de Cifuentes son los últimos nombres que
aparecen en el listado de líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados en el
país en los últimos 18 días (del 26 de agosto al 13 de septiembre). Según la Defensoría, 11
personas más completan el lamentable registro. Martínez, líder de las comunidades negras de
Cesar y opositor férreo a la minería, fue asesinado este lunes en su propia casa en San Juan
del Cesar. El mismo día la líder antioqueña María Fabiola Jiménez recibió varios disparos en
el bus en el que se transportaba en Barbosa, Antioquia. Estos hechos están alimentando el
miedo y la zozobra en los líderes de las regiones. Carlos Andrés Guevara, coordinador del
programa Somos Defensores, aseguró que esta organización ya había advertido que “en tanto
se vaya acercando la firma de los acuerdos, este tipo de violencias se van a hacer más críticas”.
Según Guevara, detrás de la mayoría de estos asesinatos hay un perfil claro. Las víctimas son
líderes que hacen pedagogía por la paz, son defensores del medio ambiente y opositores a
actividades como la minería y la siembra de cultivos ilícitos, o están librando batallas por
la tierra. Son, además, líderes locales. “Venimos advirtiendo que los posacuerdos en otros
países dieron como resultado la focalización de la violencia –aseguró Guevara–. Lo mismo
está pasando en Colombia: la violencia se está concentrando en líderes de zonas rurales, muy
poco visibles, que hacen un trabajo muy local. El blanco no son los líderes con alto nivel de
visibilidad porque estos asesinatos tienen un costo político y social muy alto”. “Al Gobierno
también lo alarman estas cifras y rechaza estos asesinatos. Nos parece que es un número
realmente indignante”, le dijo a Semana.com el viceministro del Interior, Guillermo Rivera.
Rivera aseguró que “coincide parcialmente” con la teoría de Somos Defensores, al relacionar
algunas de estas muertes con la minería ilegal. Según el viceministro, la hipótesis de la Fiscalía
sobre el asesinato de dos indígenas awá en Nariño (que hacían parte de la guardia indígena
de esa comunidad) apunta a su rechazo a la extracción minera. En el caso de los asesinatos
de tres defensores del medio ambiente en Almaguer (Cauca) y de cuatro campesinos en
Sucre (Cauca), la hipótesis de las autoridades apunta al ELN. “El propio partido Comunista
ha denunciado ataques del ELN a líderes de izquierda de ese partido. Todas esas hipótesis
se están evaluando”, señaló Rivera. El Partido Comunista aseguró recientemente que en los
últimos 30 años esta guerrilla ha matado a 40 de sus miembros.
Guevara, de Somos Defensores, lamentó que el Gobierno sólo esté reaccionando “en la
medida en que haya muertos. Después de la firma de los acuerdos va a venir una violencia
generalizada, ¿qué se está haciendo para reaccionar a eso? Hay una fuerte presencia de grupos
oscuros cuya configuración no se sabe; muchos de ellos que provienen del paramilitarismo.
Pero también hay un ejercicio de acopamiento de espacios por parte del ELN. No se dice
públicamente porque todavía no se puede confirmar, pero cada vez se ve más cómo se están
moviendo”.
resistencia
res de derechos humanos. Según el viceministro Rivera este lunes ya se dio un paso en esa
dirección: se creó una “Comisión de alto nivel de garantías de seguridad para el ejercicio de
la política”. Además, Rivera aseguró que la Fiscalía y la Policía recibieron “una directiva para
priorizar las investigaciones” relacionadas con líderes sociales, y que la Unidad Nacional de
Protección está “haciendo una revisión de los esquemas de seguridad” de los líderes sociales
de Nariño y Cauca.
Capítulo 3
Narrativas memoriales
relatos latinoamericanos
No podremos llegar a ser vanguardia de
nada o de nadie, ni siquiera de nosotros
mismos, si irresponsablemente decidimos
que el pasado no existe.
Mario Benedetti,
Perplejidades de fin de siglo,
1993
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
“
Una vez que el niño sale de la etapa puramente sensitiva, desde
el momento en que se interesa por el significado de las imágenes
y los cuadros que percibe, podemos decir que piensa en común
con los otros, y que su pensamiento se divide entre la vaguedad
de sus imprecisiones, todas personales, y diversas corrientes de
pensamiento colectivo. (Halbwachs, 1997, p. 108). [Traducción
“
de las autoras].
97
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
no es memoria del grupo, es decir memoria colectiva calcada
del modelo de la memoria individual, y tampoco es suma de
memorias individuales y solitarias. Pero es la condición misma
de posibilidad de los recuerdos atesorados por los individuos. Y,
como tal, cumple una función social de integración. (Lavabre,
“
1998, p. 53).
98
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
“
un enfoque y análisis que posibilita y sitúa el fenómeno pedagó-
gico como un diálogo abierto y contingente. La aproximación
interpretativa permite integrar desde la memoria recuperada
un abordaje transdisciplinario de la experiencia que transita los
ámbitos políticos, estéticos y culturales. Recupera también las
eticidades alojadas en las experiencias recordadas que se actua-
“
lizan en el presente. (Rubio, 2007, p. 12).
“
“verdad y memoria”, a las que a menudo se agrega “justicia”. Se
exige la verdad, se promete rescatar la memoria de las víctimas.
Ante todo, la memoria tiene aquí un valor moral y político; es
fidelidad a la verdad de los hechos, denuncia del mal cometido
y resistencia a la mentira. Los imperativos de verdad y memoria
forman parte de la cultura política contemporánea de América
Latina, en particular donde hubo un notable movimiento por
99
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
(Pérotin-Dumon, 2007, p. 8).
100
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
101
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
102
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
103
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
104
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
2. Con respecto a esto, resultan ilustradores, testimonios como los de los “nietos”:
niños que fueron apropiados por colaboradores y miembros del ejército durante
105
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
Las dictaduras [o conflicto armado] son la negación de la polí-
tica y se caracterizan por eliminar toda forma de disenso. Son la
reducción de la polifonía a una única voz monocorde e incluso
al silencio. El silencio se revela como la forma más rudimentaria
de escape y supervivencia. De ahí que el punto de inflexión de
la historia de las dictaduras suele encontrarse en el momento
en el cual sectores importantes de la sociedad pierden el miedo,
salen a la calle y hacen oír sus voces. (Ansaldi & Giordano,
“
2006, p. 102).
106
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
“
La verdad fue lo primero que se reclamó públicamente en los
tiempos duros. “La verdad que pedimos es saber si nuestros
desaparecidos están vivos o muertos y dónde están”, decían las
Madres de Plaza de Mayo en una solicitada histórica publicada
en diciembre de 1977 en el diario argentino: “La verdad surgió
como respuesta a la dictadura desde el movimiento de derechos
humanos”, recuerda hoy el abogado chileno Andrés Domínguez.
La insistencia en la verdad está, en efecto, en el centro del movi-
miento por los derechos humanos que cobra auge en muchas
partes en las décadas de 1970 y 1980: de allí procede su autoridad
moral e incluso su fuerza política […]. El término “memoria”
apareció a la zaga de la verdad para afirmar la resistencia de los
recuerdos a las tentativas oficiales de negar lo sucedido y borrar
el pasado. Así, en Chile, la aparición de “la memoria” como
consigna puede situarse alrededor de 1978, cuando Pinochet pro-
mulgó también la ley de amnistía (en marzo) y los restos de los
primeros desaparecidos se descubrieron en hornos de cal aban-
donados en la zona rural de Lonquén, no muy lejos de la capital.
“Lembrar ê resistir”, se decía por entonces en Brasil. […] desde la
transición democrática, las palabras “verdad” y “memoria” sim-
bolizan los tiempos difíciles para las organizaciones de víctimas
y de defensa de los derechos humanos que procuran instalar en
la conciencia social un imperativo moral acerca del pasado. En la
Argentina, Chile y el Perú (pero no solo allí) esas organizaciones
también supieron inscribir la cuestión de las violaciones pasadas
en las agendas políticas e inculcar en el público la idea de que la
solidez y la legitimidad de las instituciones refundadas habrían
de depender de la verdad acerca del pasado. (Pérotin-Dumon,
“
2007, pp. 10-11).
107
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
108
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
“
nada o casi nada se sabe sobre la consolidación de grupos gue-
rrilleros, los 11 fallidos acuerdos de paz; los diversos pactos de
intercambios de prisioneros, de desmovilización de grupos arma-
dos; la realización de un genocidio por motivación política; las
causas y modalidades de desplazamiento forzado que tiene como
víctimas a un aproximado de cinco millones de colombianos y
la desestructuración del Estado que ha delegado sus funciones a
las organizaciones estatales. (Ortega, Castro, Merchán & Vélez,
“
2015, p. 76).
3. A este respecto cabe destacar que desde 1958, año en que se conforma la llamada
Investigadora: comisión de expertos destinada a la recolección de información en las
zonas más afectadas por la violencia bipartidista de los años cuarenta y cincuenta,
se han creado hasta la fecha trece comisiones nacionales de estudio e investigación
extrajudicial. Bien sea para el análisis general de las causas del conflicto como la
Comisión de Expertos de los años ochenta, el Grupo de Memoria Histórica a
partir de 2005 o la Comisión de Expertos para el Esclarecimiento de las Causas de
Conflicto y sus Víctimas instalada en 2014 en el marco de las negociaciones de paz
entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las farc-ep; o para el estudio de un
hecho concreto como la Comisión de la Verdad sobre el Palacio de Justicia creada
por la Corte Suprema de Justicia en 2009; finalmente, se han creado comisiones
regionales (Jaramillo, 2014).
109
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
.
clases. Su posición es justificada por tres tipos de argumentos:
110
.
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
.
esta última como productora de mano de obra calificada.
111
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
Las políticas del después del conflicto se articulan en torno a
nuevas representaciones de las violencias pasadas en el espacio
público, ellas ofrecen un nuevo relato públicamente sancionado
y enmarcado por rituales de memorialización. Se trata, a la vez,
de garantizar la tregua política, estabilizar el nuevo regimen y
“
apaciguar las coleras de cada uno. (Andrieu, 2012, p. 27).
112
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
113
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
Para poder mantener un espacio lo suficientemente amplio
para no ser señalado por ninguno de los actores armados, las
relaciones y las prácticas de aula se plantean de tal manera que
no puedan ser utilizadas para que los ubiquen en uno u otro
bando; esta neutralidad en la escuela obedece por tanto más
a una mirada estratégica de seguridad, que a una convicción
sobre el papel de la educación dentro de las dinámicas sociales:
“hasta el salón se ha entrado y yo tener que callar”, “la guerrilla
pregunta cómo, cómo trabajamos nosotros como docentes, la
forma como los estamos llevando y sobre todo interroga son a
los alumnos. Sí la intención, si que la guerrilla pregunta cómo,
cómo trabajamos nosotros como docentes” “yo creo que al
respecto pues estamos bien, ellos yo creo que lo que los niños
han dicho de nosotros lo han podido corroborar con lo que han
visto y como ellos siempre pasan entonces tienen las versiones
“
de nosotros”. (Lizarralde, 2002, p. 14).
114
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
115
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
En el colegio en el que doy clases, las dos profesoras de portu-
gués, cuando tienen que trabajar sobre redacción y producción
de textos escritos o discutir cuestiones de imágenes o películas,
buscan por su propia cuenta textos que hablen sobre censura
116
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
“
2004 p. 166).
117
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
118
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
“
¿Cómo dar cuenta de esta pequeña y extrema guerra en torno
al azar? ¿Puede la historiografía incorporar estas manchas de
sentido —manchas que se expanden, sensible, contagiosamente,
sobre aquello que circunda— en las grandes comprensiones de
una experiencia colectiva? A los proyectos políticos en pugna en
aquella época ¿se pueden sumar las borrosas figuras éticas que se
desprenden de los gestos, de los incontables gestos que rebalsan
las categorías más racionales de la lectura de lo gobernable y lo
ingobernable? ¿Está el poema solo encerrado en los libros, o
cruza este acaso los espacios, los cuerpos, para escribirse en el
desencuentro entre el lenguaje y los acontecimientos? (Santa
“
Cruz, 2006, p. 110).
Chico Buarque,
A pesar de usted
119
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
[…] atestigua el manifestarse de una potencia de decir solamente
por medio de una impotencia, lo que hace que su autoridad no
dependa de una verdad factual, de la conformidad entre lo dicho
y los hechos, entre la memoria y lo acaecido, sino de la relación
inmemorial entre lo indecible y lo decible, entre el dentro y
el fuera de la lengua. La autoridad del testigo consiste en que
puede hablar únicamente en nombre de un no poder decir, o
“
sea, en su ser sujeto. (Agamben, 2000, p. 153).
120
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
total y que cuya existencia ha sido negada, sus rastros físicos borrados
y ha sido simbólicamente situado por fuera de la sociedad? Y que,
sin embargo, allí sigue estando presente desde el vacío, las existencias
rotas, las resistencias de los familiares, y vive a través de la voz de
quienes lo conocieron, lo amaron, y de aquellos que atestiguan de
su presencia en el mundo.
“
Pero esto no anula el sinsentido, ante esos acontecimientos en
los límites, que desafían las categorías, se plantea, en efecto,
el problema del agotamiento de las estrategias para figurar y
pensar las cosas. Lo que está en juego es el sentido, la palabra,
el significado y la posibilidad de contarlo y los límites de todas
esas cosas cuando se enfrentan a situaciones catastróficas. (Gatti,
“
2006, p. 33).
“
En la medida en que propician el encuentro entre los colombia-
nos, las Galerías de la Memoria se transforman en instrumentos
activos para restablecer los lazos sociales que se han roto en el
seno del desconocimiento de una parte invisibilizada de la his-
toria nacional: la realidad de las víctimas estigmatizadas que el
poder ha querido mantener en la sombra. La puesta en evidencia
de la injusticia y el cuestionamiento de las prácticas cotidianas
que la perpetúan, puede generarse a partir de un trabajo cualifi-
cado de socialización de los testimonios que vaya más allá de la
simple denuncia. Creemos que cuando se expresa públicamente
la indignación ante la arbitrariedad, cuando se informa a la
121
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
produjo la impunidad. (Girón y Cepeda, 1998).
122
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
123
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
[…] la memoria acude al relato para dar una posición, una his-
toria y una identidad al sujeto, pero necesariamente en relación
con los otros. El relato de la memoria está entonces permeado y
construido a partir de otros relatos, los de esos otros recuerdos y
“
olvidos y los de esas versiones oficiales de la historia. (p. 24).
124
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
125
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
procesos constructivos y políticos realizados por los agentes
mediante la interpretación reflexiva que hacen de su acción. Son
procesos performativos, que sostienen marcos generales de sentido
y que constituyen la base de las identidades sociales. Las narra-
tivas, entonces, no son relatos, sino que refieren a posiciones
“
discursivas e identidades. (Gatti, 2006, p. 30).
126
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
127
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
Amamos los alabados porque son cantos que nos unen y cuen-
tan historias. La gente siempre se pregunta qué hace a su tonada
tan particular como para hacernos erizar la piel. Aquí se cuecen
bajo el húmedo calor, la lluvia, la memoria de los muertos, las
labores del río y de la casa, estos cantos que buscan mantener
nuestra herencia religiosa y hacer resistencia. En estas imágenes
encontramos las voces de nuestras mujeres que cuentan cómo
los mayores se embarcaron hasta aquí para hacer vida, cómo
subsistimos día a día y nos divertimos, cómo también somos
“
canto. (Quiceno, 2015, p. 20).
128
Narrativas memoriales: Relatos latinoamericanos
129
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
130
Actividad 3
Dilemas éticos
en las narrativas testimoniales
131
Este muerto no
lo cargo yo
Primer momento
Tras la socialización de la narrativa sobre la que se
vaya a trabajar (película, texto literario, canción…),
se abre un espacio de debate en el que se preten-
dan definir los principales dilemas éticos presentes
en el texto. Es decir, se plantea la formulación co-
lectiva de un dilema ético a abordar.
Segundo momento
Cada participante reflexiona sobre qué habría he-
cho ante ese dilema. La respuesta es consignada en
una ficha.
Tercer momento
Se reparten en grupos los personajes de la narra-
tiva y se discute sobre cuáles fueron las decisiones
y acciones del personaje ante el dilema formulado.
La respuesta se consigna en una ficha.
Cuarto momento
En una tela o mural se ponen las fichas desarrolla-
dos en el segundo momento. En otra se exponen
las fichas creadas en el tercer momento. Esto con
el objeto de hacer una comparación entre las posi-
ciones personales y aquellas adoptadas por los per-
sonajes. A partir de allí se anima a llevar a cabo un
debate en torno a dos grandes interrogantes:
expresio-
¿Detrás doe“ese muer- ¿Cuáles son s
nes com cargo yo” o consecuenciaslade
to no lo tengo velas dichos comport
“yo no erro” qué mientos a la ho a-
en ese enrttiam ientos pensar un cont ra de
compo n acepta- exto
soci al es so de constr ucción
dos, natuim ralizados y de paz?
legit ados?
132
2. Estas actividades tienen como objetivo aportar elementos de
análisis contextuales que permitan leer los elementos coyunturales,
así como identificar las causas estructurales de la violencia y la
construcción progresiva de la estigmatización y la deshumanización
del otro.
Desenredar la
madeja
Primer momento
Tras la socialización de la narrativa sobre la que
se vaya a trabajar (película, texto literario, can-
ción…), se distribuyen tres madejas de lana de
diferentes colores.
Segundo momento
La persona que tiene la primera madeja res-
ponde la pregunta: ¿Qué sentimientos le ge-
neraron la narrativa y los personajes? Después
de decirlo en voz alta le pasa la madeja a otra
persona y sucesivamente circula la lana entre
los participantes. El guía va anotando las res-
puestas.
Tercer momento
Se analizan las respuestas intentando identificar
puntos de intersección y ejes comunes.
Cuarto momento
Con la madeja de otro color se retoma la misma
dinámica respondiendo el interrogante: ¿Por qué
las narrativas vistas le generan esos sentimientos?
Quinto momento
Con la tercera madeja se hace la misma diná-
mica alrededor de la pregunta: ¿Qué otras al-
ternativas hubieran tenido los personajes ante
los hechos vividos?
133
Sexto momento
Una vez tejida la red que busca desatar la ma-
deja de hechos, motivaciones y justificaciones
se propone un debate de cierre que pretende
entender:
las
¿Cuáles sones
cond icion ¿Cómo crear
fundantes cortapisas a esas
a
para que un el condiciones?
pedago gía d
re?
odio prospe
Las voces de
los corotos
Primer momento
Tras la socialización de la narrativa sobre la
que se vaya a trabajar (película, texto literario,
canción…), se ponen tres telas blancas en el
suelo. Después, se le pide a cada participante
134
participante que busque entre las cosas que
lleva consigo un objeto, como prendas de
vestir, cosas que tenga en su maleta, un pen-
samiento, una canción, etc., que represente
algo que lo haya interpelado desde la narra-
tiva. Cada objeto es depositado en una de las
telas blancas en el centro de la sala.
Segundo momento
Cada participante aporta en otra tela un obje-
to que le evoque resistencia o formas de sol-
ventar el dolor ocasionado.
Tercer momento
Se invita a los participantes a evocar objetos
relacionados con el espacio donde se vive o
espacios que hayan marcado la vida de cada
uno, en la tercera tela.
Cuarto momento
Los participantes recorren los tres collage de
objetos intentando encontrar puntos de con-
vergencia y discrepancia.
Quinto momento
Se anima a crear un debate en torno a la pre-
gunta: ¿Cómo las narrativas de violencia cru-
zan nuestros seres, haceres, pensares y senti-
res en la cotidianidad?
135
Dame tu mano
Primer momento
Tras la socialización de la narrativa sobre la
que se vaya a trabajar (película, texto litera-
rio, canción…), se forman círculos; lo ideal
es que estos queden lo más cerrados posible
y que estén conformados desde 7 hasta 12
participantes.
Segundo momento
A cada participante se le dan dos cuerdas que
debe amarrar a su mano. Después se les pide
que cierren los ojos, extiendan los brazos y
los crucen a la altura de los codos. Cada per-
sona debe coger dos cuerdas con sus manos
y, en lo posible, deben estar sujetadas por dis-
tintas personas.
Tercer momento
Se les pide a los participantes que abran
los ojos y todos deben intentar desatar los
nudos formados sin soltarse de las manos.
Una persona toma nota de las expresiones
y diálogos, al igual que del comportamiento
de los participantes al resolver el problema.
Si es posible pueden sustituirse las notas por
una grabación.
136
Cuarto momento
Se releen las notas, se visualiza el video o se
escucha la grabación intentando identificar
los ejes de análisis. De igual forma, se invita a
establecer símiles con los nudos conflictuales
presentes en las narrativas trabajadas y la for-
ma cómo los protagonistas los solucionaron.
Quinto momento
Se construyen unas conclusiones encamina-
das a analizar cómo desde otras perspectivas
se hubieran podido resolver los nudos con-
flictuales presentados en las narraciones sin
llegar a la violencia física ni simbólica.
137
dignidad dignidad dignidad dignidad dignidad dig-
nidad dignidad dignidad dignidad dignidad dignidad
dignidad dignidad dignidad dignidad dignidad digni-
dad dignidad dignidad dignidad dignidad dignidad
dignidad dignidad dignidad dignidad dignidad dig-
nidad dignidad dignidad dignidad
Capítulo 4
Formar para la sumisión
o para la diginidad,
¿es esta la cuestión
de la memoria?
La memoria del poder no recuerda: bendice.
Ella justifica la perpetuación del privilegio
por derecho de herencia, absuelve los críme-
nes de los que mandan y proporciona coar-
tadas a su discurso. La memoria del poder,
que los centros de educación y los medios de
comunicación difunden como única memoria
dig- posible, solo escucha las voces que repiten la
aburrida letanía de su propia sacralización. La
dad impunidad exige la desmemoria. Hay países
gni- y personas exitosas y hay países y personas
fracasadas, porque los eficientes merecen
dad premio y los inútiles, castigo. Para que las
infamias puedan ser convertidas en hazañas,
dig- la memoria del norte se divorcia de la memo-
ria del sur, la acumulación se desvincula del
vaciamiento, la opulencia no tiene nada que
ver con el despojo. La memoria rota nos hace
creer que la riqueza y la pobreza vienen de la
eternidad y hacia la eternidad caminan, y que
así son las cosas porque Dios, o la costumbre,
quieren que así sean.
Eduardo Galeano,
Patas arriba: la escuela del mundo al revés,
2001
Formar para la sumisión o para la dignidad
141
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
[…] la historia entendida en todo momento como eterno cabalgar
hacia la perfección, como un acercamiento constante a la libertad
absoluta. Y dentro de este caminar continuo, el pasado aparece
representado como un gran cofre que encierra el bagaje de la
memoria, que atesora todos los acontecimientos y nos ayuda a no
“
incurrir dos veces en el mismo error. (2006, p. 15).
“
Para un adecuado diagnóstico de nuestro tiempo, y partiendo de
la hipótesis de la pervivencia en la sociedad democrática de los
distintos elementos que conforman el dispositivo pedagógico
de los campos de exterminio, es fundamental el estudio de las
diferentes prácticas de aniquilación del individuo en las que se
sustenta la desnaturalización sistemática de los elementos que
conforman la subjetividad y la individualidad del hombre y de la
mujer. [Y la] conjunción de los distintos dispositivos del poder
que constituyen un dispositivo único, coherente y monolítico. […]
proceso de auto-perpetuación, favoreciendo determinadas clases
sociales o a determinados grupos y descartando la presencia de
un nuevo líder carismático capaz de tejer los hilos de todas las
“
prácticas de deshumanización […]. (2006, p. 19).
142
Formar para la sumisión o para la dignidad
143
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
no se limitan a reprimir o a destruir al sujeto, sino que más
bien lo conforman como tal y, por lo tanto, la perspectiva
explícita y concretamente pedagógica en las relaciones entre
poder e individuo, relaciones que […] después de Auschwitz,
son absolutamente imprescindibles a la hora de establecer los
presupuestos de una teoría social antropológica. De hecho, fue
precisamente el potencial pedagógico del dispositivo empleado
en los campos lo que puso de manifiesto la eficacia de la maqui-
“
naria del exterminio. (Mantegazza, 2006, p. 22).
144
Formar para la sumisión o para la dignidad
Caminos de resistencia,
metas de dignidad
Creonte ha acordado otorgar los honores de la sepultura a
uno de nuestros hermanos y en cambio se la rehusa al otro. A
Etéocles, según parece, lo ha mandado enterrar de modo que
sea honrado entre los muertos bajo tierra; pero en lo tocante
al cuerpo del infortunado Polinice, también se dice que ha
hecho pública una orden para todos los tebanos en la que
prohíbe darle sepultura y que se le llore: hay que dejarlo sin
lágrimas e insepulto para que sea fácil presa de las aves, siem-
pre en busca de alimento. He aquí lo que el excelente Creonte
ha mandado pregonar por ti y por mí; sí, por mí misma; y que
va a venir aquí para anunciarlo claramente a quien lo ignore; y
que no considerará la cosa como baladí; pues cualquiera que
infrinja su orden, morirá lapidado por el pueblo. Esto es lo
que yo tenía que comunicarte. Pronto vas a tener que demos-
trar si has nacido de sangre generosa o si no eres más que una
cobarde que desmientes la nobleza de tus padres.
Sófocles,
Antígona,
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Silvio Rodríguez,
Esto no es una elegía
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“
Para articular pedagógicamente la educación para el nunca más
y la memoria, es de vital importancia tener en cuenta el modo
como se indaga el pasado a partir del presente. Es decir, qué
recordar, cómo recordar y para qué recordar. El papel de los
educadores a la hora de trabajar el pasado reciente en la escuela
es fundamental, ya que, además de poseer un conocimiento
específico sobre el tema, ellos también son sujetos de derechos,
por lo que tienen el desafío de estimular los cuestionamientos,
de tal modo, que la pedagogía de la memoria adquiera vínculos
significativos con el pasado y permita imaginar y construir
“
futuros más justos. (p. 76).
150
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151
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“
Esta convergencia ha tenido dos consecuencias interrelacio-
nadas: por un lado, el desarrollo de una industria de la extrac-
ción, y por el otro, un fenómeno que denominaré la ironía del
reconocimiento […]. La industria de la extracción está asociada
a un grupo de intermediarios cuya labor primordial es la reco-
lección de testimonios de eventos traumáticos, con el objeto
de entender el fenómeno de la violencia y sus consecuencias
sobre los individuos y las comunidades. Entre ellos se encuentra,
primeramente, una inmensa variedad de expertos en trauma,
psicólogos de diferentes corrientes teóricas —desde expertos
en síndrome de estrés postraumático hasta psicoanalistas—,
154
Formar para la sumisión o para la dignidad
“
por ejemplo ensayos académicos o documentales. (p. 52).
“
Este patrón crea una profunda ironía y una tragedia: la de que-
rer hablar y, al mismo tiempo, evitarlo. Cuando aparentemente
se rompe el circuito del silencio en el momento entrevista, o
cuando la palabra parece convertirse en un instrumento de
reconocimiento y el académico en su conducto, el testimonio
suele ser “recolonizado” y “hurtado”, como escuché decir a
estos sobrevivientes. De esta manera, el “reconocimiento” y,
por supuesto, el “acto de registrarlo” se tornan vagas realidades,
dispositivos ilusorios inventados por el experto para legitimar
155
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
texto. (Castillejo, 2009, p. 57).
156
Formar para la sumisión o para la dignidad
157
.
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
.
procesos también están:
.
la esperanza a partir de la comprensión de la realidad.
158
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159
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
“
escuchar atenta, respetuosamente y sin juicios; favorecer la expre-
sión de las emociones; promover la toma de conciencia —en
forma vivencial— del significado y de los aspectos involucrados
en la reacción de no contención y promover la emergencia de
recursos propios a través del autoconocimiento y del conoci-
“
miento de técnicas específicas de contención. (p. 184).
.
respeto y solidaridad con la persona que está hablando.
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Piero,
Coplas de mi país
162
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“
Los ejes del discurso imperante tienen su correlato en los orde-
namientos curriculares que contemplan la enseñanza del Pasado
Reciente y que los campos discursivos que lo articulan, reafir-
man su clausura y consolidan como una pedagogía de sentido
de la experiencia social, el presente como único futuro. (2010,
“
p. 471).
164
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“
Y por eso podemos afirmar que la historia da contenido a la
ética. […] no se puede hacer ética en la actualidad sin tener en
cuenta el Holocausto o cada una de las barbaridades que hemos
sido capaces de cometer en Somalia, Bosnia, Kosovo, en tantos
“
y tantos lugares del planeta. (Mèlich, 2001, p. 35).
“
Ciertamente, la educación puede convertirse en un instrumento
de paz si integra la memoria de los vencidos, si asume crítica-
mente la historia pasada y vela por la formación integral de la
persona y por la transmisión de valores éticos y civiles. (Citado
“
por Mèlich, 2001, p. 35).
165
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
2. Twa o batwa, antes del genocidio, es una casta tribal, marginada. Pertenece a la
historia ruandesa. Debido a esto es que existe un silencio sobre su proceder y ha
sido invisibilizada.
166
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“
[la constitución de vínculos tensionantes]y a la vez desafiante[s]
entre memoria e historia que articulará[n] el estudio del pasado
reciente que dará paso a discusiones relacionadas con; la obje-
tividad de la investigación histórica vs. la subjetividad de la
memoria; el rol de la memoria colectiva en la constitución de
las identidades colectivas; el desmontaje de discursos sobre el
pasado que realiza la memoria; los presupuestos éticos implícitos
en el trabajo investigativo sobre el pasado cercano y su relación
con las experiencias de tortura y genocidio, así como la reflexión
de sus fundamentos; la relevancia y rol de la memoria frente a
la historia. Disputas, que formarán parte del corpus de estudio
del Pasado Reciente que cobrarán cada vez más fuerza, en tanto
sitúan este objeto investigativo en un contexto político contin-
gente y en un campo discursivo, el de los usos del pasado que se
hará más frecuente por la necesidad de recuperar la experiencia
social que pareciera desvanecerse en contextos de globalización.
“
(Rubio, 2010, p. 72).
169
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Formar para la sumisión o para la dignidad
“
El presente histórico es una categoría temporal de análisis de
la experiencia social que involucra, el recuerdo y su dinamismo
temporal, textual y político social discursivo. [Por eso] un
conflicto asociado al Presente histórico, se refiere a la contem-
poraneidad del historiador ubicado en la inmediatez del tejido
“
social histórico. (p. 474).
171
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
172
Formar para la sumisión o para la dignidad
173
Actividad 4
Escuchar para
tejer conversaciones dignificantes
.
de reflexión en torno a la escucha, la entrevista, entre otros.
.
el proceso de la memoria?
.
emprender procesos de escucha cuidadosos y dignificantes?
175
Preparar preguntas abiertas que guíen la conversa-
ción y la reflexión de los participantes sobre el tema.
176
La escucha responsable
supone cuidar a la persona
afectada
177
La escucha implica el
autocuidado
178
Formar para la sumisión o para la dignidad
Wislawa Szymborska,
Vietnam,
1967
179
Narrativas testimoniales: Poéticas de la alteridad
Este libro es una invitación para que nos posibilite abrir las ven-
tanas, perder el miedo, doblar las esquinas, llorar pelando las cebollas
y así atreverse a mirar en cada una de sus capas las posibilidades de
transformación.
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Este libro se editó a los cuatro meses de que el profesor
Miguel Ángel Beltrán recuperara su libertad.
Mi casa Narrativas
Solo hay una casa
pequeña, primigenia
y queda en una esquina. testimoniales
Allí dentro, reposan todavía
algunos gestos que
recorro minuciosamente.
poéticas de la alteridad
En el segundo piso
está intacto
Jeritza Merchán Díaz, Piedad Ortega Valencia, Clara Castro Sánchez, Lorena Garzón Godoy
el modo de mi padre
de empuñar el martillo.
En el comedor
y la escalera
los pasos en la noche
de mi tío que estaba loco.
Cerca de mi cama
la llave del baúl
que guardaba
los vestidos doblados
de mi hermana.
Y en el vidrio
de la ventana,
los ojos de una niña
con el miedo intacto de salir.
Patricia Ariza,
Hojas de papel volando,
2007