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Amortización financiera.

Es el reembolso gradual de una deuda. La obligación de devolver un préstamo


recibido de un banco es un pasivo, cuyo importe se va reintegrando en varios
pagos diferidos en el tiempo. La parte del capital prestado (o principal) que se
cancela en cada uno de esos pagos es una amortización. Los métodos más
frecuentes para repartir el importe en el tiempo y segregar principal de
intereses son el sistema francés, alemán y el americano. Todos estos métodos
son correctos desde el punto de vista contable y están basados en el concepto
de interés compuesto. Las condiciones pactadas al momento de acordar el
préstamo determinan cuál de los sistemas se utilizará.
 El sistema francés consiste en determinar una cuota fija. Mediante el cálculo
apropiado del interés compuesto se segrega el principal (que será
creciente) de los intereses (decrecientes).
 En el sistema alemán, o sistema de cuota de amortización fija, la
amortización de capital es fija, por lo tanto, los intereses y la cuota total
serán decrecientes. Se caracteriza porque el interés se paga de forma
anticipada en cada anualidad
 El sistema americano establece una sola amortización única al final de la
vida del préstamo. A lo largo de la vida del préstamo solo se pagan
intereses. Al no haber pagos intermedios de capital, los intereses anuales
son fijos. En si son el contrario de la depreciación.
Sistema de Amortización Francés
Es el método que se suele utilizar para los préstamos hipotecarios y su
característica principal es que la cuota, compuesta por capital más intereses,
es siempre la misma durante toda la vida del préstamo. De ahí que se le
denomine método de la "Cuota constante"
Los que tienen hipoteca observarán que cada mes van pagando menor
proporción de intereses y mayor de amortización. Es decir, al principio se
pagan más intereses que en los años siguientes y esto es así por el
mecanismo que vamos a explicar ahora.
El método francés consiste en reintegrar el préstamo mediante la entrega de
cantidades periódicas iguales, es decir, todas las cuotas son iguales y están
compuesta por:
Los intereses, al calcularse sobre el capital pendiente, irán disminuyendo a
medida que transcurran los años, ya que cada año el capital pendiente es
menor.
Los rasgos distintivos del método francés son:
1. Cuota total constante = intereses + amortización de capital
2. Intereses decrecientes, dado que el interés se calcula sobre saldos.
3. Cuota de amortización de capital periódica creciente.
Ejercicios
Preguntas
1. ¿Qué tipo de amortización conviene más para realizar un préstamo?
¿Qué diferencia hay entre estas?
Francés: tomamos un préstamo y vamos pagando cada año las cuotas que
pagan parte del capital y los intereses generados en ese periodo (normalmente
los intereses generados en ese mes). La cuota corresponde a la suma de los
intereses y de lo que se ha amortizado (devolvemos) durante ese periodo.
Americano: Pagamos una cuota todos los meses en la que pagamos los
intereses del capital prestado y aparte pagamos aportaciones a un fondo. Este
fondo va generando intereses que se acumulan para devolver el capital que
hemos tomado, de modo que llegaremos a un momento en el que podamos
pagar el total del dinero prestado. Es decir, el préstamo no se devuelve hasta el
final, mientras tanto lo que hacemos es pagar los intereses y ahorrar para
pagarlo a su vencimiento.
Por lo tanto, ¿cuál es mejor para nosotros cuando pedimos un préstamo?
Podríamos decir que, a mismo tipo de interés, el francés. La diferencia es que
con el préstamo americano todos los años pagamos los intereses generados
por el total del capital que hemos pedido prestado, mientras que con el francés
pagaremos los intereses por el capital que queda por amortizar, de forma que
poco a poco iremos pagando menos intereses.
Por último, se puede argumentar en contra que, si los intereses del fondo que
generamos para amortizar el préstamo americano son muy superiores al del
préstamo, sí podría merecer la pena.
2. ¿Dónde pago la deuda si quiebra el banco? ¿A dónde se va el dinero?
Antes de nada explicar el proceso que lleva a un banco o caja a quebrar
(concretamente presentar un concurso de acreedores), para entender lo poco
probable de esta situación:

Primero debería presentar un balance cuyos fondos propios se reducen de


forma muy importante respecto a su pasivo. Esta situación reflejaría una falta
de recursos para hacer frente a los compromisos del banco o caja; con la
nueva valoración independiente que se ha encargado de los activos bancarios
veremos más de una entidad con pérdidas importantes.

En segundo lugar, la entidad financiera puede intentar captar capital en el


mercado, con una ampliación, colocación de obligaciones convertibles en
acciones o mediante emisión de participaciones preferentes, por ejemplo. En
una situación normal existen bastantes posibilidades de captar dinero privado.
En estos momentos, son casi inexistentes.

Es por ello que lo más probable en estos casos es que el Estado inyecte
dinero, bien en forma de préstamos o entrando directamente en el accionariado
del banco (una nacionalización pura y dura). La otra opción sería dejar quebrar
a la entidad, garantizando 100.000 euros por titular (con el Fondo de Garantía
de Depósitos); dado que el FGD no tiene liquidez suficiente, el Estado debería
hacer frente a esta garantía en primer momento.

Tanto al Gobierno español como a la propia Unión Europea no les interesa en


absoluto dejar caer un banco, que provocaría un efecto en cadena que dañaría
al resto de entidades de la zona euro. Hay un consenso mundial para
evitar quiebras de bancos de cierta relevancia, después de la lección aprendida
con Lehman Brothers.

Una vez dejado claro lo improbable de la quiebra de un banco, vayamos a


ver qué pasaría con nuestra hipoteca. Un préstamo hipotecario es una deuda
que contraemos con una entidad financiera, cuya garantía real de pago es el
bien hipotecado. Sin embargo, no incluye cláusula de dación en pago alguna,
por lo que además del bien inmueble se responde con todo el patrimonio
presente y futuro. Si nuestro acreedor, el banco, quiebra, el proceso es el
siguiente:

El banco presenta un concurso de acreedores; se nombra administradores


concursales que intentan reflotar la entidad financiera si hay viabilidad. Si
consiguen un buen acuerdo con los acreedores del banco (bancos mayoristas
que le dejaron dinero, depositantes, obligacionistas, tenedores de
participaciones preferentes, etc.), con quitas y espera importantes, puede
ocurrir que se corrijan los problemas y, en un periodo determinado, el banco
supere el concurso de acreedores y siga operando de forma normal. En este
caso, la hipoteca la seguiremos pagando al banco sin ningún cambio.

El otro escenario posible es que no se pueda reconducir la entidad y se


proceda a una liquidación ordenada; los bancos nacionales o internacionales
comprarían en banco quebrado, a trozos. Nuestra hipoteca es un activo más
que comprarían los acreedores u otros interesados; por desgracia, no se nos
perdonaría ni un euro. Simplemente dejaríamos de verle dinero al banco
original y se lo deberíamos a otro, con las mismas condiciones de la escritura
firmada en su momento.

Por tanto, quiebre o no quiebre el banco, no nos libraremos de la deuda


hipotecaria. Por ello es innecesario conocer la solvencia de la entidad
financiera a la que pedimos dinero (al contrario que cuando vamos a depositar
nuestros ahorros). En el caso de las hipotecas, lo importante es que sea
barata, independientemente del banco que nos deje el dinero.

3. ¿Qué bancos utilizan el método francés?


 BBVA Banco Continental
 Banco Azteca
 BCP
 Mayoría
4. Diferencias entre tasa de interés activa y pasiva
La tasa de interés pasiva y activa representan dos perspectivas distintas de
cómo se comercializa a través de las instituciones financieras. Más
específicamente, en aquellas cuyo producto es el mismo dinero, como, por
ejemplo, bancos comerciales, financieras, asociaciones de ahorros y
préstamos, cooperativas, etc.
Por lo que, para entender el funcionamiento de la tasa de interés pasiva y
activa, tenemos que partir del principio de que el dinero es un producto y que
como tal, para ser comercializado, se requiere de un ofertante y un
demandante; o de un comprador y un vendedor.
En ese sentido, hablar de tasa de interés pasiva y activa, es hacer alusión a
dos perspectivas, en este caso, las mismas que se ven en la de
un comprador y un vendedor. Al mismo tiempo es necesario entender el
término pasivo y activo.
 Tasa de interés pasiva: representa los compromisos de inversión que
asume por parte de sus clientes. En otras palabras, cada vez que una
persona abre un certificado de depósito, o bien una cuenta de ahorros, o
cualquier otro producto que implique un retorno, se torna en una deuda u
obligación financiera para la institución, a razón de que debe pagar
intereses por el dinero que está adquiriendo, durante un período
determinado.
 Tasa de interés activa: mientras que la tasa de interés activa es lo opuesto
a la pasiva. A razón de que, como definimos, todo activo representa un
bien, tangible o intangible, que se utiliza para obtener algún tipo de
beneficio. Por lo que, cada vez que una institución financiera emite una
deuda a alguien entonces recibe el beneficio de la tasa de interés que tiene
que pagar dicha persona o empresa durante el período del préstamo.

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