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1Abogado por la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay), posgraduado internacional en Dirección Estratégica por la
Universidad de Belgrano (Buenos Aires, Argentina) y masterando en Historia por la Universidade de Passo Fundo (Río
Grande do Sul, Brasil). Actualmente investiga la historia paraguaya, principalmente la segunda mitad del siglo XIX con
énfasis en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) y la historia política de la primera mitad del siglo XX incluyendo la
Guerra del Chaco (1932-1935).
LA INMIGRACIÓN RUSA EN EL PARAGUAY
Antonio López Ynsfrán (1841-1862), sucedido luego por su hijo Francisco Solano López Carrillo (1862-1870)
En este nuevo período se registra una comunicación oficial donde el
presidente, general Bernardino Caballero (1880-1886) saluda al zar Alejandro III
de Rusia informándole de su asunción a la primera magistraturacomo presidente
constitucional “con el particular esmero de cultivar y hacer cada vez más estrechas
las relaciones amistosas que existen entre el Paraguay y ese Imperio.”5
Durante el gobierno del presidente general Juan Bautista Egusquiza (1894-
1898), la Legación del Paraguay en Londres remitió una carta al gobierno imperial
buscando la designación de un cónsul general para su traslado a Asunción. Sin
embargo, este nombramiento demoraría más de una década.6
El primer ruso cuyo importante aporte quedó grabado en la historia
paraguaya-comenta la investigadora Lucía GiovineGramatchicoff-fue el doctor
Rodolfo Ritter7 que llegó al Paraguay en el año 1902: economista, matemático,
abogado y periodista, difundió las modernas concepciones de las ciencias
económicas a través de publicaciones y conferencias.8
5 Carta del general Bernardino Caballero a S.M.I. Alejandro III de fecha 4 de diciembre de 1882. Archivo Diplomático de la
República del Paraguay
6 Carta de la Legación del Paraguay en Londres de fecha 24 de mayo de 1897. Archivo Diplomático de la República del
Paraguay
7 Fundó y dirigió el semanario El Economista Paraguayo de 1908 a 1923 y a sus esfuerzos se debe la creación de la Oficina de
Cambios en 1916, embrión del Banco Central del Paraguay. Ritter fue asesor económico de los gobiernos de los doctores
Eligio Ayala (1924-1928) y José Patricio Guggiari (1928-1932) habiendo sido clave en la llegada de muchos rusos al
Paraguay
8 GIOVINE GRAMATCHICOFF, Lucía E. Aporte de los inmigrantes rusos al desarrollo del Paraguay. Asunción: Ministerio de
Bernardino Caballero desde las revoluciones de 1873 y 1874. Bareiro fue presidente del Paraguay en 1878 muriendo en
1880 y siendo sucedido por Caballero, quien después de terminar dicho período en 1882 se postuló para otro mandato de
cuatro años (1882-1886)
inmigrantes de varios países europeos, e incluso del Japón con la fundación de la
colonia La Colmena a fines de aquel período y antes de la Segunda Guerra
Mundial.10
En 1909 se inician oficialmente las relaciones bilaterales entre el Imperio
Ruso y la República del Paraguay con la acreditación del conde Mauricio Prozar,
primer enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Rusia en Paraguay
“gentilhombre de la Cámara de Su Majestad el Emperador de todas las Rusias”
cuando el Paraguay se hallaba atravesando una profunda crisis política interna por
la disputa entre las dos principales facciones del Partido Liberal –los cívicos y los
radicales-.
El gobierno paraguayo, encabezado entonces por el doctor Emiliano
González Navero (1908-1910) agradeció el nombramiento del ministro Prozar a
través de una nota donde lo acreditaba como tal retribuyendo el gesto “muy
sinceramente formulándolos, a mi vez, por el ilustre monarca que os envía, y por
su grande y poderoso imperio, y podéis contar con toda la cooperación de mi
gobierno en el desempeño de vuestras tareas y con él hará todo esfuerzo por
sostener las relaciones directas hoy inauguradas con vuestra misión.”11
El año 1912 marcaba el inicio de una época de estabilidad política en el
Paraguay con el ascenso de Eduardo Schaerer Vera y Aragón (1912-1916) a la
presidencia. Una de sus primeras medidas en materia exterior, fue buscar el
estrechamiento de las relaciones con el Imperio de Rusia informando al zar Nicolás
II sus buenas intenciones, que servirían para dejar la puerta abierta a los rusos que
cinco años después, en plena Primera Guerra Mundial, vivirían la Revolución Rusa
de 1917 y que cambiaría para siempre la historia del país y en alguna medida,
también la del Paraguay.
En plena guerra mundial, en Rusia el Partido bolchevique dirigido por
Vladímir Lenin, junto con los trabajadores y soldados de Petrogrado, derrocaron al
gobierno provisional, formándose el gobierno del Sovnarkom. Los bolcheviques se
nombraron a sí mismos líderes de varios ministerios del gobierno y tomaron el
control del campo, creando la checa, organización de inteligencia política y militar
para aplastar cualquier tipo de disidencia. Para poner fin a la participación de
10KASAMATSU, Emi. La presencia japonesa en el Paraguay. Asunción: Universidad Católica, 1997.
11 Del doctor Manuel Gondra (?), ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay al conde Mauricio Prozar, enviado
extraordinario y ministro plenipotenciario de Rusia en Paraguay de fecha 14 de (agosto?) de 1909. Número 529 (con firma
de copia conforme del oficial mayor de relaciones exteriores). Archivo Diplomático de la República del Paraguay.
Rusia en la Primera Guerra Mundial, los líderes firmaron el Tratado de Brest-
Litovsk con Alemania en marzo de 1918.
Estalló una guerra civil en Rusia entre los “rojos” bolcheviques y los
“blancos” antibolcheviques, que contó con el apoyo de las grandes potencias. El
período conocido como terror rojo que sucedió a la derrota de los blancos impulsó
el famoso éxodo ruso o emigración blanca, que incluía además a ex oficiales del
Ejército Imperial del Zar Nicolás II y otros grupos que terminarían recalando en el
Paraguay.
La guerra civil fue vencida por los comunistas esencialmente en el año
1920. En marzo, el ejército blanco de Anton Denikin prácticamente estaba
deshecho. En agosto, los rusos rojos fueron derrotados por el ejército polaco cerca
de Varsovia, que hizo concesiones razonables, permitiendo que los polacos
satisfechos se retirasen de la guerra. En noviembre de ese mismo año, el ejército
rojo capturó el puerto de Sebastopol, en el sur, pero sólo en el año 1922 fue
reintegrado el puerto de Vladivostok en el extremo este, sellando la suerte de los
disidentes que no tuvieron otra alternativa de doblegarse al nuevo orden
imperante, emigrar a cualquier parte o bien, sufrir las consecuencias de ser
opositores en medio de uno de los regímenes más totalitarios de la historia
moderna.12
12 BLAINEY, Geoffrey. Uma breve história do século XX. Sao Paulo: Fundamento, 2009 p. 82
ministro de Relaciones Exteriores, doctor Eusebio Ayala y el de Hacienda, doctor
Eligio Ayala, quien regresaba de una prolongada estadía por Europa. Este grupo,
que representaba a su vez la elite política e intelectual paraguaya, sería conocido
como los sako pukú.13
La llegada del primer contingente de menonitas fue proyectado
minuciosamente, habiéndole antecedido una expedición en 1919 encabezada por
el noruego Fred Engen que partiendo desde Puerto Pinasco en la ribera occidental
del río Paraguay debía penetrar el Chaco en dirección Oeste a fin de buscar tierras
aptas para el asentamiento de los menonitas. En su informe, Engen escribía al
general retirado estadounidense Samuel Mc Roberts (1868-1947), representante
de la Iglesia Mennonita “I have found the promised land” (he hallado la tierra
prometida).14
Con el visto bueno de los colonos y la aprobación del gobierno paraguayo,
que de esta manera buscaba continuar su plan de ocupación civil del territorio
chaqueño, en disputa con Bolivia, se promulgó la Ley 514/21, conocida como la
“Ley de los menonitas”, después de una reunión que el mismo general Mc Roberts
mantuvo en Asunción con el presidente Gondra y el doctor Eusebio Ayala,
involucrando además a la Iglesia Católica y a la empresa de Carlos Casado,
sentándose las bases para la colonización menonita, que los periódicos de la capital
paraguaya daban por hecho.15
Durante el año 1921 llegaron al Paraguay los siguientes inmigrantes, que
clasificados por nacionalidades son: paraguayos (repatriados) 6, argentinos 9,
italianos 7, españoles 5, franceses 6, inglés 1, alemanes 369, austriacos 2, alsaciano
l, belgas 6, suizos 130, norteamericanos 5, finlandeses 4, dinamarqueses 1,
checoslovaco 1, escocés 1 y rusos 7. Total: 557.16
Los menonitas no vendrían sino algunos años después, pues durante los
años 1922-1923 el Paraguay sufría la última revolución de la Era Liberal
enfrentando a los sako pukú (liderados por Gondra) y los sako mbyky (liderados
por el ex presidente Schaerer), lo que retrasó la venida de nuevos inmigrantes,
13 Sako pukú = sacos largos. Hace alusión al tipo de sacos de moda en los Estados Unidos y Europa que fueron introducidos al
Paraguay y puestos a la moda por estos líderes, y que rápidamente encontrarían resistencia interna por la facción de los
sako mbyky (sacos cortos) que representaban al sector más tradicionalista y local
14 REDEKOP, Calvin; KRAHN, Victor & STEINER, Samuel J. Anabaptist / Mennonite faith and economics. Lanham: University
16 Memoria del Ministerio de Hacienda correspondiente al año fiscal de 192. Asunción: Imprenta Nacional, 1922. pp. 21-24
principalmente la esperada menonita. Esta corriente migratoria, que como dijimos
no guarda relación con la de los rusos blancos, debe ser mencionada por la
importancia histórica del establecimiento de los menonitas en el Chaco, que es
tratada por Walter Quiring (1893-1983) en su libro “Alemanes de Rusia buscan
una patria”.17
Retomando el hilo a la inmigración de rusos blancos, una vez finalizado el
enfrentamiento entre las facciones con la victoria del sector gubernista –los sako
pukú- durante la presidencia del doctor Eligio Ayala llegaba a Asunción, el 8 de
marzo de 1924, el ex General de la Armada Imperial Rusa, Ivan Timofeievich
Belaieff, más conocido como Juan Belaieff. Apenas arribado fue contratado como
profesor de fortificaciones en la Escuela Militar de Asunción y desde ahí se
relacionó rápidamente con las autoridades paraguayas, a quienes les solicitó
autorización para invitar a sus compatriotas que no encontraban ubicación, a fin
de radicarse en el Paraguay.18
El gobierno paraguayo le autorizó a invitar a una docena de técnicos rusos
para trabajar en el Ministerio de Guerra y Marina, en tiempos que las fuerzas
armadas paraguayas se hallaban preparando la defensa del Chaco ante una
inminente guerra con Bolivia. Así llegaron el ex general Nicolás Ern, los Ingenieros
Boris Makovsky, Jorge Shmagailoff, Alejandro Piatnisky, Eugenio Avramenko, el
técnico en electricidad Wadin Sakharoff, el médico militar Eugenio Tímchenko, los
artilleros Igor y León Orangerieff y el ex capitán de fragata Jason Tumanoff,
incorporados al ejército y la armada paraguaya en calidad de técnicos desde mayo
de 1925.19
En diciembre de ese mismo año llegaba, especialmente invitado por el
gobierno paraguayo el ex profesor de la Academia de Ingenieros de San
Petersburgo, ingeniero Sergio Bobrovsky con la misión de organizar el
Departamento Nacional de Obras Públicas. Bobrovsky lideró el grupo de técnicos
rusos que en 1926 formaron la "Unión de Técnicos Rusos en el Paraguay", con fines
científicos, pero también con la intención de ayudar a sus colegas de ultramar e
invitarlos a radicarse en el Paraguay.20
17 QUIRING, Walter. Russlanddeutsche suchen eine Heimat: die deutsche Einwanderung in den paraguayischen Chaco.
Karlsruhe: H. Schneider, 1938
18 GIOVINE GRAMATCHICOFF, Lucía E. Aporte de los inmigrantes rusos al desarrollo del Paraguay. Op. Cit. p. 1
19 Id. Ibid. p. 2
20 Loc. Cit.
Así fueron llegando los ingenieros Alejo Kachirsky, Alejandro Bohomolez,
Boris Vorobieff, Bladimiro Baschmakoff, el ingeniero y arquitecto Juan Isakov, el
topógrafo agrimensor Vitali Yakubovsky, el constructor Nicolás Ugodsky y otros,
que definieron la política vial del Paraguay con la realización de trazados y la
proyección de puentes para los principales caminos introduciendo la técnica del
hormigón armado, que lo aplicaron por primera vez en la construcción del puente
sobre el Arroyo Ytaí, en el camino que une Asunción con Luque.
El gobierno del presidente Eligio Ayala se ocupó de preparar técnicos
nacionales que fueron asignados a las obras para acompañar a los rusos, y fue así
que los ingenieros Alejandro Bibolini y Juan Nacimiento colaboraron en la
preparación de un plan de estudios para la creación de la Facultad de Ciencias
Físicas y Matemáticas. También colaboraron en la elaboración de dicho plan de
estudios el ingeniero Alejandro Piatnisky, el técnico en electricidad Wadin
Sakharoff y el topógrafo agrimensor Vitali Yakubovsky.21
El 10 de marzo de 1926 se fundó la Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas, de la Universidad Nacional de Asunción, siendo el primer Decano el
ingeniero Sergio Bobrovsky. Entre la nómina de profesores del primer curso,
además de él figuraban los ingenieros Jorge Shmagailoff y Jorge Fisher. Más
adelante fueron invitados desde Europa para venir a enseñar en la Facultad, el
doctor matemático Sergio Sispanov, el ingeniero de minas Sergio Conradi, el
ingeniero Nicolás Krivoschein y el ingeniero arquitecto Nicolás Snarsky.22
El doctor Eligio Ayala, antes de dejar el gobierno, tuvo la satisfacción de ser
testigo de la llegada de los menonitas al Paraguay, a quienes recibió en la rada de
Asunción hablándoles en perfecto alemán. El primer contingente compuesto por
los emigrados de Rusia a Canadá en 1877 llegó a Asunción en 1926 y los primeros
menonitas de Rusia llegaron en 1927.
Todos ellos sin embargo, serían destinados a las tierras del Chaco. La
emigración de menonitas de la Unión Soviética a Alemania seguía, y a la par, los
contactos para traerlos al Paraguay. Otros contingentes menonitas prófugos de
Rusia y recogidos en China llegan al Paraguay fundando la colonia Fernheim.
Por su parte, “los inmigrantes rusos que ya estaban instalados y trabajando
21 Id. Ibid. p. 3
22 Loc. Cit.
en el Paraguay necesitaban de su cultura y de su religión” por lo que trabajaron
para crear la Iglesia Ortodoxa Rusa en Asunción, consagrada en octubre de 1928,
ya bajo la presidencia del doctor José Patricio Guggiari.
Referente a los refugiados menonitas de la Unión Soviética, el diario alemán
de Buenos Aires, el Plata Post, publicaba en 1930 un artículo que decía que
“además de los menonitas, hay en Paraguay y Argentina otros alemanes; y que se
les da un buen recibimiento a los menonitas que llegan de Rusia, al cual asisten el
presidente y otras importantes autoridades del país; el embajador de Alemania
von Büllow y destacados miembros de la comunidad germana en la capital de la
república paraguaya.”23
El general Belaieff seguía invitando a más oficiales rusos que eran
incorporados a las fuerzas armadas paraguayas, como el caso de Alejandro Von
Eckstein, natural de Kerch (Crimea), quien luego del asesinato de su padre, el
ingeniero Jorge Friedrich Von Eckstein, pasó de Helsinski a Reval, después a Praga,
en 1927 a Bélgica, al año siguiente a Francia, en 1930 al Uruguay y finalmente al
Paraguay.24
La primera inmigración de rusos blancos al Paraguay (1924-1930) por
tanto coincide con la llegada de los menonitas al Chaco. Mientras éstos se hallaban
exentos de cumplir con el enrolamiento por motivos religiosos, aquellos no sólo se
alistaban voluntariamente, sino que muchos vinieron a sabiendas de la inminencia
del conflicto con Bolivia, conocido como la Guerra del Chaco (1932-1935).
Debido al tipo de registro migratorio caracterizado por los pasaportes
colectivos, no existe una estadística exacta de la nacionalidad de los inmigrantes
rusos (por nacimiento), puesto que muchos de ellos se hallaban incluidos en los
contingentes menonitas y con mucha frecuencia mimetizadoscon polacos,
ucranianos, otros grupos eslavos, bálticos e incluso de origen judío.
23 HERNÁNDEZ MEDINA, Juan José. Los menonitas germanoparlantes en Paraguay: su lengua, literatura y forma de vida.
Almería: Universidad de Almería, 2004 p. 18
24 VON ECKSTEIN, Alejandro. Pitiantuta: Petróleo vs. Patria Potestad. Asunción: Imprenta de las FFAA, 1986
retaguardia, trabajando incansablemente en los Arsenales de Guerra y Marina, así
como en la Sanidad Militar en Asunción. Varios oficiales rusos comandaron
grandes unidades militares, como el mayor Nicolás Hodoley, comandante del R.I. 8
“Piribebuy”; el mayor Leónidas Lesch, comandante del R.I. 12 “Rubio Ñu”; el mayor
Sergio Kern, comandante del R.I. 16 “Mariscal López”; el mayor Nicolás Chircoff,
comandante del regimiento de infantería “Batallón 40”; el mayor Jorge Butlerov,
comandante del R.C. 4 “Acá Carayá”; mayor Nicolás Korsakoff, organizador y
comandante del R.C. 9 “Capitán Bado”.25
El primer oficial ruso que murió en la Guerra del Chaco, fue un cosaco de la
región del río Don, el capitán Vasili Oréfiev-Serebriakov. Comandó un batallón
durante el asalto de Boquerón, donde se desarrollaron los principales combates al
inicio de la Guerra del Chaco. El capitán ruso llevó a los soldados paraguayos al
ataque exclamando: “¡Adelante, a Boquerón! ¡Viva el Paraguay!”.
Oréfiev-Serebriakov cayó en el ataque cuando faltaban solo unos metros
hasta la primera línea de defensa. Los soldados sacaron a su comandante herido de
muerte del campo de batalla. Sus últimas palabras fueron: “He cumplido la orden.
¡Lindo día para morir!”. Después de su muerte, le concedieron el Grado de Mayor
(HC) del Ejército Nacional. En su honor, un puesto militar recibió su nombre:
Fortín Serebriakoff (transliteración local del apellido Serebriakov, tal como se ve
en los demás casos, Vgr. Korsakov en Korsakoff, etc.).26
El capitán Boris Kasiánovse ganó el aprecio y respeto de todos sus
subordinados y camaradas, al punto que le pusieron el cariñoso apodo de: “nene”.
Uno de sus suboficiales incluso escribió que “estaban dispuestos a seguir a su
comandante ruso hasta a “la boca del diablo”. Su escuadrón tuvo que enfrentarse a
fuerzas bolivianas superiores. Los soldados paraguayos recordaronque el capitán
ruso había cubierto con su cuerpo la enorme ametralladora del enemigo. El
informe oficial decía que “el capitán Kasiánov murió como un héroe, haciendo
callar la ametralladora del enemigo a costa de su propia vida”.27
Pero aún muerto, Kasiánov escribió otra página en la historia. Desde su
época de estudiante en Moscú, Kasiánov trabó una gran amistad con Nikolái
Yemeliánov. Cuando empezó la Primera Guerra Mundial los dos se alistaron como
25 PARAGUAY EN LA VISIÓN DE DOS SIGLOS (1811-2011). Asunción: Mercurio, 2012 pp. 703-704
26 ALEXANDRÓVA, María. Los rusos, héroes de Paraguay. Revista Digital Russia Beyond, edición del 25 de enero de 2017
27 Loc. Cit.
voluntarios en el ejército, hicieron un curso exprés en la escuela militar de
caballería y se marcharon directamente al frente. Después llegó la Revolución, la
Guerra Civil, y los amigos perdieron el contacto.28
Borís Kasiánov se fue a Paraguay invitado por el general Beliáev, mientras
que Nikolái logró establecerse en París, encontró trabajo en un banco y más tarde
abrió su propia oficina jurídica. Cuando se enteró, a través de un periódico de
inmigrantes, que en el lejano Paraguay murió su amigo Borís, cerró su negocio en
París y viajó a Paraguay para sustituir a su amigo caído.El Ministro de Asuntos
Exteriores de Paraguay llamó entonces a Yemeliánov “el romántico caballero de
Rusia, movido por la gran fuerza del espíritu, el anhelo de justicia y el sentimiento
del deber ante su compañero caído”. El capitán ruso se puso al frente de un
escuadrón de 50 combatientes. Tras ser herido, tuvo que retirarse del campo de
batalla.29
No existe manera de condensar en un artículo como éste la cantidad de
historias y anécdotas de los numerosos oficiales rusos que entregaron su vida en
defensa de los intereses de su patria adoptiva: el Paraguay. Grande es el respeto y
la admiración que hasta hoy día inspiran sus historias de vida, lejos de su nación,
en medio de dificultades de todo tipo, debiendo aprender nuevos idiomas,
adaptarse a la cultura local, un clima totalmente distinto, etc.
En plena Guerra del Chaco, el nuevo presidente doctor Eusebio Ayala
trabajaba incansablemente en la dirección general de la guerra, atendiendo las
cuestiones militares con el comandante José Félix Estigarribia, así como los
aspectos diplomáticos, a los que prestaba especial cuidado, dada su condición de
hombre de paz. Por ello, durante la contienda no desatendió los asuntos internos
mirando la proyección del país a futuro, priorizando la educación pública, la
producción agrícola a fin de mantener el suministro tanto en el frente como en la
retaguardia, y finalmente, los planes a largo plazo que incluían, siguiendo las
políticas de estado trazadas de antemano, la inmigración extranjera.
Al tiempo que negociaba la llegada de los primeros colonos japoneses al
Paraguay, otorgaba amplios poderes al general Juan Belaieff para organizar una
inmigración masiva de rusos blancos al Paraguay. Belaieff creó en Francia el
28 Loc. Cit.
29 Id. Ibid.
“Centro Colonizador para la Organización de la Emigración al Paraguay” con un
órgano de difusión quincenal denominado Le Paraguay. En abril de 1934 el centro
envió desde Marsella el primer contingente compuesto por 210 emigrantes rusos
blancos, cosacos originarios del río Don. Al llegar a Buenos Aires, la Legación
Paraguaya les otorgó una visa con un pasaporte colectivo eximiéndoles del pago de
los derechos consulares vigentes.30
El gobierno paraguayo además entregó para las colonias rusas un gran
territorio cercano al alto Paraná, no lejos de la ciudad de Encarnación para
dedicarse a actividades agropecuarias. A su arribo, el delegado civil de la ciudad
expresó en nombre del Paraguay el “aporte al vigorizamiento económico de la
Nación y a su progreso general”, siendo un “ejemplo digno de figurar entre las
mejores obras de paz y de civilización, el que ofrece nuestro país en pleno estado
de guerra.”31
Los inmigrantes rusos blancos en Asunción tenían incluso un grupo de
teatro que preparaba obras y representaban en sus reuniones sociales, así como
una escuelita que funcionaba en la Iglesia que estaba a cargo de la señora Anna
Kuskova, con el fin de enseñar a sus niños a leer y escribir en ruso
transmitiéndoles valores de la cultura rusa. Existía una comisión de Damas Rusas
que se encargaba de los ornamentos de la Iglesia y del arreglo para las ceremonias.
Formaron una biblioteca rusa y poco más tarde la sociedad de socorros mutuos
llamada Unión Rusa.32
En el transcurso de 1934 y del siguiente seguirían llegando nuevos
contingentes de inmigrantes rusos no menonitas que se dedicaron casi
exclusivamente a actividades agrícolas y que sentaron raíces en el país, como los
casos de los Andreieff, Artemenko, Fleischer, Lobanov, Krivarottoff, Milovidoff,
Rapp, entre muchos otros.33
Geschichtsverein, 1988
37Entendiéndose por tales los que étnica y culturalmente se sentían pertenecientes a la nación rusa, independientemente a
su ideología política
suizos), que sumados alcanzaron en número 7.085 inmigrantes.38
Los matrimonios entre familias de origen eslavo fueron muy comunes en el
Paraguay, incluso más que con la población local, en un principio. Ucranianos
nacidos bajo el dominio polaco que migraron juntamente con rusos que habitaban
Ucrania como los Ucronicz-Zablosky, o con los Ucronicz-Krauchuk, establecidos en
el sur del Paraguay en Coronel Bogado, Fram, Capitán Miranda, Carmen del Paraná,
entre otras localidades. La gran influencia cultural de las familias eslavas en Itapúa
llegó al punto de crearse una variable de la bebida refrescante con yerba mate de
preferencia en el Paraguay –el tereré- que consumido con jugo de frutas en vez de
agua se denomina “tereré ruso”.
Además de la ciencia, la economía, la agricultura y la defensa nacional, la
comunidad rusa también realizó importantes aportes culturales como el caso de la
princesa Nadine Tumanoff, que enseñó canto lírico y formó los primeros cantantes
en el Ateneo Paraguayo y después en su propia “Academia de Canto Lírico” en
Asunción. Las cantantes líricas Virginia Staritskaia, Svetlana Evreinoff; en danza
clásica la recordada Tala Ern de Terivoff que creó la primera “Academia de Danza
Clásica” y fundadora del “Ballet Clásico Municipal” de Asunción, así como Agripina
Voitenko, quien también creó su “Escuela de Danza Clásica.”39
El 12 de abril de 1988, un grupo de rusos y descendientes fundaron la
Asociación de Rusos y sus Descendientes en el Paraguay (ARYDEP) con el fin de
mantener las tradiciones culturales y religiosas, promover la enseñanza del idioma
ruso; honrar la memoria de los rusos que se radicaron en el país, especialmente de
aquellos que participaron en la defensa del Chaco paraguayo, y de los que
promovieron el desarrollo de la cultura, la educación, la ciencia, la técnica o
cualquier otro campo, cuyos aportes hayan contribuido al progreso y bienestar de
la nueva patria.40
El año 1989 vino aparejado de cambios en todo el mundo. En Paraguay, el
largo régimen dictatorial del general Alfredo Stroessner (1954-1989)41 que había
criminal nazi conocido como “el ángel de la muerte”. La resolución de la Corte Suprema de Justicia llevaba la firma del ex
presidente del Paraguay por el Partido Colorado doctor Juan Manuel Frutos, entonces presidente de la Corte, y los miembros
Hermán Sosa y Eugenio Jiménez Núñez. Entre los testigos aparecen el alemán Wemer Jung y el ruso blanco Alejandro Von
Eckstein. Esto no es novedad, ya que algunos rusos blancos ayudaron y mantuvieron relación con refugiados nazis en la
región.
recibido y protegido a criminales nazis, llegaba a su fin en febrero, y a finales de
aquel año caía el muro de Berlín, dando término a una división que no sólo se había
mantenido en Alemania, sino en Europa y todo el mundo.42
En la Unión Soviética, la caída del Bloque del Este incrementó la presión
sobre el presidente Mijaíl Gorbachov para implementar la democracia aumentando
la autonomía de las integrantes de la URSS, sumidas en una crisis económica
generalizada. El 8 de diciembre de 1991 se firmó en secreto el Tratado de
Belavezha que disolvía la Unión Soviética, y de existir oficialmente el 25 de
diciembre de 1991 para ser reemplazada por la Comunidad de Estados
Independientes.
Los cambios registrados en Paraguay y en la ex Unión Soviética permitieron
el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países. En 1993 la
Embajada de Rusia en Argentina a cargo de Yan Anastásievich Burliay pasó a
atender a Paraguay y en los años siguientes, otros tres embajadores rusos
siguieron haciéndolo en forma simultánea desde Buenos Aires, hasta que en el año
2009, por primera vez desde el cese de las relaciones bilaterales paraguayo-rusas,
fue nombrado Igor Igorevich Ezhov como Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario de la Federación Rusa en la República del Paraguay. Actualmente,
tanto en Moscú como en Asunción funcionan normalmente las embajadas de
Paraguay y Rusia, respectivamente.43
Más de una docena de calles en Asunción, capital de la República del
Paraguay, están consagradas a rusos blancos que colaboraron con el desarrollo
material del país y la defensa del Chaco en la guerra que el Paraguay libró con
Bolivia de 1932 a 1935 por la posesión de aquel vasto territorio que hoy constituye
el 60% de su geografía. Nombres castellanizados como los de Basilio Malutín,
Sergio Salaskín o Jorge Butlerov suenan muy familiares a los paraguayos, mientras
que cientos de otros apellidos rusos hoy día pertenecen a ciudadanos paraguayos
que llevan la sangre de aquellos emigrados, por distintas razones pero
principalmente políticas, desde Rusia al corazón del continente sudamericano.
42 LLANO, Mariano. Hitler & los nazis en Paraguay. 2da. Edición. Asunción: Inventario, 2011.
43 Sitios web oficiales de las embajadas de Rusia y Paraguay en Asunción y Moscú, respectivamente.
BIBLIOGRAFÍA