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Pero no es un Dios
bueno, es un Dios de muerte. Y no me refiero al Dios de los musulmanes, que evidentemente es
un Dios bueno, como todos los dioses. Me refiero a la interpretación malvada de un Dios
perverso que hace el yihadismo
que usa a Dios como munición para dominar los cerebros y conquistar las almas, y que
practica un auténtico oxímoron, el de conciliar a Dios con el nihilismo más destructivo (...), para
estos gurús totalitarios (...) el Corán no se interpreta. El Corán es rígido e inamovible. El hombre
es superior a la mujer. El cruzado, el judío y todos los infieles deben ser sometidos. El islam ha
de regir las leyes civiles. El islam ha de dominar la tierra. Debe hacerlo con la yihad, tanto si es
la yihad de la palabra, como si es la yihad de la espada, como ambas. Quien no piensa así y es
musulmán es blasfemo".
on justamente quienes hablan de blasfemia, anatema y odio los que más odian el islam, por
mucho que digan defenderlo. Lo odian cuando esclavizan a sus mujeres. Lo odian cuando
violentan los cerebros de sus jóvenes. Lo odian cuando fanatizan, reprimen, enseñan a odiar y,
a lo largo de un camino sin salida, envían a miles de personas a la muerte"