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ORIGEN:
La Bioética es un neologismo acuñado por el oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter (1911-
2002), el mismo que dedicó toda su vida a la investigación del cáncer y al cultivo del humanismo,
mediante la exaltación de los valores éticos. El término Bioética, de origen griego, alude a dos
magnitudes de notable significación bios = vida y ethos = ética. Su significado etimológico sería
entonces ética de la vida. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE), la
Bioética se define como “disciplina científica que estudia los aspectos éticos de la medicina y la biología
en general, así como las relaciones del hombre con los restantes seres vivientes”.
En 1971 Potter publicó un libro llamado “Bioética: un puente hacia el futuro” en el cual desarrolla la
tesis de que – existen dos culturas que parece que no son capaces de comunicarse, la científica y la
humanística – Si aceptamos que esta incomunicación es una de las razones que gravitan sobre el futuro
de la humanidad; posiblemente estableciendo un puente entre esas dos culturas, construiríamos un
puente hacia el futuro.
DEFINICIÓN
La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer
los principios para la conducta más apropiada del
ser humano respecto a la vida, tanto de la vida
humana como de la vida no humana (animal y
vegetal), así como al ambiente en el que pueden
darse condiciones aceptables para la misma.
En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al ámbito médico,
sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de
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esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.
Se han formulado una serie de definiciones respecto a la disciplina de la Bioética, siendo una de ellas la
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adoptada por la Unidad Regional de Bioética de la OPS, con sede en Santiago de Chile y que, modificada
por el S. J. Alfonso Llano Escobar en una revista de la especialidad, define a la Bioética como «el uso
creativo del diálogo inter y transdisciplinar entre ciencias de la vida y valores humanos para formular,
articular y, en la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas planteados por la investigación
y la intervención sobre la vida, el medio ambiente y el planeta Tierra». Sin embargo, cabe destacar, que
ya en 1978, el Kennedy Institute de la Universidad jesuita de Georgetown en Estados Unidos, había
publicado la primera Enciclopedia de Bioética en cuatro volúmenes, dirigida por Warren Reich, un
teólogo católico, donde se define a la Bioética como el "estudio sistemático de la conducta humana en
el área de las ciencias de la vida y la salud, examinado a la luz de los valores y principios morales".
DEFINICIÓN Y DOMINIOS
La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones entre biología,
nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la "biopolítica"), derecho, filosofía,
sociología, antropología, teología, etc. Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la
aplicación de la ética en temas biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo
relacionado con los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan
que la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o dañar organismos capaces
de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no sólo hay que considerar lo que afecta a los seres
vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla
la vida, por lo que también se relaciona con la ecología.
El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a sus derechos
inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.
Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta se tenga
condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el ser humano.
La bioética es con frecuencia asunto de discusión política, lo que genera crudos enfrentamientos entre
aquellos que defienden el progreso tecnológico en forma incondicionada y aquellos que consideran que
la tecnología no es un fin en sí, sino que debe estar al servicio de las personas y bajo el control de
criterios éticos; o entre quienes defienden los derechos para algunos animales y quienes no consideran
tales derechos como algo regulable por la ley; o entre quienes están a favor o en contra del aborto o la
eutanasia.
Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, cuando
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el mundo se escandalizó tras el descubrimiento de los experimentos médicos llevados a cabo por los
facultativos del régimen hitleriano sobre los prisioneros en los campos de concentración. Esta situación,
a la que se suma el dilema planteado por el invento de la fístula para diálisis renal de Scribner (Seattle,
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1960), las prácticas del Hospital Judío de Enfermedades Crónicas (Brooklyn, 1963) o la Escuela de
Willowbrook (Nueva York, 1963), van configurando un panorama donde se hace necesaria la
regulación, o al menos, la declaración de principios a favor de las víctimas de estos experimentos. Ello
determina la publicación de diversas declaraciones y documentos bioéticos a nivel mundial.
CARACTERISTICAS DE LA BIOETICA:
Tradicionalmente La profesión médica, como las otras profesiones, ha regido su praxis ciñéndose a lo
prescrito por los códigos deontológico (obligaciones = lo que debe ser); pero en la actualidad las ciencias
de la vida han recibido el impacto de los progresos vertiginosos de la ciencia y la tecnología en los
confines de la vida, de las técnicas de reproducción asistida y la ingeniería genética, para no citar más
que algunos y del daño que hace el hombre al ecosistema, todo lo cual ha planteado problemas éticos
inimaginables para los profesionales de hace medio siglo; por esta razón y porque el mundo actual es
esencialmente pluralista, se ha impuesto la Bioética que ofrece métodos de resolución a través del
análisis multidisciplinario. Para ello se proponen los siguientes requisitos básicos:
Principio de autonomía
La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia de presiones.
El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma, excepto cuando
se dan situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o presenten una autonomía disminuida
(personas en estado vegetativo o con daño cerebral, etc.), en cuyo caso será necesario justificar por qué
no existe autonomía o por qué esta se encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento
informado es la máxima expresión de este principio de autonomía, constituyendo un derecho del
paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde
el punto de vista ético y suponen que el objetivo del médico es respetar esta autonomía porque se trata
de la salud del paciente.
Principio de beneficencia
Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo
prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del paciente pero sin tener en cuenta la opinión de
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éste. Supone que el médico posee una formación y conocimientos de los que el paciente carece, por lo
que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente para éste. Es decir "todo para el paciente pero
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sin contar con él".
Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del paciente, primer
involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de conocimientos
médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de médicos y de pacientes pueden discrepar
respecto a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es difícil defender la primacía de este principio,
pues si se toman decisiones médicas desde éste, se dejan de lado otros principios válidos como la
autonomía o la justicia.
Principio de no maleficencia
Abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daño o perjudicar a otros. Es un
imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en todos los sectores de la vida
humana. En medicina, sin embargo, este principio debe encontrar una interpretación adecuada pues a
veces las actuaciones médicas dañan para obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no
perjudicar innecesariamente a otros. El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia,
para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio.
Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una formación teórica y
práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio profesional, investigar sobre
tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes con objeto de que sean
menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina
defensiva y, con ello, la multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios.
Principio de justicia
Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad
(ideológica, social, cultural, económica, etc.). En nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la
igualdad entre todos los hombres es sólo una aspiración, se pretende que todos sean menos desiguales,
por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales para disminuir
las situaciones de desigualdad.
El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes para la
distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad económica, esfuerzo
personal, etc.).
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Las políticas públicas se diseñan de acuerdo con ciertos principios materiales de justicia. En España,
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por ejemplo, la asistencia sanitaria es teóricamente universal y gratuita y está, por tanto, basada en el
principio de la necesidad. En cambio, en Estados Unidos la mayor parte de la asistencia sanitaria de la
población está basada en los seguros individuales contratados con compañías privadas de asistencia
médica.
Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar qué igualdades o desigualdades se
van a tener en cuenta para determinar el tratamiento que se va a dar a cada uno. El enfermo espera que
el médico haga todo lo posible en beneficio de su salud. Pero también debe saber que las actuaciones
médicas están limitadas por una situación impuesta al médico, como intereses legítimos de terceros.
IMPORTANCIA DE LA BIOÉTICA:
La bioética ha promovido la creación de los derechos y deberes del paciente, que se observan en los
seguros médicos, donde se plantea un trato horizontal entre médico y paciente. Esta rama de la ética
impulsa los principios para la conducta correcta del individuo respecto a la vida, tanto de los hombres,
como en animales, vegetales y el medio ambiente.
El origen etimológico de bioética proviene del bios-ethos, que se traduce como ética de la vida. El autor
del término es el oncólogo Van Rensselaer Potter, quien utilizó esta nueva disciplina para unir dos
mundos: el de los hechos y la ciencia con el de los valores y la ética. Una ética global que incluye al
hombre, animal y medio ambiente.
La bioética en un sentido más amplio se diferencia de la ética médica, porque no sólo se limita al campo
médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general. Una
definición adoptada por la Unidad Regional de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud
con sede en Chile y modificada por Alfonso Llano Escobar señala lo siguiente:
“El uso creativo del diálogo inter y transdisciplinar entre ciencias de la vida y valores humanos tiene la
finalidad de formular, articular y, en la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas
planteados por la investigación y la intervención, sobre la vida, el medio ambiente y el planeta Tierra”.
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DEONTOLOGÍA 7
La deontología o teoría deontológica se puede considerar como una teoría ética que se ocupa
de regular los deberes, traduciéndolos en preceptos, normas morales y reglas de conducta,
dejando fuera de su ámbito específico de interés otros aspectos de la moral. El término
deontología fue acuñado por primera vez por Jeremy Bentham, que la define como la rama del
arte y de la ciencia cuyo objeto consiste en hacer en cada ocasión lo que es recto y apropiado.
Cuando esta teoría se aplica al estricto campo profesional hablamos de deontología profesional
y es ella, en consecuencia, la que determina los deberes que son mínimamente exigibles a los
profesionales en el desempeño de su actividad. Estos deberes, es habitual que se plasmen en
códigos, códigos de ética que rigen la actuación de los representantes de la profesión
(colegiados) con el fin de que a través del buen hacer se obtengan resultados deseables. Cuando
se habla de deontología profesional se entiende por tal los criterios compartidos por el colectivo
profesional convertidos en un texto normativo, un código deontológico. La deontología
profesional es por tanto una ética aplicada, aprobada y aceptada por el colectivo profesional, lo
que entraña un código de conducta, una tipificación de infracciones, un sistema de recepción
y análisis de consultas, propuestas o quejas, un procedimiento de enjuiciamiento, y finalmente,
si procede aplicarlo, un sistema de sanciones. Todo ello ha de tener un respaldo legal y un
sistema de garantías que incluye varios niveles de recurso que alcanzan la justicia contenciosa-
administrativa ordinaria al final
Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales más o menos rigurosos que
permitan exigirle responsabilidades de muy diversa índole en relación con sus actos, de ahí la
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Para que se pueda pedir responsabilidad por actuaciones profesionales se precisan dos
requisitos: la independencia y la libertad. El profesional debe ser independiente en el momento
de tomar decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas.
En un sentido vulgar se habla de deontología en referencia al buen hacer que produce resultados
deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un buen profesional es alguien que, en
primer lugar, posee una destreza técnica que le permite, en condiciones normales, realizar su
tarea con un aceptable nivel de competencia y calidad. Las reglas del buen hacer –perfectum
officium, acción llevada a cabo conforme a los imperativos de la razón instrumental–
constituyen, sin duda, deberes profesionales. Y esto no es en modo alguno ajeno al orden
general del deber ético. Aún más: las obligaciones éticas comunes para cualquier persona son,
además, obligaciones profesionales para muchos
La conciencia profesional
La conciencia humana es individual, pero tiene varias dimensiones: la conciencia reflexiva
(porque es consciente de sí misma) y la conciencia ética, que añade a la conciencia individual
la condición de ser, además, una conciencia responsable. Es decir, que con la primera cada
persona se relaciona con las demás, pero la conciencia ética nos responsabiliza en la forma de
trato hacia esas otras personas. Además de estas dos hay una clase de conciencia más,
constituida como un concepto muy importante relacionado con la deontología profesional: la
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conciencia profesional.
La conciencia profesional (Véase Teoría de Parsons) es una dimensión esencial de la conciencia
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ética, a la que añade la responsabilidad que cada persona tiene. Se manifiesta en un
comportamiento socialmente responsable acerca de los deberes específicos de una profesión
después de haber interiorizado, asumido y personalizado un código de valores referentes a dicha
profesión, para después analizar, aplicar y resolver problemas específicos de la profesión con
la mejor competencia y rectitud posibles y socialmente exigibles.
3) Nivel de madurez y equilibrio psíquico. Para que la conciencia profesional pueda funcionar
hay que gozar de un grado de madurez mínimo.
Retomando la idea de que la deontología profesional es uno de los órdenes reguladores del
ejercicio de una profesión, en una situación intermedia entre el derecho y la moral, es necesario
hacer una serie de precisiones. Las normas de la deontología profesional, aun sentidas como
vinculantes entre los miembros del colectivo, se alejan del carácter coercitivo del derecho. El
derecho es siempre coactivo, y la deontología profesional puede o no imponer sanciones y, en
el caso de aplicarse, son menos graves que las impuestas por el derecho. La sanción más grave
que puede imponer la deontología profesional es la exclusión de la profesión.
ÉTICA Y CIENCIA:
La ética tiene como objetivo llegar a la razón de ser de los hechos y acciones humanas. Y seguro
te preguntaras si la ética y la ciencia guardan alguna relación. La ciencia debe efectuarse bajo
ciertos parámetros donde la ética entra en acción, pues esta estudia y reflexiona pero sin causar
daños, entonces el ejercicio de la ciencia está regulada, puede hacerse todo tipo de práctica
científica siempre y cuando esta no cause daños a los seres vivos y sus ecosistemas, al contrario,
se espera que todo lo que se descubra y se cree en el ámbito científico, sea en beneficio de los
seres humanos, la ciencia tiene como finalidad mejorar la calidad de vida de las personas y
llegar a la verdad, pero si tuviera facultad absoluta podría por su pasión perder el equilibrio.
Así que podríamos decir que la ética estudia y reflexiona sobre los efectos que la práctica
científica pueda generar en cuanto a si son correctos o incorrectos. Ya que en el ejercicio
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científico se enfrentaran situaciones en las cuales entran en juego los principios éticos. Y puede
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clasificarse en dos la ética interna y externa:
“La ética interna es necesaria para el funcionamiento mismo de la ciencia. Consta de reglas no
escritas, pero bien reconocidas y aceptadas por la comunidad científica, que ningún científico
puede violar sin arriesgarse a perder el derecho a ser considerado parte de dicha comunidad”.
Tenemos que escuchar más ideas de sus colegas, debido a que muchas ideas aparentemente
absurdas puede ser la solución a un problema. Para averiguarlo, tenemos que trabajar en equipo,
escuchar a la gente y evaluar la situación sin juicios apresurados y basados en suposiciones, y
sobre todo dar crédito a aquellos que realmente merecen. A menudo reciben elogios por el
trabajo realizado por otros, sin siquiera pasar o nombre de los colegas que han contribuido a
esto, y esto es ser poco ético, como lo es para aceptar elogios para el trabajo de otra persona y,
tarde o temprano , se reconoce y obtendrá una fama de mal carácter.
Otra cosa muy importante es la puntualidad, porque si siempre llegar tarde, se consideran fiables
y pueden perder buenas oportunidades de carrera. Por desgracia, en muchas empresas se
considera el carácter y la competencia de un empleado por calendario de reuniones y no en
función de su productividad o conocimientos técnicos / gestión.
Además, nunca tratar de criticar a sus compañeros de trabajo o la culpa por la espalda, y cuando
he de corregir o reprender a alguien, lo hacen en particular, no para humillarlo ante los demás,
respetar su privacidad, y si es necesario prestar apoyo, cuando se estar luchando sin que usted
lo sepa.
Mucho se ha dado que hablar en los últimos años sobre el rol de la ética del trabajo,
especialmente cuando se manifiesta la corrupción, el enriquecimiento ilícito, así como la falta
de responsabilidad, compromiso, el interés por los aspectos individuales más que los de grupo.
Debido a sus orígenes religiosos se le ha llamado ética protestante, aunque también la sostienen
personas que pertenecen a diferentes credos religiosos.
El punto de vista religión de la ética del trabajo es que se trata de un acto de servicio a Dios y
al prójimo, porque ayuda a crear una sociedad mejor a los seres humanos con el objeto de que
los usen, por lo que el trabajo pesado y la prevención de desperdicio constituyen obligaciones
morales. Los estudios realizados en varias organizaciones confirman que los colaboradores o
empleados que poseen esta ética de trabajo sienten usualmente una obligación moral con
respecto a la ética, más que como una elección racional o empresarial.
Por lo que No debe sorprendernos que se diga, que Ética y Responsabilidad Social sean
conceptos que se refieren, fundamentalmente, a la calidad de nuestras relaciones a través del
tiempo.
Considérese, que el término ética se ha definido como el estudio de la forma en que nuestras
decisiones o acciones afectan a los demás.
Consecuencias
Considérese, según algunos estudiosos y líderes, que los dramáticos cambios sociales que se
dieron en la última mitad del siglo XX han traído también la declinación de la ética en el trabajo.
Otros valores sociales en competencia con la ética del trabajo, han surgido como por ejemplo,
la ética del descanso, al deseo de mantener relaciones interpersonales más cercanas y la creencia
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de tener derecho a obtener recompensa sin trabajar. Además los cambios en la política social
mundial y la legislación fiscal han procurado la reducción de incentivos para el trabajo e incluso
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han promovido la prohibición del trabajo pesado. Lo anterior ilustra la complejidad de las
relaciones sociales en acción así como la ética del trabajador depende de factores situacionales.
Tengamos claro que todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética que defina la lealtad que
le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor. La ética de una profesión es un
conjunto de normas o directrices, en términos de los cuales definimos como buenas o malas
prácticas y las relaciones profesionales. En virtud de la finalidad propia de su profesión, el
colaborador o llamado comúnmente trabajador tiene que cumplir con unos deberes, pero
también es merecedor o acreedor de uno derechos. Es importante saber distinguir hasta donde
él debe cumplir con su deber y a la vez debe saber cuáles son sus derechos para conducirse
correctamente.
Ventajas
La mayor parte de las decisiones empresariales tienen un elemento ético, por lo tanto, los
Gerentes y Directivos deben incluir a la ética para entender a las organizaciones.
Muchas de las compañías que están tratando de institucionalizar las políticas éticas han creado
organizaciones específicas para aplicar estas políticas.
La ética en los asuntos sociales suelen dar origen a un debate constante entre las grandes
instituciones que compiten.
La ética representa el estudio de la forma en que nuestras decisiones afectan a los demás.
Los códigos de ética, que fueron cosa rara en la década anterior, ahora son cada vez más
frecuentes en todas las organizaciones ya sean públicas o privadas, medianas o grandes,el cual
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busca no solo la excelencia en las relaciones empresariales como en sus decisiones, sino la de
promover buenas relaciones internas con responsabilidad, valores y transparencia. Muchas
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compañías piensan que los códigos de ética advierten a los colaboradores o empleados que las
decisiones empresariales deben toman en cuenta consideraciones éticas y económicas.
Los principios éticos elevados producen métodos comerciales eficaces. James Watts
Los miembros más afortunados de la sociedad deben ayudar a los menos afortunados.
Los gerentes tratan de aplicar los principios del contrato social en sus procesos para
tomar decisiones y en las políticas de sus empresas.
Los valores y la ética son importantes en el lugar de trabajo para ayudar a mantener el orden,
garantizar que una empresa funcione sin problemas y siga siendo rentable. Cada empresa tiene
sus valores éticos y casi inmediatamente después de contratar a un empleado, o muchas veces,
durante el proceso de entrevista. Y en muchas empresas, no importa lo bien que un empleado
trabaje, si no sigue los valores éticos en el lugar de trabajo, puede resultar en despido.
DEDICACIÓN:
¿Qué tan difícil que un empleado trabaje, o la cantidad de esfuerzo que pone otro, se puede
recorrer un largo camino? Obviamente, las empresas quieren resultados, pero la mayoría de los
empleadores prefieren a un trabajador que realice un esfuerzo honesto para el que podría ser
considerado un evento “natural” en el trabajo, pero es de otra manera perjudicial. De cualquier
manera, cuando un empleado firma un negocio, este está de acuerdo en realizar su mejor
esfuerzo para ayudar a la empresa prospere.
INTEGRIDAD:
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Un aspecto importante de los valores éticos en el lugar de trabajo es la integridad, o mostrar un
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comportamiento honesto en todo momento. Por ejemplo, un empleado que trabaja en una caja
registradora espera para recibir el dinero y depositar la cantidad correcta de dinero al final de
la noche. Integridad en el mundo de los negocios también puede significar ser honesto al dar
vuelta en un informe de gastos o no intentar robar una cuenta de ventas de un compañero de
trabajo.
RESPONSABILIDAD:
Se espera que todos los empleados de todos los sectores actúen responsablemente en sus
acciones. Eso significa aparecer cuando se han programado y a tiempo, y no tomar ventaja de
tiempo previstos para las interrupciones. También significa aceptar la responsabilidad cuando
las cosas van mal, la recopilación de sí mismo y trabajar hacia una resolución. Y a veces puede
significar trabajar más tiempo de lo previsto para ver un proyecto hasta su finalización.
COLABORACIÓN:
En casi todas las industrias, los valores éticos en el lugar de trabajo constan de trabajo en equipo.
Eso es porque la mayoría de las empresas creen que cuando la moral es alta y todos trabajan
juntos, el éxito llegará. Así que es importante que los empleados trabajen en equipo – ya sea
ayudando a los compañeros de trabajo en un proyecto, la enseñanza de nuevas contrataciones
nuevas tareas, o siguiendo las instrucciones de un supervisor.
CONDUCTA:
Conducta de los empleados es un aspecto integral de los valores éticos en el trabajo. Los
empleados no sólo deben tratar a otros con respeto, exhibiendo un comportamiento adecuado
en todas las facetas del trabajo. Esto incluye el uso de vestimenta apropiada, utilizando un
lenguaje que se considera adecuado en la oficina y conducirse con profesionalismo. Cada
empresa aplica sus propias reglas específicas sobre la conducta, y por lo general hace
sumamente claro en los manuales del empleado y manuales de capacitación.
CONCLUSIONES:
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La Gerencia debe identificarse más con el rol de la ética y hacer que esta junto con la
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responsabilidad social se dé en la empresa, en donde todos sin excepciones deben estar
comprometidos en ella.
Muchos críticos afirman que en estos tiempos “la ética está en crisis”. Todos los días se leen
titulares nacionales e internacionales que tratan el tema. Las controversias sobre el tráfico de
influencias, corrupción y malas prácticas en Italia, Japón, Estados Unidos, Colombia, Brasil,
Perú y Venezuela.
Recordemos tener presente, que los términos básicos del lenguaje de la ética son valores,
derechos, obligaciones, reglas y relaciones, aspectos que la Gerencia no deben ser descuidados,
al contrario debe promoverlas, para ello debe contemplar una política de difusión y aplicación
a todo nivel de la organización, de la mano con el compromiso y aplicación de sus
colaboradores.
Para evitar en gran medida los problemas de índole ético-moral que surgen en el ejercicio de
una profesión o de un oficio, se deben poner en práctica principios éticos que establezcan los
parámetros y reglas que describan el comportamiento que una persona puede o no exhibir en
determinado momento. No es difícil poner estos principios en práctica, pero el omitirlos
redundará en perjuicio propio y en el de las personas con quienes se interviene o se interactúa.
“Una decisión en la que está envuelto el comportamiento ético de una persona, siempre va a
estar enmarcada en uno de los principios y valores aquí señalados”.
Los negocios también son un arte ya que en ellos se mezcla la estética y la ética. Los negocios
sin ética no son útiles. [Alejandro Jodorowsky]
Por lo que la ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de lo que
se quiere lograr en la transformación de nuestras vidas.
Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume
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en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir.