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Dermatitis atópica: tratamiento y

formulación magistral
La dermatitis atópica (DA) o eccema constitucional es un trastorno cutáneo crónico que se
caracteriza por desencadenar eritemas, erupciones pruriginosas, descamativas e inflamatorias
de curso crónico y recidivante. Se trata de una patología cada vez más frecuente en países
industrializados, donde se ha doblado su incidencia durante los últimos 20 años, llegando a
representar un 10-20% de las consultas dermatológicas.
Para el tratamiento de la enfermedad se recurre al uso de corticoides, inhibidores de la
calcineurina y agentes antipruriginosos entre otros. Destaca por su especial importancia las
pautas de higiene e hidratación.
El presente estudio bibliográfico identifica las aportaciones de la formulación en la oficina de
farmacia, mediante formulación magistral y preparados oficinales, al paciente atópico. Se han
encontrado ventajas como las asociaciones entre diferentes principios activos, personalización
del tratamiento, modificación de características organolépticas, así como evitar el uso de
sustancias potencialmente irritantes.
Es por ello que la formulación en la oficina de farmacia tiene mucho que ofrecer al tratamiento
de la dermatitis atópica, a pesar de que actualmente podemos encontrar gran variedad de
productos específicos para el tratamiento de la dermatitis atópica que son elaborados por la
industria farmacéutica y/o cosmética. Actualmente una de las asociaciones que mejor
funciona, clobetasol urea, sigue siendo exclusivo de la formulación al no existir preparados
comerciales. Este como otros casos constituye un ejemplo claro de cómo la formulación se
adelanta, o es la antesala, a los preparados comerciales.

1. Introducción

1.1 Concepto de dermatitis atópica


Atopia: “fuera de lo tópico, de lo corriente”. Concepto introducido por Coca en 1923 y aplicado
en dermatología enseguida por autores americanos (Sulzberger, Wisse, Hill, etc.). La
dermatitis atópica o eczema constitucional es un trastorno cutáneo crónico que se caracteriza
por desencadenar eritemas, erupciones pruriginosas, descamativas e inflamatorias de curso
crónico y recidivante (1). Se trata de una patología cada vez más frecuente en países
industrializados, donde se ha doblado su incidencia durante los últimos 20 años, llegando a
representar un 10-20% de las consultas dermatológicas (2).
Dermatitis atópica en bebé (3)

Dermatitis atópica extendida (3)

Ejemplo de dermatitis atópica (3)


Ejemplo de dermatitis atópica (3)

La enfermedad puede desarrollarse a cualquier edad, pero en un 90% de los casos la


sintomatología hace su aparición antes de los 5 años (4). Suele ocurrir a partir del segundo o
tercer mes de vida, manifestándose en forma de placas eritematosas que aparecen en la cara;
principalmente en mejillas, en los miembros de los pliegues de los codos y de las rodillas, en
la cara interna de los puños y en la parte baja del cuello. Puede extenderse al tronco, la
espalda, las nalgas o las piernas (2). En el adulto es menos frecuente pero más severa (4).
En un gran porcentaje existen antecedentes personales o familiares de asma, rinitis,
conjuntivitis o dermatitis atópica (4). Esta enfermedad está determinada por la expresión de al
menos 20 genes en el cromosoma 11q (5).
Clinicamente el atópico es más propicio a desarrollar reacciones anafilácticas frente a
alimentos, medicamentos, picaduras, etc. (6).

1.2 Fisiopatología de la dermatitis atópica


Está definida por alteraciones inmunológicas:

 Un estado de hipersensibilidad de la piel y de las mucosas relacionado con factores


ambientales, asociado a una hiperproducción de inmunoglobulina E (IgE)
denominadas reagina en el atópico (6) (reacción de hipersensibilidad inmediata tipo I),
y/o una alteración inespecífica de la reactividad celular con la aparición de infiltrado
inflamatorio a nivel de la dermis (reacción de hipersensibilidad tipo IV) (2). El atópico
presenta labilidad inmunológica que se traduce en la capacidad para formar un
anticuerpo especial, la reagina, vinculado a una fracción de la IgE (5).
 Eosinofilia por activación de la célula madre pluripotencial de la médula ósea por la
IL5, producida por los linfocitos TH2 (4).
 Alteración y respuesta bifásica TH1/TH2, debido a un balance alterado, prevaleciendo
las células TH2 sobre las TH1. Las citosinas IL-4 e IL-5 favorecen la producción de IgE
y la eosinofilia. La reducción de TH1 en la fase inicial produce una disminución de IFN-
gamma y un aumento en la susceptibilidad a las infecciones cutáneas. En la fase
tardía de la enfermedad se produce lo contrario, una aumento de IFN-gamma
producido por linfocitos TH1 (4).

La xerosis cutánea (piel seca) que se produce está asociada al bloqueo de la ∆6-desaturasa.
Dicha enzima interviene en el metabolismo de los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) que
constituyen las membranas celulares de los queratinocitos y la base lipídica intercelular de la
capa córnea. Su déficit conlleva una disminución de AGPI que a su vez provocan un aumento
en la permeabilidad cutánea y por ende una pérdida excesiva de agua y de Factor Natural de
Hidratación (NMF) ocasionada por alteración de las membranas celulares (2).
La dermatitis atópica desencadena una colonización de la piel por Staphyloccocus aureus,
aunque sin consecuencias clínicas. El desarrollo de dicha bacteria está favorecido por el
déficit de ácido oleico y la alteración del manto hidrolipídico, que desempeña una acción
bactericida frente a S. aureus. La adhesión bacteriana parece estar aumentada en la piel del
atópico, que expresa receptores específicos de S. aureus tales como laminina, colágeno IV o
fibronectina. (2).
Otro efecto de la dermatitis atópica son las anomalías vasculares. Se produce
vasoconstricción sostenida a nivel periférico que desencadena palidez de la piel,
dermografismo blanco, reacciones opuestas a la histamina, ácido nicotínico y acetilcolina (4).
Cabe destacar que los pacientes atópicos presentan una mayor reactividad al contacto con
irritantes como el calor y la sudoración, contacto con ropa de lana, sustancias químicas, estrés
emocional, ciertos alimentos (huevos, leche de vaca o cacahuetes entre otros) y
aeroalergenos (4).

1.3 Clínica de la dermatitis atópica


Puede clasificarse en varias etapas:

 Fase aguda. La enfermedad evoluciona a brote, como toda dermatosis, caracterizado


por eczemas con tendencia a la infección y la presencia de prurito que puede tener
carácter persistente.
 Fase subaguda. Ocurre al remitir la fase aguda sin lograrse una recuperación
completa de las lesiones.
 Fase crónica. Existencia de lesiones persistentes y liquenificadas.
 Fases de remisión o latencia. En esta fase es importante un buen tratamiento de
mantenimiento para evitar las frecuentes lesiones crónicas (4).

Según la edad se puede dividir en tres fases, pudiendo estar separadas por etapas de
remisión o superposición:

 Fase del lactante: desde los dos meses hasta los 2-4 años de vida. Se presenta
principalmente en forma de vesículas exudativas y costras localizadas en frente,
mejillas y cuero cabelludo, pudiéndose extender al tronco y a las extemidades.
 Fase infantil: hasta los 10-12 años de edad. Las lesiones son menos exudativas,
predominando la sequedad, el engrosamiento de la piel y las erosiones por rascado.
Se localizan en muñecas, tobillos y en los pliegues de codos y rodillas.
 Fase adulta: Caracterizada por grandes placas secas, tienden a ser escasas y
localizadas (7).

1.4 Estrategia terapéutica


El tratamiento variará dependiendo de si nos encontramos en un brote agudo, subagudo o
crónico.
El prurito debe tratarse con antihistamínicos clásicos por vía oral, recomendándose los anti-H1
que produzcan somnolencia para evitar los rascados nocturnos. Por vía tópica se administran
principios activos con capacidad antipruriginosa y, ocasionalmente, pautas breves de
corticosteroides tópicos.
La infección se tratará con antibióticos tópicos (1).
La hidratación es muy importante en todas las fases de la enfermedad, inclusive en los
periodos de latencia para evitar brotes.
Es por todo ello que estamos ante un tratamiento complejo, con uso de medicamentos y
preparados dermatológicos de dermofarmacia. La prescripción y dispensación de fórmulas
magistrales y preparados oficinales específicos.

2. Tratamiento en la fase aguda

2.1.1 Corticoides
Representa el tratamiento de primera elección. Deben ser recetados por un médico, prestando
especial atención al equilibrio entre eficacia y seguridad por los posibles efectos secundarios
que puedan aparecer. Los más utilizados son los corticosteroides tópicos de potencia media-
baja, destacando los fluorados para el cuerpo, y los no fluorados para la cara. Los de potencia
alta se utilizan para zonas de la piel liquenificadas, palmas y plantas, y en periodos cortos
(1,2,7).
En la prescripción hay que tener en cuenta el tipo y dosificación del corticoide, pero también
hay que valorar otras consideraciones: casos de sobreinfección deben utilizarse antibióticos
tópicos de amplio espectro como la gentamicina o específicos contra el estafilococo como el
ácido fusídico (Isdin ®) o la mupirocina (Bactroban®) (9). Existen cremas comercializadas por
laboratorios farmacéuticos que contienen corticoide y antibiótico (Dirpogenta®).
Corticoides de potencia baja:
Fluocortina 0,75%
Hidrocortisona acetato 1-2,5%
Metilprednisolona acetato 0,25%
Corticoides de potencia alta:
Beclometasona salicilato 0,025%
B. dipropionato 0,025-0,1%
Betametasona dipropionato 0,05%
Budesonida 0,025%
Desoximetasona 0,25%
Diflucortolona valerato 0,1%
Fluocinolona acetónido 0,025%
Fluocinolona acetónido 0,025-0,2%
Fluocinonido base 0,05%
Hidrocortisona aceponato 0,127%
Metilprednisolona aceponato 0,1%
Mometasona furoato 0,1%
Prednicarbato 0,25%
Triamcinolona 0,1%
Corticoides de potencia moderada:
Beclometasona dipropionato 0,025%
Betametasona valerato 0,1%
Clobetasona butirato 0,05%
Hidrocortisona butirato 0,1%
Fluclorolona acetónico 0,025%
Flupamesona 0,15-0,3%
Flucortolona monohidrato 0,2%
Flucinolona acetónico 0,01%
Corticoides de potencia muy alta:
Clobetasol propionato 0,05%
Diflorasona diacetato 0,05%
Diflucortolona valerato 0,3%
Halcinónido 0,1%
Halobetasol propionato 0,05%
Halometasona 0,025%
Todos los corticosteroides citados tienen presentaciones comercializadas por laboratorios
farmacéuticos.
Información complementaria: Corticoides tópicos; información, uso, efectos secundarios…
En formulación magistral se pueden realizar asociaciones de corticoides con agentes
hidratantes como aceites corporales o urea, así como antibióticos como la gentamicina al
0,05-01% o el ácido fusídico al 2%. También pueden asociarse con agentes antipruriginosos
como el Ictiol o reductores de reactividad cutánea (estos agentes serán tratados en un
apartado de este estudio). Con estas asociaciones se reduce el número de preparados que se
utilizan, el paciente tiene que aplicar menos fórmulas por lo que se le facilita el tratamiento y la
comodidad del mismo. A continuación se exponen algunas de las fórmulas magistrales más
utilizadas, se les podría añadir el antibiótico a su composición (4,10):
Fórmula 1
Clobetasol propionato 0,05%
Urea 5-10%
Fórmula 2
Fluocinolona acetato 0,01%
Aceite corporal
Fórmula 3 zona corporal
Loción O/W
Triamcinolona acetato 0,1%
Fórmula 4
Prednicarbato 0,25%
Aceite borraja 4%
Aceite Rosa mosqueta 5%
Fórmula 5 zona facial
Emulsión O/W glucídica
Betametasona 0,1%
Aloe Vera 10%
Ictiol Pale 1%
Fórmula 6
Crema base beeler
Hidrocortisona 1%
Extracto Avena 5%
Aloe vera 10%
Cabe destacar el uso conjugado del clobetasol propionato y del humectante urea (fórmula 1)
en altas concentraciones ante casos de dermatitis atópica grave (4,5,7). Esta composición no
se encuentra en preparados comerciales, por lo que tiene que recurrirse a la formulación
magistral.
Como vehículos se utilizarán emulsiones acuosas (O/W) fluidas (para zonas corporales),
emulsiones O/W de escaso contenido graso (crema base beeler) o intermedio (crema acuosa
B.P.). La vehiculización en aceites corporales permite su aplicación como pulverizadores (2,4).

2.1.2 Inhibidores de la calcineurina


Se trata de inmunosupresores que reducen la secreción de interleucinas relacionadas con el
proceso inflamatorio. Son una alternativa farmacológica cuando están contraindicados los
corticoides (tras vacunación con virus vivos; poliomelitis, sarampión, parotiditis, rubeola o
varicela) (7) o para evitar las reacciones adversas en niños mayores de 2 años y adultos.
Englobados en este grupo tenemos pimecrólimus y tacrólimus (9).
El pimecrólimus (Elidel®). Recientes estudios reflejan una elevada seguridad al no
encontrarse signos de deterioro humoral o celular (11). Se le ha encontrado utilidad
terapéutica en dermatitis atópica moderada y leve (4), especialmente en niños mayores de 2
años y adultos, como alternativa a la utilización de corticosteroides, puede aplicarse
pimecrolimus crema al 1% (7,8).
El tacrólimus (Protopic®) es eficaz en dermatitis atópica moderada y leve. Se formula a
concentraciones de 0,03-0,1% (4,8). Tiene una eficacia probada (12), aunque sus efectos son
de aparición más tardía que la de los glucocorticoides. Pueden presentarse casos de
quemazón al aplicarse. Es una opción para evitar los efectos secundarios de los
glucosteroides (8).
El uso de tacrólimus en formulación magistral tiene la ventaja de poder seleccionar entre
distintos vehículos, para un mejor tratamiento de las diferentes zonas a tratar, ya que el
producto registrado está vehiculizado en una base hidrófoba, por lo que sólo está indicado
para zonas muy secas. Otra ventaja es que puede asociarse a corticosteroides, antibióticos o
antipruriginosos entre otros (4,7,9).
Otro inmunosupresor que pertenece a este grupo es la ciclosporina. Puede utilizarse en el
tratamiento de dermatitis atópicas graves, administrándose 2,5-5 mg/kg/día por vía oral
durante un máximo de 8 semanas. En la práctica clínica se utiliza muy poco, principalmente
por su baja biodisponibilidad y por sus reacciones adversas, destacando la nefrotoxicidad (9).
Para estos preparados puede recurrirse a la formulación magistral, pero la existencia de
medicamentos comercializados por laboratorios farmacéuticos hace que sea algo poco
habitual a excepción de casos en los que se prescriben concentraciones diferentes. Mención
especial tiene el pimecrólimus, ya que actualmente no está autorizado su uso en la
formulación magistral en España.
2.1.3 Asociación corticoides-inhibidores de la calcineurina
Diversos estudios han ensayado esta asociación para usarse durante los primeros 10-15 de
tratamiento, y una vez mejorado, continuar sólo con el inhibidor de la calcineurina (4,9).
El tacrólimus presenta estabilidad durante al menos 60 días cuando se formula asociado con
un amplio número de principios activos, incluidos los corticoides tópicos. Si es necesario
podremos seleccionar el vehículo idóneo y asociarlos con los principios activos (4,9).
Ejemplos de formulaciones:
Fórmula 7 emulsión O/W glucídica
Tacrólimus 0,03-0,1%
Fusidato sódico 2%
Crema base beeler
Fórmula 8 emulsión O/W glucídica
Tacrólimus 0,03-0,1%
Fusidato sódico 2%
Crema acuosa B.P.
Fórmula 9 emulsión O/W glucídica
Tacrólimus 0,03-0,1%
Prednicarbato 0,25%
Crema base beeler
Fórmula 10 emulsión O/W glucídica
Tacrólimus 0,03-0,1%
Desoximetasona 0,2%
Gentamicina 0,1%
Crema acuosa B.P.
Para encontrar estas asociaciones debemos recurrir a la formulación magistral, ya que no hay
medicamentos comercializados con estos principios activos. Con esta asociación en un mismo
producto conseguimos la simplificación del tratamiento usando una sola crema.

2.1.4 Otros recursos


Cabe destacar el uso de otros principios activos en el tratamiento de los brotes de dermatitis
atópica:

 Vitamina B12 tópica; la metilcobalamina, una de las dos formas de coenzima de la


vitamina B12, tiene efecto antiinflamatorio indicado en procesos de mantenimiento y
tratamiento de brotes (4).
 Metoxaleno (también nombrado como 8-MOP y 8-Metexipsoralen). Es un potente
fotosensibilizador de la piel, sobre todo a la luz ultravioleta de onda larga (15). Dicha
fotosensibilización inhibe selectivamente la síntesis epidérmica de ADN (16). La
aplicación tópica al 0,25% en emulsión O/W engruesa el estrato córneo aunque puede
provocar prurito (4,9). Otro derivado del metoxipsoraleno es el 5- Metexipsoralen, ha
obtenido buenos resultados en el tratamiento de la dermatitis atópica severa (17).
 Coaltar (Coal tar, brea de hulla, alquitrán de hulla). Ha destacado en el tratamiento de
eczemas de dermatitis atópica y psoriasis. Su mecanismo de acción es desconocido,
pero es tradicionalmente utilizado asociado a hidratantes y antipruriginosos en el
tratamiento de la dermatitis atópica (18,19) Se utiliza en dosis tópica del 1 al 20% (15).
Es potencialmente cancerígeno a concentraciones superiores al 5% según agencia
internacional del cáncere.
 Sucralfato (complejo alumínico octakis (sulfato hidrogenado) de sacarosa): Tiene
función antimicrobiana y protectora, incluso ante agentes irritantes por lo que tambíen
prefenta gran eficacia en derpatitis por contacto.
 Los hidratantes son de especial importancia, como en todas las etapas de la
enfermedad.

2.2 Tratamiento en fase aguda


Al remitir la fase aguda debemos reajustar el tratamiento:

 Utilizar corticoides de menor potencia.


 Puede cambiarse o alternarse el uso de corticoides por inhibidores de calcineurina.
Recientes estudios recomiendan la aplicación intermitente de un corticoide potente
alternando con tacrólimus para mejorar el proceso de liquenificación (12).
 Utilizar principios activos con acción antipruriginosa y que favorezcan la regeneración
epidérmica.
 Uso de emolientes, aportando hidratación a la piel.

Fórmulas magistrales utilizadas en esta fase:


Fórmula 11 lesiones crónicas
Ungüento hidrófilo
Clobetasol 0,05%
Fórmula 12
Crema base lannette
Tacrólimus 0,05-0,1%
Clobetasol 0,05%
Fórmula 13 lesiones subagudas
Crema acuosa B.P.
Betametasona 0,1% (o hidrocortisona 1%)
Extracto avena 5%
Alantoina 1%
Extracto centella 1%
Fórmula 14
Emulsión O/W glucídica
Tacrólimus 0,03-0,05%
Extracto centella 1%
Extracto manzanilla 5%

Algunos de los productos via tópica que realizamos en nuestro laboratorio para el tratamiento
de la dermatitis atópica:
Emulsión hidratante intensiva

Crema nutri reparadora


Dermatopic cream

Calmante reparadora piel sensible

2.3 Tratamiento del prurito


El prurito es motivo de malestar y, debido al rascado, de sobreinfección y perpetuación de las
lesiones. En este apartado vamos a distinguir entre los siguientes principios activos:
 Doxepina. Presenta eficacia tanto por vía oral como por vía tópica al 5% de
concentración. Debido al riesgo de absorción sistémica no debe aplicarse por un
tiempo superior al mes (4,9,10). Se trata de un principio activo que requiere receta
para su dispensación, debe recurrirse a la formulación magistral ya que no existen
preparados comercializados para uso tópico. Puede asociarse a corticoides y agentes
hidratantes. Las fórmulas magistrales más utilizadas son las siguientes:

Fórmula 15 crema acuosa cetomacrogol


Doxepina 3-5%
Emulsión O/W no iónica
Fórmula 16
Doxepina 3-5%
Triamcinolona acetato 0,1%
(Hidrocortisona 1%)
Emulsión O/W no iónica

 Capsaicina (Gelcen®). Se utiliza en procesos dolorosos, interfiriendo con los


neuropéptidos de las terminaciones nerviosas. Tiene características antiinflamatorias
obteniéndose una gran eficacia ante casos rebeldes. Se utiliza a concentraciones
escalonadas de 0,025% hasta 0,1% (20). Gracias a la formulación magistral podemos
conseguir preparados de diferentes concentraciones que no se encuentran en el
mercado así como asociaciones con antiinflamatorios no esteroideos (AINES) para
conseguir mayor eficacia. Debido a sus características anestésicas y su alta reacción
irritante con escozor y ardor debe manipularse usando protección y requiere de receta
médica para su dispensación (4,8,10). Las fórmulas magistrales más utilizadas:

Fórmula 17 emulsión O/W


Capsaicina 0,025-0,1%
Fórmula 18 emulsión O/W
Capsaicina 0,025-0,1%
Ketoprofeno 5-10%

 Polidocanol, también nombrado como Laureth-6.5. Se trata de un tensioactivo


emulgente con acción anestésica que puede utilizarse en forma de baño, mostrando
un alivio temporal (20). Se utilizan concentraciones 3-15% y se puede asociar con urea
para mejorar la hidratación o con lidocaína para obtener efecto anestésico. (2,4,9).
Podemos encontrar multitud de productos de parafarmacia con polidocanol entre sus
componenetes. Gracias a la formulación en la oficina de farmacia podemos conseguir
diferentes asociaciones para tratar la dermatitis atópica, a continuación unos cuantos
ejemplos:

Fórmula 19
Polidocanol 15%
Aceite de soja 83%
Antioxidante
Fórmula 20 emulsión O/W
Polidocanol 4-8%
Lidocaína 2-4%
Extracto Brea Hulla 1-3%
Fórmula 21 (Balneum Plus®)
Polidocanol 3%
Urea 5%

 Ictiol (ictiosulfonato amónico). Tiene propiedades antisépticas y queratoplásticas, por


lo que favorece la regeneración de la capa córnea de la epidermis. Es muy utilizado en
eczemas, dermatosis inflamatorias, quemaduras, sabañones o grietas del pezón. Se
utiliza por vía tópica a concentraciones de 1-20% (15).

Fórmula 22
Linimento oleocalcáreo 10 g
Ictiol 5 g
Óxido de zinc 10 g
Triamcinolona 50 mg

 Aceite de enebro (también llamada Brea de enebro o aceite de Cade). Es un irritante


débil empleado tópicamente en el tratamiento del prurito en psoriasis, dermatitis
atópica, eczema y seborrea. La dosis por vía tópica es de 1-5%, se formula con
lanolina anhidra y vaselina neutra, se aplica una vez al día. También puede utilizarse
en champú al 4% con Ictiol (15).

 Tar doak. Tiene propiedades antipruriginosas y queratolíticas en dosis inferiores al 6%.


Puede asociarse con urea y brea de hulla obteniéndose la siguiente fórmula (15):

Fórmula 23
Polisorbato 60 30%
S-carboximetilcisteína 1%
Urea 10%
Tar doak 0,3 %

 Cromoglicato sódico al 0,2-10%; se trata de una sustancia antialergénica que actúa


estabilizando la membrana de los mastocitos, impidiendo la liberación de mediadores
de reacción lenta de anafilaxis (9). Ha demostrado una alta eficacia en el tratamiento
del prurito en población infantil (4,13,14). Existen gran cantidad de productos de
parafarmacia con este principio activo asociado con otros agentes antipruriginosos y
factores hidratantes. Gracias a la formulación podemos conseguir dichas asociaciones,
incluso con corticoides, algunos ejemplos en formulación magistral:

Fórmula 24 emulsión O/W


Cromoglicato disódico 5%
Aceite rosa mosqueta 5%
Urea 3%
Sorbitol 5%
Aloe vera 10%
Fórmula 25 emulsión O/W
Cromoglicato disódico 10%
Aceite borraja 5%
Ceramidas 5%
Glicerina 10%
Fórmula 26
Cromoglicato disódico 4%
Hidrocortisona 1%
Extracto avena 5%
Alantoina 0,5%
Triglicéridos cadena media 5%

 Ácido bórico. Desinfectante utilizado en el intertrigo de los niños. En pomada al 10%


tiene propiedades en el tratamiento del prurito vulvar, quemaduras, úlceras, heridas
(8). No requiere receta médica para su dispensación, y pueden encontrarse en
productos comercializados por laboratorios farmacéuticos.

Los principios activos citados (a excepción de los que requieren receta médica para su
dispensación) son utilizados en productos de parafarmacia comercializados por diferentes
laboratorios farmacéuticos. Todos ellos han demostrado su utilidad en el tratamiento del
prurito y son comúnmente utilizados en formulación magistral y preparados oficinales
haciéndose combinaciones entre ellos y asociaciones con sustancias tratantes de fase aguda,
hidratantes y productos de higiene específicos para el atópico.

2.4 Hidratación
Definimos la hidratación como el restablecimiento del equilibrio hídrico en las diferentes capas
de la piel. Es un proceso que difiere dependiendo de la patología del paciente, y existe una
personalización del régimen de hidratación en el atópico (2,4). Se trata de un proceso de
especial importancia en cualquier fase de la dermatitis atópica.
La recomendación es aplicar una emulsión hidratante una o dos veces al día, dependiendo del
estado del paciente atópico. El mejor momento es antes de 3 minutos después del secado tras
el baño (4).
A continuación se detallan las características de los hidratantes indicados para la dermatitis
atópica:

 La fase lipídica puede oscilar entre el 15 y el 30 % de materia grasa, dependiendo de


si son emulsiones fluidas corporales o emulsiones consistentes para pieles con
notable sequedad. También es importante que los lípidos utilizados tengan calidad
cosmética (triglicéridos de cadena media, determinados ésteres, etc.) (2,4).
 La fase grasa debe contener aceites con ácidos grasos insaturados. Destaca el aceite
de borraja, es el que tiene mayor contenido en ácido gamma linolénico, por la
importancia que tiene en la biosíntesis de lípidos estructurales de la barrera córnea,
especialmente afectada en el atópico. Otros aceites a mencionar son el aceite de
onagra y de rosa de mosqueta que tienen el valor añadido que tienen en procesos de
reparación epidérmica y cicatrización (4).
 La presencia de ceramidas activadas. Los ácidos grasos insaturados intervienen en la
síntesis de ceramidas, pero éstas pueden añadirse para colaborar en la restauración
del balance hidrófilo-lipófilo de la barrera córnea, que se encuentra desequilibrada en
el atópico (4).
 Uso de humectantes. Los más utilizados son la glicerina y el sorbitol. El ácido
pirrolidón carboxílico y el ácido láctico, o sus derivados como el lactato amónico, son
componentes del factor de hidratación natural que pueden utilizarse en la formulación
(21).
 El propilenglicol se ha considerado durante mucho tiempo como un hidratante. Sin
embargo, en solución presenta una alta volatilidad. Al evaporarse, arrastra una parte
del agua de los corneocitos, y su efecto es más desecante que hidratante. Además, es
capaz de disolver una parte del cemento lipídico intercelular y de disminuir así la
cohesión de los corneocitos, aumentando la permeabilidad cutánea. Es utilizado como
agente de penetración, como disolvente de principios activos. Se tolera en una
preparación hidratante a una concentración del 1 al 5%. Hay que rechazar las
preparaciones hidratantes que contengan más del 5% (2).
 La urea. Se emplea en soluciones concentradas (2-10%) (4,15). No es higroscópica
por si misma, pero modifica la estructura química de las proteínas, liberando lugares
de unión para el agua (2) haciendo que la piel se vuelva blanda. Es por ello que se
utiliza cuando se requiere transformar una capa dura y áspera en suave y blanda (15).
 La nicotinamida. Polvo cristalino blanco y cristales incoloros, fácilmente soluble en
agua y en etanol (15). Interviene en distintas rutas de biosíntesis de la barrera córnea.
Se formula entre el 2-5% demostrando eficacia evitando la pérdida transdérmica de
agua (4).
o Uso de productos con acción estabilizadora de reactividad cutánea:
o Extracto de avena. Existe la posibilidad de intolerancia por parte de atópicos.
o Extracto de manzanilla, especialmente su componente alfa bisabolol (también
llamado Dragosantol).
o Derivados de regaliz, como el ácido glicirrético (enoxolona) y sus sales, que
presentan propiedades antiinflamatorias y calmantes.
o Derivados de betaglucanos y de distintos polisacáridos, destacando la
rhamnosa.
o Algunos antioxidantes, que por ende tienen acción calmante, como los
derivados de vid, de pino y de mirtilo (4).
 Presencia de productos favorecedores de la epitelización. Son importantes en el
proceso de rascado, en el riesgo de infección y en la excoriación frecuente. Podemos
destacar:
o Alantoina (5-Ureidohidantoína). Es un producto de la degradación de las bases
púricas que favorece la hidratación y la epitelización.
o Extracto de Centella asiática (asiaticósidos)
o Gel de aloe vera. Presenta características hidratantes y anticongestiva.
o Aceite de rosa de mosqueta. Se trata de un regenerador epidérmico, en
especial cuando se complementa con los anteriores.
o Aceite de caléndula. También antiinflamatorio y eficaz en la regeneración
epidérmica, en especial después de sufrir quemaduras evitando la aparición de
grasa (4,8).
 Vehículos a utilizar:
o Emulsiones O/W aniónicas, destaca el uso de la crema base beeler y la crema
acuosa B.P.
o Emulsiones no iónicas, desde fluidas hasta consistentes.
o Emulsión O/W glucídicas (4,15,20).
 Aceites hidratantes. En dermatología es habitual el uso de aceites corporales como
hidratantes. El uso combinado de aceite corporal seguido de la aplicación de una
emulsión potencia la eficacia del hidratante (4). Algunos ejemplos de aceites en
dermatitis atópica:

Fórmula 27
Triglicer. cadena med 30%
Aceite caléndula 20%
Aceite borraja 25%
Aceite rosa mosqueta 25%
Emulgentes
Antioxidantes
Fórmula 28
Triglicer. cadena med 20%
Aceite soja 20%
Aceite onagra 25%
Aceite borraja 25%
Polidocanol 10%
Antioxidantes
Los factores hidratantes están presentes en todas las fórmulas de parafarmacia empleadas en
el tratamiento del prurito, además de las hidratantes propiamente dichas, ofreciendo un amplio
abanico de posibilidades y asociaciones.
Por su parte, la formulación en la oficina de farmacia tiene el valor añadido de poder introducir
estos principios activos en los preparados utilizados en los tratamientos para fase aguda.
Algunos ejemplos de emulsiones hidratantes en dermatitis atópica:
Fórmula 29
Loción O/W fluida
Aceite borrajas 3-5%
Ceramidas 5%
Aloe vera 10-20%
Polidocanol 3-5%
Glicerina 8-10%
Fórmula 30
Loción O/W fluida
Aceite rosa mosqueta 5%
Aceite borrajas 3-5%
Urea 3-5%
Aloe vera 10-20%
Sorbitol 8-10%
Fórmula 31
Crema acuosa B.P.
Ac. Borrajas 3-5%
Ceramidas 4-6%
Alantoina 1%
Nicotinamida 5%
Lactato amónico 12%
Glicerina 8-10%
Fórmula 32
Emulsión O/W
Aceite onagra 3-5%
Vitamina E 3%
Urea 3-5%
Sorbitol 6-10%
Alfa bisabolol 1%
Extracto centella 1%
Ejemplos de emulsiones O/W glucídicas de aplicación infantil:
Fórmula 33
Montanov 68 2,5%
Triglicer. cadena med 5%
Aceite borrajas 3%
Mant karité 1%
Vitamina E 2%
Alantoína 0,5%
Extranto mimosa ten 5%
Inc sepigel 305 0,5-1%
Agua
Fórmula 34
Base F-2230 10%
Perhidroescualeno 5%
Triglicer. cadena med 2%
Aceite borrajas 3%
Vitamina E 0,1%
Ceramidas 5%
Alantoina 0,5%
Pantenol 2%
Glicerol 5%

2.5 Mantenimiento del paciente con dermatitis atópica


Recomendaciones para evitar el número y la intensidad de los brotes:

 Evitar temperaturas extremas.


 Evitar baños prolongados.
 Reducir contacto con productos químicos irritantes.
 Mantener un ambiente lo más limpio posible de polvo y ácaros.
 Uso de ropas holgadas, preferiblemente de algodón, evitando la lana y las fibras
ásperas (1,5).
 Son muy importantes las pautas de higiene e hidratación.

2.5.1 Higiene
Es otro punto de especial importancia en el mantenimiento del paciente atópico. Los geles y
champús no específicos pueden contener agentes potencialmente irritantes, entre ellos
podemos nombrar los conservantes (se dedica un punto al estudio de los mismos) o los
perfumes.
Los baños coloidales de avena sativa son muy utilizados en las fases de tratamiento y de
mantenimiento. Ya se ha mencionado las propiedades hidratantes y antiirritantes de la avena y
podemos encontrar estos baños comercializados por marcas como Isdin®, Leti® o
Unipharma® por mencionar algunas.
El aceite de caléndula presenta características antiinflamatorias y es eficaz en la regeneración
epidérmica. Dentro del mercado de productos de parafarmacia podemos encontrar baños con
base de aceite de caléndula (Weleda®).
Los baños de avena o caléndula deben realizarse por inmersión, sin frotar la piel, producen
muy poca espuma y son eficaces como alternativa a otros productos de higiene que pueden
ser irritantes en la piel del atópico.
Existen geles específicos para los pacientes de dermatitis atópica. Proporcionan un baño
emoliente y relajante específico para el cuidado y protección de las pieles atópicas, secas y
sensibles. Podemos encontrar una gran variedad de estos productos que son elaborados por
laboratorios, algunos ejemplos son de las siguientes marcas: Aderma®, Leti AT-4®, Mustela®
o Unipharma® por nombrar algunas de las muchas existentes.
Otro aspecto a tener en cuenta son las toallitas limpiadoras o desinfectantes. Estos productos
de higiene tienen una emulsión limpiadora fluida, de la que generalmente se desconoce la
composición del líquido de impregnación, hecho que no cumple con la legislación cosmética
actual. Pueden contener agentes potencialmente irritantes para el atópico, como perfumes o
conservantes (se les dedica un punto en este estudio). Es por ello que se aconseja no utilizar
toallitas en casos de dermatitis atópica.
Los productos de higiene elaborados en la oficina de farmacia tienen su nicho de mercado, a
pesar de la gran oferta por parte de la industria. Un ventaja que presentan es que al
formularlos conocemos todos sus componentes, evitando así posibles irritantes como
fragancias o algunos conservantes.

Emulsión hidratante intensiva


Dermatopic gel de baño

2.5.2 Cremas barrera


Tienen función protectora de la piel atópica frente a los efectos desecantes e irritantes del
agua de mar o piscina. Se aplican antes delbaño y sobre la crema solar si fuera necesaria una
fotoprotección. Deben ser eliminadas después del baño.
Son emulsiones siliconadas (W/S) compuestas por una fase externa que contiene sustancias y
emulgentes de tipo silicónico (dimeticonas, ciclosiliconas, fenildimeticonas), y una fase interna
compuesta por agua, un poliol y un electrolito. También son llamadas emulsiones “oil free”, ya
que están libres de las grasas productoras de comedogenia (20).
En el Formulario Nacional está descrito un excipiente en emulsión silicónica con la siguiente
composición:
Fórmula 35
Ciclometicona tetrámera 15 g
Base silicónica autoemulsionable 5 g
Glicerol 3 g
Cloruro sódico 2 g
Agua conservante csp 100 g
La ciclometicona tetrámera que se suele emplear es el Abil K®, que debido a su alta
volatibilidad, aumenta el grado de evanescencia dejando la piel mate y libre de brillos.
También evita el frecuente efecto pegajoso que se produce en otro tipo de emulsiones, sobre
todo de fase externa oleosa. La base silicónica autoemulsionable que se suele emplear es el
Abil ws 09® (cetil-dimeticona copoliol, poligliceril-4 isoestearato y laurato de hexilo, emulgente
y cera líquida); compuesto silicónico autoemulsionable que junto al Abil K® da lugar a la
estabilidad de la emulsión por repulsión de cargas.
Con todo ello, la fórmula quedaría así desarrollada:
Fórmula 36
Abil ws 09® 5 g
Abil K® 15 g
Glicerol 3 g
Cloruro sódico 2 g
Agua destilada csp 100 g
La fórmula podría enriquecerse con componentes antiirritantes como la avena. Un ejemplo de
ello es la crema barrera A-Derma Exomega de Ducray®.
La formulación en la oficina de farmacia nos ofrece la posibilidad de realizar estas cremas
barrera, y puede ser interesante realizarlas con protector solar, evitando así tener que utilizar
dos cremas (la barrera y el protector solar).

2.6 Tratamiento oral


Se utilizan los siguientes principios activos:

 Antimicrobianos. Se utilizan en casos de sospecha de sobreinfección de las lesiones.


Los más utilizados son cefalosporinas o macrólidos, concretamente el cefadroxilo.
 Antihistamínicos. En casos de prurito resistente. Los antihistamínicos con acción
sedante ayudan en casos de alteración del sueño, algo que puede ocurrir en la
dermatitis atópica por culpa de los picores.
 Glucocorticoides sistémicos en casos de reagudizaciones graves.
 Ciclosporina. Ya se ha comentado el posible uso de este inmunosupresor. Puede
sustituirse por metotrexato o azatioprina (4).
 En algunos casos se utiliza valeriana para evitar o paliar estados nervios que pueden
provocar rascado.

Existen muchas presentaciones comerciales de los tratamientos orales y es raro que se


recurra a la formulación magistral. Como excepción la ausencia de algunas presentaciones
pediátricas de determinados principios activos, en esos casos se puede recurrir a la
formulación de preparados orales para su administración. Un ejemplo son los jarabes con
corticoides de prednisona al 0,5% o de dexametasona al 0,1% (2,4).
Algunos de los productos via oral que realizamos en nuestro laboratorio para el tratamiento de
la dermatitis atópica:
Boragoil AGL choque

Boragoil AGL mantenimiento

3. Conclusiones
La formulación en la oficina de farmacia tiene diversas aportaciones al tratamiento de la
dermatitis atópica:
1. Existen combinaciones que han demostrado una gran eficacia en el tratamiento, pero
no se encuentran comercializadas. Un ejemplo de ello es la asociación clobetasol
propionato y urea para el tratamiento de la fase aguda y subaguda.
2. Dosificaciones distintas a las comercializadas. Destaca en el tratamiento de las fases
aguda y subaguda con los corticoides e inmunosupresores, y en los principios activos,
y sus asociaciones, en el tratamiento del prurito.
3. Formulaciones con escaso tiempo de estabilidad son difícilmente comercializadas, por
lo que se recurre a la formulación. Encontramos esto en el caso del tacrólimus y sus
asociaciones.
4. Las asociaciones entre diferentes principios activos consiguen reducir el número de
productos a administrar. Es una constante en esta patología, algunos ejemplos son las
asociaciones de corticoide e inhibidor de calcineurina o la de clobetasol propionato y
urea. También es posible la introducción de agentes hidratantes y antipruriginosos en
los preparados.
5. Podemos evitar el uso de sustancias potencialmente irritantes como los perfumes o los
parabenos (comúnmente utilizados por la industria).
6. Posibilidad de formular formas farmacéuticas no comercializadas, via oral, como los
corticoides destinadas a población infantil.
7. Las modificaciones organolépticas pueden conseguir una mayor aceptación del
producto por parte del paciente.
8. Personalización de la prescripción (dosis, asociaciones, vehículos, características
organolépticas, etc.).
9. Desarrollar nuevas formulaciones con fármacos ya conocidos. Determinados principios
activos pueden adaptarse a nuevos vehículos u otras indicaciones

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