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Proyecto Político Sindical

INTRODUCCIÓN

Este Proyecto Político Sindical fue elaborado con base en los


resolutivos discutidos y aprobados por mayoría en el 14º
Congreso Seccional Extraordinario de la Sección XVIII del
SNTE, realizado en marzo de 1995, en el que se nombró al
Comité Ejecutivo Seccional, con una representación
mayoritaria para el Movimiento de Bases de los
Trabajadores de la Educación en Michoacán, incluida la
Secretaría General. Ese Comité le dio la forma en que se
presenta en este documento y lo discutió delegación por
delegación en un 95% de las 817 que integran la Sección
XVIII, entre los meses de septiembre a diciembre de 1995,
resultando aprobado por el 90%. El esfuerzo posterior ha
sido concretarlo, lo que implica fundamentalmente la
realización de las tareas, dirigidas y practicadas por las
bases y sus instancias de representación.

CONSIDERACIONES SOBRE LOS


SINDICATOS

Nos parece fundamental considerar el origen de los


sindicatos en virtud de que, de esta manera, podemos
reconocer el marco económico, político y social en el que
hacen su aparición, el papel y tareas que van a cumplir, el
proceso de transformación que han experimentado, cuáles
son los factores que motivaron dichos cambios y,
finalmente, con la ayuda de estos antecedentes y el análisis
de la situación económica y política en la que desplegamos
nuestra actividad sindical, establecer las tareas y los
lineamientos de nuestro TRABAJO SINDICAL, con la
seguridad de que responden a los intereses inmediatos y
mediatos de las bases.
La acción sindical surge cuando existe en la sociedad
el trabajo asalariado y éste aparece en el momento en
que se ha impuesto el modo de producción capitalista,
donde los burgueses acaparan los medios de producción (la
tierra y las empresas), expulsando al campesino de la tierra
y al artesano de su taller, viéndose sin otro medio para vivir
que su fuerza de trabajo que se vende por un jornal; se
forman así los ejércitos de asalariados que laboran en las
grandes empresas: campos agrícolas, fábricas, etc.

Las primeras manifestaciones de los asalariados aparecidas


en Europa a principios del siglo XIX, fueron contra las
máquinas, por considerarlas el factor de sus desgracias.
Poco después nacen las primeras organizaciones obreras
que tuvieron en un inicio un carácter solidario; se les
conoce con el nombre de Mutuales o Cajas de Ayuda Mutua,
cuyo objetivo era la reunión de fondos económicos para
apoyar al compañero en desgracia.

En esos años el capitalismo era ya dominante, centralmente


en Inglaterra y en Francia, pero necesitaba consolidarse
desarrollando la industrialización, para lo cual requería
eliminar el poder económico y político de la nobleza y
acrecentar su capital. Por esta razón los burgueses
imponían una bárbara explotación con prolongadas y
extenuantes jornadas de trabajo y con salarios miserables,
además prevalecían condiciones de trabajo sumamente
riesgosas que multiplicaban las enfermedades y accidentes
sin que existiera protección alguna para el trabajador. Ante
esa despiadada explotación que no tenía freno, muy pronto
la unidad construida en las mutuales se volcó contra los
patrones para exigir la reducción de la jornada, más salario
y mejores condiciones de trabajo; cuando ésto sucede
aparece de hecho la lucha sindical que fue fortaleciéndose
con el tiempo.

La desmedida explotación de los patrones se debe a su


ilimitada sed de riqueza por lo que, además, viven en una
permanente competencia en la que cualquier patrón puede
ser anulado por sus colegas si su empresa queda rezagada
de los avances tecnológicos, para evitar esto se requiere
invertir, cada vez, una mayor cantidad de capital.
La competencia es una ley del sistema capitalista que
tendrá vigencia mientras perdure dicho sistema.
Lógicamente miéntras más exprime y menos desembolsa
para el trabajador, el patrón tendrá posibilidades de salir
avante en dicha competencia.

Vemos pues que el interés del patrón, la ganancia, se


contrapone con los intereses del obrero que lucha por
un mejor salario; son intereses contrapuestos,
irreconciliables, por lo que con la aparición de estas dos
clases sociales se viene dando una lucha permanente, unas
veces abierta y otras veces velada, que se resuelve en
función de las fuerzas que se contraponen.

La lucha de clases es un hecho que conocemos, es el


motor de los cambios y constituye el postulado básico
de nuestro Proyecto Político Sindical; sobre él fincamos
la estrategia para superar los problemas de los asalariados
del país y de los trabajadores de la educación en particular.

El sindicato es producto de esa lucha de clases, es la


fuerza que genera la unidad organizada de todos y cada uno
de los asalariados contratados por un patrón o por patrones
del mismo ramo. El sindicato son todos los trabajadores y
no las cúpulas. Cumplen su cometido en la acción por la
reivindicaciones. La pasividad permanente de los
agremiados los lleva a delegar sus facultades o a que les
sean arrebatadas por los dirigentes, eliminando la esencia
de la organización sindical.

La organización sindical ha tenido dos tareas históricas qué


cumplir:

1.- La lucha económica o gremial.

Consiste en arrancarle al patrón, a través de la presión, un


mejor nivel de vida, es decir, vender a mejores precios la
fuerza de trabajo del asalariado.

Esta actividad sindical no elimina la relación laboral


asalariado- patrón; se conserva la dependencia y la
explotación con todas sus consecuencias inherentes al
sistema del capital, donde la ganancia es prioritaria, es la
que siempre se garantiza por encima del salario. A las
primeras insistencias de los proletarios organizados para
arrancar sus reivindicaciones económicas, el patrón de cada
empresa responde con una estructura y mecanismos de
control que ha establecido al interior de sus instalaciones
para desmantelar la presión de los asalariados; cuando
éstos han superado esos organismos de poder y rebasan al
patrón, tienen que enfrentarse con toda la clase patronal
representada por el Estado que, por su propia naturaleza
despliega una acción política en contra de los trabajadores,
y la respuesta aislada de cada sindicato será aplastada por
esa fuerza del Estado. Por lo anterior los trabajadores han
formado federaciones, confederaciones y centrales a fin de
mejorar los resultados de la lucha económica, teniendo
medianamente éxito en los períodos de bonanzas para los
patrones, revirtiéndose drásticamente la situación en
tiempos de crisis.

2.- La lucha política de los sindicatos.


Ha sido muy común ver a los sindicatos, desde su aparición
a la fecha, participar en la política nacional respaldando los
proyectos de los distintos partidos políticos de carácter
patronal o al mismo proyecto del gobierno en turno. En esta
situación los sindicatos no luchan por sus intereses, sino
que respaldan los intereses de sus enemigos de clase.
Precisamente la legalización de la vida sindical en muchos
países se utilizó para comprometer a los asalariados; fue el
método para garantizar la preservación del sistema social.
Sin embargo la presencia de las crisis cada vez más agudas
ha obligado a los asalariados a buscar alternativas ante la
extrema miseria en que nos hunde el capital. Es entonces
cuando se rebasa la lucha puramente económica y se niega
el respaldo a los proyectos burgueses, para levantar
proyectos propios de clase que implican cambios en el
régimen económico, político y social.

En la lucha contra los patrones y su Estado, los asalariados


requieren construir una fuerza social y política superior a la
del enemigo, por lo que es indispensable:

 La unidad organizada y participativa de todos los


asalariados y del pueblo trabajador.
 El saber o conocimiento de la realidad objetiva que se
traduzca en un proyecto independiente de clase.
 Un proyecto independiente del Estado que presente una
propuesta económica viable en favor de los intereses del
pueblo, que justifique el derecho a una vida digna de todos
por igual y no sólo de las castas sociales que detentan la
riqueza y que garantice una organización política de la
sociedad para construir esa sociedad más justa.
 Voluntad política para cumplir con las tareas
Si los elementos arriba mencionados se fusionan,
encarnadas en el sujeto de cambio que son las bases del
pueblo, habrá posibilidades de victoria; si no es así,
quedaremos atrapados y a expensas de esa política criminal
del capital.

ETAPAS DE ORGANIZACIÓN
SINDICAL EN MÉXICO

Las primeras organizaciones obreras en México aparecen, a


semejanza de las demás partes del mundo, en el momento
en que domina el sistema capitalista de producción y ésto
se dio en nuestro país en el último tercio del siglo pasado.
Se caracteriza por la proscripción de toda actividad
sindical. Este periodo se prolonga hasta el fin del Porfiriato.
A pesar de la represión constante, la organización sindical
se desarrolla y fortalece teniendo una participación
significativa en la Revolución Mexicana.

La segunda etapa se caracteriza por la legalización e


institucionalización de la vida sindical. Tiene su inicio
en la promulgación de la Constitución del 17 donde se
legisla, en el artículo 123, sobre las relaciones laborales,
estableciendo los derechos de patrones y trabajadores,
garantizando la propiedad, la ganancia y la concentración
del capital para los primeros y señalando un mínimo nivel
de vida para el asalariado, suficiente para garantizar mano
de obra barata y permanente, calificada y no calificada, al
servicio del capital, con lo que se justifica la explotación y
sus consecuencias sociales.
La legislación laboral tiene una relación directa con la tarea
fundamental de la Revolución Mexicana que consistía en la
industrialización del país. Era de esperar que al salir
victoriosa de esta contienda, la burguesía progresista
impusiera en el proyecto de nación su sello de clase, de tal
suerte que la industrialización fue para su beneficio; el
monopolio es su producto peculiar. Dadas las características
del país, al Estado le tocó desarrollar una serie de tareas de
carácter económico, político y social que permitieron a la
burguesía tradicional y a la naciente, una fácil acumulación
de capital. Entre las más conocidas están: La reforma y
reparto agrario, el impulso a la educación pública, la
construcción de una red ferroviaria y de carreteras, la
apertura del Banco de México, de la industria petrolera y de
la eléctrica, entre otras, que sirvieron para transferir
utilidades y capital a la iniciativa privada. Con todo ésto se
dio forma al Estado benefactor que ejerció la regulación
entre las clases, para garantizar altas y permanentes
ganancias al capital.

Esta participación del Estado mexicano nutrió de elementos


al llamado “Nacionalismo Revolucionario”, que fue la
ideología surgida de la revolución y que se hizo discurso
oficial de 1917 hasta la década de los 80's, con el que se
mediatizó la conciencia de los asalariados y de todo el
pueblo trabajador. Consiste fundamentalmente en que la
revolución es obra de todos, por lo que el gobierno
emanado de ella, no es propiedad de clase social alguna,
sino representante genuino del pueblo, que se erige y se
presenta como juez supremo e imparcial que administra la
justicia para todos en forma equitativa, versión totalmente
falsa.

Con ese discurso y con el apoyo de la legislación laboral, se


institucionalizó la participación política de los sindicatos,
corporativizándolos al partido oficial desde el sexenio de
Lázaro Cárdenas hasta la fecha. Con esto los asalariados en
México se convirtieron en carne de cañón del partido en el
poder, respaldando los programas económicos sexenales. A
la par se permitió, en el marco de la Ley Federal del
Trabajo, la lucha económica, siempre y cuando no se
pusiera en riesgo la ganancia y el capital, ni se cuestionara
al régimen político y menos al sistema.
Las formas más comunes para lograr este control fueron:
 El discurso ideológico
 La aplicación de la ley
 La compra de dirigentes sindicales a los que se les
aseguró bienestar y poder de gestoría entregándoles
migajas para las bases, recursos para conformar los
aparatos de control, respaldo legal y policíaco y finalmente,
carrera política, con lo cual se trata de justificar además el
discurso ideológico de que el gobierno es de todos, donde
incluso participan físicamente los representantes más
destacados de los trabajadores.

La última fase de esta etapa institucional se conoce


como SINDICALISMO CHARRO, no por ofender a los que
portan el vestuario tradicional del conocido deporte
mexicano, sino porque tiene su origen en la práctica de un
“dirigente” ferrocarrilero (JESÚS DÍAZ DE LEÓN)
acostumbrado a vestir de charro, de ahí el mote, que fue
utilizado por el Estado en 1948, para consumar el proyecto
estratégico del Estado planteado en la creación de la
Confederación de Trabajadores de México en 1936, que
consistía en excluir o expulsar de los centros de trabajo y
de todas las organizaciones sindicales a todo asalariado
disidente que profesara la más elemental idea colectivista,
solidaria o socializante.

En esta etapa se impuso la práctica de designar e imponer,


desde las esferas del Estado, a todos los dirigentes
sindicales con el respaldo policíaco de las corporaciones del
Estado. Se obligó a los sindicalizados a afiliarse y a
respaldar al partido oficial. A pesar de la resistencia obrera,
de gran sacrifico y sangre proletaria derramada, finalmente
el Estado consumó los objetivos de su proyecto sindical; la
vida de estos organismos, en términos generales, se
distinguió en varias décadas por los desfiles oficiales para
dar gracias al presidente en turno, muy a pesar de la
miseria en que nos ha sometido.

A partir de la década pasada, el sindicalismo mexicano


empieza a ser transformado con el propósito de acoplarlo al
neoliberalismo que impera en el país.

Ese modelo económico aplicado a partir de 1982 niega, de


manera tajante, el modelo del “Estado benefactor”, como es
la inversión económica del Estado, los subsidios y la
regulación, para poner en manos de la oferta y la
demanda, es decir del mercado, el destino económico
del país, a excepción de la fuerza de trabajo, cuyo
precio es determinado por el Ejecutivo Federal,
castigándola hasta convertirla en la más barata del mundo,
para favorecer supuestamente la inversión del capital.

Muchos pasos se han dado para colocar los bienes


económicos en el marco del juego del mercado: se
subastaron la mayoría de las empresas paraestatales, se
abrieron las fronteras, se reformó la Constitución en los
artículos que más favorecían a la población, se puso en
bancarrota a la agricultura y a gran parte de la industria
nacional; a la par con ésto creció la miseria como nunca
antes, mientras se favoreció la concentración monopólica
representada en las 24 familias que integran la oligarquía
financiera mexicana.

El neoliberalismo requiere la eliminación del sindicalismo


gestor, instrumento de la regulación, con el propósito de
transformar las relaciones laborales colectivas a relaciones
individuales. Para ésto se han aplicado instrumentos como
el Servicio Civil de Carrera (Carrera Magisterial y Sistema
de Homologados en el Magisterio), se han eliminado gran
cantidad de sindicatos combativos y está por reformarse la
Ley Federal de Trabajo, con lo que se le dará el último golpe
a los contratos colectivos y a una serie de conquistas
laborales más, para ratificarse y ampliarse la llamada
flexibilización, que consiste en la eliminación del
puesto base por los contratos temporales, horarios
continuos por discontinuos y puesto único por mil
usos. Al consumar ese proceso, la única “defensa” del
trabajador asalariado será su productividad, su eficiencia,
su mansedumbre.

BALANCE DE LA SITUACIÓN ACTUAL

La bancarrota del Neoliberalismo es un hecho irrefutable a


nivel mundial; no tiene la posibilidad de resolver los
problemas económicos y sociales de los pueblos y no se
está planteando hacerlo. Se sigue aplicando porque les está
dando resultado como una salida para el gran capital. En
México, 18 años de aplicación nos han llevado a la mayor
crisis de la historia que se transformar en crisis social y
política, sin salida en el corto y mediano plazo.

 Ha polarizado a la población produciendo más pobres (30


millones de pobres y más de 26 millones en extrema
pobreza), y concentrando la riqueza en tan sólo 24 familias
que forman la oligarquía financiera.
 Ha destruido gran parte de la economía mexicana
lanzando a la bancarrota a millones de empresas pequeñas
y medianas.
 Ha destruido la economía agraria lanzando a la miseria a
millones de campesinos pobres.
 Ha suspendido los subsidios, privatizando las empresas
paraestatales, los servicios, la educación, la salud y las
pensiones, acción que pretende concluir a corto plazo.
 Ha abandonado los planteamientos del llamado “Estado
benefactor”, cancelando todos los compromisos y pactos
sociales de su política reguladora.
 Ha reducido el salario de los trabajadores del país en un
73.8% y ha generado más de 13 millones de desempleados.
 Ha eliminado gran parte de los derechos conquistados por
el pueblo trabajador, establecidos en la Constitución Política
y las leyes secundarias, al aplicar una serie de medidas
políticas que nos están conduciendo a un estado de
indefensión.
 Con su ingreso al GATT, y posteriormente al TLC, abrió
las fronteras al capital internacional al que se ha asociado
abierta y descaradamente para saquear a nuestro pueblo,
abaratando, como en ningún lugar del mundo, la mano de
obra y disponiendo a su antojo de los recursos del país.
 Esta política neoliberal, no reconoce límites. El castigo a
la clase trabajadora y a los sectores medios no se detiene.
Zedillo se niega una y otra vez a dar marcha atrás. Ésto
reafirma la opinión de que este régimen está planeando, en
los hechos, el exterminio de parte de la población excluida,
de la más pobre e indefensa, por medio del hambre, la
enfermedad, el alcoholismo, la drogadicción, la represión y
la masacre.
 Esta política rapaz, salvaje, brutal, irracional en extremo,
que ha generado la pérdida del consenso social, es parte
inherente del llamado régimen neoliberal con su expresión
más degenerada y escandalosa como es la participación del
aparato estatal en el narcotráfico, así como las fricciones y
asesinatos al interior del mismo.
 La corrupción forma parte de esa competencia interna de
acumular capital y mantenerse en el poder político,
utilizando los medios más sucios y vergonzantes, siendo el
sistema el encargado de ocultar o de acallar el escándalo,
justificando, en los hechos, esta carrera ignominiosa de las
personas del gran capital que cuentan con el aval del
imperialismo yanqui.
 No existen posibilidades de que el partido de Estado, el
PRI Gobierno, ni ningún otro partido político legal detenga
esta política genocida; Zedillo no tan sólo no la detiene, sino
que acelera una serie de medidas neoliberales, de
trascendencia histórica por sus efectos negativos en la
población.
 Toda esa política profundiza la carencia de consenso
social hacia el régimen, aumenta la inconformidad y agudiza
la crisis social y política. El vacío de poder se está llenando
con una acelerada militarización y endurecimiento del
régimen; pretenden acallar la protesta con el uso de la
fuerza.
 La inconformidad no se traduce aún en una participación
activa y organizada. La respuesta es muy local e inmediata,
salvo en algunos estados donde se comienzan a rebasar
estos límites. Faltan los dos aspectos fundamentales básicos
para facilitar el aglutinamiento: Un planteamiento político
alterno más completo y una fuerza política que lo impulse
dando seguridad a los contingentes grandes o pequeños,
pero que no tienen posibilidades de resistir por sí solos.

A nivel general se está ampliando una posición de


consenso: combatir al neoliberalismo y al partido de Estado
e impulsar una alternativa que, en términos generales, es la
democratización de la vida nacional o la transición a la
democracia popular que consta de tres puntos emergentes.

1. Dar respuesta a las demandas de la población


trabajadora y sectores excluidos, afectando a los
monopolios.
2. Abrir y garantizar las libertades políticas, eliminando
todas las fuerzas policíacas y anticonstitucionales y las
disposiciones coercitivas, a fin de que la población pueda
ejercer su libertad, soberanía, derecho y democracia.
3. Constituir la Asamblea Nacional Popular que dará forma a
la Asamblea Constituyente.

Para este trabajo se requiere la conformación de un Frente


Nacional de Organizaciones Sociales y Democráticas que,
por su capacidad de movilización, pueda detener las
embestidas del Estado. Este frente debe integrarse por
todos los sectores excluidos que estén dispuestos a luchar
contra el neoliberalismo hasta eliminarlo como proyecto “de
Nación” y a sus impulsores y beneficiarios.

Las luchas aisladas gremiales e inmediatas están


condenadas al fracaso. Ejemplos contundentes que
permiten ratificar esta afirmación los tenemos en la
aprobación de la nueva Ley del Seguro Social, en la
desaparición de Ruta 100, en los reajustes económicos, en
la venta de la Petroquímica. Si alguien aún duda de que
estas medidas políticas nos afectan de manera inmediata y
directa a los sindicalizados, tendríamos que reconocer su
inclinación al masoquismo. La política de reducirnos a la
miseria está en marcha. El genocidio que causará es
evidente. Abramos los ojos y veamos cómo deambula por
las calles de las urbes, la miseria como fantasma que crece
día con día.

PROGRAMA POLÍTICO SINDICAL

Tareas centrales

1. 1. Restituir el poder a las bases.

2. 2. Integrarnos en el esfuerzo
nacional para resolver los grandes
problemas nacionales, al lado del
pueblo.

3. 3. Construir un Proyecto Alternativo


de Educación.

4. 4. Arrancar las reivindicaciones de


las bases.
5. 5. Realizar una gestoría
democrática.

6. 6. Unificar a los trabajadores de la


educación.

1. 1. Restituir el poder a las bases

Si los sindicatos son la fuerza social organizada que surge


de la acción colectiva de todos y cada uno de sus miembros
por objetivos comunes o intereses colectivos, es evidente
que el poder de decisión debe volver al seno de las bases
eliminando las determinaciones verticales, donde el poder
fue trasladado a las cúpulas, al dirigente, e incluso, salió de
estas esferas para ubicarse en las diversas instancias del
Estado, siendo el dirigente sindical oficial tan sólo una
correa de transmisión y aparato de control, con el único
propósito de servir al sistema.

En estos momentos en que se está planteando el cambio


hacia la democracia, nuestra primera tarea es hacer de ésta
un ejercicio real entre las bases, para reconstruir ese poder
de bases, consolidando la democracia de bases en la que
transitemos hacia una democracia popular, convencidos de
que es esta acción colectiva la que puede hacer los
cambios; el pueblo es hacedor de la historia; los dirigentes
son necesarios y su acción será acertada siempre que
manden obedeciendo el consenso de las bases.

Rescatar ese poder de decisión de las manos del Estado no


es tan fácil, por los intereses que existen de por medio;,
afortunadamente en la Sección XVIII llevamos camino
recorrido, por lo que sabemos que ésta no se realiza por
decreto; es una práctica social que se asume sólo cuando la
voluntad de la base toma conciencia y siente la necesidad
obligada de hacerlo.

Efectivamente, los tiempos actuales de crisis nos están


demandando nuestra urgente participación; este sentir se
aprecia en las bases de la Sección XVIII de Michoacán, por
lo que proponemos las siguientes metas:

a. Garantizar la información completa y oportuna


entre las bases y sus instancias de dirección, a fin de
que participen realmente en la discusión y toma de
acuerdos.
b. Desarrollar el estudio y la discusión de los temas
necesarios para la formación política sindical,
recordemos que el ejercicio del poder se logra con el
conocimiento de la realidad.
c. Elaborar junto con las bases los proyectos de
trabajo necesarios para que la actividad de toda la
Sección XVIII sea cada vez más consciente, planeada y
científica.
d. Desarrollar colectivamente con artículos, con la
distribución y cooperación económica, con la lectura y los
comentarios críticos, una prensa estatal que nos
mantenga informados, que apoye la formación y la
organización de las bases. Además tenemos que hacer
uso de todos los medios de comunicación posible bajo un
plan que presente la Comisión de Prensa Estatal.
e. La estructura organizativa de la Sección XVIII, en
todas sus instancias, debe tener un funcionamiento
colectivo que permita la toma de acuerdos por
consenso de bases. Además de las instancias estatutarias,
debemos impulsar y estructurar o conformar otros estatutos
que permitan una participación completa de las bases.

Todo elemento que tenga una comisión será revocado por


las bases si no cumple con su obligación

Todas las instancias de la estructura sindical deben realizar


reuniones periódicas que nos permitan informar, discutir los
problemas y tomar acuerdos oportunos. La periodicidad que
se propone para cada instancia es la siguiente:
 Delegación sindical o CETES (una cada mes o dos
meses), además de las extraordinarias.
 Asambleas de coordinación regional (una cada semana).
 Pleno regional (cuando sea necesario tomar acuerdos de
mayor consenso).
 Comité Seccional (una cada semana).
 Pleno Estatal (uno cada tres meses).
Algunas tareas
1. Completar la estructura organizativa regional, actualizar
el plan de trabajo y hacerlo efectivo al más corto plazo en
cada una de las regiones.
2. Implementar los cursos de formación pendientes en todas
las delegaciones y CETES, para discutir el Proyecto Sindical,
el Proyecto Educativo y otros.

2. Integrarnos al esfuerzo nacional para resolver los


grandes problemas nacionales, al lado del pueblo

Como ya se señalaba en el balance, la bancarrota


económica del neoliberalismo y los efectos sociales que está
generando, están llevando a la gran mayoría de la población
a dar una respuesta urgente y abierta; plantean la
necesidad de un cambio de gobierno que resuelva esta
crisis económica, política y social. Consideramos obligada la
participación de la Sección XVIII en ese esfuerzo del pueblo
por buscar un cambio ante esta situación imperante. La
respuesta que demos a esta cuestión determinará el
carácter gremial o social, sindical, economista o político
formalista o de cambio, de transferencia o revolucionario.

No se trata necesariamente, como Sección XVIII, de


incorporarnos a un partido político, se trata de ubicar
los problemas, conocer su origen y naturaleza y
proponer alternativas de solución. Se requiere
también conocer las fuerzas sociales que están
impulsando esas políticas nefastas y cuáles son las
clases y sectores del pueblo que sufren las
consecuencias, para hacernos fuertes en una
participación compartida.

Ubicamos que el problema está en la dictadura del partido


de Estado (PRI-gobierno), que está imponiendo ese
proyecto neoliberal, no dejando otra alternativa; o
luchamos o nos arrebatan todas nuestras conquistas.

Entendemos entonces que si el programa neoliberal nos


está castigando, la alternativa: necesaria es presentar otro
programa emergente de gobierno. Las propuestas a
discutidir son:
 El Gobierno de Transición a la democracia con sus 16
demandas, planteado por el EZLN y posteriormente por el
Congreso Nacional Indígena.
 La propuesta de construcción del Poder Popular que
venimos construyendo, desde la Sección XVIII, en el
Movimiento de Unidad y Lucha Popular (MULP)
Estas propuestas requerimos conocerlas y discutirlas para
considerarlas.

Por nuestra parte presentamos, para su discusión, un


Programa Democrático de Gobierno para Michoacán y un
Programa de Gobierno Democrático Municipal, que tienen
como sustento el planteamiento general expuesto en el
Balance y establecido en el programa político del MULP, con
lo que, más que corporativizarnos a un partido político,
estaríamos en la posibilidad de luchar, de manera clara, por
los intereses genuinos, vigentes del pueblo,
fundamentalmente de los que menos tenemos, cuya
primera tarea consiste en restituir la soberanía del pueblo,
estableciendo una serie de actividades precisas para
alcanzar esta meta.

Es urgente propagandizar y discutir nuestra propuesta de


programa del MULP entre los trabajadores de la educación y
entre otros sectores sociales, estén o no organizados,
tendremos que plantearla a los compañeros de las demás
secciones del país, para impulsar la construcción de un
programa de gobierno democrático nacional que podamos
compartir con toda la clase trabajadora y demás sectores
marginados. Habremos de aprovechar los foros nacionales,
las reuniones de la CNTE.

3. Construir un Proyecto Alternativo de Educación

Las reformas educativas, cuyo propósito fundamental ha


sido la reducción del presupuesto para la educación, han
generado la caída de la calidad de la misma. La
modernización educativa constituye un fuerte golpe a la
educación pública en todos los aspectos, con la tendencia
hacia su privatización; ha impulsado la reorganización del
sistema educativo, imponiendo un supuesto federalismo que
rompe con los contratos colectivos de trabajo, desmantela
al sindicato, además de imponernos carrera magisterial con
lo que individualiza, aún más, las relaciones laborales.
Ante esa política educativa, la Sección XVIII está obligada a
defender la educación pública de alta calidad y cobertura
suficiente, además de las conquistas laborales, por lo que,
ante la imposición, es necesario apropiarnos de nuestra
materia y nuestro espacio de trabajo anteponiendo al
programa de modernización educativa, ya muy avanzado,
un proyecto alternativo de educación que cumpla con estos
objetivos. Además, al concretar este trabajo, estaremos
avanzando de manera automática, en la formación de un
magisterio responsable con un compromiso consigo mismo
y con el pueblo.

Para cubrir esta tarea el C.E.S. ha conformado una comisión


de investigadores de tiempo completo que de inmediato se
aboquen a darle forma a un proyecto de educación.

Además, tenemos el compromiso de informar y discutir


entre las bases los avances de la modernización, para
detener aquellos aspectos nocivos que lesionen a la
educación pública y a los derechos laborales.

Este trabajo no es exclusivo del magisterio, sino de la


Sección en su conjunto, en el que consideramos que la SEP
debe aportar los recursos necesarios, por lo que debemos
exigirlos.

Sobre estas tareas más puntuales tenemos avances que


están ya en marcha como son los siguientes:
 El compromiso contraído (aunque ahora pretenden
olvidar), con la S.E.E. de elaborar, de manera conjunta
S.E.E.-S.N.T.E., un Programa de Educación y Cultura para
Michoacán, que transforme totalmente la educación en
Michoacán, que rebase los límites sociales y problemas
actuales en cuya tarea tendrá que participar todo el
magisterio del estado, los padres de familia, los alumnos y
sectores populares, conscientes de la importancia del
quehacer educativo.
 Participar en los esfuerzos coordinados de los
trabajadores de la educación con otras secciones y
contingentes. Por nuestra parte se dará continuidad a la
investigación y a la discusión en cursos, seminarios,
talleres, conferencias, foros y congresos. La Sección XVIII,
ha presentado propuestas a las demás secciones al
respecto.
 El Comité Ejecutivo Seccional viene participando en una
organización trilateral compuesta por representantes
sindicales y otros grupos de Canadá, Estados Unidos de
Norteamérica y México, con el objetivo de conocer los
planes y la situación educativa de los tres países, y
presentar los ensayos y propuestas alternativas,
conjuntando esfuerzos para defender la educación pública y
construir propuestas alternativas que mejoren la crítica
situación de la educación en estos países.
 Se buscarán los contactos para plantear la participación
en esfuerzos de este tipo con los países latinoamericanos.

3. Arrancar las reivindicaciones de las bases

Desde el origen del sindicalismo la lucha por la


reivindicación ha sido uno de los ejes centrales. En la
situación que padecemos hoy, esta se vuelve prioritaria. De
hecho la Unidad del magisterio en Michoacán se hizo posible
en la lucha por las demandas. El C.E.S. viene cumpliendo
esta tarea con los Pliegos Petitorios interpuestos cada año,
desde mayo de 1995 en tiempo y forma y con los
consiguientes Planes de Acción.

Sin embargo, hoy no estamos cumpliendo cabalmente si, al


valorar la situación actual, no advertimos las nuevas
dificultades que para alcanzar las reivindicaciones nos
interpone la política neoliberal. En efecto, mientras las
fuerzas del mercado llevan el timón de la economía, el
salario y otras prestaciones las define de manera hermética
e inflexible, año con año, la comisión intersecretarial y/o el
Ejecutivo Federal. Lo que amarran esas instancias y que nos
afecta de manera automática e inmediata, no lo desata
ninguna otra instancia y muy pocas veces se ha conjuntado
una fuerza social que logre hacer variar esa decisión
centralizada en el más alto nivel del gobierno. Las
respuestas mínimas que hemos obtenido, a pesar de las
grandes movilizaciónes en Michoacán, son muestra de esa
centralización y cerrazón del Estado, por lo que tenemos
que hacer público y socializar la discusión en torno a las
siguientes necesidades:
a. Reconocer que el Estado está empeñado en reducir
nuestro nivel de vida y que, para detenerlo, requerimos
aparte de la lucha reivindicativa, la lucha política.
b. Que las demandas de carácter económico deben
ensamblarse con las reivindicaciones políticas capaces de
aglutinar a amplios contingentes que permitan planes de
acción concensados; que sienten las bases para establecer
coordinaciones o frentes de lucha. Es necesario establecer
la coordinación con las bases combativas de las demás
secciones del SNTE.
c. Hacer una caracterización de las organizaciones sociales
en lucha para valorar las posibilidades de establecer
alianzas a partir de los objetivos comunes tanto en el plano
local, como regional, estatal y nacional.
d. Hacer un esfuerzo porque los movimientos no estallen de
manera espontánea sino programada y coordinada, que den
margen a prevenir problemas y armarse de lo necesario
para resistir y conseguir la victoria.
e. Desarrollar de inmediato la discusión sobre estos
planteamientos para que sean avalados o corregidos por las
bases. Además de darle seguimiento al pliego petitorio y
plan de acción.
e. Requerimos instrumentar lo necesario para que los 3
sectores en que la SEP nos ha dividido, (los docentes del
nivel básico, no docentes y homologados), podamos realizar
una sola negociación con un solo pliego, en una sola fecha y
ante una sola instancia de la SEP.

1. 4. Realizar una gestoría democrática

a. La gestoría es una de las actividades prioritarias en la


cual se reclama seriedad y una escrupulosa transparencia.
El C.E.S. se compromete a cumplir cabalmente su parte en
el entendido de que es una tarea de toda la base y las
instancias de la Sección XVIII; debemos impulsar y aplicar
la gestoría masiva, en la que la definición del derecho, y su
concreción sea responsabilidad de las bases. En este
entendido, la gestoría comienza desde los CETES y
delegaciones, aplicando los criterios acordados en las
instancias estatales para hacerlos efectivos en los niveles
correspondientes, así como respaldar la gestoría más
general de las instancias de dirección y hacernos respetar
en este terreno cuando las autoridades se empeñen en
burlar los derechos.
b. Entendemos la gestoría como la defensa de derechos ya
establecidos en la normatividad en cuanto a los decretos, en
la administración de recursos y su distribución, en los
movimientos de personal y en la administración de justicia.
c. Las leyes y normas, aparte de ser ambiguas, son
parciales porque sirven para preservar este sistema injusto
a favor de la clase en el poder; además se le imprimen
modificaciones y enmiendas en momentos como el actual
en que impera un modelo político excluyente, para darles
un carácter más agresivo y elitista.
Por ello es necesario tomar conciencia de que la tarea de
Gestoría es una labor eminentemente política, que nos
obliga a discernir de entre todas las posibles soluciones las
más justas, desde nuestra situación de trabajadores que
colectivamente ejercemos el respeto al derecho de los
demás, en una relación de iguales, de hermanos de clase
frente al enemigo.

Debemos, asímismo, educarnos en el respeto a los derechos


de los demás así como en la necesidad de exigir el derecho
propio enmendando los procesos que sean impugnados y se
encuentren anómalos.

Algunas tareas:
a. Conocer los documentos que norman la gestoría en todas
las instancias para acatarlos e irlos perfeccionando como
criterios únicos y luchar contra la corrupción.
b. La SEE viene permitiendo y promoviendo la gestoría
paralela, a escondidas, para grupos que pretenden
nuevamente sobreponerse, con sus intereses particulares, a
los intereses colectivos, por lo que urge emplazar a la SEE a
que cierre esas puertas a fin de que pare esta práctica
nefasta.

2. 5. La unificación de los trabajadores de la


educación

La consigna central del XIV Congreso Seccional fue la


UNIDAD; esta no surgió de una posición filantrópica; sino
de la necesidad de conjuntar todas las fuerzas y los
esfuerzos de todos los trabajadores de la educación en
Michoacán y en el país para concretar los intereses
inmediatos y mediatos.
Esta tarea no tiene ningún sustento sentimental o
voluntarista, es un presupuesto necesario para alcanzar
nuestros objetivos comunes. En ese entendido la unidad de
las bases debe construirse en torno a un Proyecto Político
Sindical.

Por lo anterior, consideramos urgente:


a. Discutir y proponer ampliamente el presente Proyecto
Político Sindical para asumirlo concientemente.
b. Discutir las divergencias con los grupos que estén
dispuestos a asumir compromisos unitarios.
c. Incorporarnos abiertamente a la coordinación que
propongan otras secciones y que impulsen planteamientos
coincidentes, presentando nuestras propuestas de base.

Morelia, Michoacán.

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