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EL RECICLAJE COMO ECONOMÍA MUNDIAL

El reciclaje beneficia y además es el acto de la reutilización de algo. Hay diferentes


maneras de interpretar esto, reciclaje de muebles que ha sido usado por otra
persona, o el reciclaje de aparatos electrónicos, y luego está el reciclaje de plásticos,
papel y latas para ser reutilizado por la empresa. Mientras que los dos primeros ejemplos
son cosas que realmente nos hacen
ahorrar unos cuando billetes, nos vamos
a centrar en los últimos.

Es este método de reciclaje el que está


activo en los países más desarrollados de
todo el mundo. Depende de dónde viva,
pero algunos distritos ofrecen agilizar el reciclaje, que básicamente significa que no
tienes que hacer nada. Puedes dar la basura llena de todos los materiales reciclables y
las personas de instalaciones de gestión de residuos preciosos se encargan de todo.

La Mayoría de nosotros hemos escuchado hablar del reciclaje, pero pocos saben que el
reciclaje beneficia a la economía y al medio ambiente. Es esa cosa que las personas
hacen cuando están intentando ser sostenibles con o sin intención. Sin embargo, el
reciclaje no es sólo para los amantes de los árboles, es algo que todos debemos tener
en cuenta por infinitas razones.

No, no te va a hacer millonario y mucho menos de inmediato y no, no te va a hacer la


vida más fácil, sino que te mantendrá alejado de los problemas y serás capaz de decir
que estás contribuyendo a la mejora de nuestra comunidad global. El reciclaje ahorra
energía y la energía es cara, y se está agotando rápidamente.

Más de 40 líderes de la industria han aprobado un nuevo plan de acción para abordar
los problemas mundiales de plásticos, y han comenzado a trabajar juntos para crear un
sistema global más eficaz para plásticos. El plan de acción se ha recogido en el informe
“La nueva economía del plástico” se fue presentado en el foro de Davos, fruto de un
estudio realizado por el Foro Económico Mundial y la Fundación MacArthur Ellen.

Este plan revela que la con la acción concertada de la industria se podría alcanzar la
reutilización y el reciclado del 70% de todos los envases de plástico mundial, muy por
encima del índice de reciclaje actual, que solo es
del 14%. Los autores señalaron que a este ritmo
de vertidos plásticos al mar, en el 2050 podría
haber más plástico en los océanos que peces.

El informe proporciona una estrategia para la


industria global de plásticos para rediseñar los
envases, aumentar las tasas de reciclaje, e introducir nuevos modelos para hacer un
mejor uso de los envases.

Se estima que el 20% de los envases de plástico podría ser rentable volver a utilizarse,
por ejemplo, mediante la sustitución de un solo uso de bolsas de plástico reutilizables
con las alternativas, o mediante el diseño de modelos de envases innovadores basados
??en las recargas de productos.

Otro 50% de los envases de plástico podrían ser reciclados de manera rentable si se
produjeran mejoras en diseño y sistemas de envasado para su gestión después de su
uso.
Sin rediseño e innovación fundamental, el 30% restante de los envases de plástico nunca
va a ser reciclado y continuará destinar el equivalente a 10 millones de bolsas de basura
por año a vertedero, incineración, o acabarán en bosques u océanos.

Por lo tanto para el foro de Davos, la innovación en el diseño de envases, materiales


reciclables y compostables, y tecnologías de reprocesamiento es probable todos los
necesarios para mover este segmento desafiante hacia adelante.
La economía del reciclaje

Una preocupación actual es la del cuidado de nuestro entorno y la preservación de los


recursos naturales. Particularmente de unos años para acá, las personas, empresas y
todo tipo de instituciones han comenzado a comprender la importancia de salvaguardar
nuestro planeta. Es el sitio donde vivimos y
a todos nos preocupa nuestra calidad de
vida.

Por otra parte, también se ha venido


entendiendo cómo al cuidar los recursos que
nos ofrece la Tierra, se reduce el dispendio
económico y se ahorra dinero, no sólo en la sociedad en su conjunto, sino también en el
ámbito familiar y personal.

Un concepto que se ha vuelto muy popular es el reciclaje. Sin embargo, este término se
ha convertido en una palabra genérica que se utiliza para designar una serie de acciones
que impliquen un beneficio ecológico. Por esta razón es que, gracias a la difusión que la
organización internacional Greenpeace le ha dado, la regla de las tres "r": reducir,
reutilizar reciclar, se ha convertido en una manera más completa de entender y poner en
práctica el cuidado del planeta.

En estas tres acciones se condensan los principios básicos del cuidado ambiental.
Puesto que no sólo basta con ahorrar o con separar los desperdicios para su reciclaje,
sino que es necesario combinar los tres para poder lograr un cambio verdaderamente
perceptible.

El reciclar afecta los costos de los productos.

En el momento de generar un nuevo producto hay que seleccionar la materia prima a


utilizar, esta puede ser de origen reciclado o nueva. En muchos casos empezar la
fabricación en base de un material de reciclar puede producir altos costos, ya que hay
que hay sumarle los costos de recolección del desecho sólido, de clasificación de calidad
y de limpieza e higiene. Las empresas que toman la decisión de trabajar con estos
materiales, generalmente no utilizan el total de la materia prima de origen reciclado, sino
que lo mezclan con nueva para bajar los costos y mejorar la calidad.

El Think-Tank holandés Circle Economy aprovechó la reunión anual de líderes


mundiales en el foro económico mundial en Davos para publicar su primer informe sobre
economía circular, titulado Circularity Gap Report. El informe señala que de los 92.800
millones de toneladas de recursos explotados en 2015 (que equivale a 34,4 kg de
materia prima por persona y día, exceptuando
el agua), sólo 8.400 millones de toneladas
fueron recicladas. Esto equivale a sólo el 9,1%
de todos los recursos.

Si a 21.500 millones de toneladas de materias


primas se les da un uso a largo plazo, en
particular en la construcción, los restantes 51.900 millones de toneladas se transforman
en productos de corta duración y se supone que se dispersan en el medio ambiente. De
los 19.400 millones de toneladas de material convertido en residuos, sólo 46% se
recicla, según el informe, cuyo objetivo principal es desarrollar un método y referencias
indicativas para medir el progreso de la economía mundial hacia un modelo económico
más circular.

Esta situación con los residuos va completamente en contra de los compromisos


ambientales discutidos por los gobiernos y las empresas en el COP21. La extracción de
recursos naturales se ha multiplicado por doce entre 1900 y 2015 y podría duplicarse de
nuevo en 2050. Pero una economía completamente circular disminuiría la presión
sobre los recursos naturales en un

De hecho, el 67% de gases de efecto invernadero son emitidos por la explotación de


los recursos naturales. Una economía totalmente circular nos permitiría reducir las
emisiones de estos en un 72%, según el informe. Una contribución crucial si tenemos en
cuenta el informe de las Naciones Unidas Emissions Gap Report, publicado en octubre
del año pasado, que ha servido como referencia para este informe sobre la brecha de la
circularidad.

Según el informe de la ONU, incluso si todos los Estados participantes del Convenio de
París mantienen sus compromisos, la temperatura global muy
probablemente aumentaría entre 3 y 3,3 °C antes de 2100. Por lo tanto, no se llegaría
a meta del acuerdo de mantener el aumento e la temperatura global por debajo de 2 °C.

IMPACTO POSITIVO

Esos 84.400 millones de toneladas de recursos naturales extraídos del medio ambiente
y que no se reciclan contribuyen a nuestras necesidades sociales. Según el informe
dividen así: 42.400 millones toneladas de recursos naturales para viviendas e
infraestructuras, 21.800 para la nutrición, 12.000 para la movilidad (tecnologías de
transporte, principalmente), 9.100 para
consumibles (aparatos eléctricos, teléfono
s móviles, ropa y otros), 4.400 para
servicios (como servicios públicos y de
educación, banca y seguros), 2.300 para
salud y 1.00 para las comunicaciones
(dispositivos móviles, centros de datos…). Lejos de penalizar a los consumidores, una
economía circular tendría impactos sociales más positivos, indica el informe.

Promoviendo el uso de los recursos locales se estimularía la creación de empleo y se


reduciría la dependencia de materias primas importadas. Lograr una economía circular
pasa, según el informe, por “unir a una comunidad global detrás de un programa de
acción, comprometidos y facultados tanto colectiva como individualmente. Su enfoque
sistémico aumenta la capacidad y el potencial para servir a la sociedad, adoptando y
avalando lo que la humanidad mejor tiene para ofrecer: el poder de iniciativa, innovación
y colaboración”.
ESTRATEGIAS PARA REDUCIR LA BRECHA DE CIRCULARIDAD

Los responsables del estudio también distinguen cuatro pasos junto con siete estrategias
para reducir la brecha de la circularidad. Estas siete estrategias son: priorizar los
recursos renovables, preservar los recursos y bienes existentes, reutilizar y reciclar
los residuos, favorecer la economía funcional, optimizar e incorporar el uso de
tecnologías digitales, fomentar el ecodiseño y promover la colaboración para crear valor
común.

Sin embargo, el énfasis puesto en cada


estrategia debe también tener en cuenta la
especificidad de las necesidades que el recurso
cumple como tal; por ejemplo, si el reciclaje es
clave cuando se trata de nutrición y de insumos,
no tiene tanta importancia en la salud,
donde cobra más valor la digitalización. En consecuencia, recuerdan que se
necesitará la financiación pública para realizar este cambio.

Sin embargo, con el fin de adoptar medidas significativas en este sentido, el informe
señala que sería necesaria una coalición entre empresas, gobiernos y ONG para
desarrollar un objetivo global y examinar los progresos realizados.

Un primer “boceto” de tal coalición ya se lanzó el 24 de enero en Davos, durante el foro


económico mundial. El World Business Council for Sustainable Development (WBCSD),
una red de 200 empresas que trabajan para alcanzar la meta de acelerar la transición
ecológica, presentó su programa de economía circular, Factor10. Con 30 miembros en
16 sectores, que en conjunto acumulan 1,3 billones de dólares en ingresos, Factor10
pretende promover la colaboración en soluciones de economía circular. Peter Bakker,
presidente y CEO de WBSCD, dijo: “Factor10 representa la masa crítica de apoyo del
sector privado necesario para implementar la economía circular a escala global.
Esperamos a ver a las empresas involucradas para dar forma a la transición a un futuro
sostenible”.
Uno de los nuevos miembros del WBSCD, Danone, ya ha dado un paso hacia la
economía circular la semana pasada con su marca Evian, comprometiéndose a utilizar
sólo plástico reciclado en sus botellas en 2025.

Más de 40 líderes de la industria han aprobado un nuevo plan de acción para


abordar los problemas mundiales de plásticos, y han comenzado a trabajar juntos
para crear un sistema global más eficaz para plásticos. El plan de acción se ha recogido
en el informe “La nueva economía del plástico” se fue presentado en el foro de Davos,
fruto de un estudio realizado por el Foro Económico Mundial y la Fundación MacArthur
Ellen.

Este plan revela que la con la acción concertada de la industria se podría alcanzar
la reutilización y el reciclado del 70% de todos los envases de plástico mundial,
muy por encima del índice de reciclaje actual, que solo es del 14%. Los autores señalaron
que a este ritmo de vertidos plásticos al mar,
en el 2050 podría haber más plástico en los
océanos que peces.

El informe proporciona una estrategia para la


industria global de plásticos para rediseñar
los envases, aumentar las tasas de
reciclaje, e introducir nuevos modelos para hacer un mejor uso de los envases.

Se estima que el 20% de los envases de plástico podría ser rentable volver a
utilizarse, por ejemplo, mediante la sustitución de un solo uso de bolsas de plástico
reutilizables con las alternativas, o mediante el diseño de modelos de envases
innovadores basados ??en las recargas de productos.

Otro 50% de los envases de plástico podrían ser reciclados de manera rentable si
se produjeran mejoras en diseño y sistemas de envasado para su gestión después de
su uso.
Sin rediseño e innovación fundamental, el 30% restante de los envases de plástico
nunca va a ser reciclado y continuará destinar el equivalente a 10 millones de bolsas
de basura por año a vertedero, incineración, o acabarán en bosques u océanos.

Por lo tanto para el foro de Davos, la innovación en el diseño de envases, materiales


reciclables y compostables, y tecnologías de reprocesamiento es probable todos los
necesarios para mover este segmento desafiante hacia adelante.

El plan de acción es dirigido por el Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen


MacArthur. La iniciativa “La Economía nueva de los plásticos” reúne a más de 40
organizaciones líderes que representan a toda la industria global de plásticos, de los
fabricantes de productos químicos a los productores de bienes de consumo, minoristas,
las autoridades municipales y los recicladores, para trabajar juntos hacia un sistema
mundial más eficaz. Entre Los socios principales de la iniciativa están Amcor, The Coca-
Cola Company, Danone, MARS, Novamont, Unilever, Veolia, etc.

La economía del reciclaje

Una preocupación actual es la del cuidado de nuestro entorno y la preservación de los


recursos naturales. Particularmente de unos años para acá, las personas, empresas y
todo tipo de instituciones han comenzado a comprender la importancia de salvaguardar
nuestro planeta. Es el sitio donde vivimos y a
todos nos preocupa nuestra calidad de vida.

Por otra parte, también se ha venido


entendiendo cómo al cuidar los recursos que
nos ofrece la Tierra, se reduce el dispendio
económico y se ahorra dinero, no sólo en la
sociedad en su conjunto, sino también en el ámbito familiar y personal.

Un concepto que se ha vuelto muy popular es el reciclaje. Sin embargo, este término se
ha convertido en una palabra genérica que se utiliza para designar una serie de acciones
que impliquen un beneficio ecológico. Por esta razón es que, gracias a la difusión que la
organización internacional Greenpeace le ha dado, la regla de las tres "r": reducir,
reutilizar reciclar, se ha convertido en una manera más completa de entender y poner en
práctica el cuidado del planeta.

En estas tres acciones se condensan los principios básicos del cuidado ambiental.
Puesto que no sólo basta con ahorrar o con separar los desperdicios para su reciclaje,
sino que es necesario combinar los tres para poder lograr un cambio verdaderamente
perceptible.

Reducir

La primera acción–reducir–se refiere específicamente al ahorro de recursos. Quiere decir


que cuando disminuimos el uso indiscriminado de energía eléctrica, gas, combustibles
fósiles, agua, papel, entre otros, reducimos el índice de contaminantes que se van a la
atmósfera, prevenimos el exceso de deforestación y en general contribuimos a evitar la
sobreexplotación de los recursos terrestres. También disminuimos el volumen de
desechos sólidos que tanto dañan el suelo, el agua y el aire.

Asimismo, este paso es crucial para las finanzas del hogar y lugar de trabajo. Como lo
hemos visto en otros artículos de esta
sección, al consumir menos electricidad
(implementando sencillas acciones
cotidianas) logramos ahorrar un buen
porcentaje del gasto mensual al momento de
pagar la factura de luz; al reducir el consumo
de agua prevenimos el futuro incremento de
sus precios; al utilizar el gas con moderación (siguiendo algunas recomendaciones
fáciles) terminamos pagando menos por este servicio sin afectar nuestro estilo de vida.

Por otra parte, también se puede ahorrar reduciendo el consumo de ciertos productos
cotidianos como: detergentes y jabones de baño, toallas de papel desechables,
papelería, entre otros.
Si hacemos un ejercicio de reflexión y observación, cada uno de nosotros puede notar
en qué aspectos de su hogar y lugar de trabajo puede implementar la primera "r": reducir,
con la finalidad de cuidar el planeta y el bolsillo.

Reutilizar

La segunda acción–reutilizar–es también de vital importancia tanto para el planeta como


para nuestras economías domésticas.

Reutilizar se refiere a usar una misma cosa tantas veces como nos sea posible, o bien
darle diferentes usos a un mismo producto, con el objetivo de evitar el desperdicio.

La reutilización requiere de un buen grado de ingenio por parte de las personas, por lo
que puede convertirse en una actividad divertida, que le dé variedad a nuestra vida
cotidiana.

Una de las formas más comunes de reutilización es guardar las hojas que se han utilizado
para imprimir algo que ya no se necesita, para
después volver a usarlas escribiendo notas o
documentos que no requieran de presentación
formal. Esta acción sencilla nos ahorra dinero
en gastos de papel y previene la deforestación
excesiva.

Otros ejemplos cotidianos de reutilización son:


guardar las envolturas de regalos en buen estado para futuras ocasiones; aprovechar
envases y contenedores de vidrio y plástico para guardar y organizar objetos en la casa;
donar la ropa y juguetes (en buen estado) de nuestros hijos a sus hermanos más
pequeños o a organizaciones altruistas; conservar los artículos escolares de un año para
el ciclo siguiente; fabricar composta para las plantas caseras a partir de los desechos
orgánicos, etcétera.
Reciclar

Finalmente, la tercera acción–reciclar–consiste en fabricar un producto nuevo a partir del


material desechado. Por lo general, este proceso se lleva a cabo en la industria. Son
pocas las personas que pueden reciclar productos en su propia casa. Sin embargo, todos
podemos participar en el reciclaje, clasificamos los desechos cotidianos en categorías
que faciliten su identificación para ser
llevados a sitios especializados en reciclaje.

Además, también podemos ubicar centros


de reaprovechamiento para llevar nosotros
mismos los elementos a ser reciclados. En
dichos lugares se compran materiales
reciclables como papel (cartón, periódico, hojas sueltas), metal (cobre, fierro, aluminio),
vidrio (botellas, cristales rotos), plástico (envases, cajas, botellas), etcétera. Allí nos
pagarán una cierta cantidad de dinero (dependiendo del volumen y tipo de material), que
nos puede resultar útil para otros gastos del hogar.

Por lo general, el vidrio es uno de los materiales mejor pagados, puesto que su proceso
de reciclaje es directo, es decir, simplemente se funde con calor y se moldea de nuevo.
Mientras que otros materiales deben depurarse y procesarse antes de poder ser fundidos
y reprocesados.

Naciones Unidas ha reclamado en los últimos días la toma de medidas para parar
los efectos del cambio climático, que solo irán a peor si los Estados no reaccionan
a tiempo de manera contundente. La mayor petición ha sido la fijación del año 2100
como límite para eliminar la mayoría de gases contaminantes que hoy se emiten a
la atmósfera. La Unión Europea, por ejemplo, ha acordado que para el año 2030
se hayan reducido las emisiones de CO2 en un 40% con respecto al nivel de 1990,
año de referencia sobre el que se realizan las estimaciones. En 2013, la
disminución se situaba cerca del 20%, que en un principio era lo fijado para 2020.
La reducción de los gases contaminantes y, en general, la preservación del medio
ambiente es una tarea que atañe a todos los agentes de la sociedad: políticos,
empresarios y ciudadanos tienen la responsabilidad de dejar un planeta más
saludable a las generaciones venideras. Y eso empieza desde los gestos más
pequeños del día a día. El reciclaje de los envases es el primer paso en esa cadena
comunitaria, una acción que no hace tanto era extraña en la mayoría de v iviendas
de nuestro país, pero que en la actualidad es aceptada y asumida por casi todos.
La proliferación de contenedores para la separación de residuos ha sido clave,
pero no menos las campañas de información y concienciación que justifican al
ciudadano por qué debe separar los envases que utiliza según su material.

Lo andado en esta materia, así como los pasos pendientes por dar en regulación,
coordinación y concienciación fueron algunos de los temas abordados en un
desayuno organizado por CincoDías en el que esos agentes sociales, políticos,
empresarios y consumidores estuvieron presentes en
la mesa de debate. En el plano político, la
representación estuvo a cargo de María Jesús Serrano,
consejera de Medio Ambiente y Ordenación del
Territorio de la Junta de Andalucía, y de Pedro del
Cura, alcalde del municipio madrileño de Rivas
Vaciamadrid, referencia en gestión medioambiental.
Por el lado empresarial acudieron Yolanda Fernández,
responsable de medio ambiente y acción social de
Alcampo, y en representación de los consumidores, Gustavo Samayoa, presidente
de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI). Además, el
debate contó con la presencia de Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes,
organización sin ánimo de lucro que trabaja con municipios y empresas de todo el
país en la gestión del reciclaje de envases.
Precisamente, Martín lanza los primeros resultados que muestran si en nuestro
país nos tomamos en serio el reciclaje: la tasa de reciclado es del 73%, por encima
del objetivo del 55% de la Unión Europea, lo que nos coloca entre los líderes del
continente en esta materia. Asimismo, el último Eurobarómetro refleja que el 96%
de los españoles considera muy importante la preservación del medio ambiente,
frente al 94% de media en el resto de Europa: “La sociedad es cada vez más
consciente de que puede satisfacer sus necesidades sin comprometer los recursos
del futuro”, afirma Martín, quien también apunta la importancia de la concienciación
empresarial: “Hay un cambio de racionalidad en la empresa. También deben
reportar beneficios a la sociedad y al medio ambiente”.

Como es sabido, una tendencia global es el constante crecimiento demográfico, un factor


que se relaciona y genera impacto en las dinámicas y áreas de desarrollo que
caracterizan los países y en sí a la sociedad.

Teniendo esto en cuenta, diferentes actores de la sociedad han realizado


investigaciones, estrategias, programas en pro de una economía circular, que en gran
medida puede lograrse por medio de la ecoeficiencia. Estas iniciativas contribuyen a
diferentes aspectos, como generar patrones de consumo y producción que sean
sostenibles, un mejor uso de los recursos naturales, reducir el impacto de las actividades
humanas sobre el medio ambiente, así mismo
contribuir a no seguir sobrepasando los límites
planetarios, entre otros factores.
Al hablar de economía circular, se hace referencia
a múltiples mecanismos de creación de valor no
vinculados al consumo de recursos finitos, donde el consumo se produce en ciclos
biológicos eficaces; haciendo que el uso sustituya al consumo. De esta manera, los
recursos se regeneran dentro del ciclo biológico o se recuperan en el ciclo técnico, según
la Fundación Ellen MacArthur.
Así mismo, según la fundación, la economía circular tiene tres principios importantes:
1. Preservar y mejorar el Capital Natural: generando mejores prácticas en torno al uso
de los recursos naturales.
2. Optimizar los recursos naturales: incentivar y generar modelos de producción que
sean sostenibles, permitiendo una regeneración de los recursos.
3. Fomentar la eficacia del sistema: esto se puede identificar por medio de la reducción
las externalidades negativas como las implicaciones sobre los alimentos, la movilidad, la
educación, la vivienda, entre otras, que se ven reflejadas en aspectos como el cambio
climático.
Teniendo en cuenta el papel que desempeña la economía circular en el contexto de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS y la construcción de un futuro sostenible para
el 2030, el World Business Council for Sustainable Development WBCSD realizó la
investigación “Informal Approaches Towards a Circular Economy” en la cual da a conocer
los desafíos y estrategias del sector informal de plástico frente a la transición hacia una
economía circular.
Así mismo, dan a conocer posibles iniciativas en pro de un mejor uso del plástico desde
los diferentes actores que componen la cadena de valor, como son: los productores de
plástico, las empresas de embalaje de plástico, los propietarios de marcas, las empresas
de recolección y reciclado.

La reutilización y el reciclaje, son términos que han tenido una gran acogida con el
transcurso del tiempo, siendo una estrategia en pro de la economía circular y la
ecoeficiencia.

“La reutilización, el reciclaje y la recuperación se están convirtiendo en las


palabras clave en torno a las cuales es necesario construir un nuevo paradigma
para promover la sostenibilidad, la innovación y la competitividad, de modo que
los residuos dejen de ser un problema y se conviertan en un recurso”. Simona
Bonafé, miembro del Parlamento Europeo.

El progreso de la sociedad de consumo ofrece muchas ventajas, pero también trae


aparejados algunos inconvenientes, siendo uno de los principales la gestión de los
residuos que se producen. En general, existe una relación entre el volumen de
desechos que se originan y la renta del país. En España se generan 449 kilogramos
por habitante y año, según el informe publicado en julio de 2015 por Eurostat, ligeramente
por debajo de la media de la Unión Europea (481), y lejos de países como Dinamarca
(747) o Alemania (617).
Un mejor uso de los medios con los que contamos y una adecuada gestión de los
residuos son aspectos que contribuyen a la conservación del medio ambiente, con
efectos incluso en la salubridad, ya que hay muchos materiales y componentes que
pueden resultar tóxicos o contaminantes si no se procesan adecuadamente.

Pero, además, existe un componente económico claro, porque, ¿qué es la economía,


sino la ciencia que se ocupa del mejor aprovechamiento de los recursos?

Tipos de residuos

Según su origen, se puede distinguir entre:

 Residuos industriales.
 Residuos agrícolas.
 Residuos sanitarios.
 Residuos sólidos urbanos.

Ésta última es una categoría muy importante, ya


que sobre ella todos tenemos cierto potencial de
actuación. Dentro de los residuos sólidos
urbanos podemos encontrar:

 Vidrio.
 Papel y cartón.
 Basura orgánica.
 Plásticos.
 Textiles.
 Metales.
 Madera
 Escombros.

Aproximadamente un 60% de los residuos sólidos urbanos son materia orgánica.


Por otra parte, existen otros elementos generados por los hogares, pero que contienen
componentes potencialmente peligrosos, por lo que necesitan ser tratados de otra
manera, como por ejemplo:

 Aceites minerales y baterías procedentes de vehículos.


 Material electrónico.
 Electrodomésticos de línea blanca.
 Medicamentos.
 Pilas.
 Productos químicos.
 Termómetros.
 Lámparas fluorescentes y bombillas de bajo consumo.

Dentro de estos, hay algunos que llevan incluido en su precio la ecotasa para costear su
tratamiento, de modo que el propio distribuidor se encarga de recoger los viejos, como
sucede, por ejemplo, con los neumáticos o las neveras.

La normativa en materia de reciclaje

A raíz de la Directiva 2008/98/CE, de 19 de noviembre de 2008, España renovó su Ley


de Residuos, siendo la actual de 28 de julio de 2011. Hay dos ideas subyacentes en
estas normas: la prevención (el mejor
residuo es el que no se genera) y el
reciclaje (reutilización, retorno de
envases…). En base a estos parámetros,
se establecieron varios objetivos:

 Antes de 2015 deberá hacerse una


recogida separada de los residuos (papel, plástico, vidrio, metales) y se fomenta la
separación en origen de los residuos orgánicos biodegradables.
 Antes de 2020 la prevención deberá ser del 10% (las Administraciones Públicas deberán
aprobar programas y planes para ello) y la reutilización y reciclaje de los residuos
domésticos deberá alcanzar el 50%.
 Las bolsas comerciales de un solo uso de plástico no biodegradable desaparecerán de
forma progresiva hasta su prohibición en 2018. Desde 2015 deberán llevar un mensaje
sobre sus efectos en el medio ambiente.

Por qué es importante el reciclaje

Los niveles de reciclaje que se plantean en toda la Unión Europea para 2020
pueden generar cientos de miles de puestos de trabajo en los próximos años. El
anterior presidente de la UE, Durão Barroso, estimaba, en un discurso sobre el estado
de la Unión, tres millones de empleos verdes para finales de esta década.

Por otra parte, el reciclaje contribuye al ahorro de energía y a la reducción de la


emisión de CO2 a la atmósfera. En España se reciclan cada año más de un millón de
toneladas de envases (aproximadamente un 73%, superando claramente el objetivo del
55% establecido por la UE), lo que supone un ahorro de tres millones de MWh y de 24,5
millones de m3 de agua, así como una
reducción de 1,2 millones de toneladas de CO2
(como si se retiraran el 25% de los coches que
circulan en Madrid).

Por tipos de envase, según los datos de


Ecoembes, se han reciclado un 83,6% de los
envases de metal, un 81,7% de los de papel y
cartón, y un 61,4% de los de plástico, cifras todas ellas por encima de los parámetros
establecidos en la Directiva de la Unión Europea, y que sitúan a nuestro país entre los
diez primeros de la Unión en este ámbito. Para ello, tenemos a nuestra disposición más
de 300.000 contenedores amarillos y casi 200.000 azules, además de 95 plantas de
selección de residuos, de las cuales 54 están automatizadas.

También se ahorra en el uso de materias primas, tanto a través del reciclaje como
mediante el rediseño de envases, más ligeros y sostenibles, lo que ha permitido una
reducción de 440.000 toneladas de materiales.
La economía circular

La concienciación hacia el cuidado del medio ambiente tiene un apoyo importante en otra
vigorosa tendencia que existe en la actualidad. Hemos pasado en unos años de
la obsolescencia programada (aparatos con fecha de caducidad proyectada en su
software), de los cuales nos deshacíamos sin más (impresoras, móviles…), hacia la
economía circular: se trata de extender el
ciclo de vida de los productos mediante las
reparaciones, la reutilización y la
refabricación de artículos viejos. También
surgen de ahí nuevos modelos de negocio,
basados en alquilar, compartir y en productos
de segunda mano. La Eurocámara debatió en
diciembre de 2015 diversas propuestas para promocionar la economía circular.

La economía circular es un modelo enfocado a cambiar la forma de producción del


futuro para lograr que cada producto tenga múltiples ciclos de uso y producción. Eso es
que el fin de un producto alimente el inicio de otro.

El enfoque de la economía circular es contrario al actual sistema lineal de producción. Si


hoy el paradigma es “tomar, hacer y desechar”, lo que propone la economía circular
es “reducir, reutilizar y reciclar”.

“La finalidad es que los recursos se conviertan en productos, los productos en residuos
y los residuos en recursos”, como señala el presidente de la Fundación para la Economía
Circular. Es poner en practica la expresión “nada se pierde, todo se transforma”, ya que
en este modelo no hay residuos.

Todos los elementos de la cadena de producción sirven para alimentar otros sistemas, y
así sucesivamente. Este tipo de planteamiento va más allá del reciclaje. No se trata sólo
de minimizar o reparar los daños que se originan en el actual sistema, sino de ocuparse
también de las causas.

Por ello se la relaciona con la filosofía de la cuna a la cuna, la que exige pensar en el
impacto medioambiental en todas las fases de producción, incluso en el diseño y
concepción de los productos. La economía circular, además de necesaria para afrontar
la crisis ecológica, puede traer consigo varias oportunidades y ventajas competitivas para
las empresas:

Rentabilidad

La secuencia «reducir, reutilizar y reciclar» permite a las empresas optimizar sus


recursos y materiales. Según un estudio de McKinsey, si tan sólo el sector de la
manufactura adoptase este sistema, se ahorrarían
unos 680,000 millones de dólares (625,000
millones de euros) y se crearían decenas de miles
de puestos de trabajo.

Colaboración

Es un modelo que requiere que las empresas


comprometidas cooperen entre sí, pues los
residuos de unas son los recursos de otras. Para afianzar este trabajo en red, la
plataforma Circular Economy 100 de la fundación de Ellen MacArthur facilita una serie
de herramientas teóricas y prácticas para que empresas, emprendedores y
administraciones puedan experimentar circuitos de producción circulares.

El programa ―que ya cuenta con alrededor de 90 empresas adheridas, entre las que
destacan Renault, Philips, Unilever, Cisco y Apple― apuesta por la creación de
soluciones colectivas.

Por su parte, el evento global Open Source Circular Economy Days promueve la
colaboración y definición de códigos abiertos entre países e industrias.
 Necesitamos transparencia en los procesos de fabricación y producción.
 Necesitamos productos que se puedan entender, desmontar y reparar.
 Necesitamos compartir conocimiento de cómo fluyen los recursos en todo nuestro
sistema.

Y cuando se desarrollan buenas soluciones, tenemos que ser capaces de usarlas, para
construir sobre ellas y mejorarlas para el beneficio de nuestro planeta y nuestra sociedad.

Reputación

En estos últimos años, las empresas se han preocupado por el impacto ambiental de sus
actividades productivas, desarrollando
políticas de responsabilidad
medioambiental para reducir la emisión de
gases de efecto invernadero, la
contaminación de agua, la desertificación,
etc., por ejemplo. Ahora, promover la
economía circular representaría un paso más y posibilitaría la diferenciación respecto a
otras empresas.

Es el caso de ING Bank, que presentó su propio estudio, siendo de momento el único
banco a nivel internacional que reflexiona sobre el cambio de modelo productivo. Se trata
de construir reputación, de generar confianza.

Además, la generación millennial ―la que, según previsiones de Deloitte, representará


el 75% de la fuerza laboral mundial en 2025― se interesa por el propósito y los valores
que defiende la empresa para la que trabajan.

Según la última encuesta de Deloitte, 3 de cada 4 creen que las compañías están
demasiado centradas en sus propias agendas y no prestan suficiente atención a los
problemas de la sociedad. Un modelo de desarrollo económico basado en la economía
circular podría conectar, entonces, y de manera natural con la filosofía de los millennials.
Innovación

Este sistema genera un ecosistema favorable a la innovación, y con ello promueve la


aparición de nuevos modelos de negocio. Por ejemplo, los implementados por Fonebank,
que compra y revende móviles; Mud Jeans, que alquila pantalones de algodón ecológico,
o Umicore, que extrae los materiales preciosos que hay dentro de los dispositivos
tecnológicos.

Tal como sostuvo Janez Potočnik, el comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea:
“La economía circular será el gran reto de innovación durante los próximos decenios”.

Hoy somos más de 7.3 mil millones de habitantes en el mundo y se estima que para 2050
ya seremos más de 9,000 millones. La demanda aumentará en un 25%, pero no así la
oferta de recursos. Todo lo contrario, si consideramos que el 80% de lo que utilizamos
hoy… se emplea y se desecha.

Ante este panorama, la economía circular, lejos de ser una propuesta utópica e idealista,
se presenta como una solución alternativa a un modelo de producción y consumo que
tiene fecha de caducidad.

Algunas instituciones ya la están considerando, como el Parlamento Europeo, que con


la aprobación de la resolución Hacia una economía circular: un programa de cero
residuos para Europa, se ha comprometido a legislar sobre el tema.

Urge una respuesta global. Es una necesidad, pero también una oportunidad para que
líderes empresariales se conviertan en los protagonistas del cambio hacia un modelo
sostenible, rentable, colaborativo, reputado e innovador. Y, probablemente, también el
único modelo de empresa posible.

Ejemplo 1:

Se espera que la cantidad de residuos plásticos que se vierte a los océanos se


multiplique por 10 hacia 2020. Las botellas de plástico que utilizamos en nuestro día a
día son letales para la biodiversidad tanto dentro como fuera del agua, y la tasa global
de reciclaje de plásticos apenas alcanza un tímido 10%. El programa The Fun Theory,
impulsado por la multinacional Volkswagen, se basa en la creencia de que la diversión y
el juego son el sistema más eficaz de provocar cambios en el comportamiento de la
sociedad. Una de las iniciativas de este programa se puso en marcha en Estocolmo en
2009 para incrementar la tasa de reciclaje de las nocivas botellas de plástico. El Bottle
Bank Arcade convirtió un punto de recogida de botellas en una máquina recreativa que,
en lugar de utilizar monedas, requería botellas de plástico usadas para comenzar una
partida. Más de 100 personas utilizaron el Bottle Bank Arcade en una sola
noche mientras que sólo dos utilizaron el punto de recogida ordinario. Además, Suecia
ha conseguido marcar un récord histórico y recicla ya hasta el 65% del plástico que
utiliza, según datos de WWF.
Brasil también ha sido protagonista de una iniciativa para dar un nuevo uso más
sostenible a los residuos plásticos. La firma de diseñadores Rosenbaum y el productor
de televisión Luciano Huck decidieron llevar a cabo un proyecto de renovación de
edificios en Sao Paulo para familias en situación de pobreza. El programa, inspirado en
los realities al estilo Mi casa es una ruina tenía como objetivo ayudar a familias sin
recursos a reformar y adaptar sus viviendas. Una de las iniciativas más famosas
fue reconvertir docenas de botellas de refresco en un jardín colgante para plantas
medicinales y especias para una familia con conciencia ecológica. El proyecto demostró
ser un éxito a la hora de fomentar el reciclaje y el ahorro económico. Su popularidad fue
tal que Rosenbaum decidió publicar en su web el diseño para que otras familias pudieran
adaptarlo a sus hogares y beneficiarse así de sus efectos.

Ejemplo 2:

josé es un joven granadino del Valle de Zalabí apasionado por el medio ambiente y la
tecnología. Junto a sus socios dirige una de las empresas líderes en el reciclaje de
envases de plástico multicapa: Sulayr Global Service, ubicada en la comarca de Guadix.

Cada mes recuperan cientos de toneladas de envases fuera de uso procedentes del
sector de gran consumo, como las bandejas de envasado de pizza o de fiambre
laminado, que hasta hace poco no podían ser reciclados debido a la complejidad de su
diseño.
José es un joven granadino del Valle de Zalabí apasionado por el medio ambiente y la
tecnología. Junto a sus socios dirige una de las empresas líderes en el reciclaje de
envases de plástico multicapa: Sulayr Global Service, ubicada en la comarca de Guadix.

Cada mes recuperan cientos de toneladas de envases fuera de uso procedentes del
sector de gran consumo, como las bandejas de envasado de pizza o de fiambre
laminado, que hasta hace poco no podían ser reciclados debido a la complejidad de su
diseño.

Sin embargo, gracias a la tecnología diseñada y puesta en marcha por esta empresa
andaluza, ahora es posible separar los diferentes materiales de los envases multicapa
para obtener unos polímeros de alta calidad con los que abastecer de materia prima a
las multinacionales más importantes y exigentes del sector.
Sin embargo, gracias a la tecnología diseñada y puesta en marcha por esta empresa
andaluza, ahora es posible separar los diferentes materiales de los envases multicapa
para obtener unos polímeros de alta calidad con los que abastecer de materia prima a
las multinacionales más importantes y exigentes del sector.
El plan de acción es dirigido por el Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen
MacArthur. La iniciativa “La Economía nueva de los plásticos” reúne a más de 40
organizaciones líderes que representan a toda la industria global de plásticos, de los
fabricantes de productos químicos a los productores de bienes de consumo, minoristas,
las autoridades municipales y los recicladores, para trabajar juntos hacia un sistema
mundial más eficaz. Entre Los socios principales de la iniciativa están Amcor, The Coca-
Cola Company, Danone, MARS, Novamont, Unilever, Veolia, etc.

Expansión internacional

El éxito de Sulayr es tan rotundo que se están expandiendo a nivel internacional. Ya han
abierto plantas en diferentes países de la UE y en los próximos años tienen previsto
instalarse en Estados Unidos y Sudamérica. Un claro ejemplo de las oportunidades que
ofrece la economía circular.

José fue uno de los participantes en la jornada sobre economía circular que tuvo lugar
este martes en el Centro Tecnológico de La Rioja, en Logroño, con la asistencia del
presidente de la comunidad autónoma, José Ignacio
Ceniceros, varios miembros de su gobierno y
representantes del ayuntamiento. El motivo de tan alta
representación de mandatarios regionales y municipales
fue la firma del acuerdo con Ecoembes, la organización
sin ánimo de lucro que cuida del medio ambiente con el
ecodiseño y el reciclaje de los envases, para la puesta
en marcha en la comunidad riojana del primer
laboratorio de economía circular de la Unión Europea.
El primer informe sobre la brecha de la circularidad indica que apenas se
reaprovecha un 9% de los recursos naturales explotados en todo el planeta.

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