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SALA PENAL
AUTO SUPREMO Nº 142/2017
Sucre, 13 de marzo de 2017
RESULTANDO
Por memorial presentado el 4 de julio de 2016, cursante de fs. 673 a 678 vta., Oscar
Mauricio Covarrubias Camacho, opone Excepción de Extinción de la Acción Penal por
duración máxima del proceso, dentro de la acción penal interpuesta en su contra
por el Ministerio Público y la Gobernación de Cochabamba, por la presunta comisión
de los delitos de Incumplimiento de Deberes y Peculado, previstos y sancionados
por los arts. 154 y 142 del Código Penal (CP).
Alega que el presente proceso tendría una duración mayor a tres años desde su
iniciación, sin que hasta la fecha exista sentencia firme, por lo que en aplicación del
art. 133 del Código de Procedimiento Penal (CPP), solicita la Extinción de la Acción
Penal por duración máxima del proceso, bajo los argumentos que se sintetizan a
continuación:
La Constitución Política del Estado (CPE) en su art. 115.II señala; “El Estado
garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”, asimismo la misma
norma fundamental, se refiere a los principios que sustentan la potestad del
Órgano Judicial de impartir justicia, contempla como tales a la celeridad, la
seguridad jurídica y el respeto a los derechos, principios reconocidos en los
arts. 115, 178 y 180 de la referida CPE. Asimismo la Ley 025 Ley del Órgano
Judicial (LOJ) en su art. 3 con relación a su art. 30 establece los principios en
los que se sustenta, siendo estos los de seguridad jurídica, celeridad, respeto
a los derechos, eficiencia y debido proceso.
Entre las formas de extinción de la acción penal que fija la norma procesal
penal, el art. 27 inc. 10) del CPP, dispone: “Por vencimiento del plazo máximo
de duración del proceso”; en relación a ello, el mismo Código, en el art. 133,
establece la forma de realizar el cómputo, disponiendo: “Todo proceso tendrá
una duración máxima de tres años, contados desde el primer acto del
procedimiento, salvo el caso de rebeldía.
Por su parte, el segundo párrafo del art. 5 del Código adjetivo penal,
determina: “Se entenderá por primer acto del proceso, cualquier
sindicación en sede judicial o administrativa contra una persona
como presunto autor o partícipe de la comisión de un delito.
Toda persona a quien se atribuya un delito tiene derecho a ser tratada con el
debido respeto a su dignidad de ser humano” (resaltado propio).
Por su parte el art. 5 del CPP, párrafo segundo, dispone que: ‘Se entenderá
por primer acto del proceso, cualquier sindicación en sede judicial o
administrativa contra una persona como presunto autor o partícipe de la
comisión de un delito’; por consiguiente, considerando dicha normativa, el
cómputo de los tres años de duración del proceso penal previsto en
el art. 133 del CPP, se computa a partir de la primera sindicación
efectuada en sede judicial o administrativa contra una persona
De ahí, que se entiende que el plazo previsto por el art. 133 del CPP constituye
un parámetro objetivo a partir del cual corresponde analizar en cada caso
concreto la razonabilidad del plazo en el cual se desarrolla el proceso, para
cuyo análisis, la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos adoptó
tres criterios esenciales: a) la complejidad del asunto; b) la actividad
procesal del interesado; y, c) la conducta de las autoridades judiciales,
criterios que fueron asimilados por el Tribunal Constitucional mediante la
Sentencia Constitucional Nº 0101/2004 de 14 de septiembre, y el Auto
complementario 0079/2004-ECA de 29 del mismo mes. Por ello, no todo
proceso que exceda el plazo de duración máxima previsto por ley vulnera la
garantía de juzgamiento en plazo razonable, sino únicamente cuando resulta
evidente la indebida dilación de la causa.
Ahora bien, conforme a lo establecido en art. 315.IV del CPP, modificado por
la Ley 586 de 30 de octubre de 2014, el rechazo de las excepciones y de
los incidentes impedirá que sean planteados nuevamente por los
mismos motivos; por lo que es imperativo considerar que los argumentos
por los que el Tribunal de Sentencia declaró improbada la excepción de
extinción por duración máxima del proceso, se refirieron esencialmente a que
el imputado Oscar Mauricio Covarrubias Camacho, no cumplió con los
presupuestos formales de identificación y demostración de los actos
dilatorios, así como a quiénes es atribuible y fundamentalmente que el
transcurso del tiempo es un reflejo de la negligencia de los operadores de
justicia y no así de la parte procesada, por cuanto únicamente se limitó a
realizar un resumen sesgado de las actuaciones desarrolladas durante la
sustanciación del proceso, bajo el rótulo de Fundamento Fáctico,
“…limitándose a indicar de forma general conminatorias que habrían sido
emitidas por autoridad jurisdiccional, sin identificar si se trata de la que ejerció
el control jurisdiccional de la investigación o el que dictó la Sentencia, pero
esencialmente, sin acompañar la documentación respaldatoria a su
pretensión a efectos que este Tribunal, que en definitiva será quien verifique
si lo aseverado es evidente, valore tales circunstancias; actuaciones que al
ser de competencia de otra autoridad jurisdiccional (Juez de Instrucción
Penal) no está al alcance del Tribunal de Sentencia, por ello, que se justifica
la exigencia formal incorporada por la jurisprudencia constitucional...En el
acápite ‘…VI. FUNDAMENTOS JURÍDICOS…’ realiza la transcripción textual de
Autos Supremos y Sentencias Constitucionales para concluir en una absoluta
confusión respecto a dos institutos jurídicos distintos, dentro la gama de las
figuras extintivas, como son el vencimiento del plazo máximo de duración del
proceso y la prescripción…debe tomarse en cuenta la fecha en que se produjo
el supuesto delito y que los delitos de Incumplimiento de Deberes y Peculado
son delitos instantáneos, presupuestos que atañen a otro instituto jurídico
extintivo también, pero que no versa sobre el plazo máximo de duración del
proceso, que como su nombre lo indica está referido a efectuar el control de
cumplimiento del plazo establecido en la Ley Procesal Penal para la duración,
valga la redundancia, del proceso, para ello, es preciso conocer, verificar, cuál
el acto inicial que dio origen al mismo; que en el caso particular, se desconoce.
En definitiva, con la sola aclaración que la demora o dilación del proceso no
es atribuible a su persona, mas al contrario la mora procesal sería de
responsabilidad del Ministerio Publico, sin especificar los hechos y/o
argumentos que respaldan tal afirmación; peor aún no identifica cuáles son
los actos dilatorios en los que habrían incurrido los miembros del Órgano
judicial, a quienes tampoco identifica porque como bien se sabe, en función
a las competencia que les asigna la ley, los operadores de justicia que
intervienen en un proceso penal son varios, ello dependido de las etapas del
proceso”, para posteriormente, efectuando un cómputo aritmético del plazo
transcurrido, concluir que “…la suma de las vacaciones judiciales, las
suspensiones de plazos declaradas expresamente por las autoridades
jurisdiccionales, sin observación o reclamo del procesado hacen un total de 3
años, 9 meses y 8 días, que descontados del tiempo real (5 años, 7 meses y
18 días), hacen un total de 1 año, 10 meses y 10 días de sustanciación del
proceso y por lo mismo, no es evidente que hubiese transcurrido los tres años
de duración del proceso señalados en el art. 133 del Código de Procedimiento
Penal, mucho menos que esté presente la circunstancia que indica el Art. 27
Num. 10) como sostiene erróneamente el impetrante; en tal virtud, mediando
tales circunstancias la extinción de la acción penal no puede ser atribuible al
Órgano Judicial o al Ministerio Público” (sic).
Por otro lado, el solicitante del mismo modo, de manera general y sin
demostrar las causas de la dilación argüida, habiendo establecido que el
primer Auto de Vista fue dejado sin efecto debido a la falta de fijación de la
audiencia de fundamentación oral del recurso, se limita a expresar que desde
el 3 de febrero de 2009, que a su juicio marca el inicio del proceso, hasta el
31 de junio de 2016, transcurrieron 7 años, 4 meses y 28 días, tiempo no
atribuible a su persona y de plena responsabilidad del Ministerio Público y del
Órgano jurisdiccional; sin explicar de forma alguna, menos demostrar
materialmente que la dilación haya sido injustificada y de plena
responsabilidad de los órganos encargados de la persecución penal, por lo
que, en definitiva no se advierte que el impugnante haya expresado motivos
nuevos para el planteamiento de la excepción, traducidos en la demostración
de la causas injustificadas para la tramitación de la causa más allá de los tres
años, identificando debidamente a los causantes de dicha dilación, lo que fue
ya advertido en la Resolución de 9 de diciembre de 2014, que rechazó la
primera solicitud de extinción de la acción, teniéndose con ello por incumplida
la normativa procesal penal prevista en el art. 315.IV del CPP y de la
jurisprudencia constitucional ampliamente glosada en este Auto Supremo.
POR TANTO
En cumplimiento del art. 123 del CPP, se deja constancia, que conforme este trámite
se encuentra regido a lo dispuesto por la Sentencia Constitucional Plurinacional
1061/2015, que estableció que al interponerse una excepción de extinción de la
acción penal ante este tribunal, no existiendo Tribunal competente que de acuerdo
a norma legal, tenga atribución para sustanciar y resolver algún recurso ulterior
respecto a la presente Resolución, no admite recurso ordinario alguno contra las
misma.
Regístrese y cúmplase.
Firmado