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Para la presente publicación, se invitó a expositores que nos hagan conocer escenarios de
análisis en Latinoamérica, con contribuciones en español, donde la geografía se pone al
servicio de los procesos de paz, reflexionando alrededor de diferentes situaciones de
vulnerabilidad humana donde aún no se ha alcanzado del todo la paz; sus aportes van
desde el análisis de diferentes espacios transfronterizos, áreas protegidas, recursos
naturales, actores estatales, indígenas, campesinos y que se transversalizan en el
turismo, la música, el género, la sexualidad y otros contextos. Nos presentan además
acercamientos geopolíticos, de derechos humanos y de desarrollo territorial, para
culminar como colofón con el aporte que puede significar la educación geográfica y la
cartografía social en estos procesos de construcción de la paz.
Serie: Geopolítica
y vulnerabilidad
Geografías al servicio de los procesos de paz: análisis global,
reflexión y aporte desde el contexto latinoamericano
Geografías al servicio de los
procesos de paz: análisis global,
reflexión y aporte desde el contexto
latinoamericano
serie: geopolitica y vulnerabilidad
Los contenidos y opiniones vertidas en cada uno de los artículos son de exclusiva
responsabilidad de sus autores y no necesariamente comprometen el pensamiento
de los Editores.
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Teléfono: 2411018 / Casilla 5097 / La Paz
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Impreso en Bolivia
Índice
Introducción
Elena Dell’Agnese..................................................................... 9
Gracias La Paz
Javier Nuñez-Villalba.............................................................. 23
1ª parte
Fronteras y paz
[5]
6 geografías al servicio de los procesos de paz
2ª parte
Pueblos indígenas, áreas protegidas y la búsqueda
de La Paz
3ª parte
Comunidades indígenas y construcción de paz territorial
4ª parte
Minería, turismo, música, género y diversas perspectivas
para abordar La Paz
5ª parte
Buscando la paz desde la geografia política, desarrollo
territorial sustentable y educación geográfica
Geopolítica regional
Raúl Prada Alcoreza................................................................. 323
[9]
10 geografías al servicio de los procesos de paz
[13]
14 geografías al servicio de los procesos de paz
La geografía ha sido acusada de ser útil sobre todo para hacer la guerra y
de ello hay diversos ejemplos de las sociedades arcaicas, históricas en el
transcurrir de la historia de la humanidad y su ocupación del territorio.
Las sociedades históricas surgidas de la revolución de neolítico en
el medio oriente, China, Egipto, India y los Andes crearon estas civili-
zaciones con cientos de miles y millones de miembros que practicaban
la agricultura, construían ciudades, pero sobre todo Estado regidos por
grandes ejércitos y religiones como señalaba Edgar Morín (2007) pero
regentadas por la tecnosfera (Santos, 1990). Estas sociedades sí necesi-
taban nuevos territorios por ello se comenzó a dominar la naturaleza. Se
Conferencia Temática: “Geografías por la Paz” 15
Según las reglas de las operaciones militares hay nueve clases de terrenos.
Donde los intereses locales pelean unos contra otros, es lo que se llama
terreno de disolución. Cuando penetras en territorio ajeno sin profun-
didad, se llama terreno liviano. El espacio que puede ser ventajoso para
cualquiera de los contrincantes se llama terreno de contención. La tierra
en la cual ambos bandos pueden ir y venir, se llama terreno transitado. La
tierra que tiene tres lados rodeados por el enemigo y uno de unión con el
terreno propio, se llama terreno de intersección.
Cuando se penetra profundamente en el territorio enemigo, cruzando
muchas ciudades y pueblos se llama terreno pesado. Cuando se cruzan
montañas selváticas, desfiladeros empinados, ciénagas, o cualquier campo
difícil de transitar, se llama terreno malo. Cuando el camino es estrecho
y la salida tortuosa, de manera que una pequeña fuerza enemiga pueda
atacar, aun cuando se tenga un número mayor, se llama terreno rodeado.
Cuando se puede sobrevivir si se batalla con rapidez o al contrario, pere-
cer, se llama terreno de muerte. Así, pues, no debes batallar en un terreno
de disolución, no debes detenerte en un terreno liviano, ni atacar en te-
rreno de contención, ni dejarte aislar en un terreno transitado. En terreno
de intersección debes crear comunicaciones; en terreno pesado saquea, en
terreno malo sigue; en terreno rodeado haz planes, y en terreno de muer-
te, ¡pelea!
(Sun Tzu, El arte de la guerra)
1 Carlos Walter Porto nos dice que la geografía tradicional tiene como objeto
de estudio la organización del espacio, y eso nace en el siglo xvi con el oficio
del geógrafo ante el Rey, es decir una geografía que viene desde arriba hecha
por los reyes y príncipes, por lo tanto una geografía estatal y de control
del territorio. Para él la geografía la hacen los de abajo que viven y habitan
un territorio nos aproxima a él haciendo unas grafías de este (territorio).
16 geografías al servicio de los procesos de paz
[23]
24 geografías al servicio de los procesos de paz
[27]
28 geografías al servicio de los procesos de paz
redundaría en dos temas: que las disputas sobre fronteras son numerosas
y que evolucionarían fácilmente hacia la guerra7. Ciertamente, en algu-
nas disputas se han producido escaladas de tensión, pero también otras
muchas se han solucionado pacíficamente, en mayor o menor medida.
En cualquier caso, en ambas regiones nos encontramos con las fronteras
que acaparan mayor número de investigaciones académicas: la frontera
entre Estados Unidos y México, y la frontera entre España y Marruecos.
En el caso de la hispano-marroquí, la llamada frontera sur de la
Unión Europea se ha convertido en uno de los lugares emblemáticos
para estudiar dinámicas de frontera, con importante presencia de finan-
ciamiento no sólo por parte de la propia Unión Europea sino también,
por ejemplo, de la National Science Foundation (nsf), de Estados Unidos.
Buena parte de los trabajos académicos más referidos y citados sobre
esa frontera la proyectan como lugar de muerte y represión, en base a
las consecuencias de la política migratoria de la Unión Europea en sus
fronteras exteriores. Estos textos serían ejemplos paradigmáticos de las
denominadas ‘fronteras espectaculares’8, es decir, reconstruidas sobre
los miles de muertos que han convertido, lamentablemente, el mar
Mediterráneo en un cementerio; y, simultáneamente, proyectadas desde
unas espacialidades de frontera, especialmente en su tramo de Ceuta y
Melilla, representadas en alambradas, centros de internamiento, y saltos
de vallas. Esto es, un retrato de la frontera saturado con representaciones
normalizadoras de geografías de exclusión, marginalidad y represión
disciplinada.
Sin embargo, resulta muy interesante revisar algunos datos respecto
a la llamada migración extralegal hacia Europa transmitidos por diversos
actores institucionales (Frontex) o por Organizaciones No Guberna-
mentales (accem) en los que se subraya que la mayoría de entradas
irregulares se realiza a través de los aeropuertos, con un visado de turista.
Así, creo importante pensar si aquellos enfoques hegemónicos
dentro de los Estudios de Fronteras sobre Europa no estarían también
devolviendo la frontera a su conceptualización más clásica, esto es, al
15 Ver, por ejemplo, John coakley y Liam o’dowd (eds): Crossing the Bor-
der: New Relationships Between Northern Ireland and the Republic of Ireland,
Dublin, Irish Academic Press, 2007.
16 Kolar aparna: Re-mapping the U.S.-Mexico Border. High Agency, Everday
Region-making, and Lived Spaces of The u.s.-Mexico Border in Tijuana, Tesis de
Maestría en Geografía Humana, Nijmegen, Universidad de Radboud, 2013.
paz y estudios de frontera 35
(de los años 1940 hasta años 1970, aproximadamente), cuando se con-
virtió en un lugar de refugio para las personas en situación de represión
y persecución política. Pese a las retóricas oficiales de la época, las rela-
ciones entre ambos lados supusieron una posibilidad de supervivencia en
términos materiales y simbólicos, de numerosos grupos sociales. Décadas
después, cuando a través de los proyectos de cooperación transfronteriza
promovidos por la Unión Europa las comunidades locales se representan
a si mismas en los museos y Centros de Interpretación de esta frontera
ahora aburrida, lo hacen como contrabandistas, como transgresoras de
esa frontera, alejados de la función defensiva atribuida desde los centros
de poder al límite fronterizo y visibilizando otras prácticas, otras geogra-
fías, otras historias, que se superponen y trascienden a su delimitación
en el mapa17.
Podría seguir conversando desde esta línea de fuga, pero se ter-
mina mi tiempo, precisamente a tiempo de subrayar lo interesante e
importante de un acercamiento a la capacidad política emancipatoria
de la agencia colectiva, a los conocimientos situados, o a la interacción,
continuidad y proximidad como elementos posibles de los imaginarios de
una geografía por la paz dentro de los estudios de Frontera. Y también a
tiempo de plantear la conveniencia de más conferencias temáticas para
seguir explorando procesos, significados y prácticas ligadas a geografías
por la paz en las fronteras, a prácticas espaciales de paz en la frontera. Y
encontrar así elementos para la liberación de la marginalidad, la exclu-
sión y la violencia en el pensamiento y la investigación sobre Fronteras.
Introducción
[37]
38 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 1
Leticia - Tabatinga - Santa Rosa
Desde el siglo xviii allá donde hoy día se encentran las ciudades:
Leticia y Tabatinga ha sido el límite adonde llegaba el poder político
español de una parte y el portugués de la otra. En La Amazonia funcio-
naban las misiones jesuitas, y en la parte oriental (desde Brasil) llegaban
aquí los bandeirantes - aventureros, buscadores de piedras preciosas,
del oro y comerciantes de esclavos. Todas estas actividades han dañado
mucho el sistema poblacional de los nativos causando muchas veces a su
exterminación (sobre todo de los Indígenas Omagua). Entre los siglos
xviii y xix fueron terrenos de disputas y de los procedimientos de las
comisiones de arbitraje internacionales para arreglar las cuestiones de
las fronteras (García 2001).
Desde el 1751 cuando se fundó el fuerte São Francisco Xavier de
Tabatinga los portugueses han tratado de fortalecer su posición más al
oeste de La Amazonia. En 1967 Tabatinga se convierte en la colonia
militar y en 1983 concibió el estatus de municipio. La presencia de los
españoles, y desde el siglo xix de los peruanos también han sido bastante
42 geografías al servicio de los procesos de paz
Foto 1
El paso fronterizo entre Colombia y Brasil
un paisaje triste, abandonado, con casas sin cuidado y con la falta de las
perspectivas para el desarrollo. Sin embargo la bonanza cauchera dejo
la región muy diversificada en cuanto a su estructura étnica, cultural y
económica.
Foto 2
Hotel La Posade del Cauchero en Iquitos, antes un almacén de caucho
Foto 3
La información en Iquitos sobre la distancia hacia la frontera con Colombia
por río Amazonas
Figura 2
Leticia (Colombia). Número de turistas, 2006-2010
Foto 4
La agencia del turismo en Leticia
Foto 5
Santa Rosa - un humilde hostal en la isla. Como el lugar del control fronterizo pasan
por allá todos turistas que quieren dirigirse a Leticia (Colombia)
Foto 6
Barcos en Caballococha. Desde las horas tempranas se nota un gran movimiento
de los barcos que pasan por dicho lugar
Conclusiones
Bibliografia
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El problema de las aguas del Silala1
Ofelia Michel Rico2
Introducción
1 Extractado del libro inédito- “Ante el inminente fraude… La defensa del Silala”
autora: B. Ofelia Michel Rico. Octubre 2017 bachitamichel@hotmail.com
2 Miembro codepanal La Paz, Comité de Defensa del Patrimonio Na-
cional, la Soberanía y dignidad nacional, es autodidacta en investigación
el tema marítimo y de los manantiales del Silala, es miembro activa de ci-
deco, Ciudadanos en Defensa de Cochabamba, es afiliada y socia de la
asociación de investigadores históricos-sociales de Cochabamba “Alejo
Calatayud” y además también es miembro de la Sociedad de Geografía,
historia y Geopolítica de Cochabamba.
[57]
58 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 1
Ubicación Manantial Silala 8º30’ de longitud oeste del meridiano de Greenwich
“Una zona geográfica que se extiende sobre dos o más Estados y está
determinada por la divisoria del sistema de aguas, incluidas las superfi-
ciales y las subterráneas que fluyen a un término común”.
Concepto clásico de la onu. “Los recursos hidráulicos para una
cuenca hidrográfica comprenden, tanto las aguas superficiales de toda
la vertiente como los recursos hidráulicos subterráneos, físicamente
conectados en su sistema hidrográfico…el requisito de interconexión
permite excluir, incluso dentro de la zona geográfica de la cuenca, los
recursos hidráulicos superficiales o subterráneos no conectados con un
sistema hidrográfico de la cuenca.
Así los receptores, estanques, pantanos y acuíferos subterráneos,
situados por completo dentro del territorio de un Estado y sin conexiones
superficiales o subterráneas, naturales o artificiales, con el sistema de
drenaje de la cuenca, se clasifican como “recursos hidráulicos naciona-
les y no como internacionales”. Recursos Hidráulicos Internacionales
Naciones Unidas, pág. 8
Por lo tanto: Chile no es un país ribereño y no podría reclamar
derecho alguno, como tampoco debiéramos los bolivianos compartir ni
administrar nuestras aguas con ellos.
Figura 2
EL Río Silala es una ficción
Fuente: Propia.
que la obra proyectada hará utilizables aguas que hoy se pierden sin
beneficio para nadie.- Segundo.- …Por eso me limito a solicitar de Ud.
Señor Prefecto, de conformidad al artículo doscientos diecisiete de la
ley de veintiocho de Noviembre de mil novecientos seis, la autorización
necesaria para aprovechar las aguas públicas de las vertientes de “siloli”,
situadas en la Provincia de Sud-Lípez de este Departamento, para el ser-
vicio de la Empresa Ferrocarriles de Antofagasta.- Será Justicia etcétera.-
Potosí, julio veinte de mil novecientos ocho.- benjamin calderon”
El mismo Benjamín Calderón se refiere a las “vertientes del Silala”
y no al Río Silala.
El trámite de concesión continúa: “Chile comercializa, monetiza las
aguas del Silala y proveer las necesidades de las minas de Chuquicamata,
Antofagasta y otras Poblaciones”.
La compañía Railway no requería de toda el agua para los ferro-
carriles. “Las locomotoras requerían 63 mt3/día o 0,62 Lt/seg. Según
las publicaciones de la misma empresa (Claros 2016) y el caudal que
ingresaba a Chile en esos años rondaban por los 6.600 mt3/día (76 Lt/
seg.) esto demuestra que evidentemente la mayor parte de ese caudal fue
utilizado para otros fines desde un inicio.
El hecho de que existen documentos formales con pruebas fehacien-
tes de que se ha procedido a la concesión de las aguas de los manantiales
del Silala que el apoderado de la Railway se ha referido a vertientes y ha
solicitado concesión de aguas a su verdadero dueño y que este ha ejercido
su soberanía en ese momento, significa también su derecho propietario,
así como la revocatoria de la concesión, la licitación y conceder a la
administración de la Ductec Srl. Es un acto de soberanía. Y no puede
Chile apelar a un derecho consuetudinario.
1. Denuncia Defraudación
2. Revocatoria de la concesión
Los bolivianos podemos afirmar con total seguridad que: Los manantiales
del Silala, son 100% bolivianos, un Recurso gigantesco natural, vital, no
renovable, valiosísimo y estratégico, para los potosinos y para Bolivia,
todos los gobiernos, incluyendo el actual han soslayado su responsabili-
dad de ejercer soberanía traducida en aprovechamiento y uso, así como
no cobrar la deuda histórica a la compañía, The Antofagasta (Chili) and
Bolivian Railway Company Limited.
Evo Morales y su gobierno el año 2009, ha entregado el 50% de
las aguas del Silala a Chile, a espaldas del pueblo, y el ex ministro Cho-
quehuanca pretendió imponer la aprobación de dicho preacuerdo en
varias oportunidades, la última de ellas el día 3 de Septiembre del año
2009, en Quetena Chico, en ocasión de una convocatoria pública que
lanzó la cancillería para socializar un preacuerdo donde Chile pretendía
supuestamente compensar el 50% del costo por el uso de las aguas de
los manantiales del Silala, mi persona acudió a dicha convocatoria, como
delegada de codepanal, “Consejo de defensa de los recursos naturales
la dignidad y la soberanía nacional” con mucha dificultad, puesto que
llegar al Silala en Quetena chico, resulta ciertamente un gran esfuerzo
por la dificultad de acceso y el costo del viaje. ¿Por qué razón esta con-
vocatoria escogió un lugar de tan difícil acceso?
66 geografías al servicio de los procesos de paz
La urgencia de un foro:
[73]
74 geografías al servicio de los procesos de paz
2. Ubicación geográfica
Figura 1
Mapa de ubicación geográfica del TIPNIS
Fuente: SERNAP
danza de la geopolítica del tipnis 77
amazonia. Estas sendas pudieron ser recorridas por incas desde hace
mucho tiempo. Después de la época incaica, las misiones fueron quienes
cobraron importancia y llegaron a fundar las misiones jesuítas en la zona.
“Los religiosos introducen el sistema de cabildo para regular las relaciones
políticas y sociales de los asentamientos, y pactan con la corona española el manejo
autónomo de la región evangelizada y el respeto de la propiedad indígena sobre
el territorio, lo cual genera cierta paz social en la región.” (Fundación Tierra.
2012. P.10). Esta intervención jesuita terminara el año 1767 cuando la
corona española expulsa a las misiones de América y se llega a culminar
con la época misional.
5. Antecedentes jurídicos
1. A existir libremente.
2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades,
prácticas y costumbres, y a su propia cosmovisión.
3. A que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así
lo desea, se inscriba junto a la ciudadanía boliviana en su cédula
de identidad, pasaporte u otros documentos de identificación
con validez legal.
4. A la libre determinación y territorialidad.
5. A que sus instituciones sean parte de la estructura general del
Estado.
6. A la titulación colectiva de tierras y territorios.
7. A la protección de sus lugares sagrados.
8. A crear y administrar sistemas, medios y redes de comunicación
propios.
9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina
tradicional, sus idiomas, sus rituales y sus símbolos y vestimentas
sean valorados, respetados y promocionados.
10. A vivir en un medio ambiente sano, con manejo y aprovecha-
miento adecuado de los ecosistemas.
11. A la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y
conocimientos, así como a su valoración, uso, promoción y
desarrollo.
12. A una educación intracultural, intercultural y plurilingüe en todo
el sistema educativo.
13. Al sistema de salud universal y gratuito que respete su cosmo-
visión y prácticas tradicionales.
14. Al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos
acorde a su cosmovisión.
15. A ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en
particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean
medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles.
En este marco, se respetará y garantizará el derecho a la con-
sulta previa obligatoria, realizada por el Estado, de buena fe y
concertada, respecto a la explotación de los recursos naturales
no renovables en el territorio que habitan.
16. A la participación en los beneficios de la explotación de los
recursos naturales en sus territorios.
82 geografías al servicio de los procesos de paz
1. A existir libremente.
2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades,
prácticas y costumbres, y a su propia cosmovisión.
3. A que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así
lo desea, se inscriba junto a la ciudadanía boliviana en su cédula
de identidad, pasaporte u otros documentos de identificación
con validez legal.
4. A la libre determinación y territorialidad.
5. A que sus instituciones sean parte de la estructura general del
Estado.
6. A la titulación colectiva de tierras y territorios.
7. A la protección de sus lugares sagrados.
8. A crear y administrar sistemas, medios y redes de comunicación
propios.
9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina
tradicional, sus idiomas, sus rituales y sus símbolos y vestimentas
sean valorados, respetados y promocionados.
10. A vivir en un medio ambiente sano, con manejo y aprovecha-
miento adecuado de los ecosistemas.
11. A la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y
conocimientos, así como a su valoración, uso, promoción y
desarrollo.
12. A una educación intracultural, intercultural y plurilingüe en todo
el sistema educativo.
84 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 2
Mapa demostrativo del territorio titulado en favor de comunidades Indígenas
y familias colonizadoras
Figura 3
Escenarios de asentamientos con o sin la carretera según Marielle Cauthin
7. Análisis mediático
Figura 4
Actores de la temática del TIPNIS
Figura 5
Mapa temático (IIRSA) en la que muestra la red caminera que unirá nodos
de la triple frontera Brasil-Perú-Bolivia
Fuente: IIRSA
9. Conclusiones
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declarado Territorio Indígena a través del Decreto Supremo No
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La Ley No180 fue promulgada el 24 de octubre de 2011.
Informe del Ministerio de Obras públicas sobre la consulta
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fluencia-y-presin-cocalera/
Fuente: erbol (fobomade)
La consulta en el tipnis tiene alta influencia y presión cocalera
29/07/2012-19:57SelectosDestacados
https://sostipnis.wordpress.com/2015/06/27/demandas-del-pueblo-
del-tipnis/
http://www.biobol.org/index.php/aps-nacionales/302-territorio-indi-
gena-y-parque-nacional-isiboro-secure-tipnis
El conflicto del tipnis:
un caso de geopolítica interna
Erwin Galoppo von Borries1
Introducción
[99]
100 geografías al servicio de los procesos de paz
1. Los actores
Figura 1
Cuadro Población 2001
Figura 2
Imagen Satelital Área de Estudio
3. Factores no geográficos
¿Y hacia el futuro…?
Bibliografía
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https://www.clio.fr/bibliotheque/pdf/pdf_quest-ce_que_la_
geopolitique_.pdf
Gobierno de las trasnacionales
extractivistas y de la burguesía de la coca
excedentaria
Raúl Prada Alcoreza1
[105]
106 geografías al servicio de los procesos de paz
obstáculo para que las burguesías nacionales, sobre todo, sus élites po-
derosas, tomen decisiones pragmáticas. Por ejemplo, las empresas tras-
nacionales extractivistas de la energía fósil pueden concurrir y competir
por el acceso a reservas de recursos naturales, a concesiones y explotación
hidrocarburífera, en distintas regiones del mundo; empero, las burguesías
que manejan las empresas por acciones, pueden pactar repartos de las
reservas. Sobre todo, cuando están de acuerdo con lo principal; preservar
la explotación y la producción de la energía fósil. Esta es la clave de la
amistad entre Donald Trump y Vladímir Putin, de la que tanto escándalo
se hace en los medios de comunicación y los círculos de los demócratas
de los Estados Unidos de Norte América.
De la misma manera, se puede descifrar la “disputa” o si se quiere
“contradicción” entre personajes políticos de la híper-potencia econó-
mica-militar-cibernética-tecnológica-científica y personajes políticos de
“gobiernos progresistas” de Estado-nación subalternos. La burguesía
rentista, de la que forman parte los gobernantes o la jerarquía de la forma
de gubernamentalidad clientelar, a pesar de destilar discursos estridentes
contra el “imperialismo”, pueden, más bien, optar por el pragmatismo
político y económico. Ambas burguesías, la hiper-burguesía y la burguesía
rentista, forman parte de la geopolítica del sistema-mundo capitalista,
sobre todo, de su característica crucial, la arquitectura del sistema-mundo
extractivista; particularmente o preponderantemente, de la energía fósil.
Tienen en común más intereses que diferencias ideológicas.
En el caso del conflicto del tipnis, la defensa del territorio indígena
y parque nacional, de la región configurada por los ríos Isiboro y Sécure,
no se trata, efectivamente, de una lucha contra “traidores”, “inconsecuen-
tes”, “oportunistas”, incluso “impostores”, aunque lo sean; sino contra la
burguesía rentista, contra la burguesía de la coca excedentaria, contra la
burguesía agroindustrial y los latifundistas; por lo tanto, en el contexto
mundial, contra la hiper-burguesía de la energía fósil.
Visto de esta manera, se puede entender mejor el conflicto del
tipnis.La compulsiva y obsesiva persistencia por construir la carretera,
que atraviesa el bosque, donde no hay más que dos comunidades; estando
el grueso de las comunidades, en las zonas atravesadas y bañadas por los
ríos Isiboro, Sécure e Ichoa. Lo que queremos decir es que lo que hace
el “gobierno progresista” de Bolivia no es, desde esta perspectiva, inco-
herente; sino, más bien, congruente con esta articulación e integración
de las burguesías que apuestan por la energía fósil.
El territorio indígena es un incordio para el proyecto efectivo
del “gobierno progresista”; proyecto que nada tiene que ver con la
108 geografías al servicio de los procesos de paz
Reportaje de un ecocidio
Coca en la región
6 Leer Comisión de ALP aprueba proyecto de ley del Tipnis. Los Tiempos.
http://www.lostiempos.com/actualidad/economia/20170802/comision-alp-
aprueba-proyecto-ley-del-tipnis.
Paz con la naturaleza en el Putumayo:
tensiones y desafíos socioambientales en
las áreas protegidas de la triple frontera
Ecuador-Perú-Colombia
John Freddy Caraballo González1
Introducción
[111]
112 geografías al servicio de los procesos de paz
Desde los años sesenta del siglo pasado las Fuerzas Armadas Re-
volucionarias de Colombia Ejército del Pueblo (farc-ep) hicieron
presencia en toda la región del Putumayo, a través de la instalación de
los frentes 32 y 48. Paralelamente, los carteles de Cali y Medellín es-
tablecieron laboratorios clandestinos para el procesamiento de la coca,
así como rutas para el abastecimiento de insumos y la distribución del
estupefaciente; en un comienzo los narcotraficantes obtenían la hoja de
coca del Perú (Medina y Téllez, 1994; Ramírez, 2001;), pero en poco
tiempo introdujeron las semillas e iniciaron la expansión de cultivos de
uso ilícito en algunos municipios del Putumayo, lo cual convirtió a la re-
gión trifronteriza del denominado “triángulo amazónico” o “ecupeco”2
en escenario económico de anclaje regional –cultivos, mano de obra,
infraestructura, servicios–, aunque con proyección trasnacional para los
actores del crimen organizado (Cuesta y Trujillo, 1999).
Ahora bien, además de los impactos causados por el conflicto ar-
mado colombiano, es preciso reconocer que la región putumayense de
la triple frontera históricamente ha pasado por otras formas de conflicto
asociadas explícitamente a la extracción de recursos naturales. Desde la
explotación de quina y caucho de finales del siglo xix, pasando por el
ingreso de las compañías multinacionales petroleras durante la segunda
mitad del siglo xx, hasta el arribo del narcotráfico a finales de los años
70 de la centuria pasada, el Putumayo trinacional se ha convertido en una
suerte de corredor estratégico donde confluyen múltiples intereses –legales
e ilegales, estatales y paraestatales-, de tal manera que las poblaciones
han resultado constantemente asediadas, perseguidas, desplazadas y, en
algunos casos puntuales, cooptadas por los actores económicos, políticos,
[para]militares e insurgentes de turno.
Si bien es cierto que desde los años veinte del siglo pasado se efec-
tuaron las primeras exploraciones en busca de petróleo en el Putumayo,
fue hasta la segunda mitad del siglo xx que se concretó la explotación
petrolera de la región putumayense trifronteriza, concretamente bajo
la incursión de la transnacional Texas Petroleum Company (Texaco).
Esta dinámica extractiva desencadenó una serie de conflictos socio-
Figura 1
Bloques petroleros del Ecuador
Figura 2
Lotes petroleros en el Perú (2009)
Fuente: http://www.perupetro.com.pe/
Figura 3
Bloques y pozos petroleros del Putumayo colombiano
4 El caso más reciente es el del Lote petrolero 192, que ha generado conflictos
socio-ambientales en la amazonia peruana.
118 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 4
Reserva de Producción Faunística Cuyabeno (Ecuador)
Figura 5
Parque Nacional GUEPPÍ-SEKIME y Reservas Comunales HUIMEKI – AIRO PAI (Perú)
Figura 6
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La creación de un Estado Plurinacional
como medio de reinserción territorial de
procesos de pacificación para los pueblos
indígenas de Bolivia
Yuri Sandoval Montes1
[129]
130 geografías al servicio de los procesos de paz
2 Ver www.toltecayotl.org/…/index.php?…500…,
http://tawaintisuyo.blogspot.com/2009/10/peru-independencia-colonial-
espanol.html,
www.archivochile.com/America…/america_latina_dg_00001.pdf, http://
www.aporrea.org/actualidad/a42840.html (consultadas en junio de 2011).
3 Pero esto que eufemísticamente se ha venido a llamar “encuentro de dos
mundos”, no fue sino una contradicción muy violenta que abrió un abismo
de diferencias sociales, culturales, raciales, ideológicas y políticas, que hasta
hoy no se subsanan. De nada sirvió la emancipación criolla para superar este
abismo; por el contrario, la miserable actuación de las clases explotadoras
durante todo el período de la República, profundizó la brecha (Pérez,
2005 en www.archivochile.com/America…/america_latina_dg_00001.pdf,
consultada el 6 de enero de 2011)
4 Un Estado plurinacional es una forma de estado que admite la existencia
de territorios en su interior cuya población se reconoce como pertene-
ciente a diferentes nacionalidades y define autónomamente la normativa,
132 geografías al servicio de los procesos de paz
500 años se han sentido oprimidas, relegadas y hasta abandonadas por sus
propios gobiernos y mucho más por los países desarrollados de occidente.
De igual manera se pensaba solucionar este tipo de problemas incor-
porando una asistencia técnica venida a menos que lo único que hacía era
tratar de copiar modelos de desarrollo que habían dado algún resultado
en otro tipo de escenarios y en otro tipo de coyunturas, sin embargo, la
característica fundamental en casi todos los proyectos que se ha tratado
de imponer el desarrollo ha sido un fracaso rotundo.
Una de las causas para este fracaso ha sido la imposición de modelos
foráneos, por un lado, así como la no incorporación en dichos modelos de
las propias necesidades, ni capacidades, ni potenciales locales, tampoco
se ha transferido el conocimiento (know how), ni se han formado líderes
y/o técnicos capaces de proseguir con los proyectos que en su momento
fueron dejando las instituciones extranjeras, una vez que la asistencia
concluía con su misión y se retiraba del área.
Las propias culturas indígenas, han reconocido que este tipo de ayu-
das no funciona; mucho más si tomamos en cuenta el proteccionismo y el
paternalismo de las instituciones de cooperación internacional que han
pasado muy por encima de las aspiraciones y las expectativas que existían
en los pobladores locales tratando de hacerles entender, imponiéndoles
muchas creencias, además de que los millones de dólares otorgados para
proyectos de cooperación invertidos han sido más que todo destinados a
la compra de vehículos, insumos, pago de alquileres y para la cancelación
de jugosos salarios para los “consultores”5, supuestamente entendidos
en la temática indígena que lo único que hacían era visitar brevemente
a las comunidades indígenas para luego confirmar ciertos prejuicios que
ellos tenían determinados incluso con anterioridad.
Esa misma tendencia desarrollista por parte de la cooperación
internacional, ongs e Instituciones de Desarrollo, ha hecho que se
los propios indígenas no son capaces de asumir ya sea por falta de visión,
ya sea por carencia de recursos económicos o falta de una asimilación de
propuestas de asesoramiento técnico.
Según Navajas, et al (1997), no se prioriza el tema de la demanda de
seguridad territorial, aspectos imprescindibles para la supervivencia de
pueblos indígenas y también que son la base para sustentar los procesos
de desarrollo; sin embargo, en Bolivia, surge a partir del nuevo proceso
de reforma agraria la necesidad de consolidar el territorio a través de
las Tierras Comunitarias de Origen, donde sean los propios pueblos
originarios demandan los límites de su territorialidad.
La demanda de territorio realizada que se viene consolidando a
través de procesos de saneamiento y titulación de tierras comunitarias,
en el futuro permitirá una seguridad productiva en el escenario donde se
viene desarrollando su asentamiento9 natural y será beneficioso de igual
manera para sus hábitos de pesca, caza y recolección.
Pero adicionalmente al uso y la necesidad que los pueblos indígenas
tienen del territorio y recursos naturales, se tienen que generar ciertas
condiciones externas que puedan favorecer su desarrollo, a saber, el
apoyo que puede brindarse desde las instituciones y organizaciones
internacionales a través de programas y/o proyectos de desarrollo que
deben enfocarse a partir de la necesidad de generar nuevos enfoques,
nuevos paradigmas de asistencia técnica, uso de medios de comunicación
para denunciar atropellos, oferta de apoyo tanto logístico como moral
para apoyar los procesos de reivindicación, entre ellos, la elaboración y
apropiación de Planes de Gestión Territorial Indígena.
Si bien se realizan una serie de eventos a nombre de lo “indígena”
como talleres consultorías, seminarios, comisiones, etc.; ninguno de ellos
trasciende hacia procesos de desarrollo, ni responden del todo a las ex-
pectativas de los supuestos beneficiarios, puesto que aunque existe mucho
interés en el apoyo efectivo a estos eventos, se refiere más que todo a un
apoyo parcial y momentáneo. Pocos organismos de cooperación están
dispuestos a comprometer sus recursos con las comunidades; esta tendencia
tiene que cambiar y se deben plantear programas permanentes de apoyo no
pretende integrar toda esta pluralidad y que más adelante vendrá a reem-
plazar el término de Tierra Comunitaria de Origen, en la disposición
transitoria séptima.
Reconoce además en su art. 3, que “La nación boliviana está confor-
mada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos pertenecientes a las áreas
urbanas de diferentes clases sociales, a las naciones y pueblos indígena originario
campesinos, y a las comunidades interculturales y afrobolivianas”, así,
se toma en cuenta a los habitantes no solo urbanos sino a los indígenas,
originarios campesinos, además de los afrobolivianos.
De igual manera en el Artículo 4, la nueva cpe, señala que el Estado
respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de
acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión.
Más adelante, se verá que uno de los criterios fundamentales para
determinar la pertenencia a un grupo étnico es, justamente la lengua; en
este marco, y siendo coherente con esta afirmación, la cpe en su artículo
5, reconoce como “idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los
idiomas de las naciones y pueblos indígena originario campesinos.
La Ley Nº 70 de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”13,
recientemente aprobada el 20 de diciembre de 2010, plantea en su Art.
1, que “La educación es intracultural, intercultural y plurilingüe14 en todo el
sistema educativo”; no obstante, ésta iniciativa ya fue planteada en una
anterior ley de educación, sin que haya tenido un impacto significativo
en los educandos, pues el arrastre histórico que ha tenido el idioma espa-
ñol en nuestra cultura, ha incidido en que los idiomas nativos no hayan
sido adecuadamente transmitidos de padres a hijos, con la consecuente
13 http://www.gacetaoficialdebolivia.gob.bo/normas/buscarg/Ley%20Aveli-
no%20Siñani, (consultada el 22 de diciembre de 2010).
14 El Artículo 7 de la misma ley, menciona en referencia al Uso de Idiomas
oficiales y lengua extranjera: La educación debe iniciarse en la lengua
materna, y su uso es una necesidad pedagógica en todos los aspectos de su
formación. Por la diversidad lingüística existente en el Estado Plurinacional,
se adoptan los siguientes principios obligatorios de uso de las lenguas…
En poblaciones o comunidades monolingües y de predominio de la lengua
originaria, la lengua originaria como primera lengua y el castellano como
segunda lengua; En poblaciones o comunidades monolingües y de pre-
dominio del castellano, el castellano como primera lengua y la originaria
como segunda. En las comunidades o regiones trilingües o plurilingües,
la elección de la lengua originaria se sujeta a criterios de territorialidad
y transterritorialidad definidos por los consejos comunitarios, que será
considerada como primera lengua y el castellano como segunda lengua.
140 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 1
Periodos identificados en la Historia de los Pueblos Indígenas
20 En este caso, Diez Astete, et al; (1998), hacen referencia a ‘los trabajos de
incorporación a la civilización occidental, de corte evangélico que realizó el Instituto
Lingüístico de Verano (ILV) en nuestro país. Sin entrar en los detalles altamente
polémicos que han envuelto a esta organización religiosa y de estudios especializados
en lingüística de distintos países de América Latina como Bolivia, Brasil, Gua-
temala, Honduras, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Perú, Surinam, desde
1936;diremos que muchos estudiosos y gobiernos consideraron una cruzada de largo
aliento de la política intervencionista norteamericana y por lo cual (lo recordamos
sin ánimo de hacer juicios de valor políticos) fueron expulsados de varios de esos
países’. En el área amazónica, los miembros del ilv estuvieron el año 1956
en Ixiamas, Tumupasa y San Buenaventura; en el resto del país hicieron
incursiones en diferentes pueblos indígenas de tierras bajas hasta el año
1970.
la creación de un estado plurinacional 149
Figura 2
Distribución de los Pueblos Indígenas de Bolivia
Sin embargo, el formulario se aplicó sólo en los sectores rurales, con ex-
clusión del área urbana. Esta situación se ha hecho cada vez más evidente
considerando que una proporción cada vez más alta de población indígena
está migrando e instalándose en las principales ciudades, lo que ha podi-
do significar un sesgo que disminuye el volumen poblacional indígena.
Este fenómeno, debe ser visto como parte de la dinámica pobla-
cional y económica de los pueblos. Interpretaciones anteriores, asumen
estos procesos como “control vertical con máximo acceso a distintos pisos o
nichos ecológicos complementarios” que denotan patrones de asentamiento,
poblamiento, ocupación y uso del territorio.
Esta característica no sólo continúa, sino que se ha ampliado en la
actualidad, por factores como la urbanización, la industrialización o la
simple ampliación del mercado laboral urbano como alternativa para la
obtención de ingresos complementarios (macpio, 2000). En síntesis, las
migraciones y los movimientos poblacionales, obedecen a una lógica de
sobrevivencia ancestral.
Actualmente, con la instauración del gobierno de Evo Morales
de corte popular y con el apoyo fundamental de las bases campesino
indígenas, se ha eliminado la repartición gubernamental relacionada al
Ministerio de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios, aspecto al pa-
recer bastante preocupante en el escenario indígena, pues, la política de
gobierno consiste en homogeneizar a toda la población en la perspectiva
que la mayoría es de extracción indígena, esto de alguna manera puede
afectar la posición en cierta medida “privilegiada” que podrían tener los
sectores indígenas minoritarios al recibir ayudas de manera directa; sin
embargo, se espera que la introducción de los elementos indigenistas
en los debates de la Asamblea Constituyente y la Nueva Constitución
Política del Estado boliviano, puedan reforzar positivamente dicho
componente.
Las manifestaciones indígenas, como las marchas de los años 2000
y 2002 y muchas otras movilizaciones sociales que reclamaban partici-
pación y vigencia de derechos, no han sido atendidas como los indígenas
esperaban por los sucesivos gobiernos de los últimos años, haciendo cada
vez más difícil la materialización de una democracia con ciudadanía social
plena para todos. La actual demanda indígena que busca incorporar la
participación social en un Gran Debate Nacional, mediado por una Asam-
blea Constituyente y no sujeta al monopolio de los partidos políticos,
plantea la necesidad de un debate nacional, abierto y transparente, que
aborde cuestiones tales como la venta de gas natural e hidrocarburos, la
capitalización de las empresas públicas y la eventual incorporación de
la creación de un estado plurinacional 151
Figura 3
Territorios Indígena Originario Campesinos (TIOCs)
25 http://www.apcbolivia.org/inf/noticia.aspx?fill=1206&Id=8&D86rFv&fil
=9&hsdatrte=10&bd54ssdfer=&%fs4t5
la creación de un estado plurinacional 161
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3ª parte
Comunidades indígenas
y construcción
de paz territorial
Las zonas de reserva campesina
en Colombia.
Una territorialidad campesina para la paz
Flavio Bladimir Rodríguez Muñoz1
Introducción
[167]
168 geografías al servicio de los procesos de paz
problemas que como plantean los campesinos, tienen que ver “con la
ley del embudo, lo ancho pa ellos, lo angosto pa uno” una lógica que, puesta
sobre la ocupación de las tierras en Colombia, bien puede ser planteada
como valles con grandes predios y suelos fértiles para pocos y laderas
con predios pequeños con suelos poco fértiles para muchos.
Esta lógica de ocupación de las tierras configura buena parte de
los problemas políticos, económicos, sociales y culturales de los últimos
50 años de la vida colombiana. Este periodo de más de medio siglo
de desavenencias por los espacios socialmente necesarios para la vida
social, de las comunidades rurales, conducen en la actualidad al país, a
un periodo interesante y crucial de su historia. Un momento donde el
ordenamiento espacial del país, cuenta con muchos debates políticos y
problemas socioeconómicos vinculados con visiones de diferentes secto-
res sociales sobre el desarrollo, la naturaleza, la economía y la vida social.
Estas visiones y proyectos se encuentran en conflicto, de la resolución de
estos, su gestión o profundización, depende el devenir de las tierras, los
territorios y de las sociedades arraigadas que los ocupan y construyen.
Este artículo se propone presentar los principales elementos políticos
y geográficos vinculados con el ordenamiento territorial en general y con
el ordenamiento territorial en y para las Zona de Reserva Campesinas.
Para presentar estos elementos este documento se divide en cuatro partes.
La primera, presenta algunos aspectos generales del proceso histórico
que fueron llevando a la configuración de la figura territorial de zonas de
reserva campesina en Colombia. La segunda, advierte sobre el contexto de
la geografía política colombiana, utilizando algunos conceptos que per-
mite ubicar las dimensiones políticas del ordenamiento territorial. Para
ello se identifican elementos geográficos e históricos a ser considerados
en cada situación específica de las zonas de reserva campesina, tanto para
fundamentar el análisis más allá de los criterios técnicos y jurídicos del
señalado ordenamiento territorial, como para realizar las gestiones per-
tinentes para el afianzamiento de la territorialidad campesina en el país.
En la tercera parte se propone un recorrido metodológico que
permitirá identificar las condiciones específicas de las zonas de reserva
campesina y sus poblaciones. La propuesta es identificar las relaciones de
sus proyectos territoriales con respeto a cinco dimensiones: i) el Estado,
ii) las corporaciones, iii) los movimientos sociales, iv) el espacio geográ-
fico y v) la vulnerabilidad frente a actores armados y las posibilidades de
construcción de paz. La caracterización de estas dimensiones permite
identificar el entramado de relaciones que constituyen las condiciones
concretas, para configuración de los proyectos territoriales de cada una
170 geografías al servicio de los procesos de paz
Las Zonas de Reserva Campesinas zrc, son una figura jurídica que
posibilita la gestión territorial y ambiental por parte del campesinado
colombiano, reconocida legalmente en la ley 160 de 1994, también son
un conjunto de procesos “socio-territoriales” disímiles configurados en
las distintas condiciones históricas y regiones del país (Ortiz et al, 2004),
por gente organizada en asociaciones campesinas, que propenden por
los derechos, la economía y la territorialidad campesinas en Colombia.
La reglamentación de las zrc le facilitó a los campesinos contar con
mecanismos jurídicos regulatorios que permitían destinar las tierras,
consideradas baldíos de la nación, para los campesinos sin tierra.5 Tanto
la figura jurídica como el proceso territorial y político hoy confluyen en la
implementación integral de los acuerdos de la paz en Colombia (Decretos
12 utinaya, Unión interétnica en la cuenca del Rio Naya, fue y es una pro-
puesta de vincular, cultura economía política, identidad y cultura en una
cuenca hidrográfica.
13 Un proceso que ha permitido argumentar que “Colombia es un país cuyo
territorio es más grande que la nación y cuya sociedad es más fuerte que el
propio Estado”. Ver sobre esto a González, (1992) y Serge, (2005).
14 “Desde noviembre de 1961 la prensa y en específico el periódico conser-
vador “El Siglo”, construyen la representación de Marquetalia como una
174 geografías al servicio de los procesos de paz
configurado estas veredas, y entre ellos los colonos de este país, son los
mayores conocedores y caminantes de la geografía colombiana al trase-
gar por la diversidad de la geografía física, social y cultural de este país,
constituido por un área continental de un poco más de un millón ciento
cuarenta mil kilómetros cuadrados.18 Sobre esta superficie con diversidad
de procesos naturales y recursos, se fueron desplegando los procesos de
poblamiento rural, apropiación de tierras y definición de las jurisdicciones
político administrativas; entre estas, las veredas “mínima unidad antropo-
geográfica” que se encuentran integrada a los 1123 municipios,19 que a su
vez conforman los 32 departamentos que integran el país.
La definición de estas jurisdicciones político administrativas se ha
dado a través de múltiples procesos sociales, políticos y económicos de
la larga historia colombiana, entre estos se encuentran la formación de
las élites, la formación de las haciendas, la formación del latifundio, los
procesos de urbanización, los singulares procesos de industrialización
y el trasegar de los pobladores rurales transformando cada rincón del
espacio geográfico colombiano, donde han construido sus proyectos de
vida y resistencia. Estas jurisdicciones han sido configuradas por proceso
históricos y por ello mismo pueden ser reconfiguradas y trasformadas
por procesos políticos y sociales contemporáneos cargados de futuro.
Este espacio geográfico es una porción de la superficie terrestre de
sur América integrado por los relieves labrados por los ríos, que a su vez
labran los valles irrigando las aguas que humedecen la diversa vegetación,
sostenida y nutrida por suelos producto de pequeños fragmentos de
rocas pertenecientes a las distintas formaciones geológicas que integran
la litósfera. En la formación de estos suelos también participan los ríos,
vientos y lluvias de la hidrósfera y la atmósfera, aguas importantes para
las plantas y animales que constituyen la biósfera, esta última brinda las
fuentes de alimento para la población rural y urbana. Estas poblaciones
asentadas en veredas, poblados y centros urbanos, habitan y conviven
en unidades domésticas conformando tejidos veredales mediante la
apropiación de la tierra, la producción, distribución, comercialización
Tabla 1
Dimensiones del análisis espacial y territorial en las Zonas de Reserva Campesina
Dimensión:
Características y cuantías de los recursos naturales o bienes comunes en ZRC.
Caracterización de las dinámicas poblacionales de la ZRC.
Instituciones del Estado y formas jurídicas que confluyen en ZRC.
Las territorialidades corporativas que confluyen o son vecinas de las ZRC.
Organizaciones sociales o movimientos sociales de base territorial que confluyen o son ve-
cinas de la ZRC.
Localización, ubicación y conectividad, con respecto a la escala municipal, provincial regional
y nacional de la ZRC. Las potencialidades de las Zonas de Reserva Campesina en los planes
de desarrollo con enfoque territorial PDTS.
Riesgo y vulnerabilidad de la ZRC, en el contexto del conflicto armado colombiano y la cons-
trucción de paz.
Fuente: Elaboración a partir de la participación y sistematización de notas y relatorías de los
seis encuentros de Zonas de Reserva Campesina: 2010 en Barrancabermeja, 2012 en Corinto
Cauca, 2013 en San Vicente del Caguan, Caquetá, 2014 TibuNorte de Santander y en el año
2016 en Curumani César, 2017 Chaparral-Tolima. Centro de documentación ANZORC.
Tabla 2
Componentes geopolíticos de gestión de la territorialidad campesina en las ZRC
Tabla 3
Paz con la naturaleza en el Putumayo: tensiones y desafíos socio-ambientales
en las áreas protegidas de la triple frontera Ecuador-Perú-Colombia
Componentes Subcomponentes a
Propuestas y criterios
geopolíticos considerar en la gestión
para la acción
del OT-ZRC del OT de las ZRC
Consolidar las relaciones urbanas
rurales de las ZRC próximas con las
ciudades. Esto puede establecerse a
través del reconocimiento de los terri-
La relación con las ciu- torios que han generado la población
dades. que habita y trabaja en las ciudades,
que pueden coincidir con las regiones
de abastecimiento de alimentos y agua
para las ciudades.
Planificar una gestión integral e in-
terinstitucional desde las ZRC con el
objetivo de armonizar la superposición
La relación con las ins- jurídica y territorial existente en los te-
tituciones y sus figuras rritorios de la ZRC. Consolidar el sis-
territoriales. tema de zonas de reserva campesina
delineando una nueva institucionalidad
rural.
Reivindicar y exigir el reconocimiento
de la ZRC como una figura que permi-
te la consolidación de asentamientos
La funcionalidad espacial,
poblacionales, en el marco de la sos-
ecológica y social.
tenibilidad ambiental y en el fortaleci-
miento social de los municipios y de-
partamentos del país.
Consolidar sistemas productivos
agroecológicos bajo el conocimiento
campesino y la pedagogía campesino-
campesino.
En la soberanía y autono- La soberanía alimentaria es un criterio
mía a alimentaria. rector del el ordenamiento territorial al
interior de las ZRC, busca el auto abas-
Economía, desarrollo tecimiento alimentario de la población
rural y medio ambiente. de fina como y la determinación para
decidir cómo y dónde se abastecen de
insumos y alimentos.
Reconocer y proteger las ZRC como
territorios donde el mercado de tierras
tiene mecanismos para la regulación
Los mercados de tierras.
del mercado de tierras impidiendo la
concentración de la propiedad y uso de
las tierras.
Reconocer el rol que los territorios
campesinos y sus unidades domesti-
cas han tenido en la reproducción de
Las dinámicas del trabajo.
flujos de población, que han llegado
a constituir la fuerza de trabajo en del
país y en particular de las ciudades.
190 geografías al servicio de los procesos de paz
Componentes Subcomponentes a
Propuestas y criterios
geopolíticos considerar en la gestión
para la acción
del OT-ZRC del OT de las ZRC
Construir instrumentos de gestión de
otra economía que fundamente una te-
La gestión de otra eco-
rritorialidad en la que los excedentes de
nomía.
la producción se subordinen a la soste-
nibilidad ambiental y al beneficio social.
Constituir los mecanismos pata que las
ZRC se constituyan en territorios de
gestión de la sostenibilidad ambiental a
partir de un modelo de desarrollo rural
La gestión del medio
alternativo en el que la agroecología
ambiente y los bienes co-
y la economía social y solidaria sean
munes.
criterios rectores del ordenamiento del
uso de los recursos y de la apropia-
ción y construcción de la territorialidad
campesina.
Recuperar la vereda como la principal
unidad espacial y cultural donde la vida
social se arraiga en el territorio y donde
La vida veredal. las unidades domésticas campesinas,
interactúan y constituyen la identidad
campesina en relación con otras vere-
das y poblaciones no campesinas.
Reconocer el agua, ciclos hídricos y las
cuencas como un aspecto central de la
cultura campesina. Fortalecer las formas
La vida en los ríos y cuen-
de cuidado, abastecimiento y gestión de
cas.
acueductos comunitarios como un ele-
mento central en el tejido social de los
campesinos.
Reconocer el papel que los campesi-
nos han desempeñado en la adaptación
Territorialidad y cultura aprovechamiento y manejo de los sue-
campesina. La vida en las laderas y los de ladera, donde han afincado sus
páramos. formas de vida. Reconocer cómo el
poblamiento de las laderas hace parte
de un paisaje campesino que debe ser
fortalecido.
Reconocimiento del campesinado como
sujeto cultural político y económico.
Promover el arraigo territorial de los
La Identidad campesina. campesinos, reconociendo sus formas
propias de vida, sus fiestas, comidas y
religiosidad como parte de la diversidad
cultural del país.
Reconocer a los campesinos como ciu-
dadanos que construyen la historia del
Las instituciones campe-
país y desarrollan propuestas e institu-
sinas.
ciones económicas y culturales que le
aportan al país en general.
las zonas de reserva campesina en colombia 191
Componentes Subcomponentes a
Propuestas y criterios
geopolíticos considerar en la gestión
para la acción
del OT-ZRC del OT de las ZRC
Dinámicas globales en La relación con las corpo- Las ZRC se establecen como una alter-
local. raciones y las lógicas del nativa a la expansión de los intereses
capital. de las empresas nacionales e interna-
cionales. Funcionan como una barrera
de esta expansión, pero construyen
una relación con la economía regional
y nacional con criterios de distribución
de los excedentes al interior de las ZRC
configurándose en una transición hacia
territorios no propiamente capitalistas.
Zonas de reserva campe- Los territorios de las ZRC son al mismo
sina y globalización. tiempo espacios locales, regionales y
globales, por ello las luchas que se em-
prenden en los territorios campesinos
son luchas por la construcción de una
nación pluricultural y por la consolida-
ción de la soberanía nacional.
Los campesinos en la Zonas de consolidación. Un criterio rector es que los proyectos
construcción de la paz. de Zonas de consolidación y su concep-
ción como estrategia contrainsurgente
se vuelquen a la consolidación de la paz
y de la vida y los territorios campesinos.
Zonas de desarrollo Es importante no dejar supeditado el de-
agroindustrial. sarrollo de los territorios campesinos al
ser zonas funcionales para el desarrollo
industrial en tanto abastecen de alimen-
tos y mano de obra barata a grandes
megaproyectos, forestales, mineros o
de agronegocios. Ya que esta situación
configurará futuros conflictos.
Conjunto de municipios Las zonas de reserva campesina pue-
priorizados y planes de den convertirse en dinamizadores de
desarrollo con enfoque la implementación de los acuerdos de
territorial PDTS. paz.
Fuente: Elaboración propia a partir de la participación y sistematización de notas y relatorías
de los seis encuentros de Zonas de Reserva Campesina: 2010 en Barrancabermeja, 2012 en
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Decreto Nº 902 de 29 de mayo 2017 por el cual se adoptan las medidas
para facilitar la implementación de la Reforma Rural Integral
contemplada en el Acuerdo Final en materia de tierras. Especí-
ficamente el procedimiento pata el acceso y formalización y el
Fondo de Tierras
Decreto Nº 893 de 2017 crea 16 Programas de Desarrollo con Enfoque
Territorial pdet que incluyen a 170 municipios en las distintas
regiones del país.
194 geografías al servicio de los procesos de paz
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James G. M. D’Angelo y Paco Sempere Ruiz
Introducción
Los mismos investigadores calculan que, por cada dólar que reciben
los países en desarrollo, 24 se pierden en salidas netas “net outflows” y que
las mismas son las responsables de la caída de los estándares de vida de sus
ciudadanos. Una de las prácticas más ejercidas por parte de las grandes
empresas multinacionales es la evasión fiscal a través de los paraísos fiscales,
de esta manera “los países en desarrollo pierden cada año al menos 100 mil
millones de dólares”.3 Además, la ong critica que las grandes empresas
están reduciendo al mínimo los costos en todo el mundo, impidiendo
que trabajadores, productores y cadenas de suministro se beneficien con
el crecimiento económico, lo cual incrementa la desigualdad y ahoga la
demanda. En definitiva, son los países en vías de desarrollo los que están
financiando el bienestar de los países del llamado Primer Mundo.
Volviendo al caso que estamos analizando, Colombia también
muestra esta realidad en los procesos de reconversión económica. Con
datos a 2011, las exportaciones totales del país tuvieron un crecimiento
significativo al pasar de 6.628 millones de dólares en 1990 a 53.840
millones en este último año, significando ello un crecimiento total de
712% (casi 34% promedio anual). Sin embargo, de este crecimiento
Figura 1
Grupo Poblacional Afectado - Conflictos ambientales en Colombia
derechos humanos de los que allí viven y, en esta visión sistémica del
problema de sostenibilidad que afronta el mundo de hoy, un problema de
carácter global, la supervivencia, en última instancia, de toda la especie
humana. Enfrentamos en pocas palabras un peligro que afecta a toda
nuestra civilización.
Existe una cierta confusión a la hora de definir y categorizar los con-
flictos ambientales. Razón por la cual consideramos oportuno recordar
que todo conflicto ambiental es de por sí un conflicto socio-ambiental,
puesto que el ambiente es un concepto que no puede entenderse sin su
dimensión social. Por tanto, esta última definición “socio-ambiental”
resultaría redundante.
Figura 2
Dimensiones de la sostenibilidad
de casi total impunidad, puesto que sólo dos casos de un total de más de
900 violaciones de derechos humanos registradas y documentadas por
la Comunidad, han podido llegar a los tribunales. El gobierno acusa a
la Comunidad de Paz de no colaborar en las investigaciones judiciales
sobre los homicidios, a pesar de que la misma Comunidad ha solicitado
reiteradamente a las autoridades colombianas que se creen las condiciones
necesarias que permitan avanzar en las indagaciones sobre las violaciones
de derechos humanos, garantizando al mismo tiempo la seguridad de
los testigos.
La supuesta desmovilización paramilitar, que empezó en Colombia
en 2002, tampoco atenuó la represión, dado que los paramilitares han
seguido actuando en la Apartado, así como en diversas partes del país.
Entre los últimos meses del 2016 y en lo que va de 2017, decenas de hom-
bres con uniforme militar, fuertemente armados, e identificándose como
integrantes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, han entrado
y salido de la Comunidad, amenazando e intimidando a sus miembros,
y comunicándoles su intención de quedar en el área. Las fuerzas de
seguridad, presentes en la zona, frente a las denuncias efectuada por la
Comunidad, han expresado su conocimiento acerca de la presencia de
los paramilitares en la región, pero al mismo tiempo su voluntad de no
actuar al respeto, debido a la convicción que cualquier acción emprendida
seria distorsionada por los mismos miembros de la comunidad.
Actualmente la Comunidad está formada por unos 1100 miembros
que resisten pacíficamente a la represión. Gracias a su ejemplo y por su
ya larga trayectoria (en marzo del 2017 cumplirán los 20 años), se ha
convertido en un caso paradigmático de resistencia social en Colombia.
3. Conclusiones
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Minería, turismo, música,
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La Paz
Impulsando la paz y la protección del
ambiente en el país más peligroso del
mundo: estudio geográfico para evitar
el impacto negativo de la minería en
Honduras
José Luis Palma Herrera1
[223]
224 geografías al servicio de los procesos de paz
2. Introducción
Figura 1
Portada Informe de Global Witness Honduras
3. El problema
Históricamente, la información geográfica minera oficial no es compar-
tida por el gobierno al público, ni siquiera a la propia academia. Debido
a esto, se carece de documentos con base científica que muestren la
verdadera situación de la minería en Honduras. Esto ha generado toda
clase de documentaciones e informaciones producidos por organizaciones
ajenas al gobierno donde publican datos contradictorios entre si sobre el
número, ubicación y extensión territorial de las concesiones y permisos
mineros en Honduras, con lo cual se ha llegado a exponer, irresponsa-
blemente, que la mitad del país esta concesionado a la industria minera,
como lo indica Middeldorp (2017).
El no acceso a la data minera oficial evita la transparencia guberna-
mental, necesaria para que entes externos al gobierno realicen monitoreo
territorial para asegurarse de que se respetan las zonas donde no es permitida
la minería de acuerdo a Ley. Sin embargo, al final del 2015, la autoridad
minera nacional, el Instituto Hondureño de Geología y Minas (inhgeo-
min), dio un gran paso hacia la transparencia de su institución al dar acceso
a la información geográfica minera del país al ouot. Esto con la finalidad
de que este observatorio, realice investigaciones para identificar debilidades
a fortalecer este rubro. Y es así, como este estudio geográfico se inició.
Una de las novedades y fortalezas de la segunda Ley General de
Minería de Honduras del 2013 es la creación de las “Zonas de exclu-
sión de derechos mineros”, donde la Ley menciona que en ningún caso
inhgeomin otorgará derechos mineros en estas áreas, las cuales son:
4. Metodología
Tabla 1
Cartografía oficial utilizada para el estudio y obtenida de entes oficiales
78
del Conflicto” realizado por Clark University para oxfam (2014), donde se
realizaron superposiciones entre mapas de industrias extractivas, agricultura,
recursos hídricos y áreas protegidas, en Ghana y el Perú.
7 Detalle de siglas: ine: Instituto Nacional de Estadísticas, sinit: Sistema
Nacional de Información Territorial, icf: Instituto Nacional de Conserva-
ción y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre, iht: Instituto
Hondureño de Turismo, ina: Instituto Nacional Agrario, mi ambiente:
Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas, inhgeo-
min: Instituto Hondureño de Geología y Minas.
8 Los límites representados por esta cartografía son utilizados como referencia
para identificar las zonas administrativas correspondientes a determinados
departamentos y/o municipios.
230 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 2
Cantidad de concesiones y permisos mineros
Tabla 2
Concesiones metálicas y no metálicas hasta octubre del 2015
Tabla 3
Proyección de escenario de impacto medio
Figura 3
Mapa de proyección de impacto medio
Figura 4
Mapa de proyección de impacto máximo
Tabla 4
Proyección de escenario de impacto máximo
Tabla 5
Clasificación de las zonas analizadas por conflictos territoriales
Tabla 6
Número de conflictos por traslapes en Áreas Protegidas
Tabla 7
Lista de zonas registradas en el CPPFI al 2016
Tabla 8
Porcentaje de Áreas Protegidas (AP) excluidas de la minería por Ley
Tabla 9
Número de conflictos por traslapes en Áreas Protegidas
Figura 5
Mapa entre concesiones mineras y la cobertura boscosa y agropecuaria
Figura 6
Porcentaje de superficie de las concesiones mineras de explotación que ocupan
cobertura y/o uso de suelo agropecuario, boscoso, entre otros
Tabla 10
Habitantes de comunidades en superficie concesionada para exploración
Figura 7
Situación actual y prospectiva minera de Honduras al 2015
Cantidad de explotaciones (unidades) Área de explotaciones (km2)
4.425
5000 4%
4500
4000
3500
2.390
3000 2%
2500
2000
1500 964
0.80%
1000 610
500 165 308
0
escenario actual escenario proyectado escenario proyectado
de impacto medio de impacto máximo
a) Ley General de Minería (02 de abril del 2013), inciso “a”, del
Art.48 menciona que “En ningún caso la Autoridad Minera
otorgará derechos mineros en las zonas siguientes… zonas
productoras de agua declaradas…”.
b) Ley Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre (26 de febrero
del 2008), el Art.123, inciso 1) indica que se “prohíbe todo tipo
de actividad en estas zonas cuando están declaradas legalmente
como zonas abastecedoras de agua”.
7. Conclusiones
Figura 8
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Impulsando La Paz y la protección del ambiente 245
Introducción
[247]
248 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 1
Desplazamiento forzado en Colombia
(12%), Cauca (7%) y Valle del Cauca (5%), además de las capitales de
aquellos departamentos cercanos a las principales zonas de expulsión
de población como Caquetá, Córdoba, Chocó, Huila, Meta, Norte de
Santander, Tolima, Putumayo, Bolívar, Atlántico y Cundinamarca. Por
su parte, los departamentos predominantemente expulsores de población
desplazada son Antioquia, Bolívar, Caquetá, Cesar, Chocó, Magdalena,
Nariño, Tolima, Valle del Cauca (igac, 2014, pág. 187).
Figura 2
Cultivos ilícitos en Colombia, 2003- 2012
Figura 3
Objetivos para un desarrollo sostenible en Colombia
Figura 4
Estrategias gubernamentales de turismo y paz
4. Conclusiones
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Milonga de tres banderas: la música como
patrimonio cultural de la región
de la Pampa
Flavi Ferreira Lisbôa Filho1
Débora Flores Dalla Pozza2
[267]
268 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 1
Mapa de la región de pampa delimitada en verde
3 Ritmo conocido en Brasil tanto por ser escuchado como bailado. Adviene de
las percusiones hechas en muchos instrumentos, principalmente tambores
y es fuertemente relacionado a raíz africana.
276 geografías al servicio de los procesos de paz
3. Comentarios Finales
Nuestro propósito, en este estudio, fue realizar una reflexión que deje
pistas sobre la posibilidad de pensar en la música, y especialmente la
milonga, como identidad y patrimonio cultural intangible de una región
que traspasa la frontera entre tres países, la pampa. Lejos de agotar las
temáticas abordadas, incluso teniendo en cuenta las limitaciones de
espacio y tiempo para el desarrollo de este trabajo, nuestra pretensión
fue desafiar miradas.
Primero, nuestra mirada, para buscar dar cuenta de articular asuntos
y referencias multi y transdisciplinares que necesitaban ser atados para
esta discusión y que transponen nuestra área convencional de actuación e
milonga de tres banderas 279
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milonga de tres banderas 281
[283]
284 geografías al servicio de los procesos de paz
que ver con el “(…) conocimiento diario compartido por todos los miembros de
los grupos oprimidos de que están predispuestos a ser víctimas de la violación,
solo en razón de su identidad de grupo” (Id., p.108). Se trata, por ejemplo,
del miedo que sentimos las mujeres a ser agredidas en la calle, por el
hecho de ser mujeres. En este sentido, la opresión se presenta como
una experiencia común. Pero la justicia social no aboga por eliminar
las diferencias entre los grupos, sino por crear instituciones capaces de
entender la importancia de las diferencias y trabajar en su promoción y
mantenimiento (Id., p.84).
De esta reflexión emerge la posibilidad de producir una ciudad no
opresiva, el ideal político de Young. La ciudad no opresiva requiere bases
materiales que garanticen la reproducción de la sociedad. “Bosquejando
este ideal de vida en la ciudad, me preocupa describir la ciudad como un tipo de
relación entre las personas, con su propia historia y con la de los demás” (Young,
en Massey y Jess, 1995: 83). Es en este sentido relacional (como procesos
de relación entre las personas) que la ciudad encarna la diferencia; es en
la ciudad donde se está junto a extraños. “La ciudad consiste en una gran
diversidad de personas y grupos, con una multiplicidad de subculturas y diferentes
actividades y funciones, donde sus vidas y movimientos se mezclan y se super-
ponen en el espacio público” (Id., p.84). Así, se plantea el ideal normativo
de la política de la diferencia, definida como apertura a la alteridad no
asimilada. Cómo hacer entonces, se pregunta Young, para que nuestras
relaciones encarnen la justicia, el respeto y la ausencia de opresión. “La
relación entre identidades de grupo y culturas en nuestra sociedad es borrada
por el racismo, el sexismo, la xenofobia, la homofobia, la sospecha y la burla”
(Id., Ibid). Young sostiene que las políticas radicales deben apuntar a
desarrollar instituciones capaces de federar a estos grupos diferenciados
sin suprimir ni subsumir las diferencias.
Ni Una Menos ha reunido voces diversas que abogan por una socie-
dad y un espacio emancipados de violencia. Los cambios se van tejiendo
progresivamente y gracias a los movimientos sociales, aunque no todas las
movilizaciones sociales contesten la violencia u otras formas de opresión.
En este sentido, Ni Una Menos tuvo el mérito de interpelar a instituciones
públicas (como el poder judicial, donde terminó el recorrido en la ciudad
de Lima) y de la sociedad civil. En la calle, la confrontación directa con
ciertas representaciones, ciertos paisajes sexualizados, símbolos e imágenes
hegemónicas sobre las mujeres, nos exige mayor conciencia respecto a nues-
tros hábitos culturales, es decir, busca politizar nuestras acciones. Como lo
recalca Young (2000: 255), politizar la cultura implica que las personas que
experimentan algún tipo de imperialismo cultural afirmen una identidad
“ni una menos” en la ciudad 289
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La paz en plural: espacio, raza,
género y sexualidad en los acuerdos
de paz de Colombia
Sara Koopman
Introducción
[291]
292 geografías al servicio de los procesos de paz
El enfoque diferencial
8 Rentería renunció un año más tarde para ser candidata a la gobernación del
departamento del Chocó. Cinco meses después de su salida fue remplazada
por la Canciller María Ángela Holguín. Ya que esa posición no la permitía
estar regularmente en la Habana, cuando Rentería perdió la elección regresó
a la mesa como representante informal de Holguín.
9 En Sri Lanka en el 2002 nombraron un subcomité de género, pero era con
mujeres que no eran parte de los equipos de negociación. Esas negocia-
ciones fallaron en el 2003. Dag Nylander and Hilde Salvesen, “Towards
an Inclusive Peace: Women and the Gender Approach in the Colombian
Peace Process” (Norwegian Centre for Conflict Resolution noref), 3,
accessed July 25, 2017, https://noref.no/Publications/Regions/Colombia/
Towards-an-inclusive-peace-women-and-the-gender-approach-in-the-
Colombian-peace-process.
10 Nylander and Salvesen, “Towards an Inclusive Peace.”
11 Corporación Humanas and ciase, Vivencias, Aportes, y Reconocimiento:
Las Mujeres En El Proceso de Paz En La Habana (Bogotá, Colombia, 2017);
La Paz en plural 295
14 énfasis añadido
15 Ambas versiones están disponibles en www.mesadeconversaciones.com.co,
las dos versiones resaltando diferencias entre ellas se encuentran en http://
bit.ly/2fNlKfV
16 Jacqui True and Maria Tanyag, “Global Violence and Security from a Gen-
dered Perspective,” in Global Insecurity, ed. Anthony Burke and Rita Parker
(Palgrave Macmillan uk, 2017), 43–63, doi:10.1057/978-1-349-95145-1_3.
La Paz en plural 297
Estos son también los primeros acuerdos de paz en el mundo que hablan
específicamente de consolidar la paz para las personas lgbti, y que apo-
yan la movilización lgbti como un medio para este fin.20 En la sección
detalla por qué cada una de esas bases presenta deficiencias. Por ejemplo,
el registro nacional de víctimas sólo empezó a incluir la orientación sexual
y la declaración de identidad de género en 2012, pero su uso ha sido muy
defectuoso: sólo existe una casilla para lgbti y no hay manera de desa-
gregar entre esas categorías. Además, el personal encargado del registro
con frecuencia se siente avergonzado de preguntar y simplemente marca
esta casilla basada en su lectura de la apariencia de las personas.30
Sin embargo, la mayor causa de errores en los datos del informe del
Centro de Memoria Histórica es el sub-registro por parte de las propias
víctimas. El principal mecanismo de supervivencia para muchas de ellas
ha sido invisibilizarse31. Incluso algunas pueden haber sido atacadas por
sus actividades sexuales sin ellas mismas considerarse población lgbti,
lo cual es común en zonas rurales.32 Además, las personas lgbti general-
mente no se sienten seguras o bienvenidas en agencias gubernamentales.
Esto se refleja en que sólo el 27% de los y las entrevistadas para el infor-
me del Centro de Memoria Histórica habían denunciado oficialmente.
Incluso, en el caso de los que intentan informar, el personal que los y
las atiende puede no estar dispuesto o no ser capaz de marcar el caso
como lgbti. Por esta razón, las estadísticas recolectadas en los últimos
años por dos organizaciones de base del movimiento lgbti, Colombia
Diversa y Caribe Afirmativo, son las más detalladas. Pero aun estas están
muy limitadas a las zonas donde las organizaciones tienen presencia y son
conocidas como un lugar seguro para denunciar violaciones.33
Después de sobrevivir la violencia de los actores armados, a menudo
ha sido difícil para las personas lgbti recibir servicios como víctimas
debido a la discriminación en las agencias del gobierno. Esto sucede a
pesar de que Colombia tiene derechos legales para la población lgbti
relativamente fuertes. Esos derechos tienden a ser aplicables para las
personas lgbti de clase media y alta más que para las comunidades
pobres y rurales (señalando la importancia de un análisis interseccional).
El voto del No
Paginas/humberto-calle-habla-sobre-inclusion-enfoque-genero-acuerdos-
paz.aspx.
41 Mazzoldi, Cuesta, and Álvarez Vanegas, ‘La ‘ideología de Género’.
42 Hombre no trans, es decir, hombre nombrado como hombre al nacer y que
se siente hombre.
43 Julián De Zubiría, “Los Cambios En La Familia y La Necesidad de
Fortalecer La Educación Sexual,” Semana, December 26, 2016, http://
www.semana.com/educacion/articulo/fortalecer-la-educacion-sexual-en-
colombia-julian-de-zubiria/510372.
306 geografías al servicio de los procesos de paz
este caso, sin mirar la dinámica no sólo del género y la sexualidad sino
también de la raza y de cómo se interconectan. En las semanas posteriores
a la votación aún el presidente Santos comenzó a hablar abiertamente
de “las dos Colombias” reflejadas en la votación.
Las regiones más afectadas por la guerra votaron por la paz y los
menos afectados votaron por el No (ver figuras 1 y 2). Incluso, algunas de
las poblaciones más afectadas por la violencia votaron abrumadoramente
a favor de los acuerdos. Uno de las masacres más emblemáticas fue el
bombardeo de las farc a una iglesia en la comunidad afrocolombiana
de Bojayá en 2002, que mató a 119 personas de una población de 1.100
habitantes. Ahí el 96% de la población votó a favor de los acuerdos de paz.
Por su parte, Toribio, comunidad indígena que ha sufrido bombardeos
repetidos por parte del ejército, votó a favor de los acuerdos en un 85%.
Figura 1
Voto Porcentaje de apoyo al SI
Figura 2
Montañas
Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Colombia_Topography.png
Figura 3
Votación en Municipios con Gran Altitud
Figura 4
Votación en Municipios con Baja Altitud
Figura 5
Relación entre Altura del Municipio y el Porcentaje de Voto a Favor del Sí
44 Nancy Appelbaum, Muddied Waters: Race, Region, and Local History in Co-
lombia, 1846–1948 (Durham, NC: Duke University Press, 2003).
310 geografías al servicio de los procesos de paz
Figura 6
Víctimas, mapa publico
45 Leopoldo Fergusson and Carlos Molina, “Un Vistazo a Los Resultados Del
Plebiscito,” La SIlla Vacia.Com, October 4, 2016, http://lasillavacia.com/
blogs/un-vistazo-los-resultados-del-plebiscito-58200.
La Paz en plural 311
Las vidas de la gente negra y de piel más oscura han contado menos
en Colombia. No ha recibido la misma inversión del Estado en colegios,
clínicas, carreteras, y otras formas de apoyo para el bienestar y la vida
digna. Asimismo, durante décadas, la violencia en estas regiones recibió
mucha menos cobertura en los medios; en parte porque son más rurales
y de difícil acceso (por la falta de infraestructura), pero también porque
las muertes de los y las habitantes fueron naturalizadas: estas regiones
son percibidas como más violentas y menos ‘civilizadas’, lo cual está
ligado a una larga historia del imaginario geográfico de la tropicalidad.46
El plebiscito reflejó entonces una crisis de empatía. Aquellos y
aquellas que no habían experimentado lo peor de la guerra no podían
imaginar cómo era, y la urgencia de ponerle fin. Fue también una crisis
de solidaridad. Los y las que enfrentaron lo peor de la guerra no fueron
vistos como suficientemente similares, tal vez ni siquiera como totalmente
parte de la nación, como para merecer acción para su bienestar. Como
destacó el presidente Santos, muchos de los acuerdos sobre el desarrollo
rural tienen como objetivo sanar la brecha entre las dos Colombias. Sin
embargo, las áreas con privilegios de clase y raza parecen haber votado
para proteger esos privilegios, y contra un acuerdo que habría hecho
algunas modificaciones menores en esos sistemas de desigualdad. El
prejuicio contra las personas lgbti se convirtió en una herramienta para
ello, ya que el clasismo, el racismo y la heteropatriarquía se apuntalaron
entre sí. Como sostiene Campoy, fueron las personas menos afectadas
por el conflicto las que se dieron el lujo de votar basándose en su temor
de que los acuerdos impondrían una supuesta ‘ideología de género’, en
lugar de sentir una necesidad urgente de votar a favor de la paz para que
sus hijos e hijas no tuvieran que preocuparse de pisar minas en camino
al colegio.47 Es decir, tenían más miedo de la homosexualidad que de la
guerra, como lo pone Sánchez. 48
Paz a la calle
Interseccionalidad
58 Disponible en http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-
conversaciones/documentos-y-comunicados-conjuntos/Paginas/Comu-
nicado-Conjunto-No-18.aspx
La Paz en plural 317
Conclusión
Agradecimientos:
Hay dos conceptos que estamos usando para comprender la guerra del
Pacífico; uno es guerra periférica y el otro es geopolítica regional. Cuando
hablamos de guerra periférica nos referimos a las guerras desatadas en las
periferias del sistema-mundo capitalista. Cuando hablamos de geopolítica
regional, nos referimos a la estrategia, en la perspectiva de la geografía
política, de alcance medio. Las guerras periféricas se distinguen de las
guerras centrales no sólo por el lugar dónde se dan, sino también por las
pretensiones inherentes. Las guerras en los países centrales tienen que
ver primordialmente con objetivos imperialistas, entonces, tienen que ver
con las contradicciones imperialistas. En cambio, las guerras periféricas
no tienen esas pretensiones, responden, más bien, a una combinación
de contradicciones donde se combinan los intereses locales con los
intereses imperialistas. El alcance geopolítico de estas guerras es, más
bien, limitado si comparamos con los alcances geopolíticos de las guerras
imperialistas. Como en toda geopolítica se trata del control territorial, del
control geográfico, del control espacial; empero, se trata de un control
de menor extensión que el pretendido por el imperialismo.
Se trata de un control regional; vamos a entender este termino de
lo regional en el sentido de una extensión de mediano alcance; ni local,
1 Extractado con permiso del autor del libro: Prada Alcoreza, Raúl, “Geopo-
lítica regional, En torno a la guerra del pacífico”, publicado el año 2013.
[323]
324 geografías al servicio de los procesos de paz
2. Contra-geopolítica
3. Tesis contra-geopolítica
1. Los pueblos no tienen por qué estar en guerra, son los estados
los que lo están, son sus clases dominantes las que lo están, en
constante querella por el control territorial y del excedente.
2. La obsesión por el control territorial, de los recursos, de la po-
blación, de los mercados, convierte a la geopolítica en un saber
conservador del espacio, que es un instrumento de dominación
imperial, entonces global, que cuenta con mediaciones regio-
nales, las que promueven una geopolítica regional.
3. Los pueblos no tienen por qué buscar el control territorial, sino,
por el contrario, la complementariedad territorial, la confederación
de territorios y de lugares complementarios y solidarios.
4. La contra-geopolítica se propone llevar a cabo, radicalizar, las
consecuencias espaciales de una geografía emancipadora, una
geopolítica regional 335
4. Conclusiones
[337]
338 geografías al servicio de los procesos de paz
para la paz a.c. (igp). En esta ponencia les expondré tanto el contexto
en el que surge la propuesta como los ejes de trabajo del igp. Al mismo
tiempo, se expondrá brevemente las concepciones teóricas que desde la
Geografía política sustentan nuestras concepciones y prácticas, las cuales
contribuyen no sólo a conocer, comprender y explicar las causas de las
violencias, sino que proponen estrategias para incidir y transformar la
crisis de derechos humanos que vivimos en México actualmente.
1. México herido
Gráfica 1
Homicidios en México 1990-2016
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020
7 Ver: https://articulo19.org/periodistasasesinados/
342 geografías al servicio de los procesos de paz
Pero si esto pasa en las calles y con los periodistas, que son la voz
de la sociedad y la punta de lanza de la denuncia que informa y pro-
mueve la organización y el cambio social, ¿Qué pasa en los hogares de
los mexicanos y en sus centros de trabajo? Según la Encuesta Nacional
sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, “en los pasados
12 meses 24 mil 333 mujeres han sido violadas en México mientras se
encontraban en su centro de trabajo”8. La misma encuesta elaborada por
el inegi, indica que en México seis de cada 10 mujeres de 15 años y más
han sufrido al menos un incidente de violencia emocional, económica,
física, sexual o discriminación a lo largo de su vida9.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, en su “Reporte de
Trata de Personas 2015”, reportó que tiene registros de 2, 570 personas
víctimas de trata en México10.
Pero a estos datos de violencia directa, debemos sumar los datos
de la violencia indirecta. Aquí sólo un ejemplo desgarrador. Según el
Consejo Nacional para Evaluar la política Social (coneval), en su
informe sobre la pobreza en México 2014, reportó que más del 53 %
de la población mexicana vive por debajo de la línea de bienestar y tiene
más de una carencia social. Pero si sumamos a las personas que tienen
más de 2,500 pesos mexicanos al mes (120 dólares) al 53 %, observamos
que más casi el 80% de los mexicanos es vulnerable por ingreso y por
carencias sociales (ver gráfico 2).
Estas condiciones de pobreza, de marginación y de vulnerabilidad,
han obligado a una gran parte de la población mexicana a migrar y
abandonar sus hogares. Tan sólo en los Estados Unidos (eu), el censo
2010 de eu registró 11 millones de migrantes mexicanos que viven como
residentes legales dentro del territorio de eu11. Y se calcula, que de los
11.1 millones de migrantes indocumentados que existen actualmente en
eu, 5 millones 850 mil son de origen mexicano12. Es decir, en eu hay
actualmente casi 17 millones de mexicanos.
Gráfico 2
Indicadores de pobreza en México 201413.
Misión
Visión
más visible y la más estudiada. Es la que daña o intenta dañar tanto física,
como mental y emocionalmente a la persona. Es el uso de la fuerza de
manera explícita, con la intensión de hacer daño. Pero la otra violencia,
la violencia indirecta es la más difícil de ver. Galtung divide en dos la
violencia indirecta y las nombra violencia estructural y/o institucional y
violencia cultural. Estas son las más difícil de observar y son las menos
estudiadas. La estructural y/o institucional es la que daña indirectamente
a las personas, ya sea negando sus necesidades básicas y/o limitando el
potencial de desarrollo de la persona y limitando el ejercicio de su ser, de
su existencia y de su dignidad. Por ejemplo, la pobreza, la discriminación
y la desigualdad limitan tanto la satisfacción de las necesidades básicas
de las personas, como el potencial de su desarrollo y el crecimiento de
las mismas. Mecanismos y acciones no tan visibles ejercen violencia
de manera indirecta, negando derechos, dificultando e impidiendo la
satisfacción de las necesidades básicas, por eso es la menos visible. El
último tipo de violencia que define Galtung es la violencia cultural. Es la
violencia que es “tolerada” y asumida tanto por la sociedad como por el
Estado, sus instituciones y sus gobiernos. Permitiendo que las condiciones
que niegan derechos y que imposibilitan la satisfacción de necesidades
básicas de supervivencia y de bienestar existan y se reproduzcan. Por
ejemplo, la discriminación, el racismo, la segregación, la narco cultura,
el elitismo, etc. Muchas veces este tipo de violencia es la que justifica a
las dos anteriores, la directa y a la estructural y/o institucional. De hecho,
en los primeros ejemplos puede haber manifestaciones de los dos tipos
de violencia, la directa puede ser ejercida tanto en la escuela, como en la
casa, como en las parejas. Es la violencia a través del uso de la fuera, el
golpe, el maltrato e incluso el asesinato. Pero también se puede ejercer
la violencia indirectamente, negando derechos, segregando, limitando,
discriminando, humillando y aceptando socialmente dicha negación. A
veces es tan común la violencia cultural en las sociedades actuales que
pasa desapercibida su reproducción cotidiana, pues la vemos en la tele-
visión, en los noticieros, en los comerciales y no nos percatamos de ella.
Esta violencia es la más deshumanizante y la más peligrosa a largo plazo,
pues se corre el riesgo que las personas y las sociedades se acostumbren
a ella y pierdan la sensibilidad y capacidad de indignación, lo que lleva a
la parálisis social, la impunidad, el abandono y la indiferencia
Ahora bien, “la paz”. ¿Qué es paz y qué entendemos por paz? La
paz no es sólo ausencia de violencia. La paz positiva son acciones. La
paz definida como ausencia de conflicto, de violencia o de guerra, es la
definición negativa. La paz definida como condiciones de igualdad, de
350 geografías al servicio de los procesos de paz
La educación
A manera de cierre
Bibliografía
Introducción
[357]
358 geografías al servicio de los procesos de paz
8 Le hemos agregado una cuarta “T”: Trust, es decir confianza para significar
temas como la seguridad y la solidaridad cívica y social.
paz completa y desarrollo territorial sustentable 361
Figura 1
Esquema Conceptual del IDTSf
4. Resultados
Índice / variables de Cultivos ilícitos Distancia Distancia Distancia Presencia Distancia a Preferencia R2 ajustado
control Bogotá capital de Bogotá*Distancia armada y Oro puertos climática
departamento capital de ilegal
departamento
IMSPM – – + + 0,3397
IMRECEPDESP – + – + + 0,1051
IMTRACTOPORT + – – – – 0,1652
IMNUTRIC – + – + + + 0,1955
IMPREFCLIM – – – + 0,2506
IMPSABER + – + – 0,1803
IMPRODUCTAGRIC + + 0,2511
IMDIVETNICA + + – – – 0,2363
IMCOMPOTERR + + – + – 0,1285
IMDESVIAL + + – – 0,0265
IMGESTAGUA + – – + – 0,17
IMBUSOSUELO + + – + – 0,1729
IMCOBBOSQ + + – + – 0,1807
paz completa y desarrollo territorial sustentable
IMINTENSECON – + ± + + – 0,4736
IMPRODCATAST – + + 0,1182
Tabla 2
Resultados de Índice de Morán para cada variable IDTS
Figura 2
ACP Índice de Desarrollo Territorial Sustentable Departamental Cinco Riquezas
y Sesenta variables
Variables factor map (PCA)
1.0
IMRNATAMB
0,5
IMRPRIV
Dim 2 (23.02%)
IMRPUBINST
-0.0
IMRH
-0,5
IMRINT
-1.0
Dim 1 (30.47%)
Se estimó la desviación estándar entre las cinco riquezas para cada municipio
y departamento, bajo la hipótesis que el verdadero desarrollo territorial es
sustentable si cumple dos requisitos: los valores de cada una de las riquezas
es alto ( entre más cercano a 1 mejor) y por lo tanto el promedio de la suma
de las cinco riquezas debe ser lo más cercano a uno; y segundo, la desvia-
ción estándar , que revela la distancia entre las cinco riquezas , debe ser lo
más pequeña posible, bajo la hipótesis que entre menor sea su valor, más
balanceado y equilibrado es el desarrollo. Se encontró que la desviación
estándar entre las cinco riquezas aumenta en la medida en la cual las riquezas
aumentan de dimensión, lo cual significa que la forma de crecimiento actual
del país evoluciona hacia un mayor desbalance entre las cinco riquezas, lo
cual es contrario al desarrollo armónico, sustentable, que debería presentarse
si todas las riquezas ascienden más armónicamente, más simultáneamente.
La Figura 3 ilustra el hecho que a mayor idts municipal, la desviación
standard crece, con un valor de R2 significativo (0,34) lo cual indica que a
medida que los municipios crecen, sus cinco riquezas se distancian entre
paz completa y desarrollo territorial sustentable 375
Figura 3
Valor IDTS vs Desviación estándar de las cinco riquezas a nivel Municipal
Figura 4
Gran Diferencia de valor de las Cinco Riquezas
Figura 5
Escenarios Futuros Posibles Triaxiales
Figura 6
Escenarios futuros posibles Administración Pública
6. Conclusiones
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