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El Corán menciona muchos personajes que aparecen en los libros sagrados del
judaísmo y el cristianismo (Tanaj y Biblia) y en la literatura devota (por ejemplo, los libros
apócrifos), con muchas diferencias en detalle. Personajes del mundo hebreo y cristiano
muy conocidos como Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús de Nazaret y Juan Bautista
aparecen mencionados como profetas islámicos.
Historia
Entre las razones ofrecidas por la crítica de la doctrina del "Corán eterno" se
encuentra su implicación en el tawhid, «la unicidad de Dios». El pensamiento de que el
Corán es la palabra eterna y no creada de Alá y que siempre ha existido junto a Él podría
llevar a pensar en un concepto plural de la naturaleza de dicha deidad. Preocupados de
que esta interpretación parezca hacerse eco del concepto cristiano de la «palabra eterna
de Yahvé» (Logos), algunos musulmanes, y particularmente los mutazilíes rechazaron
la noción de la eternidad del Corán. Sin embargo, buena parte de los musulmanes
actuales opinan que esta visión de los mutazilíes es producto de la no comprensión
profunda de la naturaleza misma del Corán y de su relación con el tawhid.
Según especialistas islámicos
Durante el califato de Utman ibn Affan, hubo disputas relativas a la recitación del
Corán. En respuesta, Utman decidió codificar, estandarizar y transcribir el texto. Se dice
que Utman comisionó a un comité (que incluía a Zayd y varios miembros prominentes
de Quraysh) para poder producir una copia estándar del texto.
Cuando terminó el proceso de recopilación, entre los años 650 y 656, Utman
envió copias del texto final a todos los rincones del imperio islámico y ordenó la
destrucción de todas las copias que difirieran de la nueva versión.
En lo que respecta a las copias que fueron destruidas, las tradiciones islámicas
aseguran que Abdallah Ibn Masud, Ubay Ibn Ka'b y Alí, primo y yerno de Mahoma,
habían preservado algunas versiones que diferían en algunos aspectos del texto
utmánico que es considerado ahora por todos los musulmanes. Los especialistas
musulmanes registran determinadas diferencias entre las versiones, las cuales
consisten casi totalmente en variantes léxicas y ortográficas o diferentes conteos de
versos. Se ha registrado que los tres (Ibn Masud, Ubay Ibn Ka'b y Alí) aceptaron el texto
utmánico como la autoridad definitiva.
Aunque algunos eruditos concuerdan con varios de los aspectos señalados por
las tradiciones islámicas relativas al Corán y sus orígenes, especialistas escépticos
aseguran que Mahoma mismo compuso los versos y las leyes que integran el texto y
que se las atribuyó a Alá para darles legitimidad; agregan que sus seguidores
memorizaron y escribieron sus revelaciones y que numerosas versiones de estas
revelaciones circularon después de su muerte en el año 632; aseguran asimismo que
Utman ordenó la recopilación y el ordenamiento de esta masa de material entre 650 y
656, lo cual también es descrito por los eruditos islámicos. Los eruditos occidentales
señalan muchas características del Corán (sus repeticiones, su ordenamiento, la mezcla
de estilos y géneros) como signos de un muy humano proceso de recopilación que nada
tiene que ver con supuestos «métodos divinos».
Estos eruditos explican las numerosas similitudes entre el Corán y las escrituras
hebreas argumentando que Mahoma enseñaba a sus seguidores lo que él pensaba que
era historia universal, tal y como lo había escuchado de las bocas de judíos y cristianos
que había encontrado en Arabia y durante sus viajes. Ciertos eruditos seglares también
debaten la creencia islámica de que todo el Corán fue enviado por Dios a la humanidad.
En este sentido, notan que en numerosos pasajes se alude a Dios directamente en
tercera persona o bien cuando la voz narrativa jura por varios entes, incluyendo a Dios.
Otros especialistas tienden a no atribuir el Corán entero a Mahoma, arguyendo que no
hay una verdadera prueba de que el texto haya sido compilado bajo el mandato de
Utman, puesto que las más viejas copias conservadas del Corán completo datan de
varios siglos después de Utman (la más vieja copia existente del texto completo es del
siglo IX). Alegan que el Islam se formó lentamente, durante los siglos transcurridos tras
las conquistas musulmanes y en la medida en que los conquistadores islámicos iban
elaborando sus propias creencias en respuesta de los desafíos judíos y cristianos. Una
propuesta influyente en este punto de vista fue la del Dr. John Wansbrough, un
académico inglés. Sin embargo, los escritos de Wansbrough estaban redactados en un
estilo denso, complejo y casi hermético y han tenido una gran influencia en los estudios
islámicos a través de sus estudiantes, Michael Cook y Patricia Crone y no tanto por sí
mismos. En 1977, Crone y Cook publicaron un libro llamado Hagarism, en el que se
sostiene que:
Algunos aseguran que los hallazgos arqueológicos de 1972 pueden arrojar luz
acerca de los orígenes del Corán. En ese año, durante la restauración de la Gran
Mezquita de San'a, en Yemen, los obreros hallaron un «cementerio de papeles» que
contenía decenas de millares de papeles en donde se leían fragmentos del Corán (los
ejemplares del Corán todavía se desechan de esta manera, pues se considera impiedad
tratar el «texto sagrado» como si fuera basura ordinaria). Se creyó que algunos de esos
fragmentos eran los textos coránicos más antiguos que se han encontrado. El
especialista europeo Gerd R. Puin ha estudiado estos fragmentos y ha publicado no
solamente un corpus de textos, sino también algunos descubrimientos preliminares. Las
variantes de los textos descubiertos parecen coincidir con ciertas variantes menores
reportadas por algunos eruditos islámicos en sus descripciones de las variantes del
Corán, que una vez estuvieron en posesión de Abdallah Ibn Masud, Ubay Ibn Ka'b y Alí,
y que fueron suprimidas por órdenes de Utman.
Interpretación del Corán
Por todas estas razones, fue extremadamente importante para los comentadores
explicar cómo fue revelado el Corán —cuando y bajo qué circunstancias. Muchos
comentarios o tafsir, concernían a la historia. Los primeros tafsir son unas de las mejores
fuentes de la historia islámica. Algunos comentadores famosos son al-Tabari, az-
Zamakhshari, at-Tirmidhi y Ibn Kathir. Generalmente estos comentarios clásicos incluían
todas las interpretaciones comunes y aceptadas, mientras que los comentarios de los
fundamentalistas modernos, como el escrito por Sayyed Qutb tienden a dar solo una de
las interpretaciones posibles.
Las más importantes «ayudas exteriores» que se han usado para interpretar los
significados del Corán son las hadith — la colección de tradiciones en las que algunos
eruditos musulmanes (los ulemas) basaron la historia y las leyes islámicas. Los
especialistas han inspeccionado las miles de páginas de las hadices, intentando
descubrir cuáles eran ciertas y cuáles eran fabricaciones. Un método muy utilizado era
el estudio de la cadena de narradores, el isnad, a través de los cuales fue transmitida la
tradición.
Obsérvese que aunque se dice que ciertos hadiz —los hadiz qudsí— registran
las palabras no canónicas que según la tradición Dios le dirigió a Mahoma, o el sumario
de estas, los musulmanes no consideran que esos textos sean parte del Corán.
Similitudes entre el Corán, el Tanaj y la Biblia
Los episodios son los mismos con diferencias de detalle, unas menos
trascendentes que otras, y los fragmentos se encuentran dispersos entre las aleyas de
las suras. Narra detalles de los episodios sobre la creación del hombre al que se da el
nombre de Adán en el Jardín, la desobediencia del ángel Iblis ante el mandato de Dios
Alláh de postrarse ante Adán, y cómo Dios llama Demonio (Shaytan) a Iblis; la expulsión
del Jardín; una mención, indirecta, a Caín y Abel; Noé (Nuh), el arca (la nave) y el diluvio
con la destrucción del pueblo de Noé y la muerte y de uno de sus hijos, así como la
condenación de su mujer por traición; el arca se posa en el Chudi (los montes de Ararat
según el Génesis de la Tanaj); la fecundidad de la mujer de Abraham, el nacimiento de
Isaac y la prueba de Dios a Abraham (Ibrahim) pidiéndole sacrificar a Isaac; la
destrucción del pueblo de Lot (Sodoma) y la condenación de su mujer por traición; la
estancia de los israelitas en Egipto, el nacimiento de Moisés, su competencia con los
magos del Faraón, los nueve signos (las diez plagas según la Tanaj), el paso del mar,
el encuentro de Moisés con Dios al ver un fuego (en ángel del Señor en una llama de
fuego en medio de una zarza, según la Tanaj), las tablas de la ley, el ternero (el becerro
de oro); David, que mata a Goliat, etc.
Una persona que pueda recitar todo el Corán se llama qāri' (ارق َ ) ٍئo hāfiz
(términos que se traducen como "recitador" o "memorizador," respectivamente).
Mahoma es recordado como el primer hāfiz. El canto (tilawa )ت الوةdel Corán es una de
las bellas artes del mundo musulmán.
Escuelas de recitación del Corán
Ibn Mujahid documentó siete recitaciones de este tipo e Ibn Al-Jazri agregó tres.
Se trata de:
Las narraciones más usadas son las de Hafs ()عا صم عن ح فص, Warsh (عن ورش
)ن اف ع, Qaloon ( )ن اف ع عن ئ ال ونy Al-Duri a través de Abu `Amr ()عمرو أب ي عن ال دوري. Los
musulmanes creen firmemente que todas las recitaciones canónicas fueron hechas por
el Profeta mismo, citando la respectiva cadena de narración isnad canónica y las
aceptan como válidas para la adoración como una referencia para las leyes de Sharia.
Las recitaciones no canónicas son llamadas «explicativas» por su papel de darle
diferentes perspectivas a un verso o aleya dada. Hoy varias personas poseen el título
de «Memorizador de las diez recitaciones», lo cual se considera el máximo honor en las
ciencias del Corán.
Consideraciones de estilo
Formato del Corán
Imagen del Corán.
El Corán consiste en 114 azoras (capítulos) compuestas a su vez por un total de
6 236 aleyas (versos) dejando por fuera 112 de los 113 bizmillas o basmalas con que
empiezan las azoras pues son idénticos («En el nombre de Dios, el Compasivo y
Misericordioso») y, por lo general, se dejan sin enumerar. De manera alternativa, se
pueden incluir los bizmillas en el recuento de los versos, lo cual arroja un número de
6348 aleyas. El número exacto de aleyas ha sido discutido, no por una disputa relativa
al contenido del Corán sino debido a los métodos de conteo. Varios «musulmanes de El
Corán original» han rechazado dos versos del Corán por considerarlos espurios y
trabajan con la suma de 6346. Por lo general, los musulmanes no se refieren a las
azoras por sus números sino por un nombre derivado del texto de cada azora. Las
azoras no están dispuestas en orden cronológico (en el orden en el que los estudiosos
islámicos suponen que fueron reveladas) sino que están ordenadas según el tamaño,
aunque no de manera exacta; también se cree que este método es de inspiración divina.
Luego de una breve introducción, aparece en el Corán la azora más larga y el texto
concluye con las más cortas. Se dice que hay aproximadamente 77 639 letras en él.
Un hafiz es un hombre que ha memorizado todo el texto del Corán. Se cree que
hay millones de ellos, desde niños hasta ancianos; muchos niños y adultos incluidos
muchos que no pueden leer árabe, memorizan el Corán parcialmente o en su totalidad.
Para realizar la salat (oración) se necesita memorizar el texto al menos de forma parcial.
El inicio de las azoras
Todos los capítulos, con excepción de uno, empiezan con las palabras Bismillah
ir-Rahman ir-Rahim, «En el nombre de Dios, el más Misericordioso, el Compasivo».
Veintinueve azoras empiezan con letras tomadas de un subconjunto restringido del
alfabeto árabe; así, por ejemplo, la azora Maryam empieza «Kaf. Ha. Ya. 'Ain. Sad. (Esta
es) una mención de la Misericordia de tu Señor a Su siervo Zacarías».3
A pesar de esto, a veces ocurre que unos versos prohíben una práctica
determinada mientras que otros la permiten. Esto es interpretado por los musulmanes a
la luz de la cronología relativa de los versos: debido a que el Corán fue revelado durante
el curso de 23 años, muchos de los versos fueron clarificados o relacionados (mansūkh)
con otros versos. Los comentadores musulmanes explican esto afirmando que Mahoma
fue dirigido de manera tal que pudiera liderar a un pequeño grupo de creyentes por el
camino recto, en vez de revelarles de una sola vez el rigor total de la ley. Por ejemplo,
la prohibición del alcohol fue llevada a cabo de forma gradual, no de inmediato. El verso
más antiguo les dice a los creyentes “No se aproximen a las oraciones con una mente
nublada, a menos que puedan entender todo lo que dicen” (4:43), se trata entonces de
una prohibición de la ebriedad, pero no del consumo de alcohol: «Si piden consejo sobre
el vino y el juego, diles: ‘Hay algún provecho en ellos para los hombres, pero el pecado
es más grande que el provecho’» (2:219).
El Corán fue uno de los primeros textos redactados en árabe. Se halla escrito en
una forma temprana del árabe clásico, que se conoce en español como árabe
“coránico”. No hay muchos otros ejemplos de la lengua árabe de aquella época (algunos
especialistas consideran que las Mu'allaqat u Odas suspendidas son ejemplos de árabe
preislámico; otros consideran que fueron escritas antes de Mahoma; de cualquier
manera, solo sobreviven cinco inscripciones en árabe preislámico).
Los musulmanes aseguran que el Corán destaca por su poesía y por su belleza
y que su perfección literaria es una evidencia de su origen divino. Debido al hecho de
que esta perfección solo es perceptible para los que hablan árabe, se considera que el
texto original en árabe es el «verdadero Corán». En general, las traducciones a otras
lenguas, aunque realizadas siempre por eminentes arabistas, son tenidas como simples
glosas, en tanto interpretaciones, de las palabras directas de Dios. La lectura en otro
idioma, sin la cadencia de la recitación en árabe, puede resultar confusa, tediosa y
reiterativa:
El Corán en ocasiones utiliza rima asonante entre los versos sucesivos; por
ejemplo, en el inicio de la azora Al-Faǧr:
Wa-l-faǧr(i),
Wa layâlin ʿašr(in),
Wa-š-šafʿi wa-l-watr(i)
Wal-layli 'iḏâ yasr(î),
Hal fî ḏâlika qasamun li-ḏî ḥiǧr(in).
Obsérvese que las vocales finales de verso se dejan sin pronunciar cuando estos
se pronuncian de manera aislada, se trata del fenómeno regular de las pausas en el
árabe clásico. En estos casos, «î» y «û» riman a menudo y hay una cierta búsqueda de
variación en las consonantes en posición final de sílaba).
Algunas azoras también incluyen un refrán que se repite varias veces, por
ejemplo «ar-Rahman» («¿Entonces cuál de los favores de vuestro Señor negaréis?”) y
«al-Mursalat» («¡Reproches ese día a los que repudien!»).
Azoras medinesas y mecanas
Los estudiosos islámicos del Corán dividen los versículos del libro en dos partes:
los revelados en La Meca y los revelados en Medina después de la Hégira. En general,
las azoras más viejas, de la Meca, tienden a contar con versículos más cortos, mientras
que las de Medina, que lidian con cuestiones legales, son más largas. Contrástense las
azoras de La Meca transcritas antes y unos versículos como los de Al-Baqara, 229:
Los divorcios se pueden llevar a cabo dos veces, después de lo cual debe
reanudarse el matrimonio en forma honorable, o bien disolverse de buenas maneras.
No es correcto que los hombres les quiten a sus esposas los regalos que les hayan
dado, excepto cuando ambas partes teman no ser capaces de mantenerse dentro de
los límites impuestos por Dios. Si los jueces realmente temen que ellos no sean capaces
de mantenerse dentro de los límites impuestos por Dios, no hay culpa en ninguno de
ellos si ella da algo a cambio de su libertad. Estos son los límites ordenados por Dios,
de modo tal que nos los violentéis, puesto que si alguien violenta los límites de Dios,
esa persona se hará daño a sí mismo y a los demás.
Del mismo modo, las azoras de Medina tienden a ser más largas; entre estas se
encuentra la más larga del Corán: Al-Baqara.
El Corán y la cultura islámica
Imagen del corán.
Corán en la Feria del Libro de Buenos Aires, 2013.
Antes de poder tocar una copia del Corán o mushaf, un musulmán debe realizar
un wudu (la ablución o ritual de limpieza con agua). Esto se basa en una interpretación
literal de la sura «Pues Este es en verdad el Honorable Corán, el Libro bien conservado,
que nadie podrá tocar salvo quienes son limpios».4