El camino a seguir

Los desafíos que presenta la cuarta revolución son de nuestra propia creación. Está en nuestro
poder hacerles frente y promulgar los cambios y las políticas necesarias para adaptarnos en
este nuevo entorno emergente. Para lograr este objetivo, debemos de adaptarnos y
aprovechar el potencial de disrupción nutriendo y aplicando cuatro tipos diferentes de
inteligencia: contextual (la mente), emocional (el corazón), inspirada (el alma) y la física (el
cuerpo)

Inteligencia contextual: la mente

La inteligencia contextual siempre ha sido parte de los buenos lideres a través de las
generaciones y es un requisito previo para la adaptación y la supervivencia en la cuarta
revolución industrial.

El sentido de contexto se define como la capacidad y la disposición para anticipar las

tendencias emergentes y conectar los puntos. Para desarrollar la inteligencia contextual, los
lideres deben primero comprender el valor de las diversas redes. Los lideres deben estar
conectados con las diversas redes de poder y comprometerse con todos aquellos que la
conforman, solo así se puede enfrentar altos niveles de disrupción.

En el mundo cambiante de hoy en día, tener una visión fija del futuro es contraproducente;
operar en un entorno cada vez mas complejo y disruptivo requiere agilidad intelectual y social,
en lugar de un enfoque fijo y estrecho. En términos prácticos, los lideres deben tener un
enfoque de problemas y desafíos holístico, flexible y adaptativo.

Inteligencia emocional: el corazón

Como complemento, no como sustituto de la inteligencia contextual, la inteligencia emocional

es un atributo cada vez mas esencial en la cuarta revolución industrial. Para los lideres
empresariales y los responsables políticos, la inteligencia emocional es la base vital de las
habilidades críticas para tener éxito en la era de la cuarta revolución industrial, a saber, la
autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales.

En un mundo caracterizado por cambios persistentes e intensos, las instituciones ricas en

lideres con una gran inteligencia emocional no solo serán más creativas, sino que también
estarán mejor equipadas para ser más agiles y resistentes.

Inteligencia inspirada: el alma

Junto a la inteligencia contextual y emocional, existe un tercer componente critico para

navegar efectivamente la cuarta revolución industrial, la inteligencia inspirada. Se trata de la
búsqueda continua de significado y propósito basado en un sentido compartido del destino.

Todos estamos juntos en esto y nos arriesgamos a ser incapaces de enfrentar los desafíos de la
cuarta revolución industrial y cosechar todos los beneficios de la cuarta revolución industrial a
menos que colectivamente desarrollemos un sentido de propósito compartido. Para hacer
esto, la confianza es esencial. Un alto nivel de confianza favorece el compromiso y el trabajo
en equipo, y esto se agudiza en la cuarta revolución, donde la innovación colaborativa es el
núcleo.

En un mundo donde ya nada es constante, la confianza se convierte en uno de los atributos

mas valiosos. La confianza solo puede ganarse y mantenerse si los lideres están integrados en
una comunidad y toman decisión siempre en interés común y no en la búsqueda de objetivos
individuales.

Inteligencia física: el cuerpo

La inteligencia contextual, emocional e inspirada son atributos esenciales para hacer frente a la
cuarta revolución industrial y beneficiarse de ella. Sin embargo, requerirán del apoyo vital de
una cuarta forma de inteligencia: la física, que implica el apoyo y la nutrición de la salud y el
bienestar personal. Esto es critico porque a medida que se acelera el ritmo de cambio y
aumenta la complejidad en la toma de decisiones, la necesidad de mantenerse en forma y
calmado bajo presión se vuelve aún más esencial.

Comprender nuevas formas de mantener nuestros cuerpos físicos en armonía con nuestra
mente, nuestras emociones y el mundo en general es increíblemente importante, y estamos
aprendiendo más sobre a través de los increíbles avances que se están realizando en
numerosas áreas, incluidas las ciencias médicas, tecnologías implantables e investigación
cerebral. Esto será cada vez mas critico para navegar y aprovechar las oportunidades de la
cuarta revolución industrial.