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LAS 10 BARRERAS PRINCIPALES DE LA CREATIVIDAD (EN NIÑOS Y ADULTOS)

Por Marcel Gratacós

Las barreras de la creatividad principales son dificultad para percibir relaciones distantes, la
creencia de que fantasear es una pérdida de tiempo, confiar demasiado en la lógica y la razón,
incapacidad de hacer autocrítica y el temor a equivocarse.

Los bloqueos o la falta de ideas son fenómenos que experimentamos todos los humanos en algún
momento u otro. De hecho, de seguro que todos nos hemos sentido frustrados al enfrentarnos a
un problema y no encontrar las soluciones que deseamos o necesitamos.

BARRERAS CREATIVIDAD

No obstante, hay gente que posee una mayor facilidad para generar alternativas y desarrollar
habilidades creativas y gente que le cuesta más adoptar este tipo de pensamiento.

Cada persona tiene unas características mentales distintas que le pueden predisponer más o
menos a generar nuevas idas o puntos de vista diferentes ante distintas situaciones.

Cuando una persona supera estos aspectos con relativa facilidad, muy probablemente posea una
capacidad creativa muy elevada.

¿QUÉ ES LA CREATIVIDAD?

Antes de repasar las 10 barreras principales de la creatividad es importante conocer exactamente


qué se entiende por creatividad y qué implicaciones tiene esta capacidad.

La creatividad constituye una habilidad cognitiva caracterizada por generar ideas y conceptos
originales, o asociaciones novedosas entre ideas y conceptos conocidos.

Esta aptitud suele ser vital para la obtención de soluciones originales, es decir, encontrar una
forma distinta de hacer las cosas o resolver los problemas a las previamente establecidas.

De este modo, la creatividad se considera un sinónimo de “pensamiento original” “imaginación


constructiva” o “pensamiento divergente”.

Esta capacidad la poseen todas las personas aunque algunas presentan una mayor habilidad para
generar pensamientos creativos que otras. Este hecho se explica desde el punto de vista de las
diferencias individuales.

La forma de ser, los estilos de pensamiento, el aprendizaje, el funcionamiento emocional, las


capacidades cognitivas y los factores sociales y culturales, intervienen a la hora de definir las
habilidades creativas de una persona.
Las barreras de la creatividad

Las barreras de la creatividad se conocen de forma popular como bloqueos o bloqueos de la


creatividad.

Por muy creativa que sea una persona, no hay nadie que no haya experimentado nunca un
bloqueo o dificultades para desarrollar la creatividad.

De hecho, tal y como postula el creador de la estrategia de Desarrollo de los Bloques de la


Creatividad, Alvin L. Simberg, el tipo de pensamiento natural de los seres humanos no es el
creativo.

Las personas poseemos un alto grado de necesidad de socializar que influye en nuestro
comportamiento y en nuestro estilo cognitivo.

De este modo, para poder integrarnos en la sociedad, tenemos que adoptar una serie de normas y
pensamientos compartidos, hecho que se contrapone al pensamiento divergente y a la capacidad
creativa.

No obstante, en muchos momentos deseamos hacer uso de esta capacidad y este estilo de
pensamiento distinto, ya que nos permite encontrar un mayor número de soluciones, tener
pensamientos originales e ideas de gran valor.

Así pues, cuando queremos hacer uso de la creatividad, necesitamos salvar estas barreras con el
objetivo de que no aparezcan los bloqueos.

De forma general, los bloqueos pueden deberse a factores como el racionalismo extremo, los
enfoques superficiales, la falta de confianza, la motivación reducida o capacidades deficientes para
escuchar a los demás.

Como vemos, se ven involucrados aspectos cognitivos, perceptuales, sociales, y emocionales.

A continuación revisamos las 10 barreras principales de la creatividad que impiden la aparición de


esta habilidad y originan la presencia de bloqueos.

1- DIFICULTAD PARA AISLAR

Probablemente, esta es la principal barrera de la creatividad que impide, ya desde un inicio, la


aparición del pensamiento divergente.

Trata de una barrera perceptual y radica en el análisis y la evaluación que se realiza sobre los
conceptos.

La dificultad de aislar un problema de los problemas con los que está relacionado, origina de
forma inmediata un pensamiento rígido en el que la búsqueda de alternativas se hace muy
complicado.

Este fenómeno se puede asociar a la expresión popular “un árbol no nos deja ver el bosque” y
suele aparecer con mucha frecuencia.
Las personas organizamos los contenidos en nuestra mente de una forma organizada, con
categorías y clasificaciones que nos permiten poseer un cierto orden sobre los conceptos.

Sin embargo, cuando nos proponemos utilizar un pensamiento creativo, esta forma de percibir los
elementos debe desaparecer.

Hay que intentar analizar los conceptos por separado sin tener en cuenta sus aspectos
relacionados, ya que la relación previamente establecida limita la capacidad de adoptar otros
puntos de vista.

2- Dificultad de no investigar lo obvio

Las personas estamos acostumbradas a adoptar un estilo de pensamiento lineal, cotidiano y


corriente.

De este modo, muchas cosas se dan por sentadas y no se cuestiona el por qué ni las características
más específicas.

Las sillas sirven para sentarse porque así nos lo han enseñado, así lo hemos aprendido y de esta
forma ha quedado guardado en nuestra mente.

De este modo, rara vez nos cuestionaremos por qué las sillas sirven para sentarse ni por qué no
pueden servir para otras funciones o ser utilizadas de una forma distinta.

Este aspecto, igual que el anterior, confecciona una barrera perceptual de la creatividad.

No cuestionarse las cosas más obvias nos sirve para tener un estilo de pensamiento organizado y
bien establecido, hecho indispensable para el bienestar mental de una persona.

Sin embargo, este mismo hecho también limita nuestra capacidad creativa y elimina la aparición
de alternativas.

Así pues, para adoptar un estilo de pensamiento creativo hay que empezar por cuestionarse lo
más obvio y no dar nada por sentado.

Lo que se da por sentado hace referencia a un estilo de pensamiento organizado pero es


antagónico a la creatividad.

3- Dificultad para percibir relaciones remotas

Para terminar con las barreras perceptivas de la creatividad, hay que tener en cuenta las
dificultades para percibir relaciones remotas.

Percibir relaciones poco probables hace referencia a la capacidad de formar o transferir


conceptos.

En realidad, constituye el nudo de todo el proceso de aprendizaje y significa la habilidad de ver


una solución en un área y además de poder ver su aplicación a otras áreas.
Cuando “buscamos” la creatividad, las personas creemos que la búsqueda de relaciones y
asociaciones es de vital importancia.

Y de facto es cierto, la creatividad radica en encontrar ideas nuevas, conceptos originales y


asociaciones distintas entre conceptos e ideas preestablecidas.

No obstante, las personas tenemos tendencia a asociar aspectos similares o relativamente


vinculados, y nos cuesta muchos más realizar relaciones más remotas o poco comunes.

Para desarrollar la creatividad y evitar que aparezcan bloqueos, es importante ir más allá y
relacionar conceptos separados, ideas desvinculadas, aspectos que difícilmente podríamos pensar
que podrían relacionarse.

4- Creer que fantasear es una pérdida de tiempo

A menudo, la necesidad de ser creativos aparece en momentos de estrés, mucho trabajo o


necesidad de encontrar soluciones de forma rápida.

Este hecho confecciona ya un hándicap añadido para el desarrollo de esta habilidad mental, ya
que la creatividad no posee unos tempos de aparición establecidos.

De hecho, no se puede prever cuando aparecerá una idea original o cuándo tendremos soluciones
novedosas para un problema.

Así pues, desde el punto de vista sociocultural, puede aparecer la idea de que fantasear es una
pérdida de tiempo.

La exigencia, la productividad, la necesidad de ser eficaz pueden ser enemigos muy importantes de
la creatividad.

Cuando nos disponemos a adquirir pensamientos originales debemos dejar de lado el tiempo.

La especulación ha sido siempre precursora de la invención, la mayoría de los nuevos inventos o


productos fueron en algún momento un simple deseo o fantasía de alguien.

Para crear es importante fantasear, aunque esto suponga un mayor gasto de tiempo.

5- Necesidad de adaptarse a las normas.

Continuando con el grupo de barreras de la creatividad englobadas en los aspectos sociales y


culturales, aparece la necesidad de adaptarse a las normas.

Tal y como veíamos al inicio del artículo, el pensamiento divergente no es la forma de pensar que
adoptamos las personas de una forma natural.

Este hecho se explica por la necesidad que tenemos los humanos de adaptarnos unos con otros, y
establecer pensamientos y conceptos comunes para todos que nos permitan la convivencia.

Así pues, el estilo de pensamiento que nos permite integrarnos en la sociedad es el mismo que
puede limitar la aparición de la creatividad.

Cuando queremos adoptar un pensamiento creativo tenemos que dejar a un lado las normas o los
conceptos socialmente establecidos.
Si presentamos una necesidad elevada para adaptarnos a lo que ya ha estado establecido
tendremos mayores dificultades para establecer ideas y conceptos nuevos y la capacidad creativa
puede verse muy limitada.

6- Excesiva fe en la lógica y la razón

Aunque pueda parecer contradictorio, tener una excesiva fe en la lógica y la razón puede
confeccionar una barrera importante para la creatividad.

La lógica y la razón son conceptos necesarios pero que se basan en aspectos previamente
establecidos.

Es lógico y racional que, de forma previa para cocinar unos macarrones, hay que calentar agua
hasta que hierva.

Sin embargo, también era lógica y racional la idea que se poseía en siglos anteriores de que sólo
podían volar las maquinas que fueran más livianas que el aire.

La ciencia avanza a gran velocidad y cada vez hay más conceptos que se demuestran a través de
pruebas irrefutables.

Sin embargo, hoy en día no todo está gobernado por la ciencia y aunque haya que hacerlo de una
forma relativamente equitativa, para acercarse a la creatividad a menudo nos tenemos que alejar
ligeramente de la lógica y la razón.

7-Aferrarse a la primera idea que aparece

Con esta empezamos a comentar el grupo de barreas emocionales de la creatividad, las cuales
pueden adquirir mayor importancia que todas las comentadas hasta ahora.

Aferrarse a la primera idea que aparece, constituye una necesidad de autoafirmación, de creer
que uno es rápido y eficaz, y que con un sólo pensamiento ya ha encontrado una magnifica
solución.

Y de hecho, a menudo la primera idea puede ser la buena, sin embargo, quedarse en ella es la
peor barrera que tiene la creatividad.

Cuando intentamos generar alternativas, debemos adquirir la noción de que debemos producir
una gran cantidad de ideas.

Este hecho no proporcionará un mayor número de alternativas y la misma aparición de ideas


puede catapultar otros pensamientos distintos.

Pude resultar que cuando se haya terminado, la primera idea resulte ser la mejor de todas, pero
independientemente de sus cualidades, nunca debemos detenernos en ella antes de generar
muchas otras.
8- Incapacidad de autocritica

Si no somos capaces de criticarnos a nosotros mismos o ver nuestros propios defectos, la


creatividad se verá en entredicho.

El pensamiento divergente requiere nuevas concepciones de cualquier aspecto, pero también


requiere una evaluación sobre lo que se genera.

Para poder ser creativos tenemos que ver nuestros puntos débiles, aceptar los errores e intentar
superarnos constantemente, de lo contrario caeremos en un pensamiento monótono y sin
modificaciones.

9- Temor a equivocarse

Ante el miedo al error, las personas adoptamos de forma automática los pensamientos más
seguros y que nos proporcionan sensaciones de confianza.

Sin embargo, los pensamientos de seguridad se caracterizan por ser socialmente aceptados y, por
lo tanto, por no ser novedosos.

Muchas ideas creativas no llegan a florecer porque se tiene miedo a las críticas de las otras
personas.

Una idea creativa es de por sí, nueva para los otros, por lo que siempre podrá ser criticada.

Así pues, para desarrollar la creatividad hay que ser capaz de salvar este miedo y evitar
pensamientos de temor acerca de la idea generada.

10- Barreras conativas

La falta de voluntad o de actitud puede resultar una potente barrera para la creatividad.

Si no hay curiosidad, interés o motivación por aquello que nos rodea, la creatividad no tendrá
lugar.

Por lo general, la creatividad es un estilo de pensamiento que va ligado a la motivación y a la


convicción. Los pensamientos apáticos o desmotivados nunca resultan creativos.

https://www.lifeder.com/barreras-creatividad/

BARRERAS QUE FRENAN LA CREATIVIDAD

Ideas preestablecidas respecto al fenómeno u objeto que se analiza: Estas constituyen un


esquema referencial o modelo mental obtenido mediante la experiencia anterior y son una
frontera a la hora de examinar el problema desde un nuevo ángulo.
Reglas no dadas: a veces tenemos en nuestra cabeza restricciones que no existen. Nos auto-
imponemos más reglas de las que en realidad hay.

Escasez de tiempo: Desarrolla un nuevo enfoque o perspectiva requiere tiempo y detenimiento


suficientes, para permitir el necesario despegue y vuelo imaginativo.

Temor al ridículo: Siempre que el individuo exprese una idea, solución o forma de conducta
novedosa, se expone a severas críticas por parte de los otros.

Renuencia a abandonar el esfuerzo realizado: Luego de haber invertido determinado tiempo,


esfuerzo y capacidad en una dirección, es más difícil abandonarla y recomenzar en otra nueva,
dado el nivel de implicación que posee el individuo con la primera.

Facilísimo: Es mucho más fácil seguir haciendo lo mismo que preguntarse: ¿qué otra cosa hacer?
Resulta más cómodo desarrollar al máximo una idea conocida y vieja, que descubrir o hallar una
sola idea o enfoque novedoso.

Seguridad: Lo viejo, en tanto es conocido, entraña confianza y ofrece seguridad. En cambio lo


nuevo es incierto, desconocido y genera ansiedad.

Excesiva e indebida utilización del pensamiento vertical o lógico: Según E. De Bono (1986), el
pensamiento lógico es aquél que permite clasificar en clases y categorías a los objetos. Llega a la
solución de los problemas, acercándose paso a paso a la misma. Este tipo de pensamiento es
inigualable para organizar ideas y resumirlas como un sistema repetitivo de memoria, y si bien es
el más idóneo para profundizar en una dirección, no es el más adecuado cuando se requiere
encontrar solución a una situación problemática nueva. En este caso es más conveniente el uso del
pensamiento lateral o divergente, el cual a diferencia del anterior va a saltos y en vez de clasificar,
reúne información, saca el conocimiento de sus categorías y clases cotidianas, conectándolas y
relacionándolas de manera inusual.

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