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Cómo Incorporar el Examen Diario de Conciencia a tu Vida

Es importante hacer un examen de conciencia todas las noches antes de irte a


acostarte. ¿Por qué? Para acercarte más a Dios, respondiendo a su permanente
insistencia de querer estar contigo y que progreses en tu vida. Y para “limar” tus
malos hábitos y pecados. Esta práctica ha sido promovida por grandes Santos y
pensadores de nuestra fe.

San José María Escrivá escribió:

“El examen diario de la conciencia es una ayuda indispensable si queremos


seguir a Nuestro Señor con sinceridad de corazón e integridad de vida”.

Alguna gente prefiere no hacerlo porque se entristece cuando salen a luz sus
pecados.

Sin embargo, el Arzobispo Fulton Sheen describe bien lo que realmente estamos
haciendo en un examen de conciencia

“El examen de conciencia, en lugar de inducir tristeza se convierte en una ocasión


de alegría.

Hay dos formas de saber cuán bueno y amoroso es Dios. Una es no perderlo
nunca, mediante la preservación de la inocencia, y la otra es encontrarlo después
de que uno lo ha perdido”.

San Ignacio de Loyola insistió en nunca descuidar el Examen diario. Él insistía


que bajo ninguna razón se justifica descuidar esta importante oración de examen
diario, y propone 5 pasos:

1 – Colócate en la presencia de Dios. Da gracias por el gran amor de Dios por ti.

2 – por la gracia para entender cómo Dios está actuando en tu vida.

3 – Revisa su día: recuerda momentos específicos y tus sentimientos en ese


momento.

4 – Reflexiona sobre lo que hiciste, dijiste o pensaste en esos casos. ¿Te acercabas
más a Dios, o te alejabas?
5 – Mira hacia el mañana: piensa en cómo puedes colaborar de manera más
efectiva con el plan de Dios. Sé específico y concluye con el “Padre Nuestro”.
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POR QUÉ REALIZAR EL EXAMEN DE CONCIENCIA DIARIO

El examen diario de conciencia ayuda a recomponer lo que nos falta, para


trabajar mejor en nuestro crecimiento de santidad, que es la falta de
autoconocimiento.

Es un entrenamiento como puede hacer un atleta para ganar una medalla


Olímpica.

Dónde se corrigen y mejoran los puntos débiles, y se reconoce con satisfacción y


motivación los avances.

Pero primero hay que detectar los cuáles son nuestros puntos débiles y
evaluarlos de una manera honesta,

Lo que también es una forma de profundizar nuestra relación con Dios.

Porque sólo podemos comprender y aceptar nuestra necesidad de gracia y


misericordia de Dios, cuando enfrentamos nuestra debilidad y miseria, y
hacemos un reconocimiento auténtico y sistemático de nuestros pecados.

Tratando de estar más a la altura de lo que Dios desea de nosotros.

LOS BENEFICIOS DEL EXAMEN DIARIO

Hay tres beneficios centrales.

1. Uno es darse cuenta, cada vez más, de la presencia amorosa de Dios en nuestra
vida. No verlo como una figura lejana sino como el mejor amigo al lado nuestro,
que nunca nos deja solos.

Santa Teresa de Ávila dice que “una de las principales razones del pecado es no
darse cuenta de la presencia permanente de Dios”.

2. El segundo beneficio es evitar las trampas. Hay que cortar las malas hierbas en
nuestro jardín.

Es habitual decir que muchos pecados se cometen debido a la debilidad de


nuestra voluntad. Pero también la ignorancia de quiénes somos realmente es una
fuente de pecado. Y el examen diario aumenta nuestro autoconocimiento.
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3. El tercer beneficio es que podemos mejorar nuestra compasión hacia los


demás. El examen diario es como un reflector sobre nuestro corazón y nuestra
alma. Que nos permite ver lo amoroso que es Dios y cuán débiles y propensos a
resbalar somos. Entonces éste autoconocimiento puede ayudarnos a ser más
amables, pacientes y compasivos con nuestros hermanos.

CÓMO SE HACE UN EXAMEN DE CONCIENCIA DIARIO

El examen de conciencia diario es como una mini meditación. Deberías reservar


5 minutos hacia el final del día, después de la cena, para realizarlo. En los
monasterios lo realizan justo antes de acostarse. Aunque San Francisco de Sales
recomienda para los laicos, que están muy ocupados, hacerlo antes de la cena,
porque el cansancio puede impedirlo.

INGREDIENTES DE EXAMEN DE CONCIENCIA

Hay por un lado un examen general del comportamiento moral durante el día
anterior. Y luego anticipar y prepararnos para hacer la voluntad de Dios al día
siguiente.

En el examen general se pueden distinguir tres pasos.

1.El primero es distinguir la presencia de Dios en las bendiciones que el Señor


nos ha dado en el último día. Las cuales hay que agradecer con sinceridad. Hay
que tener en cuenta que estas bendiciones pueden haber sido agradables o que
pueden haber sido cosas dolorosas que nos han pasado, pero necesarias. Dios
también nos pide que hagamos cosas que nos desagradan y abstenernos de cosas
que nos agradan. La primera parte del examen de conciencia es dar gracias a Dios
entonces, por las gracias que nos ha dado, ya sean placenteras o dolorosas.

2.En segundo lugar preguntarse dónde no has cooperado con la gracia de Dios
durante el día. Esto significa recordar las circunstancias que ocasionaron tu falla
moral. Y pedirle al Señor el perdón y que te dé la fuerza para evitar este pecado
en el futuro.

3. Finalmente está el plan de futuro. Esto significa prever lo que Dios espera de
ti para el día siguiente y planificar cómo vas a cumplir esa expectativa. Hay que
orar para saber que debes hacer y cómo hacerlo, y por la fuerza de voluntad para
realizarlo. Porque nuestra tendencia natural es hacer primero las cosas que nos
gustan, después las cosas que son útiles y al final las cosas necesarias.
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De modo que necesitamos ayuda de Dios para revertir este proceso natural.

Y anticipar diariamente la voluntad de Dios para el día siguiente, así pedirle la


gracia de tener voluntad para hacerlo.

Al examen general le sigue un examen particular, que se basa en examinar


ciertas conductas morales defectuosas en concreto, en las cuales somos
propensos a caer.

Algunos son más propensos al orgullo, otros a la lujuria, o a la codicia, o la pereza.

Entonces el examen particular es concentrarse en la debilidad moral


predominante de nuestra personalidad.

Tenemos una mejor posibilidad de dominar nuestras tendencias pecaminosas sí


trabajamos una a la vez y concentramos nuestros esfuerzos en las debilidades
predominantes de nuestra vida.

Un caso paradigmático es el de San Francisco de Sales que de joven era dado a la


melancolía extrema. Pero se especializó en superar el desaliento y se convirtió
en el apóstol de la confianza gozosa en Dios.

FORMATO GENERAL DEL EXAMEN DE CONCIENCIA

El examen de conciencia tiene un principio un medio y un final en su secuencia.

Al principio te haces la señal de la Santa Cruz y recuerdas que estás en presencia


de Dios, que te ama con un amor personal.
Luego pídele al Espíritu Santo que te ilumine para que puedas conocerte mejor a
ti mismo.

Hay una oración útil que dice

“Oh Espíritu Santo ven con tu misericordia, ilumina mi mente y fortalece mi


voluntad, para que pueda conocer mis pecados, humildemente confesarlos y
sinceramente enmendar mi vida”.

En la mitad del examen debes examinar en oración y con serenidad tu día. Es


como un sobrevuelo sobre las cosas que te pasaron. Estando atento en dos cosas:
los momentos de triunfo y los momentos de fracaso. Los triunfos son los
momentos en que la gracia de Dios tuvo una victoria en tu comportamiento. Por
ejemplo, cuando no perdiste la paciencia en un momento en que habitualmente
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lo haces. Y también rememora cuando la gracia de Dios te envolvió de una


manera especial. Estas cosas son para disfrutarlas.

Las fallas son los momentos en que te desconectaste de la gracia de Dios, ya sea
por debilidad o distracción. Cuando pecaste por comisión u omisión. Debes
permitirte llorar por estos fracasos, pero nunca desalentarse. Es momento de
reconocer tu caída y orar por la gracia para levantarte y no caer más.

Pero no deberías quedarte solamente en la epidermis, sino cavar debajo de la


superficie. Preguntarte a ti mismo por qué, por ejemplo, perdiste la paciencia
otra vez. Por qué en la meditación de la mañana te has sentido más inundado del
Espíritu Santo. De esta forma aumentará tu autoconocimiento. Luego se arriba al
final del examen de conciencia concluyendo en dos cosas.

Primero la renovación de tu compromiso de seguir a Cristo al día siguiente.

Puedes formular algún tipo de resolución específica como: “Señor ayúdame a que
mañana no chismee durante el almuerzo, ayúdame a cambiar de tema “cuando
comience y dame la fuerza de alejarme”.

Y, en segundo lugar, realizar un acto de contrición lamentándote de tus


pecados.

A veces ayuda recitar el Confiteor “Yo confieso ante Dios Todopoderoso…”

PASOS RECOMENDADOS PARA HACER UN EXAMEN DE CONCIENCIA

Esta es una estrategia de pasos para el examen de conciencia, que podrían ser
variados según lo que a ti te funcione mejor.

1. debes orar al Espíritu Santo. Si es posible con tus propias palabras, pidiéndole
ayuda para hacer un buen examen. Si no te sale ninguna invocación usa esta

“Espíritu Santo, te ruego que entres en mi corazón y me ayudes a reconocer


cualquier obstáculo entre Tú y yo, para que, con Tu gracia, ese obstáculo pueda
ser eliminado y pueda crecer en Tu amor. Amén.”

2. revisa el objetivo de ayer. Si te pusiste un objetivo para el día, reconoce si lo


cumpliste o no. Por ejemplo, si te propusiste ser caritativo, piensa en los
momentos en que lo has sido y en los que has fallado en el día de ayer.
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3. revisa en general el día de ayer. Haz un sobrevuelo recordando las cosas que
hiciste, la gente que conociste, las decisiones que tomaste, las palabras que
dijiste, los pensamientos que tuviste. Y diferencia las cosas buenas y las cosas
malas que sucedieron, sin enfocarte en cada una en particular.

4. identifica tus pecados. Confiesa mentalmente tus pecados del día y pide a Dios
misericordia. Esto no sustituye la confesión con un sacerdote, sino que es un
insumo para después también contarlo en la confesión. Determina donde pecaste
con acciones y palabras, dónde pecaste por inacción y omisión, y que fallaste en
hacer. Puedes, para finalizar, orar el Confiteor “Yo confieso ante Dios
Todopoderoso…”

5. reconoce la presencia de Dios en tu vida durante el día. Identifica los


momentos en que tú reconociste que Dios estaba presente en tu vida de una
manera particular. Puedes ir a través de cosas que te sucedieron en la vida diaria
o con las personas o en un Sacramento. Y una vez hecho esto, di una oración de
agradecimiento por ese momento en que sentiste la gracia de reconocer su
presencia en tu vida.

6. ponte una meta espiritual para el día siguiente. Ponte un objetivo espiritual
para lograr mañana en forma específica. No digas quiero “crecer en santidad
mañana” sino me propongo “pasar 30 minutos en oración mañana” o “quiero ser
caritativo con tal persona mañana”. Estos son los objetivos que luego evaluarás
al día siguiente en los pasos anteriores.

7. oración de acción de gracias. Lo último que debes hacer es una oración a Dios
por el gran donde su misericordia en tu vida y pedir que puedas reflejar su
misericordia a los demás.

Todo este proceso de 7 pasos no te puedes llevar más de 5 minutos, salvo que
tengas muchas cosas para repasar y algún tema difícil para reflexionar.

http://forosdelavirgen.org/119665/examen-de-conciencia/

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