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(Montevideo, 1886 - 1914) Destacada poetisa uruguaya, adscrita al modernismo, que inauguró con su

obra lírica la trayectoria de la poesía femenina del siglo XX en el continente sudamericano. Formó parte
de la llamada "generación de 1900", a la que también pertenecieron Julio Herrera y Reissig, Leopoldo
Lugones y Rubén Darío, al que consideraba su maestro, y con el que mantuvo correspondencia tras
conocerlo en 1912 en Montevideo.

En el atardecer del 24 de octubre de 1886, en una casa de balcones de mármol de la calle Río Negro 254
cuyo número actual es el 1230 nació Delmira Agustini, hija del uruguayo Santiago Agustini y de María
Murtfeld, de nacionalidad argentina, descendiente de alemanes y franceses.

Nacida en una acaudalada familia conservadora uruguaya, esta poetisa pasó sus primeros años aislada
del mundo, sin amigos y recibiendo sus clases dentro de una casa que, para ella, fue a la vez "hogar y
cárcel".

Fue una niña solitaria, educada en el propio hogar, recibió clases de francés, de música y de pintura, a
cargo de maestros particulares. La madre de Delmira tenía un carácter autoritario y absorbente que
marcó la personalidad de la joven poeta, ante su familia tenía un carácter eminentemente dócil pero
paralelamente desarrolló casi en secreto su verdadera personalidad de poetisa, en versos de un erotismo
encendido, triunfal y agónico a un tiempo. Tenía dieciséis años cuando aparecieron publicados sus
poemas y relatos en conocidas revistas de entonces: Rojo y Blanco y La Pètite Révue.

A los cinco años sabía leer y escribir correctamente, a los diez componía versos.

A los dieciocho años escribía columnas en La Alborada y rápidamente se convirtió en un personaje de la


vida cultural, siempre acompañada por su madre.

"Durante el día, era una niña obediente y modosa, pero por la noche se transformaba, escribía unos
poemas cargados de erotismo, de profundidad y de simbolismo".

La joven poeta:

En 1907, publicó El libro blanco, su primer poemario que fue muy bien recibido por la crítica, y que lanzó
su nombre a la fama. Sin embargo, el erotismo de su lírica fue desconcertante para la sociedad de ese
entonces, por lo que muchos críticos hicieron hincapié en su belleza física en lugar de sus versos.

Tras publicar su segundo libro, Cantos de la mañana (1910), en el que podemos observar una depuración
del lenguaje, Agustini llegó a conocer a otros intelectuales de la época, incluyendo a Rubén Darío, quien
escribiría el prólogo lírico "Pórtico", de Los cálices vacíos (1913), su tercer libro y el más erótico.

En una nota en este libro, Agustini anunció que estaba escribiendo su próximo poemario Los astros del
abismo, pero estos versos no llegaron a ver la luz del día hasta que su publicación póstuma en Obras
completas (1924).

Rasgos de su obra poética:


Su obra se vincula a la vasta corriente modernista rioplatense, dominada mayoritariamente por
hombres, y contó con la admiración de las principales figuras de la época como el propio Ruben Darío,
Miguel de Unamuno y Manuel Ugarte. La tónica general de su poesía es erótica, con imágenes de honda
belleza y originalidad. El mundo de sus poemas es sombrío y atormentado, con versos de una
musicalidad excepcional. Su lirismo llega a profundidades metafísicas que contrastan con su juventud.

Evasionista y onírico

Agustini es modernista pero, a diferencia de otros escritores de esta corriente, no acude al


parnasianismo, como Darío, ni al simbolismo hermético, como Lugones. Sin embargo, es modernista en
la forma en que evade la realidad del mundo y acude a los sueños. Hasta el erotismo de sus poemas no
es realista, sino onírico y sobrehumano. A pesar de su refugio en el mundo de los sueños, no renuncia a
la realidad por completo. La realidad y el sueño se alternan. Por ejemplo en el poema “Las alas”, de
Cantos de la mañana, dice el yo poético dice que tenía alas (“¿Te acuerdas de la gloria de mis alas?”),
pero al despertarse ya no las tenía.

Sensualidad

Con el erotismo de sus versos, Agustini invierte los roles tradicionales, adelantando el tópico de la mujer
como sujeto y el hombre como objeto de deseo

Yuxtaposición de calidades estéticas opuestas

Al lado de imágenes de belleza, a veces aparecen figuras poco poéticas. Por ejemplo en “Vida”, de
Cantos de la mañana dice: “Vengo a ti en mis heridas, como al vaso de bálsamos”. El vaso de bálsamos
no es lo que generalmente se considera una imagen poética.

Pesimismo

El mundo de la poesía de Agustini es tormentoso y oscuro. Un ejemplo es el poema "Lo inefable", de


Cantos de la mañana.

Yo muero extrañamente...No me mata la Vida

no me mata la Muerte, no me mata el Amor;

muero de un pensamiento mudo como una herida...

¿No habéis sentido nunca el extraño dolor

de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida,


devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?

Idealista

Podemos ver la influencia de Nietzsche en el idealismo de sus poemas. El hombre de sus visiones
eróticas es un Superhombre (Nietzsche hablaba del Superhombre, es decir un humano superior). El yo
lírico busca un hombre que supera lo humano, un amante ideal. Por ejemplo en el poema “Vida”, que ya
citamos, aparece su erotismo y ese amante superhumano que le da todo y satisface todas sus
necesidades.

Sus obras:

El libro blanco (1907).

Cantos de la mañana (1910).

Los cálices vacíos (1913).

Ediciones póstumas:

El rosario de Eros (1924).

Los astros del abismo (1924)

Delmira Agustini se casó el 14 de agosto de 1913 con el rematador y consignatario de ganado Enrique
Job Reyes, un devoto católico con amistades en los más encumbrados sectores sociales de nuestro país.
La poetisa y su novio mantuvieron una relación amorosa al clásico estilo de la época, con un noviazgo
que duró cinco años y un matrimonio que tuvo la brevedad de cincuenta y dos días.

Se casaron por la Iglesia Católica, con todos los ritos y ceremonias de rigor, siendo los padrinos el filósofo
Eugenio Vaz Ferreira y el poeta Juan Zorrilla de San Martín.

Las dudas y temores sobre su futuro matrimonio se reflejan en una carta que Delmira escribiera a su
amigo, el poeta Rubén Darío, en la cual le manifiesta en uno de sus párrafos: "He resuelto arrojarme al
abismo medroso del casamiento. No sé, tal vez en el fondo me espera la felicidad. ¡La vida es tan rara!".

Unas semanas después de su matrimonio Delmira le enviaba una correspondencia a Manuel Ugarte un
escritor y político socialista que supo en algún momento rodearla de halagos y galanterías y de quien, se
sospecha, siempre estuvo enamorada. La carta parece confirmarlo, ya que dice: "Para ser absolutamente
sincera, yo debo decirlas; usted hizo el tormento de mi noche de bodas y de mi absurda luna de miel...
mientras me vestían pregunté no sé cuantas veces si había llegado. Entré a la sala como a un sepulcro,
sin más consuelo que el pensar que lo vería. La única mirada consciente que tuve, el único saludo
inoportuno que inicié fueron para usted. Tuve un relámpago de felicidad. Me pareció por un momento
que usted me miraba y me comprendía..." Y termina diciendo: "Usted, sin saberlo, sacudió mi vida".

Su muerte

Cuando se cumplían un mes y 22 días de la boda, Delmira, decide, separarse de su esposo y retornar a su
hogar de soltera, donde la espera su celosa y neurótica madre, quien ya había advertido a Manuel
Ugarte que "el matrimonio y los hijos, que pudieran llegar, destruirían para siempre el genio de Delmira",
según lo narra el trabajo de Alejandro Cáceres, Delmira Agustini, nuevas penetraciones críticas.

La fractura de la pareja y la solicitud de divorcio realizada por Delmira, en noviembre de 1913, cuando
éste recién se había aprobado, impulsado durante el gobierno de José Batlle y Ordóñez llevaron a que
Enrique Reyes se sintiera herido en su amor propio de masculinidad criolla y golpeado en su
conservadora cultura católica.

Decide a pesar de todo, mantener una relación con su esposa y adopta la posición de amante. Alquila
una habitación en una vivienda de la calle Andes 1206 esquina Canelones, colocando en las paredes
diversas fotos de la poetisa y de esta forma acepta los encuentros, que ella, le impone dos o tres veces a
la semana.

La fría tarde del 6 de julio de l914, luego del encuentro amatorio, Enrique Job Reyes dispara dos balazos
que impactan en la espalda de la poetisa, cuando esta se estaba calzando. Luego se suicida. Según
crónicas de la época, señalan que Reyes llegó al hospital con vida y falleció después.

BIBLIOGRAFIA:

https://www.escritores.org/biografias/411-delmira-agustini

https://www.aboutespanol.com/delmira-agustini-2206593

http://www.lecturalia.com/autor/8636/delmira-agustini

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