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Discurso de la vicepresidenta electa Marta Lucía Ramírez durante la entrega

de credenciales por parte del Consejo Nacional Electoral

Bogotá, 16 de julio de 2018

Hoy, es un día muy importante en el camino que hemos tenido que recorrer las
mujeres colombianas a lo largo de la historia, buscando el reconocimiento a nuestra
capacidad, el respeto a nuestros derechos, el empoderamiento y la igualdad de la
mujer.

Solo en 1932 bajo el gobierno del presidente Enrique Olaya Herrera, tuvo la mujer
el manejo de sus propios bienes; y en 1933 se le permitió la plena participación a la
educación universitaria.

En 1954 Josefina Valencia de Hubach y Esmeralda Arboleda de Uribe fueron las


únicas dos mujeres como miembros principales de la Asamblea Nacional
Constituyente. Esmeralda Arboleda, la primera mujer senadora, la primera mujer
embajadora ante la ONU, la primera Ministra de Comunicaciones, la primera
Embajadora ante la Unesco y la primera senadora elegida en Colombia. Josefina
Valencia, la Gobernadora del Cauca, primera Ministra de Educación. Gracias a la
lucha de ellas dos y a la de tantas otras mujeres como Bertha Hernández de Ospina,
María Currea de Haya y tantas otras que desde la Unión de Mujeres de Colombia y
la Alianza Femenina de Colombia, movilizaron a la mujer colombiana y gracias al
trabajo de todas ellas pudimos conquistar el derecho al voto femenino.

Cuánto debemos a todas esas mujeres y a todas las que nos precedieron más
recientemente en el quehacer político. Cuánta responsabilidad asumimos hoy sobre
nuestros hombros. Hoy tenemos que trabajar sin descanso para conquistar la
verdadera igualdad de la mujer colombiana.
En el año 1998 fui nombrada como la primera mujer Ministra de Comercio Exterior
y en el 2002 tuve el honor de ser nombrada como la primera mujer Ministra de
Defensa. En el año 1998 la mitad de los cargos del Ministerio de Comercio Exterior
los ocuparon mujeres y en el 2003 logré, gracias al apoyo del presidente Uribe, que
se despejara el camino para que las mujeres de la fuerza pública pudieran llegar al
generalato. Simplemente todas las mujeres que llegamos a los cargos de dirección
lo que hemos hecho es pararnos en los hombros de otras mujeres grandes que nos
antecedieron. Todas las mujeres que ocupemos cargos de dirección en Colombia
debemos cumplir con la obligación moral de seguir abriendo el camino,
reconociendo las capacidades y luchando por la igualdad de las mujeres.

Comparto con todas las mujeres colombianas este momento con orgullo; tantas
mujeres anónimas que trabajan en su hogar, en el sector privado, en el Estado, en
las distintas instituciones; las educadoras, jueces, enfermeras, médicas, las
campesinas, las madres cabeza de familia, las madres comunitarias, las esposas y
madres que mantienen unidos los hogares de los colombianos, todas las mujeres
hemos forjado esta Colombia, pero la deuda pendiente con la mujer sigue siendo
muy grande.

Agradezco profundamente a tantas mujeres que me acompañaron por todo el país


y a tantos colombianos que recogieron firmas y luego en la consulta de la Coalición
por Colombia que dio origen a la fórmula que compartimos y con la cual ganamos
la elección con el doctor Iván Duque, de lo cual me siento orgullosa e ilusionada.

Hoy, ad ´portas de iniciar el gobierno del Presidente Electo, tengo el orgullo y sobre
todo la enorme responsabilidad de recibir a su lado la credencial como
Vicepresidenta de la República, al mismo tiempo que el Presidente electo anuncia
a los colombianos su compromiso de que el gabinete esté conformado en un 50 por
ciento por mujeres.
Esta Vicepresidencia representa no sólo una conquista histórica, sino que
constituye el punto de partida para impulsar desde el Gobierno las políticas públicas
y las reformas necesarias para lograr la promoción y garantías de desarrollo que
permitan todas las oportunidades que merece la mujer colombiana.

Quiero decir a las colombianas “soy una más de ustedes”. Aquí llegué gracias al
esfuerzo de tantas mujeres pioneras que abrieron la brecha y en especial gracias al
talante, al ejemplo de trabajo y de superación de mi madre que me enseñó a trabajar
con compromiso también por la familia, con devoción por el respeto por los demás,
a trabajar sin descanso y luchar por los sueños; aquí quiero luchar y me
comprometo a eso, por los sueños de todas ustedes las mujeres colombianas, por
su futuro, por el de mi hija, por el de mi sobrina y el de los hijos de todas las mujeres
colombianas.

Con el Presidente Duque velaremos porque en el gobierno exista Planeación y


seguimiento a la política pública para promover a la mujer y la articularemos
desarrollando rutas de acceso más efectivo a toda la oferta institucional. Sabemos
de las dificultades fiscales que encontraremos en el gobierno, pero nos
aseguraremos que las políticas públicas que protegen o impulsan el desarrollo de
la mujer y la igualdad de género, cuenten con el debido respaldo presupuestal que
se le asigne al interior de cada una de las entidades del Estado.

Acompañaremos el trabajo de las organizaciones de mujeres y en particular el


esfuerzos dedicado a establecer Sellos de Equidad Laboral con los actores del
sector privado para dar reconocimiento a las empresas que implementen de manera
efectiva el Sistema de Gestión de Igualdad de Género y nos ayuden a promover la
transformación cultural y el cierre de la brecha salarial que afecta tan negativamente
a las mujeres colombiana.

He sido siempre una convencida que las compras estatales constituyen la mejor
oportunidad para industrializar a Colombia pero también que en las compras
estatales encontramos una oportunidad sin igual para el emprendimiento de las
mujeres colombianas, estableciendo como lo hacen Estados Unidos, Europa y otros
países que en aquellas licitaciones los contratos se asignen siempre dando alguna
preferencia a los negocios e iniciativas de emprendimiento de propiedad o bajo la
administración de mujeres.

Colombia tendrá a partir del 7 de agosto un Presidente y una Vicepresidenta que


estaremos recorriendo el país, asegurándonos de llevar la presencia y los servicios
del Estado a toda Colombia. Tendremos todos los días el compromiso de acabar la
impotencia de la mujer ante tantos tipos de violencia que la aquejan y derrotar la
impunidad existente. Fortaleceremos las comisarías de familia y reglamentaremos
la Ley 1257 del 2008, _querido Magistrado, éramos senadores los dos cuando se
expidió esa ley 1257 del 2008 para proteger a la mujer de la violencia intrafamiliar_
hoy 10 años después esa ley sigue sin reglamentar, y lo va a hacer el presidente
Iván Duque porque tenemos que acabar en Colombia todos los tipos de violencia,
la violencia económica, patrimonial, sexual, física y psicológica.

Las comisarías de familia tendrán mayor representatividad y con el presidente


Duque y todo su gabinete trabajaremos en romper el silencio estadístico, pues es
inaceptable a estas alturas la poca profundidad de la información sobre el acceso
de la mujer a los servicios financieros, a la justicia, a la salud, al empleo, a la
educación y sobre los distintos tipos de violencia que la aquejan.

Como Vicepresidenta me comprometo a acompañar a nuestro Presidente poniendo


al servicio de Colombia todo mi conocimiento, experiencia y capacidad de trabajo,
para que juntos podamos devolverle el rumbo y la esperanza a nuestro país.

El pasado 17 de junio, los colombianos dieron un paso adelante y decidimos todos


pasar la página de las guerras, de las confrontaciones y de los odios que no son
nuestros. De ahora en adelante, seremos todos quienes nos comprometeremos
bajo su liderazgo, señor presidente electo, a construir entre todos la mejor versión
posible de Colombia, porque lo nuestro será trabajar por el futuro de nuestro país.

Es la hora de dejar al lado nuestras diferencias y trabajar en todo lo que nos


une. Es la hora de convertirnos en esa nación sólida, estable, fuerte, es la hora
en que tenemos que lograr ese pacto por Colombia, ese pacto que Álvaro Gómez
Hurtado llamaba el famosos acuerdo sobre lo fundamental.

Los colombianos tenemos derecho a soñar. Tenemos derecho a soñar con un país
que brille por su progreso y coherencia. Que la gente no nos hable de paz sino que
seamos ejemplo de paz.

Que no se hable de tolerancia, sino que en la cotidianidad demos ejemplo de


aceptar a los demás como son y garanticemos las libertades individuales de cada
uno siempre y cuando todos, sin excepción, asumamos que en Colombia se debe
cumplir la ley porque en ella están recogidos los derechos de todos, pero también
las obligaciones de todos. Cumplir y hacer cumplir la ley. Ese será nuestro lema de
todos los días.

Estamos en un momento fundamental de nuestra historia y lo asumiremos entre


todos enfrentando la corrupción generalizada que se deriva de una creciente laxitud
ética de la sociedad ávida del dinero fácil del narcotráfico, en un país que en los
mejores momentos de crecimiento económico permitió el aprovechamiento indebido
de dineros y bienes públicos en beneficio privado alimentando la voracidad
insaciable de algunos a través de la mermelada.

Tenemos en Colombia más del 50 por ciento de la población económicamente


activa dependiendo de empleos informales tenemos que acabar esa situación y
tenemos un presidente que todos los días insiste en su compromiso para acabar
esta informalidad y que tanto nos duele.
Es mucho lo que tenemos que cambiar como sociedad para acabar la corrupción
de políticos, contratistas, del narcotráfico y del contrabando que nos ahoga y que
consume los sueños y la voluntad de nuestra juventud. Trabajaremos estos cuatro
años para lograr un Estado eficiente y transparente que acabe la captura de rentas
por parte de cualquier interés privado y que asegure que el gasto público se aplicará
para fortalecer las instituciones y acabar la desigualdad económica y social; pero
también pediremos a la sociedad colombiana que la transparencia y la ética sea la
norma de conducta de las empresas, de la actividad privada, de las familias, de los
contribuyentes honestos que paguen sus impuestos y cuiden de ellos con una
buena participación ciudadana.

Los que se roban nuestros recursos, traicionan a nuestro país, los que se roban la
alimentación de los niños, los recursos de la educación, de la salud, le quitan las
oportunidades a todos aquellos ciudadanos de las regiones que quieren salir
adelante estudiando y trabajando por Colombia y por su familias honestamente.

Llego la hora que tantos anhelamos de decir no más: No más a la corrupción,


no más a la pobreza, no más a la desigualdad, no más muertes por cuestiones
ideológicas, no más muertes de lideres sociales, no más asesinatos en
atentados terroristas a nuestros soldados y policías cuando están en estado
de indefensión, no más tolerancia, no más sangre, no más tolerancia al
maltrato ni la violencia intrafamiliar.

Recibiremos un gobierno con enormes desafíos: Recuperar la economía


impulsando la productividad y competitividad de todos los sectores de la producción
nacional; sacar de la crisis en que se encuentra el sector de la salud; lograr la
credibilidad de la justicia acabando la impunidad; acabar el narcotráfico; desarrollar
la infraestructura y garantizar el acceso a la educación superior técnica, tecnológica
y universitaria a todos nuestros jóvenes.
Tenemos desafíos muy grandes, pero también tenemos la capacidad, la
preparación, pero por encima de todo el amor infinito para servir a Colombia en este
momento de nuestra historia.

Queremos que el gobierno del presidente Iván Duque sea recordado como el
gobierno que pudo fortalecer las instituciones, unir a los colombianos y dar un
mensaje a cada ciudadano: los colombianos honestos no tienen porque tener
ningún temor, aquí los únicos que tienen que tener temor son los criminales y los
corruptos porque de ellos dará cuenta la justicia que será implacable exigiendo
siempre las responsabilidades por sus acciones.

Hoy comienza una nueva página de esta historia. Es una página que empezamos a
escribir hace muchos años cada uno de nosotros en distintos momentos, cada uno
por nuestro lado y en nuestras propias circunstancias pero acá nos coloca la historia
hoy a todos nosotros juntos, a los 50 millones de colombianos que compartimos
este momento, que nos encontraremos trabajando bajo el liderazgo de un hombre
joven, preparado con quien me identifican muchas cosas, pero sobre todo me
identifica también con él la fe, el compromiso con la familia, el inmenso amor y el
deseo de servirle a Colombia. Acá estamos con el Presidente Iván Duque listos a
servir a nuestro país y a construir un futuro posible de progreso y concordia donde
quepamos todos pacífica y respetuosamente.

Cuando he recorrido a Colombia tantas veces, yo no he encontrado enemigos,


solamente he encontrado colombianos, colombianos de todas las regiones, de
todas las condiciones sociales que al igual que nosotros sueñan y merecen tener
un país mejor.

Pido a todos los colombianos que nos acompañen en esta tarea de trabajar todos
por Colombia; agradezco a Dios, a mi esposo, a mi hija, a mis padres, a mi mamá,
a mis hermanos y sobrinos, en especial agradezco a mis jóvenes, a tantos jóvenes
que nos acompañaron a recorrer el país. No quiero mencionar a ninguno porque
siempre me falta alguno cuando hago la numeración taxativa pero son muchos, y
ustedes lo saben, todos ustedes hicieron posible el que mantuviéramos la fuerza en
los momentos de dificultad, a tantos amigos, pero aquí están, ustedes saben lo que
significan, a todos ustedes, a los que nos han acompañado sin desfallecer en este
este recorrido, a las amigas, a tantos que sabemos nosotros que honran también
este nombre de colombianos, les queremos decir: tenemos mucho orgullo, mucha
ilusión de ser colombianos y vamos a trabajar de la mano de todos ustedes bajo un
excelente líder y a partir del 7 de agosto va a trabajar con todos los colombianos
para lograr esta Colombia grande, justa, fuerte, esa Colombia con la que todos
soñamos y que va a ser una realidad.

Muchas gracias.

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