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EXPEDIENTE N°11938 -2015

SECRETARIO: PRADO

SUMILLA: SOLICITO VARIACION DEL MANDATO


DE DETENCION

SEÑOR JUEZ DEL 4° JUZGADO PENAL DE LIMA REOS EN CARCEL

RICHARD WILLY HUAMAN CESPEDES, abogado defensor de …..

en el proceso que se le sigue por el Por


Falsedad Genérica - en agravio del Estado, ante Ud., con el debido
respeto me presento y digo:

1.- VARIACION DE LA DETENCION.

Que, conforme lo establece el último párrafo del artículo 135° del Código
Procesal Penal, el Juez Penal podrá revocar de oficio el mandato de
detención cuando nuevos actos de investigación pongan en cuestión la
suficiencia de las pruebas que dieron lugar a la medida.

En tal sentido, podemos afincar la idea de que en verdad y luego del


mandato de detención dictado mediante auto de procesamiento, se han
producido nuevos actos de investigación que hacen viable la presente
petición, por ende, decimos:

2.- LO QUE SEÑALA LA DOCTRINA.

Como sabemos el mandato de detención judicial tiene como finalidad


excepcional evitar de que el imputado pueda efectuar actos de
perturbación y actos de fuga, por ende, se reconoce la necesidad de esta
medida extrema, empero, como ahora, se encuentra asentado en autos
y por principios de legalidad , al producirse nuevos actos de investigación
se debe variar la medida primigenia siempre y cuando la suficiencia
probatoria no haya producido un cúmulo mas de pruebas y/o que se haya
convertido en más sólida la que se tuvo al inicio, por eso como lo dice el
maestro CESAR SAN MARTIN, la detención judicial está sometida,
especialmente, a los requisitos de excepcionalidad, jurisdiccionalidad,
variabilidad y temporabilidad, por consiguiente, si hay nuevos hechos y
nuevos actos de prueba establecidos en una investigación judicial, esto
es suficiente y razonable para revocar la primigenia detención judicial,
máxime si el peligro procesal ya no se encuentra latente

Como un hecho cierto y comprobado en autos se tiene que mi patrocinado


sería un procesado primario, por cuanto carece de antecedentes penales,
policiales y judiciales. Es más, otro hecho cierto y probado es que tiene
domicilio fijado en sus declaraciones, tiene una labor debidamente
acreditada y comprobable, tiene familia y quien en todo momento ha
colaborado con el esclarecimiento de los hechos sin variar su versión. Un
acto de prueba en éste proceso es que mi patrocinado ha colaborado en
todo y para nada ha realizado un acto de perturbación y/o de
hostigamiento.

Es que en este proceso penal y durante la secuela de la instrucción el


Juzgador ha adecuado el delito por el cual se instruyó a mi patrocinado,
lo que permite establecer invariablemente que la hipótesis de una sanción
punible devendría en menor gravedad, sumado a todo ello que ahora
existen nuevos elementos de convicción derivados de actos de
investigación después del mandato de detención que consolidan nuestra
petición

3.2 Sin perjuicio, decimos que respecto AL PERICULUM IN MORA


(Peligro en la Demora) y/o a la PRONOGSIS DE LA PENA, encontramos
que la pena supuestamente a imponerse al imputado no será mayor de
cuatro años.

En relación a la pena probable, el tipo penal ahora resulta ser menor de


una pena privativa de libertad de 4 años.
Las diligencias que se han realizando tanto en sede policial, fiscal como
judicial, hacen desvanecer la imputación primigenia, cuando menos con
los nuevos actos de investigación si se quiere ser justiciero se puede
afirmar que mi defendido posiblemente reciba una sanción por debajo del
mínimo legal, esto es tres o menos, toda vez que se trata de un agente
primario, sin antecedentes de ningún tipo y, aunado a ello que para la
medición de la pena, se debe tener en cuenta entre otros artículos, los
artículos 45° y 46° del Código Penal, los mismos que establecen la
medición de pena por debajo de los cuatro años.

En consecuencia, se tiene que no estamos frente a un integrante de una


organización criminal, que ha hecho del delito su forma de vida, sino en
el peor de los casos un agente primario, como lo acredita los certificados
policiales y de antecedentes penales, que en todo caso, producto de la
presión que fue objeto, se habría deslizado por el campo de la ilicitud y
que una detención prolongada podría ocasionarle efectos negativos en vez
de una rehabilitación al seno de la sociedad.

3.3 DESVANECIMIENTO DEL PELIGRO DE FUGA O DE


ENTORPECIMIENTO DEL PROCESO.

La Doctrina y la jurisprudencia han coincidido en señalar que la regla más


importante, es el peligro de fuga o de entorpecimiento del proceso, y que
la gravedad de la pena no basta por sí sola para probar el peligro de fuga,
sino que debe de conjugarse con una serie de circunstancias, tales como
si el procesado tiene domicilio conocido, carece de antecedentes penales,
no tiene requisitoria pendiente en su contra, lo que permite estimar que
no eludirá la acción de la justicia.

En relación al peligro procesal, el Tribunal Constitucional peruano ha


establecido que el principal elemento a considerar es el peligro procesal,
en particular que no interfiera u obstaculice la investigación, que el
procesado no evadirá la justicia, evaluándose para esos fines los valores
morales del procesado, su ocupación, los bienes que posee, los vínculos
familiares y otros que, razonablemente, le impidan ocultarse o salir del
país o sustraerse de una posible sentencia.

En relación al peligro de entorpecimiento del proceso, la jurisprudencia


señala que consiste en sustentar que el imputado con su comportamiento,
obstaculizará la reconstrucción de la verdad histórica, no garantizando la
fluidez del desarrollo del proceso, o eventuales acciones orientadas a la
destrucción o contaminación de las fuentes de prueba utilizables.

Finalmente la sentencia del Tribunal Constitucional en el Expediente N°


1800-2003-PH/TC, caso Gerardo León Sihuas, señala: el juzgador debe
determinar que existan elementos para concluir que se intenta eludir la
acción de la justicia o perturbar la actividad probatoria, este requisito
debe ser evaluado con mayor acuciosidad, toda vez que limita el derecho
a la libertad, agrega en el punto 4 lo siguiente: “… la ausencia de un
criterio razonable en torno a la perturbación de la investigación o la
evasión de la justicia terminan convirtiendo el dictado preventiva o su
mantenimiento en arbitrarios.

Del mismo modo el Tribunal Constitucional señaló que: “La existencia o


no del peligro procesal debe determinarse a partir del análisis de una serie
de circunstancias, que pueden tener lugar antes o durante del desarrollo
del proceso y que están ligadas fundamentalmente, con las actitudes y
valores morales del procesado, su ocupación, sus bienes, sus vínculos
familiares, y todo otro factor que permita concluir, con un alto grado de
objetividad, que la libertad del inculpado, previa a la determinación de su
responsabilidad, puede poner en serio riesgo el correcto desenvolvimiento
de la labor de investigación judicial o a la evasión de la justicia por parte
del procesado. La ausencia de un criterio razonable en torno a la
perturbación de la investigación judicial o a la evasión de la justicia por
parte del procesado, terminan convirtiendo el dictado de la detención
judicial preventiva o, en su caso, su mantenimiento, en arbitrarios por no
encontrarse razonablemente justificados”.
Sin perjuicio y habiéndose establecido que no hay suficiencia probatoria
respecto a la imputación, se debe de señalar que los actuados en el
expediente principal hacen presumir que no existe peligro de fuga o
entorpecimiento del proceso, por las siguientes razones:

Se ha establecido el arraigo del imputado en el país, ya que tiene


domicilio conocido;

Cuenta con una familia constituida

Tiene trabajo conocido y permanente ya que al salir del penal será


debidamente admitido a trabajar, conforme así se puede ver del
compromiso para contratar adjuntado.

No tiene antecedentes policiales, penales ni judiciales así como tampoco


requisitoria pendiente.

Esta debidamente identificado

Por lo que al no subsistir los motivos y razones que se esgrimieron en el


auto de apertura de instrucción es momento oportuno de revocar la
detención

Sin perjuicio invocamos considerar independientemente que en relación


al peligro de entorpecimiento del proceso, la jurisprudencia señala que
consiste en sustentar que el imputado con su comportamiento,
obstaculizará la reconstrucción de la verdad histórica, no garantizando la
fluidez del desarrollo del proceso, o eventuales acciones orientadas a la
destrucción o contaminación de las fuentes de prueba utilizables.

Del mismo modo el Tribunal Constitucional señaló que: “La existencia o


no del peligro procesal debe determinarse a partir del análisis de una serie
de circunstancias, que pueden tener lugar antes o durante del desarrollo
del proceso y que están ligadas fundamentalmente, con las actitudes y
valores morales del procesado, su ocupación, sus bienes, sus vínculos
familiares, y todo otro factor que permita concluir, con un alto grado de
objetividad, que la libertad del inculpado, previa a la determinación de su
responsabilidad, puede poner en serio riesgo el correcto desenvolvimiento
de la labor de investigación judicial o a la evasión de la justicia por parte
del procesado. La ausencia de un criterio razonable en torno a la
perturbación de la investigación judicial o a la evasión de la justicia por
parte del procesado, terminan convirtiendo el dictado de la detención
judicial preventiva o, en su caso, su mantenimiento, en arbitrarios por no
encontrarse razonablemente justificados”.

POR TANTO:

Solicito a usted señor Juez, tenga a bien considerar nuestras


argumentaciones técnicas de defensa y por todo lo realizado en la
instrucción como actos de investigación y/o actos de prueba, que a la luz
permite revocar la detención que aún se mantiene contra mi defendido.

SEGUNDO OTROSI DIGO: Se suscribe el presente escrito al amparo del


artículo 290° de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Lima 17 diciembre 2015

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