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PROCESOS DE EJECUCIÓN
TEMA:
DOCENTE:
ALUMNO:
HUARAZ 2018
INTRODUCCIÓN
En nuestro medio resulta un hecho generalizado el recurrir a un crédito. Pero a la vez, cuando
el acreedor exige el pago del mismo, se encuentra en no pocas ocasiones con la negativa o
imposibilidad de cumplimiento del deudor. Ante ello, se suele recurrir a un proceso judicial
de ejecución de obligaciones en el cual lo aconsejable es solicitar una medida cautelar
respecto de los bienes del deudor a fin de procurar la garantía del crédito.
De este modo en caso de persistir el incumplimiento del deudor, el acreedor deberá iniciar la
ejecución forzada de los bienes afectados. Dicha ejecución forzada se realiza a través del
remate judicial o en última instancia de la adjudicación en pago.
EL REMATE
El remate judicial es la forma más común de realizar la ejecución forzada. El mismo que
comprende una serie de actos sucesivos que se inician con la tasación de los bienes afectados
y culminan con la transferencia de los bienes a quien se los haya adjudicado. Por ello, de
ninguna manera debe pensarse que el remate judicial solo está constituido por el remate
propiamente dicho (es decir, la venta judicial de los bienes afectados del deudor), sino que
comprende a su vez diversos actos, tanto anteriores como posteriores al acto de remate que
buscan preparar y concluir el procedimiento de remate judicial.
Así, dentro de los actos antes mencionados debemos considerar el acto por el cual se tasan
los bienes, los actos por los que se convoca a dicho remate, la publicidad del mismo; y en
general todo aquello que tienda a la efectiva realización de la ejecución forzada, la cual solo
culminará una vez que se haya depositado la suma obtenida por el remate de dichos bienes y
la consiguiente transferencia de los mismos al adjudicatario.
Por ello, siguiendo a Eugenia Ariano, podría definirse el remate judicial como el acto
procesal de ejecución por el cual el órgano jurisdiccional, en uso de sus facultades de imperio,
transfiere al mejor postor el bien objeto de la ejecución, previo pago del precio ofrecido, ello
con la finalidad de satisfacer al acreedor ejecutante y a los acreedores concurrentes sus
derechos al crédito dinerario.
Una vez aprobada la tasación, o cuando ésta sea innecesaria en los casos ya mencionados, el
juez debe proceder a convocar al remate judicial. Ello lo realizará a través de una resolución
que, según el artículo 731 del CPC, debe:
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La convocatoria a remate debe publicarse en el diario de los avisos judiciales del lugar donde
se efectuará dicho acto. El anuncio se realizará por tres días tratándose de bienes muebles y
seis días en caso de inmuebles. En caso de no haber diario, la convocatoria se publicará en
otro medio de notificación edictal.
El último párrafo del artículo 733 del CPC señala que la publicidad del remate no puede
omitirse, aunque medie renuncia del ejecutado, bajo sanción de nulidad. Ello en razón a que
la convocatoria se realiza con el objetivo de difundir el remate judicial.
Una vez que las personas interesadas tomen conocimiento de la convocatoria a remate,
podrán presentarse a efectos de ser considerados como posibles postores. Para ser admitido
como postor es necesario que el interesado, antes del inicio del acto de remate, cumpla con
depositar, ya sea en efectivo o en cheque de gerencia girado a su nombre, una cantidad no
menor al 10% del valor de tasación del bien afectado. Tanto el ejecutante como el tercero
legitimado pueden participar en el acto de remate en calidad de postores, para lo cual están
exentos de realizar el depósito mencionado. En cambio, el ejecutado está imposibilitado
expresamente de participar en el remate como postor.
Una vez realizado el acto de remate y de haberse procedido a otorgar en adjudicación los
bienes al mejor postor, se procederá a devolver las sumas depositadas a los postores que no
fueron favorecidos en el acto de remate.
ACTO DE REMATE
En líneas generales es así como debe realizarse el acto de remate. Adicionalmente a ello,
nuestro CPC en su artículo 736 ha establecido algunas reglas que deberán observarse a
efectos de realizar dicho acto:
1.-) la base de la postura será igual a las dos terceras partes del valor de tasación, no
admitiéndose oferta inferior;
2.-) cuando el remate del bien comprenda más de un bien, se debe preferir a quien ofrezca
adquirirlos conjuntamente, siempre que el precio no sea inferior a la suma de las ofertas
individuales; y
3.-) cuando se remate más de un bien, el acto se dará por concluido, bajo responsabilidad,
cuando el producto de lo ya rematado es suficiente para pagar todas las obligaciones exigibles
en la ejecución y las costas y costos del proceso.
Una vez realizado el acto de remate se procederá a sentar acta del mismo, lo cual será
realizado por el secretario de juzgado o por el martillero, según corresponda. Dicha acta de
remate debe consignar el lugar, fecha y hora del acto; el nombre del ejecutante, del tercero
legitimado y del ejecutado; el nombre de los postores y las posturas efectuadas; el nombre
del adjudicatario; y la cantidad obtenida con el remate.
El acta de remate debe estar firmada por el juez, o en su caso por el martillero, por el
secretario del juzgado, por el adjudicatario y por las partes, si es que están presentes. Después
de ello, se procederá a anexar el acta de remate al expediente a fin de dejar constancia de la
➢ En caso de que el adjudicatario no cumpla con depositar el saldo del precio dentro
del plazo señalado, el juez está facultado en virtud del artículo 741 del CPC a declarar
la nulidad del remate, y por ende convocar a un nuevo procedimiento. Con ello el
adjudicatario incumpliente se hará acreedor a una doble sanción:
➢ perderá la suma que depositó a efectos de ser admitido como postor, la cual será
destinada a cubrir los gastos del anulado remate, y en caso de existir un saldo, será
destinado como un ingreso del Poder Judicial por concepto de multa;
➢ quedará impedido de participar en el nuevo remate a convocarse.
Además, el referido artículo señala que queda a salvo el derecho del acreedor ejecutante para
reclamar al adjudicatario incumpliente el pago de los daños y perjuicios que se le hubiesen
ocasionado con dicho incumplimiento.
BIBLIOGRAFIA