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Al iniciar la última década del siglo pasado (1991), la sociedad cajamarquina era
considerada por los especialistas en Geografía como un pueblo de bajos avances
de la sierra del Perú, que solo tenía una ganadería con poco desarrollo y su
agricultura incipiente comparándola con los demás valles de nuestra patria. Pero
al realizar el contrato el gobierno de Fujimori – Boloña, con la minera internacional
Yanacocha, empieza el gran problema ambiental que deteriora a Cajamarca y
provincias con resultados que al pasar los años podrían ser fatales.
Durante los veinte años que la minera Yanacocha ha explotado los yacimientos de
oro en Cajamarca, ha traído como resultado de su trabajo en su mayoría acciones
perjudiciales que beneficiosas para la población de Cajamarca tal como se
observa en los informes técnicos que hacen los Especialistas del Ambiente
informándonos a través de revistas y fotografías, donde es notorio el gran daño
que causan el la flora y fauna de nuestros valles, que tienden a desaparecer , y lo
que es más perjudicial es el cambio climático con la intoxicación de la atmósfera
de nuestro ambiente. A esta esta agregamos el mayor problema que tenemos en
la actualidad, es la explotación del asiento minero de Conga (Sorochuco), por esa
misma compañía minera (Yancocha); la misma que no tiene la intensión de
respetar la reglas internacionales de la minería y por ello aumentan el problema
ambiental en la región Cajamarca.
Una tensión negativa entre parte de la población y el Proyecto Conga. Hay una
falta de capacidad de la minera Yanacocha de manejar su imagen y contacto con
la población, después de los antecedentes negativos que ha tenido esta empresa
en gestiones anteriores. Hay una población que no cree en una empresa que
anteriormente los haya perjudicado y que no les genera confianza.
Hay una tensión negativa entre los dirigentes formales de Cajamarca y el Estado.
Los dirigentes formales de Cajamarca han cerrado filas en no permitir la
construcción del Proyecto Conga, contraviniendo la disposición del Estado, y han
adoptado una posición intolerante que impide una negociación productiva. Hay
una posición del Estado firme ante la ejecución de la obra, pero que ha causado
fastidio a los dirigentes de Cajamarca porque estos tenían unas expectativas
diferentes de la posición que adoptaría el gobierno actual.
Hay una tensión negativa dentro del Estado. En el Gobierno, hay algunos que
están a favor de la ejecución de la obra y otros que están en contra de que la obra
se realice. Por tanto, se percibe una tensión interna que genera que entre ellos se
contradigan y por consiguiente su posición sea débil y sin un liderazgo claro.
Hay una tensión negativa entre la población. Por un lado se observa a mucha
población rural de Cajamarca saliendo a protestar en contra del proyecto Conga.
Sin embargo, también se ha visto a pobladores cajamarquinos, que laboran en el
proyecto, saliendo a las calles a reclamar su derecho a trabajar en el proyecto y
que por tanto están a favor de la obra. Además, las 32 comunidades
comprendidas en la zona del proyecto se han unido y han dado su aprobación al
desarrollo de Conga.