por O t t o n n o Nt-uri
Durante las últimas décadas, la
ASSITEJ ha desarrollado u n buen ;n
número de actividades, acumulando lo
una considerable experiencia dentro
ro
del sector del teatro infantil, pero
ro
también se preocupa del desarrollolo
del teatro juvenil.
;s_
Adolescentes: un público que es-
tá ausente en las salas teatrales;lg .
Obratzov no ha cesado de quejarse Sg
de no ver a ningún adolescente en ?n
sus espectáculos. La dramaturgia ;ia
para estas edades está ausente y sin
in
embargo el 'Teatro en la Educación'
n'
para el público joven también se
dedica a la escuela secundaria.
ADOLESCENCIA
>e-
La adolescencia es un largo pe-
¡n-
ríodo de la edad evolutiva que com-
sis
prende dos grandes crisis: la crisis
de la pubertad (de 10 a 12 años os
según el sexo) y la gran crisis del
crecimiento (15-16 años),
Según el psicoanálisis, la caracte-
rología, la psicología: es un período
de confusión, de inquietud, de an-
gustia y de inestabilidad; de estados
contradictorios entre protección y
autonomía, rebelión agresiva y su-
misión, entre agotismo y apertura
a la sublimación.
La adolescencia marca el paso de
las operaciones mentales concretas
de la infancia a las operaciones for-
males abstractas; del saber episódico
al saber sistemático; de los senti-
mientos primitivos a los sentimien-
tos superiores, de los intereses
simples y concretos a aquellos otros
complejos y abstractos: morales,
religiosos, sociales, estéticos; es
también el paso de la agresividad
de la oposición a la imitación de
modelos adultos a través d e la
- 3 5 -
socialización y de la adaptación
sociocultural, a la vez que se van
destacando las actitudes y dispo-
siciones individuales de la perso-
nalidad.
Según la pedagogía de J.J.
Rousseau (Emile): "es el segundo
nacimiento entre la inquietud de los adolescentes contra los adultos; las
deseos y la inconstancia de una
curiosidad insatisfecha. Es una ilu- a) La Hiper-estimulación. Hoy día
sión y no una formación, a esa
edad, da a conocer al mundo antes
que a los hombres".
Según la filosofía de J. Maritain:
"es el paso del universo imaginario
al universo de la racionalización,
pero... es con su propio razona-
miento que el adolescente se em-
briaga".
Según la literatura de cá*da país
y según la experiencia de cada uno:
la adolescencia es siempre la edad
de la inconsciencia y de la super-
ficialidad unidas a unos impulsos
idealistas y, con frecuencia, a los
prejuicios fundados en una genera-
lización y un maximalismo presun-
tuoso que quiere juzgar la vida y el b) La Hiper-información diaria, ob-
mundo en la confusión existente
entre la cólera y la voluntad velei-
dosa, entre culpabilidad y respon-
sabilidad entre razón instrumental
y subjetiva y racionalidad, entre
opinión y verdad, entre liberación
y libertad, entre autoritarismo y
autoridad.
— 36-
CONTRADICCIONES Y EXCESOS
DE LOS ADOLESCENTES
DE NUESTROS DÍAS
Los conflictos y las contradiccio-
nes son las características tradicio-
nales de cada generación y de los
contradicciones específicas son:
los jóvenes se encuentran rodea-
dos de estímulos, algunos evi-
dentes, otros ocultos, que se
mezclan con la fragilidad del
carácter y acentúan más las ten-
siones reales o ilusorias hacia la
emancipación mientras que se
van presentando las necesidades
mentales y psíquicas de algunas
certidumbres fundamentales, in-
cluso metafísicas. Los estímulos,
tanto los publicitarios como los
socio-políticos, siempre en pro o
en contra de algún modelo de
consumismo, están todos ellos
acompañados por una llamada a
la emotividad que exalta, excita
y provoca, y no a la racionalidad.
sesiva, omnipresente, que no per-
mite que los acontecimientos se
decanten; que desacostumbra y
desvía de la reflexión, del enfren-
tamiento con el pasado, de la
comparación con ciertos valores,
que produce una gente joven
más informada que formada, más
inclinada hacia los proyectos y la
hipótesis que hacia la realización
y la resolución de los problemas
y de las inevitables dificultades
 que tiene la vida; unos jóvenes
dotados con poder y talento
verbal pero pobres en voluntad
y poderes reales;
c) Las anticipaciones. "Hoy día la
niñez se ha acortado": la contra-
dicción consiste en convencerse
uno mismo que ciertas anticipa-
ciones psicológicas y psíquicas
son anticipaciones de una madu-
ración humana. Los jóvenes han
anticipado sobre todo la pérdida
de la inocencia y de la ingenui-
dad; la permisividad ha anticipa-
do una incontrolable emancipa-
ción pero, como ocurre con to-
das las otras leyes de la naturaleza,
en los procesos de desarrollo no
existen "saltos"; la maduración
humana es un proceso completo
con leyes de gradación y de in-
tegridad; cada etapa del desarro-
llo tiene que ser, con la integridad
del propio yo, una etapa correc-
ta y completa del sentimiento,
de la razón, de la voluntad, del
carácter, de la consciencia y del
conocimiento (ver 'Wihlelm Meis-
ter' de Goethe); el paso se hace
del "saber" al "saber hacer" y
al "saber estar" (ver H. Fromm
'TENER Y SER').
d) Las esperas frustradas: el sentido
común de la desconfianza de las
nuevas generaciones hacia las tra-
diciones y las instituciones es un
reflejo de la incoherencia y de la
evasión de los adultos frente a la
responsabilidad de las cosas que
hay que elegir; la crisis de los va-
lores de la sociedad se refleja en
la ausencia de un diálogo entre
las generaciones, pero todos han
hecho y se han hecho promesas
de avances y progresos ilimitados;
la consecuencia es la rebelión, la
violencia, la autodestrucción (dro-
ga); todos reivindican responsa-
bilidades para los demás. El
resultado es una falta total de
responsabilidad y un sentido de
desorden y desconcierto sobre
todo de tipo moral.
e) Grupos de jóvenes de la misma
edad: es la exigencia individualis-
ta frente a la exigencia cons-
tantemente proclamada 'de ser
y hacer todos juntos', en vista
del hecho de que la comunidad
afectiva de la familia ya no re-
sulta satisfactoria. Grupos ho-
mogéneos se constituyen y se
reclaman continuamente (inclu-
so la escuela está en pro de la
homogeneidad a causa de la ins-
trucción cuando la educación
completa es verdaderamente po-
sible en la diversidad y en la
diferenciación); en estos grupos
homogéneos se unen y ampli-
fican las mismas tensiones y las
mismas preguntas que han que-
dado sin respuesta, y en vez de
traducir los enfrentamientos con
los problemas y las ideas y accio-
nes en experiencia formativa, se
transforman en "cámaras de
explosión" de las tensiones emo-
tivas generalizadas e imposibles
de definir. Alargando la vida es-
colar, se alarga el tiempo de estos
grupos homogéneos, los tiempos
- 3 7 -
 de "no saber que hacer", y las
contradicciones se abaten sobre
los más débiles y sobre todos
aquellos a quienes les falta un
verdadero apoyo familiar.
f) La ideologización de la rebelión
que condena todas las tradicio-
nes, todas las reglas pasando así
de las sujecciones autoritarias a
las sujeciones "del todo es po-
sible-todo es provisional", así
como la incertidumbre, y a veces
la soledad que la acompaña, ha-
cen que el adolescente de nues-
tros días sea mucho más vulnera-
ble, más frágil, más ingenuamen-
te expuesto al desprecio de los
adultos; para deshacerse de los
tabúes, se ha consentido a la
servidumbre de la instintividad
sexual y a la pornografía, fijan-
do el paso de la hipocresía moral
a la hipocresía ideológica e in-
formativa de los medios de
comunicación de masas, del au-
toritarismo a la volubilidad per-
misiva; (ver la descripción de
Platón en la 'Republique' VIII
561-564 sobre la indisciplina
ante la autoridad privada, fami-
liar y pública, que otorga dema-
siada libertad proponiendo una
liberación a manos llenas). La
liberación del "yo" es una ten-
dencia humana entre dos extre-
mos contradictorios: la naturaleza
instintiva y la racionalidad, que
también forma parte de la natu-
raleza del hombre; hay que em-
pezar por conocerse a "si mismo",
decía Sócrates; hay que "supe-
- 3 8 -
rarse a si mismo", escribía A.
Gide; hay que fijarse atentamen-
te en lo que uno "debe ser" dice
siempre la filosofía. Es realmente
importante, incluso para las per-
sonas que operan en el teatro,
conocer el análisis completo de
las condiciones y de las situacio-
nes de la adolescencia.
Pero, como ocurre en cada gene-
ración, los jóvenes están aún
disponibles y se entusiasman por
experiencias positivas de los idea-
les y de la formación volitiva y
también están aún disponibles a
los movimientos de generosidad
total y desinteresada; se enajenan
siempre con las novedades, las
innovaciones y el futuro.
LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA
Y LA EDUCACIÓN ESTÉTICA
La neurología afirma que la pri-
mera armonía debe realizarse du-
rante el desarrollo gradual y con-
temporáneo de las funciones men-
tales de los dos hemisferios cerebra-
les: el de la izquierda, el más im-
portante porque controla la palabra
y tiene funciones lineales, de
consecuencia, analíticas, pero tam-
bién el de la derecha con sus fun-
ciones lógicas, intuitivas, sincréticas
y de asociación simultánea con
particularidades perceptivas, opera-
tivas, metafóricas y simbólicas. Las
instituciones convencionales de la
cultura se preocupan de la educa-
ción lógico-racional, pero no hay
que olvidar la educación no-verbal,
como la del arte, que representa un
tipo de conocimiento y de expre-
sión de los mensajes eunorológicos
y de los pensamientos pre-verbales.
La educación artística y la educa-
ción estética se hacen en contacto
directo con el arte; el conocimiento
artítisco y el aprendizaje estético
no son crítica, o teoría o historia
del arte. Hay que desarrollar, en la
educación artística, la habilidad y
el talento; en la educación estética
también hay que desarrollar, para
t o d o el mundo, el gusto intuitivo-
emotivo-intelectual; el arte no se
enseña sino que se aprende y el
buen gusto se educa, no se trans-
mite por los conocimientos sino
por las experiencias practicando
arte. Por encima de todas las teo-
rías, se reconoce la necesidad de
una estructura lógico-categórica es-
tética, es decir de un valor y de un
juicio estético bien formado en los
momentos en los que la experiencia
humana n o halla justificación al-
guna por medio de otras categorías,
otros valores o juicios.
Por consiguiente y en conse-
cuencia hay que verificar la activi-
dad teatral de los adultos y de los
jóvenes con unos objetivos peda-
gógicos de un franqueamiento suce-
sivo y gradual superando los límites
del juego y de lo inmediato, evi-
tando también la confusión entre
arte y pedagogía, entre los objetivos
educativos y los objetivos artísticos
y estéticos.
ARTE Y PEDAGOGÍA
(teatro y escuela)
Se ha hablado demasiado de pe-
dagogía en la teorización relacio-
nada con el teatro para la juventud;
no se trata de oposición o de an-
títesis ya que la convergencia hacia
el objetivo educativo es de lo más
evidente en ambas actividades, so-
bre t o d o en la persona del artista
que siempre es un educador, como
en la persona del educador que a
menudo es un artista. Toda confu-
sión teórica y operativa significa
la decadencia de la capacidad crí-
tica y de la aptitud científica que
no permite una correcta verifica-
ción de los objetivos y de los resul-
tados y que significa también la
prevaricación del diletantismo so-
bre la profesionalidad y el arte.
Entonces los resultados son dele-
téreos para el arte y para la peda-
gogía.
La educación es u n objetivo
primario y directo en la acción
didáctica y en la pedagogía; para
el teatro se trata de una finalidad
indirecta, ya que el teatro, en sus
diversas formas y según las distin-
tas épocas, ha sido simpre una
actividad auxiliar para la educa-
ción y para la escuela. "La rela-
ción teatro-escuela nació en el
malentendido y en la confusión
—afirmaba Maurice Yendt en el
Congreso de la ASSITEJ en Lyon
(1981)—. Hay que diferenciar entre
pedagogía y dramaturgia... El teatro
es un fenómeno lo suficientemente
—39-
completo para justificar ser tenido
en cuenta sin intermediarios. El
teatro para los jóvenes necesita
una estructura y unos medios muy
semejantes a los del teatro para
adultos... Hay que desescolarizar el
teatro". Mientras que el teatro ju-
venil se plantea los objetivos
ya indicados de emancipación-cons-
cienciación-problematización, etc.
pretende ocuparse de temas educa-
tivos, precisamente de unos proble-
mas pedagógicos que necesitan una
verificación pedagógica y no artís-
tica. Se trata, claro está, de unos
métodos y de unos medios muy
distintos. En el teatro: la comuni-
cación estética que recurre a la
intuición imaginativa-emotiva; en la
escuela: la comunicación didáctica
que recurre el discurso lógico-críti-
co.
Mientras que el teatro se con-
vierte en portavoz de una nueva
exigencia educativa y se transforma
en momento acusativo de los de-
fectos de la escuela, igual que de
la sociedad, se adapta a su tarea,
utilizando la representación y la
comunicación estética, pero no
puede sustituir a la escuela, la me-
todología o la didáctica ya que solo
haría didactismo o diletantismo
artístico.
Ha existido entre muchos ac-
tores una confusión ya que creían
que con tener una ideología y con
transmitir unos mensajes a las nue-
vas generaciones ya era bastante,
confundiendo una vocación peda-
gógica con unas aptitudes artís-
- 4 0 -
ticas. Aun más que el teatro para
los adultos, el teatro para jóvenes
necesite quizás unos artistas y no
solo unos profesionales, unos ar-
tistas con un largo aprendizaje
dentro del mundo del teatro, sin
distinción de edades, ya que un
espectador joven no tiene capaci-
dad crítica y el adolescente no
puede permitirse el lujo de fallar
en sus experiencias ni de perder
su primer contacto con el arte.
TEATRO QUE RESUELVE
LOS PROBLEMAS
TEATRO QUE TOMA
DECISIONES
TEATRO DE ANIMACIÓN
El suscitar y excitar problemas y
temas ha sido siempre la tarea del
teatro y de la gran dramaturgia que
lo ha hecho por medio del arte
representativo, de la acción y de la
dialéctica teatral a través del verda-
dero proceso catártico, que en sus
orígenes más que simple liberación
significaba purificación, llevando a
la comprensión esencial e intuitiva
de los problemas y de los asuntos
inherentes.
Formular preguntas y problema-
tizar es también el momento ini-
cial de la metodología de la inves-
tigación filosófica y científica a
través del análisis o de la dialéctica
de los procesos de:
a) delimitación e identificación del
problema, investigación del pro-
blema primario con relación a los
problemas secundarios; la expe-
 riencia, la crónica, la actualidad
presentan a menudo unos pseu-
do-problemas;
b) adaptación del problema: los
problemas no siempre son aptos
y adaptados a todas las edades;
c) verificación de los problemas se-
gún la metodología analítica;
d) evaluación según el parámetro de
las teorías o de los valores com-
petentes;
e) elección de las respuestas o de
las soluciones o de las teorías.
El procedimiento es siempre el
mismo: hipótesis teoría-verificación.
La verdadera acción teatral, la ver-
dadera dramaturgia, naturalmente
con los métodos artísticos apropia-
dos, proponen exactamente lo mis-
mo en los escenarios.
LA COLABORACIÓN
ENTRE ARTE Y ESCUELA
La ciencia y el arte, los educa-
dores y los artistas, todos ellos se
complementan: la ciencia expone
significados, el arte los expresa.
En la escuela la tarea de explicar
y demostrar con métodos lógicos de
la didáctica del aprendizaje; en el
teatro la tarea de presentar y expre-
sar los hechos humanos con la co-
municación hermenéutica, válida
según la validez estética.
Una vez más: es el instructor, el
profesor que, por vocación, compe-
tencia y preparación profesional,
es el que puede aplicar la metodo-
logía analítico-sintética de la inves-
tigación cuando el teatro propone
su dramaturgia a la comprensión.
Si la Escuela y los educadores no
se saben renovar, son ellos los que
se equivocan (E. Reimer: "La es-
cuela está muerta". I. Illich: "Des-
chooling Society"); no es posible
cambiar las competencias ni susti-
tuir el arte por la metodología
didáctica y pedagógica.
Lo que es seguro es que hay que
traducir al factor educativo la pro-
blemática individual y colectiva, los
problemas de la vivencia individual
y los problemas sociales, pero toda
confusión produce desvalorizacio-
nes, superficialidad y diletantismo
o, aún peor, academismo o didac-
tismo tanto en la escuela como en
el teatro.
Si el teatro se evade de su com-
petencia, se va llenando de excesos
y de errores que todos ellos pro-
vienen del error de partir de una
idea adulta sobre la sociedad, sobre
un teatro que hay que reformar,
todo ello producido por el entu-
siasmo por nuevos ámbitos de
actividad, o bien el de tomar co-
mo punto de partida precisamente
al niño y su formación. Si en el
pasado lo que veíamos era un
didactismo moral-sentimental, hoy
día lo que tenemos muchas veces
en el teatro para la juventud, es
infantilismo dialógico o puerilidad
artística. Hay que distinguir- entre
la edad de los cuentos de los niños
pequeños, y la edad de las aventuras
y de los héroes de los chicos mayo-
- 4 1 -
res; entre la edad de la metáfora y
la edad del razonamiento lógico de
los adolescentes; también hay que
recordar que la adolescencia recha-
za todo aquello que era válido en
la fase anterior, la fantasía y las
payasadas, prefiriendo la idealiza-
ción de la realidad y la exaltación
de los valores.
Los principales valores, aún va-
riando según las épocas, son una
tendencia de la racionalidad huma-
na y no pueden reconstruirse en
cada generación; esto es lo que
crea la necesidad de la confronta-
ción objetiva con la tradición. Una
confrontación científica en la es-
cuela y una confrontación intuitiva
de los fenómenos, de las ideas y
de las acciones humanas a través
de la dramaturgia. Lejos de las
simples reacciones emotivas y de
las opiniones simultáneas y espon-
táneas, el pensamiento crítico se
forma en la investigación, en la
comparación racional y continua-
da de las soluciones históricas y
culturales del pasado y del presen-
te. La asiduidad metódica por
medio de la ciencia y el arte cons-
tituye la base seria de la responsa-
bilidad.
Para la educación lo que más
vale, y lo que resulta imposible en
la escuela, es la experiencia directa.
El teatro es una experiencia poli-
valente.
El teatro es un arte accesible;
no se improvisa en la música
orquestral y coral, en la escultura
y en otras artes (la improvisación
- 4 2 -
en el teatro del arte italiano era el
resultado de una larga preparación
y tradición transmitidas de padres
a hijos).
El teatro es:
Un arte primitivo:
un juego, una fiesta, un rito.
Un arte elemental:
basta con el gesto y la palabra.
Un arte total:
se refiera a la total esencialidad
del hombre y de la vida.
Un arte coral:
es realizable y disfrutable en
comunidad.
Por todo ello, a los adolescen-
tes y a los jóvenes les gusta el
teatro, pero no saben "actuar",
no están aún en condiciones de
'representar' objetivamente los con-
flictos humanos, pueden compren-
derlos. También pueden intentar
expresar los suyos propios, pero no
de una forma teatral y dramática;
no para un espectáculo, no en for-
ma de tragedia. Pueden intentar lo
cómico, aún mejor: la parodia,
pequeñas comedias musicales, "sket-
ches", el cabaret, etc., e inventar
mucho en la escenografía, la pan-
tomima, el teatro colectivo, coral
(Grotowski y Stanislasky han re-
novado el teatro con jóvenes estu-
diantes de academias); pueden
intentar pequeños "collages" o
pequeñas antologías de los clási-
cos... SIEMPRE BAJO LA DI-
RECCIÓN de artistas y después
de una seria preparación y de un
cuidadoso estudio de la dicción
—según la experiencia con los
jóvenes de León Chancerel—. Hay
que aprender el control estético
del lenguaje y de la expresión ver-
bal y del gesto; no se puede hacer
ningún 'juego dramático' con los
clásicos y en un escenario cuando
se quiere "hacer teatro"; solo se
puede hacer aprendizaje artístico
con la disciplina y las reglas del
arte.
TALLERES Y LABORATORIOS
DE ARTE
Y hay que enseñarles a los ado-
lescentes el arte de la gran drama-
turgia, el arte de los clásicos, no a
través de la lectura en las clases y
por los profesores, sino en los es-
cenarios y con la ayuda de grandes
artistas.
Si el niño no conoce la "emo-
ción", ya que solo admira la habi-
lidad de los actores, de la sorpresa,
del asombro por la genialidad y el
talento, el adolescente, por el
contrario, conoce la emoción, dis-
fruta de la poesía, puede compren-
der el drama y empieza a aproxi-
marse a la pasión; su gusto estético
ya está dispuesto a extenderse a las
emociones líricas y épicas, pero
hace falta equilibrio, tacto, fineza,
* ^
justamente pasando por el verdade-
ro arte.
LA POESÍA
Shakespeare-Hamlet les decía a
los actores: "Use all gently...
temperance that may give it
smoothness...". Todo exceso no
tiene nada que ver con el teatro.
No matemos, por consiguiente, la
poesía de la adolescencia. No ma-
temos sus primeras emociones lí-
ricas y épicas.
La poesía precede a la lógica,
sobre todo en la adolescencia y
puede apaciguar la emotividad
agresiva. Hay que RACIONALI-
ZAR LA IMAGINACIÓN dice
Piaget, después del universo de la
imaginación del niño.
El teatro es un acontecimiento
artístico-pedagógico que funciona
por imágenes, emociones, senti-
mientos y por la dialéctica de los
conflictos humanos propuestos por
la escena. Cualesquiera que sean
las teorías artísticas del momento,
el artista dramático es creador de
armonía entre ideas y acción, fan-
tasía y realidad, tradición y rebe-
lián, integración y emancipación.
El teatro es una experiencia
educativa integral.
¥
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