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Aladino y la Lámpara Maravillosa

Adaptación libre al teatro por Karmina L. Fanjúl, basada en la


Recopilación de Cuentos Árabes del Oriente Medio medieval
Conocidos como Las Mil y una Noches
Farsa

Personajes

Scheherezade
Yock-Yen
Wang Xu
Aladino
Mago del Magreb
Princesa Badrulbudur
Emperador
Genio de la lámpara
Sobre oscuro, fondo musical árabe, se escuchan voces discutiendo.

Voz 1
¿Scheherezade? ¿Dónde estás?

Voz 2
Tenemos que medir tu cuello para la guillotina…

Voz 1
¿Guillotina? ¡No, bruto! ¡Decapitarla! El verdugo tiene que medir su cuello
para elegir el arma adecuada para decapitarla.

Ambos
¡Scheherezade!

Iluminación al escenario vació, cámara negra al fondo. Entra corriendo de puntitas una
preciosa muchacha vestida a la usanza tradicional árabe. Avanza cautelosa a proscenio, se
sienta. Mira a los espectadores.

Scheherezade
¿Ninguno de ustedes es el verdugo, verdad? ¡Por el buen Alá, todavía tengo
la cabeza en su sitio! ¿La tengo? ¡Sí! Pero no será por mucho tiempo, porque
al despuntar el alba nuestro piadoso sultán Sahahriar, me hará decapitar,
como lo ha hecho con cerca de tres mil esposas que ha tenido. ¡Ay, de mí!
¡No se puede ir por la vida sin cabeza! ¿Cómo podría comer? ¿O saber si es
de día o de noche? ¡Conservar la cabeza sobre los hombros es algo muy útil!
¿Cómo hacer para que el sultán, que aparte es mi esposo, me perdone la vida
al día siguiente? ¿Para qué tengo pues una cabeza, si no es para pensar?

Oscuro al escenario
¿Quién apagó la luz?
Luz al escenario

¿Y esto? ¿Una lámpara? ¿De dónde salió?, está bastante sucia, la limpiaré,
un momento, ¿Saben que niños? Ha llegado a mi cabeza una idea, está
lámpara tan especial puede ser parte de la historia que narre este día a
ustedes y a mi hermana Dunyasad , porque estoy segura que el sultán
también la escuchará.
¿Cómo principio? Requiero de personajes buenos, malos, trabajadores,
flojos y además de un lugar en donde todo suceda. ¿Qué les parece en la
lejana y siempre misteriosa China? (Frota la lamparita) ¡Te froto, te froto, para
que de inicio ¡Aladino y la lámpara Maravillosa!

Breve oscuro
Puente música china.

Al iluminarse el escenario, vemos a un viejo matrimonio chino, realizando una fatigosa labor.
La chinita de cuclillas, ante un enorme tallador, lava ropa con exagerada rapidez, mientras su
esposo, al recibir las prendas sin exprimir, plancha también con exagerada premura, para
posteriormente colocar la ropa dentro de un descomunal canasto, al cual sube por una
destartalada escalera de madera. Los dedos de la anciana están engarrotados por la artritis, en
tanto que la espalda del anciano, muestra una pequeña protuberancia.
Aladino, el hijo único de ambos, un mozalbete de quince o dieciséis años, yace recostado
sobre descoloridos almohadones, al tiempo que se abanica, con actitud despreocupada.

Padre
¡A chinito viejo salirle joroba de tanto planchar y planchar!

Madre
¡A chinita vieja, engarrotársele los dedos de tanto tallar y tallar!

Ambos
(Tras observar al hijo que en ese momento se espanta una mosca)
¡Hijo chino, ser un fraude!

Padre
¡Chinito viejo, estar cansado de esperar a que descubran América para zarpar
en un barco y poner tintorería en tierras lejanas!
Madre
¡Chinita vieja, estar cansada de soñar en poner un Café de Chinos en algún
barrio popular de San Francisco!

Ambos
¡Hijo Chino ser un fraude!

Padre
¡A chinito dolerle los huesos, las piernas, los brazos! ¡Chinito tener hambre!

Madre
¡Chinita ir a la cocina a preparar arroz!
(Se desplaza en cuclillas a unos cuantos pasos de donde lava)
¡Chinita tener años lavando en esta posición! Quedársele las piernas tiesas,
encogidas!
(Sirve en tres tazones)

Padre
¡Puro arroz!

Aladino
(Con tono muy suave)
¡Alcánzame el tazón madre! ¡Ay, preparen algo más suculento!

Padre
¡No ser suficiente! ¡Chinito querer trocitos de bistec a la curie!

Madre
Chinita vieja, querer pato a la mandarina

Ambos
¡Hijo chino…
Aladino
Ser un fraude. Ya dejen de lamentarse, se los suplico. Me duele el oído
derecho cuando lo hacen. Yo quisiera en verdad ser un buen hijo chino que
vive en China junto a sus honorables padres chinos. También, quisiera,
¿Cómo decirles?

Padres
(Esperanzados)
¡Habla hijo!

Aladino
¡Prometerles! Esa es la palabra

Padres
¡Prometernos! ¡Esa es la palabra que chinitos viejos hemos esperado por
años!

Aladino
¡Tranquilos! Decía, prometerles que, algún día me convertiré en un hombre
rico y poderoso. Nada les faltará para cuando eso sea, tendrán montones y
montones de monedas de oro y…

Padre
Lo único que tenemos pobres padres chinos, son montones y montones de
ropas que lavar y planchar.

Aladino
¡Lo sé! ¡Y por ellos deben dar gracias! ¿Qué sería de nosotros si este noble
trabajo nos faltara? Ustedes sólo tengan paciencia. Les aseguro que cuando
sea rico, no tendrán necesidad de trabajar más. Tú, pobre madre abnegada,
habrás de deslizarte por toda la casa, con una silla de ruedas con poder de
doble motor. Y tú, honorable padre, has de saber que la medicina ha
avanzado de tal forma que un médico especialista se encargará de esa joroba
que tanto te pesa. ¡Oh, padres queridos! Que felices vamos a ser los tres
juntos, cuando yo sea rico.
Padre
Oírse bonitas tus palabras, pero sería mejor que lavaras y plancharas en lugar
nuestro

Aladino
¡Por supuesto! Pero, ¿Cómo explicarles? Si anhelan que me convierta en un
hombre rico, forzoso es que piense ¿Cómo lograrlo? Y sinceramente el lavar y
planchar absorbería de tal modo mi atención, que me vería incapacitado para
reflexionar en mis ambiciones.

Madre
Nosotros no queremos que hijo chino, se vuelva rico. Nos conformamos con
que consiga empleo en el mercado de abastos.

Aladino
¡Sí, exactamente! Pero, ¿cómo entenderán? Yo lo intento, lo juro por el buen
Buda que todo lo ve. ¡Lo intento! intento levantarme temprano, intento
pegarme al tallador, amarrarme a la plancha, pero no puedo. Es decir, no
debo, limitaría mis aspiraciones de ser un hombre próspero, y si eso acontece
¿cómo podría sacar un hijo chino a sus viejos padres chinos de la pobreza que
viven en China?

Padre
Chinito viejo no entiende como hijo chino pueda convertirse en una persona
rica, sin trabajar en nada.

Aladino
¡Se los dije, es difícil de entender!

Padre
Yo ya no querer planchar, ya no querer esposa lave. Chinito viejo querer
descansar en vida y como no puede hacerlo, mejor chinito descansa, muerto.
No puedo esperar más a que descubran el otro continente, ni a que tú te
vuelvas rico, espantándote las moscas, de suerte que chinito, toma sabia
decisión, irrevocable, adiós.
(Se desploma como tabla sobre los almohadones y queda inmóvil)
Madre
¡Wang Xu! ¡Oh, hijo chino, aparte de ser un fraude, ahora es huérfano, adiós.
(Cae junto al esposo. Aladino los contempla perplejo. Súbitamente, la madre levanta la cabeza
para dar su última recomendación)
¡Entregas ropa del canasto! Te darán a cambio veinte monedas, cuídalas
mucho, pues son tu única herencia.

Aladino vuelve su mirada al descomunal canasto,. Contempla a los padres muertos.

Aladino
¿Y ahora quien me ayuda a enterrarlos?

Oscuro Breve

En un mercado, entra montado en un pequeño camello, el mago del Magreb, quien


mañosamente se hace pasar por chino.

Mago

Soy un mago muy cochino


Hago trampas por doquier
Todos piensan que soy chino
Pero soy un mago árabe

Me deleita a mí engañar
Y quedarme con lo ajeno
¡Ay! Me llaman el rufián
Porque abuso de los buenos

Un secreto os diré
Me espera un gran tesoro
Pronto rico he de ser
Como nunca han visto a otro
A cualquier mozo inocente
Si aparece en el mercado
Le diré que soy pariente
Y de Persia he llegado…

Ahora pondré mis tiendas con artículos varius traídos de Persias. ¿Qué veo
hermanus? Un beduino de apariencias inocentes. ¡Mucho salencio niños!
No abran bocas, soy el buen tío Chi-Yon, y no me gusta que me echen de
cabeza.

Entra Aladino contando sus monedas.

Mago
¡Oh, por fin! Alabado sea el gran Alá, digo Buda. Mi sobrino, mi bien amado
sobrino chino, ven a mis brazos, soy tu tío…

Aladino
(A los niños)
¿Se refiere a mí?

Mago
¿A quién más? Sé tu nombre, yo mismo lo elegí cuando naciste.

Aladino
¿Usted me puso Aladino?

Mago
(A los niños)
¡Cayó en la trampa!

Aladino
¡Que extraño! Mis padres, Yock Yen y Wang Xu, nunca mencionaron que
tuviera un tío.

Mago
Ah, tantos años viviendo en Persia, hacen que los parientes chinos se olviden
de uno, dime, ¿Dónde están para ir a saludarlos?
Aladino
¡Sobre los almohadones!

Mago
¡No entiendo!

Aladino
Yo tampoco, pero así es. Decidieron descansar.

Mago
¿Están dormidos?

Aladino
¿Dormidos? No precisamente. Se fueron, me dieron su adiós irrevocable, y
como herencia estas monedas.

Mago
¡Monedas! ¿Quieres decir que mis parientes chinos partieron de China?

Aladino
¿Partido? No podría decir que lo han hecho, porque siguen sobre los
almohadones como ya le dije, pero tampoco puedo afirmar que están
presentes, porque ya no lo están.

Mago
¡No han partido, pero ya no están! Y siguen presentes, ¿Aunque hayan
partido, sin partir? ¿Cómo es eso?

Aladino
Mi honorable madre china Yock Yen dijo: ¡Hijo chino aparte de ser un fraude,
ahora es huérfano! No le entendí porque nunca me ha gustado ir a la
escuela.
Mago
Haces bien sobrino, sólo los niños buenos y obedientes van a la escuela, los
tontos nunca asisten y si los llevan a la fuerza, no estudian, son burros, como
tú, comprenderás, beduino, digo sobrino. ¡Ya sé lo que ocurrió a tus padres!
Has quedado huérfano, eso facilita las cosas…

Aladino
¿Qué?

Mago
Digo, digo que, que dolor, que pena, cuanto sufrimiento, cuanta desgracia,
pero no te creas abandonado, yo ocuparé el puesto de tu padre…

Aladino
¿Va planchar la ropa? ¡Que bien, pero yo no la voy a lavar!

Mago
Olvida eso, tengo mejores negocios para ti, por lo pronto, como padre
sustituto que ya soy, vengan las monedas, yo las administraré.

Aladino
Eso si que no se va a poder, las monedas las guardo yo aquí en mi saquito.

Mago
(A los niños)
¡Cuando si descuide, las munidas sirán mías! Ahora tío chino, tiene para
sobrino chino, planes para futuro, un trabajo fácil y…

Aladino
Ya empezamos mal tío. El trabajo desgasta el cuerpo y la mente. Y mi mente
tiene que estar despejada para pensar como hacerme rico.

Mago
Ganarás mucho dinero sobrino chino. Montones de dinero
Aladino
Ya nos vamos entendiendo, pero sin necesidad de trabajar, ¿Eh? Por otra
parte, todo cuanto digas he de escuchar.

Sfx: Trompetas imperiales. Entra la comitiva real portando una lujosa litera en donde descansa
una princesa, la acompaña una comitiva lujosamente ataviada.

Mago
Por los ojos de Alá, digo de Buda, la bella hija del emperador.

Aladino
¡Una chica así es apenas lo que merezco.

Mago
(Aparte)
¿Merecis? Flojo, pobre y mensus…

Aladino
¡Es lo que merezco!

Mago
Guarda silencio honorable sobrino chino…

Princesa
¡Que primorosa ánfora! ¿Cuál es su procedencia, buen hombre?

Mago
¡Persia, su alteza!

Princesa
¿Y su precio?

Aladino
¡Es suya, su alteza! ¿No es así, honorable tío chino?
Mago
¿Suya? ¿Cortesía de la casa? ¡La casa pierde! Claro que es toda suya, su
alteza!

Princesa
¡Agradezco el obsequio, lo tendré en gran estima!

El mago entrega casi a la fuerza el ánfora en tanto Aladino sonríe complacido. La princesa sube
a la litera y sale junto con su comitiva.

Mago
¡Es la ruina! ¿Qué has hecho muchacho torpe? Mi ánfora traída de Persia
regalada. (Llora escandalosamente)

Aladino
¡Buen tío!

Mago
¡Chi-yon! Ese es mi nombre

Aladino
¡Buen tío Chi-Yon, deje de llorar que los niños van a pensar que usted es un
llorón!

Mago
Tendrás que obedecer a tu afligido tío, eres un atrevido, un despilfarrador,
vamos, recoge la mercancía, antes de que la sigas regalando

Aladino
¿Yo solito?

Mago
Si

Aladino
¿Toda?
Mago
¡Ay, tus padres tenían razón, sobrino chino es un fraude!

Puente musical
Cambio de Iluminación.

Aladino
¿En donde estamos honorable tío Chi-yon?

Mago
Ante una cueva en donde tengo guardada más mercancía para vender,
¡Vender! No regalar. La entrada es tan angosta, que sólo tú puedes entrar
por ella.

Aladino
¡Ah bueno, si se trata de entrar, pues entro!

Mago
Toma la cuerda bien fuerte y comienza a bajar…

Aladino
¿Bajar?

Mago
¡Ay! ¿Qué no ves que la entrada está al ras de la tierra, y hay que descender?

Aladino
¿Descender? ¿Cuántos metros?

Mago
No pasan de diez o doce…

Aladino
Nos vemos…
Mago
¿A dónde vas mequetrefe? Págame antes el ánfora que dadivosamente
regalaste…

Aladino
¡Son muchos metros honorable tío! ¡Las alturas me provocan mareo! ¿Por
qué no guarda su mercancía en una bodega, como todos los demás
comerciantes?

Maga
Toma la cuerda, es suficientemente larga…

Aladino
¿Cómo voy a saber seleccionar la mercancía, si allá abajo todo está oscuro?

Mago
Sencillo, tu primero desciendes, luego yo envío aceite con antorcha en
canasta para que vayas llenando y yo subiendo, tú llenando más, yo subiendo
más…

Aladino
¡Que sea al revés honorable tío! Usted llenando y yo subiendo, usted
llenando más, y yo subiendo más…

Mago
¡La cuerda o el pago del ánfora!

Aladino
¿Y si le pido a la princesa que se la regrese?

Mago
¡Pago por ver cuando los verdugos te corten la cabeza por tal atrevimiento,
honorable sobrino chino!
Aladino
¡Ay! ¡Yo llenando, usted subiendo, agarre bien la cuerda, no me le vaya a
caer!

Aladino
¡Por el buen Buda, allá voy!
(Desaparece de vista)

Mago
¡Apúrate, pesas mucho!

Aladino en off
¡No veo nada!

Mago
¡Ahora sí niños, yo vuelvo rico, grandis tesorus traídus de los cinco mares,
para mí solito! Pero sobre todu, la Lámpara Maravillosa que cumplirá todos
mis diseos.

Aldino en off
¡Envíeme la antorcha y aceite, aquí no se ve nada!

Mago
¡Ahí va la canasta!

Cambio de iluminación interior de la cueva.

Aladino
¡Por el buen Buda, cuantos tesoros! ¿Y el muy cretino tío Chi-Yon se quejaba
por una mísera ánfora? (Mira hacia arriba) ¡Eres un tacaño!

Mago en Off
¡Busca una lámpara dorada, pero no se te ocurra limpiarla! ¡Y no se te olvide
incluir también las monedas que te dejaron mis honorables parientes chinos!
Aladino
¡Eso ni lo sueñes! ¡Vete al cuerno!
(Comienza a llenar el canasto con objetos elegidos al azar)
“Busca una lámpara y no se te ocurra limpiarla” - Claro que por supuesto que
no voy a gastar mis energías en mandarle la mercancía dentro de la canasta
ya desempolvada, ni que estuviera loco.

Mago en off
¿Por qué tardas tanto? ¡Flojo, lento, bueno para nada!

Aladino
¡Sin insultos! No tengo veinte manos, la cosa es calmada y en orden, si le
parece, si no, búsquese otro sobrino chino!

Mago en off
Pues ahí te dejo hasta que me obedezcas sin replicar. Ya sentirás hambre,
sed, frío y, te volverás mansito.

Aladino
Ay, que tío tan malo, tiene los ojos bizcos por la ambición y el corazón
retorcido. No se parece en nada a mi familia, es flojo, ventajoso, alevoso,
mentiroso, que bueno que yo no salí igual a él.
¿Y ahora, como alcanzo la boca de la cueva? ¡Si tuviera alas, ay, si tuviera
alas, sería pájaro, o murciélago, oh, que miedo, se está agotando el aceite de
la antorcha! He de buscar una lámpara para no quedar en la total oscuridad,
aquí hay una, vieja, sucia, yo no la voy a limpiar, eso cansa mucho, bueno no
más tantito para ver si hay manera de encenderla.

Frota la lámpara, juego de luces.


A contra luz la figura agrandada del genio de la lámpara, quien habla con voz potente.

Genio
¡Ordena mi amo y obedeceré en el acto!
Aladino
¡Ay! ¿Qué es eso? ¡Oh gran Buda, me pisará como un mísero e insignificante
ratón!

Oscuro Rápido,
Puente Musical árabe.
Iluminación Proscenio

Scheherezade
Se trataba de un poderoso Genio que habitaba desde hacía miles de años
dentro de esta Lámpara Maravillosa. Cuando alguien por casualidad la
frotaba quedaba liberado y a la vez esclavo del dueño del objeto.
Sucedió entonces que Aladino pidió al Genio lo sacara de la cueva y lo
convirtiera en el hombre más rico no sólo de China. Pidió también le
construyera un majestuoso palacio de porcelana rosa, con piedras preciosas
incrustadas, y extensos jardines con fuentes de aguas multicolores.
Entonces llegó hasta el palacio del emperador, con esclavos cargados de ricos
tesoros, para pedir la mano de la princesa. No habían pasado tres meses de
que tuviera lugar la regia boda, cuando la vida de Aladino se vio en apuros
nuevamente por la presencia del astuto Mago árabe, disfrazado de honorable
tío Chi-Yon

Voces
¡Scheherezade!

Scheherezade
Ya amaneció, el sultán me ha perdonado la vida por el momento, pero debo
contarle el final de esta historia. Ustedes niñitos no se muevan de sus
lugares, después de un breve intermedio terminaré de narrarles el cuento de
Aladino y la Lámpara Maravillosa

Oscuro

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