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Generalmente se asocia la depresión de 1929 con la quiebra de la bolsa de

Wall Street en New York, sin embargo antes habían llegado señales a América
Latina. Los precios de las mercancías subieron, aunque la oferta tendía a
sobrepasar a la demanda. Debido a esto la caída de los precios de las
materias primas fue espectacular. Ni un solo país latinoamericano quedo a
salvo. Los únicos países con una caída modesta fueron aquellos en que los
precios de los productos básicos los administraban compañías extranjeras
como Honduras y Venezuela.
También cayó el precio de las importaciones, pero no tan rápido y tan abajo
como lo hizo el de las exportaciones. Aunque todos los países afrontaron una
caída en el precio de sus exportaciones de bienes primarios, hay que analizar
también el volumen de sus exportaciones.
Las más afectadas fueron las naciones que sufrieron una caída de precios y
volúmenes de exportación, como Bolivia, Chile y México. Los minerales
dominaban la totalidad de las exportaciones de estos países, pero cuando las
empresas de los países importadores reaccionaron a la depresión quisieron
agotar las existencias acumuladas en vez de hacer nuevos pedidos. El grupo
de países que experimento un modesto descenso en el volumen de
exportaciones fueron Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y toda América
Central, ya que producían materias primas agrícolas y alimentos cuya
demanda no podía satisfacerse con las existencias disponibles. Y el tercer
grupo con un descenso muy pequeño compuesto por Colombia,
aprovechando la confusión causada por el colapso del plan brasileño de
valorización del café, consiguió un pequeño aumento en sus exportaciones
de café. Venezuela con sus exportaciones de petróleo, y las exportaciones de
azúcar de Republica Dominicana.
Vale la pena remarcar, que si bien los precios de exportación e importación
se derrumbaron desde 1929, hubo un precio que se mantuvo, este fue el
interés nominal fijo sobre la deuda externa pública y privada. El aumento del
precio real de la deuda hizo que un mayor porcentaje de las exportaciones
totales debiera dedicarse al pago de la deuda.
La depresión creó desequilibrios tanto al exterior, creado por el colapso de
los ingresos de la exportación y el descenso de flujos de capital, y al interior
creado por la contracción del ingreso fiscal que dio origen a un déficit
presupuestario que no pudo ser financiado con recursos externos. Para
estabilizar la economía se establecieron políticas estatales en América Latina,
fiscales y monetarias. Por un lado aquellos países que trataban de seguir las
reglas del patrón oro vieron que sus reservas de oro y divisas caían
rápidamente, frente a esta situación la mayoría de los países opto por el
control de cambios y creo un sistema de cuotas para la importación. Los
únicos países que no hicieron usos del control de cambios fueron las
pequeñas republicas caribeñas que utilizaban el dólar de EE.UU como medio
de pago oficial o extraoficial. También se estableció el aumento de los
impuestos, dentro de ellos aranceles a la importación.
Las políticas adoptadas para estabilizar la economía frente a la depresión
buscaban restaurar el equilibrio a corto plazo, pero inevitablemente tuvieron
consecuencias a largo plazo. El sector que competía con las importaciones
comprendía las actividades capaces de sustituir artículos importados
(Industrialización por sustitución de importaciones), en los años 20 muchos
países importaban productos agrícolas que podían ser producidos
internamente, (Agricultura por sustitución de importaciones). La
recuperación quedaba asegurada si el sector competidor con la importación
se expandía, sin que se produzca un descenso del sector exportador.
Hubo países de recuperación rápida como Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba,
Guatemala, México, Perú, Venezuela, en estos lugares el PBI creció más del
50% (entre 1931-32 y 1939). La ISI es un mecanismo de recuperación
importante para la mayoría del grupo. Excepto para Cuba (su recuperación se
debió a los mejores precios del azúcar) Guatemala, (su recuperación
dependió de la ASI) y Venezuela (su crecimiento se debió a la producción del
petróleo).
En cuanto al grupo de recuperación media el PBI creció el 20%, tres naciones
se incluyen en este grupo, Argentina, Colombia, y El Salvador. La ISI fue un
mecanismo de recuperación en Argentina y Colombia pero el crecimiento de
la exportación no fue notable. El último grupo comprende Honduras,
Nicaragua y Uruguay, pero también deberían ser incluidos Paraguay y
Panamá. Las cinco eran pequeñas economías con pocas posibilidades de
compensar la débil participación en la exportación por medio de un
crecimiento de las actividades para sustituir las importaciones. Uruguay
experimento un crecimiento de ISI pero no fue suficiente para contrarrestar
el estancamiento de su industria ganadera.

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