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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

ESCUELA SUPERIOR DE
FORMACIÓN ARTÍSTICA

“EDUARDO MEZA
SARAVIA”

ESTUDIANTE : CARLA FIORELLA TAPULLIMA NUNTA

DOCENTE : Mg. YESSENIA A. BALVIN PINEDO

TEMA : IMPORTANCIA DEL SENTIDO EN LA


ÉTICA EN EL ARTE

ESPECIALIDAD : ARTES VISUALES

CICLO : I – 2018

CURSO : RELIGIÓN FILOSÓFICA

Pucallpa – Perú

2018

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DEDICATORIA

Dedico el presente trabajo a Dios sobre todas las


cosas, a mis padres y familiares por sus
indesmayable apoyo incondicional y seguir esta
profesional, a mis docentes por sus enseñanzas y
capacidad que nos trasmite por ser unos excelentes
profesionales.

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PRESENTACIÓN

La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la
felicidad y el buen vivir.
Etimológicamente, la palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego êthicos.
Costumbre. Es necesario diferenciar al "êthos", que significa "carácter", del "ethos", que
significa "costumbre". Desconocer tal diferencia deriva en la confusión entre "ética" y
"moral". Si bien algunos sostienen la equivalencia de ambas doctrinas en lo que a su objeto
respecta, es crucial saber que se fundamentan en conceptos muy distintos.
Pero para empezar a hablar sobre el sentido de la ética es necesario que definamos
técnicamente qué es; entendemos por ella los principios y pautas de la conducta humana,
estos valores inculcados en casa se ven reflejados en las acciones de una persona los
cuales son necesarios e imprescindibles para tener un comportamiento adecuado, no solo
en la escuela si no en los demás ámbitos que una persona pudiese tener. La ética trata
precisamente de esto, de que se apliquen y enseñen estos valores tan fundamentales entre
todas las personas involucradas en el medio académico.
El profesor no solo debe de transmitir conocimientos a su educador, si no hay que reflejarles
a los mismos una actitud, empezar por dar el ejemplo es una tarea muy importante que debe
de hacer el docente. El trato de respeto entre profesor y alumno es esencial para la relación
que estos dos seres compartirán.

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INDICE

PAG.
CARATULA
DEDICATORIA 2
PRESENTACIÓN 3
1. IMPORTANCIA DEL SENTIDO DE LA ETICA EN EL ARTE 5
2. EL SENTIDO DE LA ETICA 6
2.1. Espíritu de cuerpo con nuestro estado 7
2.2. Espíritu de cuerpo con nuestra familia 8
3. CARACTERISTICAS DE LA ÉTICA 8
4. DIVISIÓN DE LA ÉTICA 10
5. RELACIÓN DE LA ÉTICA CON OTRAS CIENCIAS 11
6. IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA ÉTICA 12
7. EL ARTE EN LA ÉTICA 13
CONCLUSIONES 15
BIBLIOGRAFIA 16
ANEXO 17

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I. IMPORTANCIA DEL SENTIDO DE LA ETICA EN EL ARTE

DEFINICIÓN DE LA ÉTICA
Las ciencias humanas estudian al hombre y sus acciones desde diversos puntos de
vista. La Lógica, por ejemplo, se interesa por el orden a la verdad y la corrección
formal de los actos cognoscitivos; la Psicología considera los actos del hombre en
cuanto acciones vitales que proceden del alma según un determinado proceso; la
Gramática y la Retórica atienden respectivamente a la corrección lingüística y a la
eficacia persuasiva del discurso.
La Ética se ocupa de la moralidad: una cualidad que corresponde a los actos
humanos, exclusivamente por el hecho de proceder de la libertad en orden a un fin
último, y que detenida la consideración de un acto como bueno o malo en un sentido
muy concreto, no extensible a los actos o movimientos no libres.
La inteligencia advierte de modo natural la bondad o maldad de los actos libres:
cualquiera tiene experiencia de cierta satisfacción o remordimiento por las acciones
realizadas. A partir de aquí surge la pregunta acerca de la calificación de la conducta
humana: ¿qué es el bien y el mal?, ¿por que esto es bueno o malo? La contestación

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a estos interrogantes lleva al estudio científico de los actos humanos en cuanto
buenos o malos; que se denomina ética. Por tanto, la Ética es la parte de la filosofía
que estudia la moralidad del obrar humano, es decir, considera los actos humanos en
cuanto son buenos o malos.

Objeto material de la Ética


El objeto de la Ética, tomado materialmente, son los actos humanos, que es
necesario distinguir de los actos del hombre. Aunque el lenguaje corriente no suele
diferenciar estos dos conceptos, la Ética reserva el nombre de actos humanos para
las acciones libres, que el hombre es dueño de hacer u omitir, de hacerlas de uno u
otro modo. Estos actos proceden de la voluntad libre y deliberada, ya sea
inmediatamente (amor, deseo, etc.), o a través de otras potencias (hablar, trabajar,
etc.).
Se llaman actos del hombre, en cambio, a las acciones que no son libres, por falta de
conocimiento o voluntariedad (los actos de un demente, por ejemplo), o bien porque
provienen de una potencia no sometida al dominio directo de la voluntad (crecimiento,
circulación de la sangre, etc.).
Objeto formal de la Ética
El objeto formal de la Ética o punto de vista bajo el que estudia los actos humanos es
el de su rectitud moral, o moralidad. Aunque tenemos una idea espontánea de la
existencia y naturaleza de la moralidad, no es fácil definir su esencia de un modo
exacto. Este es precisamente uno de los primeros problemas que debe resolver la
Ética; de él nos ocuparemos más adelante. De momento, basta considerar que la
bondad o rectitud moral del acto humano se distingue: a) de la bondad ontológica,
que tiene todo acto en cuanto que es; b) de la bondad técnica o útil, es decir, la
utilidad para un fin restringido y particular, según las reglas de un arte o técnica
determinados; y c) del agrado o placer que pueda producirnos esa actuación. La
rectitud moral debe entenderse más bien a la luz de la relación que posee el acto libre
con el fin último y definitivo del hombre

2. EL SENTIDO DE LA ETICA
¿Por qué se dice que en estos tiempos la juventud carece de o ha perdido el interés
por los valores morales? ¿Es acaso posible sobrevivir racionalmente fuera del
contexto de una escala mínima de valores morales?

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En nuestra sociedad ha disfrutado del desarrollo libre de su razón dentro de un
espacio de respeto consecuente de leyes morales o porque ha percibido que este
espacio le ha faltado (el caso de los que se han educado en familias dónde la regla
es no ser moralmente consecuente).
Los padres suelen enseñar una serie de dogmas a sus hijos, que estos asumen como
prejuicios. No son juicios, porque los niños no suelen juzgar los dogmas, que se les
enseña y además no están en la mayoría de los casos en capacidad de juzgarlos
sabiamente, porque les falta experiencia de vida (salvo en aislados casos, cuando los
dogmas enseñados por los padres se contradicen flagrantemente y los hijos hacen
uso de su capacidad de razonar, que está en desarrollo). En la mayoría de los casos
los niños simplemente aceptan los dogmas enseñados, como prejuicios. Cuando
reflexionamos sobre nuestros prejuicios y después de una reflexión llegamos a la
conclusión de que éstos pueden ser universables y que son útiles y necesarios para
lograr una vida mejor (imperativo categórico), entonces los llamamos valores morales.
También hay prejuicios negativos. Estos se caracterizan por no ser universables, ni
necesarios.

El niño que se ha vuelto hombre dentro del espacio de leyes morales de la familia, se
ha dado cuenta de las ventajas que tiene plantearse leyes morales para poder hacer
uso libre de su razón, ya sea porque ha disfrutado del desarrollo libre de su razón
dentro de un espacio de respeto consecuente de leyes morales o porque ha percibido
que este espacio le ha faltado (el caso de los que se han educado en familias dónde
la regla es no ser moralmente consecuente).
Este hombre, desde niño, aprende a buscar espacios en donde pueda ejercer su
razón también fuera del núcleo familiar (amigos, compañeros de clase, etc.).
Cuando llega a hacerse consiente que su libertad para desarrollar su razón, sólo
puede darse bajo el presupuesto y la certeza del respeto de ciertas leyes morales
mínimas, entonces, este hombre se une en una organización junto a otros hombres
que han llegado a la misma conclusión. Según las leyes morales que ellos consideran
mínimamente necesarias para poder usar libremente su razón, se organizan en
sindicatos, partidos políticos, comunidades religiosas, etc.
La concepción ética que Hegel defiende en su filosofía del derecho es a mi parecer
una "ética" amoral de "espíritu de cuerpo" con un grupo humano cualquiera que forma
el Estado en el que uno habita.

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Para entender bien esto delimitaré primero algunos términos, para poder precisar en
qué consisten las imprecisiones en las determinaciones de Hegel y volveré al punto
concreto de la pregunta inicial en la parte de "conclusiones".

Tipos de espíritu de cuerpo


2.1. Espíritu de cuerpo con nuestro Estado
Hegel presenta las cosas de modo tal, que el Estado resulta siendo el fin último
de las personas, ya que éstas sólo pueden desarrollarse libremente, es decir
racionalmente, dentro del Estado. Efectivamente si uno considera que sólo
dentro del Estado uno se desarrolla plenamente como ser humano haciendo
uso de sus facultades racionales, entonces en tanto que uno forma parte del
Estado y en tanto que formándolo uno lo fortalece, es consecuente que uno
obedezca las leyes de ese Estado. Esto vale también en los casos en que las
leyes sean desfavorables a uno o en caso de que parte de esas leyes no
parezcan justas, pues aún si fueran injustas forman parte de un conjunto de
leyes, que tiene una cierta lógica interna, por la cual se considera que es todo
el conjunto de las leyes el que es necesario (inclusive aquellas leyes sobre las
que no hay concenso sobre su racionalidad). Por eso es que Sócrates le
plantea a Critón (50 c - 51 e) que él no podría justificarse ante los atenienses si
huyera, burlando las leyes de Atenas, ya que toda su existencia (matrimonio de
sus padres, educación) se deben a ellas. Y así aunque las leyes pareciesen
ocasionalmente injustas, al igual que a los padres, que ocasionalmente pueden
obrar injustamente, no se las puede atacar o desautorizar.

2.2. Espíritu de cuerpo con nuestra familia


Tal como hacemos con el Estado, también dentro de la familia solemos hacernos
de la vista gorda cuando por allí miembros de la familia cometen actos, que a
nuestro parecer son totalmente inmorales. Esta actitud es resultado del espíritu de
cuerpo con la familia. Si bien el hecho considerado inmoral se discute en familia,
en última instancia se suele aceptar de todos modos al miembro inmoral. Esto
vale con respecto a los padres e indirectamente con respecto a los demás
miembros, por respeto a los padres, y también con respecto a los hijos por
salvaguardar la integridad de la familia. Esto quiere decir que no nos solemos
sentir con autoridad moral para enjuiciar a nuestros padres, casi

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independientemente de lo que hayan hecho, al igual como Sócrates plantea, que
no tendríamos derecho a poner en juicio las leyes de la polis, pues a ellas
debemos nuestra esencia y existencia. Por otra parte tampoco solemos expulsar
a nuestros hijos de la familia aunque actúen contra nuestros principios morales,
porque son ellos los que constituyen la familia y su expulsión implica la disolución
parcial o total de la familia. Sin embargo hay ciertas reglas internas de
comportamiento, de los miembros de la familia entre sí, que son decisivos para la
existencia de la familia, como veremos más adelante.

3. CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA
La Ética es una ciencia práctica de carácter filosófico. Veamos por separado el
significado de estas características.
Es ciencia
Toda ciencia es un conjunto ordenado de verdades ciertas y universales, que se
demuestran y fundamentan en base al conocimiento de sus causas. La Elija expone y
fundamenta científicamente principios universales sobre la moralidad de los actos
humanos: todo asesinato es malo, los impulsos sensibles deben moderarse según la
recta razón, etc. Se trata de criterios válidos para cualquier tiempo, lugar y
circunstancias.
La Ética, en cuanto es un saber ordenado y basado en el conocimiento de las causas
se distingue del conocimiento moral espontáneo que tiene cualquier hombre sin
necesidad de razonamientos o pruebas científicas. Esa diferencia subsiste a pesar de
que ambos tienen por objeto la única verdad, porque la alcanzan y explican de
diversa manera. Algo similar ocurre en muchos otros terrenos: el campesino y el
especialista en meteorología conocen de muy distinta forma las lluvias y los demás
factores climáticos. Pero, por ordenarse a la verdad, la distinción entre estos tipos de
saber sólo se convertirá en oposición cuando en uno de ellos o en los dos se
introduzca el error; y, en ese caso, uno podrá ser corregido en base al otro.
En cuanto conocimiento universal, la Ética se distingue del conocimiento moral
particular: juicio de la conciencia moral, dictámenes de la prudencia, etc. Estos juicios
versan sobre la moralidad de una acción concreta, realizada por una persona y en
unas circunstancias bien determinadas. Tampoco aquí debe haber contraposición,
sino sólo la diferencia existente entre lo universal y lo particular. De hecho, el recto

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conocimiento particular no es más que la aplicación al caso concreto de conceptos
universales y verdaderos, ya sean obtenidos espontánea o científicamente.

Es práctica
«La Ética es una ciencia práctica, porque no se detiene aún la contemplación de la
verdad, sino que aplica ese saber a las acciones humanas» 1. Mientras las ciencias
especulativas se limitan a conocer realidades que no dependen de la voluntad
humana, la Ética se ocupa de la conducta libre del hombre, proporcionándole las
normas necesarias para obrar bien. Es por ello una ciencia normativa, que impera y
prohíbe ciertos actos, puesto que su fin es el recto actuar de la persona humana.
Aristóteles afirma que no estudiamos Ética «para saber qué es la virtud, sino para
aprender a hacernos virtuosos y buenos; de otra manera, sería un estudio
completamente inútil»2. Por eso, la voluntad juega un papel importante en la
adquisición del saber moral: no es fácil considerar el recto orden de las acciones si la
voluntad no está dispuesta a aceptarlo. Quien no quiere vivir rectamente no puede
llegar al fin de esta ciencia y, por eso mismo, no conseguirá entenderla bien. La
influencia de la voluntad es aún más decisiva en el conocimiento moral particular
(conciencia y prudencia).

Es de carácter filosófico
La Ética es una ciencia filosófica, por lo que recibe también el nombre de Filosofía
Moral. Para estudiar su objeto utiliza verdades ya encontradas por otras disciplinas
filosóficas, especialmente la Metafísica y la Teología Natural. La Ética no podría
determinar el orden moral que el hombre debe cumplir con sus actos libres, sin
atender a lo que el resto de la filosofía enseña sobre Dios, la creación, el bien y el fin,
la naturaleza humana, etc. Además, la Ética sigue un método afín al de la Metafísica,
que, partiendo de la experiencia sensible, llega al conocimiento racional del ser de las
cosas. Esta característica diferencia la Ética de la Teología Moral que se fundamenta
en la Revelación sobrenatural y de las ciencias positivas, que a menudo no
trascienden el plano de los hechos o fenómenos.
La Ética se fundamenta en la Metafísica como el deber ser se fundamenta en el ser.
La Metafísica trata del ser en cuanto tal, mientras que la Ética se ocupa

1
2

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principalmente de los deberes del hombre; por eso al contrario de lo que Hegel
pensaba no pueden identificarse. Pero los juicios sobre el deber ser se basan en el
conocimiento del ser: por ejemplo, los cónyuges no deben divorciarse porque el
matrimonio es indisoluble; el hombre debe cumplir las promesas porque mantener la
palabra dada es lo natural para él, lo correspondiente a su naturaleza social y al fin
natural del lenguaje. Los juicios éticos presuponen el conocimiento del ser del
hombre, de su naturaleza y de sus exigencias.

4. DIVISIÓN DE LA ÉTICA
La Ética es una sola ciencia, porque estudia todos los ámbitos donde interviene la
libertad humana bajo unos mismos principios fundamentales. Los criterios morales
generales son válidos para los distintos aspectos de la vida humana: personal,
familiar, social, etc.
A efectos prácticos, la Ética suele dividirse en varias partes. Los antiguos, siguiendo a
Aristóteles, hablaban de ética monástica o personal, económica o familiar, y política o
social. A partir de Grocio, Thomásius y Kant, comenzó la costumbre de separar la
Moral del Derecho, con la intención de señalar que la moralidad interior y la justicia
exterior se rigen por principios completamente heterogéneos. Esta división no parece
aceptable, porque lesiona la unidad de la Ética: aunque la Moral y el Derecho no se
identifican, ni sus ámbitos coinciden perfectamente, el Derecho y el orden de la
justicia tienen una esencia moral.

5. RELACIÓN DE LA ÉTICA CON OTRAS CIENCIAS


Ética y Psicología
La Ética y la Psicología del hombre están relacionadas. Porque tienen como objeto
material los actos humanos. Los actos libres y otros fenómenos típicamente morales,
como el remordimiento, la conversión, etc., tienen una entidad psicológica, y por ello
son también objeto de la Psicología. Pero Ética y Psicología tienen objetos formales
diversos. La Psicología estudia la génesis y naturaleza de los actos libres en cuanto
proceden del alma; por ejemplo, los procesos de abstracción intelectual, el modo de
realizarse el conocimiento sensible, cómo se producen las acciones libres, etc. La
Ética, en cambio, considera la moralidad de los actos libres, es decir, la relación que
tienen con la norma moral, tomando en cuenta los conocimientos que proporciona la

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Psicología. El intento de reducir la rectitud moral a la puramente psicológica o natural,
se llama psicologisno (Wundt, Von Ehrenfels).

Ética y Sociología positiva


La Ética y la Sociología positiva coinciden en parte de su objeto material, pero difieren
en su objeto formal. La Sociología positiva describe, clasifica y mide los hechos
sociales por métodos experimentales: estadística, encuestas, etc., y así estudia
también los aspectos sociales del comportamiento moral. Considera y ayuda a
conocer lo que la gente hace, los acontecimientos concretos, pero no puede
determinar lo que los hombres deben hacer. La tendencia a reducir la obligación
moral a presión o imperativos sociales, se llama sociologismo (Comte, Durkheim,
Lévy-Brühl).

Ética y Teología Moral


La Ética estudia con las luces de la razón las exigencias morales que se derivan de la
naturaleza humana. Esta moral natural es asumida y elevada por la moral
sobrenatural, que la Teología Moral considera a partir de la Fe. Entre Ética y Teología
Moral se da la misma distinción y colaboración mutua que existe entre Filosofía y
Teología, razón y Fe, naturaleza y gracia.
La elevación al orden sobrenatural hace necesario que el hombre acomode su
conducta a las enseñanzas de la Teología Moral: el cristiano no puede conocer todas
sus obligaciones mediante la sola Ética filosófica. Pero este hecho no implica la
subalternación de la Ética a la Teología Moral, es decir, que la Ética tenga que
adoptar como principios propios lo que son verdades intrínsecamente sobrenaturales.
Cuando la Ética parte de postulados inaccesibles a la razón, deja de ser ciencia
filosófica para convertirse en ciencia teológica, de lo que podrían desprenderse
algunos malentendidos:
a) pensar que verdades puramente naturales como la inmoralidad del adulterio o
el derecho de los padres a la educación de los hijos sólo son válidas para quienes
tienen Fe, para quienes aceptan una Ética subalternada a la Teología;
b) b) confundir el plano natural y el sobrenatural, creyendo que la Revelación es
un complemento necesario para poder otorgar a una ciencia humana el carácter
práctico e imperativo que realmente le corresponde por naturaleza.

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La necesidad de que la Ética esté subalternada a la Teología ha sido defendida por
autores como Maritain y Jolivet; y ha sido criticada, a nuestro parecer justamente, por
Ramírez y Deñan.

6. IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA ÉTICA


La Ética es la más importante de las ciencias prácticas, porque trata acerca de! fin
último, en el que el hombre encuentra la felicidad. Todo hombre sabe de algún modo
qué ha de hacer para ser feliz, y tiene cierta idea del bien, del mal, de la virtud,
etcétera. Sin embargo, el estudio científico de estas cuestiones añade profundidad y
solidez a los principios morales, y es de gran utilidad a la hora de dirigir la conducta
humana. Sin este saber científico, es más fácil dejarse llevar por los obstáculos que el
hombre encuentra en el ambiente, en sus pasiones, en las doctrinas erróneas, etc.
Por otra parle, la existencia de una moral sobrenatural conocida por la Fe cristiana, y
que impone nuevas exigencias de conducta, no hace superfluo el estudio de la Ética.
El orden moral natural es un orden real y plenamente vigente que regula
intrínsecamente las acciones exigidas por la naturaleza, aunque no defina por
completo la situación existencia! en que ahora se encuentra el hombre. La realidad y
vigencia del orden moral natural hace que la Ética filosófica sea práctica, útil para la
vida, sin necesidad de subalternarla a la Teología.
En suma, el estudio de la Ética resulta imprescindible para comprender las exigencias
éticas que obligan a toda persona humana, y no sólo a los creyentes: así, por
ejemplo, si un gobernante no católico promulgase una ley que privase a los
trabajadores de sus legítimos derechos, no cumpliría su deber moral en el orden
natural.

7. EL ARTE EN LA ÉTICA
El arte está formado por filamentos enhebrados que conectan todos los ámbitos de la
existencia. Los filósofos no dejan de esforzarse por darle una definición, separando
sus diferentes significados en tradicionales y modernos. Lo que llega a romper o
diseccionar cada categoría en subcategorías como las del arte convencional,
institucional, histórico y universal. Está claro que la belleza tiene la capacidad de
expresarse recurriendo incluso a la más extrema precisión de determinados
procedimientos. Pues la riqueza de la historia de nuestro universo se expresa a través
de la poesía, la música, la pintura, la arquitectura, y el cine. Conectando a la gente

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con mundos que están por llegar, con ideas que siguen sin ser comunes y temas que
dan forma a nuestro futuro. Lo que no puede estar abarcar sólo por las formas
tradicionales ni tampoco las nuevas herramientas digitales. El arte es un proceso de
desarrollo de la creatividad y de ampliación de nuestras lentes de observación con el
propósito de hacer de la mente una fuerza más crítica e intelectual.
Kant definió el arte como “un tipo de representación que tiene un propósito en sí
misma. Aunque carezca de finalidad, promueve el desarrollo de facultades mentales
para una comunicación sociable.” Al igual que todo en la vida, el arte no puede
desarrollarse sin un crecimiento constante o dejando de lado el fomento de la
búsqueda. De la misma manera, el desarrollo exitoso del arte resulta inútil sin las
molduras de la ética. Pues la ética debe considerarse parte integral de cada aspecto
de la vida, dejando de estar delimitada a esos momentos de profunda deliberación. A
este respecto, la ética misma se convierte en un arte; el arte de experimentar vidas
más plenas, sensibles y emocionadas. De estar al corriente permanentemente de que
la característica ética del arte puede conllevar un enorme potencial para la
transformación de la actividad artística.

El arte y la ética son temas sumamente complejos en un universo igual de


complicado, lo que da lugar a diversos temas de actualidad.
La creatividad sigue considerándose el único controlador del arte en un mundo
perfecto, pero ¿qué papel juega el consumo en la creación de arte? El conocido
filósofo John Dewey afirmó que "la separación entre las bellas artes y el arte útil,
aunque se remonta a los griegos, se intensifica hoy por la producción en masa y la
importancia adquirida por la industria y el comercio." ¿Apoyan los valores artísticos y
culturales a los económicos?, y de ser así, ¿quién o qué determina su valor y a quién
se atribuye su beneficio? Su valor extiende los reinos artísticos, sociales, políticos y
económicos, al mismo tiempo. Ya que estos están firmemente ligados a la demanda,
apoyando esa mentalidad capitalista de la satisfacción de encargos, lo que crea un
sistema dependiente del consumo. Por lo que, ¿qué pasaría con el arte si colapsara
este sistema basado en la economía?

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CONCLUSIONES

La existencia de dos grandes paradigmas en la historia de la ética es un hecho importante y


aleccionador. Alguna razón profunda debe existir para que los seres humanos vuelvan una y
otra vez a formular sus aspiraciones morales recurriendo a semejantes modelos. Cada uno
de ellos expresa, como hemos visto, una forma coherente y convincente de explicar cuál
debería ser la mejor manera de vivir.

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BIBLIOGRAFÍA

Rodríguez Luño, Ángel, Introducción a la Ética, Navarra, EUNSA, 2000


ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, lib. I, cap. 1 y lib. II cap.

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ANEXO

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